Castell de Bellver

El domingo había que rodar un poco por la mañana y para ello me levanté temprano pero sin plan previo. O sea que, después de la preparación pertinente, salí sin rumbo fijo. Al darme cuenta de que no había ni dios por la calle, ni a pie ni montados, decidí darme un garbeo por la ciudad bastante relajado. Me dirigí a la Plaza de España por el Parc de ses Estacions y después por los Geranios y calle San Miguel. Bajé unas cuantas escaleras hasta Vía Roma. Después atravesé la plaza Weyler (perdón, creo que ahora se llama del Mercat) y subí hasta Cort por las escaleras. Después deambulé por el casco viejo hasta la Seu y bajé hasta Ses Voltes. Entonces me entró la venada de practicar saltitos y giros, levantando la rueda de atrás al mismo tiempo que la desplazas a un lado (el típico botet, en una palabra), y vaya cómo mejora el giro aún haciéndolo en marcha, no de parado. Todo esto aprovechando que, aparte de los paseantes de perros y claveleras, poca gente más había por allí. Se adjunta panorámica del lugar de marras donde estuve haciendo el gamba.

Me dí una vuelta por el Parc de la Mar y me fuí a rutear por el carril-bici. Qué delicia, vacío. Las bicis de verano ya vuelven a estar colgadas del gancho y los patines guardados en su estuche y dejan el sitio libre para los globeros de pro. Tuve que atravesar el vado del torrente, frente al Capuccino, con bastante agua pero solo es agua. Entonces pensé que porqué no subía al Castell de Bellver por la calle Polvorí. Que gran ruta esta. La de todos los domingos cuando aún no me atrevía siquiera a subir a Na Burguesa. Precisamente el castillo ha sido noticia de primera página hace poco, y no por unos temas muy agradables que digamos.

Esta calle es la que da en la entrada del parque infantil del castillo. Desde allí sube una camino asfaltado pero hay unos senderos para caminantes. Esos son los que subí. En la explanada del aparcamiento no ví a nadie ni tampoco ninguna señal de prohibición de circular en bicicleta pero estaba seguro de que tenía que estar en algún lado; desde luego en la entrada por la que había accedido no. Me fui por el sendero tranquilo, tranquilo, pero al llegar adonde había unos aparatos de gimnasia (en plan cutre, a base de troncos) me tiré por la trialera. Joder, está muy bien; y no soy el único que fue por allí. Cuando llegas abajo giro a la derecha para afrontar la ancha cuesta. Quería comprobar si la subiría o no. Podría mentir y decir que la hice entera, pero no. Dí un patinazo y me paré. Eso sí, me pareció de lo más normal. Al otro lado tenemos una ancha pista que llega prácticamente abajo. Solamente al final hay que remontar un poco por el senderillo pero es muy divertida. En el inicio de este tramo a partir de la carretera es donde se encuentra la señal de prohibición de circulación total. Al parecer no soy el único al que le parece mal que no se pueda circular por allí. Quizás no por el mismo sitio que los viandantes pero sí se podría hacer un circuito de mtb. Creo que podría conseguirse que hubiera más afición a este deporte si existiera. Al menos a mí me sirvió de mucho antes de empezar a “atacar” mayores cotas, o sea, Na Burguesa, ya que es lo suficientemente bajo como para poder realizar diversos bucles sin reventarte en las subidas. Claro que la contrapartida es que las bajadas también son cortisímas, pero para gente muy joven o ya más mayores sería una buena opción.

Ya hay algunos ejemplos: Bilbao o Madrid. Todo es ponerse.


La secreta

Nuevo mote para una rutilla cerca de Palma. Realmente se trata de un tramo de la ruta de la Fita del Ram. Lo que normalmente todo el mundo hace es subir por el Bunyolí y enfilar hacia las antenas que hay en lo alto, cerca de los últimos chalets. Después sigue un camino de carro con algunos tramos de sendero que nos conduce hasta la ermita de Maristela. Es una ruta clásica y muy conocida y transitada por los bikeros de Palma y alrededores. Por el conocimiento que tengo de otros grupos cuesta acercarse a otras zonas más lejanas porque suele suponer todo un día, y eso para muchos no es posible.

Este tramo “secreto” lo realizamos un domingo unos pocos, un día que salimos de exploración animados por Pepe, que se presentó sin avisar. Ese día no estaba yo para mucha montaña que digamos. Había roto las zapatillas que normalmente llevaba y me presenté con unas normales. Para una ruta corta irían más o menos bien, pero para una larga llegarían a ser incómodas, pero no presenté oposición al cambio de planes. Hicimos prácticamente la ruta de ayer, pero al revés.

La subida al Bunyolí estuvo bien, conseguí mantener un buen ritmo aunque superable. En el reagrupamiento de la barrera nos alcanzaron varios integrantes de un segundo grupo de bikeros. Los volvimos a ver al inicio del camino de carro de arriba. Estaba Romario, el negro (espero que no se mosquee, lo conozco por ese mote) y algunos otros, casi todos con bicis de rally, no dobles. Salimos antes que ellos y volvimos a coincidir en el descanso que nos tomamos antes de subir a la Fita, aunque venían pisándonos los talones porque los vimos venir por la dressera que hay justo al pasar la primera pared. Venían andando, cosa que me extrañó, porque fué una que me enseñó Yarik la última vez que pasamos por allí y la recordaba ciclable. En cambio Tomeu afirmaba que por allí había pateo seguro.

En cuanto nos hubieron pasado nosotros subimos a la cumbre. Es posible pedalear durante un buen tramo. Arriba nos hicimos las fotos de rigor, algunos con menos rigor que otros, todo hay que decirlo, y nos fuimos a por el sendero de descenso. Hasta llegar a ese tramo tuvimos algunos problemas de orientación ya que el camino describe una curva pareciendo que vuelve hacia atrás y además perdimos las fitas. Cuando empezamos a bajar por las curvas cerradas no estuve seguro de que era el que subimos hasta que llegamos al aujub. Obviaré los comentarios sobre mi descenso por repetitivos. Demasiado técnico y empinado.

Después del aujub se inicia un semiascenso-llaneo (creo que fue donde me quedé descolgado) donde hay que cruzar varias paredes de partió hasta volver a desembocar en el camino principal. Allí ya es un tonto el último hasta la ermita. No iba muy confiado que digamos por el estado del terreno, humedecido por las últimas lluvias, pero he de decir que no tuve ningún amago de patinazo, supongo que también debido a que iba un poco más lento de lo habitual. En la ermita había otro grupo descansando, creo que eran los que ví cerca de la rotonda de Establiments cuando pasé por la mañana. Nosotros en cambio, nos fuimos hacia abajo directamente. En el primer tramo de la bajada del Pas de sa Granja pinchó Juanvl. Después de reparar entramos en el sendero que comunica con el camino de carro que pasa por el Castellet y ya no paramos hasta allí, donde se grabaron varios saltos que, aunque bajo de altura, se ejecuta a mucha velocidad y cuesta abajo. Juanvl estuvo a punto de sufrir un percance al doblar la cadena cuando tomaba carrerilla para ejecutarlo. Quizás quería hacer la competencia al Fibras en cuanto a piños se refiere.

Tenía ganas de llegar abajo para ver cómo me comportaría en los toboganes pero no me acordaba de que antes había que enfrentarse con la minilosa. Yo no, por supuesto, pero otros lo tenían que probar. Podéis ver en los videos quién lo consiguió y quién no; aunque esto es inexacto, ya que todos los que lo intentaron lo consiguieron. Mi reto estaba más abajo, en las rampas. La primera que te encuentras es la grandota, la que puedes bajar recto o rodearla por el lado pero tiene dos curvas y ahí me quedo cortado. Al final me tiré por una mediana y alguna cortita. No estuvo mal para empezar. No soy ansioso en ese aspecto. Me basta ver que mejoro algo día a día, aunque sea ínfimo.

Después del relax cervecero en Esporles tocaba volver a subir para regresar por Son Malferit, ascensión que no gustó a algunos, pero eso se puede obviar si desde la losa se atraviesa la pared hacia la fuente y desde allí al Área Recreativa; con ello te ahorras buena parte de la carretera, pero a costa de remontar los toboganes porque se van a hacer de todos modos.

Nos disponíamos a tener una vuelta tranquila pero dos nuevos pinchazos la retrasaron. Juanvl volvió a pinchar, aunque en realidad fueron dos llantazos. A mí también me sucedió lo mismo. Ese tramo me encanta para darse una buena esprintada pero pasé sentado por un tramo de piedras y dí el llantazo en la rueda de atrás, la fina. Habrá que cambiarla y meterle una más gruesa. Al menos pude olvidarme de la biela. El viernes pude apretarla con un llave bien gorda y además limpié la rosca y metí un poco de sellante quedando perfectamente fijada.

Todo el mundo tenía prisa por irse a casa así que no alargamos las despedidas y quedamos para el próximo sábado, día uno. Joan dijo que saldría el domingo con gente de s'Escapada para hacer la Highway to hell. No me hubiera desencantado hacerla pero seguramente si salgo el domingo serán solamente un par de horas (como así ha sido).


Trialera de la cantera

Domingo a las siete de la mañana y que monazo de bici. Como el sábado por la noche no había abierto el correo no sabía si alguno de los domingueros habrían quedado, por lo que salí solo. No iría muy lejos; dudé al pasar a la altura de la carretera de Establiments y seguí hacia el parque de Sa Riera. Los peruanos aún no habían llegado y las pistas estaban vacías. Subí hasta la Avenida Picasso y crucé hasta Son Moix por la urbanización nueva. Desde allí hasta la Vileta. Y ya estaba convencido de que subiría por el cemento. El camino que sube hacia el Coll de Son Marill es complicado; el primer tramo tiene bastantes piedras y hay que acertar con la trazada; el segundo está mucho más limpio pero a cambio de una mayor pendiente. Hay que estar muy, muy fuerte para pasarlo seguido.

Como iba de tranqui me paré en el coll a comprobar el tornillo del pedalier; volvía a estar flojo. Busqué por allí y encontré un tenedor que doblé y pude dejarlo al menos más apretado de lo que estaba. Me lo llevé por si acaso y me dispuse a atacar la rampa de hormigón. Vamos a ver, pasarse se pasa, lo difícil es llegar a ella. Y lo más jodido es que después te quedan aún dos rampas más hasta lo alto del Puig des Revells. No voy a compararlo con las rampas del Rafal pero tiene su aquél. No iba a tirarme por la trialera del golf, hubiera sido muy cortita la vuelta y seguí hasta abajo. Allí me paré y mientras comía algo pasaron dos Garrigós. A uno de ellos no podría asegurar que no lo hubiera visto el sábado; al otro seguro que no. En esto pensaba cuando me dí cuenta de que tenía la trialera de la cantera delante y por ella me tiré sin dudar. Iba controlando bastante bien, y hasta llegué a creer que podría llegar abajo sin poner pie a tierra, pero no pudo ser. En una curva, como no podía ser de otra manera, tuve que apoyar. Pero tampoco pasa nada, disfrute máximo.

Decir que han tenido que cerrar la carretera de la cantera debido a la gran cantidad de residuos de obra y basura allí depositados. Son parte de las toneladas que le faltan a Tirme, ¡que las vayan a recoger ellos!. Esa carretera ya da directamente al golf y están aún en obras, aunque con una cantidad importante de golfistas jugando.

De vuelta crucé Palma hasta Sa Faixina. El día era agradable para pedalear y continué hasta el Parc de la Mar, que lo tenía muy olvidado. Para ir en bici no hay problema pero caminando es otra cosa, el piso de marés está muy deteriorado y es incómodo. Después me dirigí a casa cruzando por sa Gerrería hasta la Porta de Sant Antoni, donde había ya varias señoras de la calle en busca de clientes. Hasta alguna intentó iniciar un posible contacto. Me dió pena la mujer, tendría que estar desesperada para creer que un tipo que circula en bici todo sudado se puede parar a tener sexo en la calle a las once de la mañana. ¿Dónde iba a dejar la bici mientras?.


Caseta d'en Aragó

El otro día, desde lo alto del Pas de na Sabatera, cuando dábamos buena cuenta de los bocadillos unos y barritas otros, pudimos disfrutar de las buenas vistas que el lugar ofrece. Tenemos la possessió de Son Fortuny a nuestros pies, con el camino que se intuye hacia el Coll d'Estellencs que sigue más o menos el trazado de la línea eléctrica. Por ahora es un itinerario conflictivo. Pasé por allí hace ya mucho tiempo viniendo desde Planícia e intentamos salir bordeando la casa pero l'amo nos llamó a gritos para que volviéramos diciéndonos que por donde íbamos no había salida. Nos salieron los perros al paso de muy malas pulgas y según nos explicó era muy peligroso pasar por allí; algún excursionista ya había sido mordido y eso podía provocarle algún problema judicial.

Enfrente vislumbramos los terrenos de Ca Na Pona y más arriba se intuye dentro del bosque, Es Salt. Al fondo, Planícia. Lo que no quedó tan claro fué la ubicación exacta del Pas de sa Rata. Por otra parte queda pendiente un descenso desde el pico del Galatzó, reservado claro está a los más intrépidos. De todas formas, creo que ninguno de nosotros ha subido y puede ser una buena excusa para realizar esa excursión, aunque con un buen sistema de porteo de bicis porque sino puede ser una matada. Tenemos una buena vista de la montaña de s'Esclop, con un pequeño saliente artificial en su cresta. Se trata de los restos de la Caseta de n'Aragó. Este hombre ni siquiera era mallorquín y se trata de una historia muy curiosa, por ello voy a recordarla en estas líneas.

Francesc Aragó nació en el pueblo de l'Estagell (Francia) en el año 1786. Estudió con resultados brillantes en Perpinyan y París. Fruto de ello fué su incorporación al equipo de científicos que realizaba las mediciones del arco de meridiano de París. Se trasladó a este fín a Valencia entre los años 1806 y 1808 en compañía del científico Biot. A principios de 1808 se trasladó a Formentera y poco después llegó a Mallorca. Tenía a su disposición, por decisión del gobierno, un pequeño velero, patroneado por un tal Damiá. Para hacer sus mediciones se instaló en una humilde barraca en lo alto de la Mola de s'Esclop.

El inicio de la guerra le sorprendió en estos menesteres. Debido a su procedencia fue considerado un espía y a finales de mayo de 1808 salió de Palma un pelotón para su captura. Afortunadamente el patró Damià pudo vestirlo a la mallorquina y burlar a los perseguidores, a los que encontró por el camino rumbo a la cumbre. Pudo llegar al puerto de Palma pero no consiguió embarcar y fué confinado en el castillo de Bellver, más por protección que por castigo. Dos meses después consiguió salir del castillo y llegar a Cabrera y desde allí a Algeria.

Su carrera científica continuó con gran éxito. El año 1830 fué nombrado director del Observatorio de París y, posteriormente, secretario perpetuo de la Academia de las Ciencias. Además de una amplia actividad investigadora y de divulgación científica, fue un destacado representante de la ideología liberal progresista y, como tal, llegó a formar parte del Gobierno Revolucionario Provisional de 1848 y fue ministro del Interior y de Marina del Gobierno de la II República Francesa. Murió en París el año 1853.

Él mismo escribió un libro, História de mi juventud, relatando este y otros episodios.

Lo que es difícil de imaginarse (supongo que por desconocimiento científico) es qué hacía exactamente y en qué condiciones ese hombre allá arriba; no sé si de paso cuidaba las cabras. Supongo que para medir el arco de un meridiano habrá que realizar ciertas mediciones que requieran una plataforma de observación elevada y esa es muy buena. Pero no sé qué relación puede tener que le asignaran un velero y un patrón, pero al fin y a la postre fue lo que le salvó la vida.


Highway to hell 2

En Estellencs nos habíamos juntado con un grupito de Garrigós que también venían del coll pero que se habían desviado hacia Son Fortuny. Aunque no se pasa frente a las casas encontraron a alguien que les avisó de que circulaban por una propiedad privada aunque no puso pegas. Con ellos continuamos hacia Es Rafal encontrándonos la barrera cerrada a cal y canto. Uno de tantos puntos conflictivos de nuestra red viaria. No puedo poner objeciones a tal hecho ya que hay una sentencia judicial que da la potestad a los propietarios para mantenerla cerrada. También la del otro extremo, el más cercano a las casas. Lo que pasa es que aún no se ha habilitado un itinerario alternativo que pueda satisfacer a ambas partes, propiedad por un lado y resto del mundo por el otro. Al menos debería haber una señalización que informara de esta situación al principio del GR, en la carretera, aunque poco caso se le haría la verdad. Quizás con el nuevo equipo de gobierno en el Consell se pueda solucionar este tema.

Nuestros acompañantes me comentaron que una de las barreras instaladas en el Camí vell de Pollença a Lluc, en la entrada de Muntanya, había sido abierta recientemente. Puede que sea un buen síntoma. Aunque parecidos estos dos casos tienen una diferencia importante. En el caso de Es Rafal el camino pasa frente las casas y, al estar habitadas, puede provocar grandes molestias. En Muntanya la pista pasa muy alejada de ellas y nunca he entendido porqué se producían los enfrentamientos. Más bien creo que se trataba de un malentendido entre el Consell y la propiedad, creyendo estos que al haber habilitado un itinerario alternativo podían cerrar el paso por el camino principal, que no es suyo, nunca lo ha sido y nunca lo será.

Ayer hubo que sortear la rejilla y eso con una bicicleta no es fácil, aunque la pega más grave es que se debe circular por esos terrenos durante un kilómetro aproximadamente hasta la barrera de la pista de Planícia. Y es donde puedes encontrarte con los problemas, cosa que ayer no sucedió afortunadamente. Además la barrera superior estaba abierta, menos mal. En el cruce del Camí del Correu nos abandonaron nuestros acompañantes mientras algunos se dedicaron a hacer algunos saltos e inmortalizarlos para la posterioridad.

No era muy tarde pero había que volver. Yo ya tenía hambre y quería volver a casa no muy tarde. Quedaba un buen tramo. Y cuando digo bueno me refiero a divertido y no a otra cosa. En ese sentido sólo tiene dos tramos de subida; la primera es la más complicada; la segunda es la empedrada y se puede hacer sin problemas. Después a pedalear de lo lindo pero como es cuesta abajo es muy divertido. Solamente se ralentiza un poco en un tramo torrentero donde las últimas lluvias han removido más si cabe el suelo y hay que hilar muy fino para pasarla de un tirón. Más abajo volví a perder el tornillo de la biela y tuve que buscar durante un rato hasta encontrarlo. Toni volvió a apretarlo lo suficiente para llegar abajo.

Algunos sí fueron a comer; otros lo hicimos en casa pero nadie nos quitará el placer de haber podido compartir una buena mañana de ciclismo, excursión y hasta senderismo, que de todo hacemos. Supongo que los que tuvieron que abandonar llegaron sin mayores contratiempos al punto de salida. El resto del grupo excepto Fibras, que pinchó en los últimos metros, llegó sano y salvo.


Highway to hell 1

He plagiado el título de la página de Tomeu, (aunque en honor a la verdad podemos comprobar que no es del todo exacto) pero simplemente notificando su autoría cumplo con los requisitos de la licencia con la que protege su obra. ¿Y a qué viene tal título? Pues a una salida anterior por la misma zona en la que no participé y que provocó una pequeña debacle entre los miembros del grupo. Hubo pateo, despistes graves, muchos kilómetros y mucho calor, todos ellos ingredientes que dejaron a bastantes de los integrantes de la salida muy tocados, tanto como para recordarlo con verdadero resquemor. A mí también me interesaba hacerla, aunque creía que haríamos la ruta de abajo, es decir, directos desde el Coll d'Estellencs hasta el Área Recreativa, pero alguien tenía en mente hacer la ruta superior, la que discurre entre el Pas de na Sabatera y el Pas des Cossis, de lo cual me enteré a la hora de la salida. No es que me desagrade, me es un poco más complicada en descenso aparte de que implica un tramo de pateo en ascensión.

Se trataba de una ruta programada por Tomeu Toys para uso y disfrute de "la peña", la cual no fué muy numerosa en esta ocasión. Toni XXL no podía faltar ya que tiene el maillot oficial (y único) de la ruta; Nando, Yarik, Fibras, Bonus, Botets, que volvía por sus fueros, Woody, Potato, Juan, el nuevo, y yo. El novato era conocido de Yarik en persona y de los foreros en modo virtual, por lo que hubo las consiguientes presentaciones antes de empezar. Había otra gente, tres chavales, a los que les pregunté si venían con nosotros. No venían, simple coincidencia de horarios. También había otro grupo en el aparcamiento de abajo que no llegué a vislumbrar quienes eran, aunque más tarde nos los encontramos.

Ni pocos ni muchos, los justos para ver si se cumple el timing y no acabar a las tantas. Un poco de calentamiento por carretera y hacia arriba no viene nunca mal. No hubo ninguna incidencia de importancia hasta el Coll d'Estellencs, aparte de saber quién es el guapo que sube hasta allí montado, pero ese contratiempo está ya asumido. A partir de allí empieza la parte divertida a través del sendero sin más complicaciones que algún paso en desnivel con el sendero ya muy desgastado y el peligro de resbalón y desliz hacia abajo. No sería muy grave pero no me seduce la idea.

Hasta el desvío del Galatzó no tuve ningún problema mecánico, los empecé a oír al iniciar la subida y me quedé atrás con Potato, que fué el que se dió cuenta de que volvía a aflojarse el tornillo del eje de pedalier. Se apretó con una llave multiusos y seguramente volvería a aflojarse. Eso ya me pasó con la otra bici y la apreté con una llave haciendo buena palanca y no se volvió a aflojar. Es lo que tendría que haber hecho entre semana y no me acordé. Tampoco de reparar el pinchazo.

Merendamos algo en el Pas de na Sabatera donde hicimos algunos planes para volver al Pas de sa Rata, aunque tuvimos algunos problemas para ubicarlo correctamente en la pared dels Puntals. Empezaba la bajada y algunos se las prometían más felices que otros. Ya pensaban en el trenecito pero antes había que llegar. Potato había abierto la cadena no me acuerdo bien dónde. Se había reparado y continuó. Un poco más adelante me lo encuentro con la bici al revés con la patilla partida. No hubo huevos para quitar el tornillo que sujeta el cambio. Al no poder aguantarlo con fuerza no se podía hacer la fuerza suficiente para sacarlo. Tuvo que acortar la cadena y bajar sin cambios pero esa configuración tiene una pega muy importante: sus platos son ovalados, Q-ring le llama él, y eso hace que ese efecto ovalado se sume al balanceo de la suspensión y provoque que la cadena en algunos momentos esté muy tensa y en otros cuelgue en demasía, saltando de los piñones.

No es de buenos compañeros reírse de las penas ajenas pero sí que fue uno de los mejores momentos del día al recordar ciertos comentarios del perjudicado. No los voy a reproducir aquí, algunos son públicos, registrados en el foromtb, y otros privados, de nuestra lista de correo particular. Esos contratiempos mecánicos no fueron verdadero impedimento para que disfrutara como nunca de la bajada del Pas des Cossis. Más que yo, seguro, aunque esta segunda vez la encontré un poco más asequible, sobretodo teniendo en cuenta que mi bici no gira en las curvas. Y eso no me lo dijeron en la tienda. En cambio la de Bonus sí gira. Quizás me equivoqué en tomar la decisión correcta durante ese impasse que me tomé para elegir la bici adecuada.

Él y yo bajamos los primeros para evitar que los de siempre nos esperaran como siempre. Desde abajo vimos una pendiente muy interesante que algunos probaron, muy técnica al final. Juan con la Marín la bajó muy bien. Hacía tiempo que no veía una; en los tiempos de las rígidas se veían más. Y se veían bien con esa manía de pintarlas de colores fosforitos. Una vez coincidí con un chaval con una subiendo Na Burguesa e hicimos una rutilla de domingo, a bastante velocidad por cierto; se ve que no estaba acostumbrado a esos ritmos. No volvimos a quedar.

Nando venía quejándose de dolor de cabeza y malestar general y lo atribuía a una bajada de azúcar. Solo deseaba llegar abajo para volver por la carretera cuanto antes. Lo único positivo de la rotura de la Spe fue que al menos le pudo acompañar en la vuelta. Los demás proseguimos por el GR.


Aubarca 2

Toda la ruta era nueva para mí y me gusta tomar nota mentalmente de por donde voy a falta de ingenios mecánicos que lo hagan por mí. Fue en ese tramo donde tuve la segunda avería, al quedarme con la biela izquierda colgando del zapato y menos mal que encontré el tornillo del eje y que Toni llevaba la llave Allen adecuada porque sino me veo pedaleando a una pierna hasta Artà.

Llegada a la torre, fotos, merienda, charlas, algunos ajustes mecánicos. Descenso hacia Cala Matzocs y desde allí empieza una pista en ligero ascenso muy rápida que va enlazando Cala Estreta (también mal señalada en los tracks de Pepe. Lo siento, Pepe, ya sé que no influye para hacer la ruta, pero la exactitud es la exactitud, y antes de que te lo reproche otro, te lo digo yo, que voy sin malicia), Cala Mitjana, Cala Torta, Cala Mesquida y Cala Agulla. Comentar que es donde podemos tener más problemas de orientación al existir numerosos cruces y hasta carreteras asfaltadas. De hecho en uno de ellos Chus se extravió y ya no lo volvimos a ver, pero eso lo supimos mucho más tarde.

Bajamos a la playa por la escalera. Es una de las ventajas de ir en grupo, haces cosas que solo no harías. Seguí al que tenía delante y no ví lo que me esperaba; creo que si lo hubiera visto no me tiro, pero, eso sí, fué divertido. Intentamos cruzar la playa montados pero es imposible. Las dunas, solo para mirarlas, son espacio protegido. Pistón (como aumentativo de pista) hacia Cala Agulla. Asciende hasta el Coll de Marina y bajada a toda mecha. En la subida tengo mi tercera avería. Cambio de piñón para llegar a lo alto con el plato mediano y se sale la cadena por arriba y se me engancha el cambio en un radio, pero no se rompe nada. Lo meto todo en su sitio y sigo. Nos reagrupamos algunos arriba y faltaban otros, que creíamos más adelante. Es lo que pensé en ese momento.

Me lanzo el primero hacia abajo. Es en esos terrenos rápidos y bacheados para donde mejor está ajustada la suspensión. Me pasan unos cuantos (los que tenían que pasar) y al llegar a Cala Moltó le pregunto a Pepe dónde está Chus, ya que con nosotros no íba. Revisión mental de la ruta y nos damos cuenta de que en Cala Mesquida ya no estaba. Muy lejos para volver a buscarlo, aún con la duda de que no hubiera podido volver por sus propios medios a Artà. En el caso de que encontráramos el coche en el aparcamiento se decidiría cómo organizar la búsqueda. Afortunadamente sólo fué una pérdida del camino principal y quedarse descolgado en un sitio desde donde no nos podía ver ni nosotros oírlo.

Aunque Tomeu iba controlando la cola del grupo tampoco se dió cuenta de que faltaba, ni siquiera los que iban en último lugar, seguramente más preocupados de no quedar más descolgados que en controlar quién pasa por su lado. No hubiera sido posible notar su falta sin una comunicación entre la cabeza y la cola a través de unos talkies, por ejemplo, aunque ello implique que dos integrantes del grupo vayan siempre uno en cabeza y otro en la cola, lo que no parece muy factible. Una opción más asequible es hacer un recuento claro y fiable en cada reagrupamiento. Y tener decidido en caso de falta cuál es el plan a seguir. Puede parecer exagerado pero no tenemos que esperar a que suceda un accidente de importancia para quejarnos de nuestra mala previsión.

De vuelta ya por la carretera apareció con el coche junto con ToniXXL que había vuelto a pinchar; cosa que no le hizo ni pizca de gracia, visto el precio a que se ponen los tubeless, y con una reparación más complicada que la de una simple cámara. Hubo que aguantar el rapapolvo y con razón. Pero es un fallo del grupo y él sabe que de haber sido otro el desaparecido hubiera obrado igual que nosotros. Ayer había más gente de los no habituales pero ello no es óbice para que no se pueda tener un plan ya establecido. Que después sea funcional ya es otra cosa.

A ver, que muchos hemos hecho la mili: “A numerarse, coño”.


Aubarca 1

Tomeu se ha pasado la semana pasada rodando antes que nosotros por Aubarca. Añoraba el Parc de Llevant. Llevaba mucho tiempo sin rodar por allí, desde Abril del año pasado, y le entró una morriña que había que desperezarse de encima de alguna manera. De la mejor posible, rodando. Xisco se apunta y propone modificaciones de la ruta. Yo no dije nada porque sería mi primera vez por allí e iba de invitado total. Efectivamente, íba a ser mi primera vez que rodara por esos parajes. Con el grupo que rodaba anteriormente nunca se propuso esta ruta, más que nada por la distancia que se encuentra de Palma, lo que iba a provocar que tardáramos más de la cuenta en regresar. Cosa no del todo cierta por lo que sé ahora pero que no sabíamos en esos tiempos al no tener contacto con otros bikeros que la hubieran realizado. En mi época solitaria me concentré en los parajes más cercanos lógicamente, aunque ya el Parc de Llevant era mucho más conocido en el ámbito de la isla.

Aún así, en las salidas programadas por el grupo por la zona no me apunté, por una causa o por otra, por lo que decidí que esta ocasión no me la podía perder. Y más desde que Xisco había comentado la última que hizo por allí junto a Semi y que al parecer no suscitó excesivo interés entre su grupo, pero que, visto el lugar, recorrido y compañía me hubiera encantado hacerla. Lo que está claro es que no me perderé la próxima.

Pepe estaba a la espera de resolver sus problemas de casquillos. Íban a ir los habituales más ToniXXL, que quiere volver a sudar el maillot; David R., de nuevo en marcha tras superar el trauma de la costilla; también Mecanoid, el fumigador, y Rafel, que no quería verme cerca de él, por si las moscas. Pepe Sancho, con varios pupilos jóvenes y Juan, con bici nueva. Desde luego, el grupo de los llorones parece más homogéneo que nunca. Ante tal éxito de convocatoria se decide retrasar la salida hasta las nueve, pero entre llegar y partir transcurre un buen rato. No conocía el recorrido ni el horario aproximado. Creo que tan solo Pepe, que al final se presentó, y alguno más, habían hecho una ruta tan larga.

Se empieza por la carretera que se dirige hacia la Ermita de Betlem desviándonos hacia el Puig de sa Tudossa, fácil de reconocer por las antenas. Vamos enlazando s'Alquería vella d'Avall y de Dalt y, ya fuera del bosque, las ruinas del antiguo campamento militar. Está flanqueada por numerosas basses y cisternas que marcan los desvíos a tomar. Bassa de s'Alquería como inicio de s'Esquena Llarga; otra cisterna, hoy en día sustituida por un grupo de bidones, señalando el inicio del Camí d'en Mondoi. Yo no las ví, pero según los mapas ahí deben de estar. Y muchas casetes. Es posible que la gran desforestación de la zona tenga algo que ver en ese apartado.

En ese tramo tuve mi primera avería, un pinchazo lento que solucioné cambiando la cámara en el desvío del Camí d'en Mondoi mientras esperábamos a uno de los Sancho que al parecer había perdido una roldana del cambio. Ahí terminó su aventura. La carretera continúa hasta acabar como tal en el Coll Paret, dominando desde las alturas el Caló de Betlem; sigue como sendero hasta la torre de la Talaia Moreia, sobre la mole del Cap Ferrutx, ayer lejos de nuestro itinerario. En ella nos encontramos un pastor en todoterreno que nos pregunta por dónde vamos a ir recomendándonos hacerlo por el camino ancho de s'Esquena Llarga, porque decía que por el otro había unos mulares y no se podía bajar. La verdad es que no lo entendí en ese momento. Para evitar problemas le dimos largas porque no sabíamos exactamente a lo que nos exponíamos. Creo que en ese punto no sé, ni creo que nadie, donde estábamos exactamente, si en una propiedad privada o pública. Aunque casi da igual, visto el recibimiento que nos dieron en Mortitx. No se marchó muy convencido pero se fue, por lo que seguimos nuestro camino.

Esperando al averiado apareció otro numeroso grupo de bikeros, ya bien tullidos, (creo que eran los del grupo del matadero), conocidos de Pepe, que también hacían la misma ruta que nosotros. Ello provocó que el pastor volviera hacia nosotros y me imaginé problemas. Luego, al bajar por la trialera, comprendí la razón. Los mulares eran un grupo de mulos rodeados por una valla electrificada de tal forma que cortaba un tramo del camino y, aunque se podía rodear fácilmente, el hombre quiso ser previsor y se tomó la molestia de bajar para desconectarla y apartarla para que pudiéramos pasar sin desviarnos y de paso, sin destrozarla. Al menos eso fue lo que me dijo. Los mulos los emplean para limpiar el terreno de todo tipo de vegetación de forma natural simplemente desplazando el cercado hacia otro sitio una vez que han acabado con todo lo comestible.

El recorrido de s'Esquena Llarga se dirige hacia el Arenalet des Verger pasando por la caseta des Oguers. Allí también se dirige el camí d'en Mondoi desde el Pla de ses Bitles. La bajada hasta el Pla es una trialera bastante técnica que ayer no domé por completo. Empalmamos con la pista ancha hasta la playa de s'Arenalet des Verger, con refugio incluido, marcada erróneamente en algunos tracks de Pepe como Cala de sa Penya Rotja (lo digo para que no os confundáis por si consultáis esas rutas en su página). Desde esta playa empezamos la variante nueva y más larga de esta ruta: costear hasta Cala Mesquida. Nuestro primer objetivo es la Torre des Matzocs o d'Aubarca. Tomamos el sendero costero. Cruzamos por la arena la Cala de sa Font Salada y continuamos siempre por el roquedal, aunque te vas encontrando diferentes tipos de roca que exigen toda tu atención. Más lisa y desgastada, sin puntas; otra negra con incrustaciones blancas que se rompe con facilidad. Otros tramos de arenisca más agreste, con muchas puntas. Lo raro es que no se produjeran pinchazos o roturas de cubierta allí y sí en otros tramos aparentemente menos complicados.

Al costear tienes que vadear muchas veces los torrentes o torrenteras que desagüan al mar provocando que debas desmontar con frecuencia y ser un continuo sube-baja, pero creo que vale la pena, y más si es como ayer donde el mar se hacía notar (si hubiera hecho más viento hubiéramos quedado empapados de salitre). Ese tipo de terreno tan exigente y poco propicio para la velocidad provocó que los retrasos fueran importantes entre unos y otros. Yo particularmente me lo tomé con calma, en eso tengo mi parte de culpa, aparte de que recibí una llamada telefónica y partí el último.


Con los menorquines

El sábado me lo tomé con calma. No era cuestión de bravatas en el Massanella. El ascenso por el Comellar des Prat no permite concesiones: no se puede subir y punto. No así el que fue el descenso, para mí gusto mucho más asequible. Decidí descansar y ver si me podía recuperar y salir el domingo con Wiro y Juantrans. En cambio la respuesta a mi mensaje de citación que le envié lo respondió Tomeu, emplazándome a llegar a Bunyola. Entonces el plan inicial de una rutilla cerca de Alcúdia de los menorquines se cambiaba por la Comuna de Bunyola.

Vale, en principio podría decirse que me encontraba mejor después de descansar once horas seguidas el sábado. Creo que el episodio de sinusitis no influyó más que al final en mi bajo rendimiento del jueves y éste debió deberse más al cansancio y falta de horas de sueño que otra cosa. Ya se sabe que una ruta por la Comuna de varias horas se puede realizar sin mayores contratiempos, aún no estando al cien por cien, por lo que me he presentado. Y para mi sorpresa, éramos un nutrido grupo. Presentaciones, besos, abrazos y p'arriba, que se hace tarde. Yo iba muy abrigado, con camiseta y maillot de manga larga, perneras y pañuelo al cuello. Todo me lo he quitado en la barrera del comellar hacía calor y nada de viento y el camino estaba muy seco lo que auguraba una buena bajada en la trialera.

Todo el mundo ha tirado por la pista hacia el Coll d'Honor (aquí ha llegado Edu que venía pisándonos los talones); solamente tres hombretones de pelo en las piernas han hecho la dressera. Y llegas antes que por la pista. Foto de familia en los acantilados (faltaba uno, pero no diré porqué) y seguimos a por la trialera de la cabra. La trialera parecía lo único seguro de la continuación de la ruta. Se han barajado todas las posibilidades y se ha optado por la más corta: Cabra, bosque encantado y caballo muerto. A mí me íba bien y creo que para ellos ha sido la mejor opción, aunque pienso que la Coma Gran les hubiera gustado también. La cabra, casi toda, como siempre. El siguiente tramo hasta el camino ancho también es muy bueno. Recuperación hasta el depósito donde los frees han hecho de las suyas, y sendero del bosque encantado. Creo que es la tercera vez que paso y no tiene ninguna dificultad; es un tramo de pedales; si lo haces puede ser un descenso muy flipante. La subidita hasta la pista, preciosa.

Una vez reunidos arriba, a por la Coma d'en Buscante. ¡Como la he disfrutado! Qué diferente se ven las cosas solamente con mirar hacia arriba o hacia abajo. Subiendo con Juantrans la encontré muy corta y bajando he disfrutado más que una vaca suiza cuando la ordeñan. Y muchos otros también a juzgar por la cara que traían cuando llegaban. Wiro decía que la nueva bici bajaba sola, pero él bajaba con mucho tiento. Tiempo tendrá para acostumbrarse; espero que sea menor que el que necesite para volver a cambiar de bici.

Último descanso en Cas Bergantet ya antes de bajar a Bunyola. Desde la barrera hemos tirado por el camino viejo y por otro más viejo aún, casi torrentera, y al final hemos tenido que saltar la verja los que hemos tirado detrás de Pepe, aunque botador había.

Despedida y cierre sin cerveza para la mayoría en el cementerio, ya a punto de agotar el bonobici.

Es de agradecer que este grupo de bikeros menorquines quieran que les acompañemos en sus rutas por la isla. Está claro que no somos los únicos ni los mejores pero gracias al trabajo desarrollado por los webmasters en sus páginas sí de los que mejor transmiten un sentimiento motivador para realizar y compartir experiencias en este deporte. Me han comentado que la Volta a Menorca que ellos organizaron fué un completo éxito, tanto de asistentes, más de trescientos, como organizativo y que las críticas han sido mayormente positivas. La lástima es que no se pudiera acercar ninguno de nosotros; a mí particularmente me hubiera gustado, pero no pudo ser.

Ah, por cierto, webmasters, como veo que la Coma Gran la tenéis injustamente relegada como descenso la quiero hacer de subida. Propongo: Coma Gran de subida, 3K de bajada, Coma d'en Buscante de subida (100% ciclable), bosque encantado y descenso a Coanegra. ¿Qué, quién se apunta?


La petada

Pues sí. No he encontrado mejor título para tan nefasta salida. Aunque el día no pintaba mal en un principio (meteorológicamente hablando), al menos para los mallorquines, ya que debido a las condiciones del canal se han suspendido los trayectos marítimos entre las islas y los menorquines se han quedado en tierra.

Como decía, el día estaba bueno. No hacía frío, siempre y cuando estuvieras en movimiento, y tampoco se notaba mucho el viento. La ruta inicialmente prevista por el Teix se cambió por otra más cercana a Palma, pero no por ello más frecuentada, dado que ya habíamos estado hace poco por allí. Al ser día de fiesta y aunque fuera una salida conjunta, éramos pocos. Woody y Potato, por parte de los Toys; y Pepefz, Pep Sancho, Bonus, Edu y yo de los poferos. Al menos nadie se iba a quejar. En principio, no quería volver muy tarde (sobre la una; dos como máximo) y como la ruta no tenía el itinerario definido con exactitud, sabía que tendría que acortar en algún punto intermedio, lo que no me imaginaba es que lo hiciera tan pronto.

Alguien había comentado que haríamos la subida de la cantera. Creía que se referían al camino que sale cerca del cruce de Establiments con una barrera. Una vez lo subí y acaba por quedar completamente tapado por arbustos por lo que tuve que volver a bajar sin llegar arriba. Pero no era éste por el que querían subir. Hay otro antes de llegar a la cantera pero debemos pasar frente a unas casas, Can Llaneras, y eso puede provocar alguna fricción con los propietarios, cosa que sucedió, aunque es de agradecer que solamente se tratara de un leve roce.

El camino de subida es muy interesante, aunque se notan los efectos de la correntía de agua. En su parte más alta giramos a la izquierda para tomar un sendero de bajada muy trialero hasta el camino inferior. Éste proviene del cementerio de la Vileta y también se dirige hacia la cantera. Antes de llegar al coll hay un desvío a mano derecha sobre la torrentera que se dirige hacia la carretera. Es una de las opciones de bajada. Nosotros continuamos hasta el coll donde se ve un sendero y un camino que descienden de las zonas más altas. Tomamos el ancho y nos desviamos enseguida hacia la derecha. Este sendero, tras una corta subida y bajada, empalma con un camino de carro, que desemboca en la carretera en la entrada de Bunyolí Nou. Precisamente este tramo de sendero será el más doloroso de la salida ya que si no vas protegido de brazos y piernas vas a quedar marcado, y bien, por las zarzas.

En la bajada nos encontramos zonas donde se ha rellenado de escombros y se puede practicar un poco de free-descenso. Hay pruebas gráficas de que se consiguió. Tomeu desllantó y perdió un poco de aire. Al intentar abrir la válvula la cascó. Quita cubierta y mete cámara. Una pega más de las ocurridas en la subida. Parecía que no había cambio bien ajustado. El mío en los piñones intermedios iba mal, por lo que tenía que llevar el grande todo el rato. A Tomeu tampoco le rulaban bien. Lo reguló varias veces y seguía igual de mal, hasta que Pepe Sancho vió que tenía la rueda mal encajada en los soportes. A él también le saltaba la cadena. Yo también creía que íba frenado de atrás pero era una ilusión; eran las piernas que me pesaban más de la cuenta.

Con más pena que gloria llegamos a la carretera para desviarnos hacia Son Roca. Íbamos a subir por donde yo bajé hace unas semanas. Excepto el tramo de senderillo es todo ciclable, y aún así puede que se atreva alguno, pero ayer era un espejo. Ya en la carretera, cerca de las casas, nos topamos con una furgoneta que subía y el conductor tampoco nos riñó, creó que ni siquiera nos miró, por lo que pudimos continuar nuestro periplo sin complicaciones. Hasta la barrera muy bien, pero después se notan mucho los efectos de las últimas lluvias. El camino ha perdido gran parte de la cubierta de tierra que tenía y lo hacía muy cómodo; ahora está muy desmejorado y creo que lo estará por mucho tiempo, ya que no es utilizado por la propiedad y no se reparará. Espero equivocarme.

Por estos lugares ya estaba medio grogui. Si subía mal, bajé fatal. Me costaba controlar la bici sobre las piedras. Me dolía la cabeza; seguramente sea sinusitis. Como me había parado en el pinchazo de Bonus cuando llegamos abajo Sancho ya se había ido por lo que volví solo. Las piernas pesadísimas y con la cabeza congestionada. Entonces me acordé del pañuelo que llevaba en la mochila y me envolví la cara con él. Así llegué a casa.

Ellos continuaron con la ruta, en gran parte inédita para casi todos. Se realizó la subida por Son Puig hasta Son Fava. Después de llegar a las antenas rodearon la Fita del Ram por la vertiente de Esporles buscando el descenso hacia Son Ferrá. No sé exactamente lo que podría haber quitado de aquí si la hubiera completado.

Acabaron bastante tarde, cerca de las cinco, lo que se dice un día completo de bike, y me alegro por ellos aunque no hubiera podido finalizarla entera aún en el caso de encontrarme bien. De todas maneras, acortando un poco el inicio, puede salir una ruta muy interesante para un grupo más numeroso.