II Torrada

Al menos para mí así fué. No sé si se habían reunido con anterioridad pero yo solamente he ido a dos. Además en ésta se celebraba un acontecimiento privado y confirmé mi asistencia encantado. Por el lugar donde se celebra toca Pollença-Lluc, el camino de la discordia. Uno de ellos.

Nos vimos en el aparcamiento de la rotonda un grupo no muy numeroso, con algún novel, Juan, amigo de Fibras. El resto, de los habituales de la mañana. Digo esto para diferenciarlos del resto de habituales vespertinos, con los que se hace difícil coincidir, aunque había alguno que pica de los dos platos. Debido a un pinchazo de Fibras el grupo se fragmentó y yo me quedé con Juan, con el que hice el primer tramo asfaltado de la ruta. No me esperaba encontrar la barrera abierta y no lo estaba, pese a las últimas noticias que se tienen del tema. Fue allí donde vimos a los últimos del grupo de delante. Subimos por el GR. Preveía que podría superarlo sin muchos agobios aunque me había ofrecido para subir por el camino ancho. Mi acompañante, como no había estado nunca por allí, no sabía qué opción tomar y al final se encontró que tuvo que subir andando la mayor parte del recorrido. Ya sabe lo que hay para la próxima.

Nos reagrupamos los que quedábamos arriba en la barrera pequeña de madera para hacer el último tramo por el bosque y ya no dejar la pista hasta la barrera de Binifaldó, la cual subimos a buen ritmo, con Potato en puestos de cabeza aunque fuera con la DV. Jromán y Botets quisieron quitarme alguna pegatina pero no me pasaron lo suficientemente rápido (no lo ví pero seguro que cogieron algún atajo para acortar).

El GR se desvía hacia el Coll des Pedregaret para tomar un senderillo en la barrera, obviando la pista que sale y llega al mismo lugar. Lo encontré muy asequible, en contra de lo que recordaba del último paso. Si fue con la doble debía ir aún bastante desconfiado con las calas, o ni siquiera las empleaba. Ahora en cambio, me encontré más cómodo y solamente con algún paso un poco comprometido. Fue allí donde se la piñó Juan. Debió caer de frente porque dijo que se había golpeado el pecho con el manillar. De todas maneras, la cosa no pasó a mayores.

Pepe me comentó arriba si quería ver la ermita y la verdad es que nunca había pasado. Fuimos a verla todos. Todos menos uno, Bonus, que no sabíamos si estaba delante o detrás, pero que supusimos que lo encontraríamos en Lluc. La ermita de Son Amer tiene un caminillo directo desde abajo que cruza la pista en una ocasión. El segundo tramo es el que se suele utilizar para bajar a la carretera.

Para acabar de completar el periplo subimos al refugio de Son Amer, que me pareció que estaba cerrado, dispuestos a afrontar la bajada de la mejor manera posible. La verdad es que la primera vez que hice ese camino me sorprendió muy gratamente y ayer no defraudó. Además tuve la ocasión de observar cómo se traza en las curvas como es debido aunque una cosa es verlo y otra hacerlo.

Comimos y bebimos algo en la plaza. Juan apareció por allí. Se había perdido al inicio de la bajada y aunque Tomeu había esperado en el cruce de la ermita, no llegó a verlo. Tras la última subidita hasta la carretera, donde más de uno sudó, nos volvimos a separar. Había comentado en la ida a ver si íbamos a dar una vuelta por els Pixarells y bajar por el Camell pero no se secundó la idea. El Camell es imbajable, según dicen. Si ellos lo dicen..., yo fuí una vez pero no me acuerdo. Pepe decía no se qué de un sendero. Vamos a verlo, pues.

Salimos de la carretera a mano izquierda pasado el cruce de la pista de la Cometa des Morts y nos fuimos moviendo por un sendero, camino empedrado a tramos, fitado y marcado, siempre cerca de la carretera. Pasa por els Pixarells, donde está el grupo de mesas, y vuelve a salir a la carretera por un portillo para inmediatamente volver a salir para serpentear hasta el túnel y pillar la pista que pasa por el refugio (que por cierto, no tengo en mi lista) y ascender al camino principal de arriba, junto a la Alzina de Binifaldó. Sabíamos que sería duro pero no fue insalvable, pudimos superarlo.

Bonus preparó la cámara y el grabador. Pepe iba a hacer de sparring. Yo iba detrás con Juanan. Pasamos por todos los tramos empedrados y luego a por los zigzags del bosque. Los disfruté. Lo que está claro es que nos divertimos como niños, como queda constancia en el video de Juan (no se ve pero se oye).

Rematamos por la parte llana para acabar de exprimir la maquinaria y quedarnos como suele decirse, a ple, antes de ir a dar buena cuenta de los choricitos, el lomo y las patapollo.


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