Los Misterios

No sé porqué pero ya la semana pasada tuve la fijación de coger el tren para ir a la salida de Mancor, aunque finalmente se anuló. Por eso al leer que se haría otra por la misma zona volvió a resurgir la idea del tren. No sabía nada seguro de los compinches de Palma pero creía recordar algo del Jou y Portell. Palabras mayores, aunque debo reconocer que las veces que he pasado por allí no las recuerdo con especial antipatía; si acaso la que hicimos desde l'Ofre (otro día decidiremos si l'Ofre o Lofra), que es muy larga y con la bici a cuestas.

Resumiendo, que desde que ví la salida poblera supe cual era mi elección. Un poco por el fiasco de la semana pasada y un mucho por la ruta, muy exigente, pero que tenía el aliciente de hacer la subida de Ses Rotes por la pista, que nunca he intentado. Cierto que la de Palma también contaba con el tramo del Racó d'en Barona, por ahora inédito para mí, pero el timing se me salía de la previsión. Cogí el tren de las 8,05h y la primera sorpresa fué comprobar lo que vale el billete (ahora título), 1,80€, cuando creía que no pasaría del euro diez. Ése podría ser el primer misterio del día, lo que ha subido la vida con el puñetero euro. Mientras íba para Lloseta me daba la sensación de que tardaba bastante en llegar; la hora prevista son las 8,39h (creía recordar que llegaba a y media) pero era un poco más tarde cuando llegué. Creo que estaba cogiendo agua en Mancor a las 9,10h. Demasiado tarde para ir detrás de ellos por lo que decidí llegar hasta Caimari y esperarlos allí. Estuve unos veinte minutos merodeando por el camino viejo para no enfriar y al final tiré para arriba. Era muy optimista con su horario, después supe que pasaron por allí una hora después que yo.

Solamente hice el primer tramo de camino ya que decidí hacer toda la subida por carretera, más que nada para subir a ritmo constante y no forzar en las cuestas de la Coveta Negra. Me encontré con dos malparits que me acompañaron en toda la subida (de hecho les pasé y se me pusieron a rueda, por pundonor, supongo). Yo bajé a Lluc por la urbanización y me encontré abajo a varios bikeros de Sa Pobla pero que no habían salido con el grupo de Xisco sino que habían acompañado a los corredores que participaban en una carrera desde Sa Pobla a Lluc. Me había cruzado con algunos en Caimari pero no sabía que participaran en ninguna competición. Quién también estaba en Lluc era Jaume Soler, que me puso al corriente del evento y su ganador, el reciente vencedor del último maratón TUI de Palma. Ya no falta mucho para volver a verlo montado en la bici, a Jaume, me refiero, va por buen camino. También llamó a Xisco pero no contestó, con lo que yo seguí mi miniruta por los Misterios de Lluc.

Fácil de subir las escaleras y preciosas las vistas sobre el valle de Aubarca, en todo su esplendor tras un mes pletórico, podríamos decir, pero hay que ir con un poco de cuidado con los escalones si vas un poco bajo de presión o con gomas de flancos débiles porque, aunque sean bajos, puedes dar un llantazo.

Había pensado en varias opciones para la vuelta; una de ellas era subir a la Moleta, subir por el Bosc de Son Macip o tirar hacia Alcanella y Binibona. Al final me decidí por lo más cercano, Escorca. Y me gustó mucho el tramo y comprobar que es factible hacerlo montado. Exigente pero posible. De bajada lo recordaba de forma más imprecisa pero subiendo lo valoras en toda su magnitud. Debe ser porque iba mucho más concentrado en no pegarme una nata que en otra cosa. Posibilidad muy real debido a que casi todo el tramo está empedrado y un poco de humedad lo pone como el jabón. Pero ayer lo disfruté (con lo que me hizo sudar quién lo diría).

Me paré un momento en el Coll de sa Batalla. Iba llegando un grupito de bikeros extranjeros, unos por carretera y otros por el GR. Espero que el año que viene puedan volver a hacerlo con todas las de la ley. Me dirigía hacia el Guix para hacer la bajada solo, había desistido ya de ir por Comafreda, cuando empecé a oír voces familiares, era el grupo de Sa Pobla merendando en las nuevascasas del Guix. Hubo hasta propuestas para ese desaguisado urbanístico.

Xisco hacía mala cara; las subidas se le habían atragantado y quería volver, así que nos dividimos y bajamos juntos hasta Biniamar, donde tenía la furgoneta aparcada. Me informó de la próxima salida del Xaragall y me interesa. Vamos a ver qué se puede hacer. Yo, como no tenía vehículo, decidí volver a Palma pedaleando, o al menos, intentarlo. Escogí como la mejor opción el camino que va cerca de las vías del tren hasta Binissalem. Al llegar al puente que se dirige al pueblo seguí recto y vuelves a coincidir con las vías en unos minutos. Creo que fué en uno de esos cruces donde ví el letrero del Pou Poal.

Al llegar cerca de la carretera nueva de Alaró se desvía bruscamente hacia el Camí des Raiguer. Allí ya dudaba de hasta donde llegaría, el viento era mi excusa. Paso del plato grande y pongo un ritmo más acorde y menos cargado. Una vez cruzas la carretera el camino es más estrecho y protegido entre paredes y árboles, lo que se agradece. Me encontré con un grupito de bikeros mayores que iban llegando al cruce pero el primero iba escopeteado, esprintaba como un poseso, me pasaba y luego se paraba a esperar a los demás, que me parece que no les hacía mucha gracia el sistema. Iba delante de mí cuando llegamos al cruce de la carretera de Santa María a Alaró y el bruto se saltó el STOP y casi se la pega con otro bikero que giró hacia Binissalem. Si llega a ser un coche se lo come. Menudo energúmeno.

Ya me ví llegando al menos hasta el Festival Park. En la carretera de Bunyola fuí a coger el Camí de sa Bomba. Algunos opinan que es la antigua calzada romana que cruzaba la ísla; otros en cambio creen que es un camino medieval. Justo en la rotonda de la autopista me pasó uno de los malparit que había subido conmigo a Lluc, ahora con otro acompañante, y nos volvimos a saludar y lo ví con mejor cara que cuando subía, lo contrario que yo que íba pensando que no haría esos últimos kilómetros ni loco, entre el tráfico, y el viento en contra. Por eso me fuí al apeadero a esperar el tren y para casa.

Estuvo bien la salida; algunos días apetece una buena rodada y estoy casi seguro de que no hubiera aguantado la ruta entera (cualquiera de las dos). Yo sabía que era muy exigente, con tres buenas subidas, todas ellas factibles al 100%, por tanto sabes que si no puedes con ellas es que vas mal, mal. La primera de ellas era la que quería conocer ya que solo la había hecho de bajada un par de veces. Muy larga y sin un momento de respiro, como para ponerte a prueba. Otro día será.


No hay comentarios :

Publicar un comentario