Vamos de prácticas

Que si va a llover, que quiero ver nieve, que quiero llegar pronto, que quiero hacer bajadas, que la mujer no me deja,... había de todos los colores el viernes; había de todo menos ruta decidida. Ya había convencido a Juan para que se viniera a rodar por el Parc de Llevant cuando me entero de que se van a visitar al Tito Jou. Y vuelta a empezar. De todas maneras al Jou no voy. Y Bonus tampoco, o sea que basta poco para que quedemos y hagamos algo por la zona de Palma, igual que hicimos la semana pasada, pero en aquella ocasión con más quorum.

A las nueve en mi casa ya que le viene de paso. Le espero en la plaza y hace bastante frio por lo que decido volver para ponerme algo de manga larga; entonces llega y subo a abrigarme un poco. Nos encontramos un colega suyo, que además es vecino mío, del grupo de descenders y nos quedamos charlando un rato. De todas maneras había que darle tiempo al otro Juan (Woody) para que fuera saliendo de la cama y se vistiera (le había dado tanto el coñazo que no le quedó más remedio que venir, todo sea dicho). O sea que, bastante más tarde de la hora prevista, nos encaminamos ya a empezar la ruta, casi repetición de la semana pasada. En la gasolinera de Eusebio Estada nos encontramos con Paparra que se iba a entrenar en el circuito del enano. Quizás nos viéramos después. Cruzamos Palma hacia la Vileta y cementerio para arriba. El cuestón no hay quién lo suba pero algo más hice. Y se notó porque a aquellos dos los dejé de ver muy pronto. De todas formas ese comienzo es una quemada (y no solo por el coche).

Los esperé en el geodésico para acometer juntos la primera bajada, a ver que tal se me daba, y sobretodo a Juan Woody que la semana pasada, con lo del estreno, me parece que no la cató del todo. Cada uno la hizo por su lado y como bienamente pudo. Bonus, que iba por delante filmando, se la pegó, sin consecuencias, en la zona difícil, donde yo me acoquiné, y Woody, por detrás a su aire. Después nos envalentonamos un poco más en la parte rápida, pero de saltar, nada.

En el final había dos constructores de rampas, medio carpinteros, medio jardineros, una nueva especie de hobby campestre consistente en construir rampas con cualquier madera o tablón, además de otros materiales varios, en cualquier punto de la montaña donde sea posible. También hacen peraltes. En ese caso es para saltar el camino. La recepción es otro cantar. Desde allí nos fuimos a Pinar Park y atravesamos el nuevo golf y sus “anexos” para salir por el bosque de que hay detrás del colegio de Madre Alberta. Agua y barro por un tubo. Y motos por todos lados. Tiramos hacia la carretera por el torrente para subir al Coll de sa Creu. Bonus mete platillo a las primeras de cambio y subimos cansinamente, sin forzar, pero a Woody se le van las piernas en ese terreno y coge distancia. Deben ser las cubiertas hinchadas como piedras que lleva.

Solamente bajaron dos coches y eran Joan Paparra y el colega que habíamos encontrado debajo de mi casa que bajaban del circuito. Allí nos pusimos al día porque ya hace mucho tiempo que dejó el ruteo. Pero se va a preparar, dice. Que vuelva, da gusto verlo bajar, aunque solo sean unos segundos. Como ya se iba mascando que el timing estaba por los suelos nos fuimos hacia arriba, por el mismo orden en que lo hacíamos antes. Subida a ritmillo de nosotros dos mientras Bonus nos observa en la distancia. En esas llegamos al Coll des Vent y ya era tardísimo y lo que menos me apetecía era subir las cuestas de hormigón para llegar a las tantas. De común acuerdo decidimos ir a bajar por el circuito del enano pero primero tomamos la trialera entre los dos colls. Solamente tiene un paso comprometido al principio y allí nos entretuvimos hasta que la pasamos bajo la atenta dirección de mestre Bonus. Cuando la hube pasado me dí cuenta de que llevaba el bloqueo puesto y, con la puerta a tope, solamente se había hundido unos cuatro centímetros. Volví a pasarla con la horquilla en condiciones y se hundió más del doble, pero he de decir que no sabría notar la diferencia en un tramo tan corto. Tras algunos intentos fue superada con éxito. Si es que no hay nada como calentarse como toca.

Me apetecia ver el circuito de la polémica. Construido por un bikero y su cuadrilla dentro de la zona militar fue objeto de debate al quejarse de que los endureros se lo estropeaban al derrapar. El circuito está muy bien, no lo vamos a negar, pero es de descenso puro. Mucha pendiente, curvas peraltadas y una zona de saltos. Lo que pasa es que ayer, con todo el barro que había, como que no me sentía cómodo en las zonas de rampas, donde la bici se íba donde le daba la gana. Bonus intentó convencernos pero cateamos en descenso en barro. Quizás en seco...

Al llegar a la carretera subimos hasta coger la dressera del kilómetro cuatro y después la de Santa Eulalia. En la barrera había una furgoneta de alquiler con varios bikeros (parecían guiris) ¿preparando? las bicis para algún tipo de raid por la zona. Una era rígida, o sea que no sé lo que pretendían. No me paré a preguntar. La hora no daba para más así que bajé directo por Son Dureta para llegar al carril bici del Marítimo y a casa. No hay fotos aunque sí hubo filmación pero eso lleva su tiempo. Cuando lo vea pondré el enlace, mientras habrá que fiarse de lo que digo.


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