Teix

Vamos a ver, el Teix es muy grande; abarca mucho territorio y permite muchas combinaciones, tanto de subida como de bajada, pero lo que no faltará serán piedras y rocas. Y además tiene algunas de las bajadas más apetecibles para los descenders de pro. Así que me presenté en la salida sin tener ni idea de lo que íbamos a hacer pero con una ligera sospecha de por dónde iban a ir los tiros.

Lo que no sabía era que iba a venir tanta gente de fuera. El que sí había visto que quería venir era Andreu, un bikero de Campos al que conocí en la reunión que se celebró en Inca con motivo de la presentación de las alegaciones al texto legal de la Ruta de pedra en sec. Pero también estaba Ángel, Toni Ferrer, y los más asiduos Carlos, con montura nueva, y Juan. Además, algunos que últimamente se habían pasado al domingo, como Xavi y Juantrans, también vinieron y también Buzz. Fibras, XXL, Potato, Yarik y Tomeu acababan de completar el grupo.

Llegamos los últimos después de perder algún tiempo en empaquetar las bicis en el maletero y el grupo salió antes de que todos estuviéramos preparados. Estaba con nosotros XXL que tampoco sabía hacia dónde se habían ido. ¡Vaya manera de empezar! En el inicio del camino del Coll de Son Gallard me extraño de que la cadena esté puesta y debemos llamar por teléfono para cerciorarnos, y tardan en contestar. Cuando lo hacen nos dicen que están camino de la ermita y hacia allá vamos. Los alcanzamos antes de llegar y faltan dos. ¿Cómo es posible? Llegan al rato y podemos ya empezar la ruta como dios manda con el grupo al completo.

Pero no he hecho ni veinte metros cuando empiezan mis problemas. En la primera rampita ya me salta la cadena con lo que me voy quedando atrás sin remisión. Y no hay manera de que quede centrada, en cuanto la cosa se empina, salta y me veo obligado a descabalgar más de la cuenta y lo mismo me pasa en el tramo de después del Mirador des Tudons, que es ascenso. Estoy frito. Y cuando llegamos al sendero que tira para arriba no puedo encadenar cinco metros seguidos, y me hubiera gustado hacerlo. Ese tramo circulando montado todo lo que se pueda se hace muy corto, y más sabiendo que el tramo siguiente del camino de carro es impracticable. Mucha piedra suelta y mucha pendiente, pero la segunda mitad te permite alguna machada. Como con la bici no tenía nada que hacer subí tranquilamente con el grupo de cola.

Ya en el coll Yarik se escapa; quiere estar en casa antes que todos, y los demás continuamos el ascenso. Como no había manera de centrar la cadena pues más de lo mismo, monta, catacrak, desmonta, y así vamos pasando los metros. A Potato se le desmonta una suela y le ofrezco mi solución: tornillo y tuerca y aguantarán unos meses más. Andreu, que estaba abonado al furgón de cola, me comenta que no había hecho esta ruta, al menos desde que tenía uso de razón, y pienso que muchos otros bikeros de la isla tampoco. Que da un poco de pereza el desplazamiento y el madrugón, por no poner otras pegas, pero creo que para uno que le guste la mtb debe hacer el esfuerzo porque vale la pena, y siempre encontrará a gente a la que acompañar y que le mostrarán cualquier ruta que quiera conocer. Yo creo que siempre es mejor que hacerlo solo, aún cuando con ciertas ayudas electrónicas es totalmente factible; pero no es lo mismo. Y ayer, no sé porqué, sucedió ésto, y creo que se marcharon satisfechos y si no fue así que piensen que la ruta no fue diseñada especialmente para ellos, por lo que quizás crean que otra opción hubiera sido mejor. Y seguramente así fuere pero en un grupo numeroso nunca llueve a gusto de todos. La solución es repetir otro día, y otro y otro y otro...

A veces me pregunto si algunos bikeros de fuera creen si no nos hemos cansado de rodar en esta “islita”, si no habremos agotado ya todas las rutas y caminos de la isla habidos y por haber. Y yo digo que no, que aún quedan caminos y combinaciones por descubrir, y trialeras y cuestas que superar, en definitiva, momentos que compartir.

Pero volvamos a la ruta, la real, la de los pedrolos, donde iba haciendo lo que podía con el tensor a ver si se estaba quieta la cadena de una puñetera vez y a resignarme a esperar a las bajadas. Los compañeros estaban ya lejísimos y aquellos dos haciendo fotos pero nos esperaron y pudimos despedirnos en el Pla dets Aritjes de casi todos, porque fue una desbandada general. Nos quedamos solamente cinco, y porque convencí a Juan de buenas maneras para que continuara prometiéndole una mejor bajada que la que harían ellos, pero ahora dudo de que así fuera, aunque al hablar con Carlos por la tarde me dijo que la había encontrado “muy pedregosa”, pero no pude aclarar muy bien a qué tramo se refería exactamente. Quizás las últimas tormentas han destrozado el camino al Pla des Pouet.

Nuestra próxima meta era casi la cima del Teix con su correspondiente pateo. Es poca cosa pero allí se quedó Juan, donde gastó sus últimas energías intentando empujar la bici por donde no se puede, y bajé a socorrerlo, con la inevitable consecuencia de no poder terminarme el bocadillo que llevaba. Son las pegas de ir el último, nunca te terminas el bocadillo. Y alguna vez me ha pasado que no he podido terminarme ni la barrita. Pero no siempre ha sido así. Los dos amarillos habían puesto la directa y ya no se les veía por el pedregal, debían estar detrás de la pared. Los tres restantes bajamos como pudimos y solamente después de la pared pudimos montar aunque algunos tramos aún son harto complicados para unos aficionados como nosotros pero, al final del primer tramo, junto al rotlo de sitja, Tomeu fue pillado en un descuido y puso al descubierto toda su estrategia en esas lides. O sea que, iros preparando, porque la próxima vez, sus vui a crujir viiiiiiiiivos, igual que el Tio la Vara.

No os creáis que esto se acaba así como así, es un descenso muy largo, con todo tipo de terrenos. En el enganche con el Camí des Caragol, que sube desde la Font des Polls, es un camino ancho que hasta empieza a tirar para arriba y del cual hay que desviarse en un hito ya que termina un poco más lejos y hay que volver a enlazar con el camino de abajo y el tramo creo recordar que es peor que el que solemos tomar, aunque estos tramos de sendero son los que salvan el mayor desnivel, por lo que por momentos tiene mucha pendiente.

Cuando volvemos a llegar al llano hay que estar atentos para buscar el paso por la pared que vemos a mano derecha que nos encamina hacia el sendero de bajada y las pistas de Sa Coma que, dicho sea de paso, son un verdadero lío. Ya me extravié la primera vez que estuve por allí hace mucho tiempo buscando esa subida precisamente y ayer se volvió a repetir. Hasta me siento incapaz de volver a encontrarla subiendo. Tomeu decía que había que girar a la izquierda; yo creo que no hace falta, basta seguir recto para desembocar en el Camí des Cairats. Pero al perdernos lo que hicimos fue encontrar la Font de sa Coma (la de la foto, Yarik), una de las que abastecen de agua potable al pueblo de Valldemossa, punto desde el cual no hay ningún problema para llegar abajo. Aunque no tuvimos ningún problema para salir ni pasar por las casas de Sa Coma recomiendo que la salida se haga por el Camí des Cairats a fin de no molestar a los animales que por allí se encuentran, y de paso evitarnos problemas futuros por esa zona.


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