Los deberes

Debido a que sabía que seríamos pocos este sábado programé una ruta de exploración por la Cala de Deià ya que me faltaban muchos caminos por conocer en esa zona. Además quería volver a recorrer el Camí de Castelló y memorizar algunos datos para poder incluirlo de una vez por todas en el blog de Camins y de paso montar una ruta nueva.

Dicho y hecho. También me hice una chuleta con todos los caminos que deberíamos revisar, a saber:

Camí des Ribassos, que baja desde el pueblo hasta la cala.
Camí de sa Vinyeta, ídem que el anterior.
Camí de Son Bujosa a la cala.
Camí Reial de Valldemossa a Deià.
Camí de la Pedrissa a la cala.
Camí de la Torre de la Pedrissa.
Camí des pont de la cala.
Camí de Son Sales

En un principio puede parecer exagerado querer recorrerlos todos el mismo día pero la intención era ésa, aunque rápidamente el plan queda abortado por una avería mecánica irresoluble que nos recorta el horario en un par de horas. Aún así vamos a investigar lo que podamos.

El Camí de Castelló no tiene pérdida y pude refrescarme la memoria a la par que disfrutábamos del recorrido. Una vez en la carretera debíamos encontrar el primer objetivo, el Camí del Pont de sa Cala, que según mis datos enlaza algún punto de la carretera de Sóller con la cala y desde allí con la carretera del Valldemossa, junto al Pí de la Pedrissa. No fué difícil encontrarlo porque tiene el poste de GR, lo que sí he visto a posteriori es que a este tramo de bajada le llaman Camí de sa Pesta, y seguramente asi sea. Una vez en el puente del Torrent Major hay una indicación que nos señala el Camí des Ribassos hacia Deià. El tramo hacia el Pi de la Pedrissa es un desvío de éste señalizado como tal aunque nosotros lo seguiremos nombrando como el Camí del Pont de la Cala.

Los demás caminos no pudimos explorarlos por falta de tiempo pero no será complicado encontrarlos y además creo que se pueden integrar todos en la misma ruta haciendo un par de subidas y bajadas desde la cala. Creo que sería hacer Camí de la Pesta de bajada, Ribassos de subida, Reial hasta la Pedrissa, bajada hasta la cala con ida y vuelta a la torre y subida por Sa Vinyeta. La vuelta quizás por la Font de sa Senyora dependiendo de donde hayamos empezado. Quizás la deje para una rutilla veraniega para darnos un bañito.

Nos quedaba por ver el Cami de Son Sales. Había oído hablar de él y lo había buscado desde Can Bleda, pero desde el principio me encaminé mal. Creo que bajé por una pista que no tiene salida y no lo encontré. Esta vez sí. Algún poste camuflado en la entrada de la posesión nos indica que estamos en el sitio correcto. Tras sobrepasar los jardines hay que traspasar una barrera y nos encontramos con un camino típico de montaña empedrado y escalonado, aunque este está más deteriorado que la mayoría.

Esta tipología no dura mucho porque pronto se convierte en un sendero liso y, tras atravesar un olivar, enlazamos con un ancho camino cementado que ya no abandonaremos hasta llegar a las afueras del pueblo.


Castelló

Desde el martes andaba dándole vueltas a la cabeza que no a los pedales intentando montar una rutilla por los alrededores de Sóller después de comprobar que parte de la peña se había enfrascado en participar en una salida con un grupo de ibicencos que están de visita en la isla. La logística era el punto débil de esa salida, con inicio en Pollença y final en Sóller. Con los transportes públicos y el tren de Sóller descartado poca cosa más se podía hacer. Al final, ya que van pocos, lo han podido arreglar con la ayuda de alguno que no va. Descarté mi participación y por eso empecé a darle vueltas a esa ruta. Necesitaba refrescar datos de ese recorrido porque todas las veces que hemos enlazado un pueblo con otro hemos ido por el camino superior, el que pasa por la Font de sa Senyora y luego enlaza con las pistas de Can Prohom, así que ya tocaba catar de nuevo el Camí de Castelló.

Carlos y Juan han venido, también Fibras y Juantrans, y hemos quedado en Can Penasso para dejar uno de los coches. Íbamos a empezar desde el Pujol d'en Banya para hacernos todo el Camí de Castelló hasta Deià y hacia allá nos hemos dirigido por su camino de acceso. Una vez arriba tocaba llanear y probar algún que otro tramo sencillo de bajada. En una de esas, habiendo pasado el desvío del Camí de Rocafort, Fibras se ha empeñado en saltar un pequeño marge que había en un lateral del camino, pero ha perdido inercia y lo ha trialeado; la bici ha podido con él, de hecho se estaba riendo, entonces me he girado y he seguido pero me he dado cuenta de que no venían y he vuelto atrás y la bici ya estaba patas arriba con el cambio metido entre los radios. Al final sí ha caido, él por un lado y la bici por otro, con tan mala pata que se ha doblado la patilla del cambio. Ha sido imposible enderezarla y además se ha cargado el cambio y la llave allen. No puede seguir y tiene que volver atrás, la única pega es que es nuestro chófer y muy amablemente ha decidido que nos iba a esperar para que pudiéramos terminar nuestra ruta, o más bien empezarla, mejor dicho. La opción que teníamos si se iba era volver por carretera hasta Can Penasso, no muy atractiva para algunos, pero muy factible si no alargábamos mucho por Deià. La conclusión es que ha decidido esperarnos y hemos podido continuar sin problemas aunque sin acabar tan tarde como pensábamos en un principio.

La parte de camino hasta Can Prohom es la que tenía más presente, la había hecho con otro grupo pero en la era nos desviamos. Esta vez hemos continuado recto y vemos que el camino continúa con la misma tónica, con bastante tierra en los tramos planos y escalonado donde tiene desnivel, tanto para arriba como para abajo. Cerca del llogaret de Son Coll, en el desvío de la Font de ses Mentides, se ha rehabilitado por completo todo un tramo presentando un escalonado moderno. El resto se puede pasar bien aunque algunos hemos tenido nuestros más y menos en algunos puntos. Por lo general es muy divertido y la idea que te queda al final es que cuanto menos se trialee mejor.

La única nota discordante de todo este paseo ha sido encontrarnos precisamente al final, en un tramo escalonado, un grupo de extranjeros donde ha habido algunos que no se han querido apartar y ha habido que hacer algunas maniobras esquivatorias. Creo que nos querían echar de su camino. En cambio al volver, que lo hemos hecho por el mismo sitio, hemos encontrado a mucha más gente, ningún español por cierto, y todos nos han dejado pasar sin ningún problema y hasta con algunos, sobretodo si se dirigen a ti en castellano, intercambiamos algunas frases. Tampoco cuenta mucho el hecho de que sean extranjeros ya que más tarde también hemos tenido algún roce con otros en mallorquín más o menos sobre el mismo tema.

El caso es que hemos llegado a la carretera y según mi chuleta de deberes del día deberíamos encontrar un desvío hacia la Cala por Son Bujosa. Es fácil de encontrar porque es el que está señalizado como GR. Escalonado pero sin dificultades dignas de mención, lo he podido pasar casi todo sin problemas, más que nada porque tenía a Juantrans detrás acuciándome.

Llegamos a la carretera que baja a la cala justo delante del puente y ahí me sitúo. A ver, si lo cruzo me espera el Camí des Ribassos hacia Deià. Mirando hacia arriba veo otro con un escalonado moderno, debe ser el Camí de sa Vinyeta. Mientras decidimos qué hacer bajamos hasta la cala a merendar. Allí hemos asustado a unos cuantos, una sollerica que se ha llevado un buen sustu y un alemán, Helmut, que lo han tenido que apartar (debía ser un poco sordo). Evidentemente no había nadie en el agua pero sí que estaban los lugareños preparando el inicio de temporada. Hemos descartado llegar a la torre para no hacer esperar más a Fibras y reemprendemos camino de regreso.

De vuelta para arriba decido que subiremos por el Camí des Ribassos a ver que tal es. Bueno. A excepción de un tramo en que hay que pasar unos bancales desmoronados, completamente ciclable. He visto el desvío marcado como Pí de sa Pedrissa. Van apareciendo todos los caminos de la zona.

Sin separarnos mucho del torrente hemos llegado hasta el pueblo pero aún quedan algunas rampas hasta llegar a la carretera. Se que he pasado por delante pero no he visto el refugio de Can Boi. Prácticamente en cada esquina hay letreros del Consell con las indicaciones pertinentes para senderistas (ciclistas no, por la carretera). Para no alargarlo más de la cuenta hemos vuelto por el mismo sitio comprobando que es muy ciclable aunque sea cuesta arriba y ahora sí hemos encontrado bastante gente y cero problemas. Aún no habíamos llegado a la era cuando ha sonado el teléfono. Era Fibras preguntando por nuestra posición. Él estaba en Deià. Se le había hecho larga la mañana.

Desde Can Prohom hemos bajado a la carretera para meternos por Can Bleda y hemos encontrado enseguida la bajada, no como la vez que la estuve buscando que no se por donde me metí. Quizás seguí la pista hacia abajo sin querer enterarme de que podría ser otro tipo de camino, como de hecho es. Sigue la tipología de muchos del valle, empedrado y escalonado, durante un buen tramo. Me ha sorprendido. Al salir del bosque y encontrarnos el primer olivar, había gente y por educación hemos preguntado si se podía pasar ya que había una barrera. Nos han dicho que sí pero a pie. Uiuiui, ya la hemos liado. Que si estropeamos el camino, que si patatín, que si patatán. Le hemos dicho que iríamos caminando y nos hemos ido rápido, sobretodo Juan al cual no le ha hecho nada de gracia que le tirara un taco de madera por la cabeza.

Enseguida salimos del olivar y desembocamos en el camino de carro principal, el Camí de Son Sales, el cual nos deja cerca de Ca n'Ai, en un tramo GR asfaltado. Tranquilamente hemos ido a buscar a Fibras para irnos todos a casita, esta vez muy pronto, sobre la una, pero vamos, que se puede sacar una buena rutilla de todo lo visto. Ruta de rodadores, como más o menos nos gusta a todos los que íbamos, que tiene lo justo para no decir, “que cosa más sosa que te has montado hoy, Kapax”. Lástima que no hayamos podido hacerla todos juntos.


UIB

Siglas de la Universitat de les Illes Balears. Estuve el domingo allí para acompañar a mi hijo que está realizando un cursillo de Socorrismo y tocaba piscina y decidí aprovechar para llevarme la bici para hacer un poco de tiempo por los alrededores. Pretendía atravesar el campo de atrás para encontrar el camino que va desde Ses Rotgetes a la carretera de Esporles pero no me fue posible ya que una rejilla te lleva a bordear todo el perímetro y solamente puedes salir cuando llegas al Parc Bit. Enseguida encuentras un camino lateral que se dirige hacia el que yo quería. Me extrañó tener que seguir a algunos coches y más encontrar a bastantes de ellos aparcados al final. Uno de ellos era el de seguridad. Se había montado una especie de camping entre los árboles pero de gente mayor, con tiendas de campaña y muchas sillas y mesas y se preparaban para una comida multitudinaria (¿Pancaritat tecnológico?).

Yo subí y bajé por el tramo de Ses Rotgetes para llegar a la carretera de Esporles y continuar recto por el Camí del Forn de Vidre, camino rural asfaltado sin otro aliciente que el de rodar un poco fuera de los cauces habituales. Desvío por el Camí de Can Xiscos que aunque tenga una señal de “calle cortada” en bici se puede continuar por un estrecho sendero entre las casas hasta desembocar en el Camí del Delme, paralelo al que venía siguiendo y que me devuelve a la carretera de Esporles. Hice un arriba y un abajo por allí aprovechando el magnífico día que hacía y me quedé con un par de cosas, vi muchos Minis, y todos del mismo color, y con todos los que me crucé (que fueron pocos), eran extranjeros.

Volví por el mismo recorrido hasta la UIB pero aún era pronto por lo que me dediqué a investigar un poco alrededor de unas charcas que hay cerca de la residencia de estudiantes. Me entretuve leyendo un cartelón que hay ahí puesto y que informa de la presencia de la Font de la Vila en las inmediaciones. Había oído hablar de ella como punto importante de captación de agua para Palma pero no la tenía ubicada físicamente. No pude llegar a ella porque el acceso está barrado y además he visto que la entrada principal es por otro lado. Tampoco es que hubiera visto mucho, un edificio rotulado con el logo de Emaya y con una canalización subterránea muy antigua, la Síquia de la Font de la Vila.

Ya que no tenía mucho más que descubrir por los alrededores me dediqué a recorrer el circuito en plan entreno, que buena falta me hace. Es un buen sitio para hacer series. Además se puede llegar circulando casi por completo por carriles bici. Tendré que comprobarlo.


Domingo de Ramos

El sábado como que me daba pereza ir a saludar al Tito Jou entre una cosa y otra. Que si he salido dos días seguidos, que si llueve o deja de llover y eso en el Barranc puede ser criminal, que mejor dejarlo para el domingo que seguro algunos saldrán. Y por si esto no fuera poco venía de una comida familiar del viernes y después no suelo cenar mucho, con lo que se daban todos los ingredientes para que no me presentara. Y no me presenté, e hice bien, visto lo visto.

Mientras por la lista se iban gestando ideas para el domingo, la que más posibilidades tenía de prosperar era una ruta por la Comuna de Bunyola y tengo que hacer un esfuerzo para que empiece a apetecerme. En fin, lo voy dejando pasar sin meter baza por aquello de esperar a última (más bien a primerísima) hora para decidirme. Mientras, tras un sábado sin hacer nada (si exceptuamos las visitas a unos grandes almacenes) me voy sintiendo más y más perezoso y no me veo con ganas de que me vayan esperando por todos lados. O sea que llega el domingo y los otros se van y yo decido salir un rato por Na Burguesa por aquello de que es lo que más cerca tenemos. Como no quiero estar mucho tiempo fuera me acerco con la furgoneta a Son Dureta y cuando paso por la rotonda veo a Rafa de BttersMallorca al parecer esperando a alguien. Hombre, si me presento puede que me pueda acoplar según la ruta que tuvieran planeada; desde luego si es como la última mejor me quedo en casa. En eso que me pasan por detrás y cuando quiero darme cuenta los he perdido en la urbanización. Además empieza a llover y me guarezco debajo de un puente esperando que escampe.

No tarda mucho en parar y sigo con mi plan original. Me encamino hacia el monumento y afronto la subida de asfalto como mejor puedo. Desde luego empezar con el calentamiento allí no puede ser bueno pero como es un itinerario harto conocido pues se supera con más o menos dificultad. Tras un rato de descanso obligado arriba sigo con mi peregrinación hacia el Coll des Pastors. Lo que es seguro es que llegaré. Allí me como lo único que llevaba, una naranja, y me voy pista abajo a buscar una variante que espero pueda reportar alguna sorpresa.

Lo primero que encontré fue un buen llantazo atrás; voy a liquidar la Larsen ya! Después la pista del desvío. Fui recorriendo la ladera de la montaña justo en la vertiente que está enfrente de la Cova des Marbre y a su misma altura. Se encuentra en buenas condiciones pero muy sucia, se ve que no tiene circulación. Acaba cuando se empieza a atisbar la bajada pero es imposible seguir, al menos con una bicicleta y en pantalones cortos, el sotobosque es muy espeso. No me queda más que volver atrás por donde he venido, no tengo ni tiempo ni fuerzas para más. Es sorprendente lo que unos días de vacaciones pueden provocarte en el cuerpo. Por eso cuando más tarde vi los correos anunciando la ruta prevista para el lunes me deprimí aún más, imposible hacerla. Ni siquiera la opción de algunos de quedarse por los alrededores me parecía factible, si acaso esperar y decidir en el último momento. Tenía otras posibilidades con otra gente pero en mi estado he preferido ni siquiera plantearlas.

Al final he salido un rato por la tarde pero a rodar plano, ida y vuelta, y sin forzar, y ya me ha bastado. O sea que la cosa ha ido a menos. Bien el jueves y el viernes pero después ya cuesta abajo, como la de hoy, una salida de risa, de carril bici, vamos. No he podido probar en condiciones que tal va de agarre y tracción la cubierta que llevaba delante, lo dejaremos para una próxima ocasión.

El próximo sábado parte de la peña se va a una carrera-enduro-festivalera a la península y puede que no haya salida oficial; yo tampoco estaré operativo. Ya miraré de hacer algo nuevo el domingo.


Viernes Santo

Del grupo principal solamente se habían manifestado dos, Albert y Wiro. El primero quería hacer algo cercano pero sin menos restricciones de horarios. El segundo dijo hasta las diez y media. A mí me venía bien esa opción corta para volver a casa y prepararme para una comida familiar, y así se lo hice saber. Ninguno de los del jueves repitió ya que quedaron para verse el sábado, en la ruta semanal, a la que no estoy aún seguro de si voy a asistir o no. Dependerá del itinerario y del tiempo. Si el tiempo fuera malo preferiría una ruta más plana y rodadora para coger forma en lugar de tener que apechugar con bajadas complicadas. Para hoy precisamente daban empeoramiento a partir de la tarde y es cuando mejor ha estado y para mañana lo dan peor. Ya veremos.

Yo, por si acaso, y porque me apetecía salir con Wiro, he salido hoy. Lo que no sabía es que se iban a presentar también Juantrans y Joan Sacarino. Paco sí había confirmado su presencia. Un grupito de cinco entonces para una miniruta por la Serra de Son Camps, de ésas rompe piernas, sube-baja continuo. De inicio subir por la trialera del coche quemado que como vienes frío, sin tiempo para calentar, se te hace más dura de lo que realmente es y se patea más de lo necesario. Sin opción a mayores divagaciones sendero hacia las antiguas zonas de la cantera y final en la carretera.

Wiro quería subir por el Camí vell de Puigpunyent el cual hacía mucho tiempo que no cataba. Aunque bien conservado tiene unas rampas bastante exigentes y en algunos (cortos) tramos he tenido que poner pie a tierra. Sin más novedad hasta la posada derruida donde se han presentado también dos bikeros, uno de ellos con una semirrígida que quería saber qué era lo que le esperaba pues su compañero quería bajar por allí. Lo hemos comentado mientras el resto del grupo enfilaba ya hacia las cuestas de hormigón. Justo en el inicio los he pillado marujeando y ninguno de ellos lo ha intentado pero yo iba motivado, no tenía porqué pasar lo mismo que el día del ruso. Y efectivamente no ha pasado, lo he subido. Pero lo peor de ese tramo no es el cemento sino las cuatro rampas que quedan aún para llegar a lo alto del Puig dels Revells.

Segunda bajada del día, la trialera que nos lleva otra vez abajo, frente al golf. Tramo de sendero en su inicio deviene más ancha y pedregosa después. Es divertida pero no hay que fiarse. Tiene un tramo que no había superado aún pero que estaba seguro de que podría hacerse por la derecha y cuando he llegado así lo he hecho pero llegando solamente a la mitad. Cuando me he fijado bien desde donde estaba cualquier opción menos ésa me ha parecido más factible y como ya había hecho la entrada pues he vuelto a subir y la he repetido. Tampoco me ha salido bien esta vez pero lo he vuelto a intentar y si he podido atravesar la pendiente y salir por el recto de la izquierda. Entremedias ha pasado Paco y la ha hecho haciendo el giro y acabándola. Si Juan la ha hecho no me acuerdo, lo que sí sé es que Wiro lo ha intentado varias veces y en todas le ha fallado la entrada, es el punto crítico, mentalmente hablando y ver a la gente abajo que te anima no es que ayude demasiado, lo sé por experiencia. Por eso he subido y me he puesto de pie al lado de la trazada para “encarrilarlo” y efectivamente así lo ha hecho, saliendo también por el recto. También había vuelto Juantrans para darnos una clase práctica, momento en que he vuelto a aprovechar para pedirle que me cambiara la bici pero es duro de convencer, no se deja.

No está todo el pescado vendido aún, queda aún un tramo saltimbanqui y ahí es dónde me he ido a ver las matas, sin la bici por supuesto, en uno de esos escalones que sabes que están en el límite de la horquilla y que si no llevas la velocidad adecuada puedes volcar; pues eso, he volcado pero lo primero que he ido a mirar es dónde había quedado la brida, a un centímetro del tope, perfecto. Sin nada de que lamentarse hemos continuado la bajada por el sendero del golf, ése que han acondicionado para descenso, con peraltes y algunos saltos y ese salto final brutal por encima del camino.

De vuelta hacia el valle hemos girado a la izquierda para hacer la subida del Camí vell de Puigpunyent. Larga y tendida, rota y empedrada en algunos tramos, es un reto superarla de una rodada. Se ha intentado. Como también se ha intentado la rampa final del sendero que le sigue y que comunica con la subida del coche quemado. Allí, como ya he entrado mal, mal he continuado. Si no hubiera sonado el teléfono de Juantrans igual se hubiera intentado otra vez pero íbamos ya pasados de horario.

Así y todo Juantrans ha avisado de las trampas de la bajada del coche quemado. Lo sabía, no es plana, aunque sin pasos complicados, es de ésas que es preferible ir de más que de menos. Paco lo ha comprobado dándose una nata en un sitio prácticamente plano aunque con alguna piedra suelta. Es lo que he pensado, que se le había doblado el manillar en algún toque. Tampoco se ha hecho daño excesivo aunque se dolía. Ha podido continuar sin problemas.

Precisamente en ese tramo es cuando me he propuesto hacer tope en el amortiguador si o si. El amortiguador es nuevo, me lo han cambiado en garantía en el Decathlon ya que con el otro terminaba por los suelos después de cada salida. No estaba seguro de sí me lo pasarían por garantía o no ya que suponía que se trataba de desgaste de juntas o retenes pero no me han comentado nada y me han dado uno nuevo. Mejor. Y ahora va suave, suave. Por eso he hecho la última parte sentado y debo decir que me ha sido muy cómodo, lo único que me preocupaba algo era reventar la rueda, una Larsen TT no es que sea lo último en dureza de flancos, pero todo sigue en su sitio por ahora. Tengo otra cubierta por ahí pero no la voy a cambiar hasta haberla fundido. Me gusta como rueda.


Ruta, datos y descripción en http://www.gpsies.com/map.do?fileId=bhbpyatokjimhkso


Jueves Santo

Y no lo supe hasta el miércoles. No sé porqué creía que no era fiesta. Pero lo es y eso ha permitido que nos juntáramos una pandilla para irnos a marear los pedales cerca de Palma ya que quién más quién menos quería estar de vuelta dentro de un horario razonable. Y así, sin mucho aspaviento, siete bikeros han salido desde Establiments hacia Bunyolí y más arriba. No hace mucho estuve con Buzz por la zona y llegamos a Sobremunt. Me sorprendió que lo subiera entero con el 2-2. El Bunyolí no, pero el resto, con mucho asfalto, sí, y me reté a mi mismo a llegar a las antenas con ese desarrollo la próxima vez que pasara por allí.

Hoy ha sido el día elegido aunque con un poco de miedo en el cuerpo ya que el martes estuve de baja por una complicación gástrica. No sé exactamente qué la provocó pero no me quedó nada dentro. Y al día siguiente como si no hubiera pasado nada. De todas maneras, ya digo, no las tenía todas conmigo. He ido con Joan y allí nos hemos encontrado con Tomeu, Xavi, Tolo, Jaume y Manel encaminándonos hacia Bunyolí y su camino de acceso hacia Sobremunt que ha sido fácilmente superado sin mucho esfuerzo y otra vez en camino hacia Sobremunt para atacar ya las rampas finales hacia las antenas. Aquí se vería ya si tendría que bajar el plato o no. Al final no ha hecho falta, he podido hacerla completa sin reventar en el intento.

Arriba hacia bastante fresco por lo que no hemos tardado mucho en partir, lo justo en calmar un poco las pulsaciones. A ver cómo estaría ahora el camino. Pues muy bien, con bastante agarre, hasta el tramo que sigue al giro brusco bastante aceptable. Después ya todos conocéis lo que sigue, giro para allá, cruzo recto, me como esa bajada, giro a la derecha, paso la pared y ya estamos en las Ermites Velles, con solamente una bajadita por delante para llegar a las nuevas, que como también hacía fresco allí, no hemos tardado mucho en irnos. Tampoco había nadie para darnos conversación.

Nos desviamos por la dressera del avenc para recorrer después dos curvas de pista y desviarnos por el Cristo. Íbamos a ver la bajadita hacia el Castellet a ver cómo se nos daba. Me he entretenido un poco allí en alguna curva por eso de ir cogiendo técnica. Me parece un buen sitio. Un poco más de pista rápida por el Comellar de ses Puces hasta el desvío de la Font de Dalt, que algunos no conocían, y desde allí al Área Recreativa y asfalto hasta arriba del coll para volver por Son Malferit y Sarrià.

No me acuerdo dónde Tomeu ha vuelto a golpear el cambio con una piedra quedando desregulado y con posibilidades de partir la patilla pero ahora es cuando lo notaba finalizado el descenso. Subida sin esforzar para no romper y a aprovechar la cuesta abajo todo lo posible en Son Malferit. Finalmente hemos podido llegar sin consecuencias a los coches no mucho más tarde de la una.

Ha sido una buena salida para mí, con algún tramo inédito que quería conocer, y aunque estuviera mojado no se me ha hecho especialmente “espesa”. Si es que con pasar un escalón o dar una curva que antes no daba ya me doy por satisfecho. Y por eso vuelvo y vuelvo...


Es Cabàs

Este año parece que las excursiones van a pares, la última, la del sábado pasado, es exactamente la misma que hice con mis amigos pobleros cuando encontramos la bajada de la Coma de s'Aigo que, a su vez, era la continuación de la ruta fallida que hicimos el dia quince con los Toys cuando lo dejamos a mitad de camino por rotura y olvido. Que a su vez tomaba forma de la que hice con Xisco el catorce de marzo subiendo por el Cocó Peguer. O sea que desde hace un mes parece que estamos rondando por la zona hasta encontrar la ruta definitiva. Creo que ya la tengo, es la Ruta 34.

Aunque fuera la misma salida las sensaciones no han sido las mismas ni mucho menos, en general, un poco peores en todos los aspectos. Las subidas, más costosas, y las bajadas, más imprecisas. Influía a partes iguales mi estado físico, que evidentemente era peor, y el estado del terreno, húmedo tras las intensas lluvías de toda la semana, aunque el día estuviera perfecto.

Poder rodar con un poco de alegría en las subidas te permite recuperar mucho antes en las paradas y afrontar el resto con decisión y eso, al tratarse de una ruta exigente, es muy necesario. El peso que tiene la subida en mi estado de ánimo es importante y noté un poco a faltar ese toque de frescura. Caminar empujando la bici por una pendiente cansa más que si la subes montado, los gemelos se resienten mucho. Aún así, el tramo de bosque hasta el Área Recreativa se me hizo más corta que la vez anterior.

Subimos lo que nos quedaba por subir por la trialera hasta la pista superior y hasta la curva de la trialera Picó donde algunos se armaron de cacharros y otros de valor, pero por lo que se vió es preferible armarse de cacharros. Vaya bajada más ridícula. Me lo imaginaba más que nada porque le había puesto unas pastillas nuevas delante después del fiasco de la semana anterior y claro, aún no frenaban del todo, más bien nada. Pues a ir como se pueda se ha dicho.

Superado? el trago volvemos a la pista por el depósito y hacia la Coma de s'Aigo sin parar. Esa bajadita ya me motivó un poco más aunque siempre con un poco de atranque por si los patinazos. Solo sé que pasé rozando un pino, y que si lo hubiera tocado puede que no estuviera aquí sentado ahora mismo, pero llegué abajo sin novedad. Se iba a destapar la sorpresa en esos momentos y creo que en un primer momento no se lo creyeron tal es de discreto el inicio. Los dejé pasar delante evidentemente y todos nos dispusimos a hacerlo lo mejor posible.

Primera parte sencillita con un sendero casi tapado con algún árbol tumbado por donde se pasa muy muy justo por debajo y luego se abre imprimiendo velocidad. No hay que confiarse ya que vienen algunos tramos con algunas rocas que te escupen si están húmedas como era el caso. Esos vaivenes en la trazada fueron los que me iban reteniendo llegando a parar en unas cuantas ocasiones, cosa que no sucedió la semana anterior donde todo fue más fluido. Casi llegué a ver la paparra de Cristian, la segunda, la gorda, volando por encima de las piedras. Se hizo daño en una mano, no sé más.

Hubo un parón en un claro del lecho y estaban parados para la reagrupación. Allí me expresaron su satisfacción por esa bajada. Lo agradecí porque hasta ese momento no tenía muy claro cuál podría ser su reacción, pensaba que quizás la encontraran demasiado simple. Tampoco quedaba muy lejos el recuerdo del fiasco del Camí des Caragol bajando hacia Pastoritx. Éste en cambio ha gustado a todos los que lo han probado, sin excepción.

Reagrupados seguimos el descenso por el último tramo más despejado con algunas construcciones a lo largo. Ya sin las protecciones enfundadas nos dispusimos a atravesar la finca y al llegar a la casas algunos comentan que se acuerdan de haber estado allí, seguramente buscando algún paso directo entre la zona de Coanegra y C'as Bergantet y a mí también me sonaba haberlo leído pero, en todo caso, era ya hace mucho tiempo y no lo recordaba con claridad, por lo que optamos por hacer la misma travesía que hicimos con Xisco. Eso sí que era un barrizal, puro y duro, mezcla de tierra y excrementos. Desde luego está claro que es una ruta de secano. Salimos por la cerca y menos mal que las ovejas no estaban.

Al pasar la barrera de las setas Toni me confundió, tiró por el ramal menos evidente pero como imaginaba donde llegaba no puse pegas aunque eso nos quitó el paseo por el bosque. Quizás vino bien porque Cristian se va, le duele la mano, y Joselinx, al observar la bici para averiguar qué había sido ese ruido seco que había oído, se da cuenta de que el basculante está suelto, ha perdido un tornillo y el otro está partido dentro de la rosca. Además ha perdido el cuentakilómetros y una de las luces. Y no digamos de los rayajos de la bici. En fin, dice que lo arreglará todo porque tiene ganas de volver. Así se habla.

Bien, los que quedamos pisteamos unos kilómetros hasta el inicio de las cuestas y allí cada uno se encomienda a su virgen particular y se prepara para subirlas. No iba mal de ritmo pero tenia que zigzaguear porque en línea recta me costaba la vida. Llegamos a las casas y se despidieron Juan y Carlos, por lo del timming, los demás a por las rampas pestosas, más aún porque son de tierra y piedras, y esas sí hicieron bastante mella. Pasada la casa (que no hay manera de saber cómo se llama, Can Buscante, tal vez?) nos encontramos a unos bikeros conocidos de Fibras con los que departió un rato mientras los demás recuperábamos el resuello. De la coma quise hacer lo máximo posible montado y desde luego es la mejor opción. Se hace corta.

La vuelta, muy buena. Buen agarre en el Comellar d'en Cupí, ningún sablazo y saboreando la diferencia entre subirlo y bajarlo. Después desvío por el Camí des Grau. Como siempre nos pasamos el desvío del camino y acabamos en la platafoma de la Màquina Vella de la que no queda ningún vestigio por supuesto, y nos hicimos allí la última foto. Quedaba lo bueno pero no lo tenía muy claro, por lo de los frenos y la humedad. “Está claro que es psicológico”. Es lo que pensé cuando ví la ventaja que me habían cogido en un momento y eso me animaba a esforzarme un poco más pero no fue hasta los tramos finales cuando pude explayarme a conciencia. Quedaba el último tramo rocoso con XXL detrás; estaba cerca pero se cayó, me lo dijo después, ya que yo no oí la caída. Se quejaba de un dedo, espero que no haya sido nada.

No llegamos a bajar por las escaleras del pueblo porque Fibras comentó que los vecinos se han quejado de que pasan muchas bicis por allí, y alguno no irá precisamente lento que digamos. Salimos por la barrera del Camí del Planiol y no dió tiempo para más, cada uno nos retiramos rápidamente a casita.


Ruta 34

Hoy hemos hecho la Ruta 34 (más escueto ya...)


Galilea

Fue una de las semanas de aquellas en las que no abro la boca para meter baza en la confección de la ruta, por lo tanto iré donde me digan. La ruta propuesta al final fue de las buenas, de las de cinco, si se consigue hacer a buen ritmo y sin percances. Se trata de circunvalar el Galatzó pero metiendo algunos sube-bajas que la hacen más dura aún, y más interesante.

Ya el inicio es muy bueno a pesar de tener que hacer unos kilómetros por carretera; menos mal que prácticamente no hay circulación a esas horas de la mañana. Fue allí cuando probé la Froggy y debo decir que la noté ligera sobre el asfalto a pesar del ancho manillar y la posición lanzada de delante, aunque este último detalle no podría asegurar que no fuera por la sensación que provoca la extremadamente corta potencia. Hubiera podido continuar el tiempo que hiciera falta pero el dueño se sentía incómodo en la mía pero creo que sobretodo es porque no bajó el sillín. Se la quité cuando se metieron todos en un bar ya nada más salir. A ver si se va a volver costumbre ahora.

Haciendo buenos los pronósticos sobre el tiempo comenzó a llover justo cuando estaba vaticinado y empezamos la subida por la Coma de s'Aigo mojados. También lo estaba el suelo y en los tramos rocosos que nos íbamos encontrando todo el mundo se iba de lado, pero no son muchos y, a excepción de un corto tramo, el resto es completamente ciclable. Aquí Perdigón petó, con una bajada de azúcar que tuvo que controlar para poder proseguir. A los que no habían ido les gustó mucho pero lo que no consigo encontrar es el desvío que hay a mitad de camino que baja desde la parte superior. Alguna vez lo hicimos de bajada pero de subida no se ve.

Bajando el tramo hacia la carretera fue cuando me empecé a dar cuenta de que los frenos no actuaban correctamente. Poner una pastilla usada en el delantero por la que perdí no funcionó, no llegaba a parar la bici de manera apropiada. La semana pasada al menos tenía el trasero en condiciones y me daba bastante confianza, por lo que pensé en hacer el cambio de pastillas de delante atrás y viceversa pero el resultado fue que no frenaban ninguno de los dos y así claro, no se podía ir, y menos rápido y confiado.

Subimos a Galilea para rodearla por las calles cuesta arriba en busca de la trialera hacia la carretera que viene de Puigpunyent por Son Net. Comimos algo arriba aprovechando que se había puesto a llover. Los que tenían que acortar deciden hacerlo allí y aprovechar para bajar hasta Galatzó por otra trialera. Los que quedamos tampoco es que vayamos muy sobrados de ganas por varias razones. Una es que llovía y la bajada por el Comellar de ses Sínies húmeda no convencía mucho. Otra es que íbamos muy mal de tiempo ya que no estábamos ni a mitad de ruta y quedaban dos subidas muy duras. No había muchas ganas de continuar en definitiva. Y quedamos en hacer una bajada por la trialera para volver a subir al pueblo y bajar a Galatzó por la otra trialera. Bastante light para lo que se tenía pensado en un principio.

Al bajar por el sendero más de lo mismo, apretando a tope las manetas y sin poder parar. Al llegar al asfalto encontramos un numeroso grupo de bikeros que hacían la ruta (al menos ese tramo) al revés que nosotros. En cada cruce de calles está indicada la dirección de la Reserva por lo que no tenemos ninguna duda de hacia dónde nos dirigimos y justo en la entrada del parque giramos hacia arriba. Lo había hecho una vez hace mucho tiempo y solamente recordaba vagamente una enorme cuesta. Nos propusimos acabarla sin poner pie, iba a ser difícil porque la primera parte está bastante rota y con mucha pendiente. Potato marchaba por delante, yo detrás y el resto a continuación, los oía resoplar. Así fuimos unos metros hasta que dejé de oir resoplidos y cuando Potato patinó de delante al caracolear me quedé delante y sin referencias pero iba subiendo con relativa facilidad. Me había guardado el último piñón para cuando no quedara más remedio ya que no tenía ni idea de cuanto quedaba pero al dar la curva y ver los chalés en lo alto deduje que aún quedaba bastante y en lo que me pareció (o quería creer que era así) la última cuesta puse el último piñón pero ni así pude acabarla, me tuve que parar. Potato, que no venía muy lejos, me pasó; Tomeu también apareció dando la curva. Me puse otra vez en marcha tras el pequeño descanso y acabé la cuesta por fin.

Agrupados ya otra vez volvimos a bajar al pueblo para cruzarlo y dirigirnos a las afueras para buscar el caminillo que enlaza con la finca de Galatzó. Nos lo enseñó Tomeu hace unos meses y gustó bastante; no está muy rota y tampoco es muy exigente técnicamente, pero sin el tacto de los frenos era tirarse un poco a lo que saliera, por eso tuve que bajar amb bones. Ya vería después el descenso de los demás grabado porque en vivo iba a ser difícil. A mitad de bajada me encontré a Potato buscando su cadena; dijo que se había abierto por el eslabón de enganche pero yo lo dudo, creo que es más fácil que se abra uno normal que el de enganche. No estaba muy húmeda y al menos pude congratularme de que no resbalara ni me cayera; velocidad no cogí, pero algo es algo. Después me enteré de que la cámara no grabó, los únicos videos son los del tramo final realizados con una cámara de fotos convencional.

Esta bajada desemboca en la pista muy cerca ya de la puerta de entrada de la finca. Ojo, el cable azul está electrificado, eso lo saben hasta los burros. Nos quedaba un tramo por el torrente que quería conocer. El trayecto cuando puede va por los lados pero sino hay que tirar por enmedio. Va bien porque está recubierto de guijarros y permite la circulación. Es un tramo divertido aunque incomprensiblemente, en un simple cambio de piñón de Tomeu, dobla y rompe la patilla. A partir de aquí a pata, ni siquiera hicimos single en la carretera, lo estiramos hasta los coches y ya está.

Aunque no me quedara a comer tenía curiosidad por ver ese famoso chuletón del que todos hablan y de verdad que es bestial. No me extraña que alguno no se lo terminara, yo creo que comen tres de ese pedazo de carne, sobretodo yo, que no suelo tener mucha hambre después de acabar la ruta, a veces hasta algún pa amb oli no me he podido terminar. De hecho ni me comí el segundo bocadillo que llevaba y eso que eran de tamaño mini. Por la tarde también me di cuenta de que tampoco había bebido mucho, se ve que con el agua que caía se me olvidó y me dió un poco de dolor de cabeza. Está claro que el agua que moja no hidrata.