Puig de s'Estremera

He decidido repetir parte del recorrido del domingo pero en esta ocasión con un ritmo un poco más machacón una vez reconocido ya el terreno. Tuve que tomar algún relajante muscular debido a unas molestias en la espalda que he tenido durante la semana, por tanto me serviría también para comprobar su eficacia, que a la vista de los resultados parece que ha sido muy buena.

Sin perder mucho tiempo carreteando me dirijo lo más recto posible hacia Es Rafal vell y cruzo la calle Aragón para tomar el Camí d'en Maiol hasta s'Indioteria. Unos metros de carretera hasta el desvío de Son Macià y ya estoy fuera del asfalto para ir al encuentro del Camí de Muntanya. A partir de este punto repetí ruta hasta la carretera de Bunyola a Santa María. Único descanso para coger un poco de aire antes de meterme por un ramal de enfrente unos metros más abajo. Llego hasta el final y veo que puedo pasar por encima de unas piedras hasta el camino cementado que va a las casonas de la falda de la montaña pero no lo hago, vuelvo a la carretera y voy a buscar la entrada de esa especie de urbanización. Perfecto, tiene la barrera abierta y nada más cruzarla me desvío por el ramal de la izquierda que también da acceso a varias casas, alguna sin finalizar su construcción. El camino continúa como sendero durante un tramo y después vuelve a ensancharse antes de llegar a una intersección.

En un principio tiré hacia abajo pero decidí que tenía tiempo suficiente para ir a investigar un poco hacia arriba. El camino se empina bastante en un duro repecho inicial y también al final, cuando coronamos un pequeño coll, donde empalmamos con otro camino parecido al anterior y que plantea la misma duda: ¿hacia arriba o hacia abajo? Ya que estamos, pues hacia arriba. Pasamos cerca de un porche que me recuerda enormemente la estación de tren de Son Sardina y el camino vuelve a empinarse en otra cuesta aún más larga y me veo obligado a poner pie. Ahora iba en dirección contraria a Bunyola por lo que no sabía muy bien por donde saldría. De repente aparece un vértice geodésico escondido entre los árboles. Realmente no me lo esperaba. Se trata de la marca cimera del Puig de s'Estremera, de 277m. de altura, como he podido comprobar después, y que marca también el inicio del camino de manera más consolidada.

Este camino realmente tiene nombre, Camí de ses Voltetes, debe ser porque da unas cuantas bajando desde la cima. A mí me parece muy extraño, no lleva a ningún sitio en particular y si lo hace parece que da un rodeo dentro de los límites de la finca pero aparece así nombrado en todos los mapas que he visto, aunque en el de Mascaró-Pasarius ni siquiera aparece.

Voy bajando en largas lazadas y encontrando varios ramales tomando siempre los de la izquierda. A medida que salgo del bosque el camino se ensancha de forma considerable y circulo por los campos cultivados de alguna gran finca. Ésta aparece después de atravesar una barrera cerca de una pista hípica donde hay varios jinetes practicando el paso. No me dicen nada, ni tampoco algún payés que rondaba por las casas ni la conductora de un coche que apareció desde la carretera, ya cercana. Se trata de las casas de s'Estremera vella. Después, al llegar a casa, he podido comprobar sobre la pantalla y el papel cuál ha sido el recorrido exacto que he realizado y las futuras posibilidades que nos depara el enclave.

A primera vista parece que está lejos de Palma pero el acceso por caminos rurales es una gran ventaja. Permite rutas de tres horas mínimo, a buen ritmo eso sí; bueno, más bien sin parar. De hecho paré solamente cinco minutos en la carretera en el tramo de ida, después nada de nada, y a plato desde que toqué asfalto hasta casa. Salí a las seis menos diez y volví a las ocho y veinte, con el sol prácticamente puesto. Más adelante se podrá disponer de una hora más pero a costa de recorrer una buena solana.

Como dijo aquél, volveré.


Camí de Muntanya

El domingo por la mañana, después de deambular un rato por casa y no encontrar acompañante para rodar un poco, decido salir a quitarme las legañas yo solo. Descarto de principio el desnivel y el carril bici que estará petado con el buen día que hacía. Ya no me daba tiempo tampoco de enganchar a los bous que rodaban por Bunyola, vete a saber por dónde estaban ya. Decidí ir a cubrir (sólo en parte) un gran vacío blanco que hay en el mapa entre las carreteras de Bunyola a Santa María y vella de Bunyola.

La mejor opción es la de Son Macià pero me enredé llegando a Son Bonet y crucé el Pont d'Inca Nou hasta el hipermercado y el polígono industrial de Marratxí, donde una de las calles es el Camí de Muntanya ampliado. Después de cruzar por debajo de la autopista toma su configuración original aunque asfaltado mientras el primer desvío que encontramos es el directo de s'Indiotería. Continúo y pronto cruzamos la primera urbanización, creo que Son Daviu, hay a patadas por todo el municipio. No debemos dejar de mirar al frente aún cuando se termina el asfalto, hay que continuar recto ayudados por un letrero en el que se informa de las actuaciones que se llevan a cabo en este tramo del camino; afortunadamente parece que aún no se va a asfaltar.

Se trata de una larga recta bastante bacheada que nos dejará prácticamente en la carretera vella de Bunyola. Un poco antes del final hay un cruce con otra pista, se trata de la que nos llevará hasta Son Pizá. Una vez en las casas cualquiera de los dos ramales nos llevarán a nuestro destino. Si nos interesa seguir hacia Cas Bergantet giramos hacia la derecha y en el primer cruce giramos a la izquierda por el Camí d'Establits. En ambos casos deberemos atravesar la MA-2040, la que une Bunyola con el Festival Park, ahora en obras, para llegar hasta la siguiente carretera. Esta vía es la que tomé a la vuelta, no debería haberlo hecho pero quería apreciar bien la magnitud de la obra y esta es de envergadura.

Crucé el centro comercial y salí por el tunelito para rodear la urbanización yendo a salir en un terreno de bosque pegado a la autopista en el que parece que van a pasear los vecinos de la zona. Por un lado tenía el ruido continuo de los coches y por el otro, tras de una pared, el de un gentío chillón que no llegaba a ver. Se trata de un solar rústico en el que se ha montado un área recreativa a lo cutre. No tiene infraestructura y cada grupo se montó su barbacoa y mobiliario como le vino en gana. No se si sería solamente por un día de fiesta en particular o es ya habitual. Lo cierto es que también había un mercadillo montado en las calles del polígono pero creo que había demasiados vendedores, es imposible tener muchas ventas con tantas paradas.

Volví ya como pude a casa atravesando puentes, vallas y torrentes. Otro día me iré directamente hacia Son Macià. Otros ya lo han hecho.


Encumbrando la Fita

Estaba dispuesto a encontrar el itinerario preciso para hacer el tramo del Moletó de sa Granja al revés de cómo lo hice hace quince días para hacer de bajada el tramo que subí con la bici a cuestas. Me había agenciado con varios tracks de la zona y no había ninguno de ellos que coincidiera, además toda ella está cubierta de bosque espeso con lo que no se aprecia sobre el GE ningún trazo de camino, ni aunque sea del tamaño de una pista forestal, por lo que iba bastante a la aventura aunque con bastante optimismo por lo que decidí afrontar también la primera parte por la Fita del Ram completa llegando hasta la cumbre.

Se informó al pelotón durante la semana, algunos declinaron la invitación y solamente Jauja acudió a la llamada. El resto del equipo, el habitual en estos casos, Carlos y Joan. Con un pelotón tan reducido suponía que no habría problemas de horario ni de maquinaria, aún así quedamos a la prudencial hora de las ocho treinta en Esporles.

Llegamos temprano y supongo que partimos más o menos a esa hora hacia el Coll de s'Eura por carretera (calentamiento obliga) y estando en la barrera a punto de traspasarla vemos acercarse en sentido contrario a otro bikero cuyo porte me parece reconocer. Guiem, de los bousbufats, entrena en secreto por los alrededores de la urbe pero ha sido descubierto y deberá someterse a la penitencia de las rampas de cemento, igual que nosotros, pero en nuestro caso vamos voluntariamente. No me faltó mucho para coronarlas la vez anterior, en ésta se consiguió, después ya fue un paseo (en comparación a lo superado, me refiero) hasta la ermita.

Allí Guiem nos abandona y vuelve sobre sus pasos, nosotros continuamos. Jauja va descubriendo entusiasmado que la ruta en ese sentido es perfectamente ciclable y muy divertida mientras íbamos haciendo camino hacia el segundo desvío de la cumbre esperando el inminente encuentro con los Maifren. Hasta se les llamó por teléfono, sin obtener respuesta, después de que dos chavales nos informaran de que venían con retraso, aunque después se ha comprobado que no eran ellos. Por ello no esperamos más y partimos hacia arriba.

Vamos subiendo a pata durante un rato hasta llegar a la pared, justo ahí se ve el vértice geodésico sobre las rocas. A él subimos pero esa cumbre debe ser la que peor vista tiene de Mallorca, no se ve absolutamente nada, por lo que no perdemos tiempo innecesario y salimos hacia el clot de neu. No se puede decir que exista un camino definido para llegar, eso combinado con la gran cantidad de ramas rotas en el suelo hace que rodar unos metros seguidos sea casi imposible. La vez anterior pensaba que sería por una ventolera pero debió ser por la nevada. Tanto peso sobre las ramas muertas acabó por romperlas y dejar la bajada hecha una pena. Pero está cerca el agujero y no tardamos en llegar.

Continuamos y otro descenso aparecé ante nuestros ojos, todo un reto. Lo cierto es que llegar abajo de una manera bastante aceptable (aunque también muy mejorable) fue una sorpresa para algunos. El último tramo, llaneo sorteando encinas hasta el camino ancho, muy divertido.

Al llegar al camino principal volvemos hacia arriba hasta la bassa de Son Vic que está ahí al lado para empezar la segunda bajada divertida del día, el Pas de Son Vich. No era el día para bajadas a saco con lo que cada uno lo hizo a su ritmo y capacidad. Igualmente en la pista ya fuera del bosque, hasta la barrera de la carretera. Y por ella nos acercamos hasta el cruce del Camí des Correu donde paramos a comer algo antes de emprender la búsqueda del ramal perdido. Había subido las rampas de hormigón de un tirón y estaba dispuesto a llegar esta vez hasta la barrera, y lo logré, no fue difícil. Tras traspasarla tomamos el primer desvío después de la rampa y ése fue el fallo que no nos permitió encontrar el camino correcto, llegué hasta un pared con rejilla y sin paso visible con lo que volvimos más o menos sobre nuestros pasos. La verdad es que iba bastante despistado, parecía que veías algo pero desaparecía a los pocos metros. Cuando llego a un coll de tords veo el Camí des Correu justo ahí abajo y es cuando abandonamos definitivamente la exploración, no había tiempo para más. Subimos por el camino principal hasta el cruce del Camí de ses Rotasses y tomamos el ramal que desciende. Necesita una mano reparadora, ramas muy bajas cruzándose y aritges que se te enganchan en el manillar, una detrás de otra, menos mal que la pared no está lejos y puedes tirar hacia la carretera de manera directa. ¡Y tan directa!.

Queda poco para el final, tan solo algunos metros de asfalto y el final del Correu donde empiezo a notar un pequeño flaneo de atrás que empieza a mosquearme. En los tramos de escalones tengo dos llantazos que no me impiden continuar. Eso también me extraña porque precisamente llevaba la presión adecuada para que eso no sucediera. El tramo final de bajada parece mentira pero alguno aún no lo había realizado y yo por mi parte me procuré estirar un poco más de la cuenta y esta vez no hubo sobresaltos, solo saltos. Como debe ser.

Debo decir que ya en las calles de Esporles es cuando la llanta de atrás se fue al suelo y tuve que hacer los últimos minutos corriendo tras los demás. Después pude comprobar que no había pinchado sino que tenía la válvula partida, quizás desde hacía rato. Suerte fue llegar donde llegué.

Respecto a la ruta no se cumplieron todos los objetivos pero con los medios a mi alcance debería conseguir al menos un aprobado rascado. A ver si al menos en el mes que viene consigo hilvanarlo todo y queda a mi gusto. Espero que sí.


Paparra en Planícia

Este es el primer video, el que empieza en el Coll d'Estellencs hacia el desvío de Planícia, que se grabó el día que fuimos por allí con los Bous Bufats. Los siguientes están en el canal de Carlos pero este quedó pendiente no se exactamente el motivo. Como tampoco me quedó nada claro el motivo de mi caida, la bici por un lado, yo por el otro, cayendo con las posaderas en el suelo donde me quedé sentado.



Por Monnàber y más allá

Después del subidón de la ruta en solitario de la semana pasada que me duró unas cuantas jornadas me he movido estos días en tierra de nadie a la espera de confirmar la ruta promovida por el grupo y dando largas a otras propuestas que había recibido. Al final hemos salido hacia el Coll de Cards-colers por Monnàber por donde teníamos el paso franco gracias a un permiso expreso. Quienes no lo tenían eran los Maifren que habían salido antes que nosotros por el mismo itinerario aunque no debería suponer un contratiempo serio si no se encontraban a nadie.

Había reunida una buena grupeta para empezar la subida hacia Biniaraix junto a la gasolinera de la circunvalación. Eso supone tener que cruzar el pueblo aunque lo solemos hacer sin pasar por el centro. Hoy hemos ido por ses set cases hacia s'Alquería des Comte, donde me he parado a coger agua y me he quedado rezagado. Iba yo subiendo con la Nomad de Fibras y la verdad es que iba bastante cómodo a pesar de no poder regular la altura de la horquilla. La diferencia de peso o de cubiertas la verdad es que no la he notado. He puesto mi ritmo al empezar la subida de verdad y he alcanzado a unos cuantos no muy lejos del inicio. Como había visto a unos familiares míos subiendo con el coche hacia el olivar me he quedado a charlar con ellos y cuando ha pasado Fibras nos hemos vuelto a cambiar la bici. He vuelto a quedar atrás otra vez y ya no los he vuelto a ver hasta el desvío de Ses Cabanes.

Subida a continuación sin contratiempos pese a acabar el asfalto hasta la barrera de entrada a Monnàber, hecho que se repite después de sobrepasarla pero donde si aumentan las dificultades es a partir del desvío que solemos tomar para no pasar cerca de las casas que aunque hoy no hubiera supuesto un problema sí lo es el que a partir de ahí el tramo de subida no es ciclable. Entonces la opción nueva solamente reporta ventajas. Pero hoy aún hemos apurado al máximo esa posibilidad y hemos desembocado en la carretera muy cerca de la boca del túnel por lo que hemos tenido que bajar un trecho. Que diferencia con lo que solíamos hacer desde siempre que había que subir unos dos kilómetros por asfalto. Esa opción la sabía de oídas pero aún no la había probado y desde luego será la preferida de muchos a partir de ahora.

Tomamos la pista de los Binis hacia el Coll de Cards-colers cogiendo la pista superior, la que solemos tomar últimamente y que parece que gusta más a la peña. Arriba sorpresa, Jauja nos estaba esperando para saludarnos a costa de quedarse rezagado del grupo con el que iba rodando. Nosotros hemos parado a merendar y hemos salido un poco después. La bajada hasta la fuente y el posterior pateohasta el inicio de la bajada ha sido rápido y preciso. Y la bajada hasta la carretera bastante más practicable que antes y en el momento que he podido levantar la vista del suelo he visto un montón de gente abajo, los Maifren estaban allí también.

Saludos con algunos de ellos e intentar determinar qué se hace. Todos iban hacia Tuent excepto una pequeña tropa que tenía otros planes. Los toys se iban a quedar a comer abajo (aunque al final no ha sido así) y yo calculaba que no se llegaría a Sóller antes de las cuatro con lo que la premura de tiempo mandaba al tomar la decisión. Y esa ha sido volver por carretera nosotros tres con Albert, Jauja y Joselinx. Albert quería bajar por el Barranc pero se había quedado solo al irse Crop con el grueso del grupo. Al final ha aceptado (a regañadientes) venir con nosotros por el camí vell de Bàlitx.

Entremedias más asfalto y la peña que se ponía nerviosa preguntando cuándo íbamos a empezar el descenso. Pequeña parada en el Mirador de ses Barques (en el que algunos aún no habían estado) y tomamos el camino hacia Bàlitx d'Amunt para empezar lo que tenía que ser el plato fuerte del día, pero aparte de la parada obligatoria por el vuelo sin motor sin consecuencias de Carlos a los que la habíamos hecho nos ha parecido muy corta, nos ha sabido a poco, en pocas palabras. Y a los que no, también. Ha sido uno de estos días en que piensas que deberías haber hecho exactamente lo contrario de lo que pensabas en un momento determinado sabiendo lo que ha sucedido a posteriori. Y es que esperar a última hora para anunciar el plan de ruta (y a veces ni eso) como sucede muchas veces no te deja margen de maniobra. O lo tomas o lo dejas. Aunque solo sea para recrear mentalmente la ruta durante la semana me gustaría enterarme de lo que se piensa hacer con más antelación. En fin, es lo que hay. Pero vamos, esto me pasa por escuchar a unos y a otros.

El tramo de la Costera realizado en dirección hacia Sóller solamente lo había hecho en una ocasión una vez que bajamos hasta la antigua fábrica de electricidad y hasta allí bajé la bici y me gustó, aunque también disfruté el día en que lo hicimos subiendo desde Tuent hasta la base del funicular para subir por la pista de los Binis. Queda pues, hacerlo en un sentido u otro, a gusto del consumidor.

Respecto a la bajada tendré que revisar el tren delantero porque desde el cambio de disco he notado más inestabilidad, cosa que no me había sucedido en el cambio anterior. No acabo de descubrir la causa y me produce una cierta desconfianza, y eso encima de una bici no es nada bueno. Espero estos días poder averiguar algo y mejorar en consecuencia.

La semana que viene más!


Fer de bou

Esto es lo que me dijo el excursionista que me encontré ayer en Esporles cuando le expliqué lo que iba a hacer y no sé exactamente a que se refería. Lo he estado mirando y no es una frase que se utilice con frecuencia localmente. Lo cierto es que se trataba de ir a conocer tramos inexplorados e intentar trazar un itinerario nuevo que ofrezca algunas variantes sobre las ya conocidas. Puede que se refiriera a eso, no sé, no conozco suficiente a los bous como para afirmarlo.

No había voluntarios con quién compartir ruta con lo que me lo tomé con calma y aunque me levanté temprano no creo que empezara a rodar antes de las diez por lo que preveía que podría hacerse tarde e hice acopio en el súper. Y decir acopio es decir un paquete de galletas de chocolate, una lata de bebida isotónica y tres zumitos. Más de la mitad de esas viandas volvió conmigo dentro de la mochila a casa por la tarde.

Lo primero que quería ver era el recorrido desde Esporles hasta la Font de Dalt de Son Tríes que una vez hicimos de bajada pero que de subida no he sabido encontrar por lo que me he ido al camino escalonado que pasa por la Font de Baix. Allí es donde me he encontrado al excursionista con un mapa intentando seguir sus indicaciones y tras ojearlo hemos subido hasta el safareig dándonos cuenta de que íbamos en sentido contrario de cómo lo explicaba ese papel, entonces es cuando me he dado cuenta de que debería subir por la carretera hasta Son Ferrà. Es tontería, teniendo en cuenta de que hay un camino antiguo que sube hasta allí directamente. Para no liarlo más le he dejado que siguiera las instrucciones del recorrido y me he ido para arriba por carretera tras comprobar que no podía ir hasta la Font de Dalt a través de las marjades, como era mi intención.

Ya había franqueado la barrerita de Son Ferrà cuando he escuchado voces que se iban acercando rápidamente. Era un grupito de bikeros que no se sabía bien dónde iban porque cuando me han visto se han extrañado que hubiera ahí un camino y yo me he extrañado también de que ninguno de ellos lo supiera. Entonces, entre dudas, reticencias iniciales por parte de algunos y extrañamientos mutuos, han cruzado la barrera y hemos empezado a subir hacia la ermita. Había una chica con ellos y aunque no ha hecho un metro de las rampas montada no ha perdido la sonrisa; a los demás tampoco les ha desencantado, más bien parecían emocionados de rodar por sitios nuevos. Luego arriba hemos tenido una pequeña conversación y les he enseñado por donde bajar hacia La Granja, espero que llegaran bien.

En esas ha llegado el excursionista, iba acercándose a su destino final pero aún así me lo he vuelto a encontrar otra vez perdido por ahí. Casi igual que yo paseando de arriba abajo intentando recordar por donde me movía. Sabía que tenía que salir del camino principal en una de las curvas después de la explanada de la ermita vieja en restauración, no tiene pérdida. Lo que viene a continuación lo iba recordando a medida que iba pasando, la primera pared, la segunda, el tramo hasta llegar al aljub, el subidón en plan sherpa hasta el clot de neu, otra pared y debía estar muy cerca de la cima pero he tirado hacia abajo directamente. Iluso de mí he creído que podría hacer la bajada sin bajar el sillín (más bien porque no me acordaba de cómo era el camino) al menos hasta que casi salgo por las orejas, después si que lo he bajado; y la trialera, mucho más larga de lo que la recordaba. Ha sido una grata sorpresa.

De lo que no me acordaba en absoluto era de si debía girar a la derecha o a la izquierda para llegar a la bassa, y me he ido a la izquierda. Después de un kilómetro ya he visto que no era por ahí pero ha valido la pena la vuelta. Y más la bajada hacia la carretera, sin grandes dificultades técnicas pero es un camino especialmente tentador y he de confesar que algún tramo lo he intentado unas cuantas veces antes de superarlo; es una de las ventajas de ir solo, si vas en grupo o lo pasas a la primera o te quedas con el mar sabor de boca para el resto del día.

Ya había visto lo que quería ver por este lado del valle ahora debía pasar al otro lado, hacia el Camí des Correu, a comprobar otros tramos. Lo primero que he visto eran cintas colgando de los árboles pero hasta que no he visto al primer corredor con dorsal no me he dado cuenta de que debía ser el día de la UltraTrail; como me he parado a comer algo en la primera barrera (donde por cierto han desaparecido los escalones) he visto pasar a unos cuantos. Por mi parte he seguido hacia el desvío que me mostró Juan hace unas semanas y por él he subido hasta donde he podido. Después he continuado hacia arriba con la bici en la chepa durante un buen rato por un sendero inmaculado, ni rastro de marca alguna, y pensando que quizás debiera hacerlo de bajada si no conseguía encontrar una bajada por otro lado que me permitiera cerrar el bucle. Después de superar un paso que habrá que verlo desde arriba encima de la bici he parado unos momentos sobre unas rocas despejadas sobre la vertical de Ses Mosqueres con una magnífica vista sobre el entorno. Llamada a casa tranquilizadora por la hora que era (más de las tres) y a seguir. No me faltaba mucho para llegar a la cumbre y encontrar un camino de bajada. Después de seguirlo un rato ya me he dado cuenta de que no volvería atrás y habría de seguir adelante hasta el final.

Más o menos tenía una idea de por donde estaba pero la gran cantidad de cruces de pistas que hay me generaban dudas. Debía encontrar una que siguiera faldeando la montaña sobre las casas de la zona y volver a enlazar con el Camí des Correu pero he bajado demasiado, de repente me he encontrado frente a una barrera y muy cerca de unas casas. Entonces sí he sabido donde estaba y aún así me he equivocado y he tirado hacia abajo por la pista principal. Suerte que no había nadie por allí porque ayer iba de camuflaje total con la camiseta naranja fosforito. Último contratiempo en una barrera a medio camino que he tenido que saltar y la de la carretera, que he podido abrir.

Después vuelta a Esporles por el camino viejo, ahí me he encontrado a más marxaires pateando sin descanso en su Sense Aturar particular. En los escalones ninguno, menos mal porque en ese tramo he fundido la horquilla y es que me falta máquina, lo estoy sintiendo. Al llegar al coche no quería volver, el cuerpo me pedía més branca, y me he tenido que calmar dando unas vueltas por las calles cercanas.

Próximamente más, la ruta cuarenta y uno está al caer.


La cabra tira pal monte

Es que es su hábitat natural, su historia evolutiva así lo indica. Un paseo por el asfalto podría causarle lesiones de por vida, amén del peligro de perecer atropellada por algún vehículo con prisas. En eso el espécimen animal se diferencia poco del mecánico con las que salimos a cabalgar de vez en cuando. Nos piden pendientes fulminantes (tanto hacia arriba como hacia abajo) y rocaje en el que poner a prueba nuestro instinto de conservación de la especie.

La bici quería salir pero el dueño estaba muy bien en la cama a las siete de la mañana (ya es que había quedado, que si no se iba a levantar Rita, la peinadora), pero para los dos que íbamos a salir ésa era la única opción para pasar un resto de día tranquilo. Pues en esas estamos, pedaleando por Palma con un tiempo aún un poco fresco y esperando que saliera el sol tras los tejados. Donde sí daba era en el banco de la rotonda junto a la cruz y ahí me he sentado para calentarme porque pedaleando he llegado como he salido mientras esperaba a mi compañero de ruta, Yarik.

Debido a la premura de tiempo por nuestra parte solamente podríamos hacer un sube-baja rápido por la zona más próxima, la serra de Son Marill, surcada a su vez por el Camí vell de Puigpunyent. Y por él íbamos subiendo pero en el cruce del pedrís hemos tenido que demorar un poco y mientras duraba el receso me he ido a investigar el ramal que sale de enfrente. No llega más que unos cientos de metros más lejos, cerca de unas canteras y cuevas hace tiempo abandonadas. Al final de la pista hemos adivinado un pequeño sendero marcado, parecía una trialera de bajada por la que hemos subido no sin sudar de lo lindo porque tiene una pendiente brutal; será por eso que no tiene trazadas marcadas en el suelo, hay que estar muy loco para intentar esa bajada o el loco aún no la ha encontrado, vete a saber.

Lo cierto es que acaba muy cerca de la cima del coll. De ahí hemos ido a hacerle una visita a la champiñón. La primera parte es nueva, remodelando un poco el terreno para pasar más fácilmente y después parece que enlaza con algunas pistas bastante antiguas (o eso me ha parecido ver sobre la marcha). Respecto a su dificultad, es bastante fácil a un paso moderado, más bien parece un circuito de velocidad, cuanta más mejor.

Llegados a la carretera circulamos por ella hasta el inicio de la interminable por la que hemos vuelto otra vez arriba. Solamente nos quedaba la vuelta y debía ser por alguna de las trialeras que dan al golf. Al final hemos cogido la que sale directamente desde el Puig des Revells, donde está el geodésico. Rápida al principio por el sendero en cuanto se ensancha comes piedras por un tubo hasta la altura de la cantera y después viene el tramo de sendero modificado con los peraltes y los saltos con su dificultad mayor en el tramo final donde la pendiente aumenta y hay que aguantar con los frenos, cosa que hoy no me ha dado nada de confianza aún a costa de haber cambiado el disco de delante por uno de más diámetro, pero aún así no acaba de bloquear con fuerza la pinza. Ya lo había notado en plano y en el tramo de tobogán de la champiñón lo he confirmado plenamente. Influirá claro está el estado de las gomas o de las pastillas pero por ahora la sensación que me queda es la de que el disco pequeño frenaba más que el grande.

Vuelta tranquila hasta el nuevo barrio de Yarik sin habernos encontrado con ningún bikero por la zona. Vagos!!!.