Son Sales

Me llama Carlos el miércoles para concertar una salida dado que está de vacaciones y tiene ganas de salir. Yo también, siempre y cuando no nos pille la noche por ahí. No hay ruta prevista, solamente un poco de pedaleo por alguna zona entre Palma y Santa María.

Antes pasamos por el taller donde dejaré la biela para que me la reparen pero se lo toman con calma, estoy en cola de espera por ahora, por eso no pretendía meterme en caminos complicados para mi vieja montura. Ya tenía algo pensado, llegar a Santa María cruzando por Son Sureda, esa enorme extensión de terreno a la izquierda de la carretera, y que no fuera el Camí de sa Bomba, claro.

Primera parte, Son Macià. Después, Planera, que debe estar escondida en medio de la urbanización, y al final de la calle Neopàtria continuamos por un camino en medio del campo. He comprobado que lleva directo hasta las casas de Son Sales pero nosotros nos fuimos por peteneras, tanto que hasta tuvimos que dar un rodeo y saltar una pared para volver a enganchar con la pista que seguíamos al principio. Me llevé una buena sorpresa cuando llegamos a las casas, por su gran extensión, por su abandono, por su complejidad. Por lo que he podido ver antiguamente se trataba de una verdadera factoría agrícola dedicada al cultivo del olivar sobretodo, además de cultivar en gran cantidad cereales y viñedos. Tal era la producción de aceite que la finca contaba con cuatro prensas de viga, de las poquísimas de Mallorca con tal número. También pastaban numerosas cabezas de ganado en sus tierras.

Tal riqueza productiva siempre fue objeto de litigio a lo largo de los siglos hasta que diferentes ramas de la familia Salas lograron la partición de la finca en dos naciendo la que ahora conocemos como Es Caülls, vinculada a la rama familiar propietaria de Son Verí vell, colindante con la misma, al otro lado de la carretera. Hoy en día Es Caülls como tal ha quedado reducido a una pequeña porción de lo que fue en su día porque en su mayor parte ha pasado a ser una urbanización residencial a ambos lados de la autopista.

Quisimos entrar en Son Sureda, también propiedad de los Salas, aunque antes hay que atravesar unas cuantas fincas al otro lado de la carretera y sortear una colina. No pudimos hacerlo, había gente por allí y no quisimos meternos más así que dimos la vuelta y salimos por donde habíamos entrado. Seguimos la carretera en obras ya casi asfaltada en su totalidad y nos metimos por un camino lateral hasta la carretera de Bunyola hacia Santa María para intentar encontrar una entrada accesible a Son Sureda pero están todas cerradas. Lo habíamos intentado por el sur y después por el norte y no ha sido posible. Otro día lo intentaremos por los otros puntos cardinales.

Así rodando llegamos hasta el Camí de sa Bomba (1) que recorrimos hasta la carretera que seguimos hasta la estación, que cruzamos y nos dirigimos hacia Bunyola para volvernos a meter por otro camino en dirección a Son Pizà y Can Arbona para volver por el Camí de Muntanya y Son Macià.

Es una ruta completamente llana, muy buena para imprimir ritmo, tipo entrenamiento, pero que dio para ver algunas cosas que no conocía aunque según Juan ya habíamos ido por allí alguna vez. Yo, la verdad, si te he visto no me acuerdo.


Representa aquest camí un dels millors restes conservats d’una tipologia de construcció de camins que ha perdurat durant segles. Encara que la tradició popular el denomina «es camí romà», consideram que la seva actual configuració correspon a un traçat segurament medieval. Per la seva orientació i emplaçament, podria formar part d’un important itinerari que recorreria Es Raiguer. És probable que tengués continuïtat per l’àrea de Son Bonet de cap a Palma i en sentit contrari cap a Santa Maria i Alaró. Precisament entre la vall de Son Torrella i sa Teulera Vella trobam encara un tram empedrat semblant al de sa Bomba, que es desvia cap a Alaró, circumstància que es produeix a prop de la possessió de cas Cabrit, a Binissalem (s’Empedrat). A uns 3 Km a l’est del nostre camí s’emplaçava la basílica paleocristiana de cas Frares, que solien situar-se al costat de vies transitades o nuclis rurals importants.

El camí de sa Bomba conserva un bell empedrat, de pedres polides pel pas del temps, i amb una amplària notable. A més, com és característic d’aquests camins, conserva el dibuix de línies de pedres travades longitudinalment i transversalment, per reforçar el trespol. Se’n conserva més d’un centenar de metres, però probablement, baix del ferm del camí hi podríem trobar alguna continuïtat.

Texto extraído de Pòrtula 248.