Notas del domingo

Esta mañana de domingo no tenía previsto salir a rodar en lo que se entiende como una salida habitual pero tenía que hacer un desplazamiento solo y podía hacerlo en bici así que en lugar de salir a deshoras lo he hecho tan temprano como para poder encontrar a los colegas que sí salían a rutear. Me he pasado por el taller de Emilio y no había nadie así que me he ido directo al punto de reunión de los bous confiando que tardaran un poco más de lo habitual en marcharse, como así ha sido porque me los he encontrado allí aunque cada uno planteando su ruta y claro, así iban pasando los minutos y la gente sin moverse, hasta que ha llegado Mateo y los ha puesto en fila hacia no se sabía bien adonde.

Lo que sí hemos hecho ha sido meternos por el campo, muy cerca del torrente de la Riera, para llegar casi a la cruz de Establiments aunque hemos cruzado antes por el callejón de Can Gazà. Después ya directos a Son Espanyol para llegar a las cercanías de Son Mayol y continuar hacia ses Rotgetes. La idea supongo que era bajar hasta la rotonda y llegar a Esporles, yo iba haciendo camino sin plantear opciones ya que en realidad iba dejando pasar el tiempo y he aprovechado para enterarme de qué sucedió realmente ayer con la chinchetada, simplemente alguno la soñó.

Mateo y yo hemos hecho los primeros la bajada de ses Rotgetes y tras un rato de charla abajo no venía nadie, algo ha sucedido y hemos vuelto a subir, ha habido una caída de Sito que como mínimo ha sido dolorosa. Probablemente ha reventado la cámara y ha perdido el control del tren delantero casi sin darse cuenta. Éso ha provocado un cambio de planes del grupo que aunque me haya ofrecido a acompañarle de vuelta han preferido hacerlo todos. De todas maneras en la carretera de Esporles ha decidido volver ya que dolor sí que tenía y hemos vuelto los dos a Palma. Seguramente el próximo fin de semana estará plenamente recuperado.


Por fin es viernes

Por fin ya es viernes...y la verdad es que estamos como el lunes, sin tener confirmación de casi nadie sobre la proposición que lancé, parece como si los bikeros se escondieran debajo de las piedras. La verdad es que el verano ha empezado con fuerza pero hay que sobreponerse a las adversidades y afrontarlas así que un paseo por la Mola de Son Pacs me rondaba por la cabeza al haber descartado el tour por s'Arracó.

Carlos cuando decide salir se mueve por su cuenta y me comenta que ha hablado con los representantes de varios grupos y ha recibido varias ofertas, una de ellas plantea una salida conjunta chinchetas-morcibikers, aunque no sé si creérmelo del todo porque no veo ese anuncio por ningún lado pero me fío de lo que me dice aunque sea a medias. A última hora se descuelgan los Rovellats por avería mecánica del medio de transporte, vulgarmente llamado coche, y así que nos ves a nosotros dos circulando temprano por la desierta Palma hacia las afueras sin saber si nos vamos a encontrar a uno o a veintiuno.

A quién vimos sentado tranquilamente en un bar antes de llegar fue a Mateo, el supuesto promotor de la ruta, y le pegué dos gritos a lo que me respondió con cara de extrañeza que a su vez me contagió. No paramos, ese fue el error, continuamos hacia el teórico punto de reunión y allí no había ni dios, dimos unas vueltas hasta que uno que pasaba por allí nos avisa de que ha visto otros bikeros en otro parking y hacia allá vamos pero ya no estaban así que volvemos al punto inicial y seguía sin aparecer nadie. Estaba claro que conociendo la puntualidad morcilla había habido un error así que casi estirando de la camiseta a Carlos le obligo a irnos de allí, haremos lo que tenía en mente desde un principio.

Lo primero es llegar a Esporles y recortamos por la barriada lo máximo posible para salir a la carretera de Sarrià y desde allí al Muntant, ahora sí toca carretera pero son solo un par de kilómetros hasta el coll. Ya investigué en su día algún ramal del camino antiguo pero no encontré el enlace entre el ramal de Palma y el de Esporles por lo que tuve que circular por los caminos internos de s'Hort de Sarrià sin éxito y ya no quiero repetirlo.

Nos desviamos por la bajada hacia la gasolinera y cruzamos el pueblo hacia el aparcamiento de las afueras callejeando por las calles empedradas y escalonadas hasta encontrar el inicio del camí des Pescadors dejando de lado el que nos enfila hacia la Costa de Son Dameto para no liarla cerca de las casas, tendré paciencia y veremos cómo acaba todo ésto. Como decía, seguimos recto y hacemos el camino que tantas veces hemos repetido y al llegar a la carretera descendemos un poco para continuar hacia Mirant de Mar. Justo en el cruce somos embestidos por el pelotón sectario mientras vamos repartiendo saludos a diestro y siniestro, solamente unos cuantos se paran a contemporizar un poco intrigados cuando se dieron cuenta de que ellos y nosotros íbamos al mismo sitio pero en sentido contrario y cuando quisieron avisar al resto éstos ya no estaban y la conexión telefónica falló con lo que no les quedó otra que ir tras ellos y continuar por su ruta conocida mientras nosotros continuamos con nuestro plan inicial y llegamos al mirador.

Allí paramos un momento para tomar alimento y se nos acercó un vecino, un señor bastante mayor con el que charlamos unos minutos y desde luego aprovechamos para que nos contara algunas historias del lugar tanto propias como ajenas. Son ojos que han visto en primera persona el paso del tiempo sobre estos montes y posesiones y que lo recuerdan con verdadera pasión. Un placer escucharle.

Nos despedimos y vamos a hacer el tramo que hicimos el otro día en bajada ahora de subida, y es fácil, duro pero factible si tienes cuerpo para superarlo pero ayer me sentía un poco cansado, se ve que el entreno del jueves no fue suficiente, sí en kilometraje ya que aunque tan solo tenía previsto ir a saludar a los colegas a Santa María entre pitos y flautas me fui con ellos hasta Alaró y de tiempo creo que estuvo bien, no llegué a las dos horas y media entre la ida y la vuelta sin hacer machadas. Lo que digo es que quizás me falte otro día de salida entre semana para empezar a recuperar forma. El resto de camino hasta los viales de la urbanización es un poco más fácil. Dimos un paseo hasta la carretera donde hubo que tomar una decisión, o volver por asfalto o seguir con el plan, después de hacerse el remolón unos minutos accede a continuar hasta el coll de sa Basseta aunque plantea la opción de bajar directos desde allí, ya habrá tiempo de hacer que cambie de opinión.

Efectivamente, después de comer algo junto al poste, le conmino a seguir la ruta apoyándome en la corta duración de la subida por un terreno cómodo y acepta a regañadientes y en pocos minutos ya podemos empezar a dar las primeras pedaladas. Ahora sí estamos arriba del todo y encontrar la bajada GR no es difícil dado que el sendero está ya muy marcado y con bastantes hitos. Entonces es cuando empieza a acordarse de que sí ha estado por allí, yo recordaba una frase suya pero él mismo la encontró un poco exagerada. La bajada es técnica pero factible, esto quiere decir que el que no domine la bici hará muchos pies o hasta algún tramo andando pero sin llegar al agobio. De hecho no tardamos casi nada en llegar al Coll de Sant Jordi y allí acabó por acordarse del todo.

En realidad todo lo que habíamos hecho hasta el momento era la aproximación, el verdadero leitmotiv de la salida venía a continuación pero ya el cuerpo le pedía cama y no hubo manera de convencerle así que continuamos en llano hasta la pista principal donde la pillamos de bajada y mientras íbamos bajando intentaba imaginar cómo fue el día que la subimos porque si realmente estaba como estaba ayer debimos sufrir lo indecible. Pero en cambio el tramo de la Font de s'Obi hasta la barrera es casi un paseo, un poco amargo al final al comprobar de qué manera han demostrado que no quieren a nadie por allí.

Ya la vuelta fue todo por asfalto aunque porque quiso, más que nada por la urgencia de la vuelta y por pillar algo fresco en la gasolinera, así que contentos por haber hecho una vuelta diferente, con un poco de todo, sin agobios ni averías, y que se merece, a mi entender, un puesto en el blog siempre y cuando se mejore el tramo final de bajada de la Mola con una variante que ya está decidida.


Pas de s'Estaló

Había pensado en hacer una ruta el sábado que finalmente aplacé y pensé en salir por Valldemossa yo solo hasta que recibí una llamada de Carlos invitándome a salir con él que a su vez había sido invitado por un amigo suyo a participar en la ruta que tenía programada con su grupo por la zona de Alaró, y acepté. Nos vimos en su casa y partimos juntos para allá aunque antes me había pasado por la gasolinera para comprobar las presiones de las ruedas, no más de un kilo llevaba y le metí uno más, a dos y poco las dejé.

El grupo que había programado la ruta venía desde Llucmajor y se la habían descargado de Wikiloc por lo que no sabía exactamente qué querían hacer, subir al Pla des Pouet y recorrer Coanegra era seguro. Ya me iba bien porque hacía bastante que no pasaba por esos recorridos. Así pues, una vez que ha aparecido Juan que ha llegado tardísimo, nos hemos puesto en marcha hacia Son Penyaflor. La subida es bastante facilona, completamente ciclable y con un desnivel muy asequible, por lo que la dificultad principal te la impones tú mismo con tu propio ritmo. Reagrupamiento en la explanada del restaurante para esperar a los rezagados y se nos ha juntado otro bikero al que había pasado en la subida, después, hablando con él, me ha confesado que era su primera vez y ha declinado mi oferta de unirse al grupo para continuar con el periplo, supongo que quería saborear la ruta paso a paso sin interferencias.

Foto de grupo arriba y preparación para el descenso aunque para ese descenso el secreto está más en la cabeza que en la bici ya que tiene algunos pasos y curvas que requieren de mucha habilidad y dominio de la máquina y si ésta además ayuda un poco, mejor que mejor. Así pues, como hemos podido hemos llegado abajo y de abajo hasta la carretera y allí me he dado cuenta de que está señalado el ramal de subida hacia el Pas de s'Escaleta, no lo sabía, que aunque sea la continuación natural del itinerario desde Alaró era el menos utilizado y de hecho ni está señalado en la web del Consell.

Parte del grupo se lanza cuesta abajo y nos espera en Orient donde echamos un vistazo al track y al ver que sigue por carretera propongo dejarla de lado y circular por donde corresponde, por montaña, y llegar al mismo sitio por el Pas de s'Estaló, no conocen ni una variante ni la otra así que no tienen muchos argumentos con los que contrarrestar la oferta y aceptan la propuesta sin poner muchos peros. Nos metemos por la barrera equivocada aunque éso da pie a probar algunas cerezas que por lo que comentaron ya estaban casi en su punto. Subida corta hasta el paso y es tiempo de comer algo mientras discuto con Juan la posibilidad de avanzar un poco más y hacer la bajada más limpia completa pero prefiere tirarse directamente por la pista que a mí no me gusta nada, demasiadas piedras sueltas para disfrutarla debidamente, y si además le sumamos un exceso de presión en los neumáticos (dos kilos para mí son muchos, me siento inseguro con esas presiones), menos aún, y así y todo bajamos por ahí y en unos pocos minutos estamos en el cruce de Santa María donde comprueban que efectivamente volvemos a estar sobre la traza.

Tendría que revisar en los papeles cuándo fue la última vez que pasé por allí, Juan me hablaba de unas senderistas a las que casi atropellamos pero sigo siendo incapaz de acordarme del hecho aunque algo parecido ocurrió en el camí des Grau con algunos pobleros antes de poner la señal. La primera parte, la más rápida, no tiene mucha dificultad, algunas piedras, algunos escalones al límite (o más) de mis suspensiones, algunas losas en subida y la zona de la losa de bajada, la más técnica, donde alguno probó por un lado y otro por el camino aunque lo tuvimos que cazar al vuelo al salir rebotado en una piedra, parece fácil pero no lo es tanto.

Algunas fotos en el último tramo que no acabaron de convencer al fotógrafo por falta de velocidad y en un santiamén estábamos en el torrente. Comprobamos la hora y era pronto así que a Juan se le ocurre la maravillosa idea de coger el camí des Guix en lugar de volver rodando por asfalto a Alaró. Debo reconocer que no lo había pensado y desde luego no estaba en el track que llevaban ellos, tampoco lo conocían y excepto dos que tenían hora fija de llegada los demás no opusieron demasiada resistencia a ir por el desvío. Otra cosa muy diferente es la opinión que tenían cuando vieron la pista de subida y el pateo que viene a continuación y yo creo que más por la cara desencajada que llevaba Juan al llegar arriba totalmente arrepentido de haber lanzado la propuesta, quería pero no podía y solamente el pundonor o la vergüenza hizo que subiera hasta arriba. Sea como sea todo el mundo superó las dificultades y pudimos llegar a lo alto del coll de s'Era sin desfallecer en el intento.

Algunas pastillas de freno se fundieron en la bajada que viene a continuación, en cuestión de minutos estás en el pueblo y al no ser muy tarde dio tiempo para la última charla, después cada mochuelo a su olivo a reponer fuerzas y sacar conclusiones.


Son Nebot

No me había dado cuenta pero hace un año exactamente (jornada arriba, jornada abajo) hicimos esta misma ruta y el sábado, sin sospecharlo inicialmente, la repetí. Y digo sin sospechar porque no tenía plan establecido en firme aún con varios temas en marcha que no llegaron a concretarse y por tanto quedé a la espera de acontecimientos externos, pero poco más que la hora y lugar de salida supe al final del día aunque para mis adentros sabía que la ruta elegida no me iba a defraudar, como así fue.

Se queda a las nueve en Caimari, ni muy pronto ni muy tarde, voy solo pero salgo tarde de casa y tarde llego al punto de reunión, tan retrasado que si hubiera llegado un minuto más tarde no los encuentro y anda que estaba yo para ir a remolque. Sin problemas para esperarme unos minutos para acabar de montar el aparato y salir por patas, íbamos hacia Lluc y ahí mi cuerpo me pide moderación en los primeros kilómetros para tomar la temperatura de funcionamiento adecuada, aún así no soy de los últimos en llegar arriba pero con el grupo completamente estirado y fuera de la vista unos de otros y eso que solamente éramos cinco.

En el coll de sa Batalla estaba ya más o menos a tono y lo que hicimos fue bajar casi hasta Lluc para tomar el desvío de Son Macip, punto en el que el año pasado nos separamos Carlos y yo del resto por una avería mecánica y después hicimos nuestra ruta particular por unas pistas sin salida. Ahora se trataba de seguir la pista para enlazar con el camí vell que entra por la Font Cuberta, parece fácil pero Toni y yo nos desviamos en el primer cruce que encontramos al perder de vista al resto de grupo, pero rápidamente nos percatamos del error y volvimos sobre nuestros pasos para agruparnos en unos minutos.

En este tramo hubo una pequeña variante de la ruta porque una vez llegamos a la zona de la rejilla esta vez la seguimos durante un mayor trayecto sin desviarnos, haciendo un recorrido más ameno por las fuentes que nos vamos encontrando por el camino y aún así nos desviamos de la pista para enlazar campo a través con otra un poco más adelante que nos acerca al avenc de s'Espinal ya muy cerca de la era d'Escorca la cual debemos rodear por un deteriorado camino hasta enlazar con la carretera. Solamente cien metros de asfalto dirección Lluc separan el final de un camino del inicio del otro y en un segundo estábamos rodando a placer por una antigua carretera comarcal donde se iba repitiendo el esquema visto hasta ahora, en cuanto se podían dar pedales en condiciones me quedaba irremisiblemente atrasado aunque había agrupamientos frecuentes por si acaso me daba el aire y me perdía por la montaña. Parada forzosa para cambiar una cámara por otra sin agujeros y bajada rápida hasta las casas de Son Nebot, muy concurridas, en época de tondre, ya se sabe, se trabaja a destajo. Gente mayor que supuse de la casa nos dieron un poco de conversación y hasta me preguntaron de dónde éramos, una lástima no haber seguido la charla y haberle preguntado sobre algunas cuestiones sobre el lugar y su historia.

El tramo de asfalto hasta la Font des Noguer no iba a ser diferente de lo acontecido hasta ahora y aunque llegué con Toni hasta la salida del túnel éste, al ver la larga y plana senda de asfalto ante sus ojos, apretó los pedales de la Niner y me dejó atrás en un santiamén mientras yo seguía a lo mío, sintiendo la relajación que produce la visión tan cercana del agua embalsada siempre con gran contraste respecto al entorno, circulando cansinamente sin lograr establecer un pedaleo vivo. Me esperaron en la entrada del área recreativa y fuimos juntos solamente hasta el inicio de la primera rampa, después se repitió lo ya contado.

Pepe me esperó junto a la canal y aunque el trasvase estaba a pleno rendimiento el nivel del embalse inferior era altísimo. Que yo sepa nadie se tiró dentro. Volvimos a vernos todos en el cruce del camino que baja a Almallutx y empezamos a subir empujando la bici en los primeros metros aunque, una vez pasado el portillo, se podría decir que ya es ciclable, con cierta dificultad, pero lo es. Dificultad que va aumentado justo pasar el vado del torrente donde el camino se vuelve mucho más salvaje y pedregoso. No es imposible circular pero sí muy complicado, yo por mi parte no tenía el día en cuanto a sensaciones, no sé si es que no las llevaba conmigo o que mi forma física directamente me provocaba sensaciones bastante negativas. No lograba encadenar buenos tramos, ni subiendo ni bajando, aunque no dejaba de intentarlo en cuanto tenía ocasión.

La bajada por el camí de Pinatons siguió más o menos la misma tónica. Me pasa que cada vez que hago esa bajada me parece menos bajada y dónde hay que pedalear cada vez más. Lo cierto es que para mí la altura del sillín es un factor totalmente decisorio, lo bajé demasiado y en las zonas planas me quedaba enrocado, haciéndome gastar más energías de las necesarias. Agrupamiento en el portillo para realizar juntos, todos excepto Pepe que no lo veía ya desde la canal, el descenso hacia el torrente que va a desembocar en Can Bajoca. Cuidadito con esa pista que tiene una cubierta de tierra muy, muy deslizante y te puedes ir al suelo o a dónde sea sin que te des cuenta.

Reventón de Fibras en el sendero de bajada del torrente, lástima porque podría haber rematado una buena faena si no hubiera sido por ese detalle. Reparamos y ya no nos separamos hasta llegar a Caimari, se lo agradezco porque el paso por el torrente se me hizo penoso, no es fácil pero en otras circunstancias puede ser hasta divertido.

Último esprint para llegar al aparcamiento antes de que nos dieran las tres y poder entrar en casa con un mínimo de dignidad y ser recompensado con una ducha reparadora y quizás una mini siesta antes de empezar a pensar en la próxima salida.


Rodando por Pòrtol

Se me informó entre semana de los planes de Xisco para el sábado, era una ruta por la zona de Pòrtol, y como ya la hicimos juntos el año pasado y al no haber vuelto por mi cuenta en todo este tiempo, me pareció interesante volver a repetirla y coincidir con el grupo de pobleros y no tan pobleros que se arrejuntan en esas convocatorias.

En principio tenía que ser la misma que la anterior aunque por si acaso el promotor había preparado alguna variante por si hacía falta improvisar. Hacen falta bastantes salidas por la zona para controlar mínimamente el lugar ya que se han abierto muchos senderos al margen de los ya establecidos sobre todo por obra y gracia de los descenders, y que no se lo tomen a mal, es que es así.

Lo que no iba a hacer era salir con ellos desde Binissalem, a ellos les viene bien pero a mí me pilla lejos así que decidimos un punto intermedio y yo saldré desde casa. Calculo que con una hora tendré suficiente para llegar yendo a un ritmo tranquilo como así ha sido porque cuando llego a Santa Eugènia aún no han llegado y los estaba esperando en el pueblo convencido de que aparecían por el polideportivo pero no, lo hicieron por otro camino y no los vi, así que hasta que no recibí una llamada de teléfono no supe que habían llegado.

Empecé detrás de ellos por el cuestón de hormigón y tierra que sube directo desde la carretera hasta el monumento del Sagrat Cor, un repecho importante pero no imposible de superar aunque tuve que hacer un pie antes de llegar arriba donde me estaban esperando Emilio, Tòfol, Xavi y Joana, de los más fieles del paquete, y dos más que no conocía, Xisco y Toni, aparte del sherpa. Presentados e inmortalizados en unas fotos proseguimos viaje hasta ses Coves para rutear después por las faldas del puig de Son Seguí para desviarnos después hacia las alturas siguiendo las indicaciones del GPS debido a los numerosos cruces y cambios de tipología del itinerario, ora pista, ora sendero, siempre en dirección sur para desviarnos en un punto determinado en dirección norte coincidiendo con el descenso hasta alcanzar el camí d'Olessa y llegar a la carretera para pasar al camí del jardí d'en Ferrer.

No vamos a llegar a la autopista por ahora sino que vamos a realizar un bucle de subida por una pista ancha para enlazar con el circuito de descenso y la verdad es que no me acordaba, creo que solamente lo he hecho en un par de ocasiones y no se me queda grabado. Comimos algo junto a uno de los saltos más grandes y Xavi aprovechó para lucirse en ése y otro que nos encontramos, el resto a mirar e intentar hacerlo lo mejor posible en el resto de circuito.

Ahora sí nos vamos hacia la autopista dónde el camino se enfila hacia las últimas casas pero han cerrado la barrera y con ésto y la proximidad de las casas con bastante gente por allí cerca hace que nos demos media vuelta y pensemos en otras alternativas. Básicamente se trata de volver a la carretera sin realizar el bucle por sa Cabaneta y subir directos hacia las alturas de Puntiró adonde desembocamos en el asfalto a través de un sendero. No circulamos mucho por el vial porque casi enseguida volvemos a meternos por un sendero que atraviesa una pared con rejilla para volver a entrar en los terrenos de Son Seguí. Ese sendero desemboca en la pista principal muy cerca de Cas Garriguer (mejor que no te vea) y seguimos en ascenso hacia lo alto de la montaña. Buena subida, a ritmo vivo, forzando y llegando con buena nota arriba, casi arriba mejor dicho, porque en el cruce de la ermita nos fuimos directos hacia la bajada donde tras unos instantes de espera para que alguno se pusiera las protecciones la emprendimos con ganas.

Tuve que quitar a Joana (es una forma de hablar) de en medio para poder bajar a gusto, delante tenía a algunos pero en esos primeros metros sin poder pasarla me cogieron ventaja y ya no los vi más. Esta sí es una bajada en condiciones, no muy técnica pero lo suficientemente rápida como para tener que estar muy atento y muy larga, más de lo que recordaba. También, viendo el track, se ve que en la ida la hemos cruzado pero me es imposible recordar por donde.

Después de esperar un rato abajo a los rezagados por un pinchazo volvimos todos al pueblo por ses Coves y en la carretera nos despedimos para volver a desandar lo andado en la ida aunque pronto me arrepentí y volví al llogaret para volver por el camino de tierra pero no lo hice correctamente y volví a aparecer a la carretera no muy lejos de donde la había dejado. Para no volver a ver los mismos paisajes opté por llegar a Santa María y bajar por la comarcal hasta el aeródromo que rodeé por el carril y volver a casa por Son Gibert.

Ni que decir que acabé fundido, bien por la distancia, bien por el calor, más bien por lo primero porque entre ir y volver se sumaron casi cuarenta kilómetros más y eso sumado a la presión que llevaba en las ruedas no me extraña que acabara por los suelos, tener que pedalear duro hacia abajo debe significar algo.