MIRando la cabra y otros seres


Me habían comentado algo entre semana de una ruta larga pero no tan larga, jolines, que no estoy yo para ir a remolque tantos kilómetros, así que me desmarqué de la propuesta y como lo que tenía pensado tampoco era moco de pavo y los que previsiblemente tenían que venir tampoco están muy allá la propuesta iba menguando a medida que pasaban las horas; finalmente, y en tanto que también lo hacía el número de participantes decidí aceptar la invitación que me habían hecho los MIR de compartir ruta con ellos. Entonces Juan y yo siendo los únicos interesados nos hemos presentado en la tienda un poco antes de la hora convenida. Como la ruta salía de Palma hemos partido hacia Son Oliva donde se ha empezado a conformar el grupo de ocho disfrazados más dos acoplados y así, todos reunidos, hacia Bunyola hemos partido.

Como en principio la ruta original empezaba y acababa por el mismo sitio le he propuesto a Emilio cambiar el inicio y cruzar s'Hostalot, les ha parecido bien pese a que ninguno, ni siquiera Juan, había pasado por allí. Creo que como alternativa les ha gustado. Y sin tocar carretera como quién dice nos hemos presentado en Bunyola, allí hemos esperado un rato a dos compañeros de uno de los participantes que se iban a unir con nosotros y cuando hemos estado al completo hemos iniciado la subida. Yo por mi parte tendría que haber hecho caso a Juan y haberme ido con él un poco antes, bastantes del grupo están fuertes y en las subidas fáciles imprimen un ritmo elevado que me es imposible de seguir, así que pronto he quedado en cola y a verlas venir (más bien partir). Ni poniendo un ritmo más vivo a partir del segundo kilómetro he podido coger a nadie así que en la barrera Juan y yo decidimos tirar por la pista para tener al menos una subida un poco más cómoda llegando a la par a la barrera de la pista del Penyal donde Juan decide no ir a la cabra sino que irá directamente a la cabecera de la bajada mientras que los demás continuamos ruta hacia el penyal.

Allí sí que la diferencia de potencia se disimula un poco y ya no hago tan mal papel, hasta he podido pasar la dressera sin poner pie (si exceptuamos el que he puesto cuando me he enganchado la mochila con la rama del pino que está cruzado), para mí esto es un indicativo muy importante. Llegamos arriba y hay overbooking de bikeros, saludo y me fijo que aquello parece un aparcamiento de LV's y entonces una voz me es familiar, es Carlangas de Alcúdia con sus compinches. Aprovecho para departir con él y comer algo a medida que van llegando mis compañeros aunque ya falta uno que se ha retirado y nos preparamos para la bajada y pese a que no todos tenían claro si querían pasar por la cabra al final todo el mundo se ha animado.

No me acordaba de la última vez que pasé, hasta dudaba que fuera con esta bici, y tenía esperanzas de que me iría mejor como así ha sido excepto en la losa en sí donde ya no depende tanto de la bici y aunque ya lo haya bajado algunas veces siempre me infunde respeto. Pero esta vez quería comprobar si me iba mejor hacer la entrada recta en el sentido de la marcha y tras algún renuncio me he tirado y hacia el ullastre que me he ido acabando en un chistoso abrazo mientras desde abajo me decían “Kapax, lo estoy grabando todo”. “Entonces lo intento otra vez, ostias” pero aunque la entrada me gusta más hay que saber encarar la bici justo al pasar el escalón y que vaya hacia abajo, no recta, y ahí es donde no he conseguido triunfar pero en general ha estado divertido. Otros también tenían esperanzas de superar el obstáculo pero ha habido suerte dispar aunque para la mayoría el objetivo se ha cumplido con creces.

Arreglamos pinchazo en el camino y partimos en busca de Juan que debía estar aburrrido de esperarnos, como así era. Yo tenía algunas dudas sobre la presión a la que había dejado las ruedas allá arriba, la notaba un poco floja de atrás y eso era peligroso y he preferido arriesgar pero he durado poco ya que al rato iba con la llanta por el suelo aunque el que literalmente ha rodado con la llanta ha sido Emilio que no sabía exactamente si había reventado antes o después de desllantar o antes o después de explotar la cámara, ha sido un poco extraño. A partir de mi reparación hemos bajado juntos Emilio, Sito y yo hasta abajo sin otros percances y debo comentar que se me ha hecho cortísima la bajada, como un suspiro, dit i fet. De un tiempo a esta parte tengo esta extraña y reconfortante sensación en las bajadas que me deja totalmente satisfecho y aún no sé a qué atribuirlo exactamente.

Emilio decía que tenía prisa así que no me han dado opción a comentar siquiera en serio la posibilidad de acortar por es Cabàs aunque si el final de ruta no es Santa María para mí está clarísimo pero esta vez tocaba asfalto hasta el camí de sa Bomba aunque desde el mismo puente sobre las vías hemos bajado hasta abajo para llegar al Festival Park por caminos de campo. Un poco de charleta en los aparcamientos esperando que Nuel reparara el pinchazo y otra vez disparados como posesos rumbo a Son Daviu y Son Macià para acabar separándonos del grupo en la Indioteria y volver a casa más que satisfechos, creo que con las expectativas cumplidas. También porque pese a tener todo el día del viernes molestias musculares en una pierna no me ha afectado en absoluto para rodar, no puedo poner esa excusa para nada en mi retraso en la primera subida, ni en mi indecisión en la cabra, eso es de otro nivel, por tanto solo agradecer que me hayan invitado a participar en una ruta que, aunque repetida en múltiples ocasiones, siempre nos produce una gratificante y adictiva euforia, y espero que por mucho tiempo.