Aritja muntanyenca

Cualquier mallorquín ha estado en Lluc y posiblemente muchos han paseado por el clot d'Albarca (o Aubarca), un enorme valle entre montañas a cual más impresionante con el puig Roig como referencia insignia, pero no todos han estado en Es Cosconar, solamente los más andarines habrán pasado por allí después de una larga caminata y desde hace muchos años solamente en domingo, un guarda se encarga de recordártelo cuando te pilla por allí y si además llevas bicicleta eres peste. Por eso cuando Xisco insinuó sin nombrarlo que montaría una quedada por la zona le contesté inmediatamente que yo también quería subir a Cosconar y poder quitarme esa espinita que tenía clavada por ahí dentro. Aún así me llevé una desilusión al enterarme de que podía haber problemas para acceder debido al gran número de apuntados ya que algunos propietarios habían mostrado reticencias a nuestro paso. Eso me generó más que dudas, desazón y me planteé seriamente no asistir pero al pasar los días y aumentar mi resignación ante la incertidumbre cambié de opinión confiando que la tozudez de los organizadores hiciera recapacitar a los recalcitrantes propietarios, como al final así ha sido.

Recibí algunas llamadas interesándose por la cuestión y quedamos en asistir pero añadiendo algo más de enjundia a la ruta empezando desde Caimari aunque un poco más temprano de lo habitual para ir sobre seguro. Llegué un poco más tarde de lo previsto y dió pie a reunirnos una buena grupeta en el aparcamiento y alrededores con los que quedaron después para empezar a subir todos juntos hasta arriba pero quería hacer un cambio en el itinerario que no era más que seguir el recorrido original del camí vell, obviando eso sí la costa llarga pero cumpliendo con el resto. No tuve acompañantes en esta singladura y lo hice solo, una duda me rondaba la cabeza y era averiguar qué camino era el más rápido, si la insulsa pista de la Coveta negra o el magnífico empedrado de la llonganissa y mira por donde se tarda exactamente lo mismo, solamente el tramo de asfalto inclinará la balanza en un sentido u otro.

Llegamos a Lluc y la animación es máxima, no solamente por parte de los bikeros y bikeras congregados, a las otras actividades programadas no les faltan participantes como tampoco en el día anterior y se prevee un éxito total en esta jornada. Por nuestra parte fuimos unos ciento veinte los congregados, unos clasificados por grupos, sus maillots los delatan, otros por libre pero todos con algo en común, su bicicleta, y eso es lo que vamos a usar a partir de este momento aunque algunos venimos ya calientes.

Hay tiempo de sobra para los saludos y la charla antes de la foto oficial y el pitido que marca el sús y a partir de ese momento el pelotón agrupado discurre ordenadamente detrás del guía carretera abajo hacia el clot d'Albarca y más o menos así continuamos durante ese tranquilo paseo solamente alterado por la visión de los efectos del cap de fibló en los campos y construcciones.

El grupo, que hasta ahora se había mantenido más o menos compacto, va estirándose a medida que la pendiente aumenta pero también es porque nadie quería ser el primero en bajar el ritmo, al menos conscientemente aunque la bondad de esa pista tampoco invitaba a ello. Un primer tapón en la barrera cerrada de es Cosconar nos vuelve a agrupar aunque en la siguiente parada técnica veo a algunos que están bastante lejos pero por lo que sé llegaron todos.

Llegamos hasta el antiguo cuartel de carabineros y el sitio no defraudó, el cambio de perspectiva te hace plantearte algunas preguntas y una de ellas es saber no ya porqué se construyó allí ese enorme caserón sino sobre su efectividad real o es que simplemente fue una pantalla para salvar las apariencias. Las casas de Cosconar no son menos intrigantes, su existencia se pierde en la noche de los tiempos y como tal su propio nombre es un misterio que no se ve rebajado por la visita ya que solo podemos acceder a vislumbrar lo que su fachada nos ofrece, el resto debe aportarlo nuestra imaginación. Una pequeña pieza teatral de los años cincuenta, Aritja muntanyenca, cuya acción trancurre en las casas de Cosconar (y hasta se representó allí) y de la que no me acuerdo casi nada excepto que subía un capellán hasta ahí arriba a raíz de un hecho luctuoso y debía quedarse a dormir por lo avanzado de la hora me rondaba en la cabeza mientras subía intentando recrear sobre el mismo camino sus apresurados pasos aunque esta vez en forma de pedaladas.

De vuelta a Lluc de repente el bucólico paisaje se convierte en pared de asfalto que a más de uno dejó las piernas temblando pero que la proximidad de la recompensa mitigó en algunos grados. Por cierto, muy buena la merienda, con una ensalada de pasta estupenda, pan con sobrasada, fruta y bebida isotónica para un regimiento, pagado todo ello por el ayuntamiento de Escorca, como también fueron suyos los esfuerzos para conseguir el total acceso a esos lugares. Tal fue el grado de empacho que la mayoría optó por finalizar aquí la ruta y dedicarse a otros menesteres revertiendo parte de lo recibido a la comunidad o simplemente volviendo a su retiro. Yo dediqué un rato a la charla mientras los veía partir hasta que quedaron solamente los miembros del staff y algunos voluntarios que aún tenían faena por delante para recoger todos los bártulos aunque con la satisfacción del deber cumplido y saldado el evento con éxito.

Como era de esperar al salir yo ya no quedaba nadie con quién amenizar la bajada y menos tras pararme a charlar con unos familiares que me encontré aunque no quería que eso fuera óbice para no divertirme bajando y eso intenté. Al llegar a la bretxa vella ví que había ciclistas en el mirador pero entre ponerme las protecciones y sortear turistas se me escaparon aunque me dió tiempo a verlos cogiendo el desvío del cual pasé y volví a la carretera para hacer esta vez sí la costa llarga de bajada y es donde los volví a ver pasando por la carretera confirmándome que también se tarda lo mismo bajando que subiendo por un lado que por otro.

Aún no habían plegado todos de Caimari cuando llegué, algunos estaban en el bar y a los demás los ví pasar ya metidos en los coches aprovechando para despedirme de todos ellos y dar por concluida ya definitivamente esta magnífica ruta que hemos podido saborear gracias al esfuerzo de unos buenos compañeros, desde aquí expresar mi agradecimiento a ellos y a todos los que sé y no sé de su trabajo para poder lograrlo que no habrán sido pocos, y también a los que han permitido que este evento tenga lugar, sin su colaboración no habría sido posible.

P.D. No he puesto enlace alguno de las diferentes crónicas y reportajes directamente sobre el texto para no cargarlo, los tenéis en la sección de fotos 2013.