Sin rumbo fijo

Esta Semana Santa no ha sido nada espectacular si nos ceñimos al tema concreto de este blog, como si estuviera un poco de resaca de la quedada del domingo pasado la salida del sábado no fue una prioridad entre los temas de la semana por lo que llegó el viernes y la casa sin barrer. Confiaba en que alguno expresara su intención de salir después de yo manifestar la mía de rodar el sábado pero solo dos respondieron al requerimiento y ni así pudimos quedar, así que al final me fuí a la cama sin un plan concreto.

Juan me había comentado que volvería a salir pero en plan test con alguien que está muy verde y además tenían que pasar antes por la tienda por lo que no preveía que se pusieran en marcha antes de las once. Me contó sus planes de ruta y ví que era difícil que coincidiéramos. Algunos que no conozco habían quedado muy temprano y esos dos detalles hicieron que descartara esa opción; en cambio los MIR saldrían a las nueve treinta hacia una ruta desconocida y quizás podría acoplarme.

Al pasar por la tienda de Emilio lo encuentro allí, aún no está recuperado de la lesión y se irá a rodar solo por asfalto, los demás acaban de irse y me informa de adonde van, entonces resulta que Juan, yo y el grupo hemos coincidido en la misma idea por lo que le digo a Emilio que los avise con un mensaje de que voy para allá. No sé si alguno lo ha recibido porque no me han esperado, al llegar ya no estaban aunque los veo a lo lejos que enfilan la cuesta. Voy tras ellos pero me siguen sacando ventaja por lo que renuncio a la captura y sigo mi camino. Al llegar delante de los colegios ya no los veo y antes de la rotonda vuelvo a verlos rodando por el campo mientras yo subo por asfalto por lo que decido esperarlos en el coll des Vent y al menos que me informen de la ruta que piensan hacer.

Mientras espero allí sentado estaban también dos personajes que creía que sí tenían que ver con el vallado y la colocación de pilones de toda esa zona y me ha entrado la curiosidad de preguntar porque la verdad es que no le veo mucha lógica a lo que han hecho. En eso que ha llegado un camión con material de obra y uno de los dos se ha marchado con ellos y el otro ha quedado en el coche y solo se ha alterado cuando ha empezado a pasar el pelotón motero que venía de la torre, entonces es cuando ha salido del vehículo. Las motos se han desperdigado en todas direcciones y hasta algunas han pasado pisando la rejilla cerca de donde yo estaba y le he preguntado algunas cuestiones sobre el tema.

Y en esas estábamos cuando después de una larga espera y posterior y rocambolesca (y patética) entrada en escena del grupo vuelvo a quedar solo sin enterarme así que no me queda otra que urdir un plan alternativo, quería ir a la Coma de s'Aigo pero antes pasaría por las Coves des Marbre. Dicho y hecho, y hacia allá me he dirigido. El desvío hacia las cuevas está muy cerca del mirador, más de lo que me imaginaba, y el principio es muy empinado y pedregoso por lo que he debido hacerlo andando, después es fácil pero la complicación está en llegar abajo de una pieza al pasar por la zona de las cuevas. El turista que ha bajado conmigo ha debido de pensar que yo podría bajar por donde él lo ha hecho cargado con la bici por lo que directamente ha pasado de mí y yo he tenido que descolgarme por una pared con una bici a cuestas.

He dado unas cuantas vueltas abajo por dentro de los campos de la finca buscando la salida por la barrera vieja y aparte de algún despiste no tiene gran complicación. Ya estoy en la carretera y solo tengo que remontar unos minutos para llegar a la entrada del Burotell y ahí es donde me tropiezo con Jesús que vuelve atrás, los demás van delante de mí pero no es cosa que ya me interese. Yo pretendo subir hasta la barrera para ver si puedo encontrarme con Juan y compañía para hacer la bajada juntos, aunque en un principio se me había ocurrido la idea de subir a lo alto de na Bauçana para valorar la bajada, solamente una vez tomé el desvío pero no llegué arriba y quizás fuera el momento para repetir, así que empiezo la subida esperanzado pero condicionado a que me cruce con aquellos dos, y de las ganas con que llegue arriba, claro está.

La subida es sencilla y la hice a buen ritmo, al menos a un ritmo constante y llevadero, no la cronometré, y con más fuerza y un poquitín de suerte se hace toda. Llegué a la barrera y comí algo y aunque era el sitio donde más daba el sol también lo hacía el viento, así que una cosa por otra. No tuve que esperar mucho para verlos aparecer por lo que la idea de subir más arriba la descarté y además ya era tarde por lo que nos preparamos para el descenso. Juan iba un poco intranquilo, no ya por él, sino por Carlos, estrenaba zapatos y calas y podría decirse que también la bici, había sufrido en las subidas anteriores y creía que tendríamos que esperarlo continuamente. Pues la verdad es que se le dan bien las bajadas y nos venía pisando los talones y además no hubo ningún incidente.

Me comentan abajo que ellos vuelven a Calvià y que me puedo ir con ellos y aunque eso me priva de las bajadas del coll de sa Creu, acepto pero con la idea de no hacer todo asfalto, entraremos por Son Boronat como mandan los cánones. La equivocación (mía) fue no desviarnos hacia el pueblo cuando pudimos al enterarme de que la furgoneta no estaba en Son Bugadelles y llegamos hasta la carretera con lo que nos tocó volver con todo el viento de cara, fue la puntilla del día, pero eso también es ciclismo. Al final creo que llegué a casa mucho más tarde que si hubiera vuelto directamente entre visitas al bar y al local pero en general podría decirse que ha sido un día de lo más provechoso. Al menos así lo veo ahora sentado tranquilamente en el sofá escribiendo estas líneas.