Husmeando por ahí

Durante la semana creía que no podría salir el sábado por causas ajenas a mi persona o a mi montura, por eso tuve que decir no a una invitación que me hubiera llevado a Cala Tuent y vuelta, ruta que hace ya unos cuantos años que no voy, creo que la última vez fue en la ocasión que bajamos hasta el mar a ver la fuente y la antigua fábrica de electricidad.

Finalmente he podido rescatar unas horas para no perder la costumbre pero no ha sido posible ya concretar quedada con otra gente, unos por horario y otros por simple indecisión, así que la idea que tenía de ir a Alaró la he variado por otra por las cercanías de Palma y así se lo he hecho saber a Juan y Carlos que a la postre son los únicos que han quedado por aquí. Entonces, en lugar de ir a rondar por Na Burguesa podemos ir a acabar los deberes por la garriga de Pòrtol, tenía que ver y comprobar las bajadas desde arriba hasta la carretera, aquellas en que claramente se ve en las fotos que no hay barreras. Pues venga, eso hacemos y cruzando Son Gotleu y Son Gibert ya estamos fuera de Palma, en Marratxí, pero aún queda mucho para llegar a pie de pista, por así decir, por eso esta vez sí entramos por la parcelación de Son Orlandis hasta buscar la transversal que nos lleva a la carretera de sa Comuna, casi enfrente de la subestación transformadora, y aunque quita asfalto tampoco me acaba de convencer y la próxima vez que vaya lo haremos de otra manera, más directa.

Entramos por la subestación y hacemos todo el camino hasta la casa derruida y después desmontamos el resto de trayecto hasta cruzar la segunda pared para evitar incidentes, caminas un poco cuando podrías montar pero al no llevar ninguno tubeless no quiero arriesgar y perder aún más tiempo que si vas caminando. Justo pasar la pared viene lo nuevo, la bajada hasta la carretera que quiero comprobar, primero vamos a pasar por unas casas y veremos si hay barreras, no las hay pero tenemos que circular prácticamente por los porches, afortunadamente no nos ve nadie aunque hay multitud de coches aparcados. Seguimos bajando y cuando ya hemos entrado en el asfalto nos encontramos una barrera motorizada, no tiene paso peatonal ni manera fácil de sortearla por lo que decido descartar el itinerario y volver a subir. En eso llega un coche con una mujer y le explicamos la situación y no pone pegas a mi propuesta por lo que ella sale y nosotros enfilamos hacia arriba. Al llegar a las casas sale más gente en coche y se acercan otros andando (parece que han querido salir todos al mismo tiempo) pero tampoco ponen peros a mi idea de salir de la finca por arriba y rehacemos el camino que hemos bajado hace pocos minutos.

Antes de llegar a la pared ya ha habido pinchazo donde he aprovechado para comer algo mientras aquellos dos reparan el estropicio y seguidamente continuamos hasta la otra pared, esta vez con una valla. Por aquí bajé la semana pasada, pero solamente hasta la entrada de una finca y hoy voy decidido a continuar, y eso hacemos. No tenemos ningún problema en seguir la pista que comunica esos sembrados con la casa, ni siquiera al cruzar por delante pese a tener que abrir y cerrar unas cuantas barreras. La única duda que me quedaba era en la entrada principal que está completamente libre y con un letrero además, así que ahora ya lo tengo completamente claro. Puede que alguna vez, muy esporádicamente, utilize este camino para subir o bajar aunque lo más seguro es que si encuentras a alguien te cante las cuarenta.

Es pronto cuando llegamos a la carretera, aunque para lo que hemos hecho se puede decir que hemos ido muy, muy de trankis, pero algunos lo aprovechan para pirarse con excusas vanas, que si me voy a comprar, que si me duele ésto o aquello, en fin, que me quedo solo y decido aprovechar para ir a ver la parte final de mi ruta particular, el enlace entre el camí de Sant Jordi y Puntiró. Sé por donde empezar, el final es la incógnita. Y ésta empieza pronto pues aunque hay una barrera en la primera pared que me encuentro no hay rastros visibles de camino practicable entonces lo que sigue es una travesía andando por la garriga, y más cuando ésta se hace más y más frondosa, y no digamos cuando salto otra pared y apareció por allí un torrente que estaba bastante húmedo y donde la vegetación formaba una auténtica muralla muy difícil de atravesar.

Tras superar ese paso ya tengo cerca algún vial de la urbanización pero me doy cuenta de que he salido bastante arriba y a pesar de haber encontrado un porxo en medio del campo tampoco he visto rastro de camino claro cerca y eso no me favorece a la hora de confeccionar una ruta que cruce esos terrenos aunque eso no puede afirmarse con rotundidad sin haber cotejado el itinerario realizado sobre un mapa, casi siempre sale alguna sorpresa con posterioridad.

Solamente me queda la vuelta y la hago por la línea directa con un duro y más que molesto viento de cara que me ha hecho quemar más energías de las necesarias para poder llegar.


P.D. Más difícil que encontrar el camino correcto en este caso concreto es poder pasar sin pinchar, esta semana volvía a tener la cubierta repleta de pinchos pero tan pequeños que la rueda tarda varios días en vaciarse.