Extrarradio

Como el viernes tenía el día tonto pasé de acoplarme a alguna salida organizada, que las había y para todos los gustos, rodadoras, descensos técnicos, intermedias, en fin, que me apetecían todas y ninguna a la vez. Desconecté de todo y me preparé la mía, despertador no, vehículo no, ya está, Xorrigo. ¿que qué hay por allí? Pues es lo que iba a averiguar siendo optimista.

Me acerqué por allí dando un rodeo por Son Ametller y s'Hostalot y después por la vía de servicio de la carretera de Manacor y como no podía ser de otra manera me entretuve viendo la aproximación de los aviones y sucedió una cosa cuando menos curiosa, vi pasar un avión que debía ser un DC3 o similar, un bimotor antiguo en todo caso, a una velocidad endiabladamente lenta, lo malo es que el siguiente avión que le seguía no estaba lo suficientemente separado si tenemos en cuenta la gran diferencia de velocidades, lo iba a pillar antes de llegar al suelo, de eso me dí cuenta enseguida y los fui siguiendo con la mirada hasta que vi que el reactor volvía a levantar el vuelo casi en la cabecera de pista dando tiempo al siguiente avión a aterrizar con seguridad.

Pasé por la zona quemada hace poco y vi que podía meterme por alguna entrada que no me llevó a buen puerto, aparte de basura no encontré nada más. Comentar que se puede circular por el terreno aunque no vi camino y por eso volví atrás, circulando por el vial asfaltado hasta lo alto de las cuestas de Xorrigo, donde la rotonda. Por ahí sí hay pistas y barreras, alguna abierta, y por ahí me metí. Pista, camino, caminito, sendero y garriga, después la nada, por tanto vuelta atrás y me meto hacia la urbanización de Son Gual. ¿Quién no la conoce? Estoy seguro que pocos habrán paseado por allí pero sí muchos se acordarán del monigote del dinosaurio que se veía pasando por la carretera anunciando un parque temático, viendo esa urbanización actualmente no me lo imagino, la verdad. Las zonas comunes están penosamente cuidadas y las casas le van a la par pero encontré una pista que recorrí y llegué hasta el borde de un barranco con varios edificios muy grandes enfrente que no lograba ubicar en mi mapa mental.

Decidí averiguar de qué se trataba, volví atrás y me dirigí a lo que se denomina urbanización Son Gual II. Tras algún sube baja llegué al sitio y lo encontré fuera de lugar, grandes bloques de viviendas con muchas alturas y solo alguna casa aislada. Intenté encontrar alguna salida por el barranco pero no vi nada lo que me hizo volver atrás. No satisfecho decidí investigar algún vial sin salida y llegué hasta el final después de comprobar que cualquier callejón apartado se ha convertido en un estercolero o han sido víctimas de robo de puertas o tapas de arquetas y cajas de registro.

Dispuesto a no marcharme sin algo nuevo que contar salí del asfalto y rodé campo a través hasta una pared, dudé al ver un desmoronamiento de piedras si pasar o no, finalmente lo hice pero al otro lado no mejoraba el aspecto y cuando ya me iba a dar la vuelta adiviné algo entre los arbustos, y para mi sorpresa era una carreterita asfaltada, no me lo esperaba, la verdad, y la recorrí hacia arriba encontrándome una barrera cerrada a cal y canto, pues para abajo se ha dicho, y es muy larga. Llegué hasta una barrera junto a una casa, ahí dudé y finalmente me acerqué saltando por una pared desmoronada que encontré y al final acabé en los corrales. Volví atrás, abrí la barrera y me acerqué hasta las casas, muchos coches había aparcados, dí vueltas por allí pero nadie apareció ni a nadie oí, vi la barrera de entrada a la finca cerrada y no me quedó más remedio que volverme por donde había venido.

Aún así investigué una pista que se adentraba en un barranco y lo único que encontré fueron cacas de caballos, a esas alturas me imaginaba ya una manada completa en vistas de tamaña cantidad de restos por todos lados. Al volver a la pista oí que se acercaba un tractor y quise que me vieran, iba delante de ellos y acabaron pillándome, lo que no me imaginaba era el tercer grado a que me sometió el payés, quería saber exactamente por donde había entrado y le dije que se lo enseñaría al llegar arriba y así lo hice. Nos paramos en la barrera y fuimos caminando hasta el sitio por donde salté y comprobaron que no mentía pero no pude evitar que me calentaran la cabeza con mil y un reproche. Suerte tuve de no haber sido coceado y mordido por los caballos (solo cuatro, pero cagan como cien), atacado por los perros de la casa, tiroteado por los hijos de los dueños o despedazado por los perros de los vecinos, madre mía, ¿dónde me he metido? más parecía que en lugar de deambular por el interior de Son Binissalom me encontraba en la isla de Parque Jurásico, menuda fauna. Y para dejármelo claro ni me ayudaron a pasar la bici al otro lado, pero tampoco dramaticemos, no hubo tensión aparente pero desde luego fue una sorpresa para ellos encontrar a un ciclista por allí, el primero con esas pintas, según sus propias palabras; me lo tomé a bien.

Nota seria: lo de los perros del vecino es cierto (lo demás también), al parecer habían atacado a un ciclista que se tuvo que encaramar a un poste para conservar su integridad física y hasta tuvo que llamar a un compañero para que le viniera a rescatar, iría con una 29” seguramente. Al no poder hincarle el diente se ensañaron con otro perro que por allí rondaba, de ahí los restos de sangre en el asfalto, tranquilos, no es humana.