Hoy no hay crónica

Ayer, y espero que no siente precedente, no salí. La, o las causas, frío, pereza, falta de motivación, tanto mía como externa, previsión meteorológica pésima y alguna más que me dejo seguro, por lo tanto no habrá crónica. Alguno pensará “menos mal, nos libramos por una semana del tostón”, pero claro ¿qué pensaría el resto de seguidores?, ese par de incondicionales que tengo por lectores se sentiría huérfano de su ración de prosa semanal y además abatido también por mi falta de voluntad para salir al exterior y superar cuanta adversidad se me ponga por delante, venga del cielo o de la tierra. Está claro que aunque solo fuera por ellos no podría dejar la situación en este punto muerto por tanto hoy, haciendo de tripas corazón, he madrugado, me he vestido, desayunado, he preparado la mochila y..., y me he sentado en el sofá esperando que escampara el agua, la salud ante todo.

La hora que he estado holgazaneando me ha impedido acercarme a tiempo al punto de reunión habitual para ver si pillaba algún compinche de rutas y he tenido que improvisar pero teniendo hora de llegada prefijada tampoco es que me haya tenido que romper mucho la cabeza, o tiro a Bunyolí o a Na Burguesa. Los dos tienen ventajas e inconvenientes, el primero que al acabar el camino de tierra estás en ningún lado, a media subida, y no me apetecía acercarme a la Fita hoy así que he escogido la segunda opción, subida por el monumento y bajada por la carretera.

La nube que tapaba Palma y aguaba el ambiente a primera hora iba ya de camino al interior de la isla y el astro rey me iba calentando el cogote, ¡fuera ropa!. Creo que voy a pasar por encima el episodio del doble pinchazo simultáneo subiendo por asfalto, ala pues, a por otra cosa. Llego arriba y veo un bikero que ha subido en coche???? no sé si va o viene pero yo continuo camino. Me junto con senderistas y corredores, ciclistas ni se les espera, todos ajenos a las advertencias de los letreros del coto de caza, digo me junto porque todos vamos en el mismo sentido, y de alguno siento el aliento en el cogote pero un oportuno acelerón lo deja en el sitio.

Breve parada en el coll des Pastors mientras llega todo el pelotón, cazador incluido, pero ya es sabido que si lo encontramos por el camino es que no está cazando y creo que prefiere no liarse en discusiones y nos deja tranquilos. No sé si a los moteros que me he cruzado les habrá dicho algo pero solo por el estruendo que meten los echaba con cajas destempladas. Yo tengo decidido volver por el coll de sa Creu cogiendo todos los atajos, es lo mínimo (y también lo máximo) a lo que puedo aspirar hoy y a éso me voy a dedicar aunque en mi caso, yendo en solitario, tardo en subir el nivel de adrenalina hasta el punto óptimo (eso si llega), por tanto no podría calificar el descenso más que de discreto, discreto pero guarro hasta arriba, el limo, que no fango, se pega a cualquier superficie que se ponga a tiro y así acabas, claro, por eso no me he metido por el torrente, no hubiera valido la pena, un día cualquiera tal vez pero hoy no, pero bueno, un día cualquiera tampoco hubiera hecho esta ruta, es lo que tiene salir en domingo.

Por hoy no he necesitado más pero aún así la bici me ha dado la última alegría del día y he llegado a mi casa andando, y ahí lo dejo. Y aquí os dejo la no-crónica de ayer, impacientes.