Las tres ermitas

Sin haber acabado los deberes de la semana pasada no me preocupé mucho de los planes de ésta, había que firmar el fin de obra sí o sí. Necesitaba un poco más de tiempo del que dispongo por las tardes para volver así que la salida del jueves con Kiko no se centró en esa zona, nos fuimos a pedalear por Bunyola y alrededores, más bien solo alrededores. Teníamos que ser tres pero me parece que no dí las mismas explicaciones a los dos asistentes y quedamos en sitios diferentes, no haber cogido el teléfono tampoco ayudó a resolver el entuerto y al final no nos encontramos. Entono el mea culpa desde aquí.

Decía alrededores porque salimos desde la ciudad y no llegamos al pueblo y al ser solo dos hizo que nos lo tomáramos con calma, sin piques, y llegar a las cercanías de Bunyola fue casi un paseo por eso había que poner algo de espesor a la ruta y elegimos el altillo de san José, nombre común del camino X para los no puristas, recorriendo el sendero de los caballos en sentido contrario al que se aconseja para disfrutar y subiendo a la cima por la parte corta, que la verdad es que la recordaba bajando mucho más larga, aunque la bajada sí que se hizo larga, no me extraña que cuando la hacía en sentido contrario llegara fundido a las últimas rampas. El terreno, sequísimo, y aunque la pista es ancha nos faltaba terreno para trazar pero nada, algunos patinazos sin consecuencia. La vuelta, por el mismo sitio y desde luego con el mismo brío, más enfrascados en urdir nuevos planes que en controlar las pulsaciones.

Por eso he ido yo hoy pero en mi idea inicial no figuraba el ir solo, confiaba que algún bou me acompañara y por eso me he dirigido a su punto de salida, pero con lo que no contaba era que llegara tan tarde y los que se hubieren presentado allí ya no estaban. Tenía el plan B, que en este caso era acercarme a Establiments a ver a los del grupo llorón que salían después y acompañarles un rato. Los he encontrado pero si quería tener alguna posibilidad de éxito no podría ir con ellos, entonces en Bunyolí nos hemos despedido, llegaríamos a la Fita del Ram por caminos diferentes. Yo directo por las rampas, ellos por las antenas.

Camino pistero hasta Son Malferit y ahí he empezado a dudar de si subiría o no los rampones, el ir solo atasca a uno pero al enfrentarme a ellos he sabido desde el principio que los subiría, además tampoco he parado y lo he hecho de una tirada. Tres bikeros con bicis de descenso había en la explanada, hola y adiós, ellos directos abajo hacia el camí des correu y yo a buscar una bajada que no vi la semana pasada y en cambio hoy la he visto muy claramente. Lo que no he visto tan claro ha sido la forma de atacarla, y no es que sea muy técnica, más bien algunos giros sobre tierra y fuerte pendiente que son los que se me atragantan.

Silencio en la pista principal y opto por volver a subir y esta vez no paro en la ermita, enfilo la segunda bajada directamente. Ésta tiene mucha menos pendiente pero en cambio sí tiene un obstáculo insalvable, un escalón de dos metros al pasar una pared, cuidado el que se atreva a pasar por allí en una nocturna, por lo demás, muy rápida y divertida. Me quedo otro rato en la pista pero nadie da señales de vida y hago la tercera subida a la ermita mientras voy repasando mentalmente el trazado de la primera bajada que he hecho ya que he decidido repetirla. Esta vez sí me paro en la explanada a comer algo y los únicos que aparecen es una pareja (m-h) de corredores y tampoco son muy habladores así que cada uno sigue a lo suyo. Tras rellenar el camel vuelvo a repetir la primera bajada aunque me paro a tomar unas fotos de un rancho al acabar el primer tramo de la bajada, el más sencillo. Lo que sigue a continuación es lo que podría llamarse sendero de montaña pero no he logrado vislumbrar elemento constructivo alguno que me haga sospechar de que hubiera existido por allí camino alguno, en cambio puede seguirse perfectamente sobre la bici si tienes la técnica suficiente para sortear los giros de la zona más empinada; también haría falta quitar alguna rama de estas que cuelgan en medio y a la altura precisa para no poder pasar.

Cuando he hecho las fotos me ha sido imposible no mirar la hora y pese a que no eran ni las once y media he preferido tomar el camino de vuelta directo aunque lo suyo hubiera sido esperar a mis compañeros y volver con ellos haciendo el bucle del cristo, pero por hoy ya estaba bien contando que me quedaba una hora de vuelta a casa más o menos. He pasado por Bunyolí para ver si me cruzaba con Yarik pero debía ser aún demasiado pronto, otro día será.


Dices tú de Maristela

Estamos en verano ya, y se supone que debemos actuar como si así fuera pero la verdad es que la bici tira mucho y es muy difícil abstraerse a ese influjo. Lo que sí he cambiado ha sido el día de salida y eso se va a notar en el tipo y duración de las rutas aunque lo que voy a procurar es que no mengue la calidad, pero eso según mi propia valoración, no esperéis milagros, todo en su justa medida.

Y hoy ha sido la primera, lo del jueves no cuenta aunque físicamente lo he notado y mucho, para bien. No estamos aún en plena canícula y aunque Kiko y Juan se quejaban un poco del tema yo estaba bastante a gusto a esas horas tardías del día. Nos reunimos para dar unas pedaladas por la zona comprendida entre Son Verí nou y s'Arenal, todo un compendio de pistas rápidas que nos sirvieron para empezar a entrar en calor antes de dirigirnos hacia cap Enderrocat para tomar el sendero costero en el que hay que estar muy atento a los filos de las piedras y en algún momento respetar la proximidad del acantilado.

Es un buen tramo hasta el chalet del fondo que domina ese tramo de costa, parece abandonado y el exterior está completamente descuidado pero el sitio es excepcional. ¿Bajamos hasta el mar? Porqué no? Y no es tanto como parece si le echas valor, aún así antes de llegar abajo pinché, o ya iba pinchado porque se vació en un momento y no encontré ninguna raja en la cámara. Estábamos cerca del balneario y hasta allí me dirigí empujando para cambiarla. Solo nos quedaba subir hasta arriba y al llegar nos dimos cuenta de que era más tarde de lo que pensábamos por lo que nos despedimos allí mismo, ellos quedaban por ahí cerca y yo hice los últimos kilómetros cuesta abajo por la carretera no sin cierto repelús entre la hora que era y los coches que circulaban.

Así pues la idea de separar la ruta del sábado en dos más cortas en diferentes días no colmará todas las expectativas pero al menos saciará el apetito de bici. Por eso esta mañana me he dirigido al Decathlon a reunirme con Guiem y sus compinches para convencerlos de que me acompañaran hasta la ermita de Maristela porque yo sí había hecho los deberes y lo tenía todo controlado, otra cosa ha sido el resultado final, pero eso lo averiguaremos más adelante (si es que continuas leyendo, claro).

Estuve el sábado viendo algunos tracks que tengo guardados y leyendo algunas crónicas de la zona, y parecía que podría dar lugar a una ruta cuando menos diferente. Los compañeros no han puesto más pegas que las horarias y tras la espera reglamentaria hemos partido rumbo Sarrià y Son Malferit. Es una suerte disponer de ese camino para llegar a Esporles, al otro lado de la carretera no tenemos tanta suerte y debemos sortear la serra de Son Bauzà, no es que sea una mala opción pero tiene algunos inconvenientes.

Pero sigamos con lo nuestro, y lo que nos toca ahora es afrontar las duras rampas iniciales de Son Ferrà que han hecho la primera criba, Chus ha decidido darse la vuelta y gracias por haber llegado hasta allí, seguro que no entraba en sus planes ni siquiera llegar, trasnochar y no entrenar en semanas no ayuda a ir confiado. Los demás hemos continuado hasta arriba y ahí se ha producido la escisión, Guiem y sus dos acompañantes se han ido hacia la bajada larga para salir por la font de Dalt y yo me he dirigido a investigar un poco las bajadas laterales, no tienen nombre que yo sepa, las que me interesaban eran las número 2, 3 y 4 según mis papeles. La número 1 está antes de llegar a la ermita, es la más conocida y además la había hecho no hacía mucho. Las dos siguientes están muy cerca de la ermita y las he dejado para el final, he ido primero a averiguar de dónde salía la número 4. El inicio parece claro pero tras unos centenares de metros me he quedado atrapado sin solución de continuidad, lo que me ha extrañado un poco, la verdad, desde luego andando no hay problemas para enlazar pero lo que me interesa es comprobar si el paso con la bici es posible y yo no lo he visto.

Ya que estaba por allí he seguido subiendo por el camino principal por uno de los tramos más bonitos de ese camino, sino el que más, de esos que te da hasta pena que acaben por lo que disfrutas recorriéndolo. Vuelta atrás hasta la ermita y me meto por la número 3 pero tras unos minutos de rodar me he dado cuenta de que no iba a enlazar con la pista de ninguna de las maneras, ese camino se había convertido en un sendero que a la mínima se ha precipitado (literalmente) ladera abajo. Mucha tierra, muchas curvas, mucha inclinación, ningún agarre de las gomas, ninguna seguridad por mi parte, hasta andando había que ir muy alerta. El camino desde luego se merece una visita pero dudo que muchos me felicitaran por ello aunque otros sí han pensado lo mismo que yo porque el trabajo de limpieza ha sido importante y no creo que se deba a la actividad de la propiedad.

¿Entonces dónde me he confundido para no llegar a la pista? Habrá que ir a averiguarlo, cierto que con una maquinita sería fácil verlo sobre la pantalla pero yo no dispongo y tengo que verlo sobre el terreno. No encontrar, o no ver, ese camino que comentaba antes (el que enlaza la número 4 con la 3) a pesar de disponer de un track que lo certifica me lleva a preguntarme si realmente hay o no hay camino o simplemente es un itinerario seguido por el interior del bosque, desde luego no hay ningún comentario del autor que nos saque de dudas y tendremos que resolverlo por nosotros mismos.


Sudor, rocas y diversión

Una simple propuesta de dar buena cuenta de una comilona y derivados ha bastado para congregar esta mañana a un nutrido grupo de bikeros en el aparcamiento de la Granja, y aunque no todos iban a quedarse a probar las viandas tampoco han querido perdérselo, yo incluido.

Me lo había comentado Albert en la ruta-paseo que hicimos por Planícia algunos hace unas semanas y le confirmé mi asistencia casi con total seguridad aunque con ciertas reservas porque con el buen tiempo que parece que se va instalando tendré que pasar a “modo verano”, es decir, menos salidas largas sabatinas y más salidas cortas por la tarde, aunque eso es solamente teoría. Lo cierto es que parecía que no tendría problemas para asistir y el grupo crecía por momentos, éramos unos quince los allí congregados y dispuestos a subir y bajar la Mola de Planícia de la forma más divertida posible, y a poder ser sin consecuencias para nuestra integridad física.

Como había que ajustar la intendencia unos han empezado de un sitio y el resto de otro distinto reuniéndonos todos en el cruce del camí des Correu con la pista de s'Arboçar. Sabréis que en el punto donde termina la subida dura y se entra en el bosque por el portillo lo están restaurando, ese portillo pasará a la historia pronto, y ahí me he ido por la zona nueva, nadie ha venido tras de mí y aunque iba de los últimos he pasado delante. Lo que me ha extrañado es que no viniera nadie detrás en todo el camino y he hecho todo ese tramo solo hasta el cruce. Allí nos hemos agrupado y esperado a los que venían de la caseta para empezar a rodar todo el grupo completo.

La verdad es que no las tenía todas conmigo al empezar la subida a la mola, las sensaciones entre semana no eran prometedoras, al menos hasta allí no había ido mal pero no había sido más que un aperitivo de lo que viene a continuación. Pronto se han formado subgrupos de nivel parecido, nada de arrancadas espectaculares ni cambios de ritmo que no llevan a nada, todos sabíamos lo que nos esperaba por delante y se intenta superarlo de la mejor manera posible. Yo he subido casi todo el camino con el trenecito de las Liteville que parece que van sincronizadas.

Primera parada en el mirador, segunda en los aljubets, entre medias la tirada de más pendiente y más larga que hoy he superado aunque después viene una zona bastante cómoda que da hasta para cambiar de plato. Agrupamiento, comer algo y partir, la zona de zetas no se la he visto pasar montado a nadie, en cambio la he visto muy limpia y me han dado ganas de intentarlo pero, como el del anuncio, he sido sensato.

Más de lo mismo más adelante, el trenecito iba haciendo camino hasta que una rama atravesada lo ha parado y en el parón ya me he quedado con otra gente. Pequeño tramo de pateo, más otro tramo de cuesta empinada y estamos arriba. Da el tiempo justo para ponerte las protecciones y comer algo el tiempo que se ha esperado a que llegara todo el mundo y tonto el último. Lástima que aquí las tornas cambien, ya no puedo ir a trenecito con las Lites y me dispongo a hacerlo a mi ritmo, que no será mucho ya que el freno de atrás me sirve de poco, desde luego la bici no la para y tengo que ir regulando con el de delante lo que me quita sensibilidad a la hora de afrontar obstáculos, y precisamente esta primera zona de bajada es la que más tiene aunque tampoco de una especial dificultad, diría yo, con un poco de bici y otro poco de coraje se superan muchos.

Me he llevado un buen susto bajando, uno de los banyalbuferins se ha caído justo delante mío por una pendiente algunos metros más abajo, parece que se desequilibrado en un tramo y al intentar apoyar solo ha encontrado el vacío. Solamente un rasguño en la pierna parecía ser todo el daño visible por el momento. Nunca he llegado a estar solo en la bajada, en la última parte éramos cuatro y otro que hemos recogido del suelo, éste parece que además del daño corporal tenía daños mecánicos, de hecho la vaina estaba doblada y el disco la rozaba y la iba desgastando. El de la primera castaña también tenía la rueda de atrás ahuevada, todo éso lo hemos visto en el cruce del correu donde nos hemos vuelto a separar según la conveniencia de cada uno, unos han ido directamente a la caseta, otros han bajado hacia la carretera y el port des Canonge para hacer la volta des General y acabar en la comida y Toni y yo hemos ido tras ellos pero para subir por carretera al aparcamiento, él para ir con coche a la caseta y yo para volver a Palma, teniendo en cuenta que aún no eran las doce he optado por hacer ese recorrido y no llegar a destiempo a casa, como así ha sido.

Seguimos pues el camí de ses Rotasses hacia abajo aunque tomando un desvío no señalizado hasta la carretera, la verdad es que no sé hasta donde llega esa pista, Torito quería comprobarlo hoy pero no le he dejado y ha bajado por donde tocaba. Después tramo de acceso a la Branson y to recto p'abajo aunque la verdad es que en algunos tramos ese camino está bastante perjudicado, así como la subida de Planícia la he visto casi perfecta, y la bajada muy clara y sin apenas alteraciones, a esta la he visto muy estropeada, no es que influya en lo que es la bajada en sí pero a ojos vista sí que se nota.

Bonita ruta, espectacular ruta en la que poner a prueba nuestros reflejos y habilidades y ayudar a mejorarlos porque no es que se trate de una ruta para ir a pasear, pero vamos, que si se hace tranquilamente tampoco pasa nada. Subir ahí arriba bien merece una visita a la cima (o cimas) de la Mola pero hoy hemos obviado ese detalle, otro día lo disfrutaremos.


Día de tranki

Creo que pocas veces en un fin de semana hubiera tantas opciones para salir a montar en bici acompañado y mira por donde al final he salido solo. No me quejo, simplemente ha pasado. Desde principios de semana tenía una invitación de Guiem para acompañarle en su salida a la Mola de Planícia y pensaba hacerlo pero al final la ha cancelado. Era prácticamente la misma ruta que habían preparado los MIR pero ellos saliendo desde Palma. También Kiko (morcilla) me había informado de sus planes y aunque no le había confirmado mi asistencia tampoco no la descarté hasta última hora. Una parte del grupo habitual recorrería Na Burguesa con varios agregados a por la manteca. Otra parte habló de subir al Teix y recorrer la finca de estrangis.

Pero la anulación de la salida prevista, el cansancio acumulado durante la semana y la mala previsión meteorológica provocaron que fuera descartando opciones una tras otra y decidiera salir solo a ver hasta dónde podía llegar. Me decidí por Esporles, ¿y porqué Esporles? Pues por varias razones, una es que es de las zonas más completas para practicar mtb de la isla, otra es que tenía algún quehacer particular por allí y decidí aprovechar para matar dos pájaros de un tiro y también porque me picaba mucho la curiosidad de ver algunas cosas a raíz de un encuentro fortuito con un grupo de mtb la semana pasada y leer posteriormente su crónica.

Dicho y hecho, sin prisa pero sin pausa me he acercado hasta el área recreativa de Son Tríes y he aparcado allí, no es el sitio habitual para empezar una ruta pero ya me iba bien. Me dirijo hacia la fuente y el safareig de Bellavista pero en lugar de acceder al camí des Correu saltando la pared lo hago directamente hacia el pueblo, el camino en algunos tramos está muy elaborado y es muy bonito, aunque algo abandonado también.

Cruzo el pueblo y me dirijo a las afueras dirección s'Esglaieta y habiendo pasado la última barrera que vemos a la derecha busco y encuentro un sucio acceso a la carretera aunque no hay que recorrer ni quince metros para desembocar en una pista limpiada recientemente que nos acerca a la pista que proviene de la carretera con lo que vuelvo a bajar al asfalto por el sendero, en el que hay varios pinos atravesados, por cierto.

Está lloviendo y hago una parada bajo unos árboles del paseo hasta que escampa y vuelvo al pueblo. No tengo claro qué hacer, el mal tiempo me está haciendo dudar y lo que hago es ir a hacer una visita a la Font de Baix de Son Tríes y tratar de averiguar porqué han puesto el letrero de agua no potable, supongo que es porque entre la mina y donde se recoge el agua recorre un trayecto no muy higiénico que digamos. Ahora sí me he decidido, vuelvo a la iglesia y subo andando los primeros escalones del camí des Correu que sigo hasta la Granja y más allá aunque antes debo parar otra vez a ver caer el agua mientras aprovecho para ir comiéndome las barritas caseras de nocilla. Escampa y continúo hasta el portillo y me fijo en lo que están haciendo nuevo, lo había visto bajando el otro día pero no me había dado cuenta de cómo va a quedar en realidad ni de cómo puede desaparecer de la vista todo un tramo de camino que ahora resulta de lo más evidente. Es el único sitio donde me cruzo con algunos bikeros y se sorprenden de verme subiendo por otro lado distinto de por donde ellos bajaban, después de ese encuentro vuelve la soledad.

Llego bien al cruce del camí de ses Rotasses aunque antes he dejado para otro día la investigación de dos caminos marcados aunque de inicio no muy evidente. Uno de ellos tiene que ser el que subí un día solo que aunque de subida imposible para ir montado después se convierte en un itinerario para repetir pero que cuando he intentado volver he sido incapaz de encontrarlo. Cierto que ahora con el teléfono que llevo podría tomar coordenadas en esos puntos y situarlos a posteriori sobre un mapa pero pasé de hacerlo, preferí perderme un rato que parar a teclear el aparatejo.

Empecé por el camí de ses Rotasses pero me dí cuenta de que no es la opción correcta ya que justo allí existe una pared medianera y lo que nos interesa está al otro lado aunque da un poco igual así que seguí hacia arriba para comprobar la afirmación que había leído de que era ciclable casi al cien por cien porque aunque yo lo había hecho de bajada varias veces no hubiera sido capaz de decir lo mismo sin comprobarlo. Ahora ya lo puedo afirmar. Ciclable al menos en lo que es la subida en sí, hasta los pies del corte de la montaña y la pared medianera, más allá ya no lo es y hay que salvar desnivel a través de algún paso para llegar arriba aunque es un tramo corto. Esa pared medianera fue el quid de la cuestión el día de la pseudoquedada de Esporles, los que iban delante no la saltaron y todos nos fuimos hacia abajo campo a través, después, desbandada (y crítica) generalizada.

A partir de allí todo es bajada hasta la carretera, me encontré a algunos payeses en la última barrera pero no me dijeron nada, ni siquiera devolvieron el saludo, otro día ni eso se van a llevar. Salto la barrera del otro lado del puente y recorro la pista desviándome por el ramal que me lleva en dirección contraria, creo que lo he visto más limpio que la última vez. Al empalmar con la pista que viene de la mola desde el pas de sa Granja giro en redondo como si quisiera ir por el refrescador y me parece ver su inicio en la pared con lo que voy alternando subidas y bajadas por las marjades y en una de ellas veo unos hitos que se dirigen hacia arriba y me pica la curiosidad y los sigo y veo que continuan más allá del muro aunque en un terreno bastante vertical. Así, a ojo de buen cubero, calculo que se dirigen a la zona del castellet.

Vuelvo a enganchar pistas de bajada hasta la rejilla y giro a la derecha para llegar a la font des Rafal donde me tomo la última dosis de calorías antes de afrontar la última subida del día, no es que hubiera hecho una machada de ruta pero iba ya en reserva, no sé cómo me hubiera ido por la mola. Subo el camino no sin algunos patinazos, la tónica del día, y llego a la losa donde por girarme a verla y andar pensando si algún seré capaz de tirarme engancho la rueda de delante en una piedra en punta y me voy al suelo y ya de paso me golpeo un tobillo pero no pasó la cosa del simple mosqueo. Salto la pared y me dirijo directo a la fuente, también hay algunos pinos cruzados (lo digo por si alguno se siente aludido) y en la única dificultad? que tiene me voy al suelo, la rueda en lugar de girar, patina y la consecuencia es lógica.

Como se puede ver no hice nada del otro mundo aunque más que suficiente para satisfacer mi curiosidad y poder seguir acumulando deberes que hacer en días en que no llega a cuajar, por una razón u otra, una salida en grupo. De todas maneras llega a venir alguien conmigo y se aburre como una ostra si lo que busca es diversión asegurada, hay cosas que es mejor hacerlas uno solo.


Casualidades

Sólo la casualidad ha hecho que siete años justos después repitiera una ruta prácticamente idéntica. Con el grupo disgregado en diversos subgrupos con sus respectivos planes solamente me animé a participar en alguno cuando Albert propuso realizar una salida por Estellencs bajo el epígrafe “Campaneta clásica”. Reconozco que no supe exactamente a qué se refería, y tampoco es que me importara mucho, Joan estaba igual que yo y también se apuntó. Lo que tampoco sabía era quienes seríamos, creía que habría más personal pero solamente éramos Joan y yo por un lado y Albert y el otro Juan por el otro, también me enteré de que venía otro amigo de Juan rodando desde Palma y llegó al aparcamiento casi a la par que nosotros.

Pues ya estamos todos los que tenemos que estar esta mañana de sábado en el punto de reunión aunque antes nos hayamos cruzado con la Secta y los Trabucats en grupos mucho más numerosos. Partimos por asfalto para ir calentando hasta el coll des Grau donde empieza ya la pista de tierra señalizada como GR que hoy vamos a seguir casi en su totalidad aunque en teoría no podamos circular por ella.

Nos acercamos hasta sa Campaneta y obviamos la primera parte del camino viejo para coger la pista que va uniendo marjades, con su punto interesante incluido, y saltarnos así la parte inciclable de ese itinerario. Pequeña bajadita hasta el cruce del camino original de Son Forteza y subida final hasta el coll donde ahí nos encontramos con un par de chavales y la sorpresa de que la barrera ha desaparecido. Tras comer algo y ver partir a los chavales salimos nosotros hacia la Font de Dalt por el sendero. Alguno no había estado por allí y disfrutó tanto o más que yo.

Pasamos la fuente y el camino se ensancha y baja ahora con un poco más de decisión. Solamente paramos al llegar al mirador, ahí volvemos a parar para comer algo y hacernos la foto de rigor. Nos queda un tramo muy interesante que pica un poco hacia arriba para llegar ya al otro mirador y al área recreativa un poco más tarde, copada de senderistas foráneos. Bajada hasta la carretera donde no vimos el poste indicador que nos habría librado de unos cientos de metros de asfalto, lo vimos un poco más abajo y nos llevó hasta las inmediaciones de la antigua gasolinera, a partir de allí lo que tomamos es la carretera vieja para acceder al pueblo sin ninguna complicación. No hay parada, continuamos por el sendero hacia la carretera y el desvío de Son Serralta. Voy a hacer ese tramo de GR después de quién sabe hace cuanto tiempo, de hecho casi ni me acordaba pero su ciclabilidad y tranquilidad me producían hasta remordimientos. La lástima es no poder continuar hasta el Rafal, de hecho en el 2006 sí lo hicimos, y no solo eso, sino que bajamos hasta la Font des Garbell a relajarnos un rato, a las pruebas me remito.

El tramo siguiente fue en el cómputo general, el más pastoso, y no solamente lo he dicho yo, pero al menos se vió amenizado por una conversación con algunos integrantes de un grupo de senderistas que iban subiendo y según ellos y su guía impresa se dirigían a Estellencs, apercibidos de su error dieron media vuelta y volvieron sobre sus pasos para enfilar el GR que les llevaba directos. Quién sí parecía mucho más seguro de sí mismo era un senderista extranjero bien equipado de zurrón y mapa que se quedó a comer con nosotros en la barrera, ése se dirigía a Esporles siguiendo lo que serían nuestras rodadas.

Disquisición a mitad de camino, o bajar a la pista principal o seguir por la cantera, se opta por lo segundo y de hecho después nadie se quejó y aunque parece que se ha hecho costumbre no pasar por allí yo lo prefiero de todas todas. Al empalmar con el camí des Correu solamente nos queda la última rampa empedrada para poder decir que prácticamente se han acabado las subidas y es ahí donde Javi nos demuestra qué es estar fuerte. Como yo sí me paré a ponerme protecciones al final al único que cogí fue a Juan que también se las puso, los otros pasaron y ya no pude verlos hasta la carretera. Comentar que se sigue con la rehabilitación de ese camino, de hecho han abierto un tramo alternativo para poder trabajar con tranquilidad, también han retirado bastantes piedras en la barrera con lo que lo único que tienes es un escalón del copón al que no quise enfrentarme.

La conclusión de la ruta es que no tiene grandes dificultades, ni subiendo ni bajando, pero que a los que les gusta rodar satiface completamente. Sus paisajes, sus bosques, su proximidad al mar la hacen especialmente atractiva, en conjunto se puede considerar una ruta muy tranquila, y más rodando en un grupo tan reducido y compacto.

La traza que recorrimos es prácticamente idéntico al de mi ruta 17 aunque me he dado cuenta de que tampoco está señalado en él el tramo GR de antes de la gasolinera del que solamente hicimos la mitad, seguramente tiene que haber otro poste cerca de la salida de la pista del boal de ses Serveres aunque no lo vimos. Tampoco está en él la pista privada de sa Campaneta que como tal debiéramos respetar aunque a veces se hace difícil dadas sus mejores condiciones para la circulación.