Improvisando

Es lo que se llama no preparar nada, salir a la buena de dios, ir a lo que salga, otras formas de decirlo se aceptan pero lo que es seguro es que el viernes por la noche no sabía a donde llegaría el sábado, y precisamente eso es lo que lo hacía especialmente atractivo. Aún a pesar de ser “la última del año” no había dispuesto nada especial. Ya solo faltaban los actores y tampoco es que haya habido muchos candidatos para representar esta comedia, tan solo Pepefz y Juan, más que habituales, y algún que otro renuncio de última hora que no desvelaremos.

Como cada uno ha hecho sus propios planes por separado me toca presentarme en Son Sardina y empezar a rodar desde allí, calentamiento no nos faltará. Nos dirigimos hacia el Parc Bit. Allí encontramos a otro grupo que empieza desde ahí mismo y nos vamos pasando unos a otros mientras nos dirigimos a Establiments. Nosotros tiramos por el camí de Can Xisco, ellos no, y delante de Sarrià los volvemos a pillar junto con otro grupo de tres, todos con la misma dirección, Son Malferit, pero a partir de las barreras continuamos nosotros solos hasta el coll de s'Heura. Variamos mi plan inicial que era subir por el Gravet y bajar por el cristo para ir directos a la Font des Rafal, en cambio optamos por bajar al área recreativa, pasar por la font de Dalt e ir directos a la otra fuente. Nos paramos en la Font de Dalt y adivinad lo que nos encontramos, efectivamente y como seguro habéis pensado, la piedra HA VUELTO A GIRAR, el fenómeno ha sucedido otra vez y seguimos sin encontrar una explicación lógica y razonable, nuestras divagaciones derivan ya sin ningún tipo de duda hacia el mundo del misterio y lo paranormal.

En la Font des Rafal dudamos de qué ramal es el correcto para ir de una tirada a la carretera y como es lógico cogemos el que no es, el que más sube, ¡y cómo sube en algunos tramos!. Como es de suponer hemos subido demasiado y para no tener que hacer mucho asfalto reculamos por otra pista inferior medio camuflada para ir a encontrar la que debimos tomar al principio desde la fuente. Ubicados en la senda correcta no tardamos en llegar al punto de cruce de la carretera. Pero los planes vuelven a cambiar, Pepe propone ir por el camí des Correu, no me parece mal y aunque soy escéptico ante la idea de encontrar el camino en cuestión que nos ha traído hasta aquí partimos hacia allá y en un par de minutos estamos en la escalerita que da acceso al camino. Somos incapaces de llegar arriba de una tirada, un solo patinazo en la parte mojada en sombra fastidia los planes de no hacer pie pero es que además antes tenías el portillo y tenías que parar a la fuerza y ahora puedes continuar por el tramo nuevo así que parar en ese punto es poner excusas pero nosotros los simples aficionados hacemos lo que podemos y no tenemos que rendir cuentas a nadie.

Arriba paramos un poco y damos cuenta de algunos trozos de tambor d'ametlla que he traído, una pequeña bomba energética ideal para lo que nos espera a continuación, que no es más que una exploración por la zona ayudados por las indicaciones del receptor GPS y los vagos recuerdos de unos y otros, la verdad es que soy escéptico respecto a nuestras posibilidades de éxito pero también pienso que si una vez lo encontré también puedo hacerlo por segunda vez, aún a pesar de haberlo intentado en vano en varias ocasiones.

Empezamos por el primer ramal ancho que encontramos que va zigzagueando no muy lejos de la pared entre varios colls de tords hasta que acaba no muy alejado del principio y en medio de ningún lugar pero aún viendo que no tiene continuación seguimos subiendo en distintas direcciones hasta encontrar un camino de carro. Este camino es el que yo bajé con Carlos en un par de ocasiones viniendo desde el coll des bous. Acaba en la pared junto a una sitja y justo ahí es cuando aparece un hito aunque en un principio no lo asocio a mi camino en particular, tampoco la máquina ayuda, no marca nada, pero Pepe recuerda haber transitado por él, así que nos vamos hacia arriba.

El tránsito es lento, la cuesta empinada y vale más cargar con la bici que empujarla, Juan es el que lo lleva peor porque se quejaba de unas molestias en un tobillo desde la semana pasada y hubiera preferido no forzar, pero no le queda más remedio que subir y aunque el tramo no es muy largo sí lo es el desnivel superado. Cuanto más subimos más me convenzo de que es mi camino perdido, las eses, el sitio, todo me recuerda a él y si además arriba me encuentro unas rocas despejadas con una vista espectacular me confirmará plenamente esa hipótesis. Y es lo que sucede, sin dudar es el mismo sitio, justo en la vertical de ses Mosqueres, ¡conseguido!, y parece que hacerlo de bajada convence a los compañeros, habrá que probarlo.

Ahora queda grabar el enganche con el camino que sube por el otro lado, fue fácil la primera vez pero al igual que los de la subida tengo esos recuerdos entremezclados y me siento incapaz de repetir ese itinerario por lo que habrá que empezar desde cero. Circulando entre los enormes bloques de rocas buscamos un avenc y lo encontramos, explorarlo ya es otro cantar, decidimos seguir a lo nuestro. El punto alfa de esa zona parece ser un rancho de carbonero con los restos de una gran barraca y una gran sitja, desde allí parte un camino de carro que como es lógico no cogemos sino que hacemos caso a Pepe que pretende dar la vuelta al Moletó de sa Granja siguiendo las curvas de nivel según sus palabras, pero pronto los hechos ponen coto a sus ideas y aunque en una jornada solo con mochila pueda ser posible, hoy, con las bicis, es imposible, por lo que no nos queda más que volver a enlazar con ese camino ancho y seguirlo hasta el final. Es lo que hacemos y en una curva lo reconozco por completo, es hasta donde subimos el día de mi infausta quedada en Esporles, el punto de la vuelta atrás, hasta Juan me daba la razón.

Queda poco pues para empalmar con la pista principal y efectivamente así es, aunque llegados a ese punto a todos nos parece corto lo realizado y se sopesan varias posibilidades, subir por el sendero hacia el Moletó y más allá, cosa que descarto de manera contundente aunque no lo haya visto, eso hay que hacerlo siempre de bajada; tenemos también la opción de bajar directos pero parece tan obvio que lo descartamos de inicio aún cuando Juan se canse de pedirnos la hora, igual sabiéndola le hubiera parecido la opción más sensata. Lo que hacemos es volver atrás para hacer el camino inverso pero al llegar a la sitja los planes han vuelto a cambiar, Pepe, espoloneado por los comentarios de un senderista-fotógrafo que nos encontramos por la zona, quiere encontrar un camino de carro señalado sobre el mapa que parte justo de allí y empalma con la bajada de ses Rotasses, parece tan claro que me convence hasta a mí, hacer dos caminos nuevos en un solo día me parecería de lo más satisfactorio.

Pese a ser tan evidente sobre la pantalla sobre el terreno no lo es tanto, de hecho no se vislumbra ni rastro del mencionado camino de carro y eso que estamos sobre una atalaya perfecta. No existe tal senda pero la imaginación suple con creces la evidencia y empezamos a bajar por una simple ladera entre una maraña de madroños secos donde no es nada fácil progresar, ya me dí cuenta de ello cuando pasé por el mirador de Son Poquet, tener que apartar las ramas con una mano y empujar con la otra sobre un terreno muy irregular puede llegar a crispar los nervios de más de uno.

Ya sabemos que no hay camino, al menos reciente porque alguna sitja sí que encontramos y como mínimo un sendero debían emplear para llevarse el material pero desde luego ha desaparecido, tiempo ha habido para crecer una selva por allí desde entonces. Como tenía que suceder llegamos a empalmar con nuestro objetivo aunque fuera campo a través, el camí de ses Rotasses, y a partir de allí bajamos ya por zona conocida aunque al llegar junto a la pared medianera la saltamos para acabar por el otro camino y apuntar exactamente donde acabe.

Ya en el camí des Correu nos dedicamos a volver lo más rápidamente posible aunque atentos a todos los senderistas que nos vamos encontrando que son bastantes a esa hora. El último tramo no convence a nadie, el haber quitado la cubierta de tierra en muchos tramos no favorece en nada a nuestras monturas, es un duro traqueteo muy largo y continuado hasta la carretera, yo estaba más pendiente del cambio que de otra cosa pero tampoco podía hacer gran cosa excepto ir más lento y no lo hice. Seguimos por los siguientes tramos del camino hasta la altura del safareig donde propongo acortar en dirección a la fuente, la propuesta se aprueba no sin antes divagar un poco sobre las intenciones del propietario tras haberlo vaciado y montar un andamio en el interior.

Subimos hasta el sendero superior y en el área recreativa paramos unos minutos para acabar de comerme lo que llevo y reponer fuerzas antes de afrontar el largo regreso hasta el aparcamiento del metro de Son Sardina, que no es poco, pero realizado a un ritmo un poco más pausado que el de la ida ahora me parece hasta más llevadero. Hemos pasado muchas horas sobre la bici y también con la bici al lado pero no lo sé cierto hasta que miro el reloj, casi las cuatro, aunque no me lo parece, la ruta no será de muchas cifras pero los resultados bien valen la pena cuando consigues que las puntadas acaben en un bon ripunt.

Nota: tenéis el resto de fotos y crónica en la página de Pepefz.


Nadal



Este año es mi postal preferida.

Buenas fiestas a todos los que pasáis por estas páginas compartiendo afición.


Pasados por agua

Me tentaron con un correo que llevaba por título “ruta por Bàlitx”. En un principio no dice mucho pero hay que confiar en el remitente y su saber hacer y no me queda más que ponerme en sus manos y dejarme llevar aunque para no perder la costumbre no dejaría pasar la oportunidad de poner algo de mi parte. No pensaron lo mismo otros integrantes del grupo que prefirieron dejarlo correr y así solamente Juan y yo acudimos a la cita, y no sin ciertas reticencias iniciales por su parte sabedor de que los planes urdidos pueden ser, en algunos casos, imprevisibles.

El día anterior miré la previsión meteorológica y vi un día de verano dentro de lo que cabe, por eso no cogí ni la chaqueta pero yendo para allá vimos que la cosa no pintaba tan bien como nos lo habían contado pero tampoco le dimos mayor importancia. Tras comprobar que no vendría nadie más nos pusimos en marcha, la primera parte de la ruta es ir a coger agua y saludar a la familia. Después de cumplir nos podemos poner en marcha directos al asunto. Éste pasa por cruzar por Cas Panerers y Can Rave para tomar la carretera vella de Bàlitx llegando a sa Capelleta en un plis plas y ahí quiero mostrar a Pepe la verdadera capelleta, que pasando numerosas veces por al lado nunca había parado a apreciar los detalles.

Tras la visita turística seguimos camino y este, por conocido, nunca defrauda. Subida tranquila hasta el coll d'en Pastor donde el tiempo cambia, y no solo cambia, sino que empeora a ojos vista, y eso quiere decir que empieza a llover. Vamos a ver, si dan ínfimas probabilidades de lluvia, ¿qué es lo que está cayendo? Y no era la niebla húmeda como quería hacernos creer el sherpa. Ellos se pueden abrigar un poco pero yo voy con lo puesto y es cuestión de tiempo que el agua me vaya calando a medida que arrecie la lluvia.

Alguien entra por la barrera de Bàlitx d'Amunt mientras nosotros nos vamos hacia el fondo del valle y ahí es donde va a empezar lo nuevo para mí ya que desde que se empezaron las obras en Bàlitx d'Enmig no he vuelto a pasar por allí y ya desde el inicio descartamos el camí vell, justo allí está el desvío alternativo que se adentra en los bancales de la finca pero a la altura de las casas se ha habilitado otro nuevo para alargar aún más la conexión con la pista principal. Se trata de un tramo, podríamos decir trialero, con algunos pasos escalonados que lo hacen más entretenido.

Entramos en la pista justo en la encrucijada de caminos, a la izquierda el porxo (ses Cases velles?) y la que pienso que es una pista secundaria que viene de abajo; enfrente el camí vell y a la derecha la pista principal. Nosotros entramos en el camino empedrado que más parece una torrentera por la cantidad de agua que va bajando. Ni me pongo las protecciones tales son las ganas de tirar para abajo, lo he bajado un par de veces, la primera con la bici vieja y debió ser apoteósico aunque no recuerdo pasar malos tragos, en cambio en la segunda ocasión sí disfruté más, era ya con la bici doble. Ésta sería la segunda ocasión en serio y quería grabarla bien, la lluvia que caía a cántaros no iba a ser obstáculo para esta empresa y pese a todo el suelo agarraba muy bien, todas las pegas son más del jinete que no de la montura aunque algo sí que cuenta.

Pepe y yo bajamos rodando sin más problemas pero Juan no se acabó de fiar y bajó más a pata que montado (se hubiera mojado menos, creo yo). Lo cierto es que abajo lo esperamos a resguardo (mínimamente) de un árbol cerca del puente del torrente que bajaba muy crecido mientras la lluvia arreciaba con ganas, éso nos hizo desistir de continuar más allá, frío no hacía mucho pero el ir mojados no ayudaba a tomar decisiones más valientes así que decidimos volver pero esta vez por lo que yo creía que era la pista secundaria que otros ya han utilizado y para mi sorpresa pude comprobar que es el verdadero camino antiguo, su trazado y construcción lo delatan.

Pudimos parar a comer algo en el racó de la font de la mare de deu, bien documentada en otras páginas, nosotros solamente hicimos unas cuantas fotos de recuerdo. La zona era un sinfín de corrientes de agua que iban en busca del cauce mayor, un torrente pequeño que corría por la hondonada aunque con un gran caudal si hacemos caso del estruendo de su corriente, y a pesar de ello, muy relajante. Volvemos al cruce de pistas y bromeamos sobre la posibilidad de realizar un segundo bucle por el mismo sitio, lo hubiera hecho si no hubiera ido tan empapado, y continuamos vuelta directa por la pista aunque en Bàlitx d'Amunt, mientras espero a Juan, Pepe se va echar un vistazo por lo que haya detrás de esa barrera a la que había echado el ojo en la ida. Vuelve a salir alguien desde las casas y nos enreda unos minutos, más que nada para que no viera donde nos metíamos, esperando que se vaya de allí. Al hacerlo vamos tras los pasos del compañero que tenemos que adivinar porque vamos encontrando varios cruces por el camino. Al salir a la pista de Moncaire lo vemos a lo lejos sobre la pista de Bàlitx y ahí nos reagrupamos.

Él tiene pensado bajar por el camí vell pero yo no, mi idea es la costa d'en Flassada y hacerle caso supone quitar algunos tramos interesantes de mi propuesta, como ni él ni Juan ponen mayores objeciones partimos hacia el mirador de ses Barques. A partir de este punto vamos alternando tramos nuevos para unos o para otros, creo que ninguno de los tres lo había realizado completo. Yo estaba seguro de que el tramo del mirador hacia abajo no lo había bajado, de hecho creo que dudábamos de todo. Tanto es así que tras volver a la pista me encontré con un letrero en la primera curva que no había visto en la bajada que hice con los bous y que creía que era nuevo para mí aunque al pasar de las horas más me convenzo de que sí había pasado. Hacemos pues los tres primeros tramos del camí de Bàlitx y entramos en el cuarto; es el más complicado técnicamente y al volver a enlazar me doy cuenta de que algo es diferente, hay una barrera pero aún a pesar de las dudas seguimos adelante pero ya al volver a cruzar la pista me planteo más seriamente dónde nos hemos desviado, desvío que ninguno de los tres ha visto, por cierto. Como somos cabezones volvemos arriba a comprobarlo, empezaremos desde el inicio del tercer tramo al que llegamos en pocos minutos y allí, justo donde empieza la parte más complicada está el poste que sí vi hace pocas fechas pero ayer no, entonces me lanzo por el nuevo ramal y al llegar al último escalón antes de la pista decido saltarlo con tan mala fortuna que el cambio se engancha y se rompe el soporte, no la patilla. Unos minutos para quitar la cadena y el cambio y seguir la bajada esta vez hasta el final por el camino correcto, prácticamente no hace falta tracción.

Evidentemente la idea de alargar la ruta hacia otros derroteros cae por su propio peso y aunque hace tiempo que ha dejado de llover seguimos yendo empapados y el pararnos nos enfría. Cruzamos el pueblo de manera que pueda ayudarme del empuje de las piernas, y entre mis arreones y la ayuda de ellos dos pudimos llegar sin mayores problemas. Lo estábamos deseando para cambiarnos de ropa o al menos secar la que llevábamos puesta.

No hicimos todo lo que teníamos en mente antes de salir pero bien se puede decir que lo que rodamos fue provechoso, sobre todo dentro del corto recorrido que hicimos.


Va de clásicas

Ha sido una semana tranquila en el sentido de preparar alguna ruta porque ya desde el domingo pasado me propusieron un plan, un plan inicial que hubo que mejorar un poco para dar cabida a todos las expectativas, esencialmente alargarlo un poco más. La proposición, a mi parecer, era de mínimos y lo planteé al revés, de máximos, y a medida que fuera pasando el tiempo los afectados se fueran descolgando.

El lugar elegido era Valldemossa y como no te sueles alejar mucho no habría problemas. La ruta podemos decir que es subir al pla dets Aritges y continuar hacia el Caragolí, el tema es subir allí, la mayoría de gente suele hacerlo por es Cairats pero a mí, y a algunos más, nos gusta hacerlo por el pla des Pouet y ahí ya se entra en disquisiciones de cuál opción es mejor. Así, en frío, podemos afirmar que la subida al refugio es más ciclable, cierto, pero solamente para los muy entrenados, para la inmensa mayoría es un pateo por una pista infernal. Como yo estoy en el grupo del montón hace ya tiempo que no voy por allí, prefiero el camino de piedras, y como yo unos cuantos más, así que como todos estamos de acuerdo no hay problema en plantear la ruta por allí. Cierto que ayer venían unos cuantos nuevos a los que no les pareció tan buena idea pero tampoco han visto la otra opción así que su opinión por ahora no cuenta.

Cosa rara pero ayer no llegué el último al lugar de encuentro, los bous se retrasaron y mucho y dio tiempo a presentarse en el lugar a los Trabucats y los Morci-bikers antes que ellos. Parecía más una quedada improvisada que otra cosa y si hubiera habido un tenderete con bebida no salimos de allí. No duramos mucho tiempo juntos ya que todos se fueron a catar el cemento que supongo que si estaba un poco húmedo poco hicieron encima de la bici. A pesar de no ilusionarme mucho el empezar a subir de golpe sin haber hecho unos cuantos kilómetros antes se puede decir que no acusé esa circunstancia adversa, en general subimos todos bastante bien, pateo, montar, pateo, montar y así sucesivamente hasta el portillo. Continuamos hasta el pas d'en Miquel, corta paradita en los miradores y continuamos marcha, ahora ya más constante hasta el pla dets Aritges en plena niebla.

Fui de los primeros en llegar y después fueron apareciendo Trabucats y bous alternativamente pudiendo afirmar que se tarda exactamente lo mismo por una ruta que por otra aunque los morcis no aparecieron durante todo el rato que estuvimos por allí. No paramos más de la cuenta porque el ambiente no era el propicio, estábamos empapándonos de humedad y salimos en fila hacia el coll de Son Gallard. Desde el desvío de los cingles fui solo, me dejaron pasar delante y no paré hasta el desvío del coll, después fueron llegando unos cuantos y oímos a otros que venían pero no eran de los nuestros, todos con las rígidas grandes y el traje de una conocida tienda del ramo, los nuestros tardaron aún un rato largo en llegar por lo que abandoné la idea de ir a visitar la cueva cercana.

En el pedrís nos volvimos a juntar todos, también los Trabucats que supongo venían de la cueva ya que iban por delante, ellos se fueron hacia el pla des Pouet junto con algunos de los nuestros, el resto de nosotros y el otro grupo hacia Son Gallard y en la bajada nos mezclamos, después cogieron la delantera hacia las ermitas y ya no los volvimos a ver. En esta bajada Rubén el madrileño se la volvió a pegar, ya había catado roca por ahí arriba, y llevaba las rodillas doloridas, hace poco que sale con bici y ni siquiera pensaba que circularía por donde lo estaba haciendo así que todo era muy nuevo para él, pero tampoco se amilanaba e iba haciendo progresos. No es una bajada técnica y por eso no deja indiferente a nadie porque todos en mayor o menor grado la disfrutan.

Toca foto de grupo en el mirador, comer algo y decidir los siguientes pasos pero como vamos un poco justos de tiempo no dejo alargar mucho el debate y nos vamos para abajo que allí esperan gente. En la carretera no se va nadie pero ya veo que hacer lo que tengo pensado en una hora y media es ir muy confiado pero decidimos llegar hasta M. y decidir allí. Dicho y hecho, pero la primera sorpresa son las escaleras que bajan hasta el mirador des niu des Corb, después el mirador y hasta el mismo camino así que vamos bastante lentos entre sacar fotos y contemplar las vistas. El camino y su paseo por la ladera, en algunos casos un poco expuesto, tampoco ayudan a la decisión de algunos pero finalmente toda la comitiva realiza el trayecto.

En la entrada de M. han puesto un botador y un letrero con las tarifas de visita que no acabo de entender el porqué de esa ubicación. Como la zona de los pontets la están cultivando y vallando han puesto otro botador para volver a coger el camino que va un poco más abajo. Obviamos el desvío y llegamos hasta las casas para volver a hacer parada turística en los miradores en los que ninguno había estado y desde luego hace que te olvides de que has ido allí en bici y tienes que volver, pero la realidad se impone y debemos decidir, hay tiempo para hacer la ruta larga a la que solamente se apuntan los peninsulares pero los demás vuelven sobre sus pasos hacia el pueblo para cumplir con su propio horario.

Catamos la bajada que se me presenta interesante aunque sin dificultades y parece que aparte del desbroce del camino se ha intentado alguna reparación de urgencia en algún mirador, pero poco más. Tampoco puede decirse que se pueda hacer mucho más y como esa actuación (por lo que yo sé) está ligada a unos intereses económicos si no aparece un beneficio claro serán las últimas mejoras que veamos. Pero a nosotros nos es suficiente por ahora aunque también es cierto que procurando desligarnos de esa supuesta pretensión económica.

Rubén acaba notando en exceso todos los contras de la ruta, le duelen las rodillas, le falta técnica para sortear obstáculos y la bici no da para más, y para más inri se le rompe la mochila y se le acaba el agua, por eso llegar el llegar al camino ancho de abajo se le antoja la salvación aunque no le libra de tener que saltar otro par de barreras. Ya le digo que lo disfrute porque será de los pocos caminos largos y planos que se va encontrar por aquí, al menos por a zona de la Tramuntana aunque ellos viven en Llucmajor y ahí es otro mundo, nada que ver con éste. Mi único consejo fue que eligiera bien los compañeros de ruta o iba a aburrir pronto el mtb.

Vuelta por carretera hasta el pueblo donde entramos y ellos compraron algo de comer y beber ya que iban secos, después nos despedimos en los coches. Pese a todos los pesares la ruta les había encantado y me lo agradecieron pero no me quiero atribuir méritos que no me corresponden o sea que seguro que volvemos a coincidir en alguna otra ruta próximamente.

Del resto ya vi en las fotos que se lo pasaron bien hasta el mismo final de la ruta. “Tengo prisa, tengo prisa”, canallas...


Casi de paseo

Con parte del grupo fuera de la isla y sin una oposición clara no me fue difícil plantear una salida a mi medida, se trataba de comprobar unos caminos para poder modificar una ruta de la cual una parte puede presentar problemas de paso no ya por parte de algún propietario sino que se trata de un tramo GR, en concreto el que baja desde el refugio de Tossals Verds hasta el cruce de Solleric. Lo sé de oídas, me lo han contado, pero no acabo de verlo claro, es un tramo nuevo pero es muy rocoso y bastante técnico con lo que la velocidad siempre será baja y la erosión que podamos provocar en el mismo, mínima pero aún así los guardas han hecho acto de presencia y han repartido consejos varios. Y no lo veo claro porque no veo diferencia entre este tramo y el que baja hasta el refugio, por ejemplo, son muy parecidos, por tanto las restricciones deberían ser idénticas en ambos casos, no obstante nada sabemos con certeza.

Sin embargo otros episodios parecidos han acaecido estos días, otro similar aconteció en la Comuna de Bunyola, apareció la noticia en un foro del gremio. Unos forestales dieron el alto a unos ciclistas que bajaban por es Cocons, el motivo, exceso de velocidad; la consecuencia, multa al canto; la realidad, se fueron por patas (es un decir). Según cuentan las crónicas todo vino a raíz de una denuncia anterior y no me extrañaría nada que algo parecido hubiera sucedido en Tossals, un pequeño encontronazo ciclista-senderista con no muy buena relación, parece que algunos no calibran adecuadamente los pros y los contras de sus actuaciones, otros pagaremos las consecuencias. Y lo digo sin atreverme a desmentir que alguna vez no haya podido molestar a alguien con mi paso aún sin haber mediado palabra o comentario entre ambos.

Así que se me ocurrió modificar la ruta precisamente con el camino que quería poner en un principio y no hice por la simple razón de que no lo he hecho completo y ésa es una condición sine qua non para poder figurar en mi biblioteca particular. Y había que poner remedio pero como ésa es una cuestión que solo atañe a mí personalmente no parece un acicate apetitoso para los demás, entonces hay que adornar un poco el pastel para que aparezcan las ganas, y éso hice. Un poco de intriga por aquí, otro poco de suspense por allá, promesas de diversión por un l do, apaciguamientos por el otro, y así, contentando un poco a todos nos hemos presentado cinco en el punto de salida.

Sin mucho apremio a la hora de partir logramos ponernos en marcha dándole más a la lengua que a los pedales, me parece a mí. Nos metemos en la Comuna de Biniamar donde el fresco se nota y sabedores de ello nos hemos abrigado un poco antes pero al llegar a Mancor ya todo sobra. La carretera de Biniarroi está en zona de sol y pronto nos despojamos de la primera capa, ni falta hubiera hecho el ponérsela. Como es de esperar los dos Pepes toman la delantera y les parece mejor subir andando por el camino viejo que por la carretera, por eso no nos volvemos a ver hasta arriba.

Esta subida la hemos hecho muchas veces y nunca llega a ser cómoda de verdad, y eso que en pocas ocasiones pasamos del llogaret, pero aún continúa hacia arriba varios kilómetros más. Arrejuntados en las casas aprovechamos el buen día y sus magníficas vistas para deleitarnos contemplándolas y de paso comer algo y fisgar entre los restos de algunas casas. Entonces doy a conocer el siguiente paso de la ruta, vuelta a bajar al pueblo por el camino viejo, técnico y divertido a la par. Estamos pues abajo otra vez y sin parar volvemos a encarar otra subida, la Font Garrover nos espera. Esta vez subimos más agrupados ya que los de delante van esperando periódicamente a los más rezagados. Otro piscolabis en la barrera de arriba a pleno sol, es toda una tentación quedarse a disfrutar del reconfortante solaz. Enfrente tenemos la bajada clásica junto a ses Cases Noves que esta vez obviamos y nos dirigimos hacia la entrada del bosque del puig de sa Creu. No vimos la cruz, solo un sendero marcado por hitos y pintura y el paso de algunos senderistas y cazadores. Pasamos una pared y llegamos caminando al top de la ruta, lo siguiente será todo bajada y aquí es donde pueden surgir las interpretaciones de los asistentes según su habilidad para tirarse cuesta abajo. Es verdad que camino no hay mucho pero tampoco es menos cierto que se puede bajar con buenas dosis de técnica y equilibrio, lo hice en la ocasión en que fui solo y lo repetí acompañado, en cambio donde más se nota la mano del hombre es la zona más difícil, donde más pendiente y curvas hay, cosa lógica por otra parte.

Salimos del bosque por un portillo y estamos en territorio conocido aunque algunos necesiten del recordatorio adecuado y no fue precisamente la ruta lo que le vino a la mente sino algo más físico y goloso, el mtb tiene estas sorpresas, no adivinas porqué nos puede llegar a gustar. Para salir de la finca nos dirigimos al nuevo acceso, el cacho puente que han levantado frente a la casa de payés y sigo sin adivinar el motivo real de tal hecho. Lo que sí creo que podría confirmar con seguridad es que dentro de poco ese acceso estará barrado, por ahora solamente una rejilla de obra mal cerrada nos pretende impedir el paso pero no creo que dure mucho, diría que tiene los días contados aunque hay algunos que ya han propuesto pasos alternativos.

Es hora de dar a conocer el siguiente paso, me propongo subir al Penyal Gran en dirección contraria a lo que viene dictando la lógica, es decir, subir por la pista del polideportivo y bajar por el cemento y ahí todo el mundo tiene algo que opinar pero mi posición es firme y se dejan convencer, lo malo es que no he hecho los deberes como toca y dejé el resultado a la improvisación y a la hora de la verdad ninguno sabía por dónde tirar, lo fácil hubiera sido empezar con el pateo por el circuito de descenso pero hemos querido hacerlo complicado y dábamos vueltas buscando el inicio de pista. Ni siquiera los receptores GPS nos sacaban de dudas. Hemos creído encontrarlo en un botador pero rápidamente hemos comprobado que no era así, se trataba de unos antiguos caminos de carro completamente tapados por la vegetación con lo que casi ni se adivina el sendero que acaban no muy lejos del inicio y casi sin apenas haber tomado altura con lo que nos hemos visto obligados a volver sobre nuestras rodadas.

Después de éso ya hemos querido dar por finalizada la ruta tras comprobar el poco efecto que unos patéticos veinticinco kilómetros (si llegan) han producido sobre nuestros organismos pero el tiempo sí había seguido corriendo y si queríamos llegar a una hora decente a casa había que dejarlo en ese punto, así que vuelta al punto de inicio y a pasar cuentas. A pesar de todo todos hemos salido ganando algo aunque ya digo que la sensación general era de que podía haber sido más, y lo será, vaya si lo será, estoy casi seguro de que puedo tener éxito planteando la ruta como tengo pensada aunque también sé que prácticamente todo el mundo querrá hacerla en sentido contrario, y seguramente yo también pero me puede la curiosidad de plantearla de este modo, al menos para conocerla.

Y como el cuerpo aún me pedía esa subida esta mañana me he levantado dispuesto a hacerla, solo la subida aunque la bajada vendría añadida al lote, por eso me he presentado a las ocho en Can Valero para plantear esa cuestión si no tenían nada preparado. Eran un mogollón, no los voy a nombrar a todos para no dejarme a nadie pero ya digo que más de una docena éramos, hasta externos había. He nombrado Burotell (por decir algo) y la reacción ha sido muy positiva aunque ya sabía yo que por horario no llegaría ni a mitad de camino, pero los demás, avanti.

El primer objetivo, Bunyolí, perfecto para un domingo, no es lo de ayer pero servirá. Ya en la primera barrera hemos tenido que esperar a una pareja que se ha despedido allí mismo, uno de ellos no estaba en condiciones de seguir el ritmo del grupo y han seguido al suyo, los demás, cada uno a su bola y creo que sin grandes diferencias hemos ido llegando a la barrera. Allí se ha quedado otro que no ha querido continuar y pese a que yo tenía que volver pronto aún podía seguir un poco más y los he acompañado hasta el cruce de Sobremunt.

Ahora sí había llegado a mi límite horario, el pelotón se dirigía hacia el coll des Grau y un compañero con una 29” y yo hemos vuelto atrás bajando esta vez por el ramal de Can Manent que conseguirá que nos olvidemos de él si sigue manteniendo la barrera cerrada. Después por la trialera y la segunda parte por el camino ancho (no el directo) hasta Bunyolí disfrutando de una bajada rápida y sin contratiempos.


Hoy no hay crónica

Ayer, y espero que no siente precedente, no salí. La, o las causas, frío, pereza, falta de motivación, tanto mía como externa, previsión meteorológica pésima y alguna más que me dejo seguro, por lo tanto no habrá crónica. Alguno pensará “menos mal, nos libramos por una semana del tostón”, pero claro ¿qué pensaría el resto de seguidores?, ese par de incondicionales que tengo por lectores se sentiría huérfano de su ración de prosa semanal y además abatido también por mi falta de voluntad para salir al exterior y superar cuanta adversidad se me ponga por delante, venga del cielo o de la tierra. Está claro que aunque solo fuera por ellos no podría dejar la situación en este punto muerto por tanto hoy, haciendo de tripas corazón, he madrugado, me he vestido, desayunado, he preparado la mochila y..., y me he sentado en el sofá esperando que escampara el agua, la salud ante todo.

La hora que he estado holgazaneando me ha impedido acercarme a tiempo al punto de reunión habitual para ver si pillaba algún compinche de rutas y he tenido que improvisar pero teniendo hora de llegada prefijada tampoco es que me haya tenido que romper mucho la cabeza, o tiro a Bunyolí o a Na Burguesa. Los dos tienen ventajas e inconvenientes, el primero que al acabar el camino de tierra estás en ningún lado, a media subida, y no me apetecía acercarme a la Fita hoy así que he escogido la segunda opción, subida por el monumento y bajada por la carretera.

La nube que tapaba Palma y aguaba el ambiente a primera hora iba ya de camino al interior de la isla y el astro rey me iba calentando el cogote, ¡fuera ropa!. Creo que voy a pasar por encima el episodio del doble pinchazo simultáneo subiendo por asfalto, ala pues, a por otra cosa. Llego arriba y veo un bikero que ha subido en coche???? no sé si va o viene pero yo continuo camino. Me junto con senderistas y corredores, ciclistas ni se les espera, todos ajenos a las advertencias de los letreros del coto de caza, digo me junto porque todos vamos en el mismo sentido, y de alguno siento el aliento en el cogote pero un oportuno acelerón lo deja en el sitio.

Breve parada en el coll des Pastors mientras llega todo el pelotón, cazador incluido, pero ya es sabido que si lo encontramos por el camino es que no está cazando y creo que prefiere no liarse en discusiones y nos deja tranquilos. No sé si a los moteros que me he cruzado les habrá dicho algo pero solo por el estruendo que meten los echaba con cajas destempladas. Yo tengo decidido volver por el coll de sa Creu cogiendo todos los atajos, es lo mínimo (y también lo máximo) a lo que puedo aspirar hoy y a éso me voy a dedicar aunque en mi caso, yendo en solitario, tardo en subir el nivel de adrenalina hasta el punto óptimo (eso si llega), por tanto no podría calificar el descenso más que de discreto, discreto pero guarro hasta arriba, el limo, que no fango, se pega a cualquier superficie que se ponga a tiro y así acabas, claro, por eso no me he metido por el torrente, no hubiera valido la pena, un día cualquiera tal vez pero hoy no, pero bueno, un día cualquiera tampoco hubiera hecho esta ruta, es lo que tiene salir en domingo.

Por hoy no he necesitado más pero aún así la bici me ha dado la última alegría del día y he llegado a mi casa andando, y ahí lo dejo. Y aquí os dejo la no-crónica de ayer, impacientes.