Mil y un cruces

Esta semana fijé mi día de salida al sábado, diversas circunstancias así me lo aconsejan, aún a pesar de verme obligado a obviar un acontecimiento deportivo que se desarrolla en nuestro centro espiritual de la isla, Lluc, y por la parte que me toca no asistir a una quedada betetera en toda regla.

Bien, fijado el día queda buscar a los acompañantes, tanto como si soy yo el que fija la ruta como si me acoplo a alguna de las numerosas salidas programadas que realizan los grupos en fin de semana. Serán numerosas pero no me entero de ninguna a no ser que se anuncien en medios públicos como algún foro o me lo hagan saber expresamente. En el primero de los casos se encontraba una expedición de un grupo amigo con una ruta por las cercanías y en el segundo caso tenía alguna pincelada de información de otra que se quedó en eso con lo que solamente me quedaba la opción de tirar solo pal monte y rodar por donde me viniera en gana.

Sabía por otro lado del interés de Juan en salir y no me costó convencerlo de que viniera aunque con algunos peros de por medio. Así pues pergeñé una ruta con fundamento por la Fita del Ram para que no se quejara de su retorno a las andadas. La excusa era calibrar y tomar tiempos para una posible salida con gente de las afueras, esa era la oficial, la verdadera es que me encanta ese tipo de terrenos pero que había que reeditar dado que uno de los tramos no lo transitaba desde hacía mucho tiempo y quería evitar sorpresas y fallos de última hora con el público de cuerpo presente.

Decidimos acortar un poco el itinerario presentándonos en Establiments a bordo de un vehículo y allí encontramos los coches de los compañeros pero sin rastro ya de ellos con lo que continuamos con el plan previsto. Tira tira hacia Sarrià, Son Malferit y Son Ferrà para tirar por la barrerita para arriba. La subida por el Gravet es de todos conocida, unas bonitas rampas de cemento con la inclinación adecuada para hacerte perder los papeles que consigo superar sin levantarme del sillín y no dar opción al patinaje de la rueda. Seguimos adelante y vamos observando los distintos enganches, uno, dos, tres, ¿cuatro?, no me cuadran y llego arriba con dudas, que además no se disipan al observar el terreno en directo. Bajamos por lo que pienso que es la segunda bajada pero salimos por la tercera, ya estoy liado del todo!. Volvemos a subir y buscamos la segunda sin encontrarla, remontamos como podemos, más montados que andando por lo que me vienen ideas raras a la cabeza para futuras subidas a la ermita, y comemos algo arriba pero sin llegar a cruzarnos palabra con un grupo que ha llegado desde arriba.

Juan tiene malos pensamientos cuando los ve partir hacia Son Bams (hay que ver lo que se llega a inventar la gente) pero le sabe mal dejarme solo (después se arrepentirá de ello, todo hay que decirlo) y nos vamos a hacer la cuarta bajada, más trialera, más divertida que la anterior, saliendo a donde toca. Al volver a subir a la ermita (ya van tres) decidimos hacerlo remontando por la segunda y saliendo por la primera, toma ya! Vale, os he liado, lo sé, pues así estábamos los dos al llegar arriba y debemos recomponer la situación geográfica antes de partir al siguiente reto. Después de un rato de discusión parece que lo tenemos claro y podemos continuar.

Situémonos, estamos en la ermita (hace una hora y pico que estamos en la ermita y no hemos parado de subir y bajar) y quiero ir al geodésico. Se lo he dicho tres veces a Juan y habrá entendido otra cosa porque tengo que estirarle y convencerle para que no vuelva atrás, conseguimos que supere el bajón antes de llegar al hito de la cima y llegamos arriba con cierta dignidad. Comentar, por exótico, el cruce con un trío de guiris, creo que guiados por un indígena local, en el tramo llano.

Estamos arriba, creo que era la una y media aproximadamente y todo lo que quedaba era bajada con lo que los ánimos suben un poco aunque sin ponernos de acuerdo ni en nombres, ni recorridos ni fechas en nuestros pases por la zona. Se supone que no debemos tener problemas de orientación pero al llegar al pou de neu se nos presenta un dilema, al frente o a la izquierda? Las indicaciones sobre la roca confunden más que ayudan y me fío más del instinto que de la memoria y se ve que me fallaron los dos porque nos metimos en un marrón de tres pares. El marrón tenía forma de torrentera llena de piedras que no me sonaba de nada y aún así fuimos bajando como pudimos para darnos cuenta que hasta las cabras tienen problemas para pasar por allí y hasta que no vi el espacio libre detrás de los árboles no me convencí de lo equivocado que estaba.

Pude remontar bien pero me sabía mal por Juan que juraba en arameo por lo bajini, en algún momento pensé que dejaría la bici por allí tirada pero lo superó aunque dejándole mella para el resto de bajada que no pudo disfrutar como se merecía, se necesita potencia y estilo a la vez para superarla con nota por lo técnica y exigente. La recordaba de bajada pero no de subida, ésa era la impresión general en cada cruce, y sin poder confrontar datos sobre una pantalla se nos hacía difícil encajar todas las piezas del rompecabezas sobre el terreno.

El hecho es que llegamos donde teníamos que llegar, al aujub, y solo faltaba un pequeño tramo hasta el siguiente punto decisorio, el paso o la comodidad de la pista. Yo digo paso, Juan dice yo paso de todo y se viene conmigo. Tercera (o cuarta?) bajada por la zona y la disfruto aún con mis eternos defectos sin pulir (quizás deba asumir que serán eternos) y podemos llegar abajo sin mayores contratiempos. Tengo hambre, se nos ha hecho tarde seguro, ninguno de los dos queremos mirar la hora y al llegar a Establiments se confirma, es tarde, aunque más bien podemos decir que se nos ha alargado el día; no pasará lo mismo cuando la repitamos, iremos a tiro fijo, paradas las mínimas y porque no quede más remedio.

Que gran día de mtb, no puedo decir otra cosa.