Al pie del cañón

Estaba previsto que esta semana saliera el domingo, por eso no me apliqué mucho para dejar lista la bici lo antes posible aunque no estuve parado, le desmonté la transmisión y la dejé bien limpia y engrasada pero el tema del cambio lo aplacé hasta el final.

Mientras hubo cambio de planes y teóricamente hubiera podido salir el sábado pero los retrasos del montaje me lo impidieron así pues el sábado por la mañana pude disponer de un par de horas de buena luz para dejarlo todo en su sitio y comprobar tras el ajuste que se comportaba estupendamente en orden de marcha. Entonces ya no habría impedimento alguno que me impidiera gozar de una ruta en condiciones el domingo por la mañana.
Entre pitos y flautas no avisé a nadie de mis intenciones así que saldría solo una vez más pero ahora ya no coartado por el impedimento de no poder cambiar de marcha, habría pues más desnivel.

Sin querer meterme en camisas de once varas decidí que subir a la comuna de Bunyola estaría bien y una vez arriba ya iría decidiendo según viera. Dicho y hecho, tras desayunar y preparar los bártulos salgo de casa a hora de señor, las nueve y media pasadas y me dirijo hacia sa Indioteria pero no hacia Son Macià, iría recto hacia Son Pizà para acabar con los últimos kilómetros de asfalto.

En el aparcamiento muchos ya han terminado su ruta y recogen las bicis mientras yo me dedico a curiosear en el panel informativo que hay ahí expuesto y veo cosas interesantes que fotografio para revisarlo más tarde en casa con detenimiento. También llegan unos cuantos que se preparan para la ascensión (y alguno que da media vuelta) pero aunque empezamos juntos se paran por una avería mecánica y ya no vuelvo a verlos.

Muchos vehículos que suben y muchos ciclistas que bajan lo que hace que me pregunté el porqué si en principio todos van equipados suficientemente bien para otro tipo de descenso. Yo a lo mío que es subir e intentar no perder el ritmo, cosa que a lo largo de la subida me sucede varias veces pero he conseguido hacerlo con el mismo plato y piñón de principio a fin, como si no llevara marchas, pues.

Arriba llueve pero poco, me puedo comer el plátano tranquilamente sin mojarme mucho ni enfriarme en demasía. Tras deambular un poquito por allí me marcho por la Coma Gran aunque la idea inicial que me rondaba era la de hacerlo por el Cocó Peguer al final he preferido bajar directamente.

Ningún percance ni desliz sobre las rocas mojadas aunque supongo que la bajada no habrá sido de las más rápidas que haya hecho. Esta vez la vuelta sí ha sido más directa, Cocons y Son Pizá pero entrando por el ramal que da a la carretera sin hacer caso a la señalización y volviendo a la misma por lo que muchos van a obviar ese trayecto.
Buen test de fin de semana, de los dos.


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