Que corra la voz


Encontrado mando a distancia de coche junto a la barrera de Son Malferit, alguien lo echará en falta.


Na Burguesa como nunca la has visto

La semana pasada acabé la crónica poniendo en marcha un contador inverso desde el día siete hacia atrás pero el jueves me parecía mucho más adecuado si lo hubiera empezado en veintiuno o más tal era mi estado físico, no es que estuviera técnicamente enfermo pero pasé un par de días de retortijón en retortijón. Entonces no comí lo que debiera y llegué a tener hasta migraña, menos mal que la tarde del viernes empezaron a remitir los síntomas y mis ánimos iban en aumento aunque no quise lanzar las campanas al vuelo antes de conocer los planes de los colegas.

Tras algún cruce de mensajes la cosa quedó más o menos de esta manera: los MIR haciendo un recorrido muy parecido al que hicimos la semana pasada pero saliendo desde Palma; Pepe, Tomeu y acólitos a Sóller tras algunas indecisiones y el resto, el clan Banyalbufar más Yarik de Caimari a Pollença y vuelta. Estas dos últimas implican acercamiento con vehículo y la primera no, por eso simplemente me decidí a presentarme en la tienda de Emilio y rodar al menos unos metros con ellos ya que la ruta larga la dí por descartada desde el principio.

Lo que me ha sorprendido de esta mañana es el mal día que se presentaba, ni siquiera miré las previsiones meteorológicas y no tenía ni idea del tiempo que haría. Como era de esperar la hora de salida prevista se ha ido al garete, casi todos los presentes aprovechan para corregir algún detalle de las bicis y hasta creo que ha venido un cliente quejándose por algún motivo y Emilio ha subsanado el entuerto a base de enviar el horario a tomar viento por lo que hemos llegado al Decathlon a recoger a los otros compañeros muy pasados de hora. Todo esto ha provocado que no los acompañara durante más tiempo ya que se iban a Puigpunyent por carretera y he preferido desviarme hacia na Burguesa directamente.

No tenía claro mi próximo objetivo pero a medida que me acercaba a Son Rapinya he decidido subir hasta el monumento y continuar por pista y decidir un poco más lejos. Y así lo he hecho y aunque el día era muy húmedo por la niebla y lloviznaba a ratos me he quitado la chaqueta antes de iniciar la subida que he podido hacer con mi desarrollo habitual sin desfallecer en el intento. La continuación sí ha sido a ritmo cansino, en plan paseo, mientras iba cavilando sobre cual sería mi próximo paso que intuía que se dirigiría a la búsqueda de ese camino que ahora ha quedado a la vista tras el último incendio acaecido en la zona. Lo vi la última vez que subí por el camí de Bendinat pero como iba en grupo no me salí del trazado establecido aunque me lo apunté para una próxima cita.

Iba bajando lento buscando alguna referencia y la he visto más o menos clara unos metros más abajo y he acelerado hasta llegar al punto en cuestión. No empalma directamente con la pista pero se ve claro el inicio, lo que no está tan claro es el trazado en sí, roto y sucio de vegetación se ve aún más impedido por los restos de árboles quemados tumbados en el suelo pero así y todo ha sido objeto de un primer marcaje. El primer tramo no lo requiere, el trazado es claro ya que goza de paredes de sostenimiento tanto en la bajada como en la subida por lo que es imposible salirse de la línea.

Este camino se dirigía hacia una barraca de roter de la que solamente quedan algunos paramentos en pie. La zona donde se ubica ahora es un desastre, un pinar joven que ha vuelto a ser pasto de las llamas y que además el tiempo desapacible de hoy confería un aspecto triste y lúgubre. Confiaba en que ese antiguo camino de carro no terminara en ese lugar, que hubiera una continuación que pudiera aprovechar y éso es lo que estaba buscando ya que el trazado en la otra vertiente no es muy evidente. Pero sí lo hay aunque con numerosos inconvenientes, si se quiere utilizar hay que hacer limpieza, eso está claro.


Al llegar al bosque ya es otra cosa, y aunque es posible que dispusiera de mayor anchura ahora mismo solamente es un sendero muy sucio y estrecho para una bici, necesita mano de obra para conformar un trazado muy apetecible. Estamos hablando de la bajada hasta el interior de la coma y tenía bastantes dudas de como sería la continuación por el interior de la misma, pues diré que me ha sorprendido aunque también necesita sus retoques. Como la otra bajada que encontré en el otro extremo de la sierra se trata de un itinerario duro, complicado y muy técnico aunque superable en su mayor parte pero solo a la altura de las capacidades de muy pocos.

Iba un poco despistado, la verdad, no me ubicaba en el sitio pero disfrutaba de cada metro de ese rincón privilegiado aunque por su misma dificultad y que se había puesto a llover empapando todas las piedras no me permitía circular montado muchos metros seguidos pero en cuanto el terreno se ha abierto un poco más enseguida ha aparecido un antiguo camino de carro que ya me ha ido dando alguna pista de por dónde iba a aparecer y efectivamente así he podido confirmarlo al empalmar con un ramal conocido. Puede ser que me acordara de que algún día bastante lejano lo recorriera en sentido ascendente, evidentemente teniendo que volver a bajar por el mismo sitio.

Vuelvo por el sendero del golf hacia Génova pero no bajo por la gran pendiente sino por el lado contrario y aunque más corta y de menos inclinación me resulta imposible conseguir que la bici vaya recta y controlada. Busco el túnel que me lleva al lado contrario de la autopista y aunque me acuerdo de que debo subir no lo hago y sigo recto pero pronto me doy cuenta de que no hay sendero ciclable y vuelvo atrás a subir las rampas hasta el camino superior que rodea el bosque. Creo que alguna vez lo recorrí y me dispongo a repetirlo por eso voy sentido Calvià pero encuentro un desvío con una señalización de color azul y un hito, si eso baja hasta el fondo del torrente tiene que ser la leche, y por la pendiente de los primeros tramos voy a llegar pronto. Tiene toda la pinta de un circuito de DH y hay que llevar un culote bien ancho para bajar por ahí pero pronto me doy cuenta de que no es un sendero para bicis, los obstáculos son insalvables y parece que se dirige hacia las peñas donde veo algunos clavos ensartados en la roca, más bien parece una zona de escalada, por lo que debo volver atrás y continuar por el camino rodeando el bosque.

Al llegar a los chalés hay una bajada que va paralela a las vallas pero decido volver a meterme en los caminos que cruzan toda la arboleda y atravesar por el otro túnel para dirigirme a Génova y volver ya de regreso a casa para empezar a consultar fotos y mapas y recabar alguna información sobre el trazado que hoy he realizado que no sé cuando voy a repetir, no creo que haya lista de espera para conocerlo y más sabiendo que necesita un poco de mano de obra para empezar a saborearlo como se merece, aunque quién sabe, tal vez otro día que esté más seco lo vuelva a intentar.


El retonno

Está bien que no me tenga que preocupar por una semana de la ruta del sábado, esta me la tenían preparada y lo único que tenía que hacer era comparecer en el sitio asignado de salida. El viernes me avisa Tomeu de sus propios planes y tras algunos mensajes de intercambio deciden acoplarse, solamente son tres, el resto de grupo tiene otros quehaceres y no pueden salir, bien está que salgamos todos juntos.

El promotor de la ruta es Jauja que vuelve a las andadas tras algunos meses de inactividad aunque más bien aparente, sigue saliendo por su zona pero añorando nuestra nunca bien valorada serra de Tramuntana. Pero hoy es el día del retonno, vuelve a las andadas y trayendo además algunos compinches del pueblo. Así pues Pepefz, Tomeu y su retoño, Jauja, Luismi, David, Roberto y yo nos encontramos en la Granja dispuestos a disfrutar del día estupendo que se nos presenta por delante y de los caminos, rodando por las laderas del Galatzó y Planícia conformando una de las rutas clásicas entre las clásicas pero que aún hay gente que no conoce.

De hecho esta ruta ha ido sufriendo diversas variantes a lo largo de los años, en un principio la ruta de acceso más concurrida era por Son Forteza y Muntanya pero extrañamente el recorrido GR se desvió por la Campaneta con su acceso en lo alto del coll des Grau y habilitando por la vertiente de Puigpunyent un sendero impracticable de subida con lo que obliga a llegar allí por carretera casi siempre desde Esporles. Hacerlo por Puigpunyent implica el tener que volver a Palma pedaleando.

La misma suerte ha seguido el tramo desde el coll d'Estellencs hasta el pueblo con los impedimentos en el paso por Son Fortuny y donde la solución ha sido la compra de una parte de la finca bajo los acantilados de la mole del Galatzó y abrir los caminos hasta la Boal de ses Serveres y sus continuaciones hacia la mola de s'Esclop por la Coma d'en Vidal, también finca pública. El pase a dominio público de Planícia ha permitido también introducir otras variantes a la ruta aunque la acortan bastante pero tengo que recalcar que nunca he tenido ni un solo problema en esa finca en ninguna de las ocasiones por las que circulé por allí siendo propiedad privada.

Otra de las mejoras es la habilitación y marcaje GR de parte del antiguo trazado de la carretera Andratx-Estellencs con lo que evitamos casi por completo tener que circular entre los vehículos. En cambio otro de los cambios que ha sufrido, y éste ha sido para empeorar, es el corte definitivo del tramo que cruza el Rafal y se dirige a Banyalbufar con lo que nos obliga a subir hasta las casas de Planícia y además tomar la alternativa a la pista principal que también está cortada, pero esta variante para mí es una mejora desde el punto de vista ciclista, la pista es directa y apta para vehículos pero como tal nos parece insulsa y sin ninguna ventaja.

Por tanto se puede decir que globalmente la ruta ha ganado en calidad y aunque de dificultad técnicamente baja no deja a nadie indiferente, muchos bikeros y de muy diferentes condiciones físicas y técnicas disfrutan de sus variados tramos.

Hecha esta salvedad introductoria vayamos al grano, al meollo del asunto.

Reunidos en el aparcamiento de la Granja a la hora convenida el grupo de Palma y el de Llucmajor toca presentaciones y afrontar sin demora la subida por carretera. Con calma, ésto no ha hecho más que empezar y se aprovecha para una rápida puesta al día que ya llevamos muchos meses sin salir, hizo un reset, me comentó, de hecho creo que la situación lo requería, criar hijos no es tarea fácil.

Se decide seguir el GR por la Campaneta ya que hay algunos que no lo conocen y no coger el desvío por el interior de la finca aunque eso implique algunos momentos de empuje, que en mi opinión no llega ni siquiera a pateo. Llegada al coll y aunque había valorado la posibilidad de bajar directamente a Son Fortuny tampoco es que me convenciera mucho por lo que se acorta con lo que seguimos el plan inicial de llegar a ses Serveres. No sé porqué pero bajé más de la cuenta el sillín y en ese sube baja eso se paga, es solo una media bajada, solo hay que bajarlo unos centímetros para ir cómodos en los dos o tres puntos con más pendiente y no cargar en exceso en las subidas. Intenté la bajada con las dos curvas y no me salió pero en el escalonaco de piedras que hay ya en la pista lo intenté y me salió por primera vez, Tomeu lo demostró unas cuantas veces por la parte más complicada y le salió perfecto pero no llegó a convencerme de que le siguiera por esa zona. Fíjate si fue convincente que hasta Pepe volvió atrás a intentarlo y se marcó una salida por la tangente que se merecía haberla inmortalizado en video, lástima, no se me ocurrió en ese momento pero tampoco se me olvidará. Sé que alguno bajó andando pero no me acuerdo de quién así que no puedo nombrarlo, puede que dejara en evidencia a quién no toca.

Hicimos parada técnica en el mirador, cómo no, foto de grupo, vianda y reposo. Otros bikeros llegaron pero al tener ocupada la miranda no se acercaron a saludar. En el tramo que continua iba por delante con Tomeu al cual vi muy bien tanto hacia arriba como hacia abajo, totalmente en forma, nos lo demostró en un par de ocasiones.

Llegamos a la carretera por una variante un poco más salvaje que la pista principal cortesía de Pepe que andaba siempre con el radar en marcha escudriñando entre la maleza. Carretera vieja hasta el pueblo con lo que solamente circulas durante unos centenares de metros por la nueva con alguna dressera incluida. No paramos en la localidad ni para coger agua y eso lo pagó después el leonés acostumbrado a encontrar caños de agua por doquier en su tierra sin haberse acostumbrado que en estas latitudes hay que ser autosuficiente y que lo de los botellines es mala idea. Que no lleva bolsa de agua tu mochila, pues botella de litro y medio al canto, cual dominguero por el paseo marítimo.

Otra paradita en Son Serralta donde saltan algunas cadenas en la rampa de subida aunque sin llegar a la rotura, de hecho ayer no hubo ninguna avería, ni siquiera el consabido pinchazo tocahuevos. Tramito interesante hasta la carretera de Planícia y comienza la subida por asfalto, no estoy para platos medianos y pongo platillo para no quemarme más de la cuenta pero no damos muchos pedales hasta que Pepe nos convence para hacer una variante que vista sobre plano no es nada recomendable pero como no la he hecho nunca me siento tentado a visitarla, los demás si dudan se lo callan.

La verdad es que es prácticamente ciclable cien por cien excepto un tramo de giros que me hace dudar de si es la primera vez que paso por allí pero me convenzo de que no al llegar a la fuente. Quizás Roberto tenía alguna esperanza de que brotara agua para poder saciar su sed pero ésta se desvanece nada más llegar, si esa antigua zona de cultivo dependía del caudal de esa fuente no me extraña si algún roter acabara desquiciado y la abandonara por completo propiciando la aparición de una selva de pinos en el entorno. Volvemos a aparecer a la carretera a pocos metros de donde la habíamos dejado aunque eso no parece importar a nadie y nos concentramos en acabar la subida hasta las casas donde se produce otra infructuosa búsqueda de agua, hasta el safareig está vacío.

Camí bord, y como ya he comentado, un acierto, ciclable casi en su totalidad en ese sentido y absolutamente recomendable. Llegamos al camí des Correu, afrontamos la última subida del día (más adelante solo hay una media subida) tras la cual todo el mundo se aferra con fuerza al manillar para no parar hasta el tramo nuevo donde nos reagrupamos para tomar otra dressera que me da en la nariz que debe ser obra de algún grupillo de descenders de la zona y aunque tampoco es que acorte mucho se agradece ya que ese tramo empedrado de camino te pone a tono, habría que hacer una regulación especial de las suspensiones para no ir botando cual pelota de goma por ahí.

Llegamos a la carretera y ya no queda nada para acabar, algunos proseguirán hasta el lugar de siempre para dar buena cuenta de un menú y posterior tertulia y otros nos retiramos a nuestros huecos. Sea como sea, este magnífico día de btt no nos lo quita nadie y quedamos contando los días para que se vuelva a repetir. 7, 6, 5...


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Cambiando de planes

Tenía yo en mente una buena salida para esta semana, buena, pero sin concretar, entiendáseme, así que cuando me dijeron de ir a rodar por el Galatzó no me lo pensé dos veces, primero por quién me lo propuso y después por la ruta en sí. La única pega, pero suficiente, es que la bici aún no estaba operativa al cien por cien así que no pude confirmar asistencia hasta el viernes, más o menos al mismo tiempo que recibía un correo avisándome del aplazamiento de esa salida para el domingo. Mecachís!, que me quedo solo. Juan ya me había avisado de que seguramente no saldría y tampoco me apetecía irme a Pollença, muy lejos, por lo que ya me iba mentalizando para hacer alguna ruta de exploración por algún rincón sin concretar, pero de paseo por el súper me topé con D. Rayo y me informó de los planes del grupo, Bunyola, cabra, Coanegra, ostris, puede ser divertido, me apunto.

Me pasé por la tienda por la mañana y no había nadie, me pareció raro pero como el lugar de encuentro era otro hacia allá me dirigí, y tampoco había nadie, tan solo otros dos tan despistados como yo, pero en cinco minutos se presentó un nutrido grupo de bikeros en el que casi el único que desentonaba era yo con la camiseta de Biciarreglo Palma, detalle que por cierto no le pasó inadvertido a Emilio que estaba por allí de civil despidiendo a la tropa.

No voy a relatar el camino hasta Bunyola, lo resumiremos en Son Macià, camí de Muntanya, Son Pizà, con el camino en obras pero transitable. Hubiera preferido llegar hasta la rotonda por otros caminos pero como no sabía exactamente quién llevaba la voz cantante respecto a la ruta lo dejé estar y seguimos por asfalto. Igualmente pasó en la entrada de es Cocons que se fueron a buscar el cruce de asfalto, porque sí señores, la subida la hicimos por la Coma Gran, gran idea, cualquier cosa me parece mejor que la insulsa pista para coches.

En el desvío de ca na Moragues hicimos una parada técnica y allí se presentaron otros tantos que se ve que habían comenzado desde Bunyola, además de un vehículo que bajaba y el de los forestales que subía, todos apiñados en el cruce. Me fui el primero para arriba para evitar embozos sabiendo lo que nos espera y la verdad es que me resultó corto y excepto en el muro de sa Cova y en las tres barreras no tuve que echar pie a tierra. Después sí, se hace duro remontar montado las primeras curvas pero luego se suaviza y permite una subida a ritmo constante y en cierta manera, cómoda.

Decir que nos cruzamos con bastante peña bajando, algunos más preparados y avezados que otros, y arriba habían otros tantos, más los que no vimos, se puede decir que ayer fue el día de la Comuna, sale un poco el sol y aparecen bicis hasta de debajo de las piedras. Como la idea era la de ir a bajar la cabra propuse atajar por la trialera y por las explicaciones que tuve que dar me parece que ninguno había pasado, pero se portaron, no hubo muchas quejas y llegamos a la pista bastante enteros tras lo cual hicimos el último tramo por pista hasta el inicio de la trialera.

Allí nos preparamos para afrontar el descenso en condiciones óptimas, protecciones, barbuquejos y demás parafernalia, ahora lo complicado es coger un buen sitio dentro de un grupo tan grande. La gente va saliendo escalonadamente y aún así me topo con algunos que se han parado en algún sitio comprometido obligándome a parar a mí también, después ya solo queda la losa y como las curvas con escalón incluido son mi gran especialidad me entra la duda, entonces se va formando el pelotón de dudosos mientras los demás pasan y es cuando empieza de verdad el espectáculo, asistir al canguele de los demás no tiene precio pero su ejemplo y decisión animan a los indecisos, por eso prácticamente todos lo conseguimos, y alguno en el segundo intento tras sufrir un buen revolcón. Yo me doy un aprobado porque técnicamente no llegué a tocar el suelo (para quién no lo sepa yo soy el segundo).

La sorpresa vino después cuando compruebo que giran a la derecha, así no vamos a Coanegra, ay, seguro que haremos lo que yo llamo Cocó Peguer y la mayoría, Coanegra, cuando en realidad no tiene nada que ver. Allí no hubo embozos ni apelotonamientos, solamente me topé con varios compañeros coincidiendo con algún punto conflictivo, el resto sin problemas.

Agrupamiento en el torrente y allí ya me voy quedando atrás, tengo las piernas pesadas y mi ritmo es bajo, ni siquiera con la compañía de Sito puedo forzar el paso aunque se agradece. Hay reagrupamientos cada cierto tiempo pero irremisiblemente me quedo atrás en la reanudación y así vamos pasando hasta llegar a Palma donde llego ya con la reserva puesta y agradeciendo en mis adentros que no hubiéramos hecho mi Coanegra.

Ahora toca mejorar un poco para la próxima, mucho más ambiciosa, pero eso es ya otra historia, disfrutemos mientras tanto casi a partes iguales de lo realizado como de lo venidero.


Sin título

El mejor título que podría estampar, la encontrada, ya está pillado, tendré que ir pensando en otro igual de válido. ¿Porqué digo ésto? Pues porque recorrer esa bajada era el leitmotiv de la salida, porque de subida ya lo había hecho dos veces y puedo asegurar que no pedaleas nada. Iré pensando en ese título mientras voy escribiendo.

Pero aunque todo esto puede sonar hasta un poco rimbombante debo confesar que el sábado por la mañana no tenía ni idea de por donde iban los tiros, tan solo alguna pincelada, como si te dicen uno de los colores con que se va a pintar un cuadro, pues como si no te lo dicen, pero ahí estoy yo, puntual como un clavo, en la leñera. Y hete aquí que compruebo que estamos todos, todos los que tenemos que estar y alguno más, porque tenemos un morci despistado que se ha quedado descolgado de su grupo por llegar tarde y le convencemos de que se venga con nosotros a lo que accede de buen grado pero solo hasta la font de Dalt, allí decide salir a camino del resto de su grupo y le damos las indicaciones oportunas tras lo cual desaparece mientras nosotros continuamos camino.

Se trata de cruzar por las fuentes, de Dalt y del Rafal hasta más allá de la Granja pero entre medias está la losa y alguno de los que venían la tenía marcada como objetivo, al parecer no se había atrevido con ella unos días antes y le tenía ganas, por ello la estudió a conciencia y se tiró por donde debía pero no aterrizó donde tocaba y le dió un buen golpe a la rueda trasera, sonó a debacle. Cada uno vio una cosa diferente, unos, el cambio; otros, la patilla; alguno, los radios y el resto el cambio, en fin, un estropicio considerable. Fibras le ayudó a apañar aquello y después se tiró, menuda colleja en todo el pundonor.

Tras la despedida nos dirigimos a la segunda fuente y me sorprendo de oír a alguien que no había estado allí. Continuamos no sin antes disfrutar del momento pofero por una marjada pero lo tenemos asumido y callamos. Pequeña sorpresa en la barrera grande de la carretera, está cerrada y no hay paso peatonal, toca saltar y después empezar a subir. Subida fácil, sencillota, por camino ancho y corta, lo mejor empieza después del par de barreras de arriba, lo que pasa es que ahora la primera está cerrada y no vemos el paso lateral hasta que pasamos la segunda, nos espera ahora la subida de verdad que recordaba mucho más peliaguda y bastante larga pero en un momento hemos llegado al final donde nos surgen dudas, hubiera jurado que era más abajo pero empezamos a subir por el bonito camino de carro ya en el encinar y prácticamente solo poniendo pie en un pequeño tramo que ha quedado debidamente inmortalizado, todo sea dicho.

Prosiguen las dudas, que si he pasado, que si no, no nos logramos poner de acuerdo pero la marcha prosigue, yo voy disfrutando y con esas llegamos a la zona del avenc, que es naturalmente visitado. Queda poco para atravesar la pared y enfrentarnos a la bajada, ya tengo ganas de verla desde esa perspectiva, y no defrauda. La primera parte es un zigzag donde algunos compañeros nos dan una lección magistral de cómo afrontarla, lástima que sea tan mal discípulo pero aún así y todo lo intento. El resto, bastante asequible a la par que divertido, y así vamos bajando hasta desembocar en el camí des Correu donde debemos decidir el siguiente paso. Al parecer había alguna intención de subir a la mola de Planícia pero el horario no acompaña, yo propongo seguir bajando hasta el mar y volver por carretera pero no se acepta, tampoco la propuesta de Tomeu de volver por el pas de Son Noguera a lo que responde cambiando Son Noguera por s'Hort de Sobremunt por el coll Paredat y volver por Bunyolí, a mí particularmente me parece bien y al resto parece que también y a ello nos encaminamos pero no van a pasar ni unos segundos cuando sobreviene la catástrofe, enganchada de cambio. Otra vez, copón, si solamente estaba cambiando de plato.

Tras valorar detenidamente la magnitud de la avería les propongo que se vayan, no hace falta perder todos el tiempo en no arreglar nada y eso hacen mientras me quedo allí desmontando piezas para poder circular. A pesar de estar un buen rato parado me los vuelvo a encontrar reparando un reventón y bajamos juntos hasta la carretera, pero yo debo ir donde la gravedad me permite y ellos van cuesta arriba, hacia el coll des Grau.

Por mi parte aún pude disfrutar de un rato de charla ya que me encontré a los Morcis en el bar de Establiments después de finalizar su periplo por las ermitas y compartimos algunos minutos antes de retirarnos a nuestros quehaceres más mundanos.


Nota: al final no he conseguido encontrar un buen título para esta historieta, se queda lo primero que ha salido.


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