Camí vell de Pina

Otro domingo con horario reducido y la idea es cambiar tiempo por kilómetros lo que implica reducir desnivel e imprimir ritmo, entonces la vista se dirige hacia el centro de la isla, otros derroteros menos concurridos por los bikeros, al menos por los que más me relaciono, está claro que hay una gran cantidad de ciclistas que corretean por esos caminos medio olvidados.

La verdad es que no tengo un itinerario prefijado cuando salgo por la puerta, simplemente me dirigí hacia el estadio Balear y crucé por el nuevo puente peatonal para tomar desde la rotonda la carretera vella de Sineu que aunque carretera tiene sus ventajas, puedes circular por la zona pública más allá de la cuneta hasta prácticamente la entrada de Son Mir y mientras iba decidiendo si giraba a un lado o a otro más kilómetros recorría sin desviarme.

Pequeño repecho de Xorrigo, dejo atrás los desvíos de ses Coves y Santa Eugènia hasta llegar al primer camino lateral por el que me meto pero no todos tienen el final adecuado y debo volver atrás, al menos hasta algún cruce que me dé buena espina aunque no esté asfaltado. Y así, entre vueltas atrás y rectificaciones voy haciendo camino hasta salir a la carretera que continúo hasta encontrar el cruce con el camí vell de Pina.

No creo que me dé tiempo de llegar más allá y emprendo la vuelta directa a casa aunque sí paro unos momentos en la cruz de término para inmortalizar y dar fe de lo que cuento. El resto fue un regreso directo por la vía de servicio y la carretera excepto la entrada de Palma que la hice por donde salí después de cruzar por el polígono de Son Morro y esquivar la rotonda.



Es Pil.larí

Dominguero. Dicho de una persona: Que acostumbra a componerse y divertirse solamente los domingos o días de fiesta. Pues sí, encajo en la descripción a la perfección, y para rematar la componenda, en lugar de hacer lo que dije que haría la semana pasada, me fui en sentido contrario, hacia el arrabal hotelero, o sea, por el carril bici, aunque por la hora temprana (en sentido dominguero, claro) casi vacío.

Lo hice así un poco forzado, ya que mi intención primera era irme al monte pero un par de incidencias a la hora de salir me forzaron a ese cambio de recorrido. La primera, la más tonta y la única que contaré, fue que al intentar colocar la rueda trasera en su sitio directamente no encajaba, he visto alguno peleándose para meter la rueda a sitio pero no era mi caso, algo impedía que se acomodara en el hueco. Finalmente lo vi, una de las tapas del eje estaba un poco desenroscada y aún no me explico cómo sucedió. La apreté pero no me entretuve mucho con la pinza del freno y éste iba rozando a cada pedalada pero tampoco me detuve para ajustarlo.

El discurrir hasta el Arenal fue tranquilo, arrastraba alguna molestia en la espalda de la carrera del viernes y me dije, “ya llegarás”. Y llegué a Son Verí, al paseo de la costa, y localicé una sombra acogedora y a su cobijo puse la bici al revés y ajusté las pinzas y hasta retoqué los discos haciendo palanca con una llave allen. Quedaron mejor que antes, eso seguro. Quiero hacer constancia que de tres bikeros en mtb que pasaron dos me preguntaron si necesitaba ayuda, chapó.

Crucé por la zona de bosque, donde dicen que hay un circuito y di unas vueltas hasta aparecer por la carretera vieja al lado del polideportivo. Después ingresé en el carril bici junto a la rotonda y me fui dirección Llucmajor hasta el cruce donde tomé la vía de servicio. Ese tramo no llega abajo del todo asfaltado pero a mí me venía a la perfección. Atravesé el túnel y giré a la izquierda y otra vez en el mismo sentido después de pasar por la cantera hasta desembocar en la vía de la derecha y aparecer en la rotonda.

Desde allí tomé dirección s'Aranjassa y me desvié hacia es Pil.larí, ese pueblito ubicado en medio del campo, en tiempos no muy lejanos semi desconocido pero mucho más ensalzado en tiempos más modernos cuando la burbuja inmobiliaria plantó allí uno de sus pufos. Precisamente por la tarde pude leer un interesante artículo sobre dicho enclave en el diario UH. “Aquí está mi crónica”, me dije, pero será mejor que lo leáis desde la fuente original, la digital no la encuentro.

Pues nada, la vuelta no dio para más, cumplió el objetivo, eso sí, de desentumecer músculo aunque nunca hay que descartar posibilidades futuras, que seguro que las hay, y como vamos en bici de montaña no hay que preocuparse si vas por un camino asfaltado y de repente se acaba y continua sin asfaltar o campo a través si me apuras.


Es Campassos

Vamos con la crónica de la segunda semana de la nueva época.

Decir que el horario va a peor, apetece quedarse en la cama cuando no hay un objetivo claro, objetivo en el sentido de localización, me refiero, porque ahora de lo que se trata es de ir paso a paso para cimentar una buena base. ¡Qué grandes palabras! Cualquiera podría imaginarse que tengo un plan trazado al milímetro para conseguir semejante hito. Nada más lejos de la realidad, ni hay plan ni lo habrá, simplemente me acoplo al devenir diario y sobre esa base actúo.

El viernes tocó pista de atletismo, estiramientos y carrera suave (por ahora no doy más). Tocaba también el miércoles pero me la salté, aún así con mejores sensaciones que el primer día sobre todo gracias al calentamiento inicial. Sábado descanso y hoy bici. Se trata de no salirme mucho del guión e ir mejorando el ritmo a base de kilómetros, por ahora de carretera.

Como he salido de casa pasadas las nueve (lo veía venir y no anuncié nada ayer) y me tiraba alguna subida con algo más de enjundia que la de la semana pasada me he propuesto hacer una ruta corta, Esporles, aunque por la vía directa, por asfalto. Se podría aceptar también Son Malferit pero hoy quería hacer la ruta completa desde el pueblo. Allí tomaría rumbo a las alturas por la carretera de es Verger hasta es Campassos y Sobremunt, hecho pues.

Ningún problema reseñable en el tramo de carretera hasta el pueblo pero no así en el tramo hasta el coll de s'Heura. Lo primero, y solo lo menciono de pasada, es que he visto algo interesante que he guardado en el capítulo de pendientes para otro día ya que hoy no era el día apropiado para investigaciones.

Mientras estaba cavilando posibles planes futuros me he cruzado con un tipo que hablaba por teléfono y daba indicaciones de su posición por lo que he supuesto que habría tenido algún tipo de contratiempo con algún vehículo que no he visto en toda la subida y eso ha hecho que me olvidara de él pero solo hasta llegar a lo alto del coll donde veo un coche atravesado en la calzada con las ruedas de atrás colgando del escalón. He parado y la dueña me ha dado las explicaciones oportunas de la debacle. También había por allí otro vehículo con dos personas de la familia que buscaban la manera de engancharlos con una cinta para poder tirar pero les faltaba alguna pieza de unión y no se atrevían.

Hemos comentado alguna propuesta de cómo levantarlo de atrás con el gato pero el desnivel era tal que no parecía factible y entre plan y plan ha llegado el que hablaba por teléfono y ya éramos cuatro. En eso que aparece un coche y el conductor se ofrece a echar una mano, y exactamente eso es lo que ha propuesto, empujar, la solución más simple y más bestia y que entre cinco podríamos llevar a cabo. Dicho y hecho, se ha montado la chica, ha arrancado el coche y ha salido del escalón en menos que se tarda en decir sús. Estoy casi seguro que hubiera salido si hubiéramos empujado solamente dos, es lo que suele pasar muchas veces, lo más simple es lo más efectivo.

No me quedan más excusas para perder el tiempo y me propongo subir el resto de trayecto hasta arriba con el mejor ritmo que pueda y sin bajar de plato, cosa que consigo a costa de subir el último piñón en las rampas finales y bajar un poco el ritmo.

Atravieso es Campassos, espero unos minutos para ver si aparece alguien y al no hacerlo bajo por la carretera solamente para no tener que bajarme de la bici para abrir las tres barreras de Can Manent. Llego a la cadena de Bunyolí y nada me impide bajar por allí, ni siquiera por la trialera aunque no he bajado muy cómodo debido a las altas presiones de las gomas y esa misma sensación se ha repetido en el camino ancho al que parece que se le multiplican las piedras cuando bajas. Resto de vuelta hasta Establiments sin incidente alguno.

Hoy no me he cruzado con ningún bikero de mtb y muy pocos de carretera, de los pocos que salen la mayoría hacía horas que ya habían regresado a sus cubículos pero yo no tenía en mente hoy la palabra madrugón, dejemos que el organismo nos pida caña cuando la necesite, sin agobiar.

Ahora no lo tengo nada claro pero seguramente entre semana me dé la neura con lo que he visto hoy y el domingo no me pueda aguantar y tenga que ir a verlo aunque procuraré, eso sí, llevar-me d'hora.


Quinientos

Quizás estéticamente hubiera sido mejor aceptar la invitación de Pepefz para salir con él el sábado a recorrer algún sendero nuevo y poder firmar una crónica como dios manda, a la altura que la ocasión requiere, nada más y nada menos que la quinientos con la etiqueta salidas del blog, casi coincidente con la setecientos en número total, pero la pregunta es si es un motivo realmente especial como para tener un espacio diferente por sí solo.

Como ya hemos repetido algunas veces (y alguno sabrá) este blog nació por casualidad, en realidad como añadido temporal entre los artículos “serios” de lo que ahora es el otro blog pero que fue tomando forma por sí mismo y llegó un momento en que tuve que separarlos aunque la razón principal que me llevó a ello es que a medida que iban aumentando los artículos, posts le llaman algunos pero ya sabemos que en nuestro idioma una post es una tabla así que para evitar confusiones lingüísticas lo referimos correctamente en el idioma escogido para la publicación, el castellano.

Me bajo de las ramas y continuo, decía que mientras el blog aumentaba de tamaño más difícil resultaba encontrar la información que quería dar a conocer y además quedaba muy desordenada, así que decidí separar ambos mundos y publicar dos blogs independientes. Por tanto y teniendo en cuenta de que antes de internet ya había vida tendremos que asentir que ésta sea precisamente la salida quinientos es casi irrelevante (y desde luego más lo aseguraréis cuando lo acabéis de leer).

Como primer hecho destacado diré que la salida fue en domingo. No tendría mayor relevancia si solo fuera un simple cambio de día pero el hecho es que implica también un recorte de horario y evidentemente un recorte de rutas, hay que salir por las cercanías inevitablemente donde ya casi todo está trillado, y remarco el casi pero no me estoy refiriendo a los nuevos circuitos de descenso, por artificiales, sino a aquellos elementos que puedan englobarse en la categoría de patrimonial y aún no recorridos.

Como dije rechacé la salida sabatina de Pepe pero no solo por la fecha, no me sentía con fuerzas suficientes como para afrontarla dignamente, y así se lo dije. Lógicamente quiso convencerme pero ya la decisión estaba tomada. El domingo no llegamos a quedar por la misma razón pero a la inversa, a él no le satisfacen rutas de tres horas cuando las puede hacer de cinco, y de todas maneras tampoco era seguro que yo asistiera a algún evento, mi idea era hacer lo máximo posible pero dentro de un esquema prefijado, lo que yo llamo un entreno. Esta no es una palabra que suela aparecer mucho (casi nada) por este blog pero dado mi pésimo estado de forma era, creo, la opción más sensata aunque por otro lado también me apetecía aparecer por el punto de reunión para ver a quién me podía llevar conmigo aunque fuera engañado de principio a fin, cosa que finalmente no hice debido a unos ajustes de última hora de la bici que me retrasaron quedando ya desubicado del todo, compuesto y sin novia, como quién dice, por lo que decidí enfrascarme de lleno en una ruta de rodaje puro.

No me comí mucho la cabeza y tiré por el carril bici hasta la rotonda de los militares y para arriba. Es una carretera tranquila, de hecho no me crucé con ningún coche, un puerto largo muy apreciado entre la gente de Palma. Bajada por la otra vertiente sin salirme del guión previsto y giro hacia Calvià pero sin llegar al pueblo ya que giro por Son Boronat, único momento en que voy a rodar unos minutos por camino de tierra.

Sigo los carteles de la ruta cicloturista y me dirijo a Santa Ponça girando por el polígono para enlazar con el paseo cerca de la depuradora, después ya solo fue poner ritmo e intentar mantenerlo lo más dignamente posible mientras no deba circular por las calles entre el tráfico, cosa inevitable a no ser que crucemos por el golf. Como mi intención no era depurar la ruta seguí recto por Joan Miró hasta el paseo marítimo y enlazar con el inicio del carril bici por el cual circulo hasta delante del mamotreto a tiro de piedra de mi casa.

El único dato que sé cierto de esta ruta es el tiempo transcurrido, tres horas, lo demás (calorías gastadas, desnivel acumulado, kilometraje recorrido, posición en el escalafón, velocidad media, pulsaciones máximas y demás parafernalia) ni lo sé ni me importa.

Nos vemos en la próxima.