Dos petados muy petados

Después de estar toda la semana hecho un trapo (lleno de mocos, y no es una frase hecha) más otros problemillas bastante molestos no me apetecía salir a rematarme encima del sillín pero la ligera mejora del tiempo y física de final de semana me hicieron dudar de mi decisión primera, que más que una decisión era una realidad apabullante.

Descartada pues una salida de ruta digamos normal, normal pero solo, ya que una salida en grupo estaba claro que no haría, no me quedaba otra que salir unas horas a rodar por aquello de matar el gusanillo y eso no era del todo seguro. Menos mal que a última hora del viernes apareció Juan en escena y quedamos en confirmar la salida el mismo sábado, cosa que hice ya que al menos no me levanté peor que cuando me había acostado.

Yo quería ir a algún sitio cerca de la ciudad y Bunyolí me pareció una opción muy ajustada. Tiene una subida y tiene una bajada. ¿Que te encuentras bien al llegar a la barrera? Pues sigues subiendo, será por cuestas, y así, tramo a tramo puedes llegar a Esporles aunque desde luego estaba seguro hoy que nuestro objetivo quedaría mucho más cerca.

Para mí esa subida (y ya lo he dicho muchas veces) es como una escala graduada perfectamente calibrada que me sirve para conocer exactamente mi estado de forma, más bien confirmar, diría yo. No uso el cronómetro, no mido el tiempo, solo pongo los engranajes pertinentes y voy viendo si soy capaz de llevar el ritmo que la combinación me impone y como llego arriba. Y hoy no ha sido de mis mejores días, desde luego, aunque he conseguido subir sin modificar el desarrollo.

No lo tenía previsto en un principio pero a medida que me acercaba a la cadena me he acordado de una conversación con Emilio en la que me comentó una serie de cambios que ha habido por la zona y me ha entrado la curiosidad. Los cambios no están sobre el camino principal aunque Juan se empeñara en ver alguno, estos están en la zona de bajada alternativa, una especie de sendero que va a dar a mitad de camino. Pues bien, como parece que ya no satisface a unos cuantos éstos se han dedicado a fabricar una nueva, más cañera, más dh, y ahí tenemos prácticamente todos los elementos que pueden conformar un trazado de estas características, toboganes, peraltes, saltos, escalones, etc. Va cruzando el camino principal en varias ocasiones discurriendo prácticamente en paralelo en casi todo el trazado.

Quisimos probarlo y aunque no tiene casi ninguna dificultad extrema hubo disparidad de resultados. Ni mi bici ni yo estamos especialmente dotados para las florituras por eso en algunos puntos me lo tuve que pensar aunque se logró superar, en cambio Juan estuvo más cauto y yo no logré activarle la motivación necesaria para superarlos. Otro día será.

Me dejó buen sabor de boca, no lo voy a negar, pero inmediatamente surgieron las dudas. ¿Quién ha construído ese circuito? y sobre todo, ¿con qué permisos? Porque está claro que si se ha realizado a escondidas no creo que encandile al propietario de la finca en cuanto se entere. Dejemos claro en este punto que estoy hablando sin saber, son solo suposiciones mías, puede que todo esté sabido, que se cuente con permisos, que ese circuito se pueda usar para alguna prueba oficial o entrenos, no lo sé, es lo que querría pero ya digo que no lo sé.

Mis quejas vendrían si no fuera realmente así, nos exponemos a un posible cierre de ese camino por el enfado provocado por esa acción y creo que no nos podemos permitir perder esa vía de escape desde la ciudad, en ese sentido hay que mimar a quién nos permite utilizar ese itinerario. Hace años se celebraban carreras en esos terrenos, ahora ya no, pero el paso sigue abierto aunque con algún episodio esporádico de quejas por parte del payés que casi nos pedía por favor que tuviéramos un mínimo de seny.

¿Exagero? El tiempo nos lo dirá.


... Bauçana

Por nuestra parte afrontamos la subida con tranquilidad y así llegamos a la zona donde debemos poner pie a tierra y aprovechamos para comer algo arriba donde pega el sol. Luego hacemos la ruta larga hasta la barrera y después hasta el cruce y después hasta el desvío de la pista de na Bauçana, tramos en los que siempre disfruto a tope. Mi idea es subir a la montaña, alguna vez rondé por allí pero las únicas referencias que tengo son unas pocas fotos de alguna página excursionista, mi esperanza es que quizás el camino sea ciclable de bajada.

Lo primero que hacemos es seguir unos puntos rojos que nos llevan a seguir una pista que no tardamos en darnos cuenta de que va en la dirección equivocada, en realidad va rodeando la falda de la montaña hasta que de repente cambia de sentido y volvemos cerca del punto de inicio. La larga longitud de la pista me hace dudar de que ese sea el itinerario senderista y busco algún atajo entre los pinos o alguna marca que me lo indique pero no veo nada. Llegamos a un claro y allí empieza un sendero que creemos que es el definitivo. Circulamos poco y debemos empezar a remontar con las burras a cuestas, lo intento al estilo alpino pero no es el adecuado entre las ramas de los árboles. El sendero es moderno y artificial, no apto para las bestias, por eso su inclinación es mayor, más directo, y a la mínima, escalonado, además hay algunos pinos grandes atravesados que obligan a algún estiramiento para sobrepasarlos, así que Joan deja la bici por allí aparcada pero yo la subo hasta el geodésico ya que no queda mucho. Buenas vistas en un ambiente despejado por lo que aprovechamos para retratar el paisaje y a nosotros mismos, ha valido la pena subir aunque no podamos aprovechar casi nada de la bajada.

Después nos perdemos en el bosque intentando buscar algún atajo pero por ahora solo son aptos para el ganado, por lo que volvemos por donde hemos venido, ahora sí que nos parece la pista mucho más corta. Desde luego son más divertidos los tramos de camino viejo que nos acortan la bajada hasta Puigpunyent. De ahí la vuelta es por asfalto por eso la idea primigenia y adecuada sería subir a Son Roca pero no estamos para más florituras y la hora manda, la verdad, creo que visto lo visto ya hemos hecho más que suficiente y por eso ya nos damos más que por satisfechos.


Queda pues la adivinanza resuelta.


Na ...

Hay días, o semanas incluso, en que las ideas que me rondan no parece que sigan un orden lógico en su estructura, doy saltos de un lugar a otro de la geografía como si deseara no dar por finalizado un tema en concreto y tener ya preparada de antemano la siguiente excusa para presentarme cualquier mañana de sábado frente a algún sendero innombrado que crea que merece mi atención. Son decisiones difíciles de explicar y menos de compartir sin poder asegurar un resultado satisfactorio, a poder ser bajando, de ahí que mi agenda de salidas suela estar huérfana de voluntarios dispuestos a arriesgar un bonito día de mtb. Como el de ayer, por mis muertos, que así fue. De una primera y vaga opción se fue convirtiendo en una pelota cada vez mayor a medida que pasaban los días y resultó al final un balón de campeonato. Lástima que supiera desde el principio que necesitaría un plus de fuerza para completarla y aunque hubiera decidido intentarlo pese a todo como tenía previsto las cuitas de Joan sobre su estado de forma impedían realizarla en su proyecto original, así que decidimos acortar un poco por aquí y por allá y centrarnos en el meollo del asunto.

Así que ya no empezamos desde casa como viene siendo habitual y me acerqué al Decathlon para partir desde allí. La idea es simple, quiero ir al Burotell sin tocar asfalto, lo cual es perfectamente posible. Lo primero que hago es dirigirme hacia el golf de Son Muntaner para desembocar en la carretera de Calvià atravesando el bosque. Aquí tenemos asfalto que no podemos obviar a no ser que nos metamos por las pistas militares para salir por la barrera de Santa Eulália un poco más arriba. Se puede hacer y se hace, de hecho un grupo de moteros de enduro que iba bajando por la carretera pasó por allí un poco más tarde pero estoy casi seguro que iba algún militar con ellos, sino es que no lo entiendo.

Nosotros podemos tomar algún atajo y así desembocar en una de las pistas que se dirigen al PT3 y continuar por la que sube hacia el cortafuegos con tres rampas que pondrán a prueba nuestro saber hacer y nuestras fuerzas, eso ya de primera hora. Bien, ya hemos llegado y toca atravesar el bosque saltando la pared para empalmar con la pista que baja(ba) a Son Vida, ahora la subida será mucho más cómoda. No nos metamos en la carretera, continuemos hacia la derecha hasta desembocar directamente en el coll des Vent, punto culmen de la etapa (por ahora).

Pues bien, esto es precisamente lo que no hicimos, nosotros fuimos directamente por carretera, nosotros y unos cuantos más que nos íbamos encontrando por ahí, bikeros y bikeras de todo pelo. Yo subí solo, cogí algunos atajos y Joan me pasó delante y yo tonto me quedé a esperarlo y ya no lo cogí después.

El grupo que subía se fue hacia na Burguesa y nosotros hacia Valldurgent, tramo nuevo para el compañero que decía que no lo había hecho, entonces evidentemente aún no se había perdido por los campos de abajo, ahora ya puede decir que sí, al final salimos por donde toca, casi enfrente de la entrada de la granja-escuela del Burotell. Y vamos hacia allá porque la siguiente etapa es la subida por la coma de s'Aigo, sí, algunos la subimos y la disfrutamos también en ese sentido pero ayer la cosa estuvo en un tris de truncarse porque justo salir al vial asfaltado de Son Sastre encontramos gente, mucha gente, trabajando y no quisimos pasar sin antes pedir permiso. Que si la barrera, que si los animales sueltos, que si caminos privados, que si nos metemos donde nos da la gana, ya digo que la cosa estuvo a puntito de caer del lado contrario pero finalmente nos dejaron pasar pero lo que no me quedó claro es bajo qué condiciones. ¿fue solamente ayer u otro día nos encontraremos cerrado y con letreros disuasorios? Difícil saberlo, él no era el payés l'amo y el que nos dijo serlo ni nos miró al pasar, en cambio había otro que parecía saludarnos en la lejanía, no sé si nos saludaba o nos echaba pestes, preferimos no esperar a que nos lo aclarara.

Lo cierto es que es posible que haya cambios en la zona aunque también es cierto que no estarán semanas trabajando en ese mismo lugar, ese tramo por el que debemos cruzar digamos a la descubierta, así que por ahora no sabemos si es más un no pero sí o un sí pero no. Se verá, paciencia y mano izquierda en todo caso.


Continuará...


Tachando que es gerundio

Iba a estar un poco desconectado de toda la parafernalia rutera durante la semana y preferí no inmiscuirme en los planes de la peña. Sabía de la salida de los toys por la zona del Galatzó y poco más, más lo dejé pasar todo y me planteé una salida tranquila y solitaria dedicada casi exclusivamente a la investigación. Lugar: Mancor, donde aún rondan unos flecos pendientes del visto bueno.

En esas estoy cuando recibo una llamada el jueves. Interlocutor: Joan; motivo: puede y quiere salir, pero no con cualquiera, no con algunos que le den matraca desde el primer momento, hay que pensar que sale de un largo periodo de inactividad. Por eso mi ruta le viene al pelo aunque no sepa donde vamos pero ya sabe que si le digo que la va a poder hacer es que es verdad, aunque tampoco es mentira que alguna vez poco le ha faltado para tirarme algún trasto por la cabeza, pero en fin, se fía y se presenta, tarde pero se presenta, respira hondo cuando así y todo me tiene que esperar él a mí.

Estamos ya en Lloseta dispuestos a pedalear un rato en buena armonía. Nuestro primer destino es Biniamar al que llegamos “por el camino de arriba”, el que no está asfaltado. Después ponemos rumbo a la comuna y al llegar al cruce del camí que comunica con Biniatzent enfilamos el coll de enfrente, no es muy exigente pero tampoco es plano.

Si hubiéramos continuado este camino habríamos llegado a Biniarroi pero hoy no es ese nuestro destino, vamos a llegar directos al pueblo sin hacerlo por carretera. Este camino ya lo encontré en una salida anterior y creía firmemente que se trataba del que yo buscaba pero hoy (por sábado) nos encontramos a la dueña del lugar abajo que nos recomienda salir por otra barrera diferente que la que yo pasé. Casi sin quererlo nos encontramos ya haciéndole toda clase de preguntas sobre los caminos de la zona a lo que nos contesta que quién mejor los conoce es su marido, que no está, persigue ovejas pero se ve que las encuentra pronto y regresa con lo que ya podemos plantear directamente nuestras preguntas dándonos toda clase de explicaciones y sugerencias.

Para resumir diré que pudimos sacar varias cuestiones en claro, el camino de bajada que yo utilizo lo construyó él y que el público ha quedado volatilizado entre los huertos y parcelas de las casas que se encuentran entre esta finca y el pueblo y también en parte por la construcción de una pista de acceso, lo que no le quedaba claro ni a él es donde está la continuación, seguramente compartiendo la vaguada pero aún en el caso de que existiera, con tránsito nulo. Parece casi evidente que podemos darlo por perdido e inutilizable.

Toca ver otro ramal en la zona de Son Tomeu y al empezar la cuesta encontramos a dos vecinos charlando en la calle y ni corto ni perezoso me meto en la conversación y al poco rato he recibido una lección histórica de primera mano sobre algunos caminos y hechos de la zona. No llegamos a apostarnos dinero sobre si llegaríamos o no a la carretera, menos mal, habría perdido, ese tramo también se puede dar por inservible, ni siquiera al volver pudimos rodar más que unas decenas de metros.

Al llegar otra vez al asfalto me siento tentado otra vez de sopesar los conocimientos sobre el mismo tema de otro vecino, un joven del lugar, que corrobora casi punto por punto lo que me habían señalado antes los dos mayores. Parece claro ya que la lista de caminos hoy no va a aumentar.

Subimos a Santa Llucia con la certeza de que por ahí no llegaremos a Biniarroi pero al menos podremos comer algo al sol y con buenas vistas y tampoco faltarán los ciclistas que cada vez que subo aparecen por allí.

Parece que ya tenemos el día completo a falta solamente de recorrer los tramos de bajada del camino viejo que aunque lo intentamos de veras puede comprobar Juan que ha perdido feeling en esos terrenos, se enroca a menudo y pierde ritmo, ahora es cuando se echa en falta un poco de animación general para ganar confianza.

Como solamente nos queda la vuelta y para no hacerlo todo plano nos vamos por la mina que al menos tiene algo de subida, nos viene bien aunque solo sea para decorar un poco esta crónica de una salida que, como todo, tiene cosas buenas, cosas malas y cosas peores. De estas últimas son el no poder aprovechar ningún camino nuevo por esa zona aunque no descarto un último pase solo por curiosidad y de las buenas que pese a que no hicimos nada del otro mundo no perdemos las ganas de salir, con eso me quedo.


Paseando por Sóller

Nada hacía presagiar que este fin de semana fuera muy diferente a cualquiera anterior ciclísticamente hablando ya que evidentemente en términos sociales estamos de lleno en unas fechas muy señaladas, pero no me refiero a esta clase de eventos, me centro en mi tema en concreto. No lo parecía pero todo cambió al recibir un mensaje en mi pantalla que decía: “vamos a Sóller” y se me activaron todos los resortes, siento debilidad por ese lugar, no lo puedo evitar, y al instante planteé cuestiones, inquirí respuestas y a la vista de todo ello, planteé unas alternativas, no es que me pareciera mal la opción que habían elegido, que no lo es, pero es la que conocen y mi idea era que conocieran otras que ni siquiera imaginaban y que estaba seguro de que encajaban perfectamente en su estilo.

A la misma hora del mismo día en que Emilio y yo dábamos forma a este nuevo itinerario Toni anunciaba en un foro público el plan original lo cual hizo frenar un poco mis ímpetus y dejar en manos de los organizadores la decisión final. Es de agradecer la confianza que depositaron en mi elección y no quería ni podía defraudarles.

Pero lo que no sabían ellos es que me faltó tiempo para hacer saber de mis intenciones a otra gente que sabía que por poco que pudieran harían acto de presencia, me refiero a Guiem bou y a Xiscomtb. El primero me confirmó la asistencia pero había algunas desaveniencias en cuanto al horario por lo que montamos una ruta alternativa más temprana de manera que coincidíeramos en el lugar de salida a la hora adecuada. Clavado el resultado. Lo que no sabía yo es que se presentarían tantos, si no me equivoco eran ocho y con alguno hacía mucho que no coincidía ya que las veces que he salido en domingo siempre ha sido mucho más tarde que ellos y como lo sabía ni siquiera me molestaba en interesarme por las rutas.

Ha habido pues sorpresa en ese aspecto, y lo mismo entre un grupo y otro ya que por lo hablado parecía que seríamos un pelotón pequeño pero todo al contrario, diría que más de veinte. Uti también se ha presentado a darnos un poco de cera. Xisco al final no ha podido, la gripe lo tiene recluído.

La ruta propuesta no tiene misterio, son dos subidas al mismo sitio, el mirador de ses barques, y dos bajadas diferentes, tenía una guinda preparada por si nos cundía más el tiempo pero no ha hecho falta enseñársela. La primera subida (segunda para los bous que ya habían bajado del pujol d'en Banya) es la archiconocida y transitada carretera vella de Bàlitx, muy larga pero con una pendiente prácticamente constante y muy llevadera que hace que la puedas hacer de una tirada si quieres aunque hoy, por lo abultado del pelotón, hemos hecho alguna parada de reagrupamiento en algún cruce.

Unos ocho kilómetros y pico hay hasta Damunt paret y ahí tenemos señalizado el camí vell de Bàlitx en la parte de la vertiente de Sóller ya que el trazado original continúa hasta Bàlitx d'Avall. Otra paradita para protegerse y comer algo y sin más dilación empezamos a bajar, seis kilómetros nos separan de ses Argiles.

Primer tramo empedrado con algún defecto en el piso en el que aún me cuesta no poner pie y luego algún otro de tierra un poco más rápido aunque interrumpido con bastantes barreras. Ya desde arriba han quedado dos rezagados por el llantazo de uno de ellos aunque el grupo no ha parado hasta el cruce con el camí de sa Figuera y allí me he quedado a esperarles para evitar despistes. Después he bajado con ellos hasta el siguiente reagrupamiento y ya todos juntos hasta la carretera y el tramo final hasta las primeras casas. Aparte de alguna caída por enganchón del manillar y el pinchazo comentado creo que no ha habido más incidencias.

En una de estas paradas me han informado de que los bous se habían adelantado dando por finalizada su excursión también sin incidentes como me han comentado después.

Estamos en ses Argiles, que es como se la conoce a esta barriada del extrarradio del pueblo, y salimos a la carretera a los pocos minutos y solamente tenemos que cruzarla para continuar por el camí de ses Alzines para dirigirnos al coll d'en Borrassar, punto intermedio entre la villa y el puerto aunque no es ese hoy nuestro destino final ya que pienso desviarme por Son Llampaies e ir a buscar el camí de sa Figuera directamente.

Tenemos una incidencia antes siquiera de empezar a subir, alguien ha perdido un teléfono y decide ir a recuperarlo acompañado de otro compañero, como no tiene idea de donde puede estar se han despedido de ellos y reemprendemos marcha. Como siempre había ido o venido del puerto no conocía ese tramo de pista que comunica con el asfalto y no me ha defraudado pero no es el que yo quería investigar, ese al que me refiero tendré que ir a buscarlo solo y si tengo éxito será el más recorrido porque comunica con la parte más alta de la carretera.

Trozo de pateo no reemplazable que sigue aún más hasta los primeros olivares donde ya tenemos un camino como dios manda, y además llano o con una ligera tendencia a la bajada pero a la vez muy rápido y divertido, por eso en pocos minutos estamos ya en la carretera y queda subir de nuevo casi al mismo sitio de donde venimos. Mientras tanto hemos perdido a dos componentes, iban por delante y han subido al mirador directos mientras que nosotros lo hacemos cómodamente montados excepto en algún tramo que toca pateo aunque seguro que algún fuera de serie lograría rodar bastantes metros, aunque no abundan entre mis conocidos.

Antes de empezar a bajar localizamos a los dos disidentes en el mirador y tras reagruparnos empezamos el descenso. Aquí ya hubo de todo porque los tramos son más cortos y entretenidos por lo que hubo repetición de pases en algún punto en concreto con resultados bastante aceptables, por mi parte, fabuloso y por las caras que ví a los demás también les encantó, más que la primera, menos machacona pero muy divertida.

Y ahí dimos por acabada la ruta, los números no asustan, lo que cuenta es lo que sale de dentro y yo no oí ninguna queja, ahora que vuelvan o no ya es otra cosa aunque una cosa sí es segura, yo sí volveré.

Gracias a todos vosotros por dejarme acompañaros y por la confianza depositada, hasta la próxima y hasta siempre.