Finde comunal

No daban bueno para el sábado y la parroquia estaba intranquila, que si hará frío, que si lloverá, que no lloverá pero estará mojado, que si la vuelta ciclista, en fin, una retahíla de excusas de lo más variopintas más que nada para ir cada uno donde le vino en gana. Por mi parte centré mi atención en la Comuna de Bunyola ya que entre semana había sido tema de debate respecto a algunos caminos y aunque sin mucha convicción me planteé el echar un vistazo por la zona.

Así pues me presento el sábado a hora muy tardía en mi punto de salida habitual, la urbanización de sa Coma, lo que me permite llegar al pueblo con algo de calentamiento en las piernas pero es que en este caso en algo más que las piernas, todo yo iba casi asado, hasta el fular me molestaba y por no parar ni en la barrera del comellar seguí directo hasta Cas Garriguer resoplando donde por allí el tiempo ya sí cambia bastante porque aunque no haga frío sí se nota la humedad que va ascendiendo del suelo y deja todo el ambiente en brumas.

Tras un breve descanso junto al pozo emprendo la marcha por la pista hasta el desvío del bosque encantado para encontrar un ramal no recorrido. Este se encuentra totalmente tapado por la vegetación que te va duchando mientras desplazas las ramas a tu paso hasta llegar a una explanada más limpia desde donde teóricamente continuaría hasta empalmar con el camino que baja a Son Pou, pero son eso, teorías, ya que aunque se encuentra señalizado en el mapa al parecer no existe en la actualidad, tragado por la vegetación. Este camino debe ser alguno de los que me comentó el garriguer que no se acondicionarían para evitar precisamente que se utilice masivamente.

Vuelta a la pista principal y voy a buscar el otro del que tengo constancia y aún puedo recorrer menos metros que en el anterior y en el caso de ser posible su recorrido mi información acaba en la línea del límite municipal ya que también acaba en otro municipio del cual no poseo el catálogo. Pero de lo que sí me doy cuenta es de que el camino de Son Pou se va a cerrar en breve y decido volver al día siguiente ya que parece que el cambio de pastillas de freno traseras no ha causado los efectos que esperaba, doy media vuelta pues y me dispongo a bajar por la Coma Gran, que es menos técnica, ergo más segura y en unos pocos minutos ya estoy preparado en su inicio.

No me he cruzado por ahora con casi nadie, dos viejos conocidos MIR y algunos más por la pista y tampoco los voy a encontrar en la bajada, voy más solo que la una de arriba abajo, ni siquiera caminantes me encuentro, al parecer la peña se decanta ahora más por ir a ver correr el agua que el corretear por las montañas. Sin ningún percance llego abajo y retorno a mi punto de inicio por el mismo sitio por el que había pasado por la mañana, dos horas y media me ha durado mi periplo por las tierras altas y pocos kilómetros recorridos pero ya pensando en el día de mañana donde vuelva a subir para hacer la última bajada a Son Pou antes del cierre.

Ese es el plan y así puedo disponerlo al día siguiente aunque con más retraso del que me hubiera gustado. Vuelvo a salir del mismo sitio pero varío el itinerario para no pasar por el hospital aunque la ruta de ascenso será la misma pero esta vez sí me paro abajo para desprenderme de alguna prenda, paso de sudar más de la cuenta, y mientras estoy en el tema aparece Javi García y Dani, más MIR (parece que los clonan) pero como planeamos rutas diferentes decido salir cuanto antes porque no me interesa alargar el horario en demasía ya que mi vuelta es más larga que la suya.

Más larga pero voy directo por pista al inicio del descenso de Son Pou tras un breve receso para masticar antes alguna vianda en la explanada y sin perder muchos minutos porque nada tenía que preparar afronto la primera parte de la bajada, ese tramo abierto a base de pasar centenares y hasta miles de ciclistas y senderistas y en la que hago una visita rápida a unas matas para verlas bien de cerca, son bonitas, mientras que el resto de ruta transcurre sin incidentes reseñables. Me topo en la salida del bosque con un grupo de bikeros que bajan detrás de mí y que tienen bastante más confianza en el vadeo del torrente que yo, no me apetece nada regresar con los pies mojados y paso descalzo por la corriente, ellos en cambio pasan a saco menos el último que mete las dos pezuñas de lleno y se convierte en el protagonista del lance. Conversamos un rato y bajamos juntos hasta las casas de Son Pou donde se quedan un poco más rezagados hablando con unos conocidos y yo emprendo rápido el regreso por asfalto hasta el punto de inicio, desde luego el tramo menos agradecido de la ruta, pero en fin, llego.

Al final no ha sido tan desastroso, climatológicamente hablando, el fin de semana, sin lluvia cuando no debía haberla y hasta sintiendo calor en ciertos momentos pero con las debidas precauciones ya que en la sombra y en el interior del bosque refrescaba bastante, y en cuanto a las ganancias está claro que la comuna de Bunyola no defrauda, mal que vayas dos días seguidos.


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