Doblete de cercanías (primer día)

Tenía que ir, sé que me faltaban cosas por ver en esa zona aunque para ello haya que saltar alguna barrera y meterse donde no te llaman, la cosa es comprobar que no serás recibido de malas maneras y poder realizar un test completo del lugar, después ya se verá si pasa a ser de dominio público y hasta puede que llegue a formar parte de alguna ruta, pero no adelantemos acontecimientos antes de tiempo, vayamos por partes, y como una buena novela empecemos por el principio.

Es sábado y estoy en la calle listo para partir, voy a salir rodando desde casa, así que los primeros kilómetros serán de rodaje por la ciudad hasta alcanzar los límites de la vía de cintura y seguir directo por la carretera hasta la entrada de la cantera, ahí ya se puede decir que he calentado bien. Empiezo a tocar tierra y ya es en subida y estando en faena me pasan tres motos, está claro que la próxima vez entraré por donde ellos y no tendré que hacer contorsionismo para pasar por debajo de la barrera. De lo que me doy cuenta es de que pasan muy rápido por la zona de arriba y es que lo han arreglado, el montón de piedras que había ya no es excusa para poner pie a tierra, se puede pasar rodando. Me voy a buscar el cruce de caminos superior por el tramo más largo que aunque si lo miramos tramo a tramo no es muy complicado, pero en su conjunto llega a hacer mella.

Bajada directa ya desde un principio hacia el camino que proviene del coll y por el que seguimos bajando hasta los silos. Bajada guapa donde se hace necesaria una buena máquina para no perder el control de la situación en todo momento si bajas rápido, si te falla algún elemento pues bajas más lento. Estoy en los silos y empiezo a subir sin perder tiempo y tomo el atajo, si es que puede llamarse así, aunque no le veo gran ventaja sobre la pista. Pista que recorro hasta el final y sigo por el sendero limpiado para facilitar el paso y justo superar la zona complicada me dispongo a revisar un claro desvío a mano izquierda que ya tenía calado y que suponía era otra bajada desde arriba, pues no, ya que tras una corta subida volví al sendero a los pocos metros después de haberlo abandonado.

Enlazo con la bajada principal de Bunyolí nou e intento infructuosamente pedalear hacia arriba pero es realmente muy difícil y debo claudicar a las primeras de cambio. ¿Diríais que por ahí arriba hay sapos? Pues sí, me topé con uno en medio del camino y eso que charcas hay más bien pocas en esa subida. Después de apartarlo de en medio sigo camino hasta culminar y después llegar hasta el coll de Son Marill donde puedo tomarme un descanso al solecito. Me apetece comprobar que tal está el camino público hasta la carretera y aunque las sensaciones son muy distintas subiendo o bajando me pareció que el ascenso sin penalizar sería una auténtica proeza, hay tramos muy inclinados y son los peor conservados, los animales de tiro debían sacar los hígados por ahí.

No me queda otra que hacer carretera para llegar al siguiente desvío, el del inicio de la mal llamada “interminable” y que es el que uso a falta de denominación oficial pero que nunca me ha convencido. De hecho tampoco sucedió el sábado, tras las primeras rampas iniciales la cosa se calma bastante y no supone mayor problema superarla, de hecho no paré arriba y fui hasta el cruce de la pista de la carena en dirección a las antenas y estando allí se cruzó el único bikero que vi en toda la mañana. Por mi parte, después de comer algo, me encaminé hacia la bajada directa a la cantera, una buena trialera, muy rápida en su parte final, que da justo en medio de la explanada. Salgo de la zona y ya que estoy allí voy a ver como está el tema del cierre de la parcela del golf y compruebo que por un lado hay una barrera y por otro una valla aunque esta ya ha sido convenientemente cortada para permitir la entrada y allí es donde me doy cuenta de que he perdido la chaqueta que llevaba colgada de la mochila, solo espero que no muy lejos.

Desando, pues, el camino hacia la cantera y empiezo a subir la trialera hasta que la encuentro, afortunadamente a poca distancia, no he caminado más de diez minutos. Vuelta a bajar y aunque tenía pensado rodear el golf e ir a fisgar por el cementerio por lo del cierre me voy directo a casa cruzando por Son Roca y el polígono, dejo esos deberes para el día siguiente.


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