Ruta de bestias (y barreras)

Voy a repetir la ruta que no hice la semana pasada, por tanto no es una repetición, más bien un reintento, sí, creo que es la palabra adecuada porque el viernes noche aún no lo tenía decidido al cien por cien, tengo algunos mensajes en pantalla que me informan (e invitan) a participar de otras salidas pero he dejado faena pendiente en la bici y dudo que me dé tiempo a llegar a tiempo al punto de partida. Al no haberme llegado a tiempo los recambios que he pedido he vuelto a montar la rueda de manera provisional para la ruta pero faltan algunos retoques que haré antes de salir, no tengo luz suficiente y estoy incómodo, abandono.

Tras desayunar me pongo a ello y queda la cosa más o menos presentable en vacío, veremos después en orden de marcha qué tal se comporta. De principio ya se me ha pasado la hora y tampoco consigo animar lo suficiente a un colega como para calzarse el traje de montar, saldré solo pues. Primera parada en el ultramarinos para aprovisionarme de algunas viandas (léase bananas) y poner en marcha el aparato de grabar rutas, bastante útil para saber a posteriori por dónde te has metido, sobre todo cuando no sabes donde andas y es totalmente imposible adivinarlo sobre una pantalla.

Aproximación a Establiments donde hago unos bucles por la barriada antes que enfilar directo la recta, no es que le tenga manía pero sin tráfico se rueda mejor. Aparezco en el camino de Sarrià el cual a su vez me tiene que llevar hasta Son Malferit, ruta típica de escape de la ciudad hacia Esporles aunque mi itinerario no me llevará hasta el pueblo porque después de bajar el primer tramo del camino empedrado volveré a subir por asfalto para desviarme hacia el área recreativa, por supuesto abandonada a su suerte hasta el otoño. Dirijo mis pedaladas hasta la fuente donde hago la primera parada y saludo a la inquilina, hay caudal pero la mina está cerrada.

Sigo camino hasta el salto de la pared, subo dos curvas y me desvío hacia la otra fuente, la font des Rafal donde me sorprende su raudal, no muy importante pero tampoco exiguo. Otra paradita a la sombra antes de emprender marcha y ahora sí nos vamos a poner serios porque aunque marchemos por pistas agrícolas tienen una pendiente importante y el piso lleno de piedras pequeñas no ayuda a traccionar, al menos a mí no me ayuda nada. Se nota una línea de pisada en el suelo pero ni rastro de marcas de goma y si tengo que hacer caso a lo que pone alguna aplicación hace seis meses que nadie pasa por allí por lo que deduzco que son los propios animales las que la producen aunque tampoco vi ninguno, debían estar a buen cobijo protegiéndose de la solana.

No es corto el trayecto hasta las cercanías de la línea de bosque donde se estabiliza y a la vez se pierde un poco el camino, se ve que por ahí arriba suben poco los payeses. Sé que tengo que encontrar el portillo en el muro para cambiar de vertiente y éste no tarda en aparecer aunque mis anhelos no se ven plenamente recompensados al tener algunos saltos de cadena en los sitios más duros por lo que hago todas las subidas andando y en cierto modo es una ventaja porque me puedo fijar mucho mejor en cada detalle del itinerario, y la verdad es que hay tantos que llegué a perder la cuenta de todos ellos, lo que es seguro es que tengo que atravesar el camino que viene de lo alto desde el pas de sa Granja pero no me atrevo a asegurar cuál es de todos ellos, cuestión que no va a quedar pendiente mucho tiempo, desde luego.

El lugar es magnífico y el camino tiende siempre hacia la dirección correcta hasta que llego a una explanada con una encrucijada de caminos y uno de ellos que baja desde arriba, marcado con unos hitos, supongo que será el que me imagino aunque no es mi objetivo de hoy, mi punto de mira está dirigido hacia es Tomassos y es en lo que tengo que centrar mi atención. Suponiendo que estoy donde pienso que estoy me queda aún un largo recorrido hasta el cruce del pas de Son Vich que será totalmente nuevo para mí y que pienso saborear de principio a fin, lógicamente mucho más cuando el camino es claro y ciclable pero también se da la circunstancia de tener que buscarlo en algunas ocasiones ya que son itinerarios de fincas, sin continuidad entre propiedades distintas y hay que saber enlazarlas, en general no se me hizo complicado pero hubo sus momentos de duda, desde luego.

Lo único que reconocí de todo ese trayecto por el bosque fue el tramo de subida anterior al segundo cruce, con esos árboles y arbustos formando casi una cúpula de túnel natural, sabía entonces que estaba ya muy cerca de Son Noguera siendo desde la misma entrada en la finca, cuesta abajo. En el cruce del forn de calç podría haber tirado para arriba pero no era el caso, quería llegar hasta las ruinas de es Tomassos y de ahí a la carretera tras parar unos minutos para reponer fuerzas y tomar algunas fotos.

Por el asfalto haría los últimos metros hasta llegar a la barrera de Cas Metge que aunque alta es fácil de pasar. No tardo en pasar por delante y por detrás de las casas para dirigirme por la pista hacia el coll Paredat pero antes tendré que atravesar una alta barrera cerrada con un mosquetón y muy mala uva, hay que hacerlo por la parte izquierda donde han metido lo que han encontrado para poder encaramarse con garantías, eso los que van andando porque pasar la bici al otro lado no fue nada fácil. Pienso yo que si sabes que se va a pasar por allí permite al menos que podamos abrir la barrera y no tener que hacer pasar penurias de esta manera a la gente, de hecho la rejilla ya está deformada y uno de los pilares de la barrera está medio tumbado, aguantado por alambres, pero bueno.

Queda poco para entrar en el bosque (saltando otra barrera, claro) y recorrerlo hasta la otra salida con su correspondiente parapeto. Estamos en los terrenos de s'Hort des Pouet, hermosa propiedad que parece no encajar en el lugar tal es su excesivo primor y cuidado de su construcción y su jardín pero para mí significa que me queda muy poco para llegar al punto más alto de mi ruta y, cómo no, con su correspondiente barrera, y no será la última porque a muy poca distancia, en la cuesta de cemento, hay otra, es lo que tiene el mtb mallorquín.

El resto de ruta es fácilmente imaginable si digo que bajé por Bunyolí y aunque no estoy cerca de casa el rodaje hasta el final casi no cuenta, no se trata de hacer carreras por el carril bici, pero el tema principal del día es que he disfrutado muy mucho, más del mountain que del bike, es verdad, pero son temas circunstanciales sin verdadera importancia, lo principal y más interesante es que me han quedado muchos deberes por allí, y habrá que ir a rematarlos a no mucho tardar, es lo que tiene el mtb.


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