Selva de Cocones

Sin querer aventurarme a recibir de lleno el impacto de la tormenta anunciada y dejando de lado que me levanté pasadas las ocho decidí darme un garbeo el sábado por la Comuna de Bunyola ya que el viernes me estuve paseando por na Burguesa recorriendo la zona militar subiendo por el PT3, lo que viene a ser un cambio de aires. He de hacer constar aquí que me vi obligado a entrar desde Son Vida por el sendero motero que va todo cuesta arriba ya que la entrada tradicional cerca de la barrera ha desaparecido debido a la construcción de un chalet justo en ese punto, literalmente no hay por donde pasar, y eso obliga a ir por donde se suele venir y es muy, pero que muy cuesta arriba. Por allí había otra entrada que era por el torrente que llega hasta arriba pero fue una lástima que se instalara esa barrera a mitad de camino que impide el recorrido de principio a fin, quizás con un paso peatonal pudiéramos pasar pero así como está, imposible, por eso quién quiera disfrutar del resto de subida se ve obligado a entrar desde el cortafuego y es lo que hago de tanto en cuando pero siempre llegando ahí desde abajo, nunca desde la carretera, aunque eso me obligue a circular por la zona militar.

Decidido a no tocar más asfalto del necesario me fui directo al coll des Vent por el sendero lateral para tomar después la pista hacia el Pujol des Gat pateando ya por aquí en dos ocasiones. No crucé la pared pese a estar la barrera abierta y continué por la pista que va directa al último chalet de la urbanización aunque debido a su nulo tránsito mantiene aún varios pinos atravesados en la bajada. Después sí crucé la pared y me metí en la pista aunque por poco tiempo ya que enseguida cogí el desvío de la cantera, bonita y técnica trialera que te exige un plus de atención si no eres de los que vuelan en las bajadas y además bajé bastante lento por lo que vi claramente todas las piedras una a una. El resto hasta casa comprende ya un recorrido típicamente urbano o semiurbano por lo que no requiere de mayores comentarios y podemos pasar directamente a lo acontecido el sábado que aunque no se trate de nada del otro mundo sí quise que tuviera algún punto de novedad donde al menos esperaba poder sacar un mínimo provecho, si no en el mismo día quizás en un futuro próximo.

Me acerco pues al pueblo desde Caubet, he salido tarde de casa y prefiero no perder tiempo en superfluas aproximaciones, para tomar la pista de subida hasta el área de mesas, dudé al pasar por la barrera de meterme por el comellar pero como aún no tenía decidida la vuelta lo dejé quizás como opción de bajada, ya veremos. Llego pues al punto de descanso y como algo más solo que la una, solamente unos buscadores de setas pasan de largo por el camino y desaparecen así como han llegado. Después de merodear un rato por allí me largo por la pista para ir rodeando la falda de la montaña hasta llegar al desvío del depósito para encarar la ruta del penyal, haré un tramo hasta el cruce que me volverá a dejar en el área recreativa, es una bajada corta, sin contratiempos pero divertida.

Estoy otra vez en el mismo punto que antes y sin perder tiempo me preparo para la siguiente bajada por la Coma Gran que puedo hacer a placer ya que no me encuentro a nadie por allí hasta haber pasado la barrera de salida de las tierras comunales. Mi objetivo está empero abajo del todo, en la urbanización de Cocons donde dicen que hay varios caminos donde parece que no voy a tener problemas de paso, al menos en teoría ya que en la práctica, y pese a encontrarlos enseguida, la cosa no discurrió de la manera más plácida. Circular, lo que se dice circular, solamente se puede hacer en los primeros metros, y no es que se encuentre muy mal de piso ni tan siquiera que tenga una pendiente escandalosa, no, es que literalmente la naturaleza lo ha devorado por completo y aún así tiene paso marcado aunque seguro que de bicicletas no, necesita de unos toques de adecentamiento para poder siquiera contemplar una mínima posibilidad de circulación pero pese a comprobarlo paso a paso quise subir hasta donde me fuera posible y eso hice llegando a no estar muy lejos del punto donde supuestamente pudiera enganchar por arriba así que la próxima visita será por el extremo superior, a ver si soy capaz de encontrarlo por ahí.

Como suele suceder en estos casos, lo que has tardado media hora en subir lo bajas después en cinco minutos y lo que te han parecido kilómetros ahora es una tirada de nada, es lo que tiene empujar la bici por las selvas de Mallorca, y además lo que me sorprendió un poco también fue la cantidad de rocas que hay en medio del camino, rocas que se han desprendido de las peñas circundantes y que nadie ha retirado y que restarán allí para constatar el total abandono de estos lugares aunque no dudo de que podría convertirse en una atrayente ruta de acceso a la Comuna en el muy hipotético caso de que eso pudiera interesar a alguien.


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