A medias

Hay una salida organizada a la que me ofrecen participar, Esporles, Volta des General y vuelta, en principio no parece presentar ninguna novedad pero no por ello voy a decir que no aunque no fue hasta confirmar otra posibilidad que no dije tampoco que sí, esta otra opción es mucho más restrictiva y por eso no hay que dejar pasar oportunidades de realizarla pero desafortunadamente no se pudo llevar a cabo.

No hace tanto que bajé allí, de hecho fue con la bici nueva y quise bajar por el camí de Pescadors y estrené castaña en ese descenso, esta vez iríamos por la Branson, no realizada desde hacía bastante, creo que desde que se empezaron a poner serios en el tema de cortar el paso, cerraron arriba, cerraron abajo pero nada de estos sistemas ha servido para impedir que la gente siga utilizando ese itinerario para divertirse un rato picándose consigo mismo y los compañeros.

Reunidos en el punto de inicio, un bar, como no, y he de decir que llegué el último, solo unos minutos de retraso pero como no fui por el itinerario idóneo no pasé por delante y desde mi posición no veía a nadie y pasaron aún unos minutos más de espera hasta que me acerqué al punto correcto y estaba hasta Joan que aunque no me había avisado de su asistencia y tampoco pasó por nuestro punto habitual de reunión ya no lo esperaba pero vino por otro camino sin encontrarnos. Estamos todos y somos muchos, mucha bici de rally y mucha licra observo aunque eso no debe ser un obstáculo, la destreza no depende de la vestimenta precisamente.

Sobran las presentaciones, la propia cantidad de bikeros lo hace inviable, imposible acordarse de todos, ya iré conociendo a la gente a medida que vayamos avanzando. Dejemos que cada uno se coloque en su sitio en ese numeroso pelotón, el o los sherpas delante, se supone que alguno ha preparado la ruta; los parlanchines en medio y los rezagados detrás con la lengua fuera. Han optado por un acercamiento largo a Sarrià, de hecho vamos hasta el Parc Bit a modo de calentamiento y comenzamos a tocar tierra en serio en Sarrià de camino hacia Son Malferit, de hecho hasta el coll de s'Heura poca discusión va a haber respecto al recorrido pero me extrañó un poco que se plantearan dudas una vez allí de por dónde tirar, lo más lógico y rápido hubiera sido bajar a Esporles directamente, son no más de tres minutos, pero se habló de pasar por la font de Dalt y no me quedó claro por donde querían bajar al pueblo y por lo que se ve al resto tampoco porque los que iban conmigo no sabían si habían girado por el cruce hacia el safareig o no, de hecho parecía que se oían voces por el camino de arriba cuando nosotros sí giramos aunque con la mala pata de equivocarnos y meternos en un cul de sac sin salida aparente y tardamos unos minutos en rectificar y tomar el descenso correcto.

Llegamos por fin al camí des Correu y no sabemos donde está el resto y ante la duda optamos por continuar subiendo hacia la Granja por el camino de tierra y después por carretera ir a buscar el ramal de Mirant de Mar, nos perdemos el buen tramo desde el pueblo pero esa es nuestra opción ya que suponemos que somos los últimos y que los demás estarán esperando allí pero cuando llegamos no hay nadie y no creemos que se hayan ido hacia abajo sin nosotros.

Anteriormente en la carretera se ha unido Juan que viene del pueblo a todo trapo pero del resto no hay noticias por lo que se establece comunicación telefónica con ese grupo que nos confirma que se van a Valldemossa??? mi no entender, ni yo ni nadie realmente, ¿qué hacen yendo en sentido contrario? no sabemos la respuesta y el grupo queda definitivamente dividido a mitad de ruta. Convencemos a Joan de que haga el primer tramo de descenso antes de marcharse y después de su partida creo que quedamos siete en total los cuales nos aventuramos por la pista hacia el inicio del primer descenso serio de la jornada, la senda conocida como la Branson, una senda privada pero muy concurrida por los bikeros locales y que tuvo sus momentos de gloria. La encontré bastante destrozada en algunos tramos, evidentemente fruto del paso de las máquinas y ayudado también por las tormentas que no encuentran oposición en un terreno ya maltrecho, lo preocupante es que es irreversible ya que nunca va a tener mantenimiento, como mucho se cerrará definitivamente.

Sin oposición ni incidencias reseñables llegamos a la explanada y comemos algo antes de partir, nos queda atravesar las playas cercanas antes de poder pedalear con garantías y fue en el último tramo pedregoso donde Manuel rompe la patilla del cambio, vamos de los últimos y los demás no paran, me quedo a ayudarle en la reparación pero la cosa se complica ya que no lleva el recambio adecuado, entonces se impone una solución de emergencia, acortar cadena y volver por carretera, montado en el mejor de los casos, pero es más fácil decirlo que hacerlo y el desmontaje de los eslabones presenta dificultades, todo ello hizo que el grupo se encontrara ya muy lejos al finalizar la reparación y yo optara por volver con él en lugar de ir al encuentro de los demás por lo que el recorrido desde allí fue todo por asfalto hasta la ciudad y con el amortiguador debidamente bloqueado para no fastidiar la cadena pero con un desarrollo intermedio que hacia duras las subidas y tediosos los llaneos pero pudo llegar a sitio pedaleando que es lo importante, pese a todo los demás aparecieron más tarde y el grupo, que antes estaba repartido en cuatro mesas, se había reducido tanto que cabíamos en una sola, cosas del mtb.


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