Agrupación

No creo que valga mucho la pena comentar la salida del domingo, la de final de mes, fue solamente un paseo por Bunyolí, subir y bajar, y llegar que no es poco ya que aunque solamente sea trayecto de ciudad debería contar ya que al final te salen unos cuantos kilómetros, cierto que la bajada ya no es lo que era, ha perdido el aliciente técnico que exigía el circuito por el interior del bosque pero el ansia de querer más y más propiciando la aparición de nuevos senderos desbrozando y modificando lo que haga falta llevó a la propiedad a pedir ayuda a la administración para controlar esos desmanes, y la consiguió en una primera instancia llegando incluso a señalizarse como “prohibido bicis” y hacer acto de presencia los agentes de Medio Ambiente en alguno de los puntos clave de la bajada aunque pasados los primeros efectos disuasorios aparecen nuevos actores a los que no parece importarles esa prohibición haciendo incluso gala de ello publicando las trazas e incluso videos, flaco favor.

Dejemos pues en el bote esa salida y pasemos a la siguiente, la del sábado, la buena, y además me habían invitado unos compañeros a salir con ellos y participar de su ruta que se suponía que rodaría por la comuna de Bunyola y me pareció bien peeeeero había que mejorar ese itinerario probablemente poco ambicioso. Entonces, ¿qué podemos añadir o cambiar para darle otro tono? ¿Quizás alguna subida ya antes de llegar al Garrigó? Porqué no? Expongo el asunto pero como tampoco se oponen con mucho afán consigo arrastrarlos fuera del itinerario clásico y empezamos con una pequeña tachuela, el puig de s’Estremera por ses Voltetes, algunos no la conocían y gustó el acercamiento y la subida en sí. No encontramos a nadie en las inmediaciones del porxo aunque las veces que sí he encontrado a gente no me han mostrado inconveniente alguno.

Salimos a la carretera cerca de la cantera para rodar bien pegaditos a la línea hasta la misma entrada del pueblo, me han hecho caso y no subiremos a la comuna, en cambio atravesaremos el pueblo para salir por el otro extremo, en este caso buscando el desvío marcado como Son Palouet. Se trata de un itinerario asfaltado de ida y vuelta, sin mucha pendiente, que se dirige hacia esas casas, por tanto no parece muy atractivo a primera vista pero tiene una pequeña sorpresa, unas casas aún más antiguas un poco más alejadas que serán el motivo principal de nuestra visita y como no parece que la propiedad ponga impedimentos (la verdad es que tampoco nos encontramos a nadie) hemos aprovechado para conocer un poco más ese rincón.

De vuelta atravesamos hasta las vías pegados al torrente y salimos del pueblo por el camino que sale muy cerca de Can Penasso, aunque ahora parece que le han cambiado el nombre, ya que nuestra intención es volver a Palma empezando por circular por el GR. Es interesante ese tramo a la par que divertido sobretodo la parte menos adecentada. Al salir otra vez al camino ancho, donde estaba la barrerita, nos damos cuenta de que falta alguien y nadie es capaz de recordar dónde hemos podido perderlo, alguien tiene su número de teléfono y averigua que está en el pueblo, extremo que nos parece casi inexplicable dada la ruta que hemos tomado para llegar aquí, y decidimos esperarlo apareciendo al cabo de pocos minutos para reemprender la vuelta por el camí de Passatemps y Son Sardina.

No me dio tiempo a más y aunque insistieron en acabar la ruta alrededor de una mesa no pude aceptar a la vista de la hora de finalización, que no es que tardáramos mucho en el recorrido es que empezamos bastante tarde y al final lo que alargas por un lado lo tienes que recortar por otro, y ahí me parece que lo tengo muy difícil, por no decir imposible, de convencerles de lo contrario, de empezar más temprano, me refiero, no de no tomar cerveza, válgame dios.


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