Enrocados

Un poco fastidiado por la salida incompleta por Son Roca debido a la lluvia decidimos repetirla y acabarla de una vez por todas aunque ya desde el principio hubo unos peros que me recomendaron variar el itinerario por el paso, lo haríamos por carretera, implicaría quizás algunos metros de más pero nada serio. Solo somos dos como últimamente y nos dirigimos hacia Establiments dando algún rodeo para salir casi en el cruce pero al llegar allí reconozco al bikero que espera en la terraza del bar, es Tomeu, veterano compañero de fatigas con el que por circunstancias varias no coincido desde hace tiempo; no viene solo, espera a Fibras, otro que tal, aficionado a los KOM,s y únicos supervivientes de aquellos grupos de mtb con los que compartí afición hace años. Falta alguien más, ha venido también Joan Crop de las tierras más allá de Inca, donde la vista no alcanza, y van a hacer una ruta con un camino “nuevo”, dirás “de moda” a partir de ciertas trazas donde se le ha puesto por las nubes.

No vamos a ir con ellos porque ya teníamos los planes hechos y por respeto ni lo quise plantear en ese momento pero sí podíamos compartir la primera parte, la subida por Bunyolí hasta la barrera y aprovechar para charlar un poco y ponernos un poco al día. La primera avería se produjo a media subida, corte o pinchazo en una cubierta que hubo que solucionar con una mecha, o media mecha creo, en un principio no me acabó de convencer el sistema pero he de reconocer que la solución no implicó ningún desmontaje con lo que el tiempo de reparación se acorta bastante, aspecto a valorar positivamente para una decisión definitiva respecto a mi próximo cambio de cubierta trasera que la pobre no da para más, ni sube ni parar bajando puede, aunque supongo que implicará un imperativo rodaje hasta el acostumbramiento.

Durante el tiempo de parada pasan diversos bikeros a toda pastilla, sus preocupaciones van por otro lado, ni pensar en perseguirlos, nuestro ritmo es otro. Reagrupamos en la cadena para la despedida y ellos parten prosiguiendo su ruta y justo nos montamos en el sillín suena mi teléfono, es del curro y me veo en la obligación de contestar aunque sé que no es a mí a quién buscan, pasan los minutos mientras me cuenta su problema provocando que el ambiente se fuera enfriando pese a que las temperaturas no son bajas precisamente, no llegamos a ninguna conclusión sobre el asunto y por mi parte hice otras llamadas que no tuvieron contestación. Partimos hacia abajo hasta el torrente para empezar otra vez la ascensión, esta vez mucho más cómoda siendo casi la única diferencia con la anterior, la compañía. En el punto más alto encontramos una pareja de bikeros jóvenes que nunca habían estado por allí (ni creo que vuelvan, él estaba muy quejica) y que quedaron atrás, nosotros no paramos ni siquiera en el desvío de las casas aunque alguna foto sí tomé, quería inmortalizar las obras al parecer importantes dado el tamaño de los andamios y la grúa, a saber qué nos deparará el futuro. Lo que sí ha cambiado desde ya es la salida de la finca, lo que era una vieja barrera ahora es una nueva pared y uno se pregunta porqué si en la de al lado hay dos grandes boquetes para pasar que no han reparado. Allí se repitió la escena anterior con más llamadas y la conclusión casi lógica fue que entre pitos y flautas se nos pasó el arroz y aunque no las ganas decidimos acortar la ruta de forma drástica, en realidad estábamos ya de vuelta.

La bajada no fue la más rápida pero sí la más cómoda, la verdad que me sorprendió en ese aspecto. Llegamos abajo y como no había mucho empeño en seguir la ruta hacia Puigpunyent debido a los contratiempos en lugar de tirar hacia arriba lo hicimos hacia abajo pero con lo que no contábamos era que había una carrera en la carretera de Calvià aunque ya lo temíamos, el ruido de los escapes sin cortapisas desde la lejanía ya lo anunciaba y tuvimos que urdir un plan alternativo, JM quería volver a subir por Bunyolí Nou y eso hicimos, al menos al principio, ya que huimos de la subida que conocía y fuimos por otro lado, otra subida que necesita piernas para poder rodarla, solo eso, es tranquilizador porque sabes que solo depende de ti mismo si crees que puedes tener también la pizca de suerte que vas a necesitar.

Coll des Garrover, lugar típico pero cuando apareces por un lugar insospechado te puedes sentir un poco desorientado pero una vez recompuesto el compañero bajamos directo hacia abajo, hacia la civilización, y si eso implica remojar el gaznate pues menos excusas se pueden presentar, me quedo sin argumentos, pero no me olvido de la ruta pendiente, que conste!.


No hay comentarios :

Publicar un comentario