Quizás, quizás

Sin obligaciones ni planes concretos a la vista dirijo la ídem hacia los montes de la comuna de Bunyola, punto de obligado cumplimiento para todo bikero que se precie y además hacia una zona en particular aún no estrenada por la fosforita, hablamos de la cabra, ese sendero escondido en las alturas pero más transitado que Jaume III en la actualidad, cada cual tendrá sus motivos propios para aparecer por allí, unos querrán no hacer pie, otros mejorar sus tiempos y algunos las dos cosas a la vez, yo me conformaría con lo primero, una pasada continuada hasta abajo ya sería la rehostia para mí aunque no me voy nada convencido yendo solo como voy, de todas maneras no avancemos acontecimientos, vamos paso a paso, o pedalada a pedalada mejor expresado.

Tendré que mirar la traza para asegurarme de por donde partí, ahí va, polígono, Indioteria y Son Macià donde parece que han reventado las barreras y los bloques que pusieron para tapar los huecos mientras se van acumulando restos de todo tipo en los alrededores aunque por ahora la barrera sigue abierta tanto en un extremo como en el otro por lo que no tenemos problemas para circular por las fincas. El camí de Muntanya es mi próximo objetivo y después me acercaré a Son Pizá, es la ruta típica y mas directa para acercarnos a Bunyola si exceptuamos la carretera y la que utilizaremos en la mayoría de los casos por poco que nos afecten las noticias de los últimos accidentes ocurridos en esa vía y otras parecidas de la zona, carreteras muy estrechas y sin arcén, sin ningún margen de maniobra en caso de apuro aunque siempre nos va a quedar aún un tramo inexcusable de asfalto de varios kilómetros que nos va a tener en vilo hasta llegar a es Garrigó.

Después nuestros problemas serán otros, que no por tener una pendiente más que suave va a ser un paseo, en realidad no hay descanso en toda la subida y menos si te empeñas en no pasar del 28 atrás, llegará un momento en que te tienes que levantar para recuperar el flujo de sangre en las piernas, juro que había momentos en los que creía que no tenía. Exageraciones aparte, pude llegar vivo a la explanada y veo que está muy concurrida, un numeroso grupo de camisetas naranja fácilmente distinguibles en la lejanía me activan la curiosidad y efectivamente son los que pienso, los maifren casi al completo han querido pasar una buena mañana de mtb igual que yo. Comparto momentos de palique con viejos conocidos y me comentan su ruta, parece que quieren bajar por el bosque encantado para dirigirse después a Santa María, ya sabemos donde, iremos pues cada uno por su lado aunque lo cierto es que aún yo no tengo decidido cuál será la mía.

Se van y yo como y bebo algo y decido que no voy a dar la vuelta entera por la pista si no que voy a atajar aunque sepa seguro que voy a poner pie a tierra en algún punto que la verdad fueron menos de los previstos porque logré dar algunos giros y pasar algunas zonas no tan agraciadas aunque el último tramo inclinado se me sale ya de escala. Ese atajo te deja justo después del cemento de la pista del penyal sin embargo me queda algún rampón que superar antes de llegar a la zona más suave de ese itinerario donde se encuentra el desvío que me interesa, la cabra.

Me calzo las protecciones, espero a ver si se acerca algún bikero con mis mismas intenciones y me activa el modo comparativa pero los únicos que pasan siguen camino por la pista, parece que tendré que bajar solo, no es que me asuste pero sé que voy a ir menos motivado, vamos a ver si las dificultades me van activando la adrenalina. Parece que sí pero ni mucho menos para calificar el papel de al menos digno, voy bajando, no digo que no pero sin florituras, hasta que llego al punto en cuestión, la entrada de la losa y ahí se me caen los papeles y paso el tramo de la peor manera posible, andando, y mira que he probado combinaciones, de través hacia el pino, que de hecho ha sido la que me ha dado resultado en alguna ocasión; de través hacia la mata, esa no, en el giro me trababa y de frente es la que más me impone no pudiendo poner ya la excusa de las posibilidades de la bici; también bajando el escalón a pata y empezando a montar desde allí me ha ido bien, pero la verdad es que tiene que ser mental, no queda otra.

Hago la vuelta hacia el depósito donde me cruzo con otro que está contemplando el paisaje y sin parar me dirijo hacia la bajada de Son Pou sin estar seguro de lo que va a poner el letrero aunque estoy casi convencido que desde junio ya se podía pasar (eso quiere decir que hacía mucho tiempo que no iba por allí) y efectivamente se puede bajar, de hecho al llegar veo, u oigo mejor dicho, a un par que se acaban de tirar, ahí sí voy a activar el modo persecución, al menos de principio ya que que si en algunos minutos no los alcanzo ya doy el tema por perdido.

Salgo pues y hago el tramo perteneciente a la comuna buscando el acomodo de la bici y calibrando frenos, con las gomas y la presión actuales voy bastante confiado así que me centro solo en el camino buscando la trazada perfecta y cuando llego al inicio del camino de carro me encuentro a uno parado, un maifren, sorpresa porque había entendido que bajarían por otro lado pero no me entretengo en averiguarlo, retengo lo justo para preguntar si necesita ayuda y me dice algo de un golpe pero no me reclama más atención así que continúo y no mucho más abajo pillo a dos más que al notar mi presencia me dejan pasar, tampoco necesitan ayuda, solamente que no les empujen por detrás y prosigo la bajada sin incidencias hasta la curva de las piedras donde quiero seguir empeñado en no querer hacerla bien y menos en el paso del pino donde quedó la bici por un lado y yo por el otro, la verdad es que no es fácil ese lance, al menos para mí.

Creo que ya no vi a nadie más hasta abajo donde efectivamente estaba todo el grupo y me confirmaron que habían hecho exactamente la misma ruta que yo, se ve que el que me contó sus previsiones no lo tenía nada claro, quizás si no hubiera enredado en la entrada de la cabra los hubiera pillado allí y la película hubiera sido diferente, no se sabe, quizás hubiera podido rodar otros planos del intento de entrada en la losa y alcanzar el éxito en alguno de ellos, quizás, quizás.


Pasenando por Sobremunt

Otro sábado más donde no me puedo alejar todo lo que quisiera de la ciudad por si las moscas, es normal esta circunstancia cada 4 o 5 semanas pero ésta es especial porque me acompañará un novato de la bici y no es ninguneo, es la realidad, pero a mí ya me va bien, en realidad tampoco estoy al corriente de su estado de forma así que iremos improvisando sobre la marcha y lo que salga bien hecho estará.

Hemos quedado más bien pronto porque para perder el tiempo en casa esperando la hora de salida bien podemos estar ya rodando y además he decidido empezar por Bunyolí, una subida de primeras que nos ayudará a calibrar el nivel de que disponemos y nos marcará el resto de ruta, pongámonos pues a ello.

Para no ir por carretera pasamos por el hospital de Son Espases para ir a atravesar hacia el monasterio de la Real y más allá para desviarnos rumbo a Establiments y desde allí a Bunyolí para afrontar el no se sabe cuál reto del día, empecemos pues la subida tranquilos y con buena letra y como el compañero no es cojo diría que lo subimos bastante bien, de hecho se siente con ganas y fuerzas de afrontar el segundo reto, arribar a Sobremunt, ahí ya el asunto un poco más exigente por aquello de las pendientes, de todas maneras no llegamos mal del todo, es más, aún le quedaba resuello para intentar llegar a las antenas y de hecho llegamos, más tarde que pronto pero llegamos, a mí ya me pareció que había superado el reto con creces y aunque ya no podíamos alejarnos más aún en el caso de que sí pudiéramos haber podido continuar no lo habría hecho, la dificultad se mide a partir de ese punto por otros parámetros, entramos en zona hostil, pura montaña, tratándose de su primera vez y con esa montura ni recambios no nos podemos arriesgar a emprenderla sin más así que nos damos la vuelta y volvemos por donde hemos venido.

Ahora las cosas se ven de una manera muy diferente, todo lo que has sufrido subiendo pasa por delante de tus ojos muy rápido y hay que ponerse en modo descenso desde el primer metro, más uno que la bici pero ésta también importa y mucho pero para no repetirnos realizamos la bajada hacia Esporles, o sea, todo asfalto hasta el coll de s’Heura por la parcelación de Es Verger. Quiero tomar el camino de Son Malferit y no bajar al pueblo para que conozca el camino y pueda utilizarlo algún día y que mejor que recorrerlo por primera vez en bajada, además eso me va a facilitar el poder alargar la ruta por Son Mallol si fuera pertinente.

Una vez ya en la civilización seguimos las indicaciones GR por la barriada y cruzamos hacia la finca de las vacas, rodeándola y ya decidiendo el regreso directo sin más dilación y ahí es donde quise probar su bici, era una manera aproximada de ponerme en su lugar y experimentar siquiera mínimamente lo que pudiera sentir él sobre esa máquina y viceversa y en lo que coincide todo el que prueba mi bici (viniendo de un modelo mucho más rally, claro) es que la comodidad de pedaleo es brutal y eso subiendo es de una importancia capital y yo en cambio sobre la suya lo primero que noté es que me caía hacia adelante del sillín, tenía la punta mirando a los pedales, exagerando un poco, claro, pero la inclinación era harto significativa y había que resolverlo al instante y lo hicimos.

Nos despedimos en Son Oliva donde encontramos a un nutrido grupo de bikeros conocidos repostando en una de las terrazas y con los cuales me quedé un rato de cháchara poniéndome al día de historias y chascarrillos varios ya que al no estar abonado a ningún grupo de mensajería me pierdo muchos detalles de los que no tengo noticia hasta que me los cuentan personalmente, falta la chispa diaria pero es lo que hay.

La ruta, no por archiconocida, defraudó al tratarse más de un paseo que de otra cosa aunque la verdad es que me propuse solamente un reto, no poner el último piñón en toda la subida pero no por ello debe llegarse a la conclusión de que subiré más rápido, en mi caso una cosa no lleva a la otra.


Cristo, presuntamente

Cuando uno habla de cristos siempre surge alguna duda de si debe o no debe ponerlo en mayúscula o no y para aclarar estas dudas nada mejor que el diccionario y hecha la consulta pertinente ratificamos la idea que teníamos al principio, irá en mayúscula cuando nos refiramos al personaje en concreto e irá en minúscula en los demás casos, que son bastantes ya que es un vocablo muy utilizado en el lenguaje común. Bien, pues resuelta la duda inicial podemos dar paso a lo que hemos venido a contar, relatar, poner en solfa, describir, como queramos decirlo, es decir, la ruta del sábado, para entendernos.

Y esta ruta va de cristos, de estatuas y caminos, y de bicis, claro, y vamos a juntarlo todo y a ver qué sale. Como ya estuve por allí hace poco en varias ocasiones y me llevé una de cal y una de arena había decidido ya finiquitar el tema de una vez por todas, mi intención era hacerlo dentro de lo que me parecía una ruta casi completa, es decir, empezando por Bunyolí, Sobremunt, mola y después buscar las bajadas menos concurridas hasta el pueblo, que las hay. Ese era el plan inicial y el mejor que no obstante tuve que modificar a tenor de los inconvenientes que me planteó el compañero del día y entre elegir ir solo o acompañado elegí lo segundo variando para ello la primera parte e ir directo al tema, eso implica rodar por las rampas de cemento de Son Ferrà que no es que me asusten pero tenía aún el regusto de no haberlas completado en los dos últimos pases y como venía de una semana agotadora de trabajo casi que me veía venir que tampoco las subiría, tres fracasos seguidos podría ser ya un indicio preocupante.

Empezamos por acercarnos a Establiments después de rodar por el carril adyacente de la carretera de Valldemossa, está despejado y es bueno para ir calentando al sol, además es ancho y seguro y puedes ir de cháchara sin peligro alguno. Nos desviamos en la rotonda y ya en la barriada solo hicimos cruzarla para ir a buscar la entrada de Bunyolí para volver a salir al camí de Sarrià, como no hacíamos la subida de las antenas podíamos alargar un poco la ida. Calentamiento ya más profundo de camino a Son Malferit donde parece que no pero sí que se llega a subir bastante aunque no lo suficiente para no tener que afrontar las duras rampas que tendremos a continuación.

Quiero hacer constar que me tuve que parar a regular los cambios otra vez por el tema de la dichosa tuerca que perdí, un tema que lleva coleando desde hace meses y que según me ha dicho el distribuidor ya le ha comunicado el fabricante que las van a recibir «en breve», recibir de dónde? de alguna colonia extraterrestre? porque, madre de Dios, lo que está tardando en solucionarse este asunto, haya paz empero. Con la cadena más o menos en su sitio me dispongo a afrontar lo que haga falta y debo decir para mi propia satisfacción que pude llegar arriba montado y de una pieza pero me costó lo suyo, quiero creer que la goma nueva haya tenido algo que ver, en las ocasiones anteriores llevaba una muy gastada atrás y he de reconocer que este modelo de descenso que nunca antes había utilizado me está dando muchas alegrías precisamente subiendo, será que bajando soy más malo de cada día y no me doy cuenta de lo que llevo montado, cosas.

Cansado de ver al compañero sufrir más de la cuenta en la subida nos intercambiamos las bicis e inmediatamente entiendo el porqué, con la mía sube perfectamente, se cansa pero sube, en cambio yo con la suya no puedo, la posición incómoda y el tener que pelear con la suspensión abierta no solo contra los elementos si no contra la misma bici hace que pierda la dirección y tenga que poner pie a tierra lo que me lleva a bloquear la horquilla para poder llegar arriba pero con esa sensación de tener que luchar a cada metro contra todo, eso cansa mentalmente y mucho.

No nos paramos en la ermita, hay un grupo por allí que se dispone a bajar por el comellar y esta vez no vamos a molestarles (o viceversa) y nos decidimos por una de las bajadas que nos devolverá al camino principal, hay varias y elijo la más alejada y como hacía mucho que no iba se puede observar sobre la traza un pequeño desliz, lo vi en cuanto pasé pero seguí por si acaso, Juan, como no había estado por allí, no opinó (no dejo de sorprenderme de las veces que me dice que no ha pasado por tal o cual sitio, y son muchas, imposible ya recordar las salidas conjuntas). Puestos ya en vereda buena intenté hacerlo lo mejor posible aunque no deja de tener su aliciente en curvas cerradas y cuando llegué a la pista me di cuenta de que teníamos que volver atrás, hacia arriba, en realidad para llegar directamente hay que coger la segunda bajada y llegas justo enfrente del desvío.

Ese nuevo sendero ya lo conocíamos entero pero lo que quería encontrar era el segundo que hay por la zona y Juan se acordaba más que yo donde estaba el cruce aunque nos seguía faltando el tramo que enlaza con el cristo y lo quise ver en una encletxa espectacular entre altas paredes de roca (no sé si llega a fesa o no porque es muy ancha) que no es ciclable y que no recorrí entera casi convencido de que estaba en el sitio correcto aunque luego he visto que no, pero lo cierto es que este nuevo ramal nos llevó abajo aunque por una pendiente extremadamente empinada y sin sendero marcado. Había un rotlo de sitja en medio de un camino y una pareja con críos con los cuales pude debatir sobre nuestra situación, nos recomendó continuar bajando y yo entendí que para encontrar el camino por el que solemos bajar aunque sin darme cuenta en ese momento de que ya estábamos sobre él, tuve que recorrer unos metros para verlo claro, entonces íbamos al revés, había que subir y eso a Juan ya no le hacía mucha gracia, más bien ninguna, pero le convencí de que me acompañara a pesar de que para llegar al cristo era todo pateo, vino pero el trayecto acabó de rematarlo tanto física como mentalmente y una vez en la pista se marchó para dejarme a mí solo para afrontar la otra bajada, y mira que si ya voy mal yendo acompañado y teóricamente más motivado cuando voy solo es peor así que no va a constar en los anales pero en mi descargo diré que es muy, pero que muy técnica, y eso quiere decir pateo para la mayoría de bikeros.

Una vez en el camino ancho ya es otra cosa y además estás en la parte rápida con lo que llegas al área recreativa en un momento aunque ahora está desierto, el bullicio que se respiraría estos días de clima tan propicio ha desaparecido por las normas anti-covid y solamente deambulan por allí algunos senderistas recién llegados o a punto de partir de ruta. No vale la pena parar y emprendo regreso por el mismo itinerario por el que hemos venido, Son Malferit, y una vez en Establiments poner la directa por la carretera para llegar lo antes posible, hoy ya se han cumplido con creces los objetivos (si exceptuamos lo de la bajada digna, claro) y no hay porqué alargarlo más de la cuenta, toca llegar y recapitular un poco sobre lo acontecido siempre en vistas de poder integrar esos recorridos en una hipotética ruta que no tendré clara hasta que la haga completa y no quiero que pase mucho tiempo para ello y a poder ser acompañado para tener más elementos de valoración, voto por eso.


Nota: pues con todo al cristo ni lo vi.


Ruta hispánica

Como el lunes era fiesta aprovechamos para salir a rodar un rato Juan y yo, como viene siendo habitual en estos días de entre medias la cosa no tenía que alargarse mucho y preferimos colocar la diana cerca, no más lejos que el puig de Bendinat donde tenía cosas pendientes por allí, así se podían cumplir ciertas condiciones que nos afectaban a los dos y todos contentos.

Por eso no nos distrajimos en el acercamiento a Gènova y tiramos directos por el carril bici sin contemplaciones, bien, ya hemos calentado, no hay porqué quejarse más de la cuenta en la subida, ascenso que nos da ahora por realizar siempre por detrás, supongo que será una manía como cualquier otra. Toca recuperar arriba con la excusa de las vistas pero ni siquiera salir a la caza de algún otro que llegó motivó lo suficiente al compañero y me tuve que conformar con pescar al que iba por delante y dejar que se distanciara otra vez para no verle más el pelo. El siguiente que vimos, aparte de algunos corredores de a pie, fue otro que intentó la subida montado al puig de Bendinat y que pillamos junto al geodésico donde Juan pudo fisgar bien la bici que llevaba y llegar a la conclusión de que si iba a bajar con esa bici bien podría hacerlo él también, craso error y creo que se empezó a dar cuenta en cuanto el otro se marchó por donde había venido, ahí surgieron las primeras dudas.

No comenzamos mal del todo porque el sendero te permite en el inicio mantener un buen ritmo, no era ahí donde me sentiría más incómodo, era en el paso y el rampón de tierra siguiente donde la pendiente aumenta considerablemente cuando afloraron todos los peros, donde más se necesita llegar bien animado y no estuve a la altura, hay que reconocerlo, luego ya, una vez pasado ese tramo solo recuerdo una curva la cual no enfilé bien de primeras pero ahí sí que ya no me quise marchar sin pasarla e hice varios intentos hasta superarla aunque de nada sirvieron mis ruegos y ánimos para que lo intentara el compi, no hubo manera de convencerlo, no tenía el día, y mira que la continuación es una parte muy rápida con su toque técnico que te deja bien servido y a la vez satisfecho, una cosa por la otra.

Dejamos de lado la bajada a Costa d’en Blanes por aquello del horario y tras llegar a la pista principal fuimos a buscar la que discurre por la otra vertiente equivocándome otra vez, tiré para arriba y no es por ahí, giro de 180 grados y abajo despacito para no pasarme el cruce y una vez metidos en vereda para abajo sin piedad. Juan no había bajado nunca y se lo tomó con la misma calma que había mantenido hasta ahora, cualquier excusa le valía para mantener las manetas apretadas, sean piedras o carritx daba igual.

Llegamos abajo y fuimos a dar el rodeo al golf por el sendero de arriba y mientras rodábamos me iba animando para intentar llegar hasta abajo en el rampón, cosa que casi consigo si hubiera puesto algo más de empeño en mantenerme vertical cuando me metí en una zanja de la que no conseguí salir airoso. Y más ya no puedo contar, el carril bici no da para tanto.


Dos en uno

Estamos mogollón en el aparcamiento del Port d’Andratx, quizás demasiados, el efecto llamada ha resonado en muchos rincones de la isla a través de diversos medios y la participación es muy numerosa aunque en este caso contamos con varios guías de la zona que se han currado la ruta en los días previos y parece que no habrá problemas en ese sentido aunque todo puede pasar.

El tema es que había comentado con Sito el porqué de empezar desde el puerto y no desde el pueblo, nunca he hecho una salida mía desde allí, me parece innecesario hacer ese trayecto en vehículo pero como casi todo en esta vida, todo tiene un porqué aunque no lo sabría hasta el final.

La cosa empezó bien porque a pesar de tener que ir al pueblo lo hicimos por los entresijos del lugar, rodando muy poco por los caminos radiales y utilizando varios ramales transversales inéditos poniendo la ruta muy interesante ya desde el principio. Hicimos la subida típica por la Coma Freda y posterior desvío por el camí de So na Vidala y otro más hacia el Badaluc, al final de este vendría lo nuevo, lo que me creía sería una bajada visto sobre un mapa satelital resultó ser un sendero de empalme a la pista que sube al puig d’en Tonet, y sube con fuerza, no es baladí. En la cima se encuentran varias construcciones, dos torres cilíndricas y varios cercados o corrales con muro de piedra de utilidad desconocida, no esperaba encontrarme eso ahí, como tampoco algún bikero que reconocí y con el que tengo relación pero que nunca habíamos coincidido en ninguna ruta, cosas de la bici.

Se preveía una bajada interesante al menos hasta enlazar con el camino de carro que nos dejó en la entrada de s’Arracó a punto de tirar recto para ir a buscar el camí de ses Rotes de s’Hereu volteando por la barriada de Son Guiem hacia es Castell y la font des Bosc uniendo diversos itinerarios en un solo. La intención es que cuando lleguemos al camino principal, junto can Còrso, descendamos un par de curvas y nos desviemos por un enlace transversal que conocía en parte ya que a la mitad nos desviamos hacia can Farineta en lugar de seguir recto y así resultó que bajamos en lugar de subir por el camí des Castellàs lo cual casi siempre se agradece. Arnaud estaba pendiente en el cruce del torrente para que no nos equivocáramos en tomar el enlace correcto con el cementerio en lugar del que se dirige al pueblo, bueno es conocerlo pero hoy nos interesaba el sendero ya que nos dirigíamos hacia Sant Elm, y ahí es donde volví a equivocarme ya que confundí el sentido de la marcha sobre la traza que me enviaron, el hecho es que debíamos cruzar la carretera para dirigirnos hacia Son Vic y aunque hay una pista buena nos regalaron una divertida variante pero donde justamente coincidimos con unos moteros que la hacían en sentido contrario y parece que no quedó claro quién tenía que pasar primero.

Me emocioné cuando llegamos al camino principal porque entendí que la ruta continuaba por los tres Picons, interesante sendero facilón con unas vistas impresionantes y una última parte que te pone en tu sitio, las vistas las vimos pero no la trialera, nos desviamos hacia la Plana de la Pineta hasta alcanzar el final de la pista, paraje privilegiado para contemplar la costa de Sant Elm y la Dragonera. Vuelta divertida por el sendero para ir a buscar la bajada directa a la carretera con la última guinda por el torrente para tocar el menos asfalto posible, bien pensado.

Parada y fonda en un colmado para repostar y ahí pude hacer recuento del grupo, sobre los 25 éramos, no me quedó claro porque algunos se desperdigaron por aquello de la distancia de seguridad pero más o menos fuimos esos. Salida un poco caótica ya que en principio los guías habían decidido incluir la visita al menos a la torre de la Cala en Basset con una salida de la población por los pinares y entre que se formaron varios grupos y que tomamos direcciones diferentes pronto dejamos de estar a la vista unos de otros. Íbamos seis o siete con Arnaud y en el desvío de la cala quiso comprobar dónde estaba el resto y llamó por teléfono a Papito y éste le confirmó el cambio de ruta, no se iba a la torre, regresábamos. Este cambio de parecer disgustó bastante al guía ya que nos podría haber obligado a seguir adelante confiando en que se seguía el plan original cuando no era así, su previsión hizo que se quedara todo como simple anécdota.

El tema es que creíamos que íbamos los últimos, lo que nos obligaba a no aflojar el paso y aunque pista, siempre tira hacia arriba y eso no es ir precisamente cómodos. La sorpresa es que no había nadie en la explanada del cementerio, muy raro que los de delante hubieran continuado sin nosotros y tras esperar unos minutos de incertidumbre arrancamos pero alguien vislumbró por el rabillo del ojo que se acercaba alguien, que ostias, todos los demás, resulta que a pesar de partir antes habían alargado la salida por las calles y habíamos tomado la delantera sin saberlo, caso resuelto.

Segundo pase por el sendero de antes, el de las motos, pero esta vez sin su presencia donde cada uno pudo demostrar su saber hacer, lo bueno es que hay más, en lugar de continuar hacia la pista se puede ir hacia la carretera a través de un circuitillo de descenso que han medio montado con algunas rampas y saltos antes de salir al pavimento. Ahora sí que no queda más remedio que circular por asfalto unos metros pero antes de llegar a la rotonda nos desvían por un camino lateral y al final entramos en el torrent de sa Capella, este es el torrente que días atrás habían limpiado de cañas para poder pasar y que te exime de volver por carretera, estupenda elección ya que se puede circular completamente hasta enlazar otra vez con el camí de can Pericasses y aparecer ya en la llanura, pero no todo fue como esperaba ya que en un momento dado hicimos un alto para entrar por una barrera en una finca, allí nos esperaban a mesa puesta para el brindis de rigor y celebrar el cambio de estado civil del sherpa, muy buena sorpresa y buena ruta, todo el mismo día. Salud!!!


Pinta muy bien

Otra semana más que me veo envuelto en una salida grupal, somos más o menos los mismos aunque siempre se presenta alguno no conocido por mi y deben efectuarse las presentaciones correspondientes. Sito y yo solemos llegar un poco más temprano de lo acordado porque tiene la costumbre de preparar una intro para el video del día en la que detalla algunas características del lugar que visitamos, en este caso, Binissalem, y también presenta a los participantes. El inicio no está ni muy cerca ni muy lejos de lo que va a ser el plato fuerte de la ruta, Oliclar, el método no me desagrada en absoluto, el calentamiento es necesario y lo realizamos por caminos vecinales entre esta población y Alaró sin llegar a entrar en ésta si no que enfilamos directos hacia la carretera de Orient para abandonarla a los pocos minutos y entrar ya en faena de la buena un poco más tarde.

Tras atravesar la barrera tenemos por delante el tramo restaurado del viejo camino de Lluc y donde aparecen las primeras gotas de sudor por mor del esfuerzo realizado aunque nada comparado con lo que nos espera, las buenas cuestas de la Font Figuera, un buen motivo para no perderse esta ruta que bien podría considerarse de pisteo, trialeras pocas, hasta creo que ninguna, no hay bajada en todo el recorrido que pueda considerarse como tal. Esta subida la tenía abandonada desde hacía tiempo, creo que en la última ocasión que estuve también fue con los Bous, de ahí las ganas de repetirla, y la verdad es que no me defraudó aunque algún piececito arriba sí tuve que poner, nada, un momento, igual ni cuenta.

En la reunión algunos dudan de que el atajo de la trialera sea lo más conveniente, ha estado chispeando hasta aquí y ahora parece que quiere aumentar pero al final creo que todo el mundo bajó por el mismo sitio excepto en el tramo final donde yo seguí por la pista hasta las casas y otros optaron por llegar por el sendero. Llegada a Oliclar donde me pareció que la degradación del inmueble ha ido a mayores pero sin compararlo con alguna fotografía anterior no me permite corroborarlo con precisión, tampoco me dejaron mucho tiempo para divagaciones ya que en menos de nada ya se habían ido pista abajo y salí el último pero con la fortuna de que se pasaron el desvío hacia la salida de la barrerita y en nada iba por delante. Quería hacer esa bajada sin molestias y en cuanto la crucé tiré para abajo seguido por Papito que iba grabando, poco se vio realmente, pronto estuvimos envueltos en la más profunda de las malezas, no veía ni el suelo preocupado de no comerme una rama con la cara que de todas maneras no pude impedir. Estaba toda la vegetación empapada hasta las trancas y salimos de allí literalmente duchados, menos mal que la temperatura era suave, de lo contrario hubiéramos tiritado durante un buen rato.

Fuimos a buscar la pista de salida que no pasa por las casas aunque según me he enterado después parece que el cambio de payés en la finca ha suavizado el tema del paso aunque la verdad es que los itinerarios no tienen punto de comparación pero si lo que quieres es volver rápido mejor pillar el directo. Paso por el estret sin agobios y desvío hacia Sollerich donde obviamos algún tramo de GR en favor del estupendo camino de carro interior. Despelote en la bajada donde algunos no pueden reprimir sus instintos más básicos, tiene que ser a fondo sí o sí.

Dado que volvíamos sobre nuestros pasos y eso sobre el mapa queda un poco feo el sherpa nos tenía reservada una sorpresa, en lugar de bajar por donde habíamos subido nos desviamos hacia el torrente para buscar un vado fácil y entrar en terrenos del hotel por donde se puede circular por un camino paralelo al cauce prácticamente hasta la barrera de acceso al asfalto, la del paso lateral, todo un acierto. Continuamos unos metros hasta el desvío de Alcadena hacia donde nos dirigimos, lo había hecho al revés y no me acordaba bien del trazado, pues bien, pica para arriba casi todo el tiempo hasta llegar a las casas y aunque está asfaltado bien que se hace notar.

Hasta aquí no hubo pérdida pero más allá empezaron las dudas, en la parte más cercana a las casas, bordeando campos de cultivo, no hay problema pero a continuación te vas adentrando más y más en el bosque y van apareciendo algunos cruces y yo que iba el primero seguido de Sebas iba tirando siempre hacia la derecha hasta llegar a una explanada cerrada con una rejilla por donde estaba seguro de que no había pasado nunca, era evidente que no era por ahí y entonces fui a echar un vistazo a la continuación que enseguida volvía a tirar para arriba por lo que regresé con el grupo que se iba formando al ir llegando más y más compañeros y decidimos esperar a la llegada del sherpa por si le veía alguna alternativa. Llegamos a estar todos abajo y no quedó otra que volver a subir hasta la pista de arriba que era la que habíamos dejado atrás en uno de los cruces y salimos del bosque por un antiguo portillo de piedra ya en franca bajada hacia campo abierto y con la pista de Almadrà a la vista, era el prefin, solo quedaba pedalear lo más rápido que se pudiera para pillar sitio en la terraza del bar del polideportivo donde a algunos se les hizo la boca agua después de las disertaciones del camarero sobre las bondades gastronómicas del cocinero, la verdad es que hacia ganas de quedarse a saborearlas, pero hoy no, mañana.