La única

Empezamos diciembre como tiene que ser, participando en una salida de grupo convenida de antemano y no de aquellas que te las encuentras de casualidad, ésta está preparada y solo faltan los participantes que la hagan realidad, por eso nos concentramos en el aparcamiento de Esporles los que tenían intención de compartir esa mañana de sábado en compañía. Vamos llegando escalonadamente a sitio, Sito y yo de los primeros por aquello de preparar la intro de los videos; Papito, Alejandro, Arnaud y Xisco, de la zona este, aunque éste se tuvo que volver, se le olvidó el calzado; más Dani, el preparador de eventos y Miguel Ángel, Albert, Cristóbal y Fran y creo que no me dejo a nadie, buen número para intentar ir lo más agrupados posible.

La ruta propuesta nos quiere llevar a la playa de s’Hort de sa Cova con alguna variante sobre la que realizaron ellos no hace mucho, por eso en lugar de tirar dirección Banyalbufar lo hacemos dirección Valldemossa y para ello qué mejor que el camí vell des Pescadors dado que el oficial está capado, pero vamos a tener una primera sorpresa inicial, en lugar de callejear por el pueblo buscando el punto de salida directamente nos vamos en dirección contraria hacia el acceso de Son Galcerán para buscar unos enlaces entre propiedades por el interior del bosque para aparecer cerca de sa Claraboia y de ahí volver al pueblo, aparte de saborear esos rincones escondidos me pegué la primera sudada porque sube que te las pelas y partiendo de cero me resulta un calentamiento demasiado rápido.

Fue ya en la subida hacia la carretera cuando nos empezamos a cruzar con algunos corredores, todos con dorsal, participantes de una carrera pero en esos momentos no supimos cuál. Llegamos al asfalto y recorremos unos metros hasta la entrada del camino que sube hasta la urbanización Nova Valldemossa, un itinerario que te exige un esfuerzo suplementario y que me dejó particularmente muy satisfecho. Según Dani la siguiente etapa sería cruzar el pla de ses Piotes pero no fuimos a la carretera como era mi intención, recortamos y entramos directamente desde una de las travesías y fue entrar en el camino y cruzarnos con una retahíla incesante de corredore/as de todas las edades y colores, era un no parar y gracias si podías hacer 20 metros seguidos. Una vez abajo hubo indecisión si cruzar o no por el campo o rodearlo pero como era por donde venían los corredores decidimos cruzar y nos dimos cuenta de los grandes cambios que se avecinan en ese lugar, se ven máquinas y movimientos de tierras, de hecho, al salir al asfalto después de visitar el mirador nos encontramos con un obrero a lomos de una excavadora que nos informó de la obra que se acomete, van a construir dos casas, no una, dos, en la parcela y va a quedar todo cerrado, hasta los miradores quedarán dentro del perímetro, veremos si se puede salir por algún otro lado, en caso contrario, peligra ese itinerario.

Hablando de miradores, ahora toca subir al puig de sa Moneda, no tiene pérdida porque está muy a la vista rematado por la torre, minarete, mirador o lo que se le ocurriría construir allí al archiduque, supongo que la obra del camino es más reciente y nos permite llegar arriba montados sin ninguna dificultad, hora de dron, hora de merendar y remolonear hasta que dan el sús para partir hacia el siguiente punto, el mirador des pi, una miranda sobre un peñasco que domina toda la Marina de Valldemossa y para ello hay que llegar al final de la urbanización George Sand, salir por un camino de tierra, saltar una pared, y enlazar con los ramales de Son Oleza donde inexplicablemente faltaba gente, y el reloj que se empeña en no parar y seguir contando, vamos, venimos y reagrupamos para continuar hasta el desvío con botador incluido, el trayecto hasta el mirador no es muy largo pero la parada sí lo fue, más dron, más pitanza, más polémica, de la cual tuve las de perder, todo sea dicho.

Convengamos que la visita a este lugar era un añadido extra a la ruta porque debíamos desandar lo recorrido desde George Sand para iniciar el descenso hacia s’Hort de sa Cova, no había mirado el reloj pero sabía que aquello se iba a salir de mis márgenes y había pensado en tomar una decisión firme de continuar la ruta o acortarla en cuanto llegáramos al cruce de abajo pero no hizo falta ni eso porque una llamada al compañero antes incluso de iniciar el descenso le hizo recortar en seco desde ese mismo punto y tiramos directamente por carretera hasta el cruce del camí des pescadors, volviendo por el mismo itinerario de la ida con la única salvedad de bajar por las escaleras en lugar de acabar en el aparcamiento y viendo la hora de vuelta comprendí que mi plan de fuga en solitario hubiera sido muy optimista.


A por otra

Tenía que ser un sábado especial porque me había marcado una meta diferente, reconocer una ruta nueva y la intención era recorrerla sin prisas pero también sin pausas innecesarias ya que quería tener controlado el horario y más teniendo en cuenta que desde el punto de inicio que suelo colocar en las rutas de ciudad debo sumar al menos 45 minutos hasta el final real entre ida y vuelta.

Lo cierto es que fui cambiando el inicio a medida que se iba fraguando el recorrido entre semana, pasé de subir por carretera hasta el coll des Vent a subir por el monumento y de ahí pasé a la mamut y me gustó esta última porque así iba a poder rememorar la subida por el atajo, lo que actualmente es un atajo en desuso pero que para intuir su valor real real deberíamos hacer un esfuerzo mental y borrar del mapa la pestosa pista, la autopista y el golf, solo así comprenderíamos que ése es el camino original de subida desde las casas de Bendinat hasta casi lo alto del pico del mismo nombre y que la nueva pista es en realidad el atajo y justo por eso es el elegido para remontar hacia arriba pero una vez enlazada la pista debo seguirla sin otra opción hasta el coll des Pastor, lugar de parada casi obligatoria para los bikeros aunque no todos lo hacen, sobre todo si vienen bajando.

Yo debía subir aún un poco más y llegar hasta el inicio justo de la bajada, unos metros antes de encontrarme con el cemento, y encarar de nuevo ese sendero que han acondicionado los moteros, y que una vez estrenado van ensanchando más y más a cada pasada, de hecho tuve que esperar a que llegaran los que por allí subían para poder pasar yo y una vez en el cemento vi a un bikero que subía aunque de hecho no lo reconocí hasta que lo tuve delante, de ahí la extensa paradita, había muchas cosas que contar.

Prosigo desde allí por la continuación para enlazar con el camino del mirador y volver atrás para retornar a la pista que venía recorriendo y de ahí hasta la carretera tomando, eso sí, el atajo. Pleno de ciclistas de charla en medio de la carretera pero ninguno de ruedas gordas, tendré que proseguir solo, y mi ruta continúa por la pista de la carena con una buena subida inicial bastante rota, exigente por tanto, que logro superar y llegar entero a los pies del siguiente rampón que en esta ocasión no afrontaré, mi desvío está solo unos metros antes, y se trata de un sendero que enlaza con una pista que circula más o menos nivelada algunos metros más abajo, de hecho el principal escollo es el mismo enlace que con unos años sin visitar encontré muy cambiado, y que no hice montado aunque desde abajo lo vi un poco más claro pero no es excusa, me suele pasar.

La pista se puede circular bastante bien y enlaza con otra de más enjundia a media altura, aquí hay varias opciones y yo tomé la que baja y lo hace con bastante pendiente y suele pasar que te saltas el desvío por lo que tuve que retroceder unos metros para tomarlo y ver casi al instante acercarse en sentido contrario a un cazador que me advirtió de que no podría pasar, no por él ni por nadie en concreto sino porque el camino estaba prácticamente taponado y ahí me empecé a extrañar porque no era ése mi último recuerdo pero como voy a ciegas no le quise contradecir y de hecho continué hasta darme de bruces con la evidencia, no me había mentido, y tuve que volver atrás hasta la carretera que no es que falte mucho para el cruce pero quería habérmelo evitado, y de hecho las trazas que tengo continúan por ese camino, habrá que volver a despejar correctamente esa incógnita, en todo caso si no se pudiera pasar supongo que podría haber tomado la otra opción en el cruce anterior, de hecho ambas convergen.

De todas maneras ya estoy abajo y tomo el sendero que va paralelo al asfalto hasta el primer campo arado, que es solo entrar y volver a salir por las rejillas que están ya por los suelos, no entiendo esos hechos si hay un enlace a pie unos metros antes entre los dos itinerarios sin tener que entrar en el campo.

Ahora circulo por el exterior de la pared con la precaución de no tomar los ramales que suben ya que éstos no conectan con ningún otro camino, acaban a los pies de las torres eléctricas aunque en un exceso de celo acabé por salir a la carretera antes de la cuenta. El siguiente tramo circula por la vertiente contraria y es el más espectacular ya que aprovecha en buena parte una especie de torrentera muy escondida que se agradece de verdad. Y al volver a la carretera ya daba por buena la salida y aunque mi intención se inclinara más por subir por la interminable y buscar la última bajada hacia el valle del silencio después de consultar el reloj decidí abortar y ya valoraría después si debía o no recortar en el inicio para poder llegar con tiempo a la bajada comentada que me resistía a eliminar del trazado final, pero algo sucedió poco después, lo tenía enfrente y no lo reconocía, de hecho no me sonaba de nada, estaba completamente seguro de que nunca había pasado por allí y claro, no me pude resistir a explorarlo, el único pero que le podría poner es que no se puede subir montado, al menos para los ciclistas que aún vamos en bici pero en sentido contrario la cosa cambiaba y mucho y no lo dudé ni por un momento en casi la media hora que estuve empujando, por el horario y el suelo muy húmedo estaba claro que no bajaría por allí, debía llegar a algún punto de encuentro que en un exceso de optimismo pretendía que fuera ya arriba pero no, ni mucho menos, salí a mitad de camino y bajé por pista hasta la carretera otra vez henchido de gusto y eso que esa bajada me puede plantear algunas dudas en ciertos puntos aunque si no cae a la primera será a la segunda o la tercera, ya veremos y después de estas alegrías no me supuso ningún disgusto añadido el volver directo por asfalto que, aunque sábado, tiene su densidad de circulación y algún sustillo siempre te pueden dar.


La décima

Lo de la traza desplazada tiene que tener algún motivo técnico evidente aunque no sé exactamente cuál y por tanto tampoco encuentro una solución satisfactoria. Si la cosa hubiera ido mal desde el principio no me extrañaría ahora tanto pero no ha sucedido así, la primera ruta que grabé con la nueva aplicación estaba bien pero el fallo se reprodujo a partir de la segunda por lo que deducí que tenía que tratarse de algún tema de configuración de la propia app, la trasteé un poco y en las siguientes pareció recomponerse aunque ese fallo volvió a aparecer en la ruta de Bunyola sin saber ni adivinar el motivo. Otros fallos en las trazas como rectos o paradas a destiempo parecen ocasionados por temas de batería o configuración aunque pueden ser algo más complejos si tenemos en cuenta que hay un elemento externo que también la controla de ahí que la traza de este día sea de risa.

Había salido de casa dispuesto a averiguar cuán de cierto era el poder rodar sin cortes por la falda oeste de la Fita del Ram en dirección norte, es decir, desde Sobremunt hasta el área recreativa de Esporles, de hecho lo es, lo único que quería era poderlo demostrar con la traza correspondiente añadiendo el tramo que me falta, y a eso me dispuse al empezar a rodar rumbo a Bunyolí, lo que no sabía era que otros habían tenido la misma idea (inicial) aunque con fines distintos, de eso me percaté cuando vi la barrera de Biciarreglopalma abierta, dentro estaba Emilio y el Charruquito preparando su bici el primero ¿y para qué? me pregunté yo, pues para celebrar con una salida y una comida de hermandad el décimo aniversario del grupo de los MIR, Mallorca IronRiders, collons, como pasa el tiempo!, pues nada, que no me lo pierdo y a medida que nos vamos acercando al punto de inicio, el de siempre, me van informando de los pormenores y si al principio solo tenía claro que los acompañaría hasta Sobremunt rápidamente cambié de opinión y preferí (como no podía ser de otra manera) acompañarles.

Menuda cantidad de tropa había allí congregada con Toni Cazico al mando ya que al parecer había diseñado él la ruta, una clásica sin complicaciones aunque con un grupo tan grande, y variopinto, cualquier cosa podría suceder, y que de hecho sucedieron.

No hubo problemas en el paso por Bunyolí por el tema de la barrera donde al parecer el candado ni estaba puesto, ya veremos cómo acaba el tema, y tampoco la subida en sí hizo que saltara ninguna alarma por el momento. Foto de grupo en la cadena de arriba y lo que queda es asfalto hasta lo alto mientras me voy encontrando a gente por el camino que no sabe llegar a sitio y hay que reconducir, y si no conoces esta parte menos lo que hay más arriba, habrá que estar atento a posibles pérdidas.

La subida final la hago en solitario tras arrancar un poco antes que el grueso del grupo que venía por detrás se reagrupara en Sobremunt, que fueran 4 o 14 los que faltaran lo desconocía, pero arriba, entre la niebla, nos congregamos unos cuantos y varios de ellos desconocedores del terreno por lo que nos vamos todos juntos hacia la ermita y en el desvío de la cumbre reagrupamos con otro grupo que venía por detrás dejando pasar delante a unos cuantos que sabía me quitarían las pegatinas y saliendo casi de los últimos y además bastante espaciados. Me encontré a uno en el suelo con tirones poco antes de llegar intentando estirar la musculatura y poder aguantar hasta el final, de hecho hubo unos cuantos que se marcharon por la pista debido a esas circunstancias, el resto decidió no bajar por el cristo y sí hacerlo por la bajada de los toboganes aún sabiendo que no pasaríamos por allí.

Alguien comentó en la explanada que varios se habían perdido, cierto que hay algunos cruces pero el itinerario es casi evidente, o al menos es lo que nos parece a los que lo conocemos aunque puede que no fuera ése el caso de los afectados, y acuerdan por teléfono reunirnos en el área recreativa, de todas formas no logro enterarme ni por dónde han bajado ni quienes son, todo se sabrá a su debido tiempo.

Bajada divertida y sin consecuencias, que las podría haber habido ya que el terreno estaba bastante resbaladizo pero hubo solvencia y creo también precaución en este tema. Reunión en el desvío de la fuente y vamos partiendo para allá una vez que la congregación es total, parece que esta vez estamos todos los que quedan y al llegar al área recreativa ya nos están esperando los perdidos, Juanmi intenta explicármelo y me hago una idea que después confirmaré equivocada, el fallo ha pasado de posible a garrafal, en pocas palabras, pero bien está lo que bien acaba.

Volvemos por Son Malferit sin problemas y esperando en Sarrià a los más rezagados decido arrancar viniendo también un compañero conmigo que tampoco tenía previsto quedarse a la comida que iba a tener lugar en algún restaurante del Secar, a mí me tocó una pegatina conmemorativa de este grupo en el que sentirse cómodo y poder disfrutar de la compañía y las salidas en común más que una norma es una virtud.


Buscando alternativas

Tenía en esta salida varios objetivos por cumplir aunque a decir verdad, y vistos individualmente, de una importancia relativa, no iban a modificar sustancialmente las rutas pero sí pulir algunos detalles menores. Lo que no fue menor fue el calor, y llegando al inicio de la subida al monumento de na Burguesa, dentro mismo de la barriada de Gènova, ya iba acalorado, tanto que me despojé de la camiseta de manga larga justo llegué al desvío y de esta guisa pude continuar todo el día.

Nadie arriba ni nadie vino excepto algunos corredores que volvían a los vehículos aparcados, y lo están allí porque al parecer nadie se ha querido comprometer a instalar la barrera que dé paso al lugar, o barre el paso mejor dicho, la instalación está hecha pero se ve que no tuvieron en cuenta todos los peros y aún está sin poner, si algún día aparece será noticia.

Nada de importancia ocurrió en el devenir de la ruta entre el aparcamiento y la explanada del coll des Pastors y sin perder mucho tiempo sigo adelante hacia la cuesta de hormigón donde quiero explorar una senda que vi en el último pase por la zona. ¿llegará hasta donde creo que acabará? Es hora de comprobarlo y la enfilo enseguida, tiene toda la pinta de haber sido abierta por los moteros, eso me hace dudar un poco de mi teoría pero ya no queda casi nada para corroborarla ya que tras la primera bajada en la que parece que se dirige al fondo de la cañada gira bruscamente para buscar ya la salida y aparezco en un claro con una torre de alta de por medio en el centro de un cortafuegos, pues no va a ser como me parecía ya que debo subir empujando por la pendiente para empalmar con la cuesta de cemento y no va a ser hoy que haga el tramo siguiente hasta el camino del mirador, subiré por la cuesta para volver a presentarme en la explanada y continuar por la pista hasta encontrar una de las bajadas a Costa d’en Blanes y me decido por la primera pista que encuentro, la que baja por el depósito, y es que en ese momento no me di cuenta de que me estaba equivocando porque tenía que bajar por la siguiente, por la principal.

Había alguien delante de mí circulando, lo veía a lo lejos hasta que se perdió de vista, desde luego no hubo visos de pretender alcanzarlo y aunque la primera parte está más o menos bien cuando ya se empieza a empinar es cuando el piso empeora bastante y me pareció tarea imposible el poder circular en sentido contrario pero en eso también me equivocaría. Lo del fallo que comentaba antes se me hizo evidente cuando llegué a la altura de los primeros chalés pero hubo un atisbo de redención cuando encontré varios hitos a un lado y a otro de la vía por lo que no tuve más remedio que investigar su significado y no le encontré ninguno si pretendes atravesar ese paraje empujando una bici, es tarea imposible y como tampoco hay un itinerario evidente que seguir de ahí que no le encontrara sentido a los hitos.

Cuando subí empujando la bici por la pista con el fin de lograr una mayor visibilidad del entorno pasaron 2 montados en eléctricas a los que no parecía importar mucho ni el estado del firme ni la grosera pendiente que estaban recorriendo visto el tiempo que tardaron en aparecer varias curvas más arriba, la otra equivocación que mencioné, no comment.

Al continuar la bajada me dí cuenta de que flaneaba de atrás, eso es pinchazo seguro, y no tuve más remedio que parar pero lo vi tan lento que preferí hinchar un poco para averiguarlo y con un poco de suerte no tener que repetir la operación muchas veces antes de llegar a destino, así y todo tuve una primera intención de resarcir el fallo anterior subiendo por los viales de la urbanización para llegar al punto adecuado pero el tema del pinchazo me tiró para atrás y volví sobre mis pasos y aunque lo más prudente y rápido sería atravesar la autopista por el puente quise ir a buscar el torrente, quería esa traza, aunque tampoco me sirvió de mucho ya que quedó mal grabada, desplazada sobre el mapa y de poco me sirve aunque en ese momento no lo supiera aún.

Y con un paseíto por la costa desde Portals Nous hasta Palma damos por finalizado el cuento de hoy cumpliendo eso sí la premisa no escrita de rodar por algún sitio nuevo en cada salida aunque sea, como en este caso, casi testimonial, aunque no inútil.

Y sí, tuve que parar varias veces a inflar la rueda pero como aguantaba varios kilómetros seguidos sin demasiada pérdida de aire no me hizo falta tener que cambiar la cámara, e hice bien porque al revisarla unos días más tarde atisbé que la causa pudo ser el desplazamiento lateral del fondo de llanta que con alguna frenada fuerte pudo haber pellizcado la goma pero al no haber apremio pude abordar esa avería con tranquilidad y parece que no habrá más problemas por ese motivo, al menos por ahora.


Rondando por la Comuna

Me voy a atrever a llegar hasta Bunyola, la comuna me reclama y ni corto ni perezoso me acerco hasta allí cruzando por Son Macià, el camí de Muntanya, que ni parece camino ni sube ninguna muntanya en ese tramo aunque no discutiremos ese asunto por el momento, siguiendo por Son Pizá para pillar asfalto un poco más allá. La cosa va de piñones hoy y llego al pueblo sin cambiar ninguno, la misma marcha de principio a fin, el tema es intentar no perder ritmo sin desfallecer en el intento, claro. Por ahora ha ido bastante bien y me hago la misma propuesta ahora que viene la subida y debo doblar la apuesta, si he llegado con el 15 ahora debo meter el 32 como mínimo, tampoco es que aspire a rallyman, que por cierto me encontré bastantes que iban y venían bastante más ligeros que yo, eso por supuesto, y yo esperando encontrarme a alguno de mi cuerda para echar un pulso pero nada (los eléctricos no cuentan), ni siquiera después de descansar un rato en las mesas pude darme esa satisfacción así que me fui a buscar lo que sería mi contribución del sábado, bosque encantado + caballo muerto.

Tenía especialmente ganas de hacer los dos recorridos ya que los tengo bastante olvidados y el primero con la espinita de no haber mejorado los tiempos de la bici anterior y la verdad es que en esta ocasión tampoco puedo sacar conclusiones claras ya que los tramos no coinciden sobre la pantalla y además la traza es errónea ya que no calza correctamente sobre el itinerario recorrido por lo que el desnivel tampoco es correcto aunque las sensaciones fueron muy buenas pese a depender un poco del desgaste de las pastillas de freno.

Me quedaba la siguiente bajada, la conocida como caballo muerto, y todo porque se murió allí un espécimen y allí se quedó hasta que desapareció, yo llegué a ver algún resto. Bajada sin grandes florituras que una vez fuera de la zona comunal se convierte en una pista con mucha pendiente yendo a parar junto a un grupo de casas con un acceso cementado, can Morro, can Picarola y un poco más alejadas, cas Bergantet que es hacia donde nos dirigimos, cruzando de un lado al otro la propiedad que dispone asimismo de una carreterita asfaltada por la otra vertiente y por la que realicé el descenso aunque después me arrepentí en cuanto comprobé cuán fácil es saltar la pared de abajo, no debí desaprovechar la oportunidad de revisar ese destartalado camino pero ya estaba hecho y lo que no hice fue volver a subir para comprobarlo.

Y poco más podría aportar a la hemeroteca ya que no me quise complicar mucho y tiré por la vía más directa llegando por el camí de Son Pizá hasta el final y debo anotar que lo han limpiado, bien pero después solo tienes asfalto hasta la Indiotería y debía estar hartito porque me metí por el parque y atravesé el torrente por el paso peatonal con lo que tiene de entrada escalonada y aunque fuera al segundo intento cuenta como bueno, y ya que estaba ojo avizor reparé en un paseo al lado de la autopista en la zona de Son Cladera lo que hizo que me diera la vuelta e hiciera un recorrido por allí, excelente para pasear pero muy ruidoso y comparado de donde venía, muy estresante me parece. Ese tramo engancha con un carril bici que cruza la barriada y se adentra en el polígono y allí desaparece hasta reencontrarlo en la otra punta con lo que se puede llegar bien hasta la calle Aragón y continuar desde allí hasta la vía de Cintura, donde ya no me quise aventurar entre los vehículos y lo seguí recorriendo tal como me venía, me deja cerca de casa.


Desde arriba

Teniendo temas pendientes prefiero no involucrar a nadie aunque de todas maneras pasé por el meeting point por si algún desubicado estuviera dispuesto a unirse, no hay nadie por lo que ni son necesarias las explicaciones pertinentes ni tampoco restar a la espera, marcho por el polígono y me voy por detrás a la búsqueda del camí de Jesús, está claro que hoy no van a caer los tiempos, no hay liebres.

Lo primero que hago para ir calentando neumáticos es el atajo y después dejo la barrera atrás, últimamente me da por no pasar, ¿será ya definitivo? y sigo por carretera hasta dejar atrás el desvío de Calvià, y ahora conviene estar atentos, hoy no voy a ir directo por asfalto, hoy sí voy a meterme por los caminos y el primero que encuentro es el de la derecha que ya había visto en otras ocasiones que lo habían limpiado, empieza con una barrera fácil de pasar y en un principio tenemos muy claro el itinerario aunque no tarda en ensuciarse la cosa y lo primero que ves es que hay una rejilla nueva y no hay por donde atravesarla en condiciones, yo lo hice de todas maneras y me costó las primeras heridas, y todo por no volver atrás, de todas maneras ya digo que este recorrido se puede obviar sin remordimientos y estoy casi seguro que también se puede quitar esa primera parte de asfalto por la otra vertiente, lo cual sería mucho más interesante, habrá que volver otro día con más calma y averiguarlo.

Cuando estoy a punto de llegar al asfalto veo que pasa un numeroso grupo de bikeros aunque me pareció más una excursión de chavales que otra cosa pero no pude comprobarlo ya que dejé de verlos pronto. Me apareció una pista justo pasar por delante de las casas de Son Camps y quise comprobar su valía pero en cuanto empecé a circular en sentido contrario a la marcha que llevaba ya me di cuenta de que no iba a llegar a arribar a buen puerto, sí, a la torre de alta y después de tener que sortear dos pinos cruzados que hacen las delicias de los que vamos en pantalón corto, y además por partida doble, la di por inútil.

Vuelta abajo y continúo rodando por carretera hasta unos metros antes de llegar a la interminable donde me meto por la derecha, quiero rememorar ese camino que vuelve a subir metido por el bosque y que cada vez que lo piso siempre pienso lo mismo, que no casa en ese contexto pero que se disfruta haciéndolo, sobre todo al revés.

Vuelta arriba al asfalto y podría haber entrado por la pista más cercana sin embargo fui a la siguiente entrada donde llegas a una zona muy despejada donde se trabajó a destajo hace unos años para dejarla como está y aún así me metí por un ramal sin salida y en lugar de atajar, que podía, preferí volver atrás para conseguir la traza correcta que siempre es uno de los propósitos de casi cualquier salida que se precie aunque ya sobre el coll des Tords abandoné la pista evidente, la cual tiene unas buenas rampas de subida, e indagué un ramal que salió rana confirmándome lo que vagamente recordaba, hay que ir a cruzar por la pared un poco más abajo, y ya desde allí hasta el cruce donde estaban varios integrantes de la organización de no sé qué evento ciclista informando del cierre hacia Calvià, nos llegamos a convocar unos cuantos por allí pero sin arrejuntamiento, cada uno por su lado, menos a un carretero que le pareció más interesante salir a rueda de una fémina en dirección a Palma, agradecería el cortaviento supongo.

Me queda una subidita por carretera en la que procuro poner mi ritmo, en realidad no sé cuál es, eso va de llegar entero arriba, lo que intento no es tanto de mantener una cadencia ya que no puedo medirla sino de mantener el mismo piñón sin desfallecer, con un 28 ya se empieza a poner interesante el asunto. Me permito una paradita arriba, raro es quién no pare ahí, había de todos los segmentos, carreteros, cicloturistas (los mismos del otro día) y un nutrido grupo de bikeros que se fueron un poco antes que yo. Me marché rumbo al coll des Pastors por el cemento y allí volví a encontrarme con ese grupo que subían por el atajo que fui a reconocer unas semanas atrás pero bajando así que le pregunté a uno qué tal era subiendo y me dijo que bien, lo que no entendí es porqué venían andando entonces. Cuando llegaba al coll des Pastors también había gente allí pero en contra de lo que pensaba no eran de ese grupo, eran algunos MIR que habían venido por otro lado y aún con tanta gente congregada ninguno ni parte querían ir por donde yo, por el puig de Bendinat, miento por ahí no tenía pensado aún pasar, mi objetivo estaba un poco más abajo, eso se me ocurrió después de ir a investigar un ramal de camino ancho que está muy cerca del sendero de subida, ¿acaso no se podría subir a la cima por allí?, vayamos a comprobarlo. Es la típica pista que no va a ningún lado, acaba en una explanada con un comedero como otros tantos que te puedes encontrar por esos lares, aunque nunca a la vista, y que no tiene continuación aunque por la cercanía y andando podrías empalmar en unos minutos, pero que con una bici se hace un poco pesado y teniendo el sendero bueno de subida no vale la pena ni intentarlo.

Ahí es donde se me activó el gusanillo de volver a subir y repetir la bajada desde lo más alto, suponía que esa variante no me iba a retrasar más de la cuenta aunque eso supondría un remonte por pista aunque no excesivamente largo por lo que inicié el ascenso en el cual aún no tengo la satisfacción de no poner pie pero todo se andará (bueno, en realidad cuanto menos se ande mejor, solo era un decir). Había gente arriba, unos jubilados andarines amb poques feines y mucho palique, así que tras dejar que partiera delante uno que llegó con una eléctrica me fui yo también. Ahí sí tuve satisfacción y ya bien predispuesto a lo que haga falta en el siguiente tramo, un viejo camino que hice allá por el 2014, no mucho después del incendio, y que no había vuelto aunque a decir verdad tenía peor recuerdo de algún otro similar que también he explorado y que en cambio sí repetí. Lo cierto es que ahora, tras abrirse un nuevo paso por los moteros obviando el inicio de carro, parece que se ha puesto de moda, solo basta ver los pases de bajada que se realizan, tanto que me dispuse a averiguar el motivo de tanto ajetreo. Y la verdad es que me gustó, la parte de arriba es el típico sendero sobre piedras donde lo más problemático es saber esquivar algunas que te podrían reventar las ruedas con los cantos y la zona del torrente con bastante maña se puede pasar, habrá quien la pateará entera y habrá otros que todo lo contrario, es que ya de todo abunda. Y ya que estamos metidos en tema me voy por el atajo final que conocí hace poco un poco más lanzado de lo recomendable y ya en la rampa antes de la curva gorda salí por encima del manillar ya que la bici decidió por sí sola la trazada que quería realizar y ahí divergimos, tú por aquí y yo por allá aunque sin caída, llegué abajo pero sin montura, harán falta pues más intentos.

Y aquí, si nos ceñimos a la traza, se acabó la ruta nada más cruzar el túnel aunque evidentemente tuve que volver, en esa parada se volvía a detener y no arrancó no más, vuelta a la configuración. Yo seguí por el bosque para buscar bien la entrada a la finca vecina y poder salir por el polideportivo pero no encontré hueco por la rejilla, de hecho el que había en un derrumbe del muro lo han tapado a conciencia, tendré que salir por San Agustín aunque me encontré una calle de escaleras que me proporcionó la satisfacción final ya que volver carreteando entre vehículos aún no forma parte de mis particulares alegrías aunque justo al llegar abajo me volví a encontrar al grupo de los MIR que venían de Costa d’en Blanes por donde habían bajado y también regresaban de ahí que la vuelta se hiciera muy amena en compañía pero eso sí, ni un despiste en el carril bici, te puede salir caro.


Ruta quitamono

El domingo me uní al grupo para una salida por los alrededores, suponía que no duraría más de 3 horas aproximadamente, me iba perfecto y como empiezan temprano no hay excusa para no acoplarme. Y digo alrededores porque es lo que me imaginaba no porque supiera donde me iban a meter y me entero antes de empezar a rodar en cuanto alguno expone los planes, que por lo visto tampoco son muy explícitos pero parece claro que nos dirigiremos a la Vileta y desde allí hacia el coche quemado, después ya veremos, vamos pues.

Al poco de rodar Cristóbal nos enfila por los recovecos de la barriada y se lo agradezco ya que en mi santa ignorancia solo soy capaz de atravesarla por la calle principal y salimos directos a la plaza de arriba, desde ahí sí que sé seguir. No queda nada para empezar a rodar ya en nuestro elemento que suele ser cuando se empiezan a estropear las cosas, Virutas había cambiado la cadena y los piñones dijeron basta, no había manera de mantenerlos engranados en ninguno de ellos en cuanto se ejercía la mínima presión y tras intentarlo en varias ocasiones fallando en todas debe abandonar mientras que los demás nos dirigimos hacia la subida del coll des Garrover, coche quemado en coloquial, donde hasta el de la eléctrica (se me olvidó el nombre, glups) tuvo problemas para solventarla con éxito aunque llegara el primero pero sigue siendo un reto interesante.

Nadie tenía claro por donde tirar y propongo hacer un bucle por Bunyolí nou para volver al mismo sitio y parece ser que la idea tiene éxito, nos vamos pues a buscar la pista que sube desde la carretera por un sendero cuya única y mínima dificultad es que tira hacia arriba la primera mitad ya que ni la bajada de después hasta el cruce puede considerarse técnica. Nos queda un tramo de pista ancha en subida hasta adentrarnos en el bosque debiendo de pasar por el escalón rocoso donde tengo, y por lo visto todos los demás, tenemos una cuenta pendiente que intentamos resolver después de lanzar una propuesta arriesgada y el único que la solventó con éxito fue Sebas haciendo rodar la bici hasta abajo con toda solvencia, lo mío tendrá que esperar un poco más.

Estamos arriba después de empujar otro rato y esta vez el que propone es Carlos, en lugar de ir por la mina vayamos por el rampón y quiero acordarme de si he ido o no y no soy capaz, por tanto tiene todo mi apoyo aunque de todas maneras tampoco hay oposición. El sendero que lleva hasta allí discurre entre rocas y superarlo te deja muy satisfecho pero el descenso por el tobogán debe efectuarse con un plus de confianza, contigo mismo y con tu máquina, elegir una trazada y no salirse en ningún momento, lo contrario es fallo seguro. Algunos pies, patinajes varios y pases andando después llegamos abajo para dirigirnos hacia el puig de ses Gatoves por el camino de carro que aunque parece que en su parte final se desdibuja un poco al menos permite llegar arriba montado aunque era aquí cuando empezaba realmente la parte más divertida, justo por la carena, pero que ahora se ha visto arrasada por el paso de la línea de alta y lo que era un sinuoso sendero sobre las piedras ahora es una pista lisa y sosa, los precios del progreso, dicen.

Esta pista nos lleva hasta la paret de partió y más allá y en cuanto se decide a bajar nosotros continuamos recto en paralelo a la pared dando pedales sin parar hasta que llegamos al punto donde lo que debemos dar es otra cosa, al menos ejemplo, y aunque había estado por la zona hacía algunas fechas, no conseguí quitarme todos los miedos de encima y encadenar las bajadas de una vez por todas, que los demás tampoco lo hicieran no debería proporcionarme excusas para no lograrlo aunque creo que Sebas sí las pasó, algo oí después, tiene pues mi sincera enhorabuena.

¿Qué más queda por contar? Creo que nada importante, cruzar por el parque y equivocarnos en los campos para volver al núcleo de la Vileta en lugar de ir directos al polígono fue anecdótico, las miradas estaban ya fijas en la terraza del bar para cumplir con el rito aunque a decir verdad puede que no nos lo hayamos ganado del todo, de todas maneras no fue esa la razón por la que Tito y yo no nos quedamos, en mi caso era por la hora y supongo que el suyo también.


Otra traza parada en un punto donde se activa la pausa automática aunque ya en el momento de escribir esta crónica parece que tengo el tema solucionado.


Lo del Mal Pas

Debido a mi desconocimiento previo de la zona del Mal Pas lo que el otro día había hecho de subida ahora había que hacerlo de bajada pero por el sitio bueno, es decir, llegando desde el coll des Vent y en estas salidas novedosas conviene no embrollarse demasiado en los acercamientos y llegar lo antes posible al punto de inicio que lo más seguro es que enredamientos no faltarán, lo que se traduce en que el reloj parece que corre mucho más aprisa que de costumbre y la cosa se puede alaaaargaaar y alaaaaarrrrrgaaaaar.

Había llovido algo en el día o días anteriores y eso no es que fuera un gran motivo de preocupación pero podría provocar que tuviera que patear más de lo necesario debido a la humedad si me encontrara con un exceso de rocas en el sendero, se verá, pero primero hay que llegar y para ello circulo por el carril bici hasta la misma rotonda de Madre Alberta y allí varío un poco lo que viene siendo la ruta más habitual, esta vez tiro para abajo y cruzo el bosque para salir por el parque, ya muy cerca de la entrada del golf de Son Muntaner por donde hay que pasar sí o sí si queremos llegar a la zona militar, una rápida bajada y un corto repecho es lo que nos separa desde las casas hasta el asfalto, nos hemos ahorrado casi 2 kilómetros de carretera pero tocará apechugar hasta el coll des Vent desde donde me dirijo por la pista del depósito, (que por cierto, ya no está, no sabemos si por fallos o por inutilidad o quizás por ninguna de las dos), hacia la rampa de cemento para ascender más o menos hasta la mitad, punto en el cual me voy a desviar por un sendero que baja hasta el camino del mirador, quería ver esa bajada aunque no llega ni a eso pero acorta bastante el trayecto si lo que quieres es ir hacia la zona del refugio viniendo del coll des Pastors.

De todas maneras solo era un objetivo secundario esa bajada y volví al cruce por donde había pasado hacía pocos minutos y en la curva me metí por un desvío, en un principio solo iba a mirar y regresar pero ya metidos en el ajo no me pude resistir y seguí adelante. Es bastante parecido al otro ramal pero ahora con un camino más ancho y definido en su inicio aunque con un rodar entorpecido por la vegetación pero después de pasar cerca de un gran safareig es cuando ya más nos adentramos en la quebrada donde camino y torrente se confunden, donde no hay término medio, lo vences tú o te domina él, lo disfrutas o lo odias, gran parte de esos sentimientos dependerán de tu destreza sobre la bici, es puro trial y como no tiene casi inclinación en muchos puntos, hay que dar pedales, apuntar que las ramas y árboles cruzados tampoco aumentan el nivel de satisfacción, forma parte de la Mallorca profunda y salvaje.

Llegamos al punto del desvío de la ruta anterior y continúo para conocer ese tramo en sentido contrario y no difiere mucho del ya recorrido hasta ahora hasta que llegamos al cruce del camino de bajada y a partir de ese punto la anchura de la vaguada va aumentando a medida que vamos avanzando y no tardamos mucho en llegar a la explanada del antiguo polvorín, de na Baiana, le dicen, y aquí quiero hacer un inciso extraoficial. ¿Qué significa Baiana? Es más, ¿existe siquiera esa palabra? Pues no, lo más parecido es baia (baya, en castellano), pero baiana, no. ¿Podría ser entonces que fuera Beiana? De beia, bella, abella, aunque todo me parece pura especulación, lo cierto es que no he podido resolver esta duda pero como tengo que decidir una posibilidad lo dejaré como está, Baiana, hasta resolver la incógnita, si es que llega a acontecer.

No es que estuviera allí entretenido con este asunto, la duda ha surgido después, lo que hice fue dar un rodeo por las instalaciones, saludar a los que como yo las visitaban y largarme a los pocos minutos. A medio camino me encontré una valla que cierra el paso y que pude abrir ya que la cadena que hay puesta es de pega y eso te evita el rodeo (ni pensar en saltarla), para continuar por la pista hasta las primeras edificaciones de Gènova con otra barrera de por medio y esta vez la cadena sí hacía su función como me recordó el señor que estaba asomado a una terraza y con el que mantuve una amigable conversación sobre barreras y propiedades privadas, conceptos que no tenía nada claros según su parecer, pero como se debió compadecer de mi situación optó por mostrarme la solución a mis problemas y así poder largarme de allí lo antes posible y sin afectar a sus propiedades, recorrer el sendero de los ponis por el interior del torrente y salir a la carretera encima del puente aunque yo me desvié un poco más buscando una salida por donde cargan los camiones el agua pero lo tienen cerrado y tuve que volver atrás para salir por donde me había sugerido.

Y aquí es donde se me volvió a parar la traza de la ruta para no volver a arrancar, tengo que acordarme de repasar los ajustes de la aplicación porque no estoy grabando ninguna completa aunque en esta ocasión sirvió para el asunto principal pero he de señalar que hice algo nuevo a continuación y fue encontrar un paso abierto para volver a bajar a la vaguada una vez sobrepasada la autopista y a su vez al llegar abajo veo que han abierto una pista de tierra con más eses que el paso de un borracho que comunica la parte baja del bosque de Bellver con la pista de la parte alta pero por fuera de la pared limítrofe, cierto que va muy bien para enlazar los dos puntos de manera cómoda para cualquier rango de edad pero la factura pagada, como bien indica el cartelón, me parece exagerada para el uso que va a tener, espero equivocarme (1).

Yo subí y bajé por el mismo sitio solo para ver su recorrido y después continué por la pista de abajo hasta la salida del parque por la calle Polvorín solo para ver qué están haciendo allí y no vi mucho porque por ahora solamente han quitado lo que había, el tobogán, la tirolina y el castillo, los niños tendrán que esperar. Volví atrás por un recorrido diferente para llegar antes al torrente pero aún así circulé hacia arriba para empezar desde el principio y luego lo bajé entero hasta la ensenada de Can Barbarà completando así el recorrido total de este torrente desde su nacimiento hasta el final, que no es oro todo lo que reluce, sí, te lo compro, pero tampoco es mierda todo lo que pisas (bueno, en Gènova, sí pisé una poca, pero es puntual).


1. Esos terrenos externos parece que son los que compró el ayuntamiento hace ya una tira de años para ampliación del parque municipal.


2. Y ahora resulta que me entero de que por donde me he aventurado estas últimas fechas se ha celebrado una carrera de montaña al día siguiente pero sin pasar por el polvorín y he de reconocer que no vi ninguna señalización de tal actividad, me refiero a cintas o letreros colgados señalando el recorrido en el torrente, un detalle.


No todo puede salir bien

Aproveché el viernes libre para salir a dar una vuelta en bici y de paso seguir con los deberes por la zona y esta vez quería matar varios pájaros de un solo tiro, Bunyolí Nou, la champi y Gatoves aunque a decir verdad ya había estado en las tres pero en las dos primeras ya ha llovido de eso, Bunyolí Nou lo haría de subida y el segundo y el tercero, de bajada y a pesar de no haber quedado con nadie me pasé por can Valero por si acaso pero no, no había nadie a esas horas por lo que seguí ruta hacia Establiments para ir a parar a la carretera de Puigpunyent por la que continué unos cientos de metros para desviarme por la subida de las antiguas canteras o minas o lo que fuere que hacían allí; podría haber entrado en el cruce saltando la barrera o un poco más adelante al lado de las casas pero preferí no desviarme ni un metro del asfalto.

Empieza la subida sin llegar a agobiar con un primer tramo de asfalto roto y pista de tierra después, el tema era encontrar el desvío adecuado y yo no tomé ninguno y no fue hasta que llegué a la curva que me di cuenta de que seguramente ya me había pasado por lo que volví atrás y ahora sí que lo vi y una vez encarrilado ya no lo abandoné en ningún momento y aunque llegas a salir del bosque y quedas a la vista parece que no hay peligro de que te vean desde las casas, y es que creo que tampoco las llegué a ver por lo que pude proseguir sin problemas ya que tampoco me topé con nadie. En todo el recorrido estaba intentando acordarme del último pase pero estoy casi seguro de que salimos por el acceso principal al menos una vez y hace tanto tiempo que era como si fuera estreno para mí.

Lo bueno es que se puede rodar bien por el momento y lo subí montado hasta llegar a una curva donde lo que me esperaba después era infumable, una cuesta muy empinada y con un profundo surco en el centro aunque con escapatoria por mi derecha, esto está justo antes de llegar al cruce por donde se suele acceder a este camino si hubiéramos continuado recto abajo, tampoco lo que sigue admite ningún fallo y fuerza a proseguir con el pateo hasta casi arriba donde ya suaviza y puedes montar sin temor a descabalgar, de hecho ni siquiera paré en el coll de Son Marill y el paso por el cemento me pareció hasta asequible y con menos problemas que en otras ocasiones para continuar hasta lo más alto donde sí paré para ponerme las protecciones con el fin de encarar el próximo reto, el sendero de la champi, que por si alguien no lo conoce es el que baja hasta casi la carretera de Puigpunyent, y digo casi porque desemboca un poco antes en el camí vell, también lo había bajado pero al igual que el primero con muy vagos recuerdos, había que actualizar ese paso, y de paso comprobar qué tal estamos de técnica y de decisión.

Es una bajada sin complicaciones en casi todo el recorrido pero donde las hay es imprescindible saber enfrentarlas y es más una cuestión de decisión que de técnica y la mía duró hasta donde duró, creo que queda bastante claro. Llegada al asfalto y me dirijo hacia Calvià a buscar la siguiente pista que sube arriba, y que también tiene nombre coloquial a falta de uno oficial, y no sé porqué razón pero la traza que debía dibujar la carretera sobre el mapa hace un recto en ese tramo ya que tras pasar la reja me di cuenta de que no estaba grabando y la reactivé de nuevo, de ahí ese trazo directo, he de comentar que desde hace varias jornadas no estoy utilizando la aplicación que venía empleando antes, debiendo exportar a mano el fichero creado a las aplicaciones de escritorio y que son las que la presentan al público, en cambio la que uso ahora por medio de un artilugio electrónico lo hace automáticamente a una de ellas con la ventaja de poder añadir otros tipos de actividad con otros tipos de datos que no son solo la distancia y el tiempo, y eso hablando solo de la versión gratuita. Ahora bien, hay algunos fallos, y en esta ruta se ven en su final impropio justo antes del inicio del descenso del sendero de ses Gatoves y aunque la ubicación real de ese monte que le da nombre se encuentra bastante alejada de ese punto en concreto nos vemos obligados a utilizar esa nomenclatura por ser la que da nombre a ese segmento, por nada más.

Lo que hemos hecho tras la subida desde la carretera ha sido volver al coll de Son Marill otra vez bajando por las cuestas de cemento y desde allí al coll des Garrover con su fita característica para ascender empujando la bici hasta la pista superior para ir a buscar la última bajada llegando al punto donde se paró de grabar y pese a que evidentemente ya no estoy allí el dispositivo no se volvió a activar aunque allí no me dí cuenta. ¿Y porqué paró precisamente en ese punto? Pues por manta, no por otra cosa, iba decidido a todo pero cuando vi la primera bajada me lo tuve que pensar, derecha o izquierda?, recto o en curva? Difícil elección, y sin nadie que me anime la cosa está complicada y aunque hago varios intentos ninguno de ellos llega a buen puerto, de ahí que por la configuración de la aplicación ésta se parara por baja velocidad y aunque debería haber arrancado de nuevo, no lo hizo, doble decepción en ese tramo.

Vuelta al redil sin más complicaciones y fin del relato.


Pupurri

El viernes me sacaron de mi letargo con un escueto mensaje en el que me proponían una ruta por las cercanías y me pareció lo más adecuado asistir, no ya tanto por la salida en sí sino porque podría compartirla con viejos compañeros de fatigas con los cuales hacía tiempo no coincidía. Los MIR no es que se caractericen por montar salidas tempraneras pero esta vez fue un poco la excepción y tampoco es que me importara tanto, fuera la hora que fuera para lo que iba a hacer era imposible volver tarde.

Me dio tiempo a llegar el primero al punto de salida pero lo que sí aprecié es de que no conocía a casi nadie mientras iban llegando y al final creo que no eran más de 3 o 4 los que me resultaban familiares, el resto me los presentaron pero poco se puede hacer para que me acuerde de sus nombres o monturas, mea culpa. Tiraron directos por carretera de tal manera que solo pude seguirlos porque había hecho ya un calentamiento previo para llegar hasta allí y así y todo iba de los últimos, eso no auguraba nada distinto en la posterior subida por Bunyolí como así fue, y no fui el de cola porque alguno tuvo un problema con una cala y pude pasarlo.

Decidieron el siguiente paso en la cadena optando por llegar hasta Esporles mientras que Sito y yo hacíamos lo propio bajando por el sendero después de haber descartado las alternativas por los DH y después regresamos sobre nuestros pasos hasta el Secar de la Real y solo voy a comentar que fue el tramo más peligroso de la ruta, justo cuando juntas a un capullo (por ser medio fino) al volante y un ciclista en la misma vía de circulación, sobre todo si aquél se empeña en aparecerte por detrás a un palmo de tu manillar y haciéndote indicaciones de que te apartes, no hay palabras.


Dado que el lunes tenía que hacer unos recados en can Valero comencé desde allí la ruta pero debía ser un poco diferente, nada de exploraciones ni divagaciones, tirada directa por asfalto hacia el coll des Tords y desde allí volver a Palma, en un día normal hubiese querido meterme por los caminos paralelos a la carretera, tanto por arriba como por abajo pero en este caso el plan era darse prisa, aunque prisa creo que no es el vocablo adecuado, más bien no perder el tiempo sería más preciso. Para ir solo hice el atajo que te lleva al cruce de Establiments, que es un visto y no visto, cuenta más bien poco pero cuenta, y después ya fue todo asfalto hasta llegar arriba sin ninguna compañía aparte de los carreteros que me sobrepasaban y con los cuales no podía ni pensar en competir y los carreteros con los que me cruzaba, de todas maneras, poquitos, poquitos; mentira, me crucé con 2 bikeros subiendo el coll des Vent y allí ya pude empezar a ensumar algo diferente enlazando el sendero paralelo hasta el coll de sa Creu más los atajos hasta abajo y después para rematar, por Son Muntaner y parte del bosquecillo de Son Rapinya del otro lado de la circunvalación, no parece gran cosa visto individualmente pero que en su conjunto tiene su gracia y hay que saber aprovecharlo.


Lo tenía apuntado en un papel, coma del Mal Pas, junto con otros sin nombre bajo el epígrafe pendientes y como había unos cuantos no me daba para una ruta así que elegí un par e iríamos viendo sobre el terreno, que ya se sabe que en estas ocasiones se pueden dar ambos extremos, el éxito y el fracaso a partes iguales, por eso voy directo hacia el punto de inicio de la ascensión del monumento de Gènova cruzando media ciudad sin dilaciones. Subida hasta el párkin y más allá pero no mucho más ya que debo desviarme hacia el polvorín ¿lo he bajado antes? sí, ¿me acuerdo de algo? no, entonces ya es hora de repetirlo, ¿porqué no se hace con más frecuencia? pues básicamente porque te devuelve al punto de donde vienes, pues entonces se podría aprovechar si ya estás de vuelta para no tener que bajar por asfalto, sí, podría ser, vayamos a averiguarlo.

Lo primero que se ve es que es un camino de carro pero del que solamente puedes usar una única línea, el resto está comido por la vegetación, aún así se deja querer, y la bajada final hasta el fondo de la coma, a base de curvas cerradas, muy conseguida. Otra cosa es lo que te encuentras abajo, única y exclusivamente un torrente, sin espacio físico para ubicar nada más, entonces no queda más remedio que transitar por ahí, mirando hacia abajo quizás haya alguna posibilidad de ciclar pero hacia arriba menos que ninguna, opto entonces por esta última y empiezo a empujar convencido desde el primer momento que va a ser la única opción durante muchos minutos, sobre el mapa no está cerca pero traducir eso a tiempos se me hace harto difícil, no pienso en eso, quiero disfrutar el momento y de paso imaginarme hacerla en sentido contrario aunque antes de eso deberé tomar una decisión, a mitad de camino hay un desvío que se dirige hacia el coll des Pastors y que me convenzo de que es el que quiero tomar, me confunde un poco encontrar un hito, el único, en un punto donde no hay, o no sé ver, una alternativa por lo que sigo camino hasta el punto correcto aún sin poder subirme a la bici aunque he de convenir que en la parte final, unos cientos de metros, sí se puede pero en verdad ya hemos salido del hoyo y estamos subiendo por la ladera hasta encontrar una pista muy cerca ya del coll des Pastors, meta conseguida, y como ya he visto lo que quería ver vuelvo por la pista directamente hasta el monumento y la bajada de asfalto y después para compensar, por el carril bici del puerto contemplando el horizonte.


Sin timbre

Sabadete de agosto y no se me ocurre otra cosa que subir a la sierra de na Burguesa, mi intención es bajar por la línea del puig de Bendinat, me quedaron cosas pendientes por realizar en cuanto a solventar con éxito todo el recorrido e iba con toda la intención del mundo para conseguirlo y para ello me dirigí hacia Gènova por el carril bici del cual solamente me aparté para cruzar por el interior del parque de la Riera y una vez en la población limítrofe subí al monumento por el itinerario largo, en esta ocasión ni vi ni vino nadie en todo el recorrido hasta el coll des Pastors donde sí apareció uno que no parecía muy ducho en esto de los caminos ya que me preguntó por la vía más rápida para volver a Palma, intenté explicarle de la mejor manera posible las dos opciones más cercanas pero no lo debí convencer cumplidamente y me propuso su acompañamiento al cual no me quise negar dado que mi ruta planteada iniciaba allí mismo el retorno, entonces salimos a ello.

Tras unos minutos de pedaleo llegamos al punto del desvío no sin antes enseñarle el inicio de la bajada de la izquierda, la llamada Enduro, el hombre no era de aquí, aficionado al mtb pero conocía más bien poco, muy poco, por donde se podía desenvolver para eso de dar pedales. Intentamos la subida a la cima montados pero en algunos puntos la cosa está complicada pero son los menos y sin tiempo a mucha cháchara, solo lo imprescindible para calzarse las proteciones, emprendimos la bajada confiando en una mejora y de hecho el primer obstáculo lo superé pero en el tobogán de tierra preferí dejarlo a la mitad ya cuando la bici parece tener vida propia y desde allí vi que el compañero no se atrevía con el escalón y continuó el resto andando, después ya solo vienen tramos mucho más asequibles aunque iba haciendo paradas para reagrupamiento hasta llegar a la pista principal y hacer la continuación hasta abajo pero volví a despistarme buscando la entrada de ahí las idas y venidas de la traza hasta encontrarla.

La siguiente bajada no tiene ningún paso complicado por lo que se puede disfrutar sin problemas, el aliciente será la velocidad a la que podamos realizarla y sin mucho temor a encontrarte a alguno subiéndola, de hecho era mi sentido preferido después de haber dado don él y al que he vuelto con más asiduidad después de saber que habían limpiado y despejado de árboles tumbados la parte final. Al compañero parece le gustó bastante más ese tramo que el primero y volvimos por el sendero de s’Ermita en silencio hasta el desvío nuevo de bajada hasta la explanada de los túneles de la autopista, el que te libra de tener que bajar el rampón de tierra calentando discos y aunque el desnivel es el mismo al menos es un poco más asequible haciendo eses que haciendo un recto.

Al tocar asfalto nos separamos, él quería volver ya y le animé a presentarse a alguna salida del grupo y casualidades de la vida ya conoce a algunos de la grupeta de Andratx por medio de un compañero de trabajo así que quizás volvamos a coincidir en alguna que otra salida, por mi parte quería ver otras cosas, aún no había terminado la faena y así como por la parte de arriba la intención era mejorar, en la parte de abajo era comprobar caminos, más que caminos, itinerarios, sobre todo averiguar si podía enlazar con el polideportivo de Gènova, o de San Agustín, ahora mismo no lo tengo seguro, atravesando el túnel y hasta me atreví con la rampa a la que tanto respeto le tenía aunque después no le vi mucha continuidad y la tuve que subir empujando, seguí dando algunas vueltas por el bosque buscando y no encontrando ese enlace pero sí otro más abajo que te deja en una de las calles de la urbanización, yo accedí por una cuesta muy inclinada pero es casi seguro que puedes salir llaneando, de todas maneras dejé esa comprobación para otra ocasión y emprendí el regreso bajando ya por asfalto yendo a dar justo enfrente del club de vela de Calanova, y de allí todo recto hacia el Paseo Marítimo hasta el Molinar y que fue precisamente en ese tramo donde tuve el percance más gordo de la ruta, no mío sino de una ciclista a la que adelanté, iba justo detrás de ella ya que se nos habían cruzado unos cuantos de frente y no la avisé de que iba a pasar y se asustó al verme y fue girar la cabeza y empezar a dar volantazos con el manillar con la triste consecuencia de embestir a uno de los pilones que delimitan el carril yéndose al suelo estrepitosamente, por suerte sin consecuencias graves pero sí con una bronca por su parte, iba demasiado rápido según ella, lo cual no era nada cierto porque solo había dado dos pedaladas para coger algo más de velocidad y sobrepasarla pero sí que es cierto que no la avisé aunque creo que visto lo visto hubiera sido aún peor, de todas maneras eso no me exime de que deba llevar obligatoriamente un timbre para poder hacerlo, en ese sentido sí fue culpa mía aunque eso no quita de que en ese tramo de carril más estrecho (enfrente de la Lonja) y con esos pilones plantados hay que ir un poco más decididos y esperar que en cualquier momento te pueda rebasar un ciclista o un patinete, que ésa es otra, aún es hora de que me avise alguno que me va a adelantar.


Probando novedades

Si uno está interesado en descubrir caminos no puede olvidarse de la Fita del Ram con sus cumbres asociadas, es una zona pródiga en itinerarios y es por eso que hace unos años dedicara unas cuantas jornadas a rodar por la zona, tanto por las cumbres como por sus laderas para ir marcando trazas y averiguar cuánto tiene de aprovechable y fruto de ello se idearon o modificaron unas cuantas rutas del blog con los itinerarios más relevantes mientras que otros quedaron a la espera de nuevas incorporaciones o simplemente utilizarlos para introducir variantes en las salidas a modo de guindas pasteleras.

A pesar de rodar bastantes semanas por allí aún no recorrí todas las variantes posibles y últimamente había visto en algunas salidas de compañeros que utilizaban una de las que no había hecho, o al menos que yo hubiera trazado, pudiera ser que sí la hubiera recorrido anteriormente pero no estaba seguro por lo que decidí ir a comprobarlo y para ello debería subir a las antenas de Sobremunt, sin mucho convencimiento, la verdad. Se puede decir que pasé bien Bunyolí, descansito en la cadena sin nadie con quien platicar y sigo adelante todo por asfalto, todo sea para mantener el ritmo sin sobresaltos. Cruce de Sobremunt desierto y continúo subida y más que falta de fuerzas, que también, es falta de ganas de continuar, me tomo unas sosas galletas que no me aportan ninguna convicción y mientras me debato entre seguir o volver llega uno con una rígida que ni me saluda y prosigue camino, le sigo con la mirada y observo que va a trompicones, tanto que se para y vuelve atrás, se da unas cuantas vueltas por la explanada y lo vuelve a intentar, esta vez con mayor acierto y prosigue mientras que parece que yo tengo las mismas sensaciones, de hecho di unas pedaladas cuesta abajo pero algo se me activó en mi interior y me hizo parar, di la vuelta y fue como un chute, fue meterme en el sendero y desaparecer toda duda y cansancio, disfruté del camino como nunca, hasta pasé la zona chunga después del desvío sin poner pie, no diré que estaba en el top de la euforia pero casi.

Al tipo me lo encontré poco después fisgando por encima de una pared y rodamos un rato juntos hasta que se desvió hacia la cumbre en el primer cruce, me pareció raro porque no se suele tomar esa opción y una vez que lo hice enlacé con la otra subida junto al porxo, el tío iba montado aunque no sé por cuanto tiempo. Yo continué hasta la bassa para tomar allí un desvío de un desvío e intentar hacerlo lo mejor posible en esa bajada aunque hay algunos pasos técnicos que por falta de pericia no conseguí superar sin poner pie pero que me dejó bastante contento. Ésta era la parte que ya sabía y que enlaza en un camino ancho a media altura, que marchemos a derecha o izquierda dependerá de la ruta que queramos continuar, en mi caso, derecha hasta el primer cruce desde donde parte otra pista de bajada que es la que quería comprobar, sospechaba que mientras circulara por dentro del bosque iba a poder disfrutar de un buen camino de tierra y que esperaba que estuviera en buenas condiciones, mi anhelo era que ese paso por el bosque durara lo máximo posible y la verdad es que no tengo queja de esa bajada, larga, rápida y con esos tramos un poco más expuestos debido al paso del tiempo y al poco (o nulo) uso que ha soportado en décadas, de todo ello solo puede traducirse en pura diversión, el único uyuyuyuy que tuve fue en un paso con dos grandes escalones que me los comí con guarnición y ni sé cómo los pasé, porque la bici pasó, que si no…

Desemboqué a través de un portillo a la pista de bajada que va a dar a la carretera y mi duda era a qué altura realmente estaba por eso cuando pasé por el primer cruce me metí por él para intentar enlazar con alguna de las pistas que se dirigen a la font del Rafal pero casi al momento perdió continuidad y se ensució bastante, estaba claro que por ahí no iba a llegar a ningún lado y tuve que recular y seguir bajando llegando a la barrera de salida casi enseguida, estaba mucho más abajo de lo que pensaba y tuve que saltar y rodar un minuto por asfalto hasta la barrera de la curva por donde me metí pudiendo llegar directo a la fuente.

Hacía bastante calor y no utilicé los pilones y la mesa para descansar y comer algo ya que estaban al sol, preferí la sombra para no quedar frito en pocos minutos. Me acordé de que en los mapas existen dos enlaces directos entre la fuente y la bajada de la ermita y que una de ellas no la conocía más que nada porque alguno que la había realizado andando ya me advirtió en qué condiciones se encontraba y siempre la había dejado de lado pero esta vez quise comprobarlo, tal vez la sorpresa fuera de signo positivo aunque primero debía encontrar el inicio y quise verlo en la primera curva una vez encaras el rampón, lo que parecía un hito de piedras podría ser la señal, subí los escalones y continué caminando, cabalgar descartado y no solo eso, empeora aún mucho más, tanto que ni pasas con la bici y ni siquiera sin ella podrías asegurar que vas en la dirección correcta, toca dar media vuelta y salir de allí lo antes posible, el que marcó el sendero en el mapa debió verlo claro en su día pero ahora sin marcas y sin limpiar es tarea casi imposible siquiera pasar, un fracaso.

Tomo el acceso principal cuya única dificultad es la pendiente inicial y cruzo la bajada de la ermita para tomar el sendero que me llevará a la otra fuente que en esta ocasión sí está concurrida de botelleros pero a la velocidad que se llenan las garrafas les auguraba a los que esperaban turno media hora de espera mínima, y no digamos al grupo que se acercaba con otra tanda de botellones, pero está la mesa de la mora para jugar unas partidas mientras esperas, si quieres.

Vuelta por Son Malferit donde aún siguen los carteles colgados de las barreras y que nadie parece tomar en cuenta, también ayudado que casi nunca te encuentras a nadie por allí, pocas veces he visto a alguien, en una ocasión me crucé con un quad o con obreros arreglando las paredes pero esto a lo largo de los años, quizás entre semana esté más concurrido pero tampoco parece que se pongan tan bordes como en Son Dameto, por ejemplo, y allí con menos razón todavía.


Veranito pobre

Este verano, por x circunstancias, está siendo poco prolífico en cuanto a salidas con la bici y claro, el blog se resiente, hay poco que contar aunque no está definitivamente aparcado aún, se sale poco pero se sale aunque la calidad de las rutas deja mucho que desear y sobre todo, poco relato. La última realizada sí podría pasar un examen si ése fuera el propósito pero no quiero dejar de lado las anteriores y aunque no merezcan una entrada de por sí individualmente me reniego a dejarlas relegadas en el pozo de los desechos por tanto aquí mismo haré una reseña-resumen de todas ellas y no se hable más.


24-06-21. Ni siquiera era un sábado, era jueves y aproveché para acercarme a Son Sardina y de paso, alargar la vuelta y completar un recorrido cuanto menos algo extenso. La ida fue directa pero como digo, en el regreso me explayé un poco más, aquí no había montañas que salvar ni nada parecido, solo pedaleo tranquilo buscando la carretera de Valldemossa y por el camí del molí d’en Terra hacia el camí de la Real hasta el cruce y allí me convencí de continuar recto hasta Establiments, cruzando la barriada y emprendiendo el regreso, me debió parecer poca cosa porque giré en seco hacia el torrente para alargar hasta la carretera de Puigpunyent y para abajo hacia la ciudad aunque en el puente de la Riera quise rematar la vuelta yendo hacia el puerto por la Feixina y volver a meterme por la plaza de Cort subiendo por la escalinata del passatge Son Quint y después callejear un poco por la parte vieja hasta las Avenidas. Y de allí a casa, punto final.


03-07-2021. Día típico de salida, también la hora, quizás un poco más temprano de lo habitual pero sin tanto tiempo por delante como quisiera no me planteé mucho más que una salida rápida por Bunyolí. De hecho iba tan bien de tiempo que pasé por el Deca por si pillaba a alguien a quien retar pero aquello estaba muy solitario y continué en ídem.

No iba muy confiado, la verdad, había estado trabajando duro los últimos días y no me sentía especialmente eufórico en el acercamiento a la finca pero también he de reconocer que esas dudas no me suelen afectar después muy negativamente, a ver, no ayudan tampoco pero si nos referimos a tiempos y sensaciones no es que haya tanta diferencia entre un día bueno y uno malo.

Las tres o cuatro últimas veces que he subido me he encontrado a algunos por allí trabajando en el circuito DH, suben con furgo y se centran solamente en el descenso ya que muchas veces suben también empujando la bici por el mismo circuito. Tengo que reconocer que las ganas de bajar por allí me pudieron y no me pude resistir una vez que el tema del cierre de esa parte de camino parece haber remitido y esté bastante encalmado aunque es solamente una apreciación mía, más un deseo que otra cosa. La mención más importante que puedo hacer de esa bajada es que me equivoqué un par de veces arriba, alternando las trazadas y sin pasar por la losa, me dí cuenta pero me dio pereza girar y volver a subir. Me solté un poco más en la segunda parte, donde la pista, que no sé si es porque iba medio dormido y no veía las piedras o porqué otra razón pero me dio la sensación de que iba más rápido de lo habitual.

La única variante que me permití en la vuelta fue ir a buscar el tramo de bosque que sube a la carretera de Puigpunyent que me alegró el día, el resto de ruta desde el polígono la recorrí pisando la traza de la ida.


24-07-2021. Vuelve a ser sábado pero esta vez la hora se me ha ido, casi las diez cuando bajo las escaleras para empezar a rodar, cualquiera se mete ahora un palizón cuesta arriba, habrá que llanear, y qué mejor opción que hacerlo por la línea de costa donde suele circular la brisa y la vista está despejada, adjudicada!.

Empezamos pues dirigiéndonos a la playa de Can Pere Antoni y tomar el carril bici hasta Can Pastilla aunque por la hora es seguro que nos vamos a encontrar toda clase de peña sobre toda clase de vehículos, predomina mucha eléctrica ya, asustan, porque si no estás atento no los oyes venir y te pasan muy rápido, patinetes mundo aparte aunque creo que no me encontré muchos. Como iba de paseo casi cuando llegué al inicio del arenal me convencí de que podría llegar al final y aún más allá, hacia Son Verí, y con esa idea en mente no me cegué en el recorrido y marché tranquilo y no tuve que parar para recuperar el aliento al final del paseo por lo que continué hasta la entrada del tenis y me hice un bucle por ahí dentro aunque sí tuve que parar, iba dando con la llanta en las raíces que sobresalían y no me perdoné no haberme dado cuenta antes y haber rodado 20 kms de esta guisa, seguro que me dejé unos cuantos watios en el rozamiento, habían sido 3 semanas de reposo de la bici y la presión de la rueda trasera se había resentido.

La vuelta sin novedad variando un poco el final aprovechando los carriles bici existentes y que no obstante plantean algunos interrogantes dignos de estudio porque, por ejemplo, ¿qué haces cuando llegas a la rotonda de Can Blau? Si vas solo más o menos te defiendes pero si fueran varios, y no digamos con niños, ¿qué haces? ¿cruzas por los pasos cebra y te metes por la calle Manacor a las bravas? Yo no lo veo nada claro, y creo que el responsable de circulación del ayuntamiento, tampoco.


27-07-2021. Es martes y como tengo libre aprovecho para hacer una rodada por las cercanías, no haremos montaña sino algún que otro camino pero sin obsesionarme en no tocar asfalto, Son Macià parece una buena opción y hacia allá me dirijo. Como tengo carril bici hasta la Indioteria lo aprovecho y enseguida puedes enlazar con la zona de los campos de fútbol y la explanada entre las casas y la autopista para entrar ya directamente en la finca donde lo primero que se nota es que lo han limpiado totalmente de escombros, a ver cuánto dura.

Seguimos por el camino archiconocido de enlace con el camí de Muntanya por el que rodeamos el Pinaret y entramos en la primera calle que encontramos de la urbanización para continuar recto hasta el fondo, allí debería haber girado a la derecha pero lo hice a la izquierda desobedeciendo los carteles que me conminaban a no pasar, pero como no iba a robar algarroba, pasé tranquilamente. Debí llegar hasta el límite de la finca y la rejilla me retuvo por lo que atravesé la muralla vegetal y me metí en el sembrado al que iba rodeando hasta encontrar una salida hasta la carretera junto a una casa en ruinas y por donde circulé unos metros hasta dar con otra entrada similar por donde accedí a la zona boscosa ya muy cerca del centro comercial (inciso: si tenéis escombros que os sobren ya sabéis donde tirarlos) pero como entre medias está el torrente volví a salir a la carretera y ya que estaba sobre el asfalto decidí continuar hasta Marratxinet por lo que circulé durante un rato por ese medio arcén, medio carril que le añadieron a la carretera vieja.

Giré hacia el núcleo de casas y para no alargar más el asunto no me metí por los callejones aunque he de confesar que me quedé con las ganas aunque después si continué hasta sa Cabaneta, o sea, que mucha prisa no debía tener, son esos pequeños fallos fruto de la improvisación. Allí sí que han hecho un carril que llega hasta el Pont d’Inca aunque yo solo lo seguí hasta la entrada del polígono ya que una vez allí me metí por las inmediaciones del torrente por donde se circula mejor y sobre todo, es más divertido.

Vuelta directa por es Pinaret, otro pinaret, y las aceitunas Pérez que me deja enfilado para llegar a casa sin tener que dar una curva, la ruta puede no parecer gran cosa (y no lo es) pero el llevar una bici que no es puramente de carretera te permite estas variantes, y además de manera cómoda, mi espalda me lo agradece con creces.


01-08-2021. Domingo. Dado que me levanté bastante temprano tenía la esperanza de encontrarme con alguien en el punto de partida habitual pero como voy rodando no podía tardar mucho en llegar y de hecho al pasar por el hipermercado vi a dos que se incorporaban a la calle un poco más adelante y bajaban por la cuesta hacia el polígono, no los reconocí de lejos pero esperaba que fueran de los nuestros y efectivamente lo eran pero los demás ya habían partido pero no estaban lejos y al final los pillamos (porque nos esperaron que si no…) en el cruce de Son Anglada. Estaba Sito, estaba Virutas, estaba Carlos y alguno más que ya no recuerdo y algunos más de los nuevos sin que esta expresión coloquial signifique menoscabo, es que al paso de los días la memoria me puede jugar malas pasadas sin tener constancia gráfica de la salida y del grupo, que no me lo tengan en cuenta, por favor. La ruta, su ruta, no la tenían del todo decidida, la primera parte, sí, el coll de s’Heura por Son Malferit y después ya se vería, yo no me preocupé por eso porque mi salida iba a ser precisamente ésa, ir y volver por Son Malferit, el tema de si se puede o no se puede pasar en bici lo vamos a abordar en días venideros cuando sepamos algo más en concreto sobre la prohibición mostrada en los carteles de las barreras, he de decir que por ahora no me he encontrado a nadie que me la recuerde aunque alguien comentó que sí le habían parado por ese motivo sin más consecuencias, me da la sensación de que está todo como muy en el limbo pero no se tome está opinión como cierta o no, no tengo nada asegurado pero seguiré pasando a la espera de acontecimientos.

A la ida me llevé una pequeña sorpresa cuando nos desviamos por el camí de Can Florit ya que me enseñaron un enlace para llegar a la calle del Pou Comú un poco más escondido y más salvaje que el habitual, casi solo por ese detalle ya valió la pena la ruta, llegando después al camí de Sarrià cruzando por los burros, tiene nombre el trayecto, se ve en el mapa, no me voy a extender. Después ruta clásica por Sarrià y Son Malferit, por allí es difícil desviarse de ese itinerario sin meterse en camisas de once varas aunque alguna que otra vez se ha intentado, sobre todo con la esperanza de enlazar con el camí vell de Esporles a Palma aunque sin resultados satisfactorios, hay que moverse por dentro de las fincas sin llegar a vislumbrar un trazado en el que podamos sentirnos cómodos, la única vez que pudimos disfrutar del paso por allí enlazando Bunyolí con Establiments fue en una quedada organizada por un vecino de allí que consiguió paso franco por varias fincas para poder cruzarlas sin problemas, lástima que no tenga esa traza, no recuerdo el trayecto en toda su extensión.

La vuelta la hice pues pisando traza hasta Sarrià, traza y charcos, porque nos había llovido justo al cruzar la primera barrera, me di cuenta de que no llevaba la capa protectora aunque tampoco hizo mucha falta, no cayó con gran intensidad aunque sí con la suficiente para quedar bien empapado, y agradecido a la vez ya que en esta época no pasas frío, al contrario, te quedas bien limpio. Otra cosa es la afectación sobre la ruta, las dudas eran evidentes antes de empezar a subir, los más avezados en las descensos opinaban que una bajada sobre rocas húmedas era lo idóneo mientras que otros preferían una bajada más terrestre, con menos posibilidades de patinetas, al final creo que se decantaron por esta última opción, decisión de la mayoría, supongo.

Desde Sarrià me fui a recorrer ese tramo GR semiurbano hasta la carretera de Esporles para enlazar después el camí del Putxet, del Collet y de can Rave, éste último especialmente propenso a formar charcos grandes aún con lluvias no muy intensas, y no los evité, así quedas.


Soltando lastre

Otra salida más por las cercanías pero esta vez quiero que sea un poco diferente y como del último pase por Son Vida me quedaron asuntos pendientes decidí ir a solventarlos, a saber, encontrar el enlace nuevo por detrás de los últimos chalés y hacer bien la trialera de bajada a Son Quint, pues venga, manos a la obra, aunque ya desde el inicio tuve el primer fallo, no puse en marcha la app de grabar rutas y me acordé en Son Muntaner, y eso que es interactiva, te va cantando el paso de los kilómetros y el tiempo empleado, pues ni por esas, debía ir pensando en las musarañas y ni prestaba atención.

Fui por el golf para recortar un poco de carretera y es el trayecto que casi siempre suelo utilizar, mucho más que el torrente o alguna entrada desde Son Vida, y desde que cerraron a cal y canto por lo de la casa nueva, menos aún, por no mencionar que es el enlace que más arriba te deja siempre y cuando no queramos subir por el PT3, opción descartada de antemano por falta de energías, así que mejor asfalto que lo sube todo dios montado, tardando más o menos pero no hay que echar pie a tierra ni que vayas cojo, por eso no tuve problemas para llegar al coll des Vent aunque ahí hice parada forzosa para comer algo y recuperar y estando allí llegó una pareja y a él no le reconocí aunque después sí supe quién era, no hubo lugar siquiera a una rápida salutación, lástima. Yo me tenía que ir hacia el pujol des Gat y para llegar allí hay que superar varios obstáculos, a cual peor; el primero, el rampón inicial que no es corto y que cuesta lo suyo pero que, sorpresivamente para mí, pude pasar, menos mal que hay un punto de recuperación después pero es como un espejismo ya que lo que sigue es aún peor, o al menos lo parece, y pese a poner pie me quedé con la sensación agridulce de que se puede superar pero mejor llegar un poco más convencido, la verdad. Y qué decir de la parte final, infumable, a empujar tocan sí o sí.

Luego me fui por la pista tras sortear la barrera por el hueco de la pared ya que estaba cerrada, no se debe seguir recto aunque se vaya al mismo sitio, la bajada no está en buenas condiciones, ese tramo de pista está en desuso y solamente he pasado una vez hace tiempo y no creo que haya mejorado en absoluto, iremos por lo conocido hasta el depósito, más bien a buscar el sendero que hay por detrás cuya entrada está bien marcada sobre la pista, es el mismo que hice con un compañero allá por los meses del confinamiento pero no obtuvimos recompensa no obstante tras ubicar correctamente el punto de enlace sobre la calle Albercutx un día que estuve por allí tenía más o menos claro hacia donde moverme aunque no es nada agradecido el paso, de hecho lo hice casi todo andando para evitar molestias.

Atención a la bajada por esa calle, larga de cajones y muy inclinada por lo que pillas una velocidad de vértigo y con una curva al final que si no estás atento te vas a la isleta si es que no pasa algún coche por delante en cuyo caso te empotras por la ventanilla, la bajada continúa aún hasta más abajo por la calle Marola y desvío por Gabellí, la cual no tiene salida pero sí una rampa final que se las trae y justo al fondo es desde donde se han inventado esa bajada, corta y sin zonas técnicas de consideración pero que la primera vez que pasé me faltó decisión en una de ellas e iba para pulir ese detalle, y lo que he dicho antes, con decisión se puede aunque estoy seguro de que muchos ni siquiera iban a notar de qué paso estamos hablando.

Y como me quedé con ganas de más me metí por el bosque hacia el cementerio de la Vileta pero no por la entrada oficial sino por la del circuito exterior del golf y quise enmendar (que no enmerdar) el fallo cruzando por el sendero de bajada y que no pude completar hasta el final pero con buenas sensaciones en general, después ya me metí por los tramos más endureros para no tocar pista pisada hasta la salida de la finca y rematé por el parque por donde discurre el torrente de Son Puig, próximo a Son Roqueta, para acabar cruzando campo a través hasta el polígono donde a efectos prácticos ya se puede dar por finalizada la ruta de hoy, queda volver al punto de partida y también cuenta para las estadísticas pero con todo el pescado vendido ya, es lo que tiene el mtb, que cuando no hay mt la b es como cualquier otra.


Lo típico

Esta vez he comenzado por el título de tan evidente que debía ser y en cambio no lo he repetido en más de 1050 entradas del blog, eso implica varias cuestiones, que son un montón de entradas y que es hasta relativamente fácil el encontrar un título para la siguiente, lo que quizás sea un poco más complicado es hilvanar lo que va a continuación del título, conformar el cuerpo del artículo porque, ¿de qué vamos a hablar que no se haya comentado ya y cómo lo vamos a estructurar? ¿Es que puede tener algún interés el saber que he subido por el monumento de na Burguesa y he bajado por los atajos de la carretera? Quizás no más allá de darme cuenta que es la misma que hice el 28 de febrero pero que si no fuera por el blog ni de coña me acordaría y menos de los detalles pero como está descrito y hasta grabado puedo aseverar que la aproximación fue diferente, no tiene misterio pero recuerdo que fui a cruzar la vía rápida (es un decir) por el puente del colegio de la Purísima para ir a parar a Madre Alberta y tirarme por una de las rampas hacia el bosque y salir por el senderillo a la rotonda misma con el pulso ya acelerado.

Si no recuerdo mal vi a uno montado por delante en el tramo de camí vell de subida saliendo de las calles de Gènova y me fui acercando a él a lo largo del resto de subida ya que parecía que subía con todo metido y a molinillo, nos reagrupamos en el aparcamiento antes de continuar, parecía guiri por el aspecto pero como no cruzamos palabra no podría asegurarlo, se fue antes y ya no volví a verle el pelo pero creo recordar que me adelantaron algunas eléctricas, y lo pongo en femenino para no catalogar al que las conduce y lo hago así para que tampoco lo hagan conmigo, no tanto a nivel de trato directo pero sí que parece que en ciertos medios o canales se nos empieza a catalogar de pulmonares, ni el que lleva una bici con motor es un eléctrico ni yo soy un pulmonar, la discusión iría por otros derroteros, defíname bici, por favor.

Había cierto movimiento en el coll des Pastors, unos señores de uniforme merodeaban por la zona, hablo de AMAs y Policía Local y algún otro que estaba apostado un poco más lejos en un vehículo sin pegatinas y que me hizo sospechar que pudiera estar manejando algún dron de vigilancia, no vi el dispositivo ni tampoco lo busqué pero me dio esa sensación, no sé si estaban allí porque esperaban algún acontecimiento destapado por algún chivatazo o porque simplemente tocaba esa guardia, lo cierto es que la sierra estaba bastante en silencio, si había motos estaban muy, pero muy lejos.

Me fui a buscar la carretera por la bajada de cemento y la pista y me paré en el coll para comer algo y descansar antes de bajar por el sendero hasta los pilones y divertirme un poco más por los atajos aunque sin alcanzar mi mejor tiempo en ese tramo, lo que sí hice fue un recto hasta línea de mar y volver por la costa en lugar de por el interior, al menos por allí el horizonte se amplía y te relaja, pero no mucho porque hay que estar atentos a los que van más relajados que tú en ese carrilito y no digamos de los que han tomado la costumbre de sentarse en los bancos con las piernas colgando hacia dentro, bendito sea el Señor.

Cumplida la premisa de la crónica como recordatorio podríamos divagar un poco sobre la necesidad de la crónica como relato público, si fuera solamente para el primer caso ni haría falta publicarla, bastaría escribirla y archivarla debidamente pero aún sin necesidad tampoco veo ningún inconveniente en que quede publicada y quizás hasta le importe a alguien aunque solamente sea para saber que por aquí seguimos, el mundo sigue rodando.


Extra, extra!!!

Crónica de un viernes, y laborable!, una salida en horario de mañana en este día no suele suceder de ninguna de las maneras pero si se tercia hay que aprovecharlo, la única medio pega es que el cuerpo me pedía algo de calma y preferí irme a lo largo y ancho en lugar de a lo alto, cierto que eso me restará emoción en cuanto a poder disfrutar de alguna bajada sobre tierra pero quizás hasta me harte de dar pedales.

Salgo en dirección a la carretera de Valldemossa lo cual me supone recorrer unos tres kilómetros por el interior de la ciudad buscando, eso sí, el máximo trayecto que pueda realizar por el carril bici, quieras o no más seguro que las vías urbanas motorizadas, y es por ahí que llego al macro hospital de referencia y lo rodeo por detrás para continuar por el camí de la Real que suele estar bastante tranquilo, antes con la carretera vieja lo usaban mucho más los estudiantes de la UIB pero desde que está desdoblada no creo que se meta nadie por allí, ni siquiera creo que lo usen ni los que odian las rotondas. No llego hasta el final y voy a buscar la tirada directa por el carrer Llarg y después la entrada a la parcela de la universidad para hacer parte del circuito perimetral por la parte de arriba. Quise comprobar si podría salir del recinto por la barrera de la Escuela de Hotelería y sí se puede por lo que pude acortar algo de recorrido por asfalto hasta s’Esgleieta, interesante llogaret de antiguas casas (no todas) agrupadas al cobijo de la iglesia y donde el tiempo parece cambiar cuando tienes la feliz idea de pararte a contemplar el lugar y puede que mienta si dijera que alguna vez había sucedido.

Como no tenía ninguna intención de volver continué por asfalto hasta la rotonda de Santa María rodando por la carretera hasta encontrar algún camino de tierra por el que meterme y llegar a Son Pizá y desde ahí a por el camí de Muntanya y Son Daviu y Son Macià aún más allá, todo ello a ritmo lento y pausado, como tiene que ser cuando vas en plan paseo y bastante tocado.


Partido a partido

Desde que circulo con la Rallon pocas veces he vuelto a coger la RR9.3, diría que más bien ninguna y si lo he hecho no ha sido para realizar una ruta de cierta enjundia, y de hecho no tuve ningún reparo en pasársela a un sobrino mío para que al menos siguiera en movimiento y aunque sí tuvo algunos momentos de gloria no tardó en quedar relegada en un rincón víctima de la inacción, y así me la volví a encontrar, daba pena, puños y sillín para el arrastre, cadena oxidada, sin patilla de cambio, necesitaba algo de cariño y opté por traerla otra vez a casa y recuperarla para la causa aunque en realidad no la quería para mí, ya conté que había salido con unos compañeros nuevos y a uno de ellos me interesaba que pudiera probar una bici mejor que la que lleva, soy consciente de que el mtb te puede enganchar con fuerza si dispones de una máquina que te pueda aportar buenas sensaciones, por ahí es por donde puede resultar la cosa.

Entonces lo que hicimos fue sustituir algunos componentes para mejorar el aspecto y el funcionamiento, bien fueran nuevos o recuperados, e intenté dejar regulados lo mejor posible los cambios, cierto que ese extremo debe ser refrendado en la práctica y me daba algo de intranquilidad en ese aspecto sobre todo por el modelo de maneta que lleva ya que es la integrada, freno y cambio conjunto, y es necesario algo de adaptación y lo que no quería es que se topara con esos inconvenientes de buenas a primeras sin algo de apoyo, de ahí vino la salida conjunta, que en realidad fue solamente de dos ya que los demás se desmarcaron, los demás de su camarilla, me refiero, ya que ni se me ocurriría plantearla al grupo visto lo que tenía de paseo y toma primera de contacto, y por tanto tampoco en sentido contrario, es decir, que se viniera con nosotros siendo tan primerizo. Mira si era suave la ruta que ni siquiera puse una tachuela en el itinerario, rodar por tierra sí pero sin forzar en absoluto.

Hicimos la escapada clásica por Son Macià hacia el camí de Muntanya y rodando por él hacia Planera dirección Son Pizá, todo llanito, llanito, pero se me ocurrió ir a hacer el sendero que circunda los bajos del puig de s’Estremera por aquello de salirnos un poco de las pistorras y así lo hicimos y resultó ser un buen, aunque corto, test de prueba a pesar de verse un poco trastocado por varios pinos grandes atravesados lo que provoca que le reste algo de fluidez. Pasamos por la urbanización y paralelos a la carretera vamos a buscar la salida por los depósitos o fábrica de vete tú a saber qué que hay al final y donde efectivamente se cumplieron las peores previsiones, si siempre se había podido salir bastante bien por las barreras o las rejillas ahora está un poco más complicado, se puede pero está más dificultoso.

No es muy tarde y vamos a alargar un poco más por eso al llegar al cruce de las vías nos metemos por el bosquecillo para salir por el apeadero y subir hasta el hospital donde hacemos parada y fonda en uno de los bancos del jardín delantero con toda la ciudad presente en el horizonte, nos quitaron el de sombra así que no estuvimos más de lo necesario expuestos a la solana y nos fuimos por el aparcamiento por el sendero hasta el camí de sa Cantina y allí decidimos no alargar más la traza y emprendemos el regreso y vamos a ver si es posible volver a pasar por el Rafalot, ya sabemos que cerraron todo el perímetro (ya me encargué en su día de comprobar todas las entradas y parece que siguen igual) pero si encuentro las barreras abiertas me cuelo, vale la pena el paseo por el interior, por ello volvemos a las vías y otra vez por el bosque hasta la carretera que solamente tenemos que cruzar para meternos por la pista paralela a las vías hasta la barrera principal del Rafalot y ahora sí sabremos si la que da acceso a los campos está abierta, pues no, y preferimos continuar hacia la urbanización en lugar de ponernos a saltar rejillas, otro día será.

Desde la carretera solo nos queda cruzarla y aprovechamos para rodear Palmanyola por detrás siguiendo el paseo peatonal hasta la otra carretera y enlazando con el camí de Passatemps sabiendo que será ya el último tramo de tierra que toquemos y no mucho más lejos después de empezar a rodar por asfalto nos desviamos hacia la carretera de Sóller y desde ahí hacia la Indioteria.

Creo que fue un buen día de test y toma de contacto que preferí fuera suave y gradual ya que las diferencias a nivel de sensaciones son grandes y no conviene empacharse de inicio, de todas maneras no puedo influir en la velocidad de asimilación de la nueva realidad, ya no depende de mí, lo único que puedo hacer es mostrarle algunos sitios que me parezcan los más adecuados para avanzar adecuadamente en esa progresión, partido a partido.


Había una vez una cabra

Ya que no salimos, escribimos, y vamos a contar la última salida, que no es la de la semana pasada sino la de hace dos con otro sábado de por medio sin tocar pedales, al menos de los que mueven la bici porque alguna sesión de rodillo sí que he hecho pero como son rústicos no llevan electrónica incorporada, entonces no cuenta, centrémonos pues en la salida de verdad.

No sé que pasó exactamente en el grupo durante la semana lo cierto es que me enviaron un mensaje a finales de semana avisándome de la ruta propuesta, comuna de bunyola, cabra y volver por Coanegra saliendo desde Palma, no me parece mal, es más, me parece perfecto. Tampoco sé quién va a venir, me tengo que reunir con Fibras en el ocimax aunque en honor a la verdad se había quedado en otro lado, no muy lejos pero no era allí. Reunidos nos vamos, somos pocos, Carlos, Cristóbal y Virutas si no recuerdo mal, faltaba Papito que se presentó más tarde y nos pilló ya de camino, creo que no había nadie más.

La cosa era acercarse a Son Sardina aunque entramos en el camí de Passatemps ya fuera del pueblo después de circular unos minutos por el carril adyacente a la carretera de Valldemossa, vamos tranquilos en todo ese recorrido y tiramos hacia el área recreativa de Caubet para meternos en el bosquecillo, por allí encontramos a Miquel Ángel acompañando a un grupo de bikeros que también se dirigían al mismo sitio, seguramente volveríamos a vernos por la montaña.

Como el grupo no quiso cruzar el aparcamiento del hospital y lo rodearon por el sendero superior los pasé delante y ya no paré hasta la barrera del desvío del comellar donde los esperé, la verdad es que creía que me cogerían antes de llegar al pueblo pero se ve que no se esforzaron mucho, de todas maneras de lo que me di cuenta subiendo es de que iba frito, realmente frito y hubiera dado igual que hubiera seguido por la pista en lugar del camino de carro, donde no hay no busques. El otro grupo me pilló subiendo el penyal, ni siquiera me atreví a coger el atajo y en la última rampa tuve que poner pie a tierra, eso fue la puntilla que colmó mi paciencia, de nada sirvió ver a otros en mi misma situación, ahí hay que llegar montado siempre, y por eso decidí abortar la ruta, realmente no porque dudara de poder realizarla sino porque estaba seguro de que no la iba a disfrutar, son dos bajadas muy exigentes que exigen máxima atención, lo que tú pones ellas te devuelven y yo iba medio zombi, mejor dejarlo ahí y así lo hicimos.

El grupito de Miquel no estaba lejos cuando arranqué, de hecho pasé a algunos bajando pero unos metros antes de llegar a la zona hormigonada noté que había pinchado, no lo hubiera dicho pero así era y tuve que parar a cambiar cámara y en esas estaba cuando pasó un antiguo compañero de rutas a toda leche, recalco este detalle porque nos habíamos encontrado con bastantes bikeros, casi todos con bicis de rally, subiendo y bajando y es que estaban de entreno, al parecer el fin de semana siguiente se iba a celebrar por allí una carrera, algo de una extrem me comentaron, sea como fuere no pienso aparecer, lo único que quiero ahora es volver a montar la rueda y llegar hasta las mesas de picnic, ni bosque encantado ni leches, menos aún las bajadas más complicadas, me inclino por la coma gran por aquello de que es la más facilona y la que menos me va exigir, ni pedalear quiero.

El tema es que en las bajadas, sobre todo si son largas como la que nos ocupa, llega un momento en que la adrenalina hace su efecto y el afán por superarte te inunda aunque hubiera apostado algo gordo que no fue el caso pero cual fue mi sorpresa cuando la aplicación que ya sabemos me mostró los resultados, 2 PR en los dos tramos y además con bastante holgura, no era el caso de que solamente hay una diferencia de unos pocos segundos lo que te confirma que ya estás en tu tope, fueron bastantes, de ahí mi incredulidad inicial, a ver, no es que no me lo crea es que no me imagino lo mal que debí hacerlo en ocasiones anteriores, y eso que seguramente acabé mucho más contento que en ésta, ¿a qué se debe entonces esa variación de resultados? ¿se trata solamente de una percepción diferente del riesgo debido a mi estado físico? Es que normalmente sientes la mejora, se notan cambios en la fluidez y la velocidad y esperas que eso repercuta en el tiempo total pero es que allí fue lo contrario, no es que bajara asustado o cohibido pero tampoco alegre ni a saco, de ahí la sorpresa.

Ya que lo que me quedaba desde la carretera era cuesta abajo hasta la ciudad decidí no volver directo y voltear un poco por cas Capellers primero y me sonó a nuevo, y si no lo era debía hacer muchos meses que no pasaba por allí y pese a volver por el camí de Muntanya obvié la vuelta directa por Son Macià para ir a buscar la ruta Coanegra, no la misma que estarían recorriendo en esos momentos los compañeros pero sí al menos compartiendo torrente y así lo tienen reflejado los carteles que han instalado a lo largo de esta ruta, empecé desde el polígono y la pude seguir sin problemas hasta el Pont d’Inca cruzando después desde el Pinaret a Son Gibert entrando ya de lleno en la zona urbanizada de la ciudad.

Ruta atípica por el hecho de variar el recorrido entre medias, se ha dado pocas veces ese detalle, normalmente suele haber otras excusas más relevantes, me paso de la hora, el cambio está petado, he foradat, y algunas otras igual de válidas pero abandonar por puro cansancio, menos mal que pocas, afortunadamente, pero en esta ocasión la cabra ni olerla.