Cap Blanc

Sábado de estreno, por fin. Desde que empecé allá por el verano a pensar seriamente en la posibilidad de incorporar una ruta costera con fundamento ha pasado mucho tiempo y por medio unas cuantas salidas, unas solo, otras acompañado pero ninguna con el recorrido completo, por eso aún no estaban disipadas todas las dudas respecto al itinerario definitivo y horarios, aparte de las posibles, que habrá, opiniones discordantes de los participantes aunque éso, ya se sabe, va por barrios.

En este caso invité a varios amigos aunque no todos del mismo equipo, a ver qué salía del bullit y aunque preveía unas evidentes discordancias de criterio confiaba en su saber estar en estos casos. Algún particular y uno de los grupos ha faltado y solo se han presentado los poferos y toys habituales aunque también con notables ausencias pero al menos Woody y Potato estaban que eran con los que más tiempo llevaba sin rodar juntos. No pondré nada de Juan que ha venido engañado completamente esperando una salida tranquila con algún otro y en la que poder echarse a dormir si hiciera falta, según le conviniera, pero en el fondo es duro de pelar y siempre llega.

Siguiendo el hipotético track debíamos ir por el paseo de Son Verí catando ya la primera línea de costa pero al llegar a la trasera del tenis vemos que falta alguien, como se trata de Pepe lo primero que se nos ocurre es que ha tirado por otro lado pero como no sabemos de sus intenciones suben dos a buscarlo y al cabo de unos minutos aparecen todos. Abandono la idea del paseo y nos vamos directos a la rotonda de Cala Blava por la carretera vieja y directos al hotel de lujo de Cap Enderrocat (no pondré nombres, no necesita mi propaganda).

Entramos a la garriga para rodear la parcela pegados a la pared pero sin haber llegado siquiera a la costa Tomeu decide limpiar el terreno llevándose cuanto pincho encuentra y eso es incompatible con llevar cámara, hay que cambiarla pero primero hay que limpiar la cubierta de puntas aunque para ello haya que usar unos alicates, con todo J nos da un mini cursillo sobre como poner parches, muy correcto pero inútil al haber varios pinchazos y con puntas tan pequeñas que muchas veces no se nota a pelo la salida del aire.

Volvemos a estar listos y partimos, desgraciadamente no llegamos muy lejos ya que sin motivo aparente la patilla de Tomeu se parte, y tras intentar una reparación de emergencia con lo que llevamos encima debe abandonar. Es una put... pero casi mejor que haya sido allí, casi al principio, que no más adelante aunque en esta ruta la carretera siempre está cerca.

Nos hemos quitado ropa, el tiempo parece casi primaveral y no tenemos nada de frío, además estamos subiendo cota y nos calentamos por dentro también. No hay problema para llegar junto a la primera casa, aquella que está fuera de los límites de la primera urbanización, y después de ella una bajada técnica y divertida, a la par que difícil, por eso siempre se agradece rodar con gente que puede y sabe superarlas. Como no hay un itinerario único todo el mundo va por donde puede y le parece, el punto de encuentro es el balneario que allí hay instalado y aunque la pista continúa más lejos y hay varias subidas hacia los chalés prefiero encauzar la ruta por la carretera de acceso para evitar en lo máximo posible descabalgar de la bici.

Arriba es donde se presentan las diversas posibilidades ya que atravesar esa selva de casas sin tocar asfalto es prácticamente imposible pero en estas salidas previas me he dado cuenta de que existen unos callejones que recorren las traseras de los chalés, algunos de una longitud considerable y están completamente limpios, perfectamente ciclables, tan largos como la calle principal paralela aunque también hay transversales, y se pueden enlazar muchos de ellos con alguna calle de por medio. Pero se ve que Juan tenía otra idea y como no habíamos hablado de ello se llevó a parte del grupo por la calle más cercana al acantilado mientras Pepe Sancho y yo íbamos por otra más interior y claro, acabamos perdiéndonos de vista aunque no parándonos ya que me imaginaba que nos encontraríamos a la salida de Tolleric, como así fue.

El tramo hasta la entrada del antiguo cuartel militar es corto y para no tener que hacerlo caminando campo a través desde la urbanización lo hacemos por carretera y entramos en la zona militar donde alguno se lo pasa pipa en la trinchera, espero que alguien lo grabara en video, sonido incluido. Empieza lo bueno pese a algunas dudas iniciales de los compañeros, el tiempo empieza a cambiar y las nubes negras no auguran nada bueno, de hecho aparece la lluvia y aprovechamos para comer algo al resguardo de una cueva en el acantilado al tiempo que vamos sacando chubasqueros. La cosa no va a más pero es suficiente para mojar todas las rocas y nos cuesta coger un ritmo decente al principio pero como la lluvia ha sido muy localizada pronto mejora el terreno y empiezo a encontrarme mucho más cómodo encadenando tramos montado mucho más largos.

A pesar de haber un sendero más o menos marcado cerca del borde no todos íbamos por el mismo sitio pero casi únicamente donde había que descabalgar era en los vados de los torrentes, que hay unos cuantos pero en alguno hasta se puede pasar montado. Vamos pasando de finca a finca siempre por un algún portillo pegado al borde del vacío y disfrutando del momento y del lugar; el tiempo ha vuelto a cambiar y estamos como al principio, cielo despejado y un sol espléndido que colorea el mar de un azul despampanante, en esos momentos es cuando desearías no estar haciendo una ruta de mtb sino solamente haber llegado a ese lugar y no moverte de allí, pero hay que seguir, y lo irregular del terreno exigen de toda nuestra atención, ahí radica su dificultad y su diversión, el poder sentir todas esas irregularidades a través de nuestra máquina y a la vez poder superarlas haciendo de nuestro avance un gozo y un sacrificio a la vez.

Llegamos al último kilómetro de nuestro periplo tras bordear la zona de rejilla, es la zona más llana y más rápida, y ahí conmino a Pepe a animar el paso y hacerlo al esprint pero un momento dado pinchamos los dos al mismo tiempo, hasta puede que en la misma piedra y casi en el mismo lugar que yo hace quince días, pero ahora sí reparo allí mismo y por contra no entramos en el faro, es un poco más tarde de lo previsto, las dos menos cuarto, y hay que pensar en llegar a tiempo a la comida, por eso no perdemos tiempo y enfilamos carretera directa al punto de salida.

Juan se queda rezagado, ya me lo había advertido, lo había dado todo en la ida mejorando sus prestaciones, eso sí, y aviso a los compañeros de que no aminoren por él, ya bajaremos a nuestro ritmo y ellos prosiguen al suyo, desapareciendo en el horizonte en pocos minutos, mientras nosotros ponemos un ritmo de supervivencia que aún así Juan parece notar en demasía. Por ello propone pararse en su casa y reponer fuerzas y así lo hacemos, media cerveza con alcohol debería ser suficiente, y a la vuelta me comenta por dónde han ido ellos por la mañana y yo, ni corto ni perezoso, quiero verlo, para lo cual me da las indicaciones oportunas de su ubicación exacta y él sigue por carretera y yo voy a comprobarlo. Es una buena opción y habrá que combinarla con los callejones traseros para pasar por la zona de chalés de la mejor manera, todo eso quedará debidamente reflejado en el futuro track de la R56 que ha quedado ya oficialmente estrenada y contrastada. Muchas gracias a todos por participar.


Puntiró líquido

Estaba la cosa ya decidida de antemano desde hacía unos días, tocaba el estreno oficial de la R55, hasta la había anunciado en la agenda y todo; había que confirmar hora y lugar pero el grueso de la faena ya estaba hecho, Guiem se había encargado de esparcir la idea entre el grupo afín y me comunicó entre semana que se iban sumando adeptos y yo también he reclutado a alguno por mi cuenta. Con lo que no contábamos era con la nefasta previsión meteorológica que se iba anunciando, todos los canales coincidían en señalar aguaceros sobre nuestra tierra este fin de semana. Así y todo lo último que me comentaron el viernes fue que la gente estaba animada pero que esperaríamos hasta el último momento para decidir. Dicho y hecho, hemos quedado a las ocho en el parque de Son Gibert y he tenido que llegar el último aunque en este caso con tranquilidad, es lo que tiene no dar a conocer la ruta de antemano, que no se van sin ti.

Éramos nueve, todos bous habituales más Joselinx y yo, número correcto, ni muchos ni pocos, perfecto para calibrar la distancia y el horario de la nueva ruta y después de las oportunas indicaciones iniciales por mi parte nos ponemos en marcha siguiendo una línea imaginaria que enlazaría Palma con el centro de la isla más o menos. El trabajo ya estaba hecho después de siete u ocho salidas por la zona y aledaños, bien solo o acompañado, para tener claro por donde ir enlazando caminos rústicos, caminos asfaltados, algún trozo muy corto de carretera, senderos, calles de urbanizaciones, trialeras, fora pistes, que de todo un poco hay en esta ruta, y aunque sobre el papel puede dar una pobre impresión debo decir que me siento satisfecho con el resultado.

Hemos disfrutado de una buena ventana meteorológica al principio precisamente cuando se anunciaban aguaceros en esas horas, hasta nos hemos tenido que aligerar de ropa debido al calor. Ningún problema para llegar a Pòrtol excepto un pinchazo de la 29” de Benja donde alguno siempre tiene que pinchar. Unimos la parte alta del pueblo con el camí vell de Sant Jordi por el camino adecuado y hacemos el descenso oportuno hasta el desvío a Puntiró. Tras pasar la barrera dejo pasar delante al grupo y tiran por donde no es, me pasó lo mismo la primera vez y no me apetece tener que rodar por zonas sin un trazado claro, yo solo o con algún voluntario no hay problema pero el grupo no se merece eso, entonces regreso sobre mis pasos tras pararlos y cojo la dirección correcta y cuando estamos a su altura los llamamos para que bajen campo a través mientras me dedico a cambiar la cámara después de advertirme el compañero de que llevo la rueda de delante pinchada.

Lo que ha sido diferente hoy ha sido el paso del torrente pero también ha sido el mejor ya que no nos obliga a saltar la pared del botador ya que enganchamos con el sendero del bosque directamente. Éste, como es sabido, ya nos deja en las calles de la urbanización y solo nos resta la subida asfaltada para coronar donde cada uno hace lo que puede llegando con muchas diferencias entre unos y otros a la calle de s'Esparraguera Vera que debemos tomar para entrar por el sendero que se dirige a las pistas de Son Seguí junto a la caseta de cazadores, que por cierto, estaban y han pasado de nosotros como de la m.., debía ser porque empezaba a llover y se estaban largando.

El agua que empezaba a arreciar nos ha obligado a taparnos un poco más antes de afrontar las duras rampas que nos llevan arriba debiendo desviarnos hacia la ermita para tomar la trialera de bajada, que algunos han tomado con un exceso de precaución debido a la lluvia pero que no ha provocado ningún contratiempo. Como alguno seguía teniendo problemas con la presión de aire en una de las ruedas decide cambiar la cámara para solventarlos pero ya antes de salir de la finca ha tenido que parar otra vez para reconducirla a sitio. Los que esperábamos ya estábamos calados hasta las cachas y esos parones nos han enfriado aún más, eso ha hecho que después quisiéramos calentarnos a base de arreones con lo que íbamos quedando aún más calados y embarrados al atravesar todo charco que se pusiera por delante sin ningún miramiento.

Cien metros escasos por la carretera y volvemos a meternos por el camí des Jardí d'en Ferrer circulando por asfalto hasta Marratxinet y mira por dónde ha sido en ese tramo cuando ha habido dos caídas por enganchones, no ha habido daños visibles ni invisibles, hemos podido continuar con el plan previsto y éste era, como he dicho, Marratxinet, aunque algunos se han dado cuenta de ello casi un kilómetro más adelante del cruce, alguno veía ahí la oportunidad de tirar recto pero me he mantenido firme en la decisión y hemos ido por donde toca, por el camí de ca na Maiola por si aún no íbamos lo suficientemente embarrados.

Seguimos por carretera y desvío del camí de sa Bomba pero solo para tomar la bajada a las vías. Esto nos obliga a tomar un camino particular que rodea unos campos y pasa por delante de unas casas aunque por ahora no ponen pegas. Seguimos directos hacia el Festival Park que rodeamos por el aparcamiento y salimos por el paso canadiense hasta la trasera de la urbanización. La vuelta a Palma es la típica hasta el camí de Muntanya, tramo de asfalto y camí de Son Macià exprimiendo el limón a tope. Toni nos ha llevado por un desvío hacia sa Cabana pero como todo está en obras pues le hemos puesto la guinda a las bicis y a los bikeros acabando de enmarranar hasta el último centímetro de nuestra indumentaria y nuestra montura volviendo al punto de partida por el mismo sitio por donde habíamos salido después de circular algunos minutos por el Pont d'Inca.

Debo decir que a los que no conocían parte de la ruta (algunos gran parte) les ha gustado, a mí también, la considero una buena opción para esos días en que no quieres meterte desnivel entre pecho y espalda y por contra quieres hacer kilómetros sin tener que compartir espacio con vehículos, premisa ésta a tener muy en cuenta dados los tiempos que corren.

Hemos quedado en una fecha próxima para el siguiente estreno, la R56 Cap Blanc, ruta completamente diferente por muchos y diferentes motivos y que lo único que comparten es que no están ubicadas en la sierra, cosa que me desvía un poco de la intención inicial del blog pero que no representan ninguna herejía en ese aspecto ya que son rutas que solamente pueden realizarse encima de una mtb y no es una cuestión baladí por todo lo que ello implica.


Nota del autor

Parece ser que el topónimo etimológicamente correcto es Pontiró por una serie de razones técnicas que no voy a exponer aquí pero que según algunos autores podrían resumirse en esta aseveración:

Per tant Pontiró es troba en aquest cas. L'equació és senzilla: formigó furmigó = Pontiró Puntiró
Puc assegurar que al meu poble la pronúncia amb "o" sempre seria tinguda per ciutadana.

Yo, como de ciutadà tengo poco, le seguiré llamando (y escribiendo) Puntiró.


I love success

El asunto de proponer una ruta para el sábado no es baladí, cada cual expone sus premisas y querer combinarlas y satisfacer a todo el mundo es una tarea ardua pero lo que sí conviene es saber quién va a presentarse para encauzar la vista hacia una zona u otra. Como el grueso de posibles asistentes se desmarcó a media semana abandoné la idea de las rutas de montaña y mi atención se dirigió hacia la zona costera para tratar de resolver algunas dudas pendientes, y tendría que hacerlo por mi mismo, los infiltrados que tengo por esa zona no han hecho aún los deberes que les puse allá por el verano y no me queda más remedio que ir yo a acabar la faena.

El sábado parecía pues un buen día, algunos dudan, que si tal, que si pascual, puede, tal vez, y como se ha visto a las nueve delante del campo de fútbol del Arenal, nada de nada. He llegado muy pronto y he aprovechado para salir a calentar por la zona, después se ha puesto a llover y he esperado a cubierto que amainara para volver a salir, total media hora escasa. Como la primera parte de ruta está clara he pasado de llegar a Cap Enderrocat y llegar directamente a Puigderrós por la carretera, un pequeño pecado venial para no tener en cuenta y pensando en la posible pérdida de tiempo de las exploraciones habida cuenta de que estaba dispuesto a llegar a Cap Blanc. He estado entretenido no obstante en la subida viendo de primera mano el follón que ha montado una grupeta de una tienda de Can Pastilla, unos cuarenta serían con furgoneta y moto incluidas, ocupando todo el carril adelantándose unos a otros como si de una carrera se tratara y la fila de coches que se ha formado detrás al no poder adelantar. Así me gusta, los ciclistas los primeros en dar ejemplo de como no hay que circular en pelotón, luego nos quejamos.

Dejo ya la carretera y lo que ello conlleva y circulo ya por las urbanizaciones, la ruta real es llegar allí subiendo desde el balneario de la costa, cruzo sa Torre y entro en Bahía Grande por el portón de la pared, justo enfrente tenemos un paseo peatonal por una zona verde que va continuando cruzando las diferentes calles hasta llegar al descampado del radiofaro. No nos conviene llegar a línea de costa, no hay paso, y lo que hacemos es circular por los senderos paralelos a la carretera hasta la zona no urbanizada antes de llegar a Tolleric.

En este caso sí he ido hacia la costa donde la última parte está ocupada por un hotel, un village, con sus apartamentos esparcidos a lo largo del acantilado. Me habían dicho que por el exterior de la pared no se podía ir y es verdad pero aprovechando que está ya cerrado me he metido hasta el fondo para encontrar la barrera de acceso a la finca vecina pero solo para comprobar que no hay sendero costero y que además tenemos enfrente un torrente profundo con lo que debemos tirar hacia arriba para poder sortearlo y tampoco hay camino marcado por lo que no me ha quedado más remedio que volver a salir por donde había entrado y volver a la carretera por la vía directa circulando junto a la pared divisoria. Casi arriba hay alguna entrada por la rejilla pero pasar una bici por el hueco es harto complicado así que he decidido ir por el asfalto hasta la curva donde está la entrada de la zona militar y decidir allí el siguiente paso.

Realmente está muy cerca y no he tenido complicación para poder entrar. Un vistazo rápido a lo que queda en pie y me dirijo al acantilado, ahora sí hay sendero, muchas guardias habrán montado por allí y ya puedo empezar a saborear lo que va a ser la tónica del día. Éste era uno de los tramos que no había hecho y no tiene complicación, ojo, cuando digo que no tiene complicación quiero decir que me ha gustado mucho no que haya un camino propiamente dicho, es un terreno rocoso, duro y difícil de circular que a algunos se les puede atragantar y con pocas escapatorias difíciles de ver. Además tienes que vadear varios torrentes, creo que fueron seis en total, algunos no tan evidentes y fáciles de sortear como otros, y en algunos sitios el sendero parece difuminarse y obliga a alguna que otra rectificación.

No tuve mayores problemas en la zona militar y pasé a la siguiente que sí habíamos hecho de vuelta pero por una pista interior a toda mecha y por tanto tampoco la conocía. No reconocí el terreno hasta que crucé otra pared y enganché la pista de la siguiente zona militar, estaba ya en territorio conocido y pude ir más directo al cruce del torrente. Fue más o menos por allí donde me encontré a un alemán que venía empujando una mtb que me pareció de paseo con una hoja en la mano y cara de estar bastante desubicado. Nuestra conversación duró poco, no sé de dónde vendría pero lo que era seguro es que no sabía donde iba, entendí que quería salir de allí lo más rápidamente posible, no sé si él me entendió a mí pero justamente desde allí no se veía la plataforma de tiro y le tuve que hacer algunas indicaciones de andar por casa. Espero que me entendiera si no puede que caminara unas cuantas horas más.

Yo seguí a lo mío, brincando sobre las rocas y sorteando torrentes hasta la siguiente zona militar y circulando por fuera de la rejilla, espléndido tramo en ocasiones bastante aéreo. La vez anterior empezamos la vuelta desde aquí pero ahora quería llegar hasta el faro por lo que continúo recto, ahora voy pegado a la carretera por la zona de los suicidios donde ya se puede circular a mucha más velocidad, estoy cerca del final pero este último tramo es realmente rocoso con algunos pasos muy divertidos pero en un escalón grande clavé una piedra y rajé cubierta y cámara y preferí llegar caminando hasta la explanada del faro para cambiarla.

Allí miré la hora, la una y media, cuatro de recorrido y queda la vuelta. Teniendo en cuenta de que solamente he hecho dos cortas paradas, una para comer algo y otra para poner a sitio el cambio que había metido entre los radios, y las pérdidas de tiempo para comprobar las posibilidades se podría decir que se puede hacer en una hora menos, ahora bien, si tenemos que sumar la diferencia de tiempo entre hacer la primera parte por costa o por carretera la cosa ya se iguala, y si además sumamos más gente al grupo hace que como mínimo haya que sumar otra hora más con lo que, con casi total seguridad, se tarde como mínimo cinco horas solo de ida. Saliendo a las ocho es asumible, si hacemos la vuelta directa por carretera quedando siempre la opción de coger las vías del tren para recorrer el último tramo y cambiar un poco el sabor de boca final.


Menorca (mutante) en el Galatzó

No me resignaba a quedarme quieto el viernes y salí a rodar un rato solo, eso significa ruta de ida y vuelta y a las once en casa, el tema es el kilometraje y el desnivel es secundario, y a eso me ceñí. Misión cumplida pero el sábado sería otra cosa. Con la mayoría del grupo descansando para el evento del domingo pocas opciones quedaban así que solamente tuve que hacer un par de llamadas, en una de ellas me confirman hora y lugar de salida, no hay ruta específica y eso me da pie a pensar en montar algo aunque para eso tendré que convencerlos primero.

Al mismo tiempo Pepefz me comenta que sale con un grupo de menorquines que están de paseo por la isla pero debido al desplazamiento y la hora más tardía de salida lo dejo como la opción de reserva. Aún a pesar de haberme acostado mucho más temprano de lo habitual no me he levantado por la mañana a la hora convenida, además he visto un mensaje de un colega planteándome otras opciones, le he llamado pero no he podido convencerle y entre una cosa y otra se me ha ido el santo al cielo,he salido tardísimo de casa y no esperaba encontrar a nadie aunque confiaba en tener algo de suerte y no tener que salir otro día solo. Si había algún dios de guardia me ha escuchado y aún estaban en el aparcamiento cuando yo he llegado, pasadísimo de horario, y es que tampoco había cogido el teléfono para enviar un mensaje de emergencia.

Allí me encuentro con el grupo foráneo y de ellos solamente había coincidido con Martí, los demás no habían venido nunca pero eso ahora importa poco, nunca me he sentido extraño en compañía de los grupos que nos han venido a visitar y éste desde luego no iba a ser la excepción, con gente noble y agradecida no hay problema. Me he ido poniendo al día de la logística de sus vacaciones y de las rutas que piensan hacer y yo agradezco que las quieran compartir, todos salimos ganando. La de hoy, por ejemplo, no por conocida es menos interesante y la vamos a hacer completa. Subida tranquila por la carretera de Puigpunyent desde la Granja y después por pista hasta el inicio del empedrado por donde esta vez sí subimos. Allí se nos une otro bikero solitario que ha perdido a sus compañeros y decide hacerlo por su cuenta, le informamos de nuestros propósitos y se apresta a compartirlos.

El sendero de la Boal de ses Fonts y su conversión en pista rápida acelera los pulsos y activa las endorfinas aunque no nos olvidamos de las obligadas paradas para inmortalizar el momento. Cuando llegamos a la carretera recorremos el asfalto en dirección a Andratx para encontrar el acceso GR a uno de los tramos de la carretera antigua que yo no había hecho, era uno de mis deberes pendientes. Allí nos deja el invitado que prefiere acortar por asfalto previendo que se nos va a alargar el horario. Así pues, con este itinerario nuevo solamente se recorre por asfalto un pequeño tramo de carretera al llegar al coll hasta enlazar con el siguiente.

Pequeño tentempié en el pueblo y nos preparamos (los que lo sabemos) para lo que viene a continuación, los demás la ven venir de cerca. Entretenido tramo hasta la carretera y mejor aún después de pasar Son Serralta, lástima que debamos abandonar ese sendero al llegar a la carretera de Planícia y ahí empezar la subida, larga pero cómoda hasta las casas donde descansamos un poco disfrutando de su perfecta atalaya. Enfilamos el camí bord con ganas, estamos oliendo ya el final pero tampoco queremos perdernos detalle y así llegamos hasta la cantera donde Pepe que va delante se desvía del paso tradicional asegurando que hay uno alternativo menos complicado, y es verdad, alguien se ha tomado las molestias de conformar un sendero marcado por líneas de piedras de un lado a otro más cómodo que el anterior que parece mucho más artificial y complicado.

Estamos ya muy cerca de tener que dejar de pedalear, solamente la subida empedrada nos separa de nuestra cima particular y casi todo el mundo consigue superarla sin penalizar, a partir de ahora, salvo un pequeño repecho a mitad de camino, será cuesta abajo. La nueva zona en restauración está casi finalizada, tan solo queda la unión de los dos tramos junto al antiguo portillo y el último tramo empedrado acaba por machacarnos un poco más pero predominan las caras de satisfacción al acabar, reto conseguido, y no me queda más que despedirme de ellos agradeciéndoles la visita y la compañía, siempre es un placer rodar con nuestros hermanos de raza, tan cerca y tan lejos de nosotros.