Se supone que hoy se ha hecho una ruta de las buenas, y digo se supone porque aún no he visto nada a la hora de empezar estas líneas. Pero no he podido asistir. Podríamos decir que estoy resfriado. Lo pillé el miércoles de repente, por la tarde, al poco de llegar a casa, después de estar perfectamente durante la semana y de participar en la última salida con los compañeros. Al no estar plenamente recuperado prefiero no ir. Potato salía solo esta mañana para ir al Castell d'Alaró y a la Comuna. Demasiado para mi estado de forma. No quise darle un no rotundo pero era casi seguro si no mejoraba de cómo estaba el viernes noche.
Y eso es lo que he pensado después de levantarme, quedarme en casa, pero viendo el día que hacía e imaginarme a los amigos pedaleando no me he podido aguantar y he salido a rodar. Porque esto es lo que pensaba hacer: rodar. O sea, que de subidas nada. Descartada la montaña. Entonces costa. Ventajas de vivir en una isla. Y me he preguntado hasta dónde llegaría el paseo de Calvià, una vez acabadas las obras de la autopista de Llevant. Me dispongo a averiguarlo. No vivo lejos del inicio del ramal urbano del carril bici de Palma, el que rodea el Parc Krekovic, y es el que uso para llegar a Can Pere Antoni. Allí se congrega la masa pero a las diez aún no había llegado. Por eso he podido pasear a gusto hasta Portopí. Pero no me gusta cómo ha quedado la base naval. Parece un aparcadero de yates con algunas lanchas patrulleras. Qué tiempos aquellos cuando estaba allí atracada la flotilla de dragaminas. Si esa es su función actual que la cierren. Si hasta han quitado las garitas de vigilancia.
Pero el paseo de Calvià empieza en Calvià, o sea, en el cruce de Illetes, por lo que habrá que recorrer la calle Joan Miró enmedio del tráfico hasta alli. El tramo que había recorrido era hasta Magaluf aproximadamente y no ha habido cambios hasta allí. Después de la rotonda nueva sí que los ha habido. Es una zona donde hubo mucha obra, con un falso túnel muy grande y una rotonda encima. El paseo en ese lugar se divide en dos, un ramal se dirige a Magaluf por el Aguapark y luego hacia el Toro. El segundo ramal atraviesa al otro lado de la autopista cruzando por un puente enorme y bastante antiestético cuando lo ves de cerca y despacio.
Nos acercamos a Santa Ponça y quería ver por donde sigue porque desde el coche, al bajar de nivel la autopista, le pierdes la pista. Resulta que pasa por debajo del puente que salva el torrente y va a buscar una carreterita que viene de la gasolinera de la Costa de la Calma. Allí también hay un buen cacao viario debido al poco espacio pero el paseo continúa recto hacia arriba, hasta el otro falso túnel. Han hecho un jardín encima con una buena capa de tierra y un pequeño pinar. Luego baja hasta Peguera donde le he perdido la pista. No sé si continúa hasta Camp de Mar pero técnicamente el paseo se corta, con lo que he dado la vuelta en la salida de Peguera.
Me acordaba de que había un paseo por la primera línea de la playa y hacia allí me he dirigido, comprobando que iba rodeando el promontorio que separa las dos playas, Torà y la Romana, pero no lo rodea por completo; hay que volver atrás, lo que es una pena. Había bastante gente, la inmensa mayoría representantes de la tercera edad alemana y española, y algunos de la mallorquina. Pero aunque ha sido un día soleado no había nadie en las playas.
La vuelta, claro, por el mismo sitio y la principal “dificultad” es la primera rampa de la salida de Peguera; lo demás, a peu pla. Y aunque hiciera un día espléndido me he encontrado a muy poca gente paseando o pedaleando, más que nada por el tipo de clientes que viene por estas fechas, de avanzada edad, y solamente algunos padres con niños pequeños. No sabía que hora era pero iba a hacer la vuelta exactamente igual que la ida, a piñón fijo, sin cambiar de marcha (de hecho no lo hice ninguna vez). Con tranquilidad y sin forzar las pulsaciones. Así podría haber rodado todo el día.
El paseo tiene, cada cierto tiempo, unas isletas de descanso, con o sin juegos infantiles, con una pared seca falsa, es decir, es un muro de hormigón forrado de piedra, pero con unas formas irregulares, con curvas y una pendiente al principio y al final. Estéticamenten muy bonitas, aunque hay gente que opine lo contrario. Se me ocurrió que se podrían recorrer por encima, pero para empezar a hacer el ganso me pareció mucha altura para el primer batacazo. Me veía gimiendo en el suelo con la cadera rota. Es que me acordé de los videos de los chavales por las pasarelas cayéndose y lo bien que se lo pasaban. Pero creo que alguno del grupo se vería tentado a intentarlo.
Junto al “nudo” de Magaluf se alza la Creu de Montcada. Monumento conmemorativo de uno de los hitos más importantes de la historia de Mallorca, la Batalla de Portopí. En la foto podéis ver una de las paredes de las que os hablaba. No debe diferir mucho el camino que tomaron los caballeros de Jaume I del que seguí yo ayer, acampando en Bendinat, viendo Ciutat a lo lejos y debatirse entre el dolor de enterrar a los muertos y el honor de conseguir la victoria. Ahora es difícil imaginárselo si no logras abstraerte de la maraña de civilización que te rodea. Seguramente al llegar a Cas Català enfilaron hacia Génova para empezar a marcar lo que ahora conocemos como Camí dels Reis, ya que el paso por la costa era imposible. Aquí tenéis un documento donde se pormenoriza extensamente sobre estos hechos.
Desde luego mi paseo no hará historia pero nadie dice que deba ser aburrido, aunque fuera solo. Eso sí, al llegar a Illetes, mucha atención hasta llegar a Portopí y coger el carril bici. Este empezaba a estar algo más concurrido y las primeras bicicletas de verano empezaban a abrir la temporada. Hasta los Segways participaban del buen tiempo.
Y eso es lo que he pensado después de levantarme, quedarme en casa, pero viendo el día que hacía e imaginarme a los amigos pedaleando no me he podido aguantar y he salido a rodar. Porque esto es lo que pensaba hacer: rodar. O sea, que de subidas nada. Descartada la montaña. Entonces costa. Ventajas de vivir en una isla. Y me he preguntado hasta dónde llegaría el paseo de Calvià, una vez acabadas las obras de la autopista de Llevant. Me dispongo a averiguarlo. No vivo lejos del inicio del ramal urbano del carril bici de Palma, el que rodea el Parc Krekovic, y es el que uso para llegar a Can Pere Antoni. Allí se congrega la masa pero a las diez aún no había llegado. Por eso he podido pasear a gusto hasta Portopí. Pero no me gusta cómo ha quedado la base naval. Parece un aparcadero de yates con algunas lanchas patrulleras. Qué tiempos aquellos cuando estaba allí atracada la flotilla de dragaminas. Si esa es su función actual que la cierren. Si hasta han quitado las garitas de vigilancia.
Pero el paseo de Calvià empieza en Calvià, o sea, en el cruce de Illetes, por lo que habrá que recorrer la calle Joan Miró enmedio del tráfico hasta alli. El tramo que había recorrido era hasta Magaluf aproximadamente y no ha habido cambios hasta allí. Después de la rotonda nueva sí que los ha habido. Es una zona donde hubo mucha obra, con un falso túnel muy grande y una rotonda encima. El paseo en ese lugar se divide en dos, un ramal se dirige a Magaluf por el Aguapark y luego hacia el Toro. El segundo ramal atraviesa al otro lado de la autopista cruzando por un puente enorme y bastante antiestético cuando lo ves de cerca y despacio.
Nos acercamos a Santa Ponça y quería ver por donde sigue porque desde el coche, al bajar de nivel la autopista, le pierdes la pista. Resulta que pasa por debajo del puente que salva el torrente y va a buscar una carreterita que viene de la gasolinera de la Costa de la Calma. Allí también hay un buen cacao viario debido al poco espacio pero el paseo continúa recto hacia arriba, hasta el otro falso túnel. Han hecho un jardín encima con una buena capa de tierra y un pequeño pinar. Luego baja hasta Peguera donde le he perdido la pista. No sé si continúa hasta Camp de Mar pero técnicamente el paseo se corta, con lo que he dado la vuelta en la salida de Peguera.
Me acordaba de que había un paseo por la primera línea de la playa y hacia allí me he dirigido, comprobando que iba rodeando el promontorio que separa las dos playas, Torà y la Romana, pero no lo rodea por completo; hay que volver atrás, lo que es una pena. Había bastante gente, la inmensa mayoría representantes de la tercera edad alemana y española, y algunos de la mallorquina. Pero aunque ha sido un día soleado no había nadie en las playas.
La vuelta, claro, por el mismo sitio y la principal “dificultad” es la primera rampa de la salida de Peguera; lo demás, a peu pla. Y aunque hiciera un día espléndido me he encontrado a muy poca gente paseando o pedaleando, más que nada por el tipo de clientes que viene por estas fechas, de avanzada edad, y solamente algunos padres con niños pequeños. No sabía que hora era pero iba a hacer la vuelta exactamente igual que la ida, a piñón fijo, sin cambiar de marcha (de hecho no lo hice ninguna vez). Con tranquilidad y sin forzar las pulsaciones. Así podría haber rodado todo el día.
El paseo tiene, cada cierto tiempo, unas isletas de descanso, con o sin juegos infantiles, con una pared seca falsa, es decir, es un muro de hormigón forrado de piedra, pero con unas formas irregulares, con curvas y una pendiente al principio y al final. Estéticamenten muy bonitas, aunque hay gente que opine lo contrario. Se me ocurrió que se podrían recorrer por encima, pero para empezar a hacer el ganso me pareció mucha altura para el primer batacazo. Me veía gimiendo en el suelo con la cadera rota. Es que me acordé de los videos de los chavales por las pasarelas cayéndose y lo bien que se lo pasaban. Pero creo que alguno del grupo se vería tentado a intentarlo.
Junto al “nudo” de Magaluf se alza la Creu de Montcada. Monumento conmemorativo de uno de los hitos más importantes de la historia de Mallorca, la Batalla de Portopí. En la foto podéis ver una de las paredes de las que os hablaba. No debe diferir mucho el camino que tomaron los caballeros de Jaume I del que seguí yo ayer, acampando en Bendinat, viendo Ciutat a lo lejos y debatirse entre el dolor de enterrar a los muertos y el honor de conseguir la victoria. Ahora es difícil imaginárselo si no logras abstraerte de la maraña de civilización que te rodea. Seguramente al llegar a Cas Català enfilaron hacia Génova para empezar a marcar lo que ahora conocemos como Camí dels Reis, ya que el paso por la costa era imposible. Aquí tenéis un documento donde se pormenoriza extensamente sobre estos hechos.
Desde luego mi paseo no hará historia pero nadie dice que deba ser aburrido, aunque fuera solo. Eso sí, al llegar a Illetes, mucha atención hasta llegar a Portopí y coger el carril bici. Este empezaba a estar algo más concurrido y las primeras bicicletas de verano empezaban a abrir la temporada. Hasta los Segways participaban del buen tiempo.