Es lo que se llama no preparar nada, salir a la buena de dios, ir a lo que salga, otras formas de decirlo se aceptan pero lo que es seguro es que el viernes por la noche no sabía a donde llegaría el sábado, y precisamente eso es lo que lo hacía especialmente atractivo. Aún a pesar de ser “la última del año” no había dispuesto nada especial. Ya solo faltaban los actores y tampoco es que haya habido muchos candidatos para representar esta comedia, tan solo Pepefz y Juan, más que habituales, y algún que otro renuncio de última hora que no desvelaremos.
Como cada uno ha hecho sus propios planes por separado me toca presentarme en Son Sardina y empezar a rodar desde allí, calentamiento no nos faltará. Nos dirigimos hacia el Parc Bit. Allí encontramos a otro grupo que empieza desde ahí mismo y nos vamos pasando unos a otros mientras nos dirigimos a Establiments. Nosotros tiramos por el camí de Can Xisco, ellos no, y delante de Sarrià los volvemos a pillar junto con otro grupo de tres, todos con la misma dirección, Son Malferit, pero a partir de las barreras continuamos nosotros solos hasta el coll de s'Heura. Variamos mi plan inicial que era subir por el Gravet y bajar por el cristo para ir directos a la Font des Rafal, en cambio optamos por bajar al área recreativa, pasar por la font de Dalt e ir directos a la otra fuente. Nos paramos en la Font de Dalt y adivinad lo que nos encontramos, efectivamente y como seguro habéis pensado, la piedra HA VUELTO A GIRAR, el fenómeno ha sucedido otra vez y seguimos sin encontrar una explicación lógica y razonable, nuestras divagaciones derivan ya sin ningún tipo de duda hacia el mundo del misterio y lo paranormal.
En la Font des Rafal dudamos de qué ramal es el correcto para ir de una tirada a la carretera y como es lógico cogemos el que no es, el que más sube, ¡y cómo sube en algunos tramos!. Como es de suponer hemos subido demasiado y para no tener que hacer mucho asfalto reculamos por otra pista inferior medio camuflada para ir a encontrar la que debimos tomar al principio desde la fuente. Ubicados en la senda correcta no tardamos en llegar al punto de cruce de la carretera. Pero los planes vuelven a cambiar, Pepe propone ir por el camí des Correu, no me parece mal y aunque soy escéptico ante la idea de encontrar el camino en cuestión que nos ha traído hasta aquí partimos hacia allá y en un par de minutos estamos en la escalerita que da acceso al camino. Somos incapaces de llegar arriba de una tirada, un solo patinazo en la parte mojada en sombra fastidia los planes de no hacer pie pero es que además antes tenías el portillo y tenías que parar a la fuerza y ahora puedes continuar por el tramo nuevo así que parar en ese punto es poner excusas pero nosotros los simples aficionados hacemos lo que podemos y no tenemos que rendir cuentas a nadie.
Arriba paramos un poco y damos cuenta de algunos trozos de tambor d'ametlla que he traído, una pequeña bomba energética ideal para lo que nos espera a continuación, que no es más que una exploración por la zona ayudados por las indicaciones del receptor GPS y los vagos recuerdos de unos y otros, la verdad es que soy escéptico respecto a nuestras posibilidades de éxito pero también pienso que si una vez lo encontré también puedo hacerlo por segunda vez, aún a pesar de haberlo intentado en vano en varias ocasiones.
Empezamos por el primer ramal ancho que encontramos que va zigzagueando no muy lejos de la pared entre varios colls de tords hasta que acaba no muy alejado del principio y en medio de ningún lugar pero aún viendo que no tiene continuación seguimos subiendo en distintas direcciones hasta encontrar un camino de carro. Este camino es el que yo bajé con Carlos en un par de ocasiones viniendo desde el coll des bous. Acaba en la pared junto a una sitja y justo ahí es cuando aparece un hito aunque en un principio no lo asocio a mi camino en particular, tampoco la máquina ayuda, no marca nada, pero Pepe recuerda haber transitado por él, así que nos vamos hacia arriba.
El tránsito es lento, la cuesta empinada y vale más cargar con la bici que empujarla, Juan es el que lo lleva peor porque se quejaba de unas molestias en un tobillo desde la semana pasada y hubiera preferido no forzar, pero no le queda más remedio que subir y aunque el tramo no es muy largo sí lo es el desnivel superado. Cuanto más subimos más me convenzo de que es mi camino perdido, las eses, el sitio, todo me recuerda a él y si además arriba me encuentro unas rocas despejadas con una vista espectacular me confirmará plenamente esa hipótesis. Y es lo que sucede, sin dudar es el mismo sitio, justo en la vertical de ses Mosqueres, ¡conseguido!, y parece que hacerlo de bajada convence a los compañeros, habrá que probarlo.
Ahora queda grabar el enganche con el camino que sube por el otro lado, fue fácil la primera vez pero al igual que los de la subida tengo esos recuerdos entremezclados y me siento incapaz de repetir ese itinerario por lo que habrá que empezar desde cero. Circulando entre los enormes bloques de rocas buscamos un avenc y lo encontramos, explorarlo ya es otro cantar, decidimos seguir a lo nuestro. El punto alfa de esa zona parece ser un rancho de carbonero con los restos de una gran barraca y una gran sitja, desde allí parte un camino de carro que como es lógico no cogemos sino que hacemos caso a Pepe que pretende dar la vuelta al Moletó de sa Granja siguiendo las curvas de nivel según sus palabras, pero pronto los hechos ponen coto a sus ideas y aunque en una jornada solo con mochila pueda ser posible, hoy, con las bicis, es imposible, por lo que no nos queda más que volver a enlazar con ese camino ancho y seguirlo hasta el final. Es lo que hacemos y en una curva lo reconozco por completo, es hasta donde subimos el día de mi infausta quedada en Esporles, el punto de la vuelta atrás, hasta Juan me daba la razón.
Queda poco pues para empalmar con la pista principal y efectivamente así es, aunque llegados a ese punto a todos nos parece corto lo realizado y se sopesan varias posibilidades, subir por el sendero hacia el Moletó y más allá, cosa que descarto de manera contundente aunque no lo haya visto, eso hay que hacerlo siempre de bajada; tenemos también la opción de bajar directos pero parece tan obvio que lo descartamos de inicio aún cuando Juan se canse de pedirnos la hora, igual sabiéndola le hubiera parecido la opción más sensata. Lo que hacemos es volver atrás para hacer el camino inverso pero al llegar a la sitja los planes han vuelto a cambiar, Pepe, espoloneado por los comentarios de un senderista-fotógrafo que nos encontramos por la zona, quiere encontrar un camino de carro señalado sobre el mapa que parte justo de allí y empalma con la bajada de ses Rotasses, parece tan claro que me convence hasta a mí, hacer dos caminos nuevos en un solo día me parecería de lo más satisfactorio.
Pese a ser tan evidente sobre la pantalla sobre el terreno no lo es tanto, de hecho no se vislumbra ni rastro del mencionado camino de carro y eso que estamos sobre una atalaya perfecta. No existe tal senda pero la imaginación suple con creces la evidencia y empezamos a bajar por una simple ladera entre una maraña de madroños secos donde no es nada fácil progresar, ya me dí cuenta de ello cuando pasé por el mirador de Son Poquet, tener que apartar las ramas con una mano y empujar con la otra sobre un terreno muy irregular puede llegar a crispar los nervios de más de uno.
Ya sabemos que no hay camino, al menos reciente porque alguna sitja sí que encontramos y como mínimo un sendero debían emplear para llevarse el material pero desde luego ha desaparecido, tiempo ha habido para crecer una selva por allí desde entonces. Como tenía que suceder llegamos a empalmar con nuestro objetivo aunque fuera campo a través, el camí de ses Rotasses, y a partir de allí bajamos ya por zona conocida aunque al llegar junto a la pared medianera la saltamos para acabar por el otro camino y apuntar exactamente donde acabe.
Ya en el camí des Correu nos dedicamos a volver lo más rápidamente posible aunque atentos a todos los senderistas que nos vamos encontrando que son bastantes a esa hora. El último tramo no convence a nadie, el haber quitado la cubierta de tierra en muchos tramos no favorece en nada a nuestras monturas, es un duro traqueteo muy largo y continuado hasta la carretera, yo estaba más pendiente del cambio que de otra cosa pero tampoco podía hacer gran cosa excepto ir más lento y no lo hice. Seguimos por los siguientes tramos del camino hasta la altura del safareig donde propongo acortar en dirección a la fuente, la propuesta se aprueba no sin antes divagar un poco sobre las intenciones del propietario tras haberlo vaciado y montar un andamio en el interior.
Subimos hasta el sendero superior y en el área recreativa paramos unos minutos para acabar de comerme lo que llevo y reponer fuerzas antes de afrontar el largo regreso hasta el aparcamiento del metro de Son Sardina, que no es poco, pero realizado a un ritmo un poco más pausado que el de la ida ahora me parece hasta más llevadero. Hemos pasado muchas horas sobre la bici y también con la bici al lado pero no lo sé cierto hasta que miro el reloj, casi las cuatro, aunque no me lo parece, la ruta no será de muchas cifras pero los resultados bien valen la pena cuando consigues que las puntadas acaben en un bon ripunt.
Nota: tenéis el resto de fotos y crónica en la página de Pepefz.
Como cada uno ha hecho sus propios planes por separado me toca presentarme en Son Sardina y empezar a rodar desde allí, calentamiento no nos faltará. Nos dirigimos hacia el Parc Bit. Allí encontramos a otro grupo que empieza desde ahí mismo y nos vamos pasando unos a otros mientras nos dirigimos a Establiments. Nosotros tiramos por el camí de Can Xisco, ellos no, y delante de Sarrià los volvemos a pillar junto con otro grupo de tres, todos con la misma dirección, Son Malferit, pero a partir de las barreras continuamos nosotros solos hasta el coll de s'Heura. Variamos mi plan inicial que era subir por el Gravet y bajar por el cristo para ir directos a la Font des Rafal, en cambio optamos por bajar al área recreativa, pasar por la font de Dalt e ir directos a la otra fuente. Nos paramos en la Font de Dalt y adivinad lo que nos encontramos, efectivamente y como seguro habéis pensado, la piedra HA VUELTO A GIRAR, el fenómeno ha sucedido otra vez y seguimos sin encontrar una explicación lógica y razonable, nuestras divagaciones derivan ya sin ningún tipo de duda hacia el mundo del misterio y lo paranormal.
En la Font des Rafal dudamos de qué ramal es el correcto para ir de una tirada a la carretera y como es lógico cogemos el que no es, el que más sube, ¡y cómo sube en algunos tramos!. Como es de suponer hemos subido demasiado y para no tener que hacer mucho asfalto reculamos por otra pista inferior medio camuflada para ir a encontrar la que debimos tomar al principio desde la fuente. Ubicados en la senda correcta no tardamos en llegar al punto de cruce de la carretera. Pero los planes vuelven a cambiar, Pepe propone ir por el camí des Correu, no me parece mal y aunque soy escéptico ante la idea de encontrar el camino en cuestión que nos ha traído hasta aquí partimos hacia allá y en un par de minutos estamos en la escalerita que da acceso al camino. Somos incapaces de llegar arriba de una tirada, un solo patinazo en la parte mojada en sombra fastidia los planes de no hacer pie pero es que además antes tenías el portillo y tenías que parar a la fuerza y ahora puedes continuar por el tramo nuevo así que parar en ese punto es poner excusas pero nosotros los simples aficionados hacemos lo que podemos y no tenemos que rendir cuentas a nadie.
Arriba paramos un poco y damos cuenta de algunos trozos de tambor d'ametlla que he traído, una pequeña bomba energética ideal para lo que nos espera a continuación, que no es más que una exploración por la zona ayudados por las indicaciones del receptor GPS y los vagos recuerdos de unos y otros, la verdad es que soy escéptico respecto a nuestras posibilidades de éxito pero también pienso que si una vez lo encontré también puedo hacerlo por segunda vez, aún a pesar de haberlo intentado en vano en varias ocasiones.
Empezamos por el primer ramal ancho que encontramos que va zigzagueando no muy lejos de la pared entre varios colls de tords hasta que acaba no muy alejado del principio y en medio de ningún lugar pero aún viendo que no tiene continuación seguimos subiendo en distintas direcciones hasta encontrar un camino de carro. Este camino es el que yo bajé con Carlos en un par de ocasiones viniendo desde el coll des bous. Acaba en la pared junto a una sitja y justo ahí es cuando aparece un hito aunque en un principio no lo asocio a mi camino en particular, tampoco la máquina ayuda, no marca nada, pero Pepe recuerda haber transitado por él, así que nos vamos hacia arriba.
El tránsito es lento, la cuesta empinada y vale más cargar con la bici que empujarla, Juan es el que lo lleva peor porque se quejaba de unas molestias en un tobillo desde la semana pasada y hubiera preferido no forzar, pero no le queda más remedio que subir y aunque el tramo no es muy largo sí lo es el desnivel superado. Cuanto más subimos más me convenzo de que es mi camino perdido, las eses, el sitio, todo me recuerda a él y si además arriba me encuentro unas rocas despejadas con una vista espectacular me confirmará plenamente esa hipótesis. Y es lo que sucede, sin dudar es el mismo sitio, justo en la vertical de ses Mosqueres, ¡conseguido!, y parece que hacerlo de bajada convence a los compañeros, habrá que probarlo.
Ahora queda grabar el enganche con el camino que sube por el otro lado, fue fácil la primera vez pero al igual que los de la subida tengo esos recuerdos entremezclados y me siento incapaz de repetir ese itinerario por lo que habrá que empezar desde cero. Circulando entre los enormes bloques de rocas buscamos un avenc y lo encontramos, explorarlo ya es otro cantar, decidimos seguir a lo nuestro. El punto alfa de esa zona parece ser un rancho de carbonero con los restos de una gran barraca y una gran sitja, desde allí parte un camino de carro que como es lógico no cogemos sino que hacemos caso a Pepe que pretende dar la vuelta al Moletó de sa Granja siguiendo las curvas de nivel según sus palabras, pero pronto los hechos ponen coto a sus ideas y aunque en una jornada solo con mochila pueda ser posible, hoy, con las bicis, es imposible, por lo que no nos queda más que volver a enlazar con ese camino ancho y seguirlo hasta el final. Es lo que hacemos y en una curva lo reconozco por completo, es hasta donde subimos el día de mi infausta quedada en Esporles, el punto de la vuelta atrás, hasta Juan me daba la razón.
Queda poco pues para empalmar con la pista principal y efectivamente así es, aunque llegados a ese punto a todos nos parece corto lo realizado y se sopesan varias posibilidades, subir por el sendero hacia el Moletó y más allá, cosa que descarto de manera contundente aunque no lo haya visto, eso hay que hacerlo siempre de bajada; tenemos también la opción de bajar directos pero parece tan obvio que lo descartamos de inicio aún cuando Juan se canse de pedirnos la hora, igual sabiéndola le hubiera parecido la opción más sensata. Lo que hacemos es volver atrás para hacer el camino inverso pero al llegar a la sitja los planes han vuelto a cambiar, Pepe, espoloneado por los comentarios de un senderista-fotógrafo que nos encontramos por la zona, quiere encontrar un camino de carro señalado sobre el mapa que parte justo de allí y empalma con la bajada de ses Rotasses, parece tan claro que me convence hasta a mí, hacer dos caminos nuevos en un solo día me parecería de lo más satisfactorio.
Pese a ser tan evidente sobre la pantalla sobre el terreno no lo es tanto, de hecho no se vislumbra ni rastro del mencionado camino de carro y eso que estamos sobre una atalaya perfecta. No existe tal senda pero la imaginación suple con creces la evidencia y empezamos a bajar por una simple ladera entre una maraña de madroños secos donde no es nada fácil progresar, ya me dí cuenta de ello cuando pasé por el mirador de Son Poquet, tener que apartar las ramas con una mano y empujar con la otra sobre un terreno muy irregular puede llegar a crispar los nervios de más de uno.
Ya sabemos que no hay camino, al menos reciente porque alguna sitja sí que encontramos y como mínimo un sendero debían emplear para llevarse el material pero desde luego ha desaparecido, tiempo ha habido para crecer una selva por allí desde entonces. Como tenía que suceder llegamos a empalmar con nuestro objetivo aunque fuera campo a través, el camí de ses Rotasses, y a partir de allí bajamos ya por zona conocida aunque al llegar junto a la pared medianera la saltamos para acabar por el otro camino y apuntar exactamente donde acabe.
Ya en el camí des Correu nos dedicamos a volver lo más rápidamente posible aunque atentos a todos los senderistas que nos vamos encontrando que son bastantes a esa hora. El último tramo no convence a nadie, el haber quitado la cubierta de tierra en muchos tramos no favorece en nada a nuestras monturas, es un duro traqueteo muy largo y continuado hasta la carretera, yo estaba más pendiente del cambio que de otra cosa pero tampoco podía hacer gran cosa excepto ir más lento y no lo hice. Seguimos por los siguientes tramos del camino hasta la altura del safareig donde propongo acortar en dirección a la fuente, la propuesta se aprueba no sin antes divagar un poco sobre las intenciones del propietario tras haberlo vaciado y montar un andamio en el interior.
Subimos hasta el sendero superior y en el área recreativa paramos unos minutos para acabar de comerme lo que llevo y reponer fuerzas antes de afrontar el largo regreso hasta el aparcamiento del metro de Son Sardina, que no es poco, pero realizado a un ritmo un poco más pausado que el de la ida ahora me parece hasta más llevadero. Hemos pasado muchas horas sobre la bici y también con la bici al lado pero no lo sé cierto hasta que miro el reloj, casi las cuatro, aunque no me lo parece, la ruta no será de muchas cifras pero los resultados bien valen la pena cuando consigues que las puntadas acaben en un bon ripunt.
Nota: tenéis el resto de fotos y crónica en la página de Pepefz.