Improvisando

Es lo que se llama no preparar nada, salir a la buena de dios, ir a lo que salga, otras formas de decirlo se aceptan pero lo que es seguro es que el viernes por la noche no sabía a donde llegaría el sábado, y precisamente eso es lo que lo hacía especialmente atractivo. Aún a pesar de ser “la última del año” no había dispuesto nada especial. Ya solo faltaban los actores y tampoco es que haya habido muchos candidatos para representar esta comedia, tan solo Pepefz y Juan, más que habituales, y algún que otro renuncio de última hora que no desvelaremos.

Como cada uno ha hecho sus propios planes por separado me toca presentarme en Son Sardina y empezar a rodar desde allí, calentamiento no nos faltará. Nos dirigimos hacia el Parc Bit. Allí encontramos a otro grupo que empieza desde ahí mismo y nos vamos pasando unos a otros mientras nos dirigimos a Establiments. Nosotros tiramos por el camí de Can Xisco, ellos no, y delante de Sarrià los volvemos a pillar junto con otro grupo de tres, todos con la misma dirección, Son Malferit, pero a partir de las barreras continuamos nosotros solos hasta el coll de s'Heura. Variamos mi plan inicial que era subir por el Gravet y bajar por el cristo para ir directos a la Font des Rafal, en cambio optamos por bajar al área recreativa, pasar por la font de Dalt e ir directos a la otra fuente. Nos paramos en la Font de Dalt y adivinad lo que nos encontramos, efectivamente y como seguro habéis pensado, la piedra HA VUELTO A GIRAR, el fenómeno ha sucedido otra vez y seguimos sin encontrar una explicación lógica y razonable, nuestras divagaciones derivan ya sin ningún tipo de duda hacia el mundo del misterio y lo paranormal.

En la Font des Rafal dudamos de qué ramal es el correcto para ir de una tirada a la carretera y como es lógico cogemos el que no es, el que más sube, ¡y cómo sube en algunos tramos!. Como es de suponer hemos subido demasiado y para no tener que hacer mucho asfalto reculamos por otra pista inferior medio camuflada para ir a encontrar la que debimos tomar al principio desde la fuente. Ubicados en la senda correcta no tardamos en llegar al punto de cruce de la carretera. Pero los planes vuelven a cambiar, Pepe propone ir por el camí des Correu, no me parece mal y aunque soy escéptico ante la idea de encontrar el camino en cuestión que nos ha traído hasta aquí partimos hacia allá y en un par de minutos estamos en la escalerita que da acceso al camino. Somos incapaces de llegar arriba de una tirada, un solo patinazo en la parte mojada en sombra fastidia los planes de no hacer pie pero es que además antes tenías el portillo y tenías que parar a la fuerza y ahora puedes continuar por el tramo nuevo así que parar en ese punto es poner excusas pero nosotros los simples aficionados hacemos lo que podemos y no tenemos que rendir cuentas a nadie.

Arriba paramos un poco y damos cuenta de algunos trozos de tambor d'ametlla que he traído, una pequeña bomba energética ideal para lo que nos espera a continuación, que no es más que una exploración por la zona ayudados por las indicaciones del receptor GPS y los vagos recuerdos de unos y otros, la verdad es que soy escéptico respecto a nuestras posibilidades de éxito pero también pienso que si una vez lo encontré también puedo hacerlo por segunda vez, aún a pesar de haberlo intentado en vano en varias ocasiones.

Empezamos por el primer ramal ancho que encontramos que va zigzagueando no muy lejos de la pared entre varios colls de tords hasta que acaba no muy alejado del principio y en medio de ningún lugar pero aún viendo que no tiene continuación seguimos subiendo en distintas direcciones hasta encontrar un camino de carro. Este camino es el que yo bajé con Carlos en un par de ocasiones viniendo desde el coll des bous. Acaba en la pared junto a una sitja y justo ahí es cuando aparece un hito aunque en un principio no lo asocio a mi camino en particular, tampoco la máquina ayuda, no marca nada, pero Pepe recuerda haber transitado por él, así que nos vamos hacia arriba.

El tránsito es lento, la cuesta empinada y vale más cargar con la bici que empujarla, Juan es el que lo lleva peor porque se quejaba de unas molestias en un tobillo desde la semana pasada y hubiera preferido no forzar, pero no le queda más remedio que subir y aunque el tramo no es muy largo sí lo es el desnivel superado. Cuanto más subimos más me convenzo de que es mi camino perdido, las eses, el sitio, todo me recuerda a él y si además arriba me encuentro unas rocas despejadas con una vista espectacular me confirmará plenamente esa hipótesis. Y es lo que sucede, sin dudar es el mismo sitio, justo en la vertical de ses Mosqueres, ¡conseguido!, y parece que hacerlo de bajada convence a los compañeros, habrá que probarlo.

Ahora queda grabar el enganche con el camino que sube por el otro lado, fue fácil la primera vez pero al igual que los de la subida tengo esos recuerdos entremezclados y me siento incapaz de repetir ese itinerario por lo que habrá que empezar desde cero. Circulando entre los enormes bloques de rocas buscamos un avenc y lo encontramos, explorarlo ya es otro cantar, decidimos seguir a lo nuestro. El punto alfa de esa zona parece ser un rancho de carbonero con los restos de una gran barraca y una gran sitja, desde allí parte un camino de carro que como es lógico no cogemos sino que hacemos caso a Pepe que pretende dar la vuelta al Moletó de sa Granja siguiendo las curvas de nivel según sus palabras, pero pronto los hechos ponen coto a sus ideas y aunque en una jornada solo con mochila pueda ser posible, hoy, con las bicis, es imposible, por lo que no nos queda más que volver a enlazar con ese camino ancho y seguirlo hasta el final. Es lo que hacemos y en una curva lo reconozco por completo, es hasta donde subimos el día de mi infausta quedada en Esporles, el punto de la vuelta atrás, hasta Juan me daba la razón.

Queda poco pues para empalmar con la pista principal y efectivamente así es, aunque llegados a ese punto a todos nos parece corto lo realizado y se sopesan varias posibilidades, subir por el sendero hacia el Moletó y más allá, cosa que descarto de manera contundente aunque no lo haya visto, eso hay que hacerlo siempre de bajada; tenemos también la opción de bajar directos pero parece tan obvio que lo descartamos de inicio aún cuando Juan se canse de pedirnos la hora, igual sabiéndola le hubiera parecido la opción más sensata. Lo que hacemos es volver atrás para hacer el camino inverso pero al llegar a la sitja los planes han vuelto a cambiar, Pepe, espoloneado por los comentarios de un senderista-fotógrafo que nos encontramos por la zona, quiere encontrar un camino de carro señalado sobre el mapa que parte justo de allí y empalma con la bajada de ses Rotasses, parece tan claro que me convence hasta a mí, hacer dos caminos nuevos en un solo día me parecería de lo más satisfactorio.

Pese a ser tan evidente sobre la pantalla sobre el terreno no lo es tanto, de hecho no se vislumbra ni rastro del mencionado camino de carro y eso que estamos sobre una atalaya perfecta. No existe tal senda pero la imaginación suple con creces la evidencia y empezamos a bajar por una simple ladera entre una maraña de madroños secos donde no es nada fácil progresar, ya me dí cuenta de ello cuando pasé por el mirador de Son Poquet, tener que apartar las ramas con una mano y empujar con la otra sobre un terreno muy irregular puede llegar a crispar los nervios de más de uno.

Ya sabemos que no hay camino, al menos reciente porque alguna sitja sí que encontramos y como mínimo un sendero debían emplear para llevarse el material pero desde luego ha desaparecido, tiempo ha habido para crecer una selva por allí desde entonces. Como tenía que suceder llegamos a empalmar con nuestro objetivo aunque fuera campo a través, el camí de ses Rotasses, y a partir de allí bajamos ya por zona conocida aunque al llegar junto a la pared medianera la saltamos para acabar por el otro camino y apuntar exactamente donde acabe.

Ya en el camí des Correu nos dedicamos a volver lo más rápidamente posible aunque atentos a todos los senderistas que nos vamos encontrando que son bastantes a esa hora. El último tramo no convence a nadie, el haber quitado la cubierta de tierra en muchos tramos no favorece en nada a nuestras monturas, es un duro traqueteo muy largo y continuado hasta la carretera, yo estaba más pendiente del cambio que de otra cosa pero tampoco podía hacer gran cosa excepto ir más lento y no lo hice. Seguimos por los siguientes tramos del camino hasta la altura del safareig donde propongo acortar en dirección a la fuente, la propuesta se aprueba no sin antes divagar un poco sobre las intenciones del propietario tras haberlo vaciado y montar un andamio en el interior.

Subimos hasta el sendero superior y en el área recreativa paramos unos minutos para acabar de comerme lo que llevo y reponer fuerzas antes de afrontar el largo regreso hasta el aparcamiento del metro de Son Sardina, que no es poco, pero realizado a un ritmo un poco más pausado que el de la ida ahora me parece hasta más llevadero. Hemos pasado muchas horas sobre la bici y también con la bici al lado pero no lo sé cierto hasta que miro el reloj, casi las cuatro, aunque no me lo parece, la ruta no será de muchas cifras pero los resultados bien valen la pena cuando consigues que las puntadas acaben en un bon ripunt.

Nota: tenéis el resto de fotos y crónica en la página de Pepefz.


Nadal



Este año es mi postal preferida.

Buenas fiestas a todos los que pasáis por estas páginas compartiendo afición.


Pasados por agua

Me tentaron con un correo que llevaba por título “ruta por Bàlitx”. En un principio no dice mucho pero hay que confiar en el remitente y su saber hacer y no me queda más que ponerme en sus manos y dejarme llevar aunque para no perder la costumbre no dejaría pasar la oportunidad de poner algo de mi parte. No pensaron lo mismo otros integrantes del grupo que prefirieron dejarlo correr y así solamente Juan y yo acudimos a la cita, y no sin ciertas reticencias iniciales por su parte sabedor de que los planes urdidos pueden ser, en algunos casos, imprevisibles.

El día anterior miré la previsión meteorológica y vi un día de verano dentro de lo que cabe, por eso no cogí ni la chaqueta pero yendo para allá vimos que la cosa no pintaba tan bien como nos lo habían contado pero tampoco le dimos mayor importancia. Tras comprobar que no vendría nadie más nos pusimos en marcha, la primera parte de la ruta es ir a coger agua y saludar a la familia. Después de cumplir nos podemos poner en marcha directos al asunto. Éste pasa por cruzar por Cas Panerers y Can Rave para tomar la carretera vella de Bàlitx llegando a sa Capelleta en un plis plas y ahí quiero mostrar a Pepe la verdadera capelleta, que pasando numerosas veces por al lado nunca había parado a apreciar los detalles.

Tras la visita turística seguimos camino y este, por conocido, nunca defrauda. Subida tranquila hasta el coll d'en Pastor donde el tiempo cambia, y no solo cambia, sino que empeora a ojos vista, y eso quiere decir que empieza a llover. Vamos a ver, si dan ínfimas probabilidades de lluvia, ¿qué es lo que está cayendo? Y no era la niebla húmeda como quería hacernos creer el sherpa. Ellos se pueden abrigar un poco pero yo voy con lo puesto y es cuestión de tiempo que el agua me vaya calando a medida que arrecie la lluvia.

Alguien entra por la barrera de Bàlitx d'Amunt mientras nosotros nos vamos hacia el fondo del valle y ahí es donde va a empezar lo nuevo para mí ya que desde que se empezaron las obras en Bàlitx d'Enmig no he vuelto a pasar por allí y ya desde el inicio descartamos el camí vell, justo allí está el desvío alternativo que se adentra en los bancales de la finca pero a la altura de las casas se ha habilitado otro nuevo para alargar aún más la conexión con la pista principal. Se trata de un tramo, podríamos decir trialero, con algunos pasos escalonados que lo hacen más entretenido.

Entramos en la pista justo en la encrucijada de caminos, a la izquierda el porxo (ses Cases velles?) y la que pienso que es una pista secundaria que viene de abajo; enfrente el camí vell y a la derecha la pista principal. Nosotros entramos en el camino empedrado que más parece una torrentera por la cantidad de agua que va bajando. Ni me pongo las protecciones tales son las ganas de tirar para abajo, lo he bajado un par de veces, la primera con la bici vieja y debió ser apoteósico aunque no recuerdo pasar malos tragos, en cambio en la segunda ocasión sí disfruté más, era ya con la bici doble. Ésta sería la segunda ocasión en serio y quería grabarla bien, la lluvia que caía a cántaros no iba a ser obstáculo para esta empresa y pese a todo el suelo agarraba muy bien, todas las pegas son más del jinete que no de la montura aunque algo sí que cuenta.

Pepe y yo bajamos rodando sin más problemas pero Juan no se acabó de fiar y bajó más a pata que montado (se hubiera mojado menos, creo yo). Lo cierto es que abajo lo esperamos a resguardo (mínimamente) de un árbol cerca del puente del torrente que bajaba muy crecido mientras la lluvia arreciaba con ganas, éso nos hizo desistir de continuar más allá, frío no hacía mucho pero el ir mojados no ayudaba a tomar decisiones más valientes así que decidimos volver pero esta vez por lo que yo creía que era la pista secundaria que otros ya han utilizado y para mi sorpresa pude comprobar que es el verdadero camino antiguo, su trazado y construcción lo delatan.

Pudimos parar a comer algo en el racó de la font de la mare de deu, bien documentada en otras páginas, nosotros solamente hicimos unas cuantas fotos de recuerdo. La zona era un sinfín de corrientes de agua que iban en busca del cauce mayor, un torrente pequeño que corría por la hondonada aunque con un gran caudal si hacemos caso del estruendo de su corriente, y a pesar de ello, muy relajante. Volvemos al cruce de pistas y bromeamos sobre la posibilidad de realizar un segundo bucle por el mismo sitio, lo hubiera hecho si no hubiera ido tan empapado, y continuamos vuelta directa por la pista aunque en Bàlitx d'Amunt, mientras espero a Juan, Pepe se va echar un vistazo por lo que haya detrás de esa barrera a la que había echado el ojo en la ida. Vuelve a salir alguien desde las casas y nos enreda unos minutos, más que nada para que no viera donde nos metíamos, esperando que se vaya de allí. Al hacerlo vamos tras los pasos del compañero que tenemos que adivinar porque vamos encontrando varios cruces por el camino. Al salir a la pista de Moncaire lo vemos a lo lejos sobre la pista de Bàlitx y ahí nos reagrupamos.

Él tiene pensado bajar por el camí vell pero yo no, mi idea es la costa d'en Flassada y hacerle caso supone quitar algunos tramos interesantes de mi propuesta, como ni él ni Juan ponen mayores objeciones partimos hacia el mirador de ses Barques. A partir de este punto vamos alternando tramos nuevos para unos o para otros, creo que ninguno de los tres lo había realizado completo. Yo estaba seguro de que el tramo del mirador hacia abajo no lo había bajado, de hecho creo que dudábamos de todo. Tanto es así que tras volver a la pista me encontré con un letrero en la primera curva que no había visto en la bajada que hice con los bous y que creía que era nuevo para mí aunque al pasar de las horas más me convenzo de que sí había pasado. Hacemos pues los tres primeros tramos del camí de Bàlitx y entramos en el cuarto; es el más complicado técnicamente y al volver a enlazar me doy cuenta de que algo es diferente, hay una barrera pero aún a pesar de las dudas seguimos adelante pero ya al volver a cruzar la pista me planteo más seriamente dónde nos hemos desviado, desvío que ninguno de los tres ha visto, por cierto. Como somos cabezones volvemos arriba a comprobarlo, empezaremos desde el inicio del tercer tramo al que llegamos en pocos minutos y allí, justo donde empieza la parte más complicada está el poste que sí vi hace pocas fechas pero ayer no, entonces me lanzo por el nuevo ramal y al llegar al último escalón antes de la pista decido saltarlo con tan mala fortuna que el cambio se engancha y se rompe el soporte, no la patilla. Unos minutos para quitar la cadena y el cambio y seguir la bajada esta vez hasta el final por el camino correcto, prácticamente no hace falta tracción.

Evidentemente la idea de alargar la ruta hacia otros derroteros cae por su propio peso y aunque hace tiempo que ha dejado de llover seguimos yendo empapados y el pararnos nos enfría. Cruzamos el pueblo de manera que pueda ayudarme del empuje de las piernas, y entre mis arreones y la ayuda de ellos dos pudimos llegar sin mayores problemas. Lo estábamos deseando para cambiarnos de ropa o al menos secar la que llevábamos puesta.

No hicimos todo lo que teníamos en mente antes de salir pero bien se puede decir que lo que rodamos fue provechoso, sobre todo dentro del corto recorrido que hicimos.


Va de clásicas

Ha sido una semana tranquila en el sentido de preparar alguna ruta porque ya desde el domingo pasado me propusieron un plan, un plan inicial que hubo que mejorar un poco para dar cabida a todos las expectativas, esencialmente alargarlo un poco más. La proposición, a mi parecer, era de mínimos y lo planteé al revés, de máximos, y a medida que fuera pasando el tiempo los afectados se fueran descolgando.

El lugar elegido era Valldemossa y como no te sueles alejar mucho no habría problemas. La ruta podemos decir que es subir al pla dets Aritges y continuar hacia el Caragolí, el tema es subir allí, la mayoría de gente suele hacerlo por es Cairats pero a mí, y a algunos más, nos gusta hacerlo por el pla des Pouet y ahí ya se entra en disquisiciones de cuál opción es mejor. Así, en frío, podemos afirmar que la subida al refugio es más ciclable, cierto, pero solamente para los muy entrenados, para la inmensa mayoría es un pateo por una pista infernal. Como yo estoy en el grupo del montón hace ya tiempo que no voy por allí, prefiero el camino de piedras, y como yo unos cuantos más, así que como todos estamos de acuerdo no hay problema en plantear la ruta por allí. Cierto que ayer venían unos cuantos nuevos a los que no les pareció tan buena idea pero tampoco han visto la otra opción así que su opinión por ahora no cuenta.

Cosa rara pero ayer no llegué el último al lugar de encuentro, los bous se retrasaron y mucho y dio tiempo a presentarse en el lugar a los Trabucats y los Morci-bikers antes que ellos. Parecía más una quedada improvisada que otra cosa y si hubiera habido un tenderete con bebida no salimos de allí. No duramos mucho tiempo juntos ya que todos se fueron a catar el cemento que supongo que si estaba un poco húmedo poco hicieron encima de la bici. A pesar de no ilusionarme mucho el empezar a subir de golpe sin haber hecho unos cuantos kilómetros antes se puede decir que no acusé esa circunstancia adversa, en general subimos todos bastante bien, pateo, montar, pateo, montar y así sucesivamente hasta el portillo. Continuamos hasta el pas d'en Miquel, corta paradita en los miradores y continuamos marcha, ahora ya más constante hasta el pla dets Aritges en plena niebla.

Fui de los primeros en llegar y después fueron apareciendo Trabucats y bous alternativamente pudiendo afirmar que se tarda exactamente lo mismo por una ruta que por otra aunque los morcis no aparecieron durante todo el rato que estuvimos por allí. No paramos más de la cuenta porque el ambiente no era el propicio, estábamos empapándonos de humedad y salimos en fila hacia el coll de Son Gallard. Desde el desvío de los cingles fui solo, me dejaron pasar delante y no paré hasta el desvío del coll, después fueron llegando unos cuantos y oímos a otros que venían pero no eran de los nuestros, todos con las rígidas grandes y el traje de una conocida tienda del ramo, los nuestros tardaron aún un rato largo en llegar por lo que abandoné la idea de ir a visitar la cueva cercana.

En el pedrís nos volvimos a juntar todos, también los Trabucats que supongo venían de la cueva ya que iban por delante, ellos se fueron hacia el pla des Pouet junto con algunos de los nuestros, el resto de nosotros y el otro grupo hacia Son Gallard y en la bajada nos mezclamos, después cogieron la delantera hacia las ermitas y ya no los volvimos a ver. En esta bajada Rubén el madrileño se la volvió a pegar, ya había catado roca por ahí arriba, y llevaba las rodillas doloridas, hace poco que sale con bici y ni siquiera pensaba que circularía por donde lo estaba haciendo así que todo era muy nuevo para él, pero tampoco se amilanaba e iba haciendo progresos. No es una bajada técnica y por eso no deja indiferente a nadie porque todos en mayor o menor grado la disfrutan.

Toca foto de grupo en el mirador, comer algo y decidir los siguientes pasos pero como vamos un poco justos de tiempo no dejo alargar mucho el debate y nos vamos para abajo que allí esperan gente. En la carretera no se va nadie pero ya veo que hacer lo que tengo pensado en una hora y media es ir muy confiado pero decidimos llegar hasta M. y decidir allí. Dicho y hecho, pero la primera sorpresa son las escaleras que bajan hasta el mirador des niu des Corb, después el mirador y hasta el mismo camino así que vamos bastante lentos entre sacar fotos y contemplar las vistas. El camino y su paseo por la ladera, en algunos casos un poco expuesto, tampoco ayudan a la decisión de algunos pero finalmente toda la comitiva realiza el trayecto.

En la entrada de M. han puesto un botador y un letrero con las tarifas de visita que no acabo de entender el porqué de esa ubicación. Como la zona de los pontets la están cultivando y vallando han puesto otro botador para volver a coger el camino que va un poco más abajo. Obviamos el desvío y llegamos hasta las casas para volver a hacer parada turística en los miradores en los que ninguno había estado y desde luego hace que te olvides de que has ido allí en bici y tienes que volver, pero la realidad se impone y debemos decidir, hay tiempo para hacer la ruta larga a la que solamente se apuntan los peninsulares pero los demás vuelven sobre sus pasos hacia el pueblo para cumplir con su propio horario.

Catamos la bajada que se me presenta interesante aunque sin dificultades y parece que aparte del desbroce del camino se ha intentado alguna reparación de urgencia en algún mirador, pero poco más. Tampoco puede decirse que se pueda hacer mucho más y como esa actuación (por lo que yo sé) está ligada a unos intereses económicos si no aparece un beneficio claro serán las últimas mejoras que veamos. Pero a nosotros nos es suficiente por ahora aunque también es cierto que procurando desligarnos de esa supuesta pretensión económica.

Rubén acaba notando en exceso todos los contras de la ruta, le duelen las rodillas, le falta técnica para sortear obstáculos y la bici no da para más, y para más inri se le rompe la mochila y se le acaba el agua, por eso llegar el llegar al camino ancho de abajo se le antoja la salvación aunque no le libra de tener que saltar otro par de barreras. Ya le digo que lo disfrute porque será de los pocos caminos largos y planos que se va encontrar por aquí, al menos por a zona de la Tramuntana aunque ellos viven en Llucmajor y ahí es otro mundo, nada que ver con éste. Mi único consejo fue que eligiera bien los compañeros de ruta o iba a aburrir pronto el mtb.

Vuelta por carretera hasta el pueblo donde entramos y ellos compraron algo de comer y beber ya que iban secos, después nos despedimos en los coches. Pese a todos los pesares la ruta les había encantado y me lo agradecieron pero no me quiero atribuir méritos que no me corresponden o sea que seguro que volvemos a coincidir en alguna otra ruta próximamente.

Del resto ya vi en las fotos que se lo pasaron bien hasta el mismo final de la ruta. “Tengo prisa, tengo prisa”, canallas...


Casi de paseo

Con parte del grupo fuera de la isla y sin una oposición clara no me fue difícil plantear una salida a mi medida, se trataba de comprobar unos caminos para poder modificar una ruta de la cual una parte puede presentar problemas de paso no ya por parte de algún propietario sino que se trata de un tramo GR, en concreto el que baja desde el refugio de Tossals Verds hasta el cruce de Solleric. Lo sé de oídas, me lo han contado, pero no acabo de verlo claro, es un tramo nuevo pero es muy rocoso y bastante técnico con lo que la velocidad siempre será baja y la erosión que podamos provocar en el mismo, mínima pero aún así los guardas han hecho acto de presencia y han repartido consejos varios. Y no lo veo claro porque no veo diferencia entre este tramo y el que baja hasta el refugio, por ejemplo, son muy parecidos, por tanto las restricciones deberían ser idénticas en ambos casos, no obstante nada sabemos con certeza.

Sin embargo otros episodios parecidos han acaecido estos días, otro similar aconteció en la Comuna de Bunyola, apareció la noticia en un foro del gremio. Unos forestales dieron el alto a unos ciclistas que bajaban por es Cocons, el motivo, exceso de velocidad; la consecuencia, multa al canto; la realidad, se fueron por patas (es un decir). Según cuentan las crónicas todo vino a raíz de una denuncia anterior y no me extrañaría nada que algo parecido hubiera sucedido en Tossals, un pequeño encontronazo ciclista-senderista con no muy buena relación, parece que algunos no calibran adecuadamente los pros y los contras de sus actuaciones, otros pagaremos las consecuencias. Y lo digo sin atreverme a desmentir que alguna vez no haya podido molestar a alguien con mi paso aún sin haber mediado palabra o comentario entre ambos.

Así que se me ocurrió modificar la ruta precisamente con el camino que quería poner en un principio y no hice por la simple razón de que no lo he hecho completo y ésa es una condición sine qua non para poder figurar en mi biblioteca particular. Y había que poner remedio pero como ésa es una cuestión que solo atañe a mí personalmente no parece un acicate apetitoso para los demás, entonces hay que adornar un poco el pastel para que aparezcan las ganas, y éso hice. Un poco de intriga por aquí, otro poco de suspense por allá, promesas de diversión por un l do, apaciguamientos por el otro, y así, contentando un poco a todos nos hemos presentado cinco en el punto de salida.

Sin mucho apremio a la hora de partir logramos ponernos en marcha dándole más a la lengua que a los pedales, me parece a mí. Nos metemos en la Comuna de Biniamar donde el fresco se nota y sabedores de ello nos hemos abrigado un poco antes pero al llegar a Mancor ya todo sobra. La carretera de Biniarroi está en zona de sol y pronto nos despojamos de la primera capa, ni falta hubiera hecho el ponérsela. Como es de esperar los dos Pepes toman la delantera y les parece mejor subir andando por el camino viejo que por la carretera, por eso no nos volvemos a ver hasta arriba.

Esta subida la hemos hecho muchas veces y nunca llega a ser cómoda de verdad, y eso que en pocas ocasiones pasamos del llogaret, pero aún continúa hacia arriba varios kilómetros más. Arrejuntados en las casas aprovechamos el buen día y sus magníficas vistas para deleitarnos contemplándolas y de paso comer algo y fisgar entre los restos de algunas casas. Entonces doy a conocer el siguiente paso de la ruta, vuelta a bajar al pueblo por el camino viejo, técnico y divertido a la par. Estamos pues abajo otra vez y sin parar volvemos a encarar otra subida, la Font Garrover nos espera. Esta vez subimos más agrupados ya que los de delante van esperando periódicamente a los más rezagados. Otro piscolabis en la barrera de arriba a pleno sol, es toda una tentación quedarse a disfrutar del reconfortante solaz. Enfrente tenemos la bajada clásica junto a ses Cases Noves que esta vez obviamos y nos dirigimos hacia la entrada del bosque del puig de sa Creu. No vimos la cruz, solo un sendero marcado por hitos y pintura y el paso de algunos senderistas y cazadores. Pasamos una pared y llegamos caminando al top de la ruta, lo siguiente será todo bajada y aquí es donde pueden surgir las interpretaciones de los asistentes según su habilidad para tirarse cuesta abajo. Es verdad que camino no hay mucho pero tampoco es menos cierto que se puede bajar con buenas dosis de técnica y equilibrio, lo hice en la ocasión en que fui solo y lo repetí acompañado, en cambio donde más se nota la mano del hombre es la zona más difícil, donde más pendiente y curvas hay, cosa lógica por otra parte.

Salimos del bosque por un portillo y estamos en territorio conocido aunque algunos necesiten del recordatorio adecuado y no fue precisamente la ruta lo que le vino a la mente sino algo más físico y goloso, el mtb tiene estas sorpresas, no adivinas porqué nos puede llegar a gustar. Para salir de la finca nos dirigimos al nuevo acceso, el cacho puente que han levantado frente a la casa de payés y sigo sin adivinar el motivo real de tal hecho. Lo que sí creo que podría confirmar con seguridad es que dentro de poco ese acceso estará barrado, por ahora solamente una rejilla de obra mal cerrada nos pretende impedir el paso pero no creo que dure mucho, diría que tiene los días contados aunque hay algunos que ya han propuesto pasos alternativos.

Es hora de dar a conocer el siguiente paso, me propongo subir al Penyal Gran en dirección contraria a lo que viene dictando la lógica, es decir, subir por la pista del polideportivo y bajar por el cemento y ahí todo el mundo tiene algo que opinar pero mi posición es firme y se dejan convencer, lo malo es que no he hecho los deberes como toca y dejé el resultado a la improvisación y a la hora de la verdad ninguno sabía por dónde tirar, lo fácil hubiera sido empezar con el pateo por el circuito de descenso pero hemos querido hacerlo complicado y dábamos vueltas buscando el inicio de pista. Ni siquiera los receptores GPS nos sacaban de dudas. Hemos creído encontrarlo en un botador pero rápidamente hemos comprobado que no era así, se trataba de unos antiguos caminos de carro completamente tapados por la vegetación con lo que casi ni se adivina el sendero que acaban no muy lejos del inicio y casi sin apenas haber tomado altura con lo que nos hemos visto obligados a volver sobre nuestras rodadas.

Después de éso ya hemos querido dar por finalizada la ruta tras comprobar el poco efecto que unos patéticos veinticinco kilómetros (si llegan) han producido sobre nuestros organismos pero el tiempo sí había seguido corriendo y si queríamos llegar a una hora decente a casa había que dejarlo en ese punto, así que vuelta al punto de inicio y a pasar cuentas. A pesar de todo todos hemos salido ganando algo aunque ya digo que la sensación general era de que podía haber sido más, y lo será, vaya si lo será, estoy casi seguro de que puedo tener éxito planteando la ruta como tengo pensada aunque también sé que prácticamente todo el mundo querrá hacerla en sentido contrario, y seguramente yo también pero me puede la curiosidad de plantearla de este modo, al menos para conocerla.

Y como el cuerpo aún me pedía esa subida esta mañana me he levantado dispuesto a hacerla, solo la subida aunque la bajada vendría añadida al lote, por eso me he presentado a las ocho en Can Valero para plantear esa cuestión si no tenían nada preparado. Eran un mogollón, no los voy a nombrar a todos para no dejarme a nadie pero ya digo que más de una docena éramos, hasta externos había. He nombrado Burotell (por decir algo) y la reacción ha sido muy positiva aunque ya sabía yo que por horario no llegaría ni a mitad de camino, pero los demás, avanti.

El primer objetivo, Bunyolí, perfecto para un domingo, no es lo de ayer pero servirá. Ya en la primera barrera hemos tenido que esperar a una pareja que se ha despedido allí mismo, uno de ellos no estaba en condiciones de seguir el ritmo del grupo y han seguido al suyo, los demás, cada uno a su bola y creo que sin grandes diferencias hemos ido llegando a la barrera. Allí se ha quedado otro que no ha querido continuar y pese a que yo tenía que volver pronto aún podía seguir un poco más y los he acompañado hasta el cruce de Sobremunt.

Ahora sí había llegado a mi límite horario, el pelotón se dirigía hacia el coll des Grau y un compañero con una 29” y yo hemos vuelto atrás bajando esta vez por el ramal de Can Manent que conseguirá que nos olvidemos de él si sigue manteniendo la barrera cerrada. Después por la trialera y la segunda parte por el camino ancho (no el directo) hasta Bunyolí disfrutando de una bajada rápida y sin contratiempos.


Hoy no hay crónica

Ayer, y espero que no siente precedente, no salí. La, o las causas, frío, pereza, falta de motivación, tanto mía como externa, previsión meteorológica pésima y alguna más que me dejo seguro, por lo tanto no habrá crónica. Alguno pensará “menos mal, nos libramos por una semana del tostón”, pero claro ¿qué pensaría el resto de seguidores?, ese par de incondicionales que tengo por lectores se sentiría huérfano de su ración de prosa semanal y además abatido también por mi falta de voluntad para salir al exterior y superar cuanta adversidad se me ponga por delante, venga del cielo o de la tierra. Está claro que aunque solo fuera por ellos no podría dejar la situación en este punto muerto por tanto hoy, haciendo de tripas corazón, he madrugado, me he vestido, desayunado, he preparado la mochila y..., y me he sentado en el sofá esperando que escampara el agua, la salud ante todo.

La hora que he estado holgazaneando me ha impedido acercarme a tiempo al punto de reunión habitual para ver si pillaba algún compinche de rutas y he tenido que improvisar pero teniendo hora de llegada prefijada tampoco es que me haya tenido que romper mucho la cabeza, o tiro a Bunyolí o a Na Burguesa. Los dos tienen ventajas e inconvenientes, el primero que al acabar el camino de tierra estás en ningún lado, a media subida, y no me apetecía acercarme a la Fita hoy así que he escogido la segunda opción, subida por el monumento y bajada por la carretera.

La nube que tapaba Palma y aguaba el ambiente a primera hora iba ya de camino al interior de la isla y el astro rey me iba calentando el cogote, ¡fuera ropa!. Creo que voy a pasar por encima el episodio del doble pinchazo simultáneo subiendo por asfalto, ala pues, a por otra cosa. Llego arriba y veo un bikero que ha subido en coche???? no sé si va o viene pero yo continuo camino. Me junto con senderistas y corredores, ciclistas ni se les espera, todos ajenos a las advertencias de los letreros del coto de caza, digo me junto porque todos vamos en el mismo sentido, y de alguno siento el aliento en el cogote pero un oportuno acelerón lo deja en el sitio.

Breve parada en el coll des Pastors mientras llega todo el pelotón, cazador incluido, pero ya es sabido que si lo encontramos por el camino es que no está cazando y creo que prefiere no liarse en discusiones y nos deja tranquilos. No sé si a los moteros que me he cruzado les habrá dicho algo pero solo por el estruendo que meten los echaba con cajas destempladas. Yo tengo decidido volver por el coll de sa Creu cogiendo todos los atajos, es lo mínimo (y también lo máximo) a lo que puedo aspirar hoy y a éso me voy a dedicar aunque en mi caso, yendo en solitario, tardo en subir el nivel de adrenalina hasta el punto óptimo (eso si llega), por tanto no podría calificar el descenso más que de discreto, discreto pero guarro hasta arriba, el limo, que no fango, se pega a cualquier superficie que se ponga a tiro y así acabas, claro, por eso no me he metido por el torrente, no hubiera valido la pena, un día cualquiera tal vez pero hoy no, pero bueno, un día cualquiera tampoco hubiera hecho esta ruta, es lo que tiene salir en domingo.

Por hoy no he necesitado más pero aún así la bici me ha dado la última alegría del día y he llegado a mi casa andando, y ahí lo dejo. Y aquí os dejo la no-crónica de ayer, impacientes.


Cap Blanc

Sábado de estreno, por fin. Desde que empecé allá por el verano a pensar seriamente en la posibilidad de incorporar una ruta costera con fundamento ha pasado mucho tiempo y por medio unas cuantas salidas, unas solo, otras acompañado pero ninguna con el recorrido completo, por eso aún no estaban disipadas todas las dudas respecto al itinerario definitivo y horarios, aparte de las posibles, que habrá, opiniones discordantes de los participantes aunque éso, ya se sabe, va por barrios.

En este caso invité a varios amigos aunque no todos del mismo equipo, a ver qué salía del bullit y aunque preveía unas evidentes discordancias de criterio confiaba en su saber estar en estos casos. Algún particular y uno de los grupos ha faltado y solo se han presentado los poferos y toys habituales aunque también con notables ausencias pero al menos Woody y Potato estaban que eran con los que más tiempo llevaba sin rodar juntos. No pondré nada de Juan que ha venido engañado completamente esperando una salida tranquila con algún otro y en la que poder echarse a dormir si hiciera falta, según le conviniera, pero en el fondo es duro de pelar y siempre llega.

Siguiendo el hipotético track debíamos ir por el paseo de Son Verí catando ya la primera línea de costa pero al llegar a la trasera del tenis vemos que falta alguien, como se trata de Pepe lo primero que se nos ocurre es que ha tirado por otro lado pero como no sabemos de sus intenciones suben dos a buscarlo y al cabo de unos minutos aparecen todos. Abandono la idea del paseo y nos vamos directos a la rotonda de Cala Blava por la carretera vieja y directos al hotel de lujo de Cap Enderrocat (no pondré nombres, no necesita mi propaganda).

Entramos a la garriga para rodear la parcela pegados a la pared pero sin haber llegado siquiera a la costa Tomeu decide limpiar el terreno llevándose cuanto pincho encuentra y eso es incompatible con llevar cámara, hay que cambiarla pero primero hay que limpiar la cubierta de puntas aunque para ello haya que usar unos alicates, con todo J nos da un mini cursillo sobre como poner parches, muy correcto pero inútil al haber varios pinchazos y con puntas tan pequeñas que muchas veces no se nota a pelo la salida del aire.

Volvemos a estar listos y partimos, desgraciadamente no llegamos muy lejos ya que sin motivo aparente la patilla de Tomeu se parte, y tras intentar una reparación de emergencia con lo que llevamos encima debe abandonar. Es una put... pero casi mejor que haya sido allí, casi al principio, que no más adelante aunque en esta ruta la carretera siempre está cerca.

Nos hemos quitado ropa, el tiempo parece casi primaveral y no tenemos nada de frío, además estamos subiendo cota y nos calentamos por dentro también. No hay problema para llegar junto a la primera casa, aquella que está fuera de los límites de la primera urbanización, y después de ella una bajada técnica y divertida, a la par que difícil, por eso siempre se agradece rodar con gente que puede y sabe superarlas. Como no hay un itinerario único todo el mundo va por donde puede y le parece, el punto de encuentro es el balneario que allí hay instalado y aunque la pista continúa más lejos y hay varias subidas hacia los chalés prefiero encauzar la ruta por la carretera de acceso para evitar en lo máximo posible descabalgar de la bici.

Arriba es donde se presentan las diversas posibilidades ya que atravesar esa selva de casas sin tocar asfalto es prácticamente imposible pero en estas salidas previas me he dado cuenta de que existen unos callejones que recorren las traseras de los chalés, algunos de una longitud considerable y están completamente limpios, perfectamente ciclables, tan largos como la calle principal paralela aunque también hay transversales, y se pueden enlazar muchos de ellos con alguna calle de por medio. Pero se ve que Juan tenía otra idea y como no habíamos hablado de ello se llevó a parte del grupo por la calle más cercana al acantilado mientras Pepe Sancho y yo íbamos por otra más interior y claro, acabamos perdiéndonos de vista aunque no parándonos ya que me imaginaba que nos encontraríamos a la salida de Tolleric, como así fue.

El tramo hasta la entrada del antiguo cuartel militar es corto y para no tener que hacerlo caminando campo a través desde la urbanización lo hacemos por carretera y entramos en la zona militar donde alguno se lo pasa pipa en la trinchera, espero que alguien lo grabara en video, sonido incluido. Empieza lo bueno pese a algunas dudas iniciales de los compañeros, el tiempo empieza a cambiar y las nubes negras no auguran nada bueno, de hecho aparece la lluvia y aprovechamos para comer algo al resguardo de una cueva en el acantilado al tiempo que vamos sacando chubasqueros. La cosa no va a más pero es suficiente para mojar todas las rocas y nos cuesta coger un ritmo decente al principio pero como la lluvia ha sido muy localizada pronto mejora el terreno y empiezo a encontrarme mucho más cómodo encadenando tramos montado mucho más largos.

A pesar de haber un sendero más o menos marcado cerca del borde no todos íbamos por el mismo sitio pero casi únicamente donde había que descabalgar era en los vados de los torrentes, que hay unos cuantos pero en alguno hasta se puede pasar montado. Vamos pasando de finca a finca siempre por un algún portillo pegado al borde del vacío y disfrutando del momento y del lugar; el tiempo ha vuelto a cambiar y estamos como al principio, cielo despejado y un sol espléndido que colorea el mar de un azul despampanante, en esos momentos es cuando desearías no estar haciendo una ruta de mtb sino solamente haber llegado a ese lugar y no moverte de allí, pero hay que seguir, y lo irregular del terreno exigen de toda nuestra atención, ahí radica su dificultad y su diversión, el poder sentir todas esas irregularidades a través de nuestra máquina y a la vez poder superarlas haciendo de nuestro avance un gozo y un sacrificio a la vez.

Llegamos al último kilómetro de nuestro periplo tras bordear la zona de rejilla, es la zona más llana y más rápida, y ahí conmino a Pepe a animar el paso y hacerlo al esprint pero un momento dado pinchamos los dos al mismo tiempo, hasta puede que en la misma piedra y casi en el mismo lugar que yo hace quince días, pero ahora sí reparo allí mismo y por contra no entramos en el faro, es un poco más tarde de lo previsto, las dos menos cuarto, y hay que pensar en llegar a tiempo a la comida, por eso no perdemos tiempo y enfilamos carretera directa al punto de salida.

Juan se queda rezagado, ya me lo había advertido, lo había dado todo en la ida mejorando sus prestaciones, eso sí, y aviso a los compañeros de que no aminoren por él, ya bajaremos a nuestro ritmo y ellos prosiguen al suyo, desapareciendo en el horizonte en pocos minutos, mientras nosotros ponemos un ritmo de supervivencia que aún así Juan parece notar en demasía. Por ello propone pararse en su casa y reponer fuerzas y así lo hacemos, media cerveza con alcohol debería ser suficiente, y a la vuelta me comenta por dónde han ido ellos por la mañana y yo, ni corto ni perezoso, quiero verlo, para lo cual me da las indicaciones oportunas de su ubicación exacta y él sigue por carretera y yo voy a comprobarlo. Es una buena opción y habrá que combinarla con los callejones traseros para pasar por la zona de chalés de la mejor manera, todo eso quedará debidamente reflejado en el futuro track de la R56 que ha quedado ya oficialmente estrenada y contrastada. Muchas gracias a todos por participar.


Puntiró líquido

Estaba la cosa ya decidida de antemano desde hacía unos días, tocaba el estreno oficial de la R55, hasta la había anunciado en la agenda y todo; había que confirmar hora y lugar pero el grueso de la faena ya estaba hecho, Guiem se había encargado de esparcir la idea entre el grupo afín y me comunicó entre semana que se iban sumando adeptos y yo también he reclutado a alguno por mi cuenta. Con lo que no contábamos era con la nefasta previsión meteorológica que se iba anunciando, todos los canales coincidían en señalar aguaceros sobre nuestra tierra este fin de semana. Así y todo lo último que me comentaron el viernes fue que la gente estaba animada pero que esperaríamos hasta el último momento para decidir. Dicho y hecho, hemos quedado a las ocho en el parque de Son Gibert y he tenido que llegar el último aunque en este caso con tranquilidad, es lo que tiene no dar a conocer la ruta de antemano, que no se van sin ti.

Éramos nueve, todos bous habituales más Joselinx y yo, número correcto, ni muchos ni pocos, perfecto para calibrar la distancia y el horario de la nueva ruta y después de las oportunas indicaciones iniciales por mi parte nos ponemos en marcha siguiendo una línea imaginaria que enlazaría Palma con el centro de la isla más o menos. El trabajo ya estaba hecho después de siete u ocho salidas por la zona y aledaños, bien solo o acompañado, para tener claro por donde ir enlazando caminos rústicos, caminos asfaltados, algún trozo muy corto de carretera, senderos, calles de urbanizaciones, trialeras, fora pistes, que de todo un poco hay en esta ruta, y aunque sobre el papel puede dar una pobre impresión debo decir que me siento satisfecho con el resultado.

Hemos disfrutado de una buena ventana meteorológica al principio precisamente cuando se anunciaban aguaceros en esas horas, hasta nos hemos tenido que aligerar de ropa debido al calor. Ningún problema para llegar a Pòrtol excepto un pinchazo de la 29” de Benja donde alguno siempre tiene que pinchar. Unimos la parte alta del pueblo con el camí vell de Sant Jordi por el camino adecuado y hacemos el descenso oportuno hasta el desvío a Puntiró. Tras pasar la barrera dejo pasar delante al grupo y tiran por donde no es, me pasó lo mismo la primera vez y no me apetece tener que rodar por zonas sin un trazado claro, yo solo o con algún voluntario no hay problema pero el grupo no se merece eso, entonces regreso sobre mis pasos tras pararlos y cojo la dirección correcta y cuando estamos a su altura los llamamos para que bajen campo a través mientras me dedico a cambiar la cámara después de advertirme el compañero de que llevo la rueda de delante pinchada.

Lo que ha sido diferente hoy ha sido el paso del torrente pero también ha sido el mejor ya que no nos obliga a saltar la pared del botador ya que enganchamos con el sendero del bosque directamente. Éste, como es sabido, ya nos deja en las calles de la urbanización y solo nos resta la subida asfaltada para coronar donde cada uno hace lo que puede llegando con muchas diferencias entre unos y otros a la calle de s'Esparraguera Vera que debemos tomar para entrar por el sendero que se dirige a las pistas de Son Seguí junto a la caseta de cazadores, que por cierto, estaban y han pasado de nosotros como de la m.., debía ser porque empezaba a llover y se estaban largando.

El agua que empezaba a arreciar nos ha obligado a taparnos un poco más antes de afrontar las duras rampas que nos llevan arriba debiendo desviarnos hacia la ermita para tomar la trialera de bajada, que algunos han tomado con un exceso de precaución debido a la lluvia pero que no ha provocado ningún contratiempo. Como alguno seguía teniendo problemas con la presión de aire en una de las ruedas decide cambiar la cámara para solventarlos pero ya antes de salir de la finca ha tenido que parar otra vez para reconducirla a sitio. Los que esperábamos ya estábamos calados hasta las cachas y esos parones nos han enfriado aún más, eso ha hecho que después quisiéramos calentarnos a base de arreones con lo que íbamos quedando aún más calados y embarrados al atravesar todo charco que se pusiera por delante sin ningún miramiento.

Cien metros escasos por la carretera y volvemos a meternos por el camí des Jardí d'en Ferrer circulando por asfalto hasta Marratxinet y mira por dónde ha sido en ese tramo cuando ha habido dos caídas por enganchones, no ha habido daños visibles ni invisibles, hemos podido continuar con el plan previsto y éste era, como he dicho, Marratxinet, aunque algunos se han dado cuenta de ello casi un kilómetro más adelante del cruce, alguno veía ahí la oportunidad de tirar recto pero me he mantenido firme en la decisión y hemos ido por donde toca, por el camí de ca na Maiola por si aún no íbamos lo suficientemente embarrados.

Seguimos por carretera y desvío del camí de sa Bomba pero solo para tomar la bajada a las vías. Esto nos obliga a tomar un camino particular que rodea unos campos y pasa por delante de unas casas aunque por ahora no ponen pegas. Seguimos directos hacia el Festival Park que rodeamos por el aparcamiento y salimos por el paso canadiense hasta la trasera de la urbanización. La vuelta a Palma es la típica hasta el camí de Muntanya, tramo de asfalto y camí de Son Macià exprimiendo el limón a tope. Toni nos ha llevado por un desvío hacia sa Cabana pero como todo está en obras pues le hemos puesto la guinda a las bicis y a los bikeros acabando de enmarranar hasta el último centímetro de nuestra indumentaria y nuestra montura volviendo al punto de partida por el mismo sitio por donde habíamos salido después de circular algunos minutos por el Pont d'Inca.

Debo decir que a los que no conocían parte de la ruta (algunos gran parte) les ha gustado, a mí también, la considero una buena opción para esos días en que no quieres meterte desnivel entre pecho y espalda y por contra quieres hacer kilómetros sin tener que compartir espacio con vehículos, premisa ésta a tener muy en cuenta dados los tiempos que corren.

Hemos quedado en una fecha próxima para el siguiente estreno, la R56 Cap Blanc, ruta completamente diferente por muchos y diferentes motivos y que lo único que comparten es que no están ubicadas en la sierra, cosa que me desvía un poco de la intención inicial del blog pero que no representan ninguna herejía en ese aspecto ya que son rutas que solamente pueden realizarse encima de una mtb y no es una cuestión baladí por todo lo que ello implica.


Nota del autor

Parece ser que el topónimo etimológicamente correcto es Pontiró por una serie de razones técnicas que no voy a exponer aquí pero que según algunos autores podrían resumirse en esta aseveración:

Per tant Pontiró es troba en aquest cas. L'equació és senzilla: formigó furmigó = Pontiró Puntiró
Puc assegurar que al meu poble la pronúncia amb "o" sempre seria tinguda per ciutadana.

Yo, como de ciutadà tengo poco, le seguiré llamando (y escribiendo) Puntiró.


I love success

El asunto de proponer una ruta para el sábado no es baladí, cada cual expone sus premisas y querer combinarlas y satisfacer a todo el mundo es una tarea ardua pero lo que sí conviene es saber quién va a presentarse para encauzar la vista hacia una zona u otra. Como el grueso de posibles asistentes se desmarcó a media semana abandoné la idea de las rutas de montaña y mi atención se dirigió hacia la zona costera para tratar de resolver algunas dudas pendientes, y tendría que hacerlo por mi mismo, los infiltrados que tengo por esa zona no han hecho aún los deberes que les puse allá por el verano y no me queda más remedio que ir yo a acabar la faena.

El sábado parecía pues un buen día, algunos dudan, que si tal, que si pascual, puede, tal vez, y como se ha visto a las nueve delante del campo de fútbol del Arenal, nada de nada. He llegado muy pronto y he aprovechado para salir a calentar por la zona, después se ha puesto a llover y he esperado a cubierto que amainara para volver a salir, total media hora escasa. Como la primera parte de ruta está clara he pasado de llegar a Cap Enderrocat y llegar directamente a Puigderrós por la carretera, un pequeño pecado venial para no tener en cuenta y pensando en la posible pérdida de tiempo de las exploraciones habida cuenta de que estaba dispuesto a llegar a Cap Blanc. He estado entretenido no obstante en la subida viendo de primera mano el follón que ha montado una grupeta de una tienda de Can Pastilla, unos cuarenta serían con furgoneta y moto incluidas, ocupando todo el carril adelantándose unos a otros como si de una carrera se tratara y la fila de coches que se ha formado detrás al no poder adelantar. Así me gusta, los ciclistas los primeros en dar ejemplo de como no hay que circular en pelotón, luego nos quejamos.

Dejo ya la carretera y lo que ello conlleva y circulo ya por las urbanizaciones, la ruta real es llegar allí subiendo desde el balneario de la costa, cruzo sa Torre y entro en Bahía Grande por el portón de la pared, justo enfrente tenemos un paseo peatonal por una zona verde que va continuando cruzando las diferentes calles hasta llegar al descampado del radiofaro. No nos conviene llegar a línea de costa, no hay paso, y lo que hacemos es circular por los senderos paralelos a la carretera hasta la zona no urbanizada antes de llegar a Tolleric.

En este caso sí he ido hacia la costa donde la última parte está ocupada por un hotel, un village, con sus apartamentos esparcidos a lo largo del acantilado. Me habían dicho que por el exterior de la pared no se podía ir y es verdad pero aprovechando que está ya cerrado me he metido hasta el fondo para encontrar la barrera de acceso a la finca vecina pero solo para comprobar que no hay sendero costero y que además tenemos enfrente un torrente profundo con lo que debemos tirar hacia arriba para poder sortearlo y tampoco hay camino marcado por lo que no me ha quedado más remedio que volver a salir por donde había entrado y volver a la carretera por la vía directa circulando junto a la pared divisoria. Casi arriba hay alguna entrada por la rejilla pero pasar una bici por el hueco es harto complicado así que he decidido ir por el asfalto hasta la curva donde está la entrada de la zona militar y decidir allí el siguiente paso.

Realmente está muy cerca y no he tenido complicación para poder entrar. Un vistazo rápido a lo que queda en pie y me dirijo al acantilado, ahora sí hay sendero, muchas guardias habrán montado por allí y ya puedo empezar a saborear lo que va a ser la tónica del día. Éste era uno de los tramos que no había hecho y no tiene complicación, ojo, cuando digo que no tiene complicación quiero decir que me ha gustado mucho no que haya un camino propiamente dicho, es un terreno rocoso, duro y difícil de circular que a algunos se les puede atragantar y con pocas escapatorias difíciles de ver. Además tienes que vadear varios torrentes, creo que fueron seis en total, algunos no tan evidentes y fáciles de sortear como otros, y en algunos sitios el sendero parece difuminarse y obliga a alguna que otra rectificación.

No tuve mayores problemas en la zona militar y pasé a la siguiente que sí habíamos hecho de vuelta pero por una pista interior a toda mecha y por tanto tampoco la conocía. No reconocí el terreno hasta que crucé otra pared y enganché la pista de la siguiente zona militar, estaba ya en territorio conocido y pude ir más directo al cruce del torrente. Fue más o menos por allí donde me encontré a un alemán que venía empujando una mtb que me pareció de paseo con una hoja en la mano y cara de estar bastante desubicado. Nuestra conversación duró poco, no sé de dónde vendría pero lo que era seguro es que no sabía donde iba, entendí que quería salir de allí lo más rápidamente posible, no sé si él me entendió a mí pero justamente desde allí no se veía la plataforma de tiro y le tuve que hacer algunas indicaciones de andar por casa. Espero que me entendiera si no puede que caminara unas cuantas horas más.

Yo seguí a lo mío, brincando sobre las rocas y sorteando torrentes hasta la siguiente zona militar y circulando por fuera de la rejilla, espléndido tramo en ocasiones bastante aéreo. La vez anterior empezamos la vuelta desde aquí pero ahora quería llegar hasta el faro por lo que continúo recto, ahora voy pegado a la carretera por la zona de los suicidios donde ya se puede circular a mucha más velocidad, estoy cerca del final pero este último tramo es realmente rocoso con algunos pasos muy divertidos pero en un escalón grande clavé una piedra y rajé cubierta y cámara y preferí llegar caminando hasta la explanada del faro para cambiarla.

Allí miré la hora, la una y media, cuatro de recorrido y queda la vuelta. Teniendo en cuenta de que solamente he hecho dos cortas paradas, una para comer algo y otra para poner a sitio el cambio que había metido entre los radios, y las pérdidas de tiempo para comprobar las posibilidades se podría decir que se puede hacer en una hora menos, ahora bien, si tenemos que sumar la diferencia de tiempo entre hacer la primera parte por costa o por carretera la cosa ya se iguala, y si además sumamos más gente al grupo hace que como mínimo haya que sumar otra hora más con lo que, con casi total seguridad, se tarde como mínimo cinco horas solo de ida. Saliendo a las ocho es asumible, si hacemos la vuelta directa por carretera quedando siempre la opción de coger las vías del tren para recorrer el último tramo y cambiar un poco el sabor de boca final.


Menorca (mutante) en el Galatzó

No me resignaba a quedarme quieto el viernes y salí a rodar un rato solo, eso significa ruta de ida y vuelta y a las once en casa, el tema es el kilometraje y el desnivel es secundario, y a eso me ceñí. Misión cumplida pero el sábado sería otra cosa. Con la mayoría del grupo descansando para el evento del domingo pocas opciones quedaban así que solamente tuve que hacer un par de llamadas, en una de ellas me confirman hora y lugar de salida, no hay ruta específica y eso me da pie a pensar en montar algo aunque para eso tendré que convencerlos primero.

Al mismo tiempo Pepefz me comenta que sale con un grupo de menorquines que están de paseo por la isla pero debido al desplazamiento y la hora más tardía de salida lo dejo como la opción de reserva. Aún a pesar de haberme acostado mucho más temprano de lo habitual no me he levantado por la mañana a la hora convenida, además he visto un mensaje de un colega planteándome otras opciones, le he llamado pero no he podido convencerle y entre una cosa y otra se me ha ido el santo al cielo,he salido tardísimo de casa y no esperaba encontrar a nadie aunque confiaba en tener algo de suerte y no tener que salir otro día solo. Si había algún dios de guardia me ha escuchado y aún estaban en el aparcamiento cuando yo he llegado, pasadísimo de horario, y es que tampoco había cogido el teléfono para enviar un mensaje de emergencia.

Allí me encuentro con el grupo foráneo y de ellos solamente había coincidido con Martí, los demás no habían venido nunca pero eso ahora importa poco, nunca me he sentido extraño en compañía de los grupos que nos han venido a visitar y éste desde luego no iba a ser la excepción, con gente noble y agradecida no hay problema. Me he ido poniendo al día de la logística de sus vacaciones y de las rutas que piensan hacer y yo agradezco que las quieran compartir, todos salimos ganando. La de hoy, por ejemplo, no por conocida es menos interesante y la vamos a hacer completa. Subida tranquila por la carretera de Puigpunyent desde la Granja y después por pista hasta el inicio del empedrado por donde esta vez sí subimos. Allí se nos une otro bikero solitario que ha perdido a sus compañeros y decide hacerlo por su cuenta, le informamos de nuestros propósitos y se apresta a compartirlos.

El sendero de la Boal de ses Fonts y su conversión en pista rápida acelera los pulsos y activa las endorfinas aunque no nos olvidamos de las obligadas paradas para inmortalizar el momento. Cuando llegamos a la carretera recorremos el asfalto en dirección a Andratx para encontrar el acceso GR a uno de los tramos de la carretera antigua que yo no había hecho, era uno de mis deberes pendientes. Allí nos deja el invitado que prefiere acortar por asfalto previendo que se nos va a alargar el horario. Así pues, con este itinerario nuevo solamente se recorre por asfalto un pequeño tramo de carretera al llegar al coll hasta enlazar con el siguiente.

Pequeño tentempié en el pueblo y nos preparamos (los que lo sabemos) para lo que viene a continuación, los demás la ven venir de cerca. Entretenido tramo hasta la carretera y mejor aún después de pasar Son Serralta, lástima que debamos abandonar ese sendero al llegar a la carretera de Planícia y ahí empezar la subida, larga pero cómoda hasta las casas donde descansamos un poco disfrutando de su perfecta atalaya. Enfilamos el camí bord con ganas, estamos oliendo ya el final pero tampoco queremos perdernos detalle y así llegamos hasta la cantera donde Pepe que va delante se desvía del paso tradicional asegurando que hay uno alternativo menos complicado, y es verdad, alguien se ha tomado las molestias de conformar un sendero marcado por líneas de piedras de un lado a otro más cómodo que el anterior que parece mucho más artificial y complicado.

Estamos ya muy cerca de tener que dejar de pedalear, solamente la subida empedrada nos separa de nuestra cima particular y casi todo el mundo consigue superarla sin penalizar, a partir de ahora, salvo un pequeño repecho a mitad de camino, será cuesta abajo. La nueva zona en restauración está casi finalizada, tan solo queda la unión de los dos tramos junto al antiguo portillo y el último tramo empedrado acaba por machacarnos un poco más pero predominan las caras de satisfacción al acabar, reto conseguido, y no me queda más que despedirme de ellos agradeciéndoles la visita y la compañía, siempre es un placer rodar con nuestros hermanos de raza, tan cerca y tan lejos de nosotros.


Sa Figuera

Me enseñan una traza y me piden mi opinión, la doy y es que puede mejorarse, es más, DEBE mejorarse, me lo tomo como algo personal y así se lo hago saber al promotor de la ruta que, conociéndome, me da vía libre y claro, me paso una semana más contento que unas castañuelas dando vueltas mentales intentando pergeñar la ruta perfecta. Y aunque no sabía exactamente quienes acudirían a la cita no me fue complicado aunar mis propios gustos con mis deberes pendientes y con las expectativas que se podrían generar entre los (posibles) asistentes, es más, creía que podría ampliarse a otros colectivos y así lo hice saber a unos cuantos aunque finalmente han optado por no aceptar la invitación.

Me dan la hora de salida y allí me presento con Joselinx, el único que se había sentido tentado por el envite pese a no encontrarse en su mejor momento, otros temas más importantes requieren ahora su atención. Vemos pasar al otro grupo invitado pero compruebo que tienen otros planes, del resto de convidados nada sabemos así que sin más dilación partimos rumbo a, a, a...eso, ¿adónde vamos? por fin se formuló la pregunta esperada pero como estamos en un lugar privilegiado en lugar de contestar con palabras señalo con el dedo índice una línea imaginaria sobre la falda de las montañas circundantes, en principio no parece gran cosa y nadie pone pegas, tan solo Guiem tenía una traza pero claro, no es lo mismo verlo que hacerlo.

No habíamos calentado nada cuando ya estábamos en plena ascensión y hay que calmar algunos ímpetus, calma, señores, calma, que esto no ha hecho más que empezar. Y así, más calmados, hemos llegado al inicio del camí de Castelló junto al Pujol d'en Banya, para proseguir ya por terreno más pausado, pero por poco tiempo ya que lo que no se esperaban es que hiciéramos el primer descenso tan pronto, el camí de Rocafort era nuestro objetivo y por mi parte volver a revivir agrios recuerdos en forma de caída aparatosa en una de las curvas aunque afortunadamente sin consecuencias graves o permanentes.

Aquí ya algunos comprueban que puede que el día se les haga largo si hay muchas bajadas como esa pero como aún estamos en el principio los ánimos siguen altos. La siguiente subida por la pista asfaltada de Es Montreals estira el grupo y nos deja a algunos en la retaguardia, ya pararán, ventajas de ser el guía. El tramo que sigue es rápido y excitante, ni siquiera los tramos de subida consigue borrar las sonrisas.

No llegamos a Can Prohom, desde la capella de Castelló bajamos directamente a la carretera para cruzar por Son Bleda (aunque yo siempre la había conocido como Can Bleda) y bajar hasta Son Sales. La primera parte es más rocosa, con el típico camino escalonado y un poco maltrecho, y a partir del olivar camino de tierra muy rápido; a su salida pista y camino asfaltado hasta abajo donde para dirigirnos al puerto vamos a tomar el camí de Binidorm que iba a ser mi tramo nuevo del día, y ha sido todo una sorpresa ya que me lo imaginaba como una senda insulsa por terreno llano y ha sido todo lo contrario.

Al llegar al puerto algunos pedían ya avituallamiento de todo tipo y hemos hecho parada técnica en un super, después momento show total a rueda de una lugareña con bici de paseo (sin ánimo de ofender). Para evitar un pateo innecesario por el camí vell he preferido tomar el camí de sa Figuera desde su inicio, es decir, el tramo asfaltado hasta el coll d'en Marqués, y vaya con el tramito, cuesta arriba todo el rato perseguidos por el grupito de Segways, todo acomodadas las conductoras que iban ellas, y menos mal que venían porque al sr. Martorell no se le ha ocurrido más que aligerar peso dejando el dinero y el DNI tirados por allí y los han encontrado una de las perseguidoras y se lo han devuelto.

Al no ir a comprobar si la barrera de abajo estaba abierta o no he optado por el pateo por los escalones y se me ha hecho largo, no lo voy a negar, y a todos, es corto pero empinado, en ese tramo está prácticamente todo el desnivel de ese tramo de camino, después queda otro con algunos escalones más y una zona que sufrió desprendimientos que se arregló un poco y es menos complicada de pasar. Después de eso ya entramos en zona de olivar hasta el cruce de Fornalutx, hasta se está arreglando y todo.

He oído voces de queja en esa parada, el calor y la falta de entreno habían hecho mella en algunos y ha habido que echar mano de la persuasión para continuar todos juntos pero después del primer tramo de la Costa d'en Nicó, con el pateo por los escalones ya ha sido imposible convencerlos y un grupo ha hecho el último tramo de subida por la carretera hasta el desvío del Mirador de ses Barques. Dudas entre si llegar ahí o no, al final se decide que no, que bajamos y ha habido que recuperar a uno que ya estaba esperando la cerveza sentado en la terraza.

Ahora sí nos hemos puesto las protecciones, la bajada era continua hasta el pueblo y la más larga con diferencia. Empalmamos con la carretera vella de Bàlitx que recorremos hasta el cruce del camí de sa Figuera y de ahí a Sóller directos por la Costa d'en Flassada. Debo reconocer que me acordaba poco de esos tramos lo que acentuaba mi propia sorpresa al recorrerlos, gran y grata sorpresa, tramos rápidos escalonados que nos ponían a prueba a cada metro y que te hacen sentir como la vida te bulle por dentro.

Menos mal que había hinchado las dos ruedas al notar algún toque en alguna bajada anterior y no tuve ningún contratiempo, otros sí lo tuvieron aunque fueron menores, un pinchazo de Benja con la 29” a la que va tomando la medida; un par de llantazos de Guiem; lo de los guantes del Sr. Martorell no tuvo remedio, tuvo que abandonar a media bajada por tener las manos completamente irritadas, así como Toni que tras su caída anterior de hace unos días tiene un brazo a la birulé como quién dice; ellos y algunos otros a los que la bajada se les estaba atragantando un poco bajaron por carretera los últimos tramos.

Solo cuatro llegamos al final de la bajada y además no nos encontramos con los demás en el punto donde teóricamente tenían que quedar a comer así pues el final fue un poco caótico, bajando cada cual por donde más le convino, al final nos vimos todos (no faltaba nadie) en el aparcamiento. Finalmente se llegó a los treinta kilómetros, son bastantes dado que no nos alejamos prácticamente nada del pueblo y que el desnivel siempre había sido muy poco aunque no así el acumulado, y eso al final se ha notado en los más desentrenados pero las sensaciones diría que han sido muy positivas por parte de todos aunque para ello haya que sudar y esforzarnos hasta el límite, un gran día de mtb.


Soliloquio

Tenía el sábado ocupado y por tanto, no podía salir a montar, tendría que estar pendiente de los planes de los domingueros y al no ver, pregunté, y me los confirmaron. Misma hora, mismo sitio, no iba a ser problema mi asistencia pero no tuve en cuenta la cuota de descanso necesario y ha resultado ser mucho mayor de lo que pensaba, total, que me he despertado muy tarde, imposible llegar a tiempo, plan B en marcha. Mientras desayunaba y preparaba los bártulos lo iba meditando; al principio me apetecía Bunyolí, después opté por Bunyola, pero no me acababa de decidir y creo que hasta que he dado las primeras pedaladas no lo he tenido claro. Me he acordado de una serie de comentarios en un blog de senderismo sobre el paso reciente por Cas Bergantet. Ya se ha comentado también en varios foros pero al ser una situación tan cambiante quise comprobarlo por mi mismo, lo hice hace quince días y tuve que volver atrás, después vinieron los comentarios citados y me provocaron más dudas que certezas así que hoy tendría una buena oportunidad de aclarar algo y hacia allá que me he dirigido.

Para no repetir itinerarios he ido por el que puse en la ruta, s'Indioteria, camí de sa Fita, Son Reus, es Rafalot, Caubet y Bunyola. Todo bien con la salvedad que me he encontrado gente en el Rafalot, seguramente cazadores, no ha habido diálogo así que sigo con la duda de las posibles consecuencias si me hubieran interceptado.

Me dirijo hacia es Cocons y me extraña encontrar muchos coches aparcados cerca de la fuente, nunca había visto tantos. Giro en ca na Moragues y paro un poco en la barrera de entrada mientras analizo los elementos. Tanto la barrera de vehículos como la peatonal están cerradas y hay un cartel prohibiendo expresamente el paso de bicis. Estoy en esas cuando llega un ciclista pero no tiene intención de continuar, hablamos un poco mientras llegan los senderistas que había pasado; él se marcha y los senderistas también, yo salgo un poco después hacia arriba, los sobrepaso y llego a la otra barrera donde veo las flechas, tanto en el árbol como en la pared pero lo que veo también es que el portillo ha sido tapiado y hay una rejilla nueva, lo vamos a tener crudo me parece.

Estamos un rato hablando y sopesando otras posibilidades cuando me doy cuenta de que la rejilla no llega muy lejos y podemos pasar, dejo la bici a su cargo y recorro el trayecto hasta la otra barrera que compruebo que ha sido forzada y se puede pasar y vuelvo para informar al grupo y tras algunos requiebros con la pared consiguen pasar todos y cruzamos la propiedad sin problemas.

Me queda la subida por la pista infernal hasta la última casa y el resto por el interior de la coma y que pese a ser de mal ver me sigue gustando, qué le vamos a hacer. Me dispongo a llegar a las mesas y compruebo como ha cambiado el panorama respecto a hace dos semanas, está lleno de coches y grupos de gente por doquier, también algunos paseantes en bici, la tranquilidad se ha acabado y me marcho de allí en dirección al Penyal d'Honor. No quiero llegar arriba sino solamente hasta el cruce del camino que va directo al mirador y allí me paro, como algo, enfilo a los indecisos hacia la cima y allí me encuentra Yarik que también hace su ruta en solitario hacia otros confines. Yo no puedo acompañarle y nos despedimos esperando mejores oportunidades que seguro llegarán.

Bajo hacia el área recreativa y después todo directo hacia abajo, buena bajada, lo interesante es no comerse algún pedrusco y volar en lugar de rodar, hay que buscar el punto justo entre máquina y miedos y así poder disfrutar y poder contarlo a la vez.

Nota de actualidad

Yarik me contó que han puesto guarda forestal en la barrera de abajo y cobran a los coches por subir a la Comuna, la tarifa son seis euros. Ya se comentó en su día y se ha hecho realidad aunque parece ser que solamente se aplica a vehículos a motor, o sea, coches, otros están prohibidos ya de antes.

Aunque aquí he explicado cómo lo hicimos para pasar por Cas Bergantet que no se entienda como una solución al problema, de hecho confiaba en encontrarme a alguien que me pudiera esclarecer las verdaderas razones del cierre que alguno ha comentado también en algún foro local pero me hubiera gustado oírlo por mí mismo. Por lo que vi y entendí no quieren que pase nadie, sea caminante o vaya montado y hacen lo posible para que así sea, seguramente sellarán la barrera pequeña de forma más contundente.

Para mí la solución sería encontrar una alternativa más alejada de las casas, hacia abajo me parece complicado, quizás por arriba.


Can Bum

Había sido informado por Pepefz de su intención de enseñarnos algunos caminos por la zona de Estellencs y desgraciadamente le tuve que decir que no, que tenía un compromiso ineludible y que no podría acudir peeeero hubo cambio de planes y aseguré mi presencia. La ruta no la sabía a ciencia cierta, tan solo algunos trazos, pero recordaba algunas fotos de la que había hecho él andando y me parecía interesante.

Hemos quedado a las nueve en la Granja, bueno, nosotros y cuarenta más copando prácticamente el aparcamiento, los Tira-tira estaban allí para subir al coll d'Estellencs y volver por Planícia según me han contado los capos. Otro grupo de endureros norteños se disponían a coronar la Mola; otra cuadrilla que había salido nada más llegar yo debían hacer una ruta parecida a los primeros ya que también han enfilado por la carretera; también ha partido un grupo de senderistas modernos, ahora lo llaman running o nordic walking, según la velocidad a la que vayan, mientras que nosotros éramos solamente cuatro, Miguel, Pepefz, Pepe Sancho y yo, parece que nadie más se ha sentido tentado a explorar nuestro territorio.

Primera parte de ruta, coll des Grau por carretera y pista hacia sa Campaneta. Hemos alcanzado y superado al numeroso grupo de los T-T antes de llegar arriba ya que hemos salido los últimos esperando a ver si se presentaba otro invitado que no ha aparecido. Íbamos por delante en la pista pero nosotros nos hemos desviado por lo que iba a ser la primera novedad del día pero hasta que no han pasado todos los demás no nos hemos puesto en marcha y eso que ya habíamos reparado un pinchazo, el primero y el único, y casualidades de la vida, de una tubeless, aunque no me extraña, líquido, lo que se dice líquido, yo no vi por ningún lado.

El desvío se trata de un camino de carro que se desdibuja un poco más arriba y nos obliga a empujar un poco cuando el terreno se vuelve algo más agreste, en cambio en la zona de bajada se deja hacer bastante bien por lo que no hemos tardado en llegar a nuestro objetivo que no es nada más y nada menos que la Ermita de Sant Nofre. Debo decir que me ha sorprendido su aparición, hubiera jurado que se encontraba más alejada, en otro lugar y también que no me ha parecido para nada los restos de una ermita.

No ha sido difícil empalmar con el camino principal pero algo más sí lo ha sido llegar arriba del todo. Comer un poco, protecciones y para abajo, toca ir por el sendero hacia la zona del Galatzó aunque no muy lejos ya que nuestro próximo objetivo no es hacia abajo, es hacia arriba. Para ello tenemos que coger un desvío y apechugar con lo que se avecina, no es ciclable por su propia pendiente e irregularidades con lo que no queda otra que remontar a lo bruto hasta la pared. Desde esa perspectiva el coll des Carniceret se nos presenta claro e imponente, sin posibilidad de error. La continuación ha sido espléndida, un sendero practicable por el que hemos bajado prácticamente de un tirón hasta el corral de ses Cabres, donde se conjunta perfectamente lo natural con lo artificial, y a partir de allí, aunque el lugar es precioso, se hace necesario algún artilugio de orientación ya que es imposible detallar con un mínimo de exactitud el recorrido efectuado, ni tan siquiera recordarlo, aquello es Son Net, Can Bum tal es la cantidad de pistas y cruces que nos vamos a encontrar. Al final salimos a una pista asfaltada y tiramos hacia arriba, no estamos lejos de la font del Pi y hacia allá nos dirigimos llegando en pocos minutos y mucha sudada después.

A partir de allí es donde empieza lo complicado, pista rota con fuertes pendientes por la que no subes si no tienes lo que hay que tener y después un sendero limpio pero igual de complicado aunque con algún tramo practicable. A la vista de la torre tenemos la parte más engorrosa pero corta afortunadamente.

Hacía mucho tiempo que no subía ahí arriba, aprovechamos para comer algo y disfrutar de las vistas y comprobar que con lo cerca que tenemos el coll lo larga que había sido la voltera que nos había hecho dar el sherpa. Vamos a afrontar la bajada, la verdad no me acordaba pero no la tenía por complicada, y no lo es, alguna curvita, alguna roca, pero nada del otro mundo, con buenos frenos puede ser divertida. Llegamos al bosque y tenemos que atravesar una zona arrasada por algún temporal con numerosos árboles tumbados y ya medio podridos lo que nos hace perder el camino en algunas ocasiones. Recuperado éste enfilamos la bajada hasta el GR principal que pasa un poco más abajo.

Toca volver y lo hacemos en dirección al coll d'Estellencs, saludamos a un grupo de senderistas con niños que ya estaban comiendo y proseguimos viaje ahora en dirección contraria de como habíamos empezado. Buen camino, casi practicable al cien por cien, tomo nota mental por segunda vez del desvío y no tardamos en llegar al camino principal. Se había comentado la posibilidad de volver por Planícia pero el factor tiempo lo ha descartado así que hemos vuelto sobre nuestros pasos hasta el poste GR y después vía directa hacia la Campaneta y coll des Grau.

Quiero comentar ahora recordando otro mismo apunte de la semana pasada que tengamos muy presente cuando estamos circulando por caminos en los que puede haber circulación rodada tal es el caso de la pista de esta finca, y así ha sido, en una curva nos hemos encontrado a un vehículo de frente y ha habido un pequeño susto aunque sin consecuencias afortunadamente.

En conjunto una muy buena ruta, me he quitado una espinita que me llevaba pinchando desde hacía tiempo, la conexión coll d'Estellencs-torre de vigilancia (dejando un poco de lado el tema de la situación exacta del coll des Carniceret) que yo creía que era más directa aunque también es cierto que andando casi todo es posible pero aquí, en este blog, no perdemos la perspectiva que nos da el ir en lo alto de un sillín.

En resumen, subidas muy llevaderas, aunque ésto puede ser muy discutible, va según gustos; bajadas practicables, asequibles, aunque por caminos salvajes...me parece que la estoy liando, digamos que no es una ruta para gustos refinados, ¿mejor así?. Cuando me invitaron a participar me indicaron que se trataba de “UNA POFERADA”, ¿se entiende ahora mejor?.


Pequeña reseña histórica de Gaspar Valero sobre la ermita (no me he podido resistir, sé que lo estábais esperando)

L'ermita de Sant Onofre fou fundada l'any 1660 per l'ermità Jaume Català de Santa Magdalena. L'any 1740 hi residia l'ermità Josep de Sant Antoni, el qual va morir despenyat vora la font de la Replegada, entre l'ermita i Puigpunyent. L'any 1776 el bisbe de Mallorca ordenà l'abandonament de Sant Onofre. No obstant això, l'any 1813, a instàncies del propietari de Son Fortesa, el canonge Príam de Villalonga, l'ermita fou restaurada i habitada per ermitans novament, fins que al 1819 foren víctima d'un violent robatori i poc després abandonaren l'ermita. Posteriorment, el recinte religiós es transformà en cases de conreu, amb una família pagesa que hi treballava. Anys després, també fou abandonada aquesta dedicació pagesa, i començà una ruïna progressiva.

Les restes de l'edificació han perdut tot caràcter religiós. Les ruïnes actuals permeten descriure un edifici de planta rectangular i coberta a dos aiguavessos. La façana principal està orientada al sud-est i presenta tres portals de llinda; els dos de la dreta són de pedra arenisca i el de l'esquerra, de llinda de fusta. L'alçat és de dues plantes, avui gairebé completament derruïdes. Envolten les ruïnes marjades abandonades, amb figueres i un cirerer vora la casa; cap a l'est hi ha restes de solls i corrals. Quatre marjades més amunt de l'edifici es troba la font de l'Ermita; mostra una mina de volta apuntada molt deteriorada, amb perill d'esbaldrec. Vora la font hi ha un safareig ple de joncs i d'abatzers.


En la Comuna se está muy bien

Me habían comentado la salida de algunos compañeros pero la falta de información sobre la ruta y mi pobre estado de forma hicieron que no me planteara presentarme, me prepararía una para mí solo y ya veremos que sale del tintero. Pues esta mañana tampoco lo tenía claro aunque alguna idea me rondaba la cabeza, dirección norte, Bunyola, Sóller?, vuelta por Deià?, al final me he atrevido a ir a Bunyola por la vía directa y decidir allí, y es la inspiración divina lo que estaba esperando en el aparcamiento del inicio de la subida de la comuna.

Había dos chavales descargando dos bicis idénticas de un coche, uno de ellos parecía un novato y verlos salir no me ha despertado ninguna envidia. Decido esperar a los siguientes, son un grupo de cuatro o cinco que van a su bola y también los dejo marchar. Ahora son tres los que pasan y me digo que ya está bien, en la comuna falta gente y salgo yo también, y me ha ido bien, subiendo a mi ritmo los tenía siempre a tiro y ha sido más entretenida la subida. Al llegar a la barrera del desvío han parado para charlar con otros allí congregados y yo he pasado de largo continuando por la pista y he llegado a las mesas sin saber nada de ellos aunque he visto que venían subiendo por detrás, seguramente pararían en el cruce del Penyal, había allí otro esperando ya que han llegado todos juntos a las mesas.

Al final nos hemos congregado un buen grupo merendando pero me he ido por mi cuenta, ahora ya lo tenía claro, haría un recorrido por algunos de los caminos y pistas menos utilizadas por mí de manera que tal vez pudiera conformar una nueva ruta, y a eso me he dedicado. Lo primero, la dressera que me permite recortar un buen tramo de pista, y es ciclable 100% con dos buenas piernas que te permitan superar un par de tramos muy inclinados. Luego viene un paseo hasta el depósito contraincendios donde me cruzo con otros bikeros que vienen de vuelta. Al llegar descanso y como algo y continúo por el antiguo camino de carro que acaba muriendo en algún lugar del bosque, por eso debemos desviarnos por la trialera en subida, ciclable en su totalidad aunque con algún tramo complicado de pasar.

El tramo de bajada no es difícil ni tampoco cuando accedemos al camino principal y lo tomamos en bajada, va a ser la tónica del día, bajadas no muy técnicas pero sumamente rápidas y divertidas. Este camino, al llegar abajo, se convierte en una pista amplia, fácil de subir y que nos devuelve al punto de donde hemos partido, el depósito. Mi próximo objetivo es el Salt d'en Panxeta, para ello sigo por la pista en dirección al Penyal y debo superar las primeras cuestas (la primera curva es terrorífica) y en una de las curvas vemos el desvío, trialera ancha y rápida sin más complicaciones que nuestros propios defectos que por otra parte no han sido tan evidentes como para no permitirme llegar abajo de una pieza.

Estoy otra vez en la explanada del refugio, esta vez solo y no me entretengo más de la cuenta y repito recorrido por la pista hasta el desvío de la bajada a la coma de s'Aigo, bajada esta vez estrecha pero muy entretenida si imprimes la velocidad suficiente y la mantienes. Subida tranquila hasta la explanada y otra vez para abajo por la coma d'en Buscante. Ni me acuerdo de cuando fue la última vez que bajé ni con quién pero había oído algún comentario reciente y pretendía averiguar cuán de cierto era. En realidad la he visto igual que siempre, solo tiene tres pasos complicados, el primero es el escalonaco casi al principio aunque esquivable por la derecha si logras meter rueda; el segundo es sortear la roca a mitad de camino, frenazo y un giro brusco para encauzar la trayectoria; la tercera, una bajada sobre piedras justo al pasar la barrera de la finca pública, después una bajada por pista con alguna zona caliente.

Evidentemente debo averiguar como está el asunto del paso por Cas Bergantet que aún no he comprobado in situ. Pues digamos que paso ya no hay, he visto los flechones pero la barrera ha sido blindada, es una lástima pero parece que no hay alternativa y he tenido que volver atrás y bajar por la pista cementada y desde luego bajando no me ha gustado nada, demasiado rápida como para bajar confiados y además con posible tráfico, como así ha sido.

Al final ha sido una buena salida, no me he llegado a encontrar mal en ningún momento de la misma, ni subiendo ni desde luego bajando pero más bien creo que ha sido porque eran trayectos muy cortos, parece evidente pues que debo mejorar mi condición física si quiero subir unos cuantos escalones el nivel aunque hoy el resultado haya sido muy satisfactorio.


Extrarradio

Como el viernes tenía el día tonto pasé de acoplarme a alguna salida organizada, que las había y para todos los gustos, rodadoras, descensos técnicos, intermedias, en fin, que me apetecían todas y ninguna a la vez. Desconecté de todo y me preparé la mía, despertador no, vehículo no, ya está, Xorrigo. ¿que qué hay por allí? Pues es lo que iba a averiguar siendo optimista.

Me acerqué por allí dando un rodeo por Son Ametller y s'Hostalot y después por la vía de servicio de la carretera de Manacor y como no podía ser de otra manera me entretuve viendo la aproximación de los aviones y sucedió una cosa cuando menos curiosa, vi pasar un avión que debía ser un DC3 o similar, un bimotor antiguo en todo caso, a una velocidad endiabladamente lenta, lo malo es que el siguiente avión que le seguía no estaba lo suficientemente separado si tenemos en cuenta la gran diferencia de velocidades, lo iba a pillar antes de llegar al suelo, de eso me dí cuenta enseguida y los fui siguiendo con la mirada hasta que vi que el reactor volvía a levantar el vuelo casi en la cabecera de pista dando tiempo al siguiente avión a aterrizar con seguridad.

Pasé por la zona quemada hace poco y vi que podía meterme por alguna entrada que no me llevó a buen puerto, aparte de basura no encontré nada más. Comentar que se puede circular por el terreno aunque no vi camino y por eso volví atrás, circulando por el vial asfaltado hasta lo alto de las cuestas de Xorrigo, donde la rotonda. Por ahí sí hay pistas y barreras, alguna abierta, y por ahí me metí. Pista, camino, caminito, sendero y garriga, después la nada, por tanto vuelta atrás y me meto hacia la urbanización de Son Gual. ¿Quién no la conoce? Estoy seguro que pocos habrán paseado por allí pero sí muchos se acordarán del monigote del dinosaurio que se veía pasando por la carretera anunciando un parque temático, viendo esa urbanización actualmente no me lo imagino, la verdad. Las zonas comunes están penosamente cuidadas y las casas le van a la par pero encontré una pista que recorrí y llegué hasta el borde de un barranco con varios edificios muy grandes enfrente que no lograba ubicar en mi mapa mental.

Decidí averiguar de qué se trataba, volví atrás y me dirigí a lo que se denomina urbanización Son Gual II. Tras algún sube baja llegué al sitio y lo encontré fuera de lugar, grandes bloques de viviendas con muchas alturas y solo alguna casa aislada. Intenté encontrar alguna salida por el barranco pero no vi nada lo que me hizo volver atrás. No satisfecho decidí investigar algún vial sin salida y llegué hasta el final después de comprobar que cualquier callejón apartado se ha convertido en un estercolero o han sido víctimas de robo de puertas o tapas de arquetas y cajas de registro.

Dispuesto a no marcharme sin algo nuevo que contar salí del asfalto y rodé campo a través hasta una pared, dudé al ver un desmoronamiento de piedras si pasar o no, finalmente lo hice pero al otro lado no mejoraba el aspecto y cuando ya me iba a dar la vuelta adiviné algo entre los arbustos, y para mi sorpresa era una carreterita asfaltada, no me lo esperaba, la verdad, y la recorrí hacia arriba encontrándome una barrera cerrada a cal y canto, pues para abajo se ha dicho, y es muy larga. Llegué hasta una barrera junto a una casa, ahí dudé y finalmente me acerqué saltando por una pared desmoronada que encontré y al final acabé en los corrales. Volví atrás, abrí la barrera y me acerqué hasta las casas, muchos coches había aparcados, dí vueltas por allí pero nadie apareció ni a nadie oí, vi la barrera de entrada a la finca cerrada y no me quedó más remedio que volverme por donde había venido.

Aún así investigué una pista que se adentraba en un barranco y lo único que encontré fueron cacas de caballos, a esas alturas me imaginaba ya una manada completa en vistas de tamaña cantidad de restos por todos lados. Al volver a la pista oí que se acercaba un tractor y quise que me vieran, iba delante de ellos y acabaron pillándome, lo que no me imaginaba era el tercer grado a que me sometió el payés, quería saber exactamente por donde había entrado y le dije que se lo enseñaría al llegar arriba y así lo hice. Nos paramos en la barrera y fuimos caminando hasta el sitio por donde salté y comprobaron que no mentía pero no pude evitar que me calentaran la cabeza con mil y un reproche. Suerte tuve de no haber sido coceado y mordido por los caballos (solo cuatro, pero cagan como cien), atacado por los perros de la casa, tiroteado por los hijos de los dueños o despedazado por los perros de los vecinos, madre mía, ¿dónde me he metido? más parecía que en lugar de deambular por el interior de Son Binissalom me encontraba en la isla de Parque Jurásico, menuda fauna. Y para dejármelo claro ni me ayudaron a pasar la bici al otro lado, pero tampoco dramaticemos, no hubo tensión aparente pero desde luego fue una sorpresa para ellos encontrar a un ciclista por allí, el primero con esas pintas, según sus propias palabras; me lo tomé a bien.

Nota seria: lo de los perros del vecino es cierto (lo demás también), al parecer habían atacado a un ciclista que se tuvo que encaramar a un poste para conservar su integridad física y hasta tuvo que llamar a un compañero para que le viniera a rescatar, iría con una 29” seguramente. Al no poder hincarle el diente se ensañaron con otro perro que por allí rondaba, de ahí los restos de sangre en el asfalto, tranquilos, no es humana.


Miradores de Son Poquet

Lo pongo de título pero lo cojo con pinzas, es decir, es provisional, es cierto que se ve la casa y mucho más pero me gustaría encontrar más información sobre esos sitios y poder confirmarlo, pero... no empecemos tan serios y vayamos al lío. No lo puedo tener todo en la cabeza, tengo que almacenar las cosas en algún sitio y de alguna manera, para eso se tienen los ordenadores con sus carpetitas y sus directorios y sus programitas para verlo por la pantalla. Repaso los temas y me parece ver algo que se sale de tiesto, lo compruebo por otra vía et voilâ, un sitio nuevo. Debo decir que no me informé mucho después del hallazgo y simplemente memoricé el track como buenamente pude y monté una ruta de aproximación con la que adornar el pastel. Pues bien, todo ese trabajo se fue al garete cuando ví la hora que era cuando me levanté, las nueve pasadas, pero como tampoco nadie me esperaba pude proseguir con la misma calma los preparativos.

La bici la tenía lista después de parchear un montón de cámaras pinchadas, muchas de ellas por la garriga de Pòrtol (de la que aún tenemos una ruta pendiente de estreno, por cierto) y reparar la cadena definitivamente, así que se trataba básicamente de desayunar y vestirme. Todo ese proceso me dura una hora y decido empezar a rodar desde Establiments para poder gozar de unos minutos extra y la idea que tenía de llegar a Son Malferit y subir por carretera hacia Sobremunt la descarto por la opción directa hacia la ermita de Maristela aunque eso signifique que me comeré el costarrón de cemento rebozado y con patatas.

Llego al principio de la cuesta y empiezo la subida con la vista fija en la rueda de delante ¿para qué quieres ver las rampas si son las piernas las que te tienen que subir? Consigo llegar al mirador sentado y sin parar continúo, oigo gente y veo a una pareja con un bebé en la mochila unos metros más adelante y justo tengo que llegar a ellos al final de la rampa donde está el escalón, se paran los dos sin saber exactamente por donde quiero pasar y al final me dejan el peor sitio pero consigo pasar sin caerme lo que provoca que empiecen a animarme en un castellano bastante decente, cosa que agradezco.

Más adelante alcanzo a otra pareja también con mochila, uno de ellos sí parecía español a juzgar por el tono de su voz. Otro caminante con perro toma una de las dresseres y más arriba sobrepaso a una pareja de franceses que también se dirigen a la ermita. Allí nos congregamos unos cuantos más y compartí con la mujer unas cuantas gominolas de las gordas que me ofreció, también otros se preparaban el almuerzo en la ermita si tengo que fiarme de mi olfato.

Ellos, los senderistas, van a la Fita pero yo no sé donde voy así que me despido y me dispongo a buscar un hipotético itinerario y valorar si puede ser aprovechable para formar parte de nuestra particular caminoteca. Empiezo desde el cocó como viene siendo habitual en las últimas salidas y me dirijo hacia la pared seca aunque detrás no hay nada más que una subida sin camino, arriba tampoco hay nada y dando vueltas llego otra vez al camino principal, al menos por ese lado podría llegar montado, vuelvo atrás y sigo buscando y avanzando a la vez hasta que va apareciendo un sendero más o menos marcado y también algunos hitos, cuando menos falta hacen, todo hay que decirlo. Montar ya es otra historia y solamente lo consigo en cortos tramos. Pateando en una de las cuestas veo el mirador y no es solo un balcón sobre el acantilado, es una construcción ad hoc, y la verdad es que al contemplar las vistas que se nos ofrecen no me extraña que algún antiguo propietario de estos lugares se hubiera encaprichado con el sitio y hubiera mandado construirlo aunque es de una rusticidad aplastante.

Sé que hay otro más adelante y evidentemente debo continuar por el filo del vacío para encontrarlo pero al cruzar la pared se pierde todo rastro del sendero y hasta cambia el panorama, encinas, madroños muchos, con grandes troncos pelados pero secos y que al mínimo contacto caen o se rompen, adornan el paisaje y me impiden siquiera avanzar con comodidad; además de una gran cantidad de piedras conformando un suelo muy irregular, huelga decir que acabé un poco harto del sitio y pese a ir encontrando algunos ranchos de carbonero los caminos seguían sin aparecer hasta que volví a encontrar la pared y siguiéndola llegué a sitio conocido con lo que ya pude situarme exactamente sobre el terreno.

A la vera del camino principal comí algo, esperaba ver pasar a alguien montado y pasaron, pero no en bici sino en moto, unas enduro antiguas pero muy bien restauradas y presentadas, los pilotos no eran niños y como se dice vulgarmente, anàven amb bones. En la ermita nos volvemos a reagrupar todos, los moteros, los franceses y yo, hoy los ciclistas deben estar en la playa y yo aún no tengo decidido por donde bajar, finalmente me decido por una divertida bajada que da directa al castellet para continuar hacia el área recreativa por otra no menos emocionante bajada. Acabo en el aparcamiento de abajo con buen sabor de boca y no me queda más que volver a Palma por donde he venido y es precisamente en el coll donde me cruzo con el único bikero que veré en todo el día, no tengo tiempo para más, es más de la una y media pero me sabe a poco lo que he hecho y hubiera subido por es Verger de haber sido un poco más temprano, me debí enredar más de la cuenta en el pateo.

A posteriori he visto que en realidad estos miradores sí son muy visitados por los senderistas pero desde luego que por los bikeros no, no entra dentro de la categoría de lo que podría llamarse un objetivo a tener en cuenta, ni viene de paso, ni el camino es ciclable, ni siquiera es cuesta abajo, vamos, que la bici sobra en esta película pero que desde luego no me arrepiento en absoluto de haberlo buscado ni de haberlo encontrado ni tampoco será la última vez que los visite.

Resto de fotos (no captan ni por asomo la grandeza del sitio)
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