Variado

Lo del mes de marzo no ha tenido mucho misterio debido a temas laborales que me han modificado los esquemas y así lo único que he hecho son tres salidas cortas en sábado o domingo casi por el qué dirán. Me fui el día 18 al Arenal y llegué hasta Son Verí solo para poder decir que he tocado tierra y también por un poco de curiosidad porque me habían comentado de ciertos cambios en la zona boscosa, casi como si se hubiera barrado el paso de manera intencionada, no pude corroborar ese extremo pero lo cierto es que sí ha habido movimiento pero no sabría decir con seguridad si se trata de talas, limpiezas u otros motivos ya que no le vi un orden claro, parecía todo un poco caótico, sin ningunas señales orientativas o prohibitivas por ahora y sin respuestas claras que despejaran mis dudas emprendí regreso a la civilización y dando las gracias de que aún no esté bloqueada la zona aunque todo llegará.


Cuando uno no quiere meterse en berenjenales de rutas, exploraciones o simplemente participar en alguna salida con los compañeros por cualquier motivo, sea por tiempo, salud o pereza si me apuras pues queda lo que queda y aún así algo tiene que caer, vamos a dar unas pedaladas por los arrabales de Son Rapinya, en concreto por esas parcelas tan concurridas por los bikeros de Son Puigdorfila Vell y Son Suredeta, al menos de paso aunque yo no pasaré de allí, mi intención es hacerme unos bucles por la zona que de todo permite.

Hizo calor y ya enfrente del colegio y antes de arrancar pendiente abajo ya me tuve que despojar de alguna prenda, pasó un grupito de conocidos que iban a la montaña pero no me convencieron de abandonar mis planes y en cuanto estuve listo me tiré hacia abajo tras ellos, se suele girar a la izquierda abajo pero yo seguí recto para llegar hasta el torrentillo teniendo que superar un escalón que no presenta mayor dificultad el bajarlo pero cual va a ser mi sorpresa porque me pegué el trompazo padre fruto de un patinazo inesperado de la rueda delantera antes de llegar, aterricé sobre el codo derecho y la cadera pero afortunadamente, y tras unos minutos de recompostura, pude continuar el periplo y que no consistió más que en unas vueltas por la zona rodando lo máximo posible.


Durante la semana practiqué la mecánica ciclista y me entretuve en volver a montar la bici Rockrider, la 9.3, con todo lo que tenía a mano, le metí los frenos que llevaba en la Rallon y le acoplé los mandos de puño de la rígida, todo con calzador porque tengo un mando de 3 platos cuando solo llevo 2 y el trasero de 7 velocidades con una piñonera de 9, la cadena rueda mejor que lo que se ve y la potencia y el manillar también son originales de la Orbea pero al menos pude completarla y ponerla en orden de marcha, quedaba pues probarla.

Rodando al menos va mejor que la rígida que después de montar y probar en la calle la descarté de inmediato y quedó solo para el rodaje en casa durante la pandemia, vamos a ver si esta reliquia doble soporta un trato algo más duro para lo cual me dispongo a efectuar una salida de comprobación aunque tarde y en domingo por lo que no aventuro mucha miga solamente notando como se comporta en los primeros compases, que no son más que los mismos de la semana pasada por tenerlos más presentes y a modo de comparación por lo que al pasar por la rotonda de los militares decido llegar hasta el monumento y ahora con más razón si voy acompañado. La subida no es mala y no preciso enganchar el plato pequeño lo que al menos me da algún ánimo aunque todo el rato un poco intranquilo por un posible desajuste de los cambios que me de algún susto en forma de avería.

En la explanada nos despedimos y yo vuelvo atrás para cruzar por el bosque de Bellver y salir por la entrada principal, todo por tierra y al menos ha cumplido lo mínimo, para llegar hasta el paseo marítimo cruzando después por el interior del barrio antiguo, lo que hago de tanto en cuando para verificar que aún existe. El test de la bici no ha sido muy convincente que digamos, simplemente pasable y usable solo en el caso de una extrema necesidad en montaña, más en ciudad donde no tiene tantos requerimientos y si varias ventajas.


No me creo nada

Hace tiempo, allá por finales de 2017, me invitaron a asistir a la presentación de la ley de caminos públicos que tramitó el Consell Insular y que un año después aprobó definitivamente el Govern Balear y donde asistió como público también algún propietario afectado, hubo una cierta tensión en el turno de preguntas ya que la norma pretendía ser bastante expeditiva respecto a la usurpación de estos viales y además daba pie a la expropiación en muchos supuestos, extremo que al parecer se suavizó bastante en el texto final. Comento esto porque el caso en cuestión del tramo de este propietario ha vuelto a salir a colación en estas fechas, nada más y nada menos que 4 alcaldes y varios altos cargos anunciando a bombo y platillo la apertura, o más bien la pronta consecución de un trazado completo entre Palma y Puigpunyent y no tenía idea de un cambio de postura de la propiedad respecto a ese tema, vayamos pues a comprobarlo sobre el terreno, pues. Sabía de alguna que otra salida de los compañeros por esos andurriales pero no comenté nada con ellos, mejor corroborarlo por uno mismo y salimos de dudas de una vez por todas.

Me he saltado el tramo que cruza desde Son Quint por feo y jodido y me he ido directamente por carretera, pasando eso sí por el punto x por si acaso, y excepto los carreteros, nadie. Un poco de pedaleo y estamos ya en el inicio del tramo que hasta la pared está bastante claro, lo sabía y no lo hice, girar a la derecha enseguida pero seguí recto y tuve que atravesar los bancales de mala manera para volver a enlazar, mis espinillas sufrieron las consecuencias. Allí me pasaron dos bikeros a toda mecha que perdí de vista enseguida antes de llegar al inicio del bosque donde todo parece continuar como antes, rejilla abajo, árboles cruzados, bastante sucio y ninguna señal hasta la barrera desde donde podemos continuar tranquilamente hasta la pared que delimita los campos arados, están por allí los ciclistas pero vuelven a poner la directa y adiós muy buenas.

Por ahora todo sigue igual que antes salvo que no puedo saber de ninguna de las maneras si ahora permiten el paso o no y lo que a mí me parezca resulta irrelevante, se sigue cruzando por en medio del campo hasta la pista y en cuanto se llega al torrente giramos a mano derecha para circular junto a su cauce sin notar ningún cambio. Podemos salir de la finca por una barrerita en la rejilla y continuar durante un largo tramo hasta la entrada de Son Serralta donde debemos pasar a la carretera para abandonarla casi al instante como si nos dirigiéramos hacia Son Puig, camino asfaltado que nos lleva hasta la parte alta de Puigpunyent y que me recuerda que un poco más adelante también tengo asuntos pendientes y de hecho voy a fisgar un poco. Estoy en la entrada de Son Forteza y la barrera está abierta pero me fijo en los carteles y señales, carteles del Consell grafiando los GR y señales de prohibido el paso a las bicis, de hecho vino alguien en un vehículo y me lo recordó, que si está prohibido, que si soy el dueño, que si vino la Guardia Civil por un accidente y puso multas, etc., etc., etc., vamos, que nada ha cambiado.

Me voy al cruce a comer algo y después intento continuar por la vera del torrente hasta donde puedo que fue poco, la naturaleza pone sus propios límites así que me toca volver a Son Serralta por asfalto pero esta vez en cuanto llegue a la rejilla voy a acceder a la carretera otra vez para ir por el otro margen aunque no se puede decir que por un trazado muy claro, por donde se pueda. El trazado contrario es mucho más abierto pero tiene una pega, no puedes volver al anterior por culpa de la barrera del torrente, ya he estado por allí otras veces y saltar las rejillas es harto complicado, eso ni lo intenté por lo que me aposté en la barrera a esperar algún acontecimiento y el primero sería ver pasar a los moteros que venían del bosque, pasó uno por el escalón, luego otro pero a alguno se le atragantaba y no subía, y mientras lo esperaban uno de ellos comentó que yo les estaba grabando, no sé con qué, la verdad, pero el compañero le tranquilizó diciéndole, “déjalo, no nos puede hacer nada”¿¿¿???.

Lo gracioso del caso es que al poco de largarse, y se fueron hacia la finca conflictiva en cuestión, se abrió la barrera y pude pasar pero no apareció nadie por allí y me dispuse a marcharme yo también, le eché un vistazo al escalón y le di la aprobación, zas, de cabeza y zas, a volar, primero yo y después la bici, valoración errónea, toma nespla, la piedrita ha bloqueado la rueda delantera y ha aparecido supermán de repente, hacía algunas temporadas que no me sucedía pero se ha saldado con unas raspaduras en el codo izquierdo y poco más sin llegar al nivel de las de las espinillas, más ridículo que daño hubo, pero la pregunta que aún me hago es ¿llegué a tocar el freno, sí o no?.


En tres líneas, según ChatGPT

El narrador reflexiona sobre su experiencia al explorar un tramo de camino público en bicicleta, recordando la presentación de una ley relacionada con este tema en 2017. A pesar de la promesa de apertura de un tramo entre Palma y Puigpunyent, encuentra obstáculos como señalización confusa y terreno difícil de navegar. Durante su recorrido, se encuentra con motociclistas y se pregunta sobre la legalidad de su acceso. Finalmente, su viaje termina con una caída leve, dejándolo cuestionando sus acciones.


A vueltas con el rodaje

Han transcurrido ya varias jornadas, y semanas, sin tocar bici, sin poder tocar bici, más concretamente, y afinemos aún más, sin poder montar en bici tal era la pájara que llevaba encima y es que el lunes siguiente después de haber rodado (es un decir) por Alcanella sucumbí a algún tipo de virus o bacteria que me dejó para el arrastre ciclísticamente hablando y no fue hasta el final de la siguiente semana que me senté en un sillín aunque solo fuera para rodar de parado.

El sábado debió llover o hacer mucha rasca porque no salí pero el domingo estaba ya con el mono rabioso y tuve que sacarlo a pasear, porque esa era la definición más adecuada a lo que pensaba hacer, un simple y corto paseo por las cercanías tras los días de recuperación y confiaba si algún otro bikero estuviera en las mismas circunstancias y poder rodar al menos acompañado y mira por donde sí, me encontré en el punto adecuado y a la hora exacta con Tito, también en plena recuperación, igual entre los dos hacemos uno entero, y al constatar que nadie más aparece nos marchamos a voltear por el valle del silencio en primera instancia para ir entrando en materia, lo que se traduce en alguna pista de subida y alguna trialerilla de bajada, no mucho más pero como no se puede argumentar que esté ya fundido me voy animando poco a poco así que después del circuito en bucle que hicimos por la zona cogimos el camino ancho para dirigirnos hacia Pinar Park, uno de los puntos fijos por donde quería pasar el compañero para hacer la bajada del torrente desde la antigua cantera que al final no fue tan larga como recordaba, le supo a poco, y en vista de la pequeña decepción acordamos cruzar por Son Muntaner donde de paso me va a mostrar la variante del aparcamiento que salva la barrera automática y que bien podría ser un poco más larga y casi ni tocarías asfalto.

Ni se nos ocurrió subir arriba al llegar a la carretera, ese punto sería nuestro top de la semana pero tampoco queríamos que fuera lo último así que bajamos hasta la rotonda y nos dirigimos a Gènova para entrar en los terrenos inferiores por la barrera, destrozada por cierto, ¿había necesidad? desde la calle y entrar en los dominios del castillo por la pista nueva exterior pero por arriba, así tendríamos una mini bajada para poder empalmar con el torrente y salir al paseo marítimo para rodar por allí de vuelta (no confiarse en los escalones).

Volvimos rodando por la zona de obras, que sigue manga por hombro y no tengo nada claro ni por asomo cómo puñetas va a quedar aquello si es que logran acabar. El carril bici no es el mejor sitio para circular en grupo y de charleta y hay que rodar en fila y concentrados para evitar sustos que tenemos que llegar a Can Pere Antoni de una pieza, hito que logramos por si quedaban dudas.

Lo dicho, buena salida, buenas sensaciones dentro de lo que cabe y buena compañía, puede que alguno arguya que aún falta algún componente para lograr el sumun pero yo me conformo con lo acontecido, que lo disfruté.


Ya se verá

Haber rodado por sa Pobla la semana anterior me lo puso bastante fácil para la próxima salida, primero querría empezar como dios manda hacia Ullaró y después me encaminaría hacia Miner aprovechando un día casi primaveral, pues dicho y hecho, hacia allá que me dirijo con esas y otras intenciones que vamos a ir desvelando más adelante. Lo primero era acercarme al llogaret por el trazado correcto y aún a pesar de estar señalizado desde la misma rotonda del pueblo en un cruce me he ido al lado contrario teniendo que recular al darme cuenta pero me ha gustado el trazado pese a todo, el resto de itinerario hasta la barrera donde verdaderamente empieza la subida a la montaña, sin problemas, y donde tras un breve parón para ir cogiendo ánimos y fuerzas se puede decir que he empezado la ruta de verdad.

Tras unos cuantos años sin haber rodado por allí no tenía muy presente cómo se me iban a ir presentando las dificultades y puedo asegurar que no son pocas porque en cuanto comienzan las verdaderas rampas ya no hay vuelta atrás y a pesar de todo he podido reservar el último piñón para la segunda parte y eso que de corta no tiene nada esa primera subida. Parada en boxes en Miner Petit para reabastecimiento antes de emprender la segunda parte ya sin bosque que te arrope y todo va siguiendo el plan previsto. Superado el Gravet habrá que estar atentos en tomar el desvío hacia la izquierda en el próximo cruce y aquí es donde tuve las mayores dudas ya que no estaba (ni estoy aún) seguro de haberlo realizado anteriormente en ese sentido, y fijarse si eran de calibre que al llegar abajo, donde existe una barrera que da acceso a la finca privada de Miner Gran, volví atrás para asegurarme. Desde esa barrera la pista vuelve a subir hasta el otro cruce ya en el interior del bosque e iba aún más perdido que antes por esos lares, lo recordaba de otra manera, tiro a la izquierda para darme de bruces con un barrerón impresionante con un botador de 10 escalones del cual no tenía ningún recuerdo almacenado, igual ni estaba cuando pasé la última vez. Esa barrera, así como la de salida por el otro extremo y con otro botador de las mismas dimensiones, son los únicos puntos de acceso al perímetro del vallado que parece rodear un área de repoblación forestal y que de hecho marcan el final del itinerario ciclable por ahora.

Queda por ver la continuación, de la cual me habían hablado pestes y no acabé de creérmelo del todo, de ahí la visita que estoy narrando y de la que desgraciadamente no habían exagerado. Yo recordaba que la había subido en unos ¾ de hora así que podía confiar en que fuera esa la duración, minuto arriba, minuto abajo, y me equivoqué de todas todas, quizás con un paso más alegre se podría conseguir, seguramente es posible, no quiero desanimar a nadie, lo que está claro es que tardar ese minutaje que recordaba para subir es muy optimista, y si realmente fue así, desde luego estaba mucho más en forma que ahora, y aviso, si lo vais a subir olvidaros de empujar la bici, va al hombro sí o sí.

El tema era llegar a Alcanella y continuar hacia Lluc ya que la bajada a Binibona ya está adjudicada a otra ruta y quería probar otras variantes. Se acabó el penar entre el cortante carrizo, empieza la pista pero ni siquiera el cambio de tipología aumenta significativamente las posibilidades de rodar, la pendiente es dura y el piso está salpicado de grava grande y suelta que me impide rodar con solvencia, ahora bien, si estás como un toro igual subes pero para la mayoría la cosa no funciona, además es más larga de lo que pensaba, en sentido contrario y bajando todo es muy diferente. El 4x4 sigue por allí y el camino aún no ha conseguido una uniformidad en todo su recorrido para el tráfico rodado pero en bici se puede pasar perfectamente y al menos por el interior del pinar se puede rodar, la lástima es que el itinerario completo en este sentido es inviable para una ruta ciclista de uso generalizado no obstante se puede combinar con otros aunque no mejores en el aspecto rodador, ahora bien, arrepentirme, ni por un momento tan solo.

Bajada divertida hasta la carretera alternando algún tramo de GR, itinerario asfaltado que seguí hasta el final, teóricamente para ganar tiempo y de la que no estoy tan seguro de haber logrado, creo que desde Son Canta se acorta más por el GR pero es la ventaja de la mtb, que puedes elegir.


ChatGPT opina

El narrador relata su salida en bicicleta desde Sa Pobla hacia Ullaró y Miner en un día casi primaveral. Aunque inicialmente se equivoca de dirección, disfruta del recorrido hasta llegar a la verdadera subida a la montaña. A pesar de no haber rodado por la zona durante algunos años, enfrenta las dificultades de las rampas con determinación. Después de una parada en Miner Petit para reabastecerse, sigue el plan previsto, aunque tiene dudas en algunos cruces del camino. Luego, describe una difícil subida hacia Alcanella y Lluc, destacando las condiciones del terreno y la duración del recorrido. A pesar de los desafíos, disfruta del descenso y termina su ruta en carretera asfaltada, reflexionando sobre las ventajas de la bicicleta de montaña para elegir diferentes caminos.


Lluc en el punto de mira

Quería ir a Lluc, en principio la intención última era repetir la Ruta 11 y comparar sensaciones a día de hoy, ya se sabe que las rutas no son estáticas, pueden variar por múltiples razones, la mayoría a peor por desgracia, y me gusta tenerlas lo más actualizado posible, por eso quería revivirla y no preveía ninguna pega respecto al recorrido en sí, pero mientras me iba acercando al punto de partida iba cavilando si no sería mejor hacer otra cosa, sí, llegar a Lluc pero por otro lado, por Pollença, pues dicho y hecho, en lugar de empezar en Inca lo haría en sa Pobla y finalizaría por donde pensaba iniciarla, la idea me vino un poco porque había estado en Ullaró por trabajo y me había estado rondando lo del camí de na Pontons durante toda la semana, nada, cambio de planes y para sa Pobla que nos vamos.

Lo del camino referido no lo tenía nada claro, sospechaba que comenzaba en el mismo pueblo pero como no había salido con esa intención tampoco lo había mirado y sobre el terreno preferí no perder tiempo e irme hasta la gasolinera por carretera donde ya estás a un paso del llogaret y si era claro el inicio el final no lo tenía tanto hasta que llegué a la carretera de las cuevas, es que no cabía otra opción tampoco, y a partir de allí ya tirar recto hasta el cruce de la carretera de Pollença pero por allí pasas por otro punto importante, el desvío de Biniatró que es a su vez el inicio de la subida de Miner, ahí hay tema, waypoint mental marcado, sigamos ruta que aún queda mucho para llegar al pueblo y no de una manera cómoda para mí, compartir espacio con los vehículos a motor no me resulta especialmente satisfactorio cuando soy yo el que va a dos ruedas.

No hay parada antes de coger el GR y enfilo directamente hacia el pi de Son Grua primero por asfalto, tierra después de cruzar el puentecillo y finalmente acabas en el arcén de la carretera durante un rato antes de volver a poder conectar con el tramo que va en paralelo con el torrente y que se ha retocado en algunos puntos para no tener que bajarse de la bici en todo su recorrido que bien merece una mención aparte porque es muy inusual, bosque frondoso compartiendo espacio con un curso de agua no es algo común en esta isla y si coincide con que corre el agua, menos aún.

Donde sí paré fue al inicio de la verdadera subida, justo antes de afrontar las curvas cementadas, no quería tener que hacerlo a medio recorrido y aún así lo hice, fue un momento, el mínimo suficiente para volver a activar la traza que se había parado y continuar y la verdad es que me vino de perlas o al menos me pareció que iba más activado que antes. Sigue habiendo evidencia de los estragos de las últimas tormentas pero están solventados y no hay problema para circular, de hecho me preguntaba si realmente era necesaria una obra de tal calibre para ir a Lluc y no llegaba a adivinar las verdaderas razones por las que se llevó a cabo, habrá que revisar la biblioteca.

No llegué a bajar al santuario aunque hubiera sido lo correcto, atajé por carretera hasta el coll de sa Batalla para tirar desde allí por el GR, bastante concurrido por caminantes en la zona empedrada a esas horas, no así en la pista de la Coveta Negra que por cierto encontré muy lisa y aplanada y con muchos badenes. Queda el tramo empedrado de Son Canta y el rápido tramo final de tierra antes de empalmar de nuevo con la carretera en la primera curva, ahí ya se puede dar por finalizada la ruta como quién dice, la vuelta a Inca es necesaria pero aunque se tome el GR marcado pierde bastante interés, ciclísticamente hablando.

En resumen, aparte de algunos pequeños retoques en el tramo paralelo al torrente en Pollença en el resto no hubo sorpresas por tanto no se ven afectadas las trazas correspondientes ni habrá cambios en las rutas, ni siquiera en el texto.


ChatGPT lo resume

El autor del texto tenía la intención inicial de repetir la Ruta 11 para comparar sus sensaciones actuales con experiencias pasadas. Mientras se acercaba al punto de partida, consideraba la posibilidad de cambiar el recorrido y optar por llegar a Lluc a través de Pollença en lugar de Inca. Decidió seguir este nuevo itinerario, motivado en parte por haber estado en Ullaró por trabajo y haber pensado en el camino de na Pontons durante la semana.

A pesar de no tener claro el comienzo del camino, decidió dirigirse directamente a sa Pobla y luego a la gasolinera por carretera para evitar perder tiempo. Una vez en la carretera de las cuevas, encontró el inicio del camino hacia Lluc, aunque el final no estaba tan claro hasta llegar al cruce con la carretera de Pollença.

Durante el recorrido, el autor reflexiona sobre la incomodidad de compartir espacio con vehículos a motor mientras va en bicicleta. A pesar de no hacer paradas hasta tomar el GR, se detiene antes de la verdadera subida para prepararse mentalmente. El autor nota los efectos de las últimas tormentas en el camino, pero considera que están solucionados y se pregunta sobre la necesidad de las obras realizadas en el camino hacia Lluc.

Finalmente, el autor decide no bajar al santuario y tomar un atajo por carretera hasta el coll de sa Batalla, desde donde continúa por el GR. Encuentra el tramo empedrado concurrido por caminantes, pero la pista de la Coveta Negra está lisa y aplanada. Después de pasar por el tramo empedrado de Son Canta, concluye la ruta en la carretera antes de regresar a Inca.

En resumen, aparte de algunos ajustes menores en el tramo paralelo al torrente en Pollença, el autor no experimenta sorpresas significativas en el recorrido y no planea realizar cambios en las rutas o en el texto que las describe.


Domingo de vuelta

La semana que me desplazo entre islas no suelo salir los sábados ya que vuelvo los viernes y prefiero descansar el día siguiente y pasar la ruta al domingo donde casi siempre aparecen colegas de hasta debajo de las piedras y desde luego este no va a ser la excepción, hay reunión en el punto habitual y na Burguesa nos está esperando para ofrecernos algunos de sus regalos.

El grupo tiene intención de subir por el monumento, clasicismo clásico que no pasa de moda, y donde llego en solitario ya que el grupo paró en Gènova por no sé qué motivo pero que no paró arriba así que seguimos de un tirón hasta el coll des Pastors sin encontrarnos a nadie a pedales en todo el recorrido. Breve receso para tomar alimento y continuar hacia las antenas, todo ha sido pista hasta el momento con algo más de esfuerzo en la primera parte y menos en la segunda por lo que puede tomarse a modo de desquite en las zonas de bajada, por eso me vi sobrepasado a las primeras de cambio al inicio ya que seguí la trazada original y los demás tiraron recto recortando a más no poder, luego toca esperar, claro.

En las antenas es donde íbamos a variar la ruta clásica, es decir, hacer una bajada distinta de la que se toma desde el desvío de la torre forestal pero que van al mismo sitio, trazado que desde que lo encontré he recorrido unas cuantas veces añadiendo a cada paso algún punto de mejora que no ha llegado aún casi ni al aprobado y que estaba dispuesto a ir restando pasos imposibles.

Entramos en faena por un sendero medio escondido y con la casi única pega de no saltarte el desvío aunque no es confiable en absoluto, Sito se dio un buen revolcón después de enganchar el manillar en un tronco de pino, lo esperábamos en la entrada del torrente y no llegaba y en cambio los que sí lo hicieron fueron los amigos mantecas que venían también a probarla, había un paso feo que retocaron un poco y tras superarlo continuaron su ruta, a mí me costó un poco más desde luego.

No sé si empalmaron con la segunda parte pero esa era mi intención, hay una zona muy inclinada de tierra que quería catar con los nuevos frenos y no tuve ningún problema serio, cuando ponga el de atrás la cosa tendría que mejorar aún más. Ambas bajadas vuelven a juntarse abajo por lo que se convierte en una alternativa muy completa siempre y cuando manejes la primera parte, si no es así tu valoración global puede ser muy diferente, de hecho la mayoritaria del grupo fue bastante negativa.

Con algo más de margen horario se pueden recorrer algunos itinerarios más por el interior del bosque hasta la urbanización Costa d’en Blanes pero tomamos ya la directa a Palma y yo de hecho ni acabé con ellos ya que se desviaron en sa Faixina y yo continué recto por el carril del puerto hasta el Portixol tras una bonita e intensa mañana de mtb.


ChatGPT recortando

El autor relata su rutina los fines de semana cuando viaja entre islas, prefiriendo descansar los sábados y hacer la ruta en bicicleta el domingo con sus amigos. Describen una experiencia en la que el grupo planea subir por un monumento y luego continuar hacia las antenas. Durante el recorrido, enfrentan desafíos como un sendero escondido y un paso difícil que algunos superan con éxito. También mencionan la posibilidad de explorar otros itinerarios en el bosque antes de regresar a Palma. El autor finaliza su relato recordando cómo continuó solo hasta Portixol después de que sus amigos se desviaron en sa Faixina, tras una mañana intensa de ciclismo de montaña.


Va de novedades

Si habíamos comenzado por Bunyolí sigamos por allí y procuremos aprovechar el momento para introducir alguna variante o al menos intentarlo porque hará falta algo de exploración, lo que conlleva muchas veces algo de suerte también para rematar la faena por completo. Haremos otra subida clásica de acercamiento a las antenas, esto es, Bunyolí y Sobremunt por la vía directa y rematar con la última ascensión por asfalto hasta lo alto. Me pasó uno en la primera subida al que perdí pronto de vista y al acercarme a la cadena oía a bastante gente pero solo me dio tiempo a ver a uno que salía cuando yo llegué y pasé de perseguirle así que descansé unos minutos sin ninguna prisa y a eso que se presentan tres bikeros con sendas Orbeas que hubiera estado bien que continuaran subiendo, por lo de la grupeta me refiero, pero se fueron hacia abajo, según ellos a la interminable mientras que yo continué hacia arriba ya sin compañía.

Tiré por el camino de tierra y enfilé la última parte de subida sin ver nadie y es porque estaban todos delante, me encontré un numeroso grupo estacionado en la explanada, algunos con un maillot muy reconocible, TT, aunque había de todo tipo, hasta algunos que visitaban el lugar por primera vez. Esperé que se marcharan casi todos para empezar a rodar y me fui encontrando a los que estaban esperando a los más rezagados hasta volver a toparme con todo el grupo al finalizar la parte de subida, ahí no paré, tenía que encontrar un camino nuevo y por si acaso preferí seguir, de todas maneras estaban bastante ensimismados en sus cosas como para darle palique a un desconocido.

Me pasé de frenada pese a saber exactamente donde me tenía que desviar y no me convencí plenamente de ello hasta llegar a la explanada de la ermita vella que es cuando empezaron a llegar los que había dejado atrás pero con cuentagotas y pese a lo que tuve que desandar no llegaron a pasar más de 5 o 6, o conté muy mal o quedaban aún bastantes por llegar, muy raro me pareció que el grupo rodara tan espaciado.

Ahora sí iba a enfilar por la dirección correcta y enseguida apareció la senda requerida, bien porque ya tiene una rodada marcada, bien porque hay hitos, tenemos claro quienes son los autores de unas marcas y otras porque no está tan claro de primeras que por allí exista un camino como tal, a trocha podríamos llegar pero no hay indicios de construcción en ninguna parte, lo que sí es cierto es que llegamos a algún sitio, un rancho de carbonero bastante completo aparece por lo tanto la senda ha debido existir en algún momento para dar servicio al complejo, el problema es encontrarla después, hubiera jurado que se dirigía hacia la paret de partió la cual tiene evidencias de paso en algunos puntos pero no hay nada claro, de hecho tampoco llegué a enlazar con el otro camino de bajada y volví al rancho a comer algo antes de desfallecer en medio del monte.

Faena a medias por no llegar a unir convenientemente los dos itinerarios, de hecho después vi que tenía que haber subido aún más desde el rancho pero en el lugar no me pareció lo más idóneo ya que el bosque se interrumpe por una pared rocosa aunque es lo correcto y además en la bajada tampoco accedí al camino principal por el mismo sitio que lo había abandonado, depende de donde vengas empiezas por un desvío o por otro.

Ahora sí podía volver ya a la ermita siguiendo a continuación por una de las bajadas que van a parar a la pista encontrándola ya muy marcada por el paso de bicis y con trazadas alternativas en muchas de las curvas evidenciando que los retos a superar más parecen de cronometraje que de técnica, y de resultas, erosión pura y dura.

Vuelta por Son Malferit con más tráfico senderista del habitual (debería darse en primavera) y con una falta de mantenimiento del camino que empieza a ser preocupante, los tramos de bajada están hechos unos zorros, y peligrosos también como te despistes lo más mínimo.



ChatGPT al quite

El texto describe una experiencia de ciclismo de montaña en la zona de Bunyolí, donde el autor explora varias rutas y se encuentra con diferentes grupos de ciclistas. Comienza subiendo por una ruta clásica y luego se aventura en caminos menos conocidos, encontrándose con obstáculos y desafíos en el camino. A pesar de perderse en ocasiones y enfrentarse a dificultades técnicas, logra disfrutar del paisaje y de la emoción de la exploración. Sin embargo, también destaca problemas como la falta de mantenimiento de los caminos, lo que puede hacer que algunas secciones sean peligrosas.


Y van ya...

Empezamos el año como toca y que mejor que una salida en bici, tampoco es que fuera mucho más allá pero todo cuenta, un Bunyolí ni más ni menos. ¿y porqué por allí?, se preguntarán algunos, pues porque tiene un poco de todo, cercano a la ciudad, con una subida bastante cómoda que podemos hacer a nuestro ritmo sin sucumbir en el intento para luego ponernos tibios en la bajada con algunas variantes a elegir aunque cabe recordar que hace unos años hubo una serie de quejas por parte de la propiedad que desembocaron en una prohibición expresa de pasar por los caminos de bajada que no fuera el de la misma subida. Y digo caminos porque aunque hay uno “oficial” de bajada desde la cadena se han abierto otras sendas alternativas tipo más dh con lo que ello implica de modificación del terreno y todos sabemos que esos itinerarios artificiales no son eternos, van variando a medida que la gente los conoce y necesita cambiar de estímulos, yo no creo que este tema haya pasado al olvido, más bien parece solo aletargado esperando reaparecer en el momento oportuno, y no será para bien.

Había otra razón por la cual tampoco me podía alejar en demasía, estaba de guardia y es preferible no tentar a la suerte y no alejarse demasiado de las antenas por si acaso, de todas maneras, incidencias, cero.

No pasó nada especial, no me encontré con nadie, tal vez la resaca pudo con ellos y pretender ver alguna mejora en los tiempos se me antoja ya ilusorio, me conformo en no tener que utilizar todos los piñones en la subida y en la bajada no poner pies aunque de hecho hacia abajo empecé mal y volví atrás para las rectificaciones oportunas aunque no quede reflejado en la traza, es lo que tiene modificarlas a posteriori pero el crono sigue contando por tanto ningún tiempo superado pero no me caí, lo cual es de agradecer y me dio la sensación (si obviamos el renuncio inicial rectificado) de que hilé algo más fino que de costumbre pese a llevar un poco más de presión en las gomas que la recomendada, muy satisfecho sería el resumen adecuado.