Qui lo sa

El mes de noviembre no ha sido muy pródigo en salidas, de hecho solo he salido 2 veces y muy cercanas, son de esas salidas que ni considero “rutas” pero que tienen su efecto balsámico sobre la persona, circunstancia que ya se ha plasmado en estas páginas en bastantes ocasiones y que no vale la pena insistir en ello, si acaso resaltar algunos pormenores interesantes acaecidos que van a ser pocos, vaya esto por delante y de hecho la del coll des Vent se decantó en gran medida sobre el lado negativo con diferencia.

Como tenía que subir por asfalto desde los militares tomé un desvío en subida desde el pinar que no suelo hacer para llegar al torrente, no quería toparme con la valla reparada en la rotonda y tener que volver atrás y también porque me apetecía variar un poco la traza. De hecho la variante es interesante.

En principio la ruta no debía ser la que al final quedó reflejada, la intención era entrar en la pista de la carena desde el coll y hacer alguna de las bajadas más interesantes que hay más adelante, en concreto había pensado en repetir la Coma Bella, añadiendo el primer tramo que no encontré la primera vez que lo busqué y mejorando el paso si era posible, lo que sucedió es que tras una subida por asfalto que no estuvo mal estando parado arriba llegaron dos compañeros de fatigas y la charla fue a más hasta tal punto que desistí de la primera idea y decidí volver directamente por las dresseres y ahí es donde se torció el asunto, no por mí directamente sino porque no le pillé el punto a la bici, me pareció que iba, y debía ir, totalmente descontrolado, la bici no rodaba, más bien rebotaba de por todos lados sin ningún tipo de control, no todo tenía que ser culpa mía, había que revisar los ajustes que de hecho tenía muy olvidados, así que la bajada entera no pudo más que considerarse penosa.

Ya después, a lo largo de la semana, si me entretuve en hacer algunas pruebas con las suspensiones modificando algunos parámetros pero todo en parado, digamos, en teoría, como quién dice, en la práctica deberían notarse los cambios en la próxima ocasión y esa fue la idea con la que salí la semana siguiente pero no en el mismo circuito, Bunyolí fue el elegido. Pasé por el punto de reunión habitual (quizás habría que cambiarle el nombre) sin encontrar a nadie aunque tampoco paré a esperar ya que seguramente pasé a deshora y tiré hacia Establiments por el polígono.

La subida estuvo bien dentro de la normalidad y arriba había algunos que también iban a tirarse, ellos fueron por delante y yo hice después una bajada mucho más convincente que la de la semana anterior y quise corroborarla con una repetición, subiría otra vez desde el cruce y trataría de mejorar centrándome un poco más en la conducción. Segunda subida buena y un poco mejor en la bajada por lo que continúo hacia la segunda parte del circuito donde protagonizo un renuncio en el segundo marge y con público además, imperdonable, los de abajo me animaban a continuar pero había que tocar todas las notas de la partitura seguidas así que volví a subir hasta arriba y bajé las tres rampas como toca, después sí pude parar a comprobar qué estaban haciendo aquellos allí con los picos y palas, al parecer retocando el circuito, no vi bicis, tampoco nos presentamos así que no sé quienes eran.

No bajé directamente por la pista rápida hasta el camino, seguí por la segunda parte de ese circuito que pude disfrutar aunque la parte final donde la pendiente de tierra se acentúa me sigue imponiendo respeto y no digamos el último rampón, de cada día más deteriorado, la escapatoria tiene allí su razón de ser.

De vuelta quise comprobar el paso por Son Berga vell hasta la rotonda del camí de la Real porque he visto que alguno se ha metido por la finca pero hay barreras en ambos lados y si bien en algún caso sería factible acceder y escapar por algún hueco no es ni mucho menos recomendable como itinerario popular pero había que certificarlo cuando menos.

Como vemos un mes de noviembre rácano de logros, y ya se sabe que estos acontecimientos tienen retroalimentación, la dopamina es muy potente pero hay que estimularla así que no podemos dejar de plantearnos metas y retos para sentirnos más vivos que nunca. ¿Sucederá en diciembre, tal vez? Qui lo sa...


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