Rodada rápida

Para acabar el mes qué mejor que una salidita en domingo por los alrededores y como no estaba planeada de antemano, en solitario, aunque siempre se puede dar la casualidad de encontrarse con algún conocido que coincida en gustos y horarios, ahora bien en el día en cuestión no ocurrió nada parecido, cierto que tampoco pasé por uno de los puntos de reunión más frecuentados y crucé por el parc de sa Riera para ir por el carril bici interior y no por el de el camí dels Reis, ir por ahí me permite atajar por Son Puigdorfila, conviene aprovechar ahora que aún existe ese bosque, quizás dentro de poco se convierta en otra barriada más. La zona está muy trillada por los moteros dando pases arriba y abajo que la han convertido en una de sus áreas de entrenamiento por eso no se puede hablar de un recorrido único ya que cada pocos metros tienes una variante diferente.

Me escapo hacia Gènova para ir a subir al monumento por el itinerario largo, descansar un poco a los pies del pedestal viendo como los que suben en coche se percatan de que ya han llegado demasiado tarde, no queda un hueco libre donde aparcar y seguramente lo dejarán a lo largo de la vía un poco más abajo, conclusión, los dueños del camino quieren prohibir el paso a no residentes, no solo por ese motivo ya que también es muy frecuentado a horas en los que el deporte es otro, sobre todo de codo.

No viene nadie excepto algún eléctrico que no cuenta así que me voy a tomar viento yo solo y con los únicos que me cruzo son varios caminantes a lo largo del recorrido y otros que llegan ya cuando estoy en el coll des Pastors que me preguntan por dónde ir al mirador y justamente yo voy para allá, esta vez sí pasaré por allí, hay que ir recordando caminos de tanto en cuando pero es justo en la bajada cuando me encuentro a más gente y debo aminorar si no quiero llevarme a alguien por delante aunque sea sin querer.

Me cruzo con un grupito, parece que de foráneos, que vienen del sendero pero yo me voy por la pista ancha con el inconveniente de tener que saltar el cable pero lo asumo, ya me queda poco para comenzar la vuelta y va a ser por el paso inferior que une los dos collados y a partir de allí por los atajos con una bajada rápida (para mi nivel) y divertida por lo que solo puedo estar contento una vez llego abajo, podría añadir algo más de guinda al pastel recortando hacia el PT3 o el golf pero ya me doy por satisfecho por el momento no obstante prolongo la vuelta por el carril bici del puerto aprovechando que me viene de paso, dudé algo si meterme por los callejones de la parte vieja pero tampoco hubo suficiente ilusión, mejor otro día.


Moletear debería existir

Quedaron temas pendientes de la salida de hace 2 semanas, normal si vas de tanto en cuando que no te acuerdes de todo lo que quisieras y cuando vas pasando por los sitios te van viniendo a la memoria los detalles importantes, por eso quisimos volver a la moleta de Pastoritx (¿a qué vendrá el diminutivo?) pero esta vez aumentando la dificultad y adentrándonos en plena Serra de Son Moragues aunque sin querer dominarla en toda su extensión, subiremos por el camí des Caragol desde la font des Polls por lo que deberemos afrontar con decisión las rampas por las que deberemos circular.

Esta vez, y previendo las más que probables paradas en el recorrido, decidimos empezar desde Valldemossa. Somos tres, Miquel Angel, Sito y yo pero comprobamos que no seremos los únicos en tener la misma idea inicial, Fibras, Tomeu, Rolh junto con un animado Torito aparecen un poco más tarde, ellos seguirán aún más arriba, hacia el camí de s’Arxiduc para realizar la bajada larga hasta Deià por lo que podemos compartir compañía y recorrido hasta la fuente donde nos separaremos. Ellos conocen bien la bajada de la sierra pero yo voy menos por allí aunque me acuerdo de varios puntos importantes a tener en cuenta pero no me quiero preocupar aún por ese tema, prefiero centrarme en saborear los detalles del camino que vamos recorriendo, en gran parte andando pero también montando donde se puede.

Realmente no tardamos mucho en llegar al cruce y me dieron ganas de seguir subiendo al menos hasta la paret de partió desde donde podríamos volver para hacer la bajada completa, si entendemos como tal donde efectivamente existe camino pero no quise introducir esa posibilidad en ese momento y lo que hicimos fue comenzar a bajar desde allí. Paramos en el primer hito que encontramos pero tras unos minutos de recorrer ese sendero no me pareció que fuera el más transitado por lo que volvimos atrás hasta el camino principal por el que seguimos bajando atentos a las marcas, que no tardaron en aparecer pero aún sabiendo casi seguro que era por allí (la presencia de un corredor también lo corroboraba) decidimos continuar por el camino para comprobar qué de bueno nos podía deparar. La pared divisoria no está lejos lo que implica el final del trazado como tal pero en la otra vertiente es muy probable que exista una continuación, mucho menos clara y poco señalizada pero factible al fin y al cabo, y decidimos seguirla, imposible circular, debemos bajar rápidamente de altitud y una pendiente de tierra, limpia de rocas y recubierta de hojarasca, es lo mejor que se nos presenta y no tardamos en enlazar con otro camino de carro que discurre muy cerca de la balconada natural de la sierra y del que me acuerdo instantáneamente por lo que también estoy seguro de que es allí donde enlaza el sendero que no hemos querido tomar y que seguramente no nos habría obligado a bajar de la bici, (quizás solamente para atravesar la pared) y efectivamente allí está, solo hay que querer verlo.

Bajada rápida y divertida hasta el cruce con la pista de Pastoritx, estamos en territorio recorrido hace dos semanas y debería ser capaz de encontrar los senderos que se dirigen a las cimas de esa parte de la montaña y creo ver uno que sale junto al mismo porxo pero al siguiente no lo vi y lo sitúo muy cerca del coll de tords pero preferimos repetir el recorrido hasta el mirador y más allá. Tras la parada estamos todos muy animados para afrontar la bajada y a poder ser, mejorarla, y estoy convencido de que eso es lo que sucederá y fue allí donde nos topamos con un grupo de senderistas que subían, era el mismo grupo del Bunyolí y paramos un ratito para saludar a las conocidas y también al resto, claro, tras lo cual reanudamos la bajada hasta la pared con muy buen sabor final aunque ahora no vamos a pecar de novatos y la saltaremos por el botador de piedra para continuar al otro lado como si nada hubiera pasado.

No vi tan claro el cruce como cuando vienes de Raixeta y me lo pasé por lo que tuvimos que recular unos metros para pasar por la fuente y desembocar en la pista de Son Verí unos minutos más tarde. Nos queda solo la guinda final hasta la carretera por lo que a bajadas se refiere y la sentí especialmente bien, ruta completada con notable satisfacción por lo que la subida hasta la Cartuja no debería trastornarnos en absoluto, allí hicimos un cambio de bici, quería ver si era capaz de notar diferencias entre desarrollos, de llevar un 30-46 a un 28-50 y además con plato ovalado pero la verdad es que con tan poca distancia no noté diferencias, quizás en una ruta completa mis sensaciones finales fueran diferentes pero ya digo que con ese fugaz test no fui capaz de notarlas.

Y fin, yo contento, los compañeros igual o más que yo, nadie herido o golpeado, las máquinas intactas, yo creo que solo puede significar que hemos pasado un gran día.


Ruta larga, crónica corta

La cosa va de salir en solitario y sin poder escapar de las cercanías aunque en este caso quise alargar un poco más la ruta y llegar hasta Mirant de Mar, no por nada en especial, salió así. ¿Qué contar de la subida de Bunyolí que no se sepa? Pues poco y mucho porque por lo que se ve aún hay muchos aficionados al pedaleo que no la conocen siendo como es de las rutas más transitadas de la isla. Diré poco, tenía calor nada más empezar, subí a piñón fijo todo el rato y pude saludar a un grupo de senderistas que me presentó una compañera con los cuales iba de ruta y a otro grupo de bikeros en el que también rodaba gente conocida, solo un rato de charla ya que iban en dirección contraria.

No me quise aventurar más allá del cruce de Sobremunt y tiré hacia abajo por carretera aunque en la parte final me fui a buscar el camino antiguo con la vana e ingenua esperanza de que lo hubieran limpiado por segunda vez pero no ha caído esa breva, sigue sucio y sin mantenimiento, flor de un día, pero algo se puede rodar y quise aprovecharlo. Le sigue el tramo empedrado de Son Ferrà y el tramo de tierra más ancho a partir de la curva de la carretera plantándonos ya en las afueras del pueblo, allí decidí continuar hasta el mirador sin acordarme ya de cuando fue la última vez que pasé.

Respecto al mirador he de decir que ahora sí puede decirse que sea eso realmente después de que el pino que se cayó se llevara por delante el quitamiedos y algunos pinos dejando a la vista la zona del Port des Canonge pero comprobando bien a las claras cual fue la zona de paso del tornado que arrasó el lugar y tras ver partir para abajo a un grupo de bikeros decido que ya es hora de hacer lo mismo y vamos a darle caña a la bajada y aunque solo sean unos pocos minutos bastan para lograr satisfacción. Y como ya no quiero alargar más emprendo vuelta por asfalto hasta la Granja donde sí me meto en el camino lateral que comparto con todos los que suben caminando aunque solo llego hasta el pont de sa turbina y sigo desde allí por asfalto hasta la ciudad, me queda por comprobar qué de buen humor están por Son Malferit después de haber empapelado las barreras con los letreros disuasorios y sus consignas restrictivas respecto a las bicis, si alguien conoce de alguna novedad que se pronuncie, por favor, el resto lo agradeceremos.


Una mola espléndida

Tras algunas conversaciones entre semana Sito y yo quedamos en ir a rodar por Pastoritx aunque sin un plan muy concretado, Raixeta seguro pero más allá la certeza no estaba clara, mola? Son Verí?, la comuna quizás o puede que el camí de s’Escolta? Nadie lo sabía y tampoco generaba mucha preocupación esa incertidumbre, total solamente éramos tres porque también se apuntó Cristóbal a la fiesta.

Para intentar ganar algunos minutos al crono sin tener que darse el madrugón del siglo cogimos el metro para llegar a la UIB como señoritos y solamente tenemos que cruzar la carretera para meternos en un camino transversal que nos plante en el camí de Passatemps en unos pocos minutos y una vez allí poder decir que empezamos la ruta como tal aunque aún nos falte un pequeño trayecto de asfalto hasta llegar a la zona de tierra del itinerario, el cual nos deja en Son Termens y desde allí volvemos a circular por carretera hasta la rotonda y luego hasta el desvío de Raixa, que gusto da poder abrir de una vez las suspensiones!.

Indecisión en la elección del primer tramo, camino viejo completo con su piso de piedras o por la pista plana de abajo, ganan los de arriba y aunque intentamos llegar a Raixeta por un desvío tuvimos que volver atrás al no poder pasar por mor de los árboles caídos, lo que no sabíamos en esos momentos es que era un preludio bastante exacto de lo que nos iba a encontrar más adelante. El siguiente en tumbar fue uno de los dos lledoners de la clastra que aún se mantenía en pie completo afeando aún más el conjunto, no dan ganas ni de pasar. Pronto nos fuimos dando cuenta del desastre, los troncos aparecen rotos por la mitad dentro de una franja muy clara del bosque y han caído por doquier aunque ya han pasado las brigadas para ir abriendo paso que no limpieza, si ya de por sí no era muy amigable el recorrido ahora aún menos.

Celebramos pasar el portillo porque allí se encuentra el último tronco que nos encontramos y podemos ir a buscar ya el desvío pedaleando. Por allí es donde tenía las dudas Sito, contaba algo de un camino que iba a Bunyola, yo estaba seguro de que la confusión era más que evidente pero no me quise mojar hasta no haber recorrido el último metro siguiendo las indicaciones, se trata de seguir la pista en lugar de atravesar el torrente lo que obliga a subir andando y empujando, eso que te ahorras, pero lo que yo realmente quería comprobar era si podíamos acceder fácilmente a las pistas siguiendo recto en el siguiente desvío, sobre el mapa me pareció muy evidente pero sobre el terreno la cosa suele ser muy diferente y tardamos bastantes minutos en encontrarla por lo que esta opción se descarta por sí sola aunque al final sí tomamos un tramo de sendero que creíamos era el correcto pero en la pista nos encontramos el letrero del desvío de espaldas, lo que dejaba nuestros experimentos en mal lugar.

Subamos, y tras algunas dudas añadidas logramos enfilar el ramal correcto que sube a la mola y como era de esperar nos puso firmes a las primeras de cambio, ellos no lo conocían pero yo sabía que de la primera curva después de la tirada de cemento no pasaría, como así fue, aunque imposible no es, pero las curvas finales te ponen en tu sitio quieras o no, menos mal que la novedad pudo más que la dificultad de realizarla montado y nos mantuvo entretenidos hasta llegar arriba donde nos encontramos a dos excursionistas que venían desde lo alto y que andaban algo perdidas y tampoco parece que las dejara muy convencidas porque después de aclarar que no querían ir a Pastoritx para allá que se fueron.

Recordaba vagamente esos tramos, me acordé del porxo en cuanto lo vi pero poco más, por eso iba casi tan sorprendido como ellos durante todo el trayecto, que es cuesta arriba, todo hay que decirlo, pero bastante llevadero. Se suponía que íbamos a llegar a un mirador pero en el coll de tords tuvimos que parar para llevarnos algo al estómago, ya flaqueaba, y llegamos a la explanada de la miranda unos minutos más tarde y ahí volvimos a parar porque no queda más remedio ante esa sensación de vacío que te causa la visión del pueblo a tus pies y rematado por el techo de nubes a nuestra misma altura, de ahí no quieres partir pero no queda más remedio y aunque adivinas la dirección no así el sendero porque prácticamente es inexistente pero la situación es acorde con lo poco que podía recordar aunque preferí dar un garbeo sin bici para no tener que transportarla más de la cuenta, de todas maneras no me hicieron falta más que unos pocos minutos para llegar a buen puerto y volver atrás a buscar máquina y compañeros para mostrarles el camino correcto, correcto pero con matices porque no me acabo de creer que sea éste el itinerario más utilizado si lo que se quiere es una tirada directa sobre la bici, pero de eso nos ocuparemos otro día, ahora vamos a empezar a bajar sin demora por un camino sin prácticamente pasos técnicos pero con una dificultad añadida para mí, están contraperaltadas todas las curvas a derechas y con un piso tan liso me fui de largo en casi todas, las de izquierda al menos te ayudan a seguir en la trayectoria, y así, de esta guisa, conseguimos llegar abajo, hasta la pared donde ya metidos en el ajo de lleno tiramos por la pista a toda mecha hasta que me di cuenta de que algo no iba bien, valle a la derecha y de reojo vislumbré unos edificios conocidos, VOLVEMOS A PASTORITX!!!, ¿qué hacemos? Estamos totalmente fuera de rumbo ¿volvemos o qué? No vale la pena, pisaremos el track de vuelta por el torrente, queda feo sobre el papel pero era lo más sensato y en el fondo tienes la excusa perfecta para volver otro día, y eso hacemos no sin antes volver a marcar otra pifia en el gps antes de dar con la línea correcta, quien mire bien esa traza no va a poder evitar una sonrisa complaciente al ver todas las meteduras de pata pero una vez enfilados nada nos paró hasta Raixa, hasta los obstáculos del torrente parecían menores y pedaleamos con ahínco todo lo que pudimos y más.

Cruzamos Raixeta por la clastra pero solo el mínimo tiempo necesario para saludar a toda la peña allí congregada y al final bajé solo porque me entretuve en ponerme en marcha no me acuerdo porqué y se piraron sin mí y además se fueron por abajo y se pararon a esperar por lo que llegué antes que ellos al aparcamiento. Media hora teníamos para llegar a Palma, no me extraña que hiciéramos PR en la recta, nos separamos en la rotonda, ellos tiraron recto y yo me fui por el camí de sa Fita hacia la Indioteria y el Vivero que me viene más directo y pensando ya en la próxima, que ya es agua pasada por cierto, solo queda el plasmarla en texto para poder compartirla.


Somos flojos

En los últimos días he recibido varias malas noticias relacionadas con el mtb, y han sido caídas de compañeros mientras montaban en bici, llevaba una buena temporada sin tener que preocuparme por las consecuencias que puede tener un evento de estas características, cierto que es inherente al deporte mismo, vas montado en un artilugio cuyo punto de apoyo en el suelo es de unos pocos centímetros de anchura y que además precisa del movimiento continuo para lograr el equilibrio, por tanto, si lo piensas de una manera casi intuitiva, es prácticamente imposible mantenerse en pie el cien por cien del tiempo que pasas encima, añádele velocidad y tienes todos los ingredientes para una buena hostia en cuanto por cualquier motivo pierdes el equilibrio.

Algunas de estas caídas las he vivido en persona, la primera la mencioné en la crónica de la salida que hice con unos compañeros de trabajo por la zona de Esporles hace algo más de un mes y la achacamos a la no idoneidad de la bici que lleva y la inexperiencia por montaña, afortunadamente todo quedó en un susto sin consecuencias. Y estas semanas que no salgo con el grupo me han informado de varias caídas que parece que aún mantienen retirados de la circulación a los implicados, aún a pesar de que me consta que mantenían el esqueleto intacto, no así alguna que otra parte de su anatomía que quedó bastante dolorida.

Los domingos salgo a veces, según desde donde sople el viento y demás circunstancias varias, y el único que he salido en este mes me encontré con un compañero de camino a la montaña que también había decidido salir a última hora y trazamos una ruta que nos satisficiera a los dos, yo había pensado subir al coll de sa Creu y bajar por el dh, el cual no pisaba desde hacía bastante tiempo y que tampoco he frecuentado casi nada, por esa zona casi siempre me decido por los atajos de la carretera, puede que fuera porque algunas veces he oído comentarios sobre alguna actuación por parte de los militares aunque por lo que vi en el último video el circuito está completamente operativo y libre de obstáculos, por eso me decidí, otra cosa es el nivel que se necesita para superarlo con nota, eso ya es particular de cada uno.

Subimos por carretera tras gandulear un poco por el bosque de Son Fila y sus trialeritas creadas por los moteros, subida a ritmo tranquilo por asfalto que es lo más rápido y lo más directo, la ruta es simplemente un sube baja sin pretensiones añadidas. Una vez arriba solo queda prepararse para el descenso con las protecciones, equipo que se ve limitado a la salvaguardia de rodilla hacia abajo, el resto de anatomía queda al descubierto y a merced de los elementos, se confía en la técnica y la suerte del momento para mantener su integridad. Nos habíamos cruzado abajo con otros compañeros que también venían del mismo sitio aunque su ruta había empezado mucho antes y habían aprovechado mejor el día y me confirmaron la buena hechura del trazado, sin desmerecer de sus pasos técnicos, por supuesto, los cuales los tuve que sufrir personalmente, creo que fue uno en particular si dejamos aparte los saltos ya que en el segundo que me paré en cuanto lo revisé bien volví atrás para repetirlo y lo superé.

Estamos ya en el asfalto y solo quedan varios atajos para dar por finalizada la bajada en sí, uno de ellos lo tomo sorteando una barrera cerrada para superar después una corta rampa en subida, el compañero no sé si es que no la conocía o no quería hacerla, lo cierto es que se pasó la barrera pero volvió atrás en cuanto le llamé, yo iba marcando el terreno y él venía detrás de mí, ese tramo no tiene pasos complicados excepto un tobogán que hay que dibujar, que es lo que parece no hizo el compañero, empuntó de delante y al tocar suelo la rueda salió despedido cayendo de cara. Escuché el golpe, un plaf apagado que no me sonó nada bien y paré, y lo único que llegué a ver fue un casco en el suelo que no se movía, afortunadamente se recuperó en pocos minutos y tras parar como pudimos las hemorragias pudimos continuar aunque la siguiente parada fue el hospital donde le curaron los cortes y descartaron posibles lesiones no visibles producidas por el impacto, afortunadamente con buena recuperación.

Y hay más noticias negativas, otra caída y otro lesionado, esta vez con rotura de clavícula, que por lo que me han contado, duele de cojon.s. Y es que es así, normalmente no suele pasar nada grave pero la estadística está para cumplirse y a veces le toca a uno la paja más corta, pero jugamos con eso y a veces estos accidentes son inevitables, no son buscados pero te los encuentras y hay que apechugar, y es que somos unos flojos, ánimos a todos ellos que queremos verlos más pronto que tarde otra vez montados y rodando por las montañas. Força!!!


Concluyendo

Con las cosas a medias no se juega, conviene dejarlas rematadas y a poder ser, cuanto antes. Recordemos que dejamos inconclusa una ruta el día de la ventolera pero este sábado no va a suceder lo mismo, al menos por eso no será que la cancelemos. Sito viene en plena recuperación al parecer a buen ritmo y quiere ya probar algo de más enjundia, yo creo que la ruta le viene al pelo, está entre medias de todo, de distancia, de esfuerzo, de técnica (o quizás de esto aún menos) y de horario, nos viene que ni pintada.

Solo somos dos así que es fácil entenderse y la proposición sale adelante sin oposición, al revés, con bastante aceptación, solo queda enfundarse los equipos, aceitar un poco barras y cadena y salir a rodar. Quedamos en vernos en el Deca para empezar a pedalear atravesando el desértico polígono muy falto estos días de toda la peña trasnochadora que vaciaba los locales a esas horas mientras nos dirigíamos hacia Bunyolí vía Establiments. Subida muy tranquila por la pista hasta la cadena donde hicimos el alto y donde también llegaron otros bikeros que tenían la intención de hacer la ruta clásica hacia la ermita y que nos requirieron de cierta información ya que venían siguiendo una traza por no haber rodado aún por allí finalizando la conversación en el cruce de Sobremunt donde llegamos casi a la par aunque por caminos diferentes.

El único pero que tuvimos hasta llegar a la barrera de entrada al bosque fueron otra vez los perros del Pouet que nos mantuvieron unos minutos a la expectativa en la primera barrera hasta que decidimos avanzar a pesar de que los ladridos no cesaban, menos mal que retrocedieron hasta el desvío de las casas a medida que íbamos avanzando hasta su posición y nos dejaron continuar en paz.

El sendero del bosque está muy limpio y excepto algún que otro paso sobre piedras es circulable totalmente, no es achacable a su estado para nada que el compañero se decidiera a tirarse por el borde justo cuando nos habíamos bajado de la bici para sortear un tronco cruzado en el suelo, le quedó un spagat perfecto, pese a lo gracioso del momento mejor sacarlo de allí cuanto antes y dejarlo solo en una anécdota. Han adecentado y bastante el paso por la barrera del coll y se han decidido a quitar el somier y poner algo decente y en condiciones, seguro que no pensando en nosotros desde luego, del mismo estilo con que han resuelto el paso de la barrera intermedia, por eso mismo y la no presencia de ningún vecino cero problemas adicionales en la bajada.

Justo al llegar a la barrera de la carretera vemos aparecer subiendo un grupo de bikeros, algunos de ellos conocidos y con los que mantenemos una corta conversación hasta lo alto, ellos se desvían hacia la Campaneta, su intención es subir a la mola de Planícia después de haber rodado también por la Fita del Ram, nosotros no vamos tan lejos, tan solo queremos bajar a Puigpunyent sin mayores pretensiones, por el sendero marcado, eso sí. Me gustó la bajada, se come toda la zona de curvas recortando de una paella a otra prácticamente sin obstáculos y con un tramo final de lo más pedregoso y bacheado, si llegara más cerca del pueblo podría hasta considerarse como una buena bajada, lástima que en la vertiente de Esporles no se disponga de algo semejante para evitar la carretera.

No hace falta apurar el depósito hasta el final y nos paramos cerca del torrente a comer algo, solo nos queda la vuelta a la ciudad y va a ser hasta cómoda, vamos a rodar todos los tramos del camino antiguo como sea posible a pesar de algunos propietarios reacios a admitir esa posibilidad, de hecho oímos voces cerca aunque no los visionamos, ni ellos a nosotros por lo que el paso por la finca estuvo exento de complicaciones. El compañero no conocía todos los tramos y fue en uno de los nuevos donde nos topamos de frente con un terceto de viejos colegas de los pedales con los que intercambiamos saludos y abrazos virtuales antes de proseguir con nuestras respectivas rutas, decir que la nuestra estaba a punto de finiquitar aunque eso no impidió que diéramos alguna vuelta de más en la zona despejada hasta reencontrar el itinerario correcto.

Y nada más, la vuelta por asfalto ya es relleno aunque totalmente necesario y siempre con un poco de aprehensión cuando notas que no eres tú el que controla la situación, y si esa situación te viene desde atrás y sin avisar, más todavía, pillar el carril bici es todo un alivio a estas alturas, por allí como mucho lo que te pueda pasar es que te embista algún patinete y eso no parece muy peligroso si lo comparamos con la situación anterior aunque tampoco conviene fiarse mucho, el suelo suele estar muy duro en cualquier caso.