Un carenado

No es que me vaya a montar una moto nueva, no, ni siquiera tengo carnet para llevarlas, es un simple juego de palabras, quién va por la carena se monta un carenado, o no?. ¿Pero, la carena de dónde? De na Burguesa, ¿de dónde va a ser si no? Recorrer toda la sierra, o las sierras, más bien, de punta a punta puede no parecer nada del otro mundo si lo piensas friamente, y efectivamente es así pero tampoco es algo que se haga semana sí, semana no, sobre todo porque una vez has bajado de arriba es complicado volver sin tocar bastante asfalto tanto por una vertiente o por otra, cierto que hay algunas posibilidades aunque no muy atractivas para el gran público, complicadas pues para meterlas en alguna ruta publicable pero que sin embargo las recorro de tanto en cuando llevándome también alguna sorpresa inesperada, y no todas buenas.

Desde la zona de Son Anglada es más que evidente el inicio, solamente hay que meterse por la cantera para poder subir sin problemas hasta lo alto y poder llegar dignamente hasta el coll des Garrover y hasta pudiendo elegir. Cosa distinta es continuar ya que para llegar al siguiente coll, el de Son Marill, hay que subir sí o sí y además andando, por eso exploré algunas opciones desde abajo y son dignas de tener en cuenta aunque hay que meterse en propiedad privada saltando alguna que otra barrera si queremos poder decir que hemos empezado por el extremo real pero la subida es ciclable casi al cien por cien.

Yo no empecé por la cantera, preferí esa segunda opción porque quería además grabar una traza para poder modificarla a posteriori y pude cumplir mis objetivos sin problemas. Me planto en el coll y veo lo que me espera a continuación, la rampota hormigonada, no es larga pero hace mella en el cuerpo y el espíritu, pero lo bueno es que no es lo más difícil, el peor tramo es el que le sigue, el de tierra donde, o vas entonado o directamente no lo subes. He de confesar que después tomé el desvío de abajo cuando lo más idóneo es tomar el de arriba aunque las excusas que me di también me convencieron. El cruce de arriba debía ser, y fue, mi punto de descanso y esas estaba cuando oigo, y veo, como la rueda de atrás se me deshincha en un santiamén y claro, la parada se me hizo el doble de larga de la prevista.

Hasta ese momento no había tenido ninguna molestia mecánica, hasta la tija se mantenía en su posición fija gracias al nuevo cierre y algún adaptador para el tornillo. Mientras estaba preparando el sillín para empezar a bajar llegaron tres chavales que se tiraron antes que yo, por lo que oí el primero llevaba intenciones de mejorar su crono hasta la carretera, debió ser cierto porque ya no lo ví más hasta llegar al asfalto, los otros dos iban más calmados y siguiendo con estas analogías yo debía ir parado.

Los dejé allí cuando pasé hacia mi siguiente reto, las otras rampas de hormigón, estas más fáciles que las anteriores aunque un poco más largas. Volví a parar en el cruce de caminos, punto habitual de descanso en las rutas que por allí pasan, pero una vez en marcha ya no debía poner pie a tierra hasta las antenas, y así fue si no tenemos en cuenta el cable que hay en la recta de bajada que no vi de lejos y creía que no estaba pero sí está y cuando lo ví ya era tarde para coger el desvío y tuve que parar de mala manera pero sin consecuencias.

Llegué hasta las antenas por aquello de decir que he llegado al final pero donde realmente paré fue en el cruce de la bajada. Por allí había unas excursionistas que me dejaron paso libre por delante sin preocuparse ellas de que llegara yo por detrás en cualquier momento, de todas formas me salí del camino para ir a ver otro que de todas maneras no tiene ningún futuro ya que desaparece a los pocos minutos y tampoco parece que andando tenga mucho aliciente. Lo que pasó es que al volver al camino principal noté algo raro en la cadena y es que volvía a tener el cambio sin tensión, el tornillo del muelle se había aflojado con la suerte de que no se había caído, hubiera sido la debacle si ello sucede, afortunadamente pude solucionarlo con algo de fortuna y pude completar la bajada por la parte que más me gusta, la más rocosa, también el sendero que cruza la finca hasta la carretera de las canteras es muy exigente y divertido.

Salí por el tramo más cercano al puente de la autopista porque aunque una ruta más completa iría por otro lado los retrasos sufridos me obligan a tomar la directa y así y todo no quise recorrer todo el recorrido de asfalto hasta el paseo marítimo y me desvié hacia Génova por una zona mucho más tranquila si de tráfico hablamos.

Ruta muy interesante porque tenía varias cuestiones por matizar en vistas a crear una nueva ruta para el blog, realmente todas las salidas por la zona desde hace un año aproximadamente han ido en esta dirección aunque sin ninguna urgencia por lo que visto desde el exterior puede parecer hasta indecisión, pero no, no hay prisa, al final todo se cuece.


Brusquina

Decían que haría mal día y estaba un poco escéptico al respecto aunque lo que más me preocupaba era la fiabilidad mecánica, no me acababa de fiar del todo de mi alargamiento de cadena por emplear un eslabón en dudosas condiciones pero que al ver el resultado creí (inocentemente) que había quedado bien y me arriesgué. Por todo ello no me quería ir muy lejos ni tampoco repetir escenario y pensé en salir desde Establiments pero al pasar por la calle Balmes vi movimiento frente al taller de bicis, parte del grupo estaba allí reunido y preparándose para ir a la Mercedes, parece ser que es una salida organizada por un concesionario de coches de esa marca y que se va repitiendo anualmente, me dijeron que por la zona de Santa Eugènia y a la vista de la traza de la ruta hecha pública me abstendré de dar públicamente mi opinión al respecto, sobre todo porque nadie me la ha pedido.

En fin, que cada uno sigue su camino y me encamino hacia mi punto de partida para testear cadena y cambio en la subida del Bunyolí, allí se puede decidir el día y puedo decir que no me fue mal del todo, de hecho no tuve ninguna queja en ese sentido aunque lo que me dió la vara fue la tija del sillín, en cuanto encontraba algún bache con el vavién se hundía irremisiblemente haciendo imposible el continuar pedaleando y no llevaba tampoco la allen adecuada para el tornillo así que me vi obligado a parar unas cuantas veces para subir el sillín. También me encontré subiendo a un grupo de mtb, y digo grupo porque iban todos con la misma equipación, se ve que la proporcionada por el taller de Marçal de Mecabici, y subí un rato con ellos, y digo rato porque subían amb booones, demasiado lentos hasta para mí, aunque a uno de ellos no le debió parecer bonito que les dejara atrás y aceleró y hasta me pasó en una de mis paradas ya cerca de la barrera, punto donde se encontraban concentrados también otros compañeros, los bous bufats con los que hace ya tiempo que no coincido aunque ninguno tenía la intención de continuar ruta hacia las alturas, así que después de los pertinentes saludos nos despedimos y cada uno por su lado.

Los mecas no tenían decidido itinerario, los estaban valorando en esos momentos y yo partí al menos para llegar a Sobremunt, no estaba muy por la labor de subir a las antenas y hacer la ruta de las ermitas, ni siquiera tirar hacia el coll des Grau así que la única opción que me quedaba era bajar por carretera hacia Esporles, supongo que esa fue también la idea del grupo y bajamos hasta el cruce de Son Malferit por donde ellos volvieron al punto de inicio y yo en cambio bajé hasta Esporles mitad por asfalto, mitad camino de tierra.

Me paré unos minutos para comer algo en la plaza del ayuntamiento y salí tras dos ciclistas que me pasaron por delante. Había dudado en subir por Son Cabaspre o girar por el camí de Pescadors, elegí esta última quizás con la lejana opción de llegar hasta Valldemossa culebreando por Mirant de Mar y ses Piotes pero una rotura de cadena donde menos me esperaba me hizo temer lo peor, y es que efectivamente se había roto por donde la empalmé confirmando mis peores presagios y fui a lo rápido, eslabón de enganche y adiós. Duró poco, ni tres pedaladas, seguramente enganché solamente la parte de delante y no comprobé la de atrás con el peor resultado posible, puse otro y tras comprobar que estaba pasado por los dos lados emprendí ruta pero ya sin la confianza necesaria como para ir forzando en subidas exigentes por lo que decidí subir por la carretera y una vez arriba tomé el desvío de Son Cabaspre que me resultó imposible de subir ni siquiera con el plato pequeño, seguramente el cambio también está desajustado en sus piñones intermedios y para subir andando toda la cuesta decidí llegar hasta Valldemossa donde hice otra parada.

Yo y unos cuantos cientos más a juzgar por la fila de autocares que por allí estaban aparcados, debieron arrasar con la coca de patata. Lo cierto es que empezó a lloviznar, una brusquina, pensé, y puse pies en polvorosa y me fui por el camí vell, cruzando por Son Sauvat y Son Brondo hasta la carretera donde me empapé de arriba abajo nada más empezar a bajar, lo que te tira la rueda encima no tiene fin, y yo sin gafas, y pese a todo preferí meterme por la cuesta de ses Rotgetes que tampoco pude completar montado por la tontería de la tija, no hacía frío y en esas circunstancias ir completamente remojado no supone un traspiés muy importante y tras pasar por Son Mallol apaciguó un poco y pude completar el resto de ruta un poco más tranquilo, ruta que no pasará a los anales pero no siempre se puede disfrutar lo que uno desearía de la bici o de los caminos, y no es queja.


A vista de pájaro

Con un fin de semana por medio sin rascar bola por mor del cambio desmontado como estaba y sin visos de que quedara como dios manda y sin mecánico a quién poder ir a lloriquear, me presenté en este finde ya pasado dispuesto a continuar con las exploraciones por ses Mosqueres con el cambio ya montado pero sin que eso me genere una excesiva confianza, una cosa es rodar en llano calle arriba calle abajo y otra meterte en camisas de once varas montaña arriba, veremos cómo se porta y cuál es su rendimiento.

Voy a hacer la ruta al revés de como la hice la vez anterior, es decir, empezando por lo que no se conoce y alargando a continuación, así pues desde Esporles me dirigí directamente a mi objetivo allá por la carretera de Puigpunyent pero para no repetir tanto camino me voy a hacer el primer tramo del camí des Correu hasta la carretera y después subiré por la cercana pista hasta las inmediaciones de la font des Rafal y aunque sobre el catálogo de Esporles venga marcado como público no lo recomiendo, es una completa merdera, de pura mierda, así de claro y de cierto, y además tiene una barrera intermedia que, aunque se puede abrir y tenga un paso lateral para peatones o animales, hace muy complicado el pasar, me lo guardo para un regreso al pueblo de extrema necesidad.

Superado el pestoso tramo puedo continuar por la pista de arriba sin mayores problemas, perdón, ahí es cuando aprecio un problema mecánico y puede ser serio o al menos fastidioso. Resulta que no puedo poner el máximo desarrollo con plato grande (antes el mediano, aclaro) ya que es el que más me tensa la cadena y fuerza el cambio y al bajar piñones el muelle se queda enganchado y la cadena colgando lo que me obliga a parar y llevarlo a sitio manualmente, después, con piñones más pequeños sí hace todo el recorrido, la solución momentánea que encuentro es meter plato pequeño e ir cambiando piñones.

Llego a la carretera, la cruzo, vuelvo a encontrar la barrera abierta sin candar y puedo empezar la subida sin novedad por buena pista, y mejor que estaría si se retiraran los dos árboles cruzados y se limpiara un poco de todas las piedras que van cayendo del lateral pero quizás ya sea pedir demasiado a quién corresponda. Me abstengo ya de comentar el paso por las casas por repetitivo y afronto la cuesta siguiente esta vez sin público y menos fuerzas con el consabido resultado, prosigo después ya en el interior del encinar y no pierdo tiempo en comprobar los ramales ni hacer fotos, voy directo hasta arriba, si quiero parar lo haré justo antes de pasar la pared y doy fe de que es absolutamente necesario hacerlo, la balconada es extraordinaria y solo por esos momentos la ruta ya valdría la pena, pero también hay que bajar y esta vez dispuesto a llegar directo al camí des Correu pero... la bajada es bien sabida al menos hasta el primer rotlo, el más cercano a la pared y donde no caigo esta vez en la tentación de irme por el enredoso camino de carro, sigo bajando por el sendero que cada vez me parece menos camino y en cuanto me despisto un poco sorteando alguna roca pierdo la visión de los hitos y debo parar, creo que casi todo este tramo hasta el siguiente rotlo fui de esta guisa, lo que evidentemente te baja el nivel de gustazo al tener que estar más pendiente de por donde vas que de como lo haces.

En el siguiente punto intermedio tengo claro por donde va la continuación, ya en forma de camino de carro, pero también tengo a la vista otro sendero lateral muy evidente en subida del que solamente tengo sospechas de donde viene aunque a posteriori he podido comprobar que esa es la bajada que más he utilizado desde el punto intermedio uno al dos, donde me encuentro, pero que no he sabido ver cuando he pasado antes por allí y eso podría considerarse un error aunque precisamente estas salidas son para pulir estos detalles, está claro que si fuera siguiendo una traza podría resolver estos inconvenientes al momento pero no es mi estilo, prefiero equivocarme.

El perrillo que me perseguía ladrando por allí corriendo arriba y abajo no me siguió cuando me marché y aunque algo oí no fui capaz de ver a nadie en las inmediaciones. Ese tramo de camino de carro es perfecto para bajar y en un santiamén estoy en el empedrado y ya tenía decidido al menos qué dirección tomar, hacia arriba y toca pasar ahí el tramo chungo antes de llegar a la potada del rei y tomar un poco de velocidad. Aún así en lo alto del coll me metí por una pista lateral a ver hasta dónde llegaba y no pasó de anécdota así que proseguí hasta el desvío del camí bord por el que me pensaba desviar pero cambié de idea y bajé hasta el desvío del camí antic por donde llegué a la barrera de s'Arboçar y desde allí por la pista hasta la barrera del Rafal, ¡que gustazo poder abrirla solamente tirando del pestillo después de tantos años de espera! Y claro, una vez allí tenía que irme por el Rafal a hacer el tramo de GR vetado por la otra barrera aunque en realidad solamente hemos cambiado la prohibición física por la escrita y aún te parece más lógica el veto anterior que el actual. No dejo que estas incongruencias me amarguen el día e intento recordar pases anteriores por la zona y soy incapaz de casar lo que veo con lo que recuerdo aunque tampoco creo que haya cambiado tanto el aspecto pero el tiempo no (me) ha pasado en balde.

Lo que sí tengo claro es que tras cruzar la barrera tendré uno de los mejores tramos de GR costeros, la vista es espectacular y aprovecho para sacar unas instantáneas aunque la cámara del teléfono no le haga mucha justicia. No tardo en llegar a la font de s'Obi donde hago un alto para repostaje porque voy ya bajo mínimos, la zona está cuidada, la fuente con la pica llena aunque no corre nada de agua y el porxo al parecer restaurado pero no hay ningún elemento que te haga sentir algo de comodidad, hay que sentarse sobre las piedras, vamos, que el sitio no invita a quedarse y me marcho a los pocos minutos. Me queda un descenso del que me voy acordando de cuando lo hicimos por última vez en subida, fue solo una visita al sitio porque no continuamos por el GR, volvimos a la carretera de subida de donde veníamos.

Tiene su miga ese descenso y más si te equivocas al llegar al poste y tiras por donde no debes, me dí cuenta rápido pero pensar que no había bajado antes por allí hizo que no me lo pensara dos veces y llegara al final, era un tramito del que había oído hablar y que siempre te queda a mano izquierda y más después de haber descartado el GR del Rafal desde hace tanto tiempo. Ese despiste hizo que me faltara por recorrer el tramo que llega a la carretera de Planícia y cuando subí hacia el cruce para tomar el tramo que se dirige a Son Serralta me lo pensé dos veces antes de decidir dejarlo para otro día y continuar hacia el pueblo. No haber pasado por allí en mucho tiempo hizo que tuviera otro fallo en ese tramo ya que bajé un poco la tija nada más empezar cuando es siempre cuesta arriba y que me parara a subirla justo cuando llegara a lo más alto, es lo que tiene no llevar a nadie que te haga ver tus propias tonterías.

En ese punto del día ya había decidido volver por carretera vistas las pocas opciones que hay para salir de ese pueblo dignamente, o eso o volver por donde había venido, en todo caso, según fuera viendo, en Banyalbufar podría optar por otras alternativas. Desde luego poner plato mediano no me causó complicaciones en ese tramo porque es casi todo bajada y podía poner piñones pequeños pero la continuación desde Banyalbufar ya me supuso algún trastorno porque pasar de 25 o 28 era complicado y tuve que parar varias veces para mover la pata así que cuanto menos lo moviera, mejor, y así nunca llevaba el desarrollo correcto ni para subir ni para bajar, pero bueno, llegar, llegué.


Respecto al tema del bloqueo de la pata, aún sin estar muy seguro de cuál fue la avería concreta que me produjo la pérdida de tensión, creí encontrar una solución, al menos teórica, a ese problema, y es poner más eslabones en la cadena para aliviar la tensión y comprobar si el muelle sigue o no bloqueado al bajar piñones y de hecho, una vez puestos dos eslabones más puedo constatar que el muelle realiza su función correctamente aunque no puedo poner engranar plato pequeño con piñones pequeños ya que roza cadena con cambio antes de llegar al tope (habrá continuación).