Este sábado sí que ha funcionado la convocatoria de los Toys, no como la semana pasada donde solo fuimos seis y acabamos cinco, aunque no lo digo como inconveniente. Había toys, poferos y pobleros sin estar programada como una quedada. Al menos, quince o dieciseis. Toys, cuatro; nunca había visto tantos juntos. Vuelta de Perdigón tras el vuelo y posterior recuperación y además con la bici nueva en una ruta que no conocía. Quizás hayan sido demasiadas sensaciones nuevas en un solo día.
Es una ruta de las más visitadas en los últimos meses pero no asistí a ninguna de ellas, por motivos varios. Debido a esa frecuencia ya se habían explorado las diversas posibilidades del recorrido aunque el punto en común siempre sea la Talaia d'Alcúdia.
Hemos comenzado por la carretera que se dirige al Morer Vermell para tomar el paseo peatonal y los senderos que bordean la costa hasta casi el Mal Pas, aunque en un momento dado hubo que cruzar por el jardín de un chalet. En lugar de tomar el acceso directo hacia la ermita por la carretera hemos ido por el Camí de Muntanya. Donde se acaba el asfalto, justo en el portillo, empieza una pista a mano izquierda que asciende mientras va perdiendo anchura. Justo en su inicio hay un sendero señalizado a mano derecha que proviene de la zona de Ses Fontanelles, aunque ayer no lo recorrimos.
Nuestro itinerario va bordeando los límites de la urbanización del Cielo de Bonaire muy cerca de las casas. Casi al final debemos girar a la derecha para enlazar con una pista. Esta es la pista que se dirige a Ses Fontanelles, que llega a enlazar con la pista que hemos dejado al principio y que se dirige hacia el Coll Baix. Luego es un sube-baja hasta volver a meterse en el bosque donde acaba en una especie de torrentera con un desvío señalizado hacia la ermita. Ése es el camino más corto, porque va directo. En cambio enfrente tenemos otro sendero, tampoco practicable en su primer tramo, que nos llevará hasta la carretera, cerca de la barrera militar, que da acceso a la batería del Cap Pinar. Nos quedará el resto de subida por carretera, con la ventaja de poder refrescarnos en la fuente que nos vamos a encontrar.
Reagrupados en la ermita, ya que unos fueron por un lado y otros por la carretera, nos disponemos a atacar las rampas. Había bromeado con lo duras que eran pero es que no me acordaba bien. Solamente me acuerdo que subí de los primeros. Pero sí, son duras y algunos las acusaron bastante. A mí me seguía saltando la cadena; así que subí con el treinta. Luego arriba lo ajusté, pero ya no hacía falta. Al final de la pista ves lo que te queda. Tampoco es muy largo; lo parece más desde arriba. Hay solamente un pequeño tramo donde se puede ciclar, aunque lo considero peligroso; no vale la pena. De hecho, allí había una barandilla; seguramente hecha de postes clavados en el suelo y una cuerda. No sé si la quitaron o se cayó sola pero visto lo que queda de instalación seguramente fuera más peligroso que la hubiera que no, ya que los postes se aguantaban sobre un pequeño montón de cemento sin estar éste fijado en el suelo, dando una sensación de seguridad que no existía. Entonces, es posible que si alguien se apoyaba, el poste cediera y te precipitaras abajo.
Arriba hay que disfrutar de las vistas antes de afrontar el siguiente tramo. Aún no es el descenso propiamente dicho, primero hay que atravesar un valle hasta el próximo pico. El sendero es muy pedregoso y técnico. Aquí pequé un poco de confianza porque tenía la sensación de que íba un poco vacío de atrás y cuando quité un poco de presión delante no metí atrás, hasta que sucedió lo que tenía que suceder. En una zona rizada de roca, llantazo. Pequeño corte en la cubierta y en la cámara. La tira antipinchazos no sirvió para nada.
Iba atrás con Juanan y cambiamos la cámara en un momento para llegar al pico y tener toda la visión del Coll Baix en todo su esplendor. Desde luego es un sitio donde hay unas vistas espectaculares. Es una ruta que hay que hacerla de tanto en cuanto pero un poco protegido contra ese terreno. No voy a poner la excusa de las cubiertas pero la de atrás ya está gastada. Para subir aún se defiende pero para bajar es otro cantar, y más sobre terreno pedregoso. Según el fabricante este modelo es especial para terrenos mojados, cuando aquí las salidas en mojado pueden suponer un diez por ciento del total (eso si se sale). Entonces podrían ser un poco listos y venderlas montadas con otras más apropiadas, ya que ni en tienda tienen algunas que valgan la pena. Esta semana tendré que buscar algo. Le podría poner la HR 2.1 que tengo puesta en la otra, que está nueva, pero la veo con poco balón. Ya veremos.
Me pareció ver a gente abajo y otros bajando. Bajé a mi aire, lo que pude, pero ya sé que estos terrenos no me dejan coger el ritmo adecuado. Una vez abajo me dijeron que Fibras se había ido a curar un corte que se había hecho en una rodilla, y que Nando le había acompañado. Hubo sesión de videos de saltos aunque solamente con un protagonista y un espontáneo. Los demás nos limitamos a mirar. Y eso que es un salto pequeño, de menos de metro, con recepción casi plana.
Al bajar, justo pasado el desvío de Ses Fontanelles, está la losa. Yo bajaba detrás de Tomeu y ahí nos paramos un grupito. Tomeu se tiró; un poco escorado al final pero las Minion agarraron como pegamento. En cambio en el salto no se lanzó. No sé, se debe sentir más cómodo con las ruedas en el suelo. A unos cien metros hay un desvío a mano izquierda que se mete en el bosque y continúa bordeando una rejilla. Es casi todo de pateo debido a las rocas puntiagudas que sobresalen del suelo. La vegetación seca y cortante tampoco ayuda mucho. Casi al lado de la reja de entrada de la finca fué donde me caí; y aún no se porqué. Se me debió clavar la rueda en alguna piedra, no pude sacar el pie izquierdo y me fuí al suelo. Pie izquierdo torcido, lo tengo hinchado en la parte del empeine y me duele. Tobillo derecho contusionado al golpear el cuadro; queda muy bien el diseño pero cuando te caes te clavas esos bordes tan agudos que tiene en la parte de abajo.
Y cuando levanto la bici oigo cómo se deshincha la rueda de atrás. Volvimos a cambiar y veo que el parche que le había puesto ha saltado. Posteriormente he comprobado que estaba muy mal colocado; muy descentrado sobre el agujero. He puesto otro, a ver lo que aguanta sobre los restos del anterior. En esa barrera comienza una pista que se dirige hacia el mar cerca de una calita. Continuamos por un sendero costero bordeando una rejilla y antes de llegar a una playita cerca del campo de golf, decidimos darnos un baño. Casi todos nos metimos en el agua, la mayoría desnudos, la ocasión lo permitía. Aparte del cachondeo pertinente (???), nos vino bien para calmar los heridas y cortes que casi todos llevábamos.
Secados, peinados y refrescados solamente nos quedaba bordear el golf, atravesar Aucanada y, por caminos de la segunda línea, llegar hasta los coches. Casi todos se quedaron a comer en la gasolinera; yo sólo fuí a despedirme tras tomar dos lingotazos de tinto de verano. Quería ver si llegaba Fibras pero no vino, pero creo que no tardó mucho ya que lo he visto en las fotos tomándose el segundo plato.
Buena ruta, aunque corta, que combina montaña, si bien no de gran altura, que no defrauda, sobretodo si bajas bien, y mar, con unos paisajes de ensueño. Es una de las que se suelen efectuar cuando algún bikero de fuera se aventura por estas tierras y nos pide consejo. Y seguro que para muchos más que la han realizado por su cuenta.
Espero que no sea la última de estas características que se realicen este verano. Hay más lugares para descubrir que aunque no tengan tanta montaña, son igualmente interesantes. La otra ruta costera por excelencia es Aubarca. Terreno público y virgen, con gran cantidad de recorridos por realizar, pero desgraciadamente las montañas de Artà han estado castigadas en exceso por los incendios forestales y presentan un aspecto desolador.
Otra ruta costera que propuse, y a la que no pude asistir por lisiado, fue la de Alconàsser, entre Sóller y Deià, prácticamente la única de estas características en toda la sierra si exceptuamos Sa Costera, aunque más alejada de la costa. Queda por explorar la zona sur y este de la isla, territorios mucho más conocidos por los grupos de Manacor, Felanitx y Campos.
Es una ruta de las más visitadas en los últimos meses pero no asistí a ninguna de ellas, por motivos varios. Debido a esa frecuencia ya se habían explorado las diversas posibilidades del recorrido aunque el punto en común siempre sea la Talaia d'Alcúdia.
Hemos comenzado por la carretera que se dirige al Morer Vermell para tomar el paseo peatonal y los senderos que bordean la costa hasta casi el Mal Pas, aunque en un momento dado hubo que cruzar por el jardín de un chalet. En lugar de tomar el acceso directo hacia la ermita por la carretera hemos ido por el Camí de Muntanya. Donde se acaba el asfalto, justo en el portillo, empieza una pista a mano izquierda que asciende mientras va perdiendo anchura. Justo en su inicio hay un sendero señalizado a mano derecha que proviene de la zona de Ses Fontanelles, aunque ayer no lo recorrimos.
Nuestro itinerario va bordeando los límites de la urbanización del Cielo de Bonaire muy cerca de las casas. Casi al final debemos girar a la derecha para enlazar con una pista. Esta es la pista que se dirige a Ses Fontanelles, que llega a enlazar con la pista que hemos dejado al principio y que se dirige hacia el Coll Baix. Luego es un sube-baja hasta volver a meterse en el bosque donde acaba en una especie de torrentera con un desvío señalizado hacia la ermita. Ése es el camino más corto, porque va directo. En cambio enfrente tenemos otro sendero, tampoco practicable en su primer tramo, que nos llevará hasta la carretera, cerca de la barrera militar, que da acceso a la batería del Cap Pinar. Nos quedará el resto de subida por carretera, con la ventaja de poder refrescarnos en la fuente que nos vamos a encontrar.
Reagrupados en la ermita, ya que unos fueron por un lado y otros por la carretera, nos disponemos a atacar las rampas. Había bromeado con lo duras que eran pero es que no me acordaba bien. Solamente me acuerdo que subí de los primeros. Pero sí, son duras y algunos las acusaron bastante. A mí me seguía saltando la cadena; así que subí con el treinta. Luego arriba lo ajusté, pero ya no hacía falta. Al final de la pista ves lo que te queda. Tampoco es muy largo; lo parece más desde arriba. Hay solamente un pequeño tramo donde se puede ciclar, aunque lo considero peligroso; no vale la pena. De hecho, allí había una barandilla; seguramente hecha de postes clavados en el suelo y una cuerda. No sé si la quitaron o se cayó sola pero visto lo que queda de instalación seguramente fuera más peligroso que la hubiera que no, ya que los postes se aguantaban sobre un pequeño montón de cemento sin estar éste fijado en el suelo, dando una sensación de seguridad que no existía. Entonces, es posible que si alguien se apoyaba, el poste cediera y te precipitaras abajo.
Arriba hay que disfrutar de las vistas antes de afrontar el siguiente tramo. Aún no es el descenso propiamente dicho, primero hay que atravesar un valle hasta el próximo pico. El sendero es muy pedregoso y técnico. Aquí pequé un poco de confianza porque tenía la sensación de que íba un poco vacío de atrás y cuando quité un poco de presión delante no metí atrás, hasta que sucedió lo que tenía que suceder. En una zona rizada de roca, llantazo. Pequeño corte en la cubierta y en la cámara. La tira antipinchazos no sirvió para nada.
Iba atrás con Juanan y cambiamos la cámara en un momento para llegar al pico y tener toda la visión del Coll Baix en todo su esplendor. Desde luego es un sitio donde hay unas vistas espectaculares. Es una ruta que hay que hacerla de tanto en cuanto pero un poco protegido contra ese terreno. No voy a poner la excusa de las cubiertas pero la de atrás ya está gastada. Para subir aún se defiende pero para bajar es otro cantar, y más sobre terreno pedregoso. Según el fabricante este modelo es especial para terrenos mojados, cuando aquí las salidas en mojado pueden suponer un diez por ciento del total (eso si se sale). Entonces podrían ser un poco listos y venderlas montadas con otras más apropiadas, ya que ni en tienda tienen algunas que valgan la pena. Esta semana tendré que buscar algo. Le podría poner la HR 2.1 que tengo puesta en la otra, que está nueva, pero la veo con poco balón. Ya veremos.
Me pareció ver a gente abajo y otros bajando. Bajé a mi aire, lo que pude, pero ya sé que estos terrenos no me dejan coger el ritmo adecuado. Una vez abajo me dijeron que Fibras se había ido a curar un corte que se había hecho en una rodilla, y que Nando le había acompañado. Hubo sesión de videos de saltos aunque solamente con un protagonista y un espontáneo. Los demás nos limitamos a mirar. Y eso que es un salto pequeño, de menos de metro, con recepción casi plana.
Al bajar, justo pasado el desvío de Ses Fontanelles, está la losa. Yo bajaba detrás de Tomeu y ahí nos paramos un grupito. Tomeu se tiró; un poco escorado al final pero las Minion agarraron como pegamento. En cambio en el salto no se lanzó. No sé, se debe sentir más cómodo con las ruedas en el suelo. A unos cien metros hay un desvío a mano izquierda que se mete en el bosque y continúa bordeando una rejilla. Es casi todo de pateo debido a las rocas puntiagudas que sobresalen del suelo. La vegetación seca y cortante tampoco ayuda mucho. Casi al lado de la reja de entrada de la finca fué donde me caí; y aún no se porqué. Se me debió clavar la rueda en alguna piedra, no pude sacar el pie izquierdo y me fuí al suelo. Pie izquierdo torcido, lo tengo hinchado en la parte del empeine y me duele. Tobillo derecho contusionado al golpear el cuadro; queda muy bien el diseño pero cuando te caes te clavas esos bordes tan agudos que tiene en la parte de abajo.
Y cuando levanto la bici oigo cómo se deshincha la rueda de atrás. Volvimos a cambiar y veo que el parche que le había puesto ha saltado. Posteriormente he comprobado que estaba muy mal colocado; muy descentrado sobre el agujero. He puesto otro, a ver lo que aguanta sobre los restos del anterior. En esa barrera comienza una pista que se dirige hacia el mar cerca de una calita. Continuamos por un sendero costero bordeando una rejilla y antes de llegar a una playita cerca del campo de golf, decidimos darnos un baño. Casi todos nos metimos en el agua, la mayoría desnudos, la ocasión lo permitía. Aparte del cachondeo pertinente (???), nos vino bien para calmar los heridas y cortes que casi todos llevábamos.
Secados, peinados y refrescados solamente nos quedaba bordear el golf, atravesar Aucanada y, por caminos de la segunda línea, llegar hasta los coches. Casi todos se quedaron a comer en la gasolinera; yo sólo fuí a despedirme tras tomar dos lingotazos de tinto de verano. Quería ver si llegaba Fibras pero no vino, pero creo que no tardó mucho ya que lo he visto en las fotos tomándose el segundo plato.
Buena ruta, aunque corta, que combina montaña, si bien no de gran altura, que no defrauda, sobretodo si bajas bien, y mar, con unos paisajes de ensueño. Es una de las que se suelen efectuar cuando algún bikero de fuera se aventura por estas tierras y nos pide consejo. Y seguro que para muchos más que la han realizado por su cuenta.
Espero que no sea la última de estas características que se realicen este verano. Hay más lugares para descubrir que aunque no tengan tanta montaña, son igualmente interesantes. La otra ruta costera por excelencia es Aubarca. Terreno público y virgen, con gran cantidad de recorridos por realizar, pero desgraciadamente las montañas de Artà han estado castigadas en exceso por los incendios forestales y presentan un aspecto desolador.
Otra ruta costera que propuse, y a la que no pude asistir por lisiado, fue la de Alconàsser, entre Sóller y Deià, prácticamente la única de estas características en toda la sierra si exceptuamos Sa Costera, aunque más alejada de la costa. Queda por explorar la zona sur y este de la isla, territorios mucho más conocidos por los grupos de Manacor, Felanitx y Campos.