Por fin he bajado al Port des Canonge con el grupo. Y además por el Camí vell des Pescadors. Bueno, había bajado otra vez por la Branson pero no cuenta porque solamente fue bajar y subir por la carretera y yo lo que quería era realizar la ruta costera hasta Banyalbufar para poder incluir la ruta en el blog de Camins. No es que no la hubiera hecho; es que necesitaba repasar otra vez el itinerario para actualizar los datos. Pues bien, hoy ha sido el día. También tenía que ser el día de Agua, una amiga de Cropduster que está de vacaciones en la isla pero ha tenido problemas con el transporte de la bicicleta y no ha venido, por lo que, después de duras votaciones vía correo, se ha optado por realizar esta ruta costera-montañera. Yo, por supuesto, voté por ella. Y más si hay algún tramo nuevo que no haya realizado, como era la subida desde la carretera de Banyalbufar, a la altura del campo de fútbol, hasta Son Sanutge.
Desde La Granja nos dirigimos por carretera hacia el mirador donde empieza la bajada al Port des Canonge. Aún estaba frío pero la trialera se lo merece. Una vez en la carretera del Port hay que descender por ella hasta encontrar el poste indicador (más o menos unos trescientos metros) para atacar la parte intermedia, un poco más técnica. Desemboca en una pista pero continúa desde la izquierda; el poste está un poco tapado y es fácil seguir recto. Salimos a la carretera cerca de la barrera de las casas de Son Coll. No es muy diferente del tramo anterior.
Una vez en la explanada del puerto faltaban dos, los que habían partido primeros, que al parecer habían bajado por la Branson. Al final se han metido por una de las calles de la urbanización para llegar directamente a nuestro encuentro. A partir de allí, tras atravesar el torrente, comienza una pista en ascenso muy ancha, que sube hasta que pasamos pegados a la pared rocosa. A partir de este punto es prácticamente plano y podemos tomárnoslo con calma o exprimir un poco las bielas y disfrutar de la velocidad. Solamente nos quedaba un kilómetro de carretera hasta el campo de fútbol y empezar la primera ascensión seria del día. Tiene un poco de todo, tramos cementados al principio y al final, con tramos de tierra intermedios. La pendiente es considerable en algunos puntos pero, al ser liso, es soportable.
Parada en el Camí de sa Font des Garbell y despedida de dos bikeros que habían acordado recortar la ruta. Hemos quedado solo siete. Este fin de semana éramos pocos. Alguno que había votado no se ha presentado y sí lo han hecho algunos que no habían votado. En este punto Fibras tiene catalogado un salto, y aprovechando que estaba Crop para informar, se han hecho unos intentos a fin de valorar lo que puede esperarse de las vacaciones en el BikePark de Vallnord. Lo ha pasado a la primera bastante bien, un buen vuelo y aterrizaje plano, con la suspensión trasera haciendo tope. El segundo bastante parecido. Luego lo ha realizado Crop con dos bicis diferentes, la suya, más enduro y con la Kona, que no ha podido levantar con facilidad de delante, pero aún así la amortiguación ha cumplido. Pero más ha cumplido con el intento de Tomeu al caer más en picado pero sin más complicaciones.
Desde allí hasta s'Arboçar, donde empieza el ascenso a la Mola. En la misma barrera de entrada, aunque abierta, se han colocado ya un buen número de señales prohibiendo la entrada de todo tipo de vehículos. Recomendamos máxima prudencia en este tramo, tanto por nuestra salud, ya que siendo en bajada podemos tener algún contratiempo con alguno de los vehículos que podamos cruzarnos. Otra razón es la de que no queremos encontrarnos con esta barrera cerrada ya que teniendo ya cerradas las que cruzan el Rafal, pueden complicarnos y mucho el paso hacia la Mola.
Nosotros queremos disfrutar durante mucho tiempo de un buen y cuidado camino de carro muy largo que no deja indiferente a nadie. Tiene algunas mirandas naturales que se aprovechan para recuperar el resuello y comer algo mientras se contempla el amplio paisaje que se vislumbra. Después, directos hacia arriba. En este ascenso he podido probar durante un tramo largo la Yeti de Pepe y sube muy bien. Dura de atrás, como me gusta a mí, con la ventaja de no tener que regular el rebote dejándolo en manos del propedal. Un poco más corta pero no lo he notado negativamente. En el último kilómetro, en un tramo pedregoso, me he encontrado a Tomeu sentado en el suelo mientras otros estaban manipulando el freno trasero de su bicicleta. Al parecer ha sufrido varias caídas al haber cambiado de pedales y costarle más desclavar. En ésta con tan mala suerte de golpear el cuerpo del freno y doblar el latiguillo provocando pérdida de líquido. No se ha podido sangrar debidamente y se ha frustrado el estreno de los frenos nuevos que estrenaba hoy. Ha sido una verdadera lástima, no ha podido disfrutar de la bajada hacia ses Mosqueres solamente con el freno delantero, y además sin el rodaje adecuado. Desde estás páginas mis sinceros ánimos.
Los demás también hemos hecho lo que hemos podido en la bajada. Aparte del primer tramo más empinado donde se camina un poco más, casi hasta la pared, el resto, cuando la vegetación te lo permite, es bastante practicable y lo he pasado bastante confiado. Puedo aprovechar las plataformas de los pedales que me ofrecen buena estabilidad sin clavar debido al cambio de zapatillas. Me he tenido que quitar las gafas para poder ver algo. La luz prácticamente no se filtra a través de los árboles y deja el bosque sombrío donde tengo dificultades para ver la trazada cubierta de hojarasca y señalizada por las fitas. Por eso si no tengo a nadie delante me salgo de la trazada continuamente. Necesito una liebre que me guíe. El último tramo trialero antes de empalmar con el camino de carro es una pasada. Y este no se queda atrás.
En el cruce del Camí des Correu se ha decidido no ir a hacer la losa sin la Kona y hemos vuelto directamente a la Granja. En este último tramo he podido comprobar que el rebote de la horquilla está en su punto óptimo para esos terrenos. Hay que intentar llevarla un poco más al límite.
Desde La Granja nos dirigimos por carretera hacia el mirador donde empieza la bajada al Port des Canonge. Aún estaba frío pero la trialera se lo merece. Una vez en la carretera del Port hay que descender por ella hasta encontrar el poste indicador (más o menos unos trescientos metros) para atacar la parte intermedia, un poco más técnica. Desemboca en una pista pero continúa desde la izquierda; el poste está un poco tapado y es fácil seguir recto. Salimos a la carretera cerca de la barrera de las casas de Son Coll. No es muy diferente del tramo anterior.
Una vez en la explanada del puerto faltaban dos, los que habían partido primeros, que al parecer habían bajado por la Branson. Al final se han metido por una de las calles de la urbanización para llegar directamente a nuestro encuentro. A partir de allí, tras atravesar el torrente, comienza una pista en ascenso muy ancha, que sube hasta que pasamos pegados a la pared rocosa. A partir de este punto es prácticamente plano y podemos tomárnoslo con calma o exprimir un poco las bielas y disfrutar de la velocidad. Solamente nos quedaba un kilómetro de carretera hasta el campo de fútbol y empezar la primera ascensión seria del día. Tiene un poco de todo, tramos cementados al principio y al final, con tramos de tierra intermedios. La pendiente es considerable en algunos puntos pero, al ser liso, es soportable.
Parada en el Camí de sa Font des Garbell y despedida de dos bikeros que habían acordado recortar la ruta. Hemos quedado solo siete. Este fin de semana éramos pocos. Alguno que había votado no se ha presentado y sí lo han hecho algunos que no habían votado. En este punto Fibras tiene catalogado un salto, y aprovechando que estaba Crop para informar, se han hecho unos intentos a fin de valorar lo que puede esperarse de las vacaciones en el BikePark de Vallnord. Lo ha pasado a la primera bastante bien, un buen vuelo y aterrizaje plano, con la suspensión trasera haciendo tope. El segundo bastante parecido. Luego lo ha realizado Crop con dos bicis diferentes, la suya, más enduro y con la Kona, que no ha podido levantar con facilidad de delante, pero aún así la amortiguación ha cumplido. Pero más ha cumplido con el intento de Tomeu al caer más en picado pero sin más complicaciones.
Desde allí hasta s'Arboçar, donde empieza el ascenso a la Mola. En la misma barrera de entrada, aunque abierta, se han colocado ya un buen número de señales prohibiendo la entrada de todo tipo de vehículos. Recomendamos máxima prudencia en este tramo, tanto por nuestra salud, ya que siendo en bajada podemos tener algún contratiempo con alguno de los vehículos que podamos cruzarnos. Otra razón es la de que no queremos encontrarnos con esta barrera cerrada ya que teniendo ya cerradas las que cruzan el Rafal, pueden complicarnos y mucho el paso hacia la Mola.
Nosotros queremos disfrutar durante mucho tiempo de un buen y cuidado camino de carro muy largo que no deja indiferente a nadie. Tiene algunas mirandas naturales que se aprovechan para recuperar el resuello y comer algo mientras se contempla el amplio paisaje que se vislumbra. Después, directos hacia arriba. En este ascenso he podido probar durante un tramo largo la Yeti de Pepe y sube muy bien. Dura de atrás, como me gusta a mí, con la ventaja de no tener que regular el rebote dejándolo en manos del propedal. Un poco más corta pero no lo he notado negativamente. En el último kilómetro, en un tramo pedregoso, me he encontrado a Tomeu sentado en el suelo mientras otros estaban manipulando el freno trasero de su bicicleta. Al parecer ha sufrido varias caídas al haber cambiado de pedales y costarle más desclavar. En ésta con tan mala suerte de golpear el cuerpo del freno y doblar el latiguillo provocando pérdida de líquido. No se ha podido sangrar debidamente y se ha frustrado el estreno de los frenos nuevos que estrenaba hoy. Ha sido una verdadera lástima, no ha podido disfrutar de la bajada hacia ses Mosqueres solamente con el freno delantero, y además sin el rodaje adecuado. Desde estás páginas mis sinceros ánimos.
Los demás también hemos hecho lo que hemos podido en la bajada. Aparte del primer tramo más empinado donde se camina un poco más, casi hasta la pared, el resto, cuando la vegetación te lo permite, es bastante practicable y lo he pasado bastante confiado. Puedo aprovechar las plataformas de los pedales que me ofrecen buena estabilidad sin clavar debido al cambio de zapatillas. Me he tenido que quitar las gafas para poder ver algo. La luz prácticamente no se filtra a través de los árboles y deja el bosque sombrío donde tengo dificultades para ver la trazada cubierta de hojarasca y señalizada por las fitas. Por eso si no tengo a nadie delante me salgo de la trazada continuamente. Necesito una liebre que me guíe. El último tramo trialero antes de empalmar con el camino de carro es una pasada. Y este no se queda atrás.
En el cruce del Camí des Correu se ha decidido no ir a hacer la losa sin la Kona y hemos vuelto directamente a la Granja. En este último tramo he podido comprobar que el rebote de la horquilla está en su punto óptimo para esos terrenos. Hay que intentar llevarla un poco más al límite.
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