Días de mucho nivel

Se acercan días de trajín de todo tipo, son fiestas de guardar muy arraigadas y con múltiples actividades que hay que compaginar de la mejor manera, dejemos de lado las obligatorias y centrémonos en las voluntarias, una de ellas, y muy importante, es la salida semanal en bici y en esta ocasión se ha elegido una ruta que parece contentar a todo el mundo, y cuando digo todo, es todo, que levante el dedo quién no haya disfrutado recorriéndola, me refiero a un Pollença-Lluc, clásica entre las clásicas, por lo que se preveía una asistencia importante. Ahí es donde tenía mis dudas, en el número de asistentes, y nadie me pudo dar una cifra por lo que asumí como lo más probable que seríamos bastantes, seguro que más de 6, y decidí no asistir, por tanto debería buscarme las castañas por otro lado, y como ya había hecho una salida digamos de rodar entre semana, me propuse averiguar de una vez por todas si una ruta que tengo en la carpeta de preestrenos sería viable para ver la luz oficialmente. Ya la había hecho por mi cuenta y no le encontré pegas pero veamos si a día de hoy opino lo mismo.

Es en la zona de Valldemossa y me voy a acercar desde la UIB por lo que pillaré el metro y esta vez más temprano que de costumbre, tanto que aún es de noche (o casi) y tengo que poner por precaución una luz atrás en la bici para ser un poco más visible, que de todas maneras tampoco va a sobrar cuando circule por carretera, se olvidaron del arcén cuando la construyeron y ahora ya no tiene solución. Es tan temprano que voy solo en el metro, como usuario me refiero, tres vagones vacíos de paseo por el campo, no están ni los vigilantes en el campus.

Me voy acercando por el estret hacia el pueblo y veo a 4 ciclistas que salen hacia Son Brondo, yo podría ir por ahí pero quiero ver la subida de Mirabó y me equivoqué porque está casi enfrente del desvío de la carretera vieja con lo cual podría haber hecho el tramo de tierra con ellos y ahorrarme ese tramo de asfalto, otro día lo tendré en cuenta. Lo que han hecho en la subida es cerrar la barrera de abajo aunque es fácil de pasar, se ve que no hay clientes, y después empalmo con el camino viejo en una curva y así no tengo que llegar a las casas por lo que tampoco se auguran problemas cuando la barrera esté abierta.

Una vez en la pista giro hacia Son Mas y por allí me encuentro a dos corredores, más bien caminantes, que me preguntan por dónde se va al Teix, hombre, por ahí no, deben volver atrás y hacer el mismo recorrido que yo, lo que pasa es que cometí un error (y van...), me metí por la primera barrera que encontré y aunque enlaza con el camí des Cairats lo hace con mucho más desnivel ya que afronta primero una subida importante y después se juntan en bajada mucho más adelante que la pista que viene en llano pero es una opción interesante si vienes de Son Verí.

Enseguida llego a la barrera de entrada a la finca pública y ahí empieza lo bueno, tirada larga hasta la primera curva que se va empinando más y más hasta que me doblega, y siempre a pocos metros, tiene que ser mental, si obviamos la quemazón en las piernas, claro. Aquellos dos ya me han cogido otra vez y vamos subiendo a la par con algún tramo de pateo por mi parte, antes de la fuente la cosa está complicada y hay que echarle bemoles. Alguno pensará, ¿cómo es que aquellos dos caminantes lo hayan pillado? Diré en mi descargo que hice algunas paradas, y no solo allí, por mor del teléfono que por una mala configuración me paraba la aplicación que uso para grabar las rutas y que revisé unas cuantas veces pero no fue hasta la casa de neu cuando encontré el verdadero problema y quedó correctamente en marcha por eso la traza de Strava empieza allí aunque en wikiloc pude subir una a la que le añadí manualmente el trozo que falta.

Todo el follón del móvil me trastocó los planes iniciales ya que no tenía tiempos grabados de todos esos tramos aunque el total sí me serviría para mis intereses. Solo vi a caminantes y corredores por el camí de s’Arxiduc y justo paré el rato necesario para comer algo en el cruce antes de tirar por el camí de ses Fontanelles, recalcar que el cartel del poste pone camí de ses Basses pero se refiere al que tomamos desde la fita que encontramos a los pocos minutos, no desde el inicio. Es verdad, pone Basses pero es posible que por el otro lado indique Fontanelles, en todo caso el inicio de los dos itinerarios es común. Yo haré el de ses Fontanelles hasta los miradores obviando el pas d’en Miquel para no encontrarme con el vigilante de la fundación y para mi ruta tampoco es necesario porque lo que quiero es bajar directo hacia ses Basses por el camino marcado, lo hice una vez y ya es hora de repetirlo, dos pasadas mejor que uno a ver si se corrobora la impresión que me dio ese primer recorrido pero que por experiencia siempre hay que que calificarlo con cierta cautela, la emoción y la sorpresa de la primera vez puede distorsionar un poco la realidad. La bajada es buena pero se nota el paso de todos por allí, el desgaste es evidente en algunos puntos aunque con algo de técnica y mala leche se puede bajar casi todo, por no decir completo. Oí y vi a alguien por ahí cuando llegué al mirador, el chirrido de frenos era evidente y el colorido de algún casco también, pero no fui detrás inmediatamente ya que quise hacer algunas fotos en los dos miradores así que tampoco tenía muchas esperanzas de encontrarlos más abajo, de hecho me crucé con varios grupos de senderistas que subían sin volver a saber nada de ellos aunque no tardé mucho en alcanzarlos y fue justo en una zona muy revirada que no me dio respiro ni para saludar, no quise parar allí pero sí lo hice al llegar a la bassa donde me detuve para echar algunas fotos.

Era un subgrupo de los Tira tira de tres integrantes que bajaban con bastante precaución y con los que pude charlar un poco sobre la ruta, también nos informó un senderista que el guarda de abajo nos causaría problemas y eso me extrañó un poco porque tenía entendido lo contrario precisamente por el cambio de ubicación de la caseta y tomar cartas en el asunto el ayuntamiento aunque ahora mismo no lo he corroborado, tendría que encontrar otra vez la fuente de esa información de donde saqué esa conclusión para poder afirmarlo con rotundidad, vamos a ver que nos cuenta el vigilante.

Salgo el primero para pasar la barrera que da acceso a Son Gual, la parte privada de ese camino y probable fuente de disputa del derecho de paso del que comentaba el senderista, y me dispongo a bajar lo más rápido y seguro posible, no es difícil, camino ancho y empinado bastante asequible aunque con bastante tráfico de gente, y no es cuestión de ir embistiendo a nadie. Llego abajo sin los compañeros y efectivamente el guarda me lee la cartilla, que si patatín, que si patatán, que no dejan, que no se puede, y ahí está mi duda si aún siendo un tramo privado no hay un acuerdo de derecho de paso con la propiedad para acceder a la finca pública para todos aquellos que no quieran o puedan por el aforo pasar por la zona privada hacia el pla des pouet, de todas maneras tengo pocas esperanzas en ese sentido, el del permiso de paso, ya que si lo hay normalmente se suele restringir el paso de bicis.

Mi ruta como tal peligra, por no decir que es imposible, pero también quiero recalcar que no estoy siguiendo la traza original que me había propuesto, en ella no bajaba a Valldemossa sino que, al llegar al camí de ses Basses subía en lugar de bajar para volver al camí de ses Fontanelles mediante un pateo que creía de una media hora, que ya es mucho, pero que al revisar bien los tramos se convirtió en una hora, inviable para un grupo e imposible para una ebike, os lo aseguro, de ahí que valorara la posibilidad de cambiar el trazado con otras variantes aunque los problemas presentados me obligan a dirigir otra vez la mirada hacia el plan original si bien con otros tramos, quizás deba ir a ver el pateo de ses Basses que tal es ya que ése si que hace mil años que no voy, me he comido dos más por allí pero iba solo y sin controlar el tiempo, de ahí que quisiera pasar otra vez de una forma más meticulosa, y en vista de los acontecimientos no será la última.

Les acompañé hasta donde tenían los vehículos y hasta participé en el tentempié, muy bueno lo del táper, por cierto, y nos despedimos ya que aún me quedaba la vuelta a Palma y esta vez aproveché para ir por Son Sauvat y ses Rotgetes para llegar a la ciudad sin tanto asfalto y dentro del horario, lástima que sin un éxito total respecto de la ruta pero que aún no está descartada al cien por cien, alguna posibilidad resta aún y que habrá que valorar debidamente en su día, estamos en ello.


Entresemana

Vamos a sacar algo de provecho de la situación y me dispongo a encontrar ese camino marcado si es que existe, y pongo ya de principio un condicional, porque que exista está por ver, pero no adelantemos acontecimientos y vayamos por partes.

Parte 1, acercamiento a Bunyolí y lo dejamos ahí porque ni pasó ni vi nada raro en todo el recorrido, todo normal dentro de lo que cabe.

Parte 2, subida hasta las antenas, lo mejor que me puede suceder es que me tope con alguien que conozca y compartamos ruta, para ello hago parada en la barrera para quitarme la chaqueta, menudo diciembre llevamos, y como no se presentó nadie me planteo algún reto que superar yo solo, lo de mejorar tiempos hace ya ídem que lo he descartado, vamos a ver si puedo subir sin cambiar de desarrollo en toda la subida, elijo el 36, dios me ampare. El reto también consistía en no parar en todo el recorrido pero que sonara el chivato del ws y el timbre del teléfono antes de llegar a Sobremunt no hacía augurar nada bueno y tuve que parar a contestar, no era un asunto crítico por lo menos y continué al cabo de unos minutos pero ya solo pude cumplir con el reto del desarrollo.

Parte 3, pedregal, bien, con algunos pies por patinazos, nada que objetar. Cambio de recorrido en la pared para irme directo a donde quiero ir, al clot de neu, todo directo sin pérdidas no como en algunas ocasiones que vas hablando con alguien y cuando te das cuenta estás por ahí perdido sin saber cuando te has salido del camino. Fue allí, justo pasar la pared, cuando logré ver a algunos que venían por detrás pedaleando, lo bueno es que los había oído en la subida de las antenas pero pese a estar parado un rato en la explanada no llegaron por eso creí que sería algún vecino de por allí.

Parte 4, búsqueda. Hay dos asuntos que resolver en la zona partiendo del mismo sitio, hagamos primero lo más cercano y además obligado, acabo de escuchar un tiro justo en la dirección que tengo que ir, creo que voy a pasar de acercarme no sea cosa que me confundan con algo con cuernos y me meta unos perdigonazos. Doy vueltas pero no veo nada, se puede ir, la zona es bastante llana, pero de trazas de caminos o senderos, nada de nada, si no es así no me sirve y como es teóricamente un recorrido circular tampoco me entretengo mucho más y vuelvo al hoyo. Estoy a los pies de na Ferrana y si optara por continuar pese a todo me toparía con la dificultad extrema de tener que descender por el pas de s’Ullastre con todas las complicaciones habidas y por haber cuando vas con una bici a cuestas, quizás no sea lo más adecuado pero en otros berenjenales parecidos o peores nos hemos metido aunque eso no augura ningún éxito futuro, por otra parte.

Después de remolonear un poco por allí no me puedo aguantar más y voy a husmear por el otro lado y cuando estoy arriba veo a los cazadores que llegan de abajo y se dirigen con los perros al sitio de donde vengo, bien, vía libre y tranquilo. Mi paseo se ve interrumpido por el abismo que tengo a mis pies, si hay un camino que sube por allí tampoco me sirve y me conformaré con lo que conozco.

Parte 5, descenso. Puedo elegir entre dos opciones y escojo la más transitada a ver si me quito ese regusto que me suele quedar cuando bajo por allí por no hacerlo lo mejor posible, esos pies, esos frenos insensibles, ese miedismo, a todo eso hay que poner remedio y creo que algo mejoré, a ver si dura. No sé si es que iba muy concentrado o con los ojos cerrados pero ni me dí cuenta de que pasara junto al aljub y en el portell dudé si continuar el descenso o tirar hacia la ermita y escogí ermita. Quizás hice mal porque por esa zona también tengo unas visitas pendientes pero no quise alargar más de la cuenta la agenda.

Parte 6, más descenso. Desde la explanada tiro por atrás para tomar la variante de la cisterna por aquello de la trialera de entrada que tiene pero me parece que no fue la mejor elección, que estuviera mojado no me ayudó a pasar de la mejor manera, de todas maneras siempre es bueno volver a rememorar ciertos itinerarios, y ese es uno de ellos. Ni paré en el cruce, lástima de rampa que ni intenté con el sillín abajo, y después directo hasta las mesas, tanto que tampoco hice los toboganes de la pista.

Parte 7, vuelta. Y ahí si que no hay misterio, retorno más que clásico por Son Malferit con barreras abiertas lo cual se agradece y mucho. Resto, carril.


Otro lunes

Un lunes cualquiera no se tienen muchas oportunidades de salir y menos acompañado o sea que o bien puedo salir a rodar durante varias horas seguidas o bien tirar de hoja de pendientes a ver qué es lo queda sin tachar, voy a hacer lo segundo y veo algo que me tiene mosca por la Fita del Ram ya que alguna vez he intentado encontrarlo y no hay manera, hagamos pues otro intento.

Pues parece que tampoco será en el día de hoy porque a la hora que salgo, y que no es tarde, no me va a dar tiempo entre aproximaciones, llegar a sitio, investigar y vuelta para estar a la hora convenida y como no quiero quedar mal ni en una cosa ni otra decido dejar la exploración para otro día y salir a rodar aunque como veremos tampoco fue del todo así.

Partí hacia Son Malferit aunque para engañarme un poco si fui por Bunyolí en lugar de ir directo desde Establiments, opción que ha quedado solo para las vueltas más directas. El camino está desierto y tranquilo aunque últimamente estoy viendo a más gente trabajando por la finca, llegamos a la carretera del Verger y aunque me quiero dirigir al área recreativa dejo de lado la primera parte del camí vell que está muy húmedo y ya se sabe que humedad y empedrado no se llevan muy bien, bajo por asfalto. La idea de pasar por las mesas es para recordar la bajada que hay y que hicimos al menos un par de veces, como recordaba que tenía varios marges complicados decidí volver a pasar a ver si eran manías mías o realmente lo eran, o las dos cosas a la vez.

Pues bien, la primera complicación fue encontrar el inicio correctamente, lo recordaba por un sitio y era por otro, y mira que es ancho y está bien marcado. Voy bajando y llego a un portillo en una pared, siguen las dudas porque no lo recordaba en absoluto aunque si lo hay es por algo, de todas maneras tengo el final del bosque a la vista a mi izquierda y eso no es correcto pero aún a pesar de saber que no voy por el mismo sitio continúo para comprobar si hay más de una posibilidad en esa zona pero parece que tras atravesar la pared se pierde la traza, no hay una tirada clara que seguir y hacer un forapista en bici por allí no parece lo más adecuado, habrá que retroceder y buscar la senda correcta desandando mis propios pasos.

No tardo en verla aunque no se nota muy marcada pero al llegar al marge sé que estoy en el sitio correcto aunque no me parece que se baje mucho por allí ya que la pared no se puede saltar, no hay recepción, ni tampoco se puede curvear por la vegetación, no me imagino un circuito dh donde haya que bajarse de la bici en algún punto pero bueno, quizás me equivoque. Del siguiente punto conflictivo sí que me acuerdo, es una bajadota por una pared semiderruida con muy poco espacio al final para frenar a no ser que queramos utilizar algún pino para ello más una curva cerrada a continuación, de pros por lo que evidentemente yo tengo que bajar a pata y ya lo que queda es una pendiente muy inclinada de tierra que se puede surfear hasta llegar al asfalto.

Como estoy justo en la primera curva y tengo al lado la bajada empedrada por donde baja acanalada el agua de la fuente decido ir a hacerle una visita y de paso ver el refugio de Son Tríes, éste se encuentra a pocos pasos al lado del camino y está cerrado actualmente, es privado y se puede consultar su página web para conocer los servicios de que dispone. Sigo hasta la fuente y prosigo hasta volver a salir a la zona urbanizada, creo que ya he hecho todos los deberes de hoy y aún es pronto, tendré que dar otro rodeo por algún lado para hacer tiempo, podemos ir hacia Son Cabaspre, sería bueno, por ejemplo, poder pasar por Son Dameto y bajar por el camino empedrado pero no creo que fuera muy bien recibido y teniendo que pasar por las casas no me parece buena idea, de todas maneras sí que subiré por la carretera para al menos bajar por el GR, que algo de tierra sí que tiene.

Vamos para allá, cruzo el pueblo y tiro por la carretera y ya digo que no es un tramo corto, no me extraña que todo el mundo tire por la cuesta para atajar y fue justamente allí donde me crucé con un grupo de ciclistas y que casualmente conozco, a uno de ellos me emocioné gratamente al verle porque ha pasado una mala temporada de salud y lo vi casi plenamente recuperado, gran noticia, no pude acompañarles ya que ellos aún continuaban ruta y yo ya estaba de vuelta así que nos despedimos y proseguimos nuestros propios caminos.

Yo tiré por carretera hacia s’Esgleieta para meterme hacia ses Rotgetes y bajar a continuación al Parc Bit y Son Espanyol, es lo más inteligente, un poco más largo que si vas por el carril de la carretera pero si tienes tiempo es mucho más interesante y menos transitado, luego puedes empalmarlo cruzando por el hospital y ya estás prácticamente en la ciudad donde tienes una buena? red de carriles bici para llegar a destino aunque podríamos hacer una entrada aposta y pormenorizada respecto al tema, no me voy a extender ahora, lo único que diré es que compartir acera y carril no es lo más adecuado y si añadimos que era la hora de salida de los colegios, menos aún, pero es lo que hay.


Randeando

Las 7 de la mañana es un poco pronto para llegar y partir de hora desde Algaida, pero como voy con el director-productor-guionista de los videos me tengo que adaptar a sus horarios pero mira por donde a muchos del grupo le pasó lo que a mí, durmió poco por la noche, tuvimos una temperatura que no es normal, pero ¿qué ha sido normal en este año? y lo triste es que aún queda mucha tela que cortar, pero mejor no continuar por esta línea, centrémonos en lo que hemos venido a realizar y la verdad es que no tengo ni idea, me voy a poner a pedalear siguiendo a alguien y que sea lo que dios quiera, o lo que quiera el guía, que para eso se lo curra, es bonito eso de que nadie no ya diga, siquiera piense en plantear alguna modificación a la ruta, a mí si me dejan tirado a mitad de camino seguro no sabría volver porque la mayoría del tiempo ni flores de donde estoy, sigamos la estela.

Y recalco lo de la temperatura porque fue nada más salir, a un par de kilómetros, cuando me dí cuenta de que no estaba grabando la ruta y paré lo que aprovecharon unos cuantos para quitarse prendas, y eso que aún íbamos en llano. Más o menos fue por esos lugares cuando Carlos se tuvo que volver, alguna pieza del cambio se le partió y hacía tope piñones con roldana, para casa.

Imposible relatar el itinerario, me dijeron que pasamos por Marte, una zona especial de la cual había oído hablar pero que situaba más cerca de Llucmajor, son esas típicas zonas de bosque, como islas de vegetación, que han quedado rodeadas de terrenos cultivados y surcadas de numerosos senderos y pistas sin prácticamente dificultades técnicas pero muy agradecidas para pedalear.

Alternamos todo tipo de tramos mientras nos dirigimos a Randa, ese llogaret perteneciente a Algaida, puerta de entrada al puig de Randa, lugar emblemático y escogido para ubicar allí varios santuarios y monasterios, Gràcia, Sant Honorat y Cura, además de algunos elementos etnológicos históricos importantes y cómo no, también radares y antenas de todo tipo jalonan la cima, lo moderno conviviendo con lo antiguo en armonía.

El primer escollo de la subida lo encontramos nada más atravesar el caserío cuando nos adentramos en el torrente para circular por el sendero que lo recorre, la humedad y los resaltes rocosos pone a cada uno en su sitio, pero es un buen comienzo. Le sigue un camino más elaborado donde es más fácil pedalear sin contratiempos aunque hay que tomárselo en serio para llegar arriba sin poner pie pero aquí la fuerza bruta cuenta y mucho. Los siguientes tramos de camino los dejamos aparte por ser demasiado complicados en subida y tomamos solamente el del mirador adivinando ya el merecido descanso, está justo al lado de la carretera y donde la vista es sencillamente espectacular, la isla se queda pequeña ahí arriba.

No pudimos dejar pasar la oportunidad de rodar por todo el recinto exterior del monasterio donde nos preparamos para lo que sería la primera y casi única bajada del día, hay varias para elegir, supongo que hicimos la de Castellitx si no me equivoco y que debe ser la que hicimos una vez, puede que dos, pero hace mucho tiempo, tanto que ni cuenta como tal, lo único que sé seguro es de que nos bajamos de la bici unas cuantas veces, ¿cómo será hoy? Quién lo sabe pero seguro que no será mucho mejor, lo primero que había notado cuando me monté en la bici en el aparcamiento es de que chirriaba el freno de delante, no va a chirriar si solo queda el metal, y de tal manera que valoro muy seriamente tomar las de villadiego ahí mismo, hubiera sido de récord ya que Carlos al menos duró un par de kilómetros pero me dejo convencer fácilmente y parto con el grupo.

El tramito de llaneo hasta la primera curva me anima bastante pero no lo suficiente para superar todos los pasos pero sí para dejarme muy contento en general, no lo vi imposible. Me iba acordando de algunos detalles mientras íbamos pasando pero al llegar a la carretera se evaporaron los recuerdos y nosotros volvimos a meternos por los caminos para enlazar una carretera comarcal con otra y volver a desviarnos para realizar el último bucle parando en el talaiot de Son Coll Nou que aunque conserva las paredes está empequeñecido por toda la vegetación que lo rodea, buen lugar para descansar un poco del trajín que llevábamos.

El camí vell de Porreres es donde más lejos vamos a llegar, lo recorremos unos metros y volvemos a encarrilar otro camino, también de Son Coll para iniciar la vuelta atravesando otra vez el bosque y ya cuando salíamos, con el camino del cementerio asfaltado a la vista, pinché. Reventé mejor dicho, son dos agujeros y no pequeños, fue justo cuando nos cruzamos con un grupo de señoras que nos preguntaron algo, me retuve a contestar y ya no arranqué de nuevo, y los demás ya habían llegado al asfalto y habían empezado a bajar piñones por lo que tuve que reparar yo solo ya que las señoras tampoco se ofrecieron a ayudar, aunque en estos casos la ayuda es más bien simbólica. Ya estaba hinchando cuando sonó el teléfono, alguien se había dado cuenta de que no estaba, pero no contesté, envié un mensaje que después comprobé que no había salido, por eso me llamaron otra vez cuando ya estaba de camino y tampoco contesté, me faltaba solo dar la curva para llegar al aparcamiento y ni siquiera hizo falta ya que Sito me estaba esperando allí, teníamos el tiempo justo de empacar y partir, la cerveza en casa saboreando la ruta y la cebada tranquilamente.


Lunes de barreras

Lunes de puente y ya tenía apalabrado al compañero y la ruta pensada cuando se descuelga con un “hoy no vengo”. Batualmón quina feta, ya se me han quitado las ganas de repente de hacer lo que quería hacer, no ya de repetir esa buena bajada con mejores sensaciones si cabe si no tan siquiera de llegar allí, por contra me voy a librar de la desazón pedaleando hasta donde pueda, me voy a Bunyola, mejor dicho, en aquella dirección porque no tengo nada claro a la hora de salir ni a donde voy ni por donde.

Elijo como primera opción el camí de Passatemps, digamos que es el trayecto que empieza en la rotonda del polígono, cruza Son Sardina y llega hasta Son Termens, el primer tramo corresponde a la parte civilizada y por tanto, asfaltado, y el segundo tramo es el rural, de tierra pura y no podemos realizar el segundo sin tocar, al menos en parte, el primero. Hacemos uno y después el otro sin intentar ninguna hazaña y una vez en la carretera de s’Esgleieta toca pedalear por asfalto hasta Palmanyola y no es plato de buen gusto, se te eriza el vello pensando en los últimos acontecimientos acaecidos en esa carretera, en alguno de ellos podrías encontrarte involucrado y no mola nada por eso en cuanto llegué a la urbanización me salí del asfalto enseguida, también porque empezó a llover y justo hacía 3 minutos que me había quitado la chaqueta acalorado, vuelta a poner.

Eso me dio pie a acordarme del circuito pipican de la barriada, ese que la voltea hasta enlazar con la carretera, recomendable y además me metí por otro ramal de un terreno colindante que te lleva aún un poco más allá, hasta una entrada de unas casas asfaltada pero que parece que no tiene continuidad hasta la ciudad deportiva, eso hubiera sido un puntazo. Vuelvo atrás para ir hasta el cruce de la parcelación de Son Amar y desde allí hasta las vías pasando por la sala de fiestas y no se me ocurre más que circular por las traviesas del tren hasta el apeadero, ya dije una vez que no vale la pena y me reafirmo en esa idea, no compensa, por eso me metí en cuanto pude en el bosque y al llegar a la carretera del hospital me fui para arriba y sin parar desciendo hasta el camino de atrás, ahí ya decidí no llegar al pueblo si no volver a la carretera de Sóller por los caminos vecinales para ir a tomar el camí vell de Valldemossa, el que te lleva a Raixa en un primer término.

Ese tramo nunca defrauda y más ahora que parece que está un poco más despejado aunque no sé porqué pero tengo la manía de golpear con el pedal en alguna piedra cada vez que paso por allí, afortunadamente sin caerme pero no hay que fiarse nunca, siempre atento. Desde Raixa a la carretera y camino del hospital otra vez, giro por las vías, circuito por el bosque hasta el área recreativa donde voy a comprobar la situación de la entrada del Rafalot al final de uno de los viales de la urbanización, sigue precintada y parece que ya definitivamente lo que me obliga a volver atrás para tomar las pistas paralelas a las vías después del recinto de maquinaria del tren donde por ahora sí se puede circular pero al regresar a la parcelación de Son Amar me fijo que la barrera que pusieron para cerrar la finca no tiene candado, ostras, no lo voy a desaprovechar, lo único y más malo que me pueda pasar es que haya alguien trabajando algo más lejos y que no vea desde mi posición y me eche fuera, vamos a intentarlo, pues.

El recorrido por la finca se realizó sin incidencia ninguna si encontrarte la barrera de paso al torrente cerrada no cuenta como tal, menos mal que pude pasar bien por otra de rejilla algo más alejada aunque también han puesto una dentro del torrente, ahí sí que creo que han exagerado, no es de su competencia. Cruzo el cauce y entro en la finca de enfrente y se puede circular sin problemas por ahí, al menos yo no los he tenido nunca pero ahora, al estar todo vallado, ¿de dónde se supone que vienes si te encuentran por allí? Supongo que el grupo de caballistas con el que me crucé no tiene este tipo de problemas, iban muy tranquilos, ni se lo quise preguntar.

Lo que me pasó es que cuando llegué al acueducto, donde debe realizarse otro pase por el torrente para sortearlo, me confundí y salí por la otra orilla realizando un bucle por el terreno colindante con el tendido del ferrocarril y volví al mismo sitio de antes aunque me sirvió para comprobar que del campo de paintball ya solo quedan restos. Después de sortear la gran pared que sostiene la acequia como toca solo me queda rodar por el perímetro para ir a buscar la barrera de los caballos ya muy cerca de la carretera y que desafortunadamente también está cerrada y tuve que salir a las bravas.

Algo han montado por allí con las rejillas pero me dio la sensación de que están en la zona pública de la carretera las cuales llegan hasta la rotonda donde tuve que atravesar dos barreras más, éstas abiertas, para poder acceder al asfalto. El resto de ruta por el camí de sa Fita hasta casa no tiene relevancia pero hay que hacerlo igual, lo importante es que el objetivo de quitarme el mosqueo matutino se cumplió con creces y si añadimos la, digamos suerte, de poder pasar otra vez por esas fincas cerradas a cal y canto pues como que casi podemos decir que mejor no podía haber ocurrido.


Barro hasta las ojeras

Retomamos la costumbre de las salidas mtb de la mano de nuestro sherpa particular Dani que ha preparado una ruta por el puig de Son Seguí y aledaños. Me pasan la traza unos días antes y vislumbro alguna que otra variante que no he catado y puede que hasta me sirvan para mejorar mi propia ruta de la zona, solo eso ya es un magnífico acicate para no perdérmela pero poder compartirla es aún mejor por lo que mi presencia está asegurada, salvo causa mayor, evidentemente.

Suena el despertador a la hora indicada y la causa mayor no se ha producido así que no tengo excusa ninguna para no estar como un clavo a la hora prevista en el punto de reunión para la recogida y ya embarcados nos dirigimos al punto de salida. Casi siempre somos los primeros dado que Sito prepara con esmero la presentación del video correspondiente y graba allí la presentación así como la llegada de los diferentes integrantes de la expedición poniendo cara y opinión a cada uno de ellos.

Pito de salida y partimos, y tras algunos metros por el interior de la población no tardamos en adentrarnos en el primer camino rural que no tendría mayor incidencia si no conservara aún bastante del agua caída en la noche anterior lo que se traduce en barro y chapoteo, alguno lo tuvo que quitar a mano para poder continuar, toda la faena de limpieza y lubricación del día anterior al carajo. Había visto la traza pero no adiviné en qué sentido la haríamos, si horaria o antihoraria, y me pilló de sorpresa el primer repecho ya que se trataba de un sendero que siempre había realizado de bajada, nunca de subida, y hubo que meter mucho empeño en llegar arriba con dignidad sin haber entrado en calor prácticamente.

Tampoco llegamos arriba del todo porque hicimos un sendero de enlace horizontal hasta la siguiente bajada cruzando una pista de acceso a una de las propiedades de la zona, primera toma de contacto hacia abajo, otras más vendrían después. Una vez abajo enlazamos por el camino asfaltado hasta la siguiente subida, que tiene algunos tramos en el inicio bastante inclinados aunque no deja de tener su miga hasta arriba del todo. Hay que desviarse a la derecha para ir a buscar la zona llana del monte no sin antes tomar un desvío semiescondido a mano izquierda bastante divertido que llega a enlazar con la red de pistas de la zona, yo, como iba por delante, iba tirando por donde me parecía y al final nos congregamos todos bajo un árbol junto a la torre, y digo debajo porque fue cuando empezó a llover de veras y preferimos verla caer al menos un poco resguardados aunque no sirvió de mucho, la verdad, por eso tuvimos que partir sin esperar a que amainara del todo.

Cuando regresamos al camino principal no estaba seguro de por donde bajaríamos, hay dos bajadas muy cerca una de otra y fue por la del Rafal, camino al principio hasta la casita y sendero después que se convierte en un tobogán hasta el final. Tiene algunos tramos de roca desnuda que no auguraban nada bueno y alguien no paró de la manera más ortodoxa, el escorpión le llaman a esa pirueta. Alguna contusión y magulladura adornaban su cuerpo tras el lance, nada grave por el momento, continuamos.

Tenemos prácticamente a tiro de piedra el sendero que sube al monte de enfrente pero hubiera sido demasiado fácil el tomarlo, descubramos el sendero del Rafal que nos lleva hasta el depósito de agua y de ahí a ses Olleríes por la pista cementada. Había que volver pues de donde veníamos y ahí fue donde tuve la sorpresa ya que yo creía que el camino asfaltado de ses Coves llegaba hasta allí, no sé porqué pero es la idea que tenía, aunque evidentemente no es así y enlazamos por un camino de tierra que tampoco llega a contactar con esa amplitud, esa sorpresa me tuvo contento todo el día.

Así pues subimos arriba de manera directa aunque sin pedalear nada como es de suponer. Da gusto ver la cara de felicidad de algunos por estar allí por primera vez, no sé si hubiera sido igual si hubieran subido desde la carretera, está por ver, y tras las fotos y la xerrada de rigor volvemos sobre nuestros pasos hasta el paso para descender por un sendero entre paredes hasta el inicio de las rampas de hormigón donde hubo parada obligatoria por pinchazo y donde mi propuesta de aprovechar el tiempo para volver a subir arriba y bajar otra vez por la trialera se vio rechazada por unanimidad, argumentaron no sé qué de unas cervezas o algo así y puede que también lo de la lluvia, la ruta fue recortada por unanimidad, quedaba en el tintero el paso por Pòrtol y sus bajadas, y la idea de las cervezas iba mutando a café con leche calentito a medida que iban pasando los minutos que de hecho fue unánime una vez apostados bajo el toldo aunque alguno no pudo resistirse a la tentación de mezclarlo con algo más espirutoso, más que tentempié de final de ruta parecía el del inicio, solo que al mediodía. ¿qué pensarían de nosotros los clientes que se fueron acercando a tomar el vermut? Menuda pandilla de mataos, como mínimo, quina vergonya, pero que bien entró pal cuerpo.


P.D. no voy a comentar nada de la limpieza de las bicis para no liarla y por aquello de “todo lo que diga puede ser usado en su contra”, así que mejor calladito.