Pateando monte

Toca explorar. Había visto y comentado una ruta de un compañero por Son Ferrandell pero interpreté mal las localizaciones, no me lo miré bien y creí ver lo que no era, pero claro, eso lo supe después, por eso salí ilusionado por lo que pudiera pasar, tenía que ir a Esporles y además por la zona que había circulado la semana anterior y había que variar el itinerario para no ser muy repetitivo y me decidí a llegar por carretera, licencia que seguramente me vais a disculpar y para resarcir haré caso al letrero y subiré por el Pinar de Canet, el oficial, el que va directo me lo reservo para el día que vaya acompañado. Buena subida aunque esté asfaltada y la verdad, ahora que está limpio el torrente da gusto subir a pesar del pateo y una vez arriba se puede rodar en algunos tramos, solamente en los escalonados habrá que pasar andando, es lo que tiene haber montado un camino donde se ha podido ya que el trazado original ha desaparecido con el paso del tiempo, y de paso también por alguna que otra modificación por parte de varios propietarios de la zona, me acuerdo de la primera vez que pasé una señora me lo explicó y me costó encontrarlo y más aún pasar dado el estado de salvajismo en que se encontraba el tramo del torrente.

Enlazo tras una rápida bajada con la carretera de Son Cabaspre y me dispongo a subir siguiendo las indicaciones GR hasta lo más alto. ¡Vaya, esto sí que no me lo esperaba, uno que sube empujando! Me intereso por su estado, porque si ya caminas por allí dios me libre, se recupera de una lesión de rodilla y le está costando avanzar pero no necesita ayuda porque tiene a otros compañeros más adelante que son los que me encuentro parados no muy lejos de allí y les informo de su estado, seguían una traza de alguien pero a este paso se les va a hacer eterna, sigo y me encuentro a más gente parada más adelante, también son del mismo grupo y les doy la misma noticia, casi peor, porque el caminante ni siquiera habría llegado al primer grupo, en fin, ya decidirían ellos.

Sigo por asfalto y llego a lo alto del coll que supongo tendrá nombre pero que ahora mismo desconozco y veo una barrera, siempre la hemos visto pero nunca nos ha dado por saltarla y husmear pero buena pinta sí que tiene y aquí veo mi primer fallo del día (habrá más) porque creía que encontraría un sendero, no una pista, de todas maneras es hora de roer algo y mientras estoy por la labor aparecen varios ciclistas pero no son los del grupo anterior, es Marsal (perdón, no tengo c cedilla en este teclado) y también se quedan por allí esperando a otros que vienen más retrasados y van llegando a cuentagotas, y eso, que van llegando de cada vez más pero no son del grupo del primero y hasta que veo el primer maillot de los Tira tira no supe de quienes se trataban, y ese grupo parece no tener fin, mogollón de gente aparece, si no éramos más de dos docenas éramos poco, solo reconocí a Toni y charlamos un rato antes de que partieran rumbo al port des Canonge vía branson (quizás a día de hoy lo tuvieran un poco más difícil), Marsal y compañía ya se habían ido no sé adonde y yo me dispuse a saltar la barrera y tirar por la pista para rodear la montaña un poco expectante por saber por donde aparecería. Un rato más tarde, un poco antes de llegar a una curva pronunciada, paso por un cruce pero no es esto lo que me atrae, es la curva misma, la reconozco y efectivamente es así tras indagar un poco por los alrededores, lo que no sabría decir es por donde vinieron los compañeros, en principio no es por donde yo pasé y en consecuencia vuelvo al cruce, sigo por la pista y en la siguiente curva ya voy recordando vagamente mis lejanos pasos por la zona y también que pronto llegaré a su final y prosigo para corroborar esas sensaciones y allí ya empiezan los primeros problemas, esa pista no es de paso, se encuentra obstaculizada por numerosas ramas bajas de arbustos pero la curiosidad me puede y llego hasta el final corroborando plenamente mis difusos recuerdos.

Vuelvo abajo del todo, hasta la curva primera pero a mitad de camino me ha parecido intuir que quizás podría haber un sendero oculto que no he visto y vuelvo a subir hasta una sitja y por allí empiezo a buscar encontrando (o queriendo ver) un sendero que pronto me doy cuenta que no parece haber sido pisado por humanos dada la cantidad de ramas de baja altura que hay que ir apartando para poder pasar, es el típico sendero de bosque donde querrías tirar la bici ladera abajo y además alegrarte por ello, afortunadamente no sucumbo a la tentación pero a costa de acumular mala leche a cada paso que doy.

El paso semiderrumbado por la pared me confirma la dirección correcta pero las sospechas respecto a mi sentido de la orientación no son infundadas y tras bastantes minutos de penoso avance la sorpresa ha dado paso al cabreo al comprobar que estoy acercándome mucho a las paredes rocosas y he quedado varado, sin poder avanzar ni enlazar con el sendero que conocía que está mucho más abajo, está claro que me he equivocado de todas, todas, debo retroceder y de paso volver a padecer los mismos problemas que a la ida, no es plato de buen gusto pero no me queda más remedio pero al menos la vuelta parece mucho más rápida. ¿Tanto te costaba seguir la traza de otro? Sí y no, la verdad, a estas alturas me es bastante incómodo observar la pantalla durante la ruta y en el examen previo me equivoqué situando el itinerario, de ahí la debacle.

Dado que el horario ya se había disparado volví por donde había venido a excepción de bajar hasta el pueblo para regresar vía asfalto de principio a fin pero sin albergar sensación de fracaso alguna, no seamos catastrofistas, digamos que no salió como esperaba y quedó corroborado totalmente cuando comparé los dos recorridos sobre la pantalla, ¿cómo no vi antes que el suyo era también el mío? Ideas preestablecidas y a partir de ahí el error consumado, no nos alarmemos, como este aún habrá unos cuantos más, lo divertido será contarlo.


Estrechando opciones

Sin tener claro al completo una ruta en la que tengo puestas muchas ilusiones propongo a Juan que me acompañe pese a reconocer que no está en sus mejores momentos, ello puede indicar que no haremos el tramo final que también es el que nos puede suponer un mayor esfuerzo visto lo acontecido anteriormente. Tengo que reconocer si soy verdaderamente honesto que superar ese tramo final es pecar de optimismo en grado sumo, primero por ser de una dificultad alta y también porque habría que hacerlo en sentido contrario de lo que siempre lo he hecho por lo que es casi seguro que me voy a equivocar en algún cruce y eso supondría quedarme sin referencias, sí, podría hacerlo con garantías si fuera siguiendo mi propia traza pero no es mi costumbre, aparte de consumir mucho más tiempo, y por otro lado, y es muy importante, tampoco estoy seguro al cien por cien de querer mostrarlo por lo que no ir a hacerlo tampoco me supone un fracaso adicional.

Tomaremos la opción de la Garriga para ir abriendo camino para meternos ya en faena por el camí de Passatemps hasta Son Termens pero a partir de allí, carretera, me parece la opción idónea para poder perder algo de tiempo en las alturas y como solamente vamos al Estret tampoco es que toque sufrir mucho que digamos. Pero por sufrimiento no va a ser y al llegar a la explanada empieza el pastel con la rampita y la barrera justo enfrente con el camino que se dirige hacia los acantilados y más arriba aún pero que no es el que cogemos, nosotros vamos casi pegados a la pared de la derecha por lo que si en algún tramo vamos forapista no es motivo suficiente de preocupación. Debemos llegar al camino que proviene de la casa, cerca de una pared y con una barrera cerrada, desde vemos que empieza a subir ya con los primeros giros bien estructurados y aunque la primera parte puede ser idílica con un “casi todo montado” lo que viene a continuación te pone a caldo, en un símil culinario diríamos que estamos en los entrantes. Le hice esa broma a Juan intentando animarle y no se dejara vencer por la majestuosidad del camino que tenemos por delante, el primer plato está ya presente en la mesa y no va a ser pesado ya que prácticamente nos topamos con la barrera con los primeros esfuerzos pero lo que viene a continuación nos va a suponer un máximo sacrificio, fuerza y destreza a la par, un bonito reto a superar aunque la mayoría lo prefiere en sentido contrario, debe ser debido a esas dificultades que la traza, y ya van un par de veces, se descompone o directamente se para la grabación como si el teléfono que uso se sintiera afectado por ese nivel de esfuerzo y sucumbiera.

A base de paradas y esperas llegamos arriba aunque aún nos queda un largo trecho hasta el final pero mucho más soportable. Dejamos atrás el desvío que nos acortaría bastante el trayecto pero que de subida es imposible y preferimos rodar todo lo que podamos, el tramo final desde el rotlo donde termina hasta la pared no puede considerarse como un pateo, no cumple los requisitos mínimos para ser considerado como tal. Ya desde la misma pared vemos nuestro objetivo enfrente y abajo, una de las cuidadas pistas que surcan Son Pacs y que nos acercará al puig des Boixos no sin antes tener que sudar un poco más la camiseta hasta culminar la ascensión y emprender la rápida bajada por la otra vertiente ya hacia los dominios de la Mola de Son Pacs por donde circularemos por los pedregosos caminos hasta encontrar el desvío adecuado (puede ser ese pero también el siguiente), el que nos dirija hacia la salida de la finca por el punto llamado Pas de Son Cabaspre, recalco lo de los dos desvíos porque los dos son factibles en ese sentido aunque, como se ve en la traza, nos pasamos de frenada y llegamos demasiado abajo donde para volver a enlazar con el camino correcto hay que caminar un poco, nosotros volvimos sobre nuestros pasos para que quedara debidamente constatado y no hacer una cosa diferente cada vez que pasas, me faltó repetir la opción b ya que de ésta no tenía traza al fallar el terminal en la ocasión anterior, otra vez será.

Llegamos al paso y en la bajada por la ladera me percaté que no podía seguir una trazada clara ya que se tiende a ir lo más recto que se pueda y al final queda todo muy marcado, una vez no pasa nada pero después de cientos de pases sí que se nota y mucho el efecto arrastre, y esa ladera terrosa es muy propensa a quedar marcada.

No hay tiempo para más y me vuelvo a quedar con las ganas de hacer mi vuelta completa pero el horario es el horario que entre pitos y flautas se ha alargado bastante, habrá que volver directos por carretera, la opción menos recomendable pero sí la más rápida, veremos qué de bueno podemos ir sacando de estas rutas preparatorias (espero que no eternamente).


Por nosotros

Es lo que tiene la costumbre de retratar en una crónica lo acontecido en las salidas, que luego te acuerdas y cuando no lo consigues siempre puedes volver a revivirlo con solo abrir el blog, ahora mismo me acuerdo de la salida del 17 de marzo pero de lo que no me acuerdo es de porqué fue en domingo y no en sábado, algún quehacer me retuvo irremisiblemente, eso está claro, y no me consta que fuera ni por enfermedad ni por trabajo pero fue lo suficientemente importante como para poder hacer una ruta de domingo casi como una de sábado, y me propuse aprovecharla.

Mirant de mar estaría bien, sí señor, vamos a tirar no diré directos a Esporles porque ya de primeras di algunos rodeos, de inicio empecé pasando por el monasterio de la Real para ir a tomar el penúltimo desvío a Establiments que te deja más allá del cruce de Puigpunyent, donde tras unos cuantos giros más me dirigí a Bunyolí para salir al camino de Sarrià, así estaba ya sobre el trazado correcto y por el camino de tierra entré en Son Malferit, y de ahí al coll de s’Heura donde me dispuse a bajar hasta la carretera por el primer tramo del camí vell de Son Ferrà ya que no quiero ir al pueblo directamente sino dando un paseo por el área recreativa y el safareig de Bellavista ya que me acuerdo de que tiene un bonito camino empedrado de bajada y quiero constatar si aún tiene franca la salida, efectivamente así es pero después de tener que circular por alguna marjada arada por lo que no me parece aceptable incluir este itinerario en ninguna ruta oficial, ni siquiera en ninguna que pudiera interpretarse como una tentativa, sí, pasé, pero si se puede ir por otro sitio, mejor olvidarse.

¿Qué vamos a contar del camí des Pescadors que no se sepa? Yo creo que ha pasado por allí la totalidad de los bikeros de la isla y más aunque desde luego ese día no fue el caso ya que solo me encontré a tres en el mirador y todos volvieron por donde habían venido desdeñando la divertida bajada larga a la carretera que desde luego yo no me quería perder aunque tampoco es que tuviera un día de lo más fino pero tampoco era mi objetivo principal, éste se situaba un poco más adelante, casi en el inicio del camino de Planícia, se trata de una pista que sube al camí des Correu y que creía recordar que alguna vez bajé por lo que algún recuerdo remoto y difuso tenía de la misma, recordaba que había que bajar con precaución debido a unas hondas zanjas provocadas por la escorrentía de las aguas y no me equivocaba, ahí estaban y hay que atarse bien los cordones de las zapatillas para subir aquello, la primera parte es más o menos asequible pero la intermedia es de nota, mezcla de fuerza bruta y dominio de la trazada para no quedar encallado, circunstancia que evidentemente sucedió aunque puse empeño en que se notara lo menos posible y al menos el final me dio el respiro que necesitaba para llegar arriba con cierta dignidad.

Me queda la vuelta y es todo hacia abajo, solo hay que meterse en situación y afrontarla con garantías para no sufrir algún percance tonto pero de consecuencias duras, seamos rápidos pero sensatos, tendría que ir a mirar los resultados para confirmar estas aseveraciones pero más que eso son las sensaciones del momento, todo aquello que se produce y sientes cuando combinas velocidad con seguridad, además hay que hacer constar que ese recorrido está muy transitado por senderistas por estas fechas y hay que tener muy en cuenta ese factor, no es baladí.

Me quedaba la vuelta y había que meter algo más en el zurrón aunque poco más queda por exprimir y lo más duro es por asfalto, vuelvo al coll de s’Heura y repito traza por Son Malferit y Sarrià por eso me desvío en la salida y llego hasta Can Mayol para transitar por el recorrido típico de Son Espanyol hasta enlazar con el camí de la Real y volver a la ciudad de una manera más que digna.

Como hemos visto una ruta sin mucha miga pero con algunos alicientes interesantes y para mí uno destacable, como es el alcanzar la costa aunque sea ficticiamente, desde las alturas, desde un mirador pero en todo caso relevante, es como haber llegado al final, no hay más allá y no queda más que recular y aunque en esos momentos se puede no ser muy consciente si lo examinas con algo más de calma puede producir una cierta desazón y debe llevarnos a la reflexión de asumir lo finito de nuestro pequeño mundo, ese que deberemos cuidar con todas nuestras fuerzas y no quedarnos mirando nuestros propios ombligos sin asumir nuestros propios errores, por nosotros.


Pecado venial

Tras unos cuantos mensajes entre semana quedamos en hacer unos cuantos kilómetros y pensamos en ir a Lluc, llegar, llegaremos pero de lo que no estoy nada seguro es de qué haremos allí, no creo que nos dé tiempo a mucho más, la verdad saliendo desde Lloseta cuando la verdadera subida comienza en Caimari, hay que contar esos acercamientos, tanto de ida como de vuelta, todo suma pero bueno, por mí con llegar casi que me conformo, pues así quedamos.

Como viene siendo habitual en estos últimas fechas Juan no se presenta y solo somos dos, suficientes para no andar solos. Salimos del pueblo y callejeando y carreteando vamos añadiendo metas volantes a la etapa, Biniamar, Mancor y Caimari pasando por la mina por eso de meter ya de inicio algo de desnivel e ir desperezando el cuerpo. Ya después de Caimari empieza lo bueno, largos tramos de GR empedrado donde lo mejor es poner la marcheta y llegar hasta arriba sin pasar muchos apuros. No tuvimos compañía en esta parte de ruta, tan solo un bikero que nos pasó abajo y después volvimos a encontrar en el mirador, aparte de ése, ninguno más que yo recuerde, de ruedas gordas estoy hablando, de los otros a cientos ocupando asfalto y mesas de bares.

Decidimos pasar por el refugio de Son Amer y de tranquilo que estaba paramos a comer algo en la zona de picnic y aunque se está divinamente si el día acompaña como era el caso es mala idea por eso mismo, te llegas a olvidar de lo que has venido a hacer y el pedaleo pasa a un segundo plano, pero no nos dejemos engatusar por la situación y partamos para abajo a por ese empedrado difícil de dominar en las curvas aunque lo más complicado del tramo sea pasar el botador de acceso a la carretera, quién tomó las medidas se lució.

Vuelta de honor por la plaza después de ir a echar un vistazo al jardín botánico cuya visita pormenorizada dejamos para otro día y arrancamos la subida sin perder un minuto, ni parar a coger agua, total, la mitad de la que meto por la mañana vuelve a casa a mediodía, por si no fuera suficiente el peso que debo mover como para ir paseando algo más de lastre. Último repecho ya por caminos de tierra hasta la bretxa vella y empezar el descenso ya en serio pero para no repetir tramo y traza hacemos la llonganissa entera hasta la carretera aunque sin poder disfrutarla como se merece ya que encontramos mucho tráfico senderista y no es cuestión de ir ganando enemigos a estas alturas, se pasa despacio y hasta parando en alguna ocasión cuando ves que el grupo no acaba de decidirse hacia donde se van colocar y al final hay gente por todos lados. Recorte de curvas hasta Son Canta y el tramo final de la Costa Llarga haciendo honor a su nombre y disuadiendo a casi todos (por no decir todos) de intentar subirla, ya cuesta bajarla, con eso lo digo todo.

Queda el último y rapidísimo tramo con el recorte de los escalones por medio que no hay que dejar pasar para llegar al asfalto donde ya se puede dar por finiquitada oficialmente la ruta, el resto es el pedaleo justo y necesario para volver al punto de partida y emprender regreso al nido aunque fuimos variando el recorrido de manera que no pisamos casi nada el de la ida y además nos pudimos dar el último alegrón recorriendo un último tramo fuera del asfalto antes de llegar a Lloseta aunque creo que nos cruzamos todo el pueblo en dirección contraria, pecado venial.


Fotut, fotut

Es sábado y tenemos ruta oficial aunque hayamos salido el día anterior, será un extra bienvenido, pero como voy a salir solo no miro mucho más lejos de lo que tengo delante, daremos un garbeo entonces por la Fita del Ram, una clásica porque no tengo intención de enredarme por los recovecos, iré directo y ya está. Como suele ser habitual últimamente me acerco a Establiments por detrás, por decirlo de alguna manera, de lo que se trata es de no rodar por la calle principal y rodear el monasterio de la Real ofrece buenas posibilidades ya que el acercamiento de siempre es por Bunyolí donde casi seguro puedes encontrar a alguno pululando por la zona empero este día no se ha dado el caso y he subido en solitario hasta la barrera aunque durante el descanso casi obligatorio en la cadena han llegado otros dos bikeros a los que he dejado allí disfrutando de sus propios momentos de reposo y no he vuelto a verlos hasta que han llegado a la explanada del último chalé.

Más de lo mismo, como ya llevaba un rato por allí no quería retrasar más mi partida y han quedado ellos a lo suyo mientras yo he vuelto unos metros atrás para ir a tomar el desvío y no tener que pasar por la zona que rodea el solar de esa casa pero como he dado unas vueltas (innecesarias) por los alrededores al final he vuelto a encontrarlos más adelante y hemos hecho el trayecto en ascensión prácticamente juntos hasta el punto más alto donde ellos han salido delante hacia la ermita aunque uno ha parado por mor de la cadena y lo he pasado y en el paso de la pared he alcanzado al otro que estaba esperando al compañero sin volver a verlos hasta que han llegado a la ermita. Allí si hemos podido conversar más tranquilamente confesándome que era la segunda vez que pisaban esos caminos por tanto me es bastante complicado querer explicarles algunas de las opciones que se les presentaban para firmar una bajada decente, he preferido que bajaran por donde conocían antes que enfangarlos con explicaciones farragosas, al final creo que bajaron por la pista.

Por mi parte no tenía pensada esa parte de la ruta pero se me ha acercado un excursionista que merodeaba por allí y me ha comentado algún detalle sobre un nuevo cartel que el Ibanat ha colocado poco antes de llegar a la parte final del comellar de ses Puces y me he decidido a ir a verlo. He tirado directo por el pas de sa Granja para coger el desvío y ha pasado de ser un simple senderillo sin apenas definición a una autopista de trazada muy ancha y descarnada entre los árboles, fruto de cientos de pasadas de las mtb, cada una por donde mejor le conviene. La parte convencional del camino de bajada no presenta ese grado de destrozo pero en cambio la situación vuelve a darse idénticamente al llegar a la primera rampa de los conocidos como los bams, aquella que por su longitud obligaba a serpentear entre el carritx por lo que a muchos se nos atrancaba y donde los más atrevidos tiraban recto recortando trazada, y de ahí a lo que ha quedado ahora, una pendiente de tierra muy inclinada que ha perdido gran parte de su superficie terrosa con un aspecto totalmente descarnado.

Suponía que la señalización debía estar por allí pero no la veía y tuve que dar varias pasadas para encontrarla, y aunque esté colocada de frente cuando bajas es prácticamente imposible fijarse, la vista está clavada al suelo. Es la misma del Bunyolí, prohibe el paso más allá de ese punto por lo que el empalmar con el camí des Correu queda completamente descartado y te deja la ruta coja de verdad, la opción es desviarse en la losa hacia el área recreativa o tal vez hacia la font des Rafal aunque por allí la salida a la carretera, si no más complicada, sí es mucho más lejana.

Por tanto ya son dos los tramos en los que han aparecido estas señalizaciones, y creo no equivocarme si afirmo que en ambos casos por denuncia previa de los afectados aunque tampoco descarto que puedan actuar de oficio, no es un secreto para nadie saber la cantidad de bicis que por allí bajan. Algunos compañeros de fatigas me han comentado hace pocos días algunos pormenores de esta problemática que al parecer se va extendiendo, lenta pero decidida, sobre todo el ámbito de la Serra de Tramuntana. Ahora bien, también parece que hay un poco de confusión respecto a la aplicación de las normativas y por parte de quién. Por lo que se va sabiendo parece que las actuaciones han sido en caminos privados, Bunyolí, ya que la parte afectada sí es privada; Branson, donde el propietario o los cazadores ya habían avisado con anterioridad de su intención de no dejar pasar bicis por allí, pero también públicos como en el caso de Esporles a su paso por los marges.

No hace mucho vi un video de unos compañeros bajando por Bunyolí, video subido a una plataforma de público acceso, empezando desde arriba hasta abajo del todo, y yo mismo pude comprobar que se habían apartado todas las ramas de arriba y también hay nuevas marcas evidentes de haber entrado en el circuito dando un rodeo, de hecho pasé hace unos días y tampoco estaba el cartel en la barrera de abajo, esto no nos hace ningún bien al colectivo, da la sensación de enfrentamiento y de hecho las medidas que se están tomando no son solo coercitivas, ya se ha pasado a las sancionadoras, y tiran más bien a ejemplarizantes. Parece ser que la respuesta de la administración será aplicar la normativa en toda su extensión y ésta incluye no solamente prohibiciones en tramos determinados sino también la obligatoriedad de solicitar permisos en las autorizadas por lo que es posible que se nos pueda sancionar si no es por un motivo por otro. De todas maneras no está de más que cada cual se informe debidamente, a poder ser desde una fuente oficial, a fin de evitar sobresaltos innecesarios y desinformación, lo que estamos viendo parece ser unas actuaciones de la Conselleria de Medi Ambient a través del Ibanat, nada que ver con lo que pueda pasar en los tramos GR pero lo que está claro es que si tenemos la más mínima duda deberíamos resolverla a priori, no a posteriori.


Corto que no sencillo

Va a ser algo corto y cercano lo de esta semana aprovechando el día de fiesta y como si de un domingo se tratara programo una ruta que no sobrepase los límites de la serra de na Burguesa. J.M. me había propuesto hacía ya unas semanas que repitiéramos una salida, al menos la primera parte, que al parecer le había gustado y aprovechamos la coyuntura para repetirla y como es normal, introduciendo alguna variante. Como ya sabíamos que la entrada de la cantera está sellada ni nos acercamos por lo que pudiera ser y nos fuimos a dar una vuelta por el polígono de Can Valero para ir a parar a Establiments por el cuestón del torrente y ahora de lo que se trata es de llegar al cruce de la carretera de Calvià, o Puigpunyent, lo que prefiráis, porque justo en ese cruce hay una barrera que es por donde nos metemos saltándola (para los muy escrupulosos diré que si se continúa por la carretera en la siguiente curva se puede acceder a la casa que se ve entre los árboles sin mucha complicación).

El camino nos lleva a ella y se pierde poco después por lo que hay que seguir unas indicaciones marcadas en el suelo trazando un sendero que engancha con la bajada del coll des Garrover y que tomamos unos minutos en bajada para salir al camino principal que sube desde la carretera y que tomamos en ascenso obviando algún que otro cruce hasta su mismo final y desde donde continúa como sendero bien acondicionado hasta enlazar con otro camino que baja hasta las casas de Bunyolí Nou que preferimos evitar en todo momento. La subida a continuación es lo peor que nos vamos a encontrar y muy posiblemente la recorramos andando (me estoy refiriendo a la gran mayoría por si algún lector ha tenido la osadía de superarla montado) hasta llegar a la carena, territorio ya conocido por casi todos.

Tiramos hasta el coll de Son Marill para afrontar directamente el siguiente reto que no son más que las rampas hormigonadas (pero no solo esas) que conseguí superar sin penalizar por los pelos. A partir de la cima ya podemos respirar un poco de tanto en cuanto a medida que se van sucediendo los sube baja continuos aunque el sentido general es hacia arriba hasta casi coronar el pujol des Gat, y digo casi porque hace cantidad de años que no subo hasta la torre cuando antes era casi obligatorio, esto era cuando la bajada que viene a continuación se parecía a un camino, ahora en realidad es lo que queda de él. De ahí hasta la carretera no queda mucho aunque no hay que confiarse pero en honor a la verdad no llegamos ni a tocar el asfalto, tiramos por el camino paralelo que está de cada día peor, removido y arado por las motos, llegamos hasta la barrera y a continuación tras unos metros por asfalto entramos en las dresseres de la carretera pillando todas las que pudimos y volviendo al asfalto a una distancia prudencial de los barracones de la base militar y una vez en la rotonda volver a meternos por tierra para salir por la rotonda de los colegios no sin antes solventar algún pequeño desajuste mecánico en la bici del compañero justo cuando ya se puede dar por concluida la ruta, el resto es ya simple carreteo aunque necesario.