Estaba programada desde hacía tiempo por Xisco y no me la quería perder. Ya la califiqué en su momento de rompepiernas y no me equivoqué, a juzgar por las sensaciones que tengo ahora mismo. En la anterior hubo más calor, desde luego, pero el terreno no cambia. Ellos habían realizado una encuesta para decidir el método de transporte y han elegido tren. Yo también. Íbamos a encontrarnos en la estación de Alaró (o Consell, que está un poco más cerca) a las ocho, más o menos. Solo tendría que esperar unos diez minutos. Al final han venido muchos (me sería imposible repetir el nombre de todos ellos). Salimos y al llegar a la carretera nueva hemos ido a recorrer un tramo de la calzada romana que no conocía. Parecía que no hacía mucho que la hubieren limpiado de vegetación y aún conserva varios tramos empedrados. Ya en Alaró hemos ampliado el grupo con el resto de palmesanos que nos esperaban. A saber, Pepefz, Bonus, Pepe Sancho y Mar, más Crop. Pelotón en pleno ya directos a las rampas de Ses Artigues; y vaya rampas. Me he quedado asombrado de lo bien que rodaban los cambios, sin ningún desajuste, por lo que he podido empezar a subir bastante confiado. En algunas rampas se han formado melés rompiendo el ritmo, ya de por sí bastante cansino. La pega de este camino es que lo peor está al final y cuesta muchísimo hacerlo de un tirón; cosa que no creo que haya hecho nadie, entre recuperaciones, fotos o por cualquier otra causa. Quizás Mar, pero tendría que confirmarlo.
Nos hemos encontrado a varios vehículos bajando que no nos han puesto ninguna pega. No sé si eran propietarios, cazadores o buscadores de setas pero al parecer aún tenemos el paso franco por esos lares, que no es poco. Agrupados en la barrera alguno se preguntaba dónde estaba el sendero que había antes, sin llegar a creerse que lo tenía bajo sus pies, ampliado y apisonado. Rodeamos el Rafal por el campo de cultivo e iniciamos el descenso por el sendero hasta el Pas de s'Estaló. Muy divertido. Me dispongo a comprobar la diferencia entre las gomas que llevaba antes y la HR 2.3 Tubeless Lust que me pasó Fibras, aprovechando que el cubano no está. Y vaya si se nota. Y aunque siga llevando la HR 2.1 detrás me voy a dejar de experimentos y le meto otra igual en cuanto la alise un poco más.
Desde el Pas de s'Estaló giramos hacia el torrente por el camino ancho en zig-zag. Bonita bajada, mucho más rápida que el tramo anterior, más de descontrol descontrolado. El último tramo hasta el torrente es mucho más técnico pero ha sido superado sin ninguna dificultad. Bien, nos quedaba enlazar hasta la subida de la Comuna por ses Clavegueres donde, después de merendar al solecito pero en un sitio donde no te podías sentar más que en el suelo, hemos perdido la orientación del camino hasta que nos hemos ido a la derecha, más cerca del segundo porxo, donde empiezan las fitas. La subida es casi siempre campo a través, aunque se pueden tomar algunos tramos de camino de carro de los que te vas encontrando. Al pasar la barrera vuelve a desaparecer entre el carrizo y empieza a subir un poco hasta encontrar el que baja de la Comuna. A mí se me hace corto, me ha gustado desde siempre; será porque fue de las primeras rutas que realicé con un grupo. Lo hicimos subiendo viniendo desde el coll de Sóller y luego volvimos más veces. Me gustaba subiendo y bajando aunque por aquel tiempo iba con la rígida. Pero que más daba, si nadie en el grupo llevaba suspensión. Me he animado y he intentado subir varios tramos. Y se puede subir en bastantes.
Nos quedaba la trialera de vuelta de la Cabra al camino ancho, que también me gusta mucho, y la subida hasta el depósito. Ahora venía la bajada más importante y yo me las prometía felices con mi cubierta delantera, aunque sabía que había algunos tramos de roca lisa que salvar. Además el tacto del rebote de la horquilla me convencía más que en días anteriores después de regularlo el viernes, dejándolo un poco más rápido que lento. Al principio tenía a Mar y Juan delante hasta que la hemos adelantado. Sin novedad en el primer tramo. No sé si os acordaréis pero después de una curva cerrada hay un tramo de roca lisa donde no da el sol, que en seco se pasa sin mayores contratiempos pero que en mojado es otra cosa, y ahí ha sido donde he dado el patinazo pegándome la gran culada; y está dura la piedra. Aunque por ahora no me ha salido el golpe y no me duele casi nada. Después ya de una tirada hasta el torrente.
El timing de los pobleros ya no permitía completar el resto de ruta si querían coger el tren que los llevara a Sa Pobla antes de la hora de la comida, por lo que han decidido acortar y llegar directos a Santa María. Mar también se ha ído con ellos; no quería saber nada de más subidas. Entonces hemos quedado los palmesanos con el murero. Decisión final: la ruta se acaba como estaba programada, faltaría más.
Bueno pues, tras repostar agua en Son Roig aprovechando que ha vuelto a surgir, nos hemos ido a por las rampas. Había dudas: ¿Por aquí he pasado? ¿Queda mucho? ¿Ésto qué es: seta o champiñón?. La única que no ha quedado aclarada del todo ha sido la última; por ello se han recogido muestras para cotejarlas con más calma.
Últimas rampas ya en la pista. También se las traen. Trescientos últimos metros antes del descanso final. Allí se me han tensado todos los músculos y ligamentos desde los tobillos hasta el trasero, y aún así no ha sido suficiente para llegar arriba montado. No, si al final va a tener razón Pepe en lo de que estamos perdiendo fondo, con estas rutas tan cortas y con mucho desnivel, donde se nos exige esfuerzos máximos en cortos espacios, relativamente hablando, sobretodo para los que menos salimos entre semana.
Es la tendencia actual a la que nos hemos abocado, en parte arrastrados por la adicción bajadora de algunos de los miembros de los grupos; en parte también porque en la isla no existen largos recorridos por pistas o caminos forestales que permitan varias horas continuadas de rodada. No es una crítica, es la realidad. Es bien sabido que para coger fondo hay que hacer muchos kilómetros, y para ello la carretera es ideal. Si no queremos rodar por la noche ahora en invierno quizás sea conveniente buscar otra actividad física que pueda realizarse sin tanto riesgo y nos permita coger un poco de fuerza y fondo.
Nos hemos encontrado a varios vehículos bajando que no nos han puesto ninguna pega. No sé si eran propietarios, cazadores o buscadores de setas pero al parecer aún tenemos el paso franco por esos lares, que no es poco. Agrupados en la barrera alguno se preguntaba dónde estaba el sendero que había antes, sin llegar a creerse que lo tenía bajo sus pies, ampliado y apisonado. Rodeamos el Rafal por el campo de cultivo e iniciamos el descenso por el sendero hasta el Pas de s'Estaló. Muy divertido. Me dispongo a comprobar la diferencia entre las gomas que llevaba antes y la HR 2.3 Tubeless Lust que me pasó Fibras, aprovechando que el cubano no está. Y vaya si se nota. Y aunque siga llevando la HR 2.1 detrás me voy a dejar de experimentos y le meto otra igual en cuanto la alise un poco más.
Desde el Pas de s'Estaló giramos hacia el torrente por el camino ancho en zig-zag. Bonita bajada, mucho más rápida que el tramo anterior, más de descontrol descontrolado. El último tramo hasta el torrente es mucho más técnico pero ha sido superado sin ninguna dificultad. Bien, nos quedaba enlazar hasta la subida de la Comuna por ses Clavegueres donde, después de merendar al solecito pero en un sitio donde no te podías sentar más que en el suelo, hemos perdido la orientación del camino hasta que nos hemos ido a la derecha, más cerca del segundo porxo, donde empiezan las fitas. La subida es casi siempre campo a través, aunque se pueden tomar algunos tramos de camino de carro de los que te vas encontrando. Al pasar la barrera vuelve a desaparecer entre el carrizo y empieza a subir un poco hasta encontrar el que baja de la Comuna. A mí se me hace corto, me ha gustado desde siempre; será porque fue de las primeras rutas que realicé con un grupo. Lo hicimos subiendo viniendo desde el coll de Sóller y luego volvimos más veces. Me gustaba subiendo y bajando aunque por aquel tiempo iba con la rígida. Pero que más daba, si nadie en el grupo llevaba suspensión. Me he animado y he intentado subir varios tramos. Y se puede subir en bastantes.
Nos quedaba la trialera de vuelta de la Cabra al camino ancho, que también me gusta mucho, y la subida hasta el depósito. Ahora venía la bajada más importante y yo me las prometía felices con mi cubierta delantera, aunque sabía que había algunos tramos de roca lisa que salvar. Además el tacto del rebote de la horquilla me convencía más que en días anteriores después de regularlo el viernes, dejándolo un poco más rápido que lento. Al principio tenía a Mar y Juan delante hasta que la hemos adelantado. Sin novedad en el primer tramo. No sé si os acordaréis pero después de una curva cerrada hay un tramo de roca lisa donde no da el sol, que en seco se pasa sin mayores contratiempos pero que en mojado es otra cosa, y ahí ha sido donde he dado el patinazo pegándome la gran culada; y está dura la piedra. Aunque por ahora no me ha salido el golpe y no me duele casi nada. Después ya de una tirada hasta el torrente.
El timing de los pobleros ya no permitía completar el resto de ruta si querían coger el tren que los llevara a Sa Pobla antes de la hora de la comida, por lo que han decidido acortar y llegar directos a Santa María. Mar también se ha ído con ellos; no quería saber nada de más subidas. Entonces hemos quedado los palmesanos con el murero. Decisión final: la ruta se acaba como estaba programada, faltaría más.
Bueno pues, tras repostar agua en Son Roig aprovechando que ha vuelto a surgir, nos hemos ido a por las rampas. Había dudas: ¿Por aquí he pasado? ¿Queda mucho? ¿Ésto qué es: seta o champiñón?. La única que no ha quedado aclarada del todo ha sido la última; por ello se han recogido muestras para cotejarlas con más calma.
Últimas rampas ya en la pista. También se las traen. Trescientos últimos metros antes del descanso final. Allí se me han tensado todos los músculos y ligamentos desde los tobillos hasta el trasero, y aún así no ha sido suficiente para llegar arriba montado. No, si al final va a tener razón Pepe en lo de que estamos perdiendo fondo, con estas rutas tan cortas y con mucho desnivel, donde se nos exige esfuerzos máximos en cortos espacios, relativamente hablando, sobretodo para los que menos salimos entre semana.
Es la tendencia actual a la que nos hemos abocado, en parte arrastrados por la adicción bajadora de algunos de los miembros de los grupos; en parte también porque en la isla no existen largos recorridos por pistas o caminos forestales que permitan varias horas continuadas de rodada. No es una crítica, es la realidad. Es bien sabido que para coger fondo hay que hacer muchos kilómetros, y para ello la carretera es ideal. Si no queremos rodar por la noche ahora en invierno quizás sea conveniente buscar otra actividad física que pueda realizarse sin tanto riesgo y nos permita coger un poco de fuerza y fondo.