Con un sol de justicia

Como ya estamos en verano (y menudo verano) había que hacer una salida, si no playera, al menos cercana al mar, que mira que lo tenemos cerca pero siempre queda un poco apartado de nuestro punto de mira, en este aspecto somos muy diferentes a Menorca, por ejemplo, con el camí de Cavalls circunvalando la isla, aquí la costa de la Tramuntana no permite caminos costeros muy largos y aunque algunos ejemplos hay, como la Costera, por ejemplo, o la Volta des General, en general se apartan bastante de la línea de costa; el camí des Pintors sería un ejemplo perfecto pero se encuentra en unas condiciones deplorables para circular.

Hace años hicimos una salida que me gustó mucho, nos invitaron a participar la gente del Xaragall de sa Pobla, se trataba de costear la zona comprendida entre la Colònia de Sant Jordi y el Caló des Moro, una tirada larga y salvaje (ni camino había) sin una mísera construcción aparte de algún escar semiderruido y que transita por varias playas vírgenes todas confrontando los límites de la finca de s'Avall, en el sur de la isla, por lo que el trayecto siempre se realiza a pie de agua, por decirlo de alguna manera, en cambio, al voltear el cap Salines la cosa cambia, la costa se eleva y algunos torrentes impenetrables obligan a rodearlos por el interior de las fincas donde llegas a perder la orientación al perder las referencias.

Es parecido ese tramo al que realicé hace unos años por la costa de la marina de Llucmajor que es prácticamente un acantilado desde el cap Enderrocat hasta el cap Blanc con una primera parte desierta, otra intermedia jalonada de urbanizaciones y una tercera más preservada debido a su carácter militar hasta hace pocos años. Evidentemente el trayecto circulable está por arriba (aunque hay algunos que lo dudan que sea circulable) y sortear esas grandes extensiones urbanizadas sin que parezca que estás fuera de sitio no es tarea fácil, por eso volví el sábado, quería comprobar varias informaciones que me han llegado para ver si debía modificar de alguna forma la ruta que sí se publicó en su día, la Ruta 56. De todas maneras, la duda más importante no la contrasté ya que empecé en sentido contrario de como tendría que haberlo hecho y después ya fue todo improvisación, habrá que volver para confirmarlo, pues.

En lugar de tirar hacia cap Enderrocat empecé por las vías sin acabar de creerme que al llegar a las Palmeras puedas continuar de alguna forma sin tener que meterte en las fincas, tema también a investigar un poco más. Después hasta Maioris por carretera y dando vueltas por allí encontré una bajada escalonada al principio que va a dar a la que viene del chalé (que es cuando tendría que haber subido a fisgar y no hice) y bajé como pude hasta abajo porque es chiripa si lo haces de una tirada en esa costa tan explotada y modificada. Subo hasta arriba otra vez y busco los atajos pertinentes entre los edificios solamente para tenerlos trazados comprobando que se mantienen limpios y perfectos para rodar.

Voy cruzando las urbanizaciones aunque sin la intención de llegar al final, por ahora he visto lo que quería ver y doy media vuelta para volver a salir a la carretera por donde he entrado pero sin ir a buscar las vías, bajo la cuesta hasta la rotonda y voy al encuentro del paseo costero que me vuelva a llevar al punto de inicio en Son Verí y desde allí vuelta a casa dando un rodeo por es Pil.larí para acabar de rematar la faena, que no se puede decir que fuera de cortar orejas pero sí que ha generado algunas modificaciones puntuales en la ruta que alguno dirá que son nimias pero que para mí eran muy evidentes y si se podían rectificar mejor que mejor aunque me queda la más importante, la que puede generar un desastre mayor, esperemos que no, esperemos.


Enlace a la ruta en Wikiloc


Y sin embargo...

Así como la semana pasada tenía preparada la ruta de antemano la de esta no lo estaba, este factor y la trastocación del horario de sueño no invitaban a que estuviera muy predispuesto a poner el despertador a una hora muy temprana, y no lo he hecho, y ya eran pasadas las ocho cuando he decidido poner pie a tierra para empezar el ritual sabatino habitual, tampoco hace falta entrar en detalles, el habitual.

Saldré hacia Bunyola y dios dirá, hasta es posible que me cruce con alguien conocido (o no) y compartamos ruta, Cocó Peguer tenía muchas probabilidades de ser la elegida y hacia allá me he encaminado pero de lo primero que me he dado cuenta es de que no llevo frenos de atrás, la maneta va libre y no ejerce presión alguna sobre las pastillas, así se va a quedar, oye, y sigo adelante dando por muerta y enterrada la idea de realizar algún descenso en condiciones pero como debía acercarme primero a Bunyola decido seguir el plan y allí cavilaré el siguiente paso.

Circulo un poco más seguro por el carril bici de Jacinto Verdaguer saliendo de la ciudad junto a las vías del tren y cuando estoy a punto de subir el viaducto del polígono de repente tengo la llanta en el suelo, sigue la fiesta, ahora toca cambiar una cámara reventada y eso que estoy circulando por una acera, si seguía creyendo que tenía alguna remota posibilidad de meterme en algún camino cuesta abajo allí ha muerto, con el tiempo que perdería ahora para reparar mejor plantearse otras opciones, y decido hacer solo asfalto, rodar bastante y aprovechar el día según se presenta.

Obvío Son Macià por desviarme demasiado de mi primer objetivo, va tomando forma la idea de subir el coll d'Honor y llegar a Orient, la otra opción era el coll de Sóller pero la vuelta por Deià y Valldemossa se me antojaba poco novedosa. Arranco pues desde el pueblo por las calles empinadas que te dejan en un momento a bastante altura, la última vez que pasé por allí me fui fijando en si aparecía algún indicio que nos señalara el inicio de la recuperación del tramo GR allí proyectado, ni ese día ni a día de hoy ha habido novedades, seguimos a la espera. La subida tiene su miga y siempre viene bien recorrerla de tanto en cuando, bikeros cero, no he visto más que a uno en la bajada hacia Orient que venía en sentido contrario. He estado tentado de llegar al llogaret de una manera más digna metiéndome por algún camino lateral para ir a enganchar ses Clavegueres pero me he contenido a tiempo.

No paro en las casas y sigo pedaleando por carretera subiendo los últimos metros hacia el coll d'Orient, dejando los ramales ciclables y no ciclables para otra ocasión. Me ha sorprendido bastante ese tramo porque no lo recordaba de esa manera, la carretera queda mucho más arriba que el cauce del torrente dando la sensación de ser un lugar bastante salvaje. Delante de la entrada de Sollerich he hecho un alto para comprobar un camino que se dirige ladera arriba, muy arriba, no creía que tanto y no he llegado hasta el final, creo que será mejor buscarlo en sentido contrario, mientras ha pasado uno con una furgoneta que me ha mirado con cara de pocos amigos, he adivinado desaprobación en su rostro, pero no ha sido por eso por lo que he vuelto atrás, tampoco por la pendiente, es que no creía que estuviera en el sitio correcto y hoy no tocaba exploración.

Me sentía tentado de continuar recto hacia Sollerich y Almadrà pero eso implica tener que saltar la barrera cerrada de la carretera o bajar hasta el llano y volver atrás por el camino viejo, opción que me ha parecido la correcta, de hecho he llegado hasta la barrera donde acaba el asfalto pero continuar me representaba varias horas más de ruta que he supuesto no tenía por lo que he dado media vuelta para enfilar dirección Palma por Santa María. Desde este último enclave podría haber continuado por la comarcal pero he preferido pasar por Marratxinet y el Festival para ir a ensuciar un poco la bici por es Caülls y Son Macià, hay que aprovechar el montar una mtb para poder disfrutar de estos pequeños momentos.

En general ha salido una buena vuelta que puede maquillarse en bastantes tramos si disponemos de la máquina en buenas condiciones, parecida a la que se montaron los sectarios la semana pasada, pero que con las limitaciones de las que partía de inicio no pude más que conformarme con lo que se me presentaba y a pesar de ello quedé bastante satisfecho ya que esas carreteras comarcales son bastante seguras debido a su muy poco tráfico, y por ende, muy tranquilas.


Ruta de trabajo

Uf, con este título uno ya se prepara para esperar una crónica un tanto seria y bastante sosa, por llamarlo de alguna manera, y que casi predispone a darle un margen de confianza de un par de párrafos como máximo como empiece a encontrar muchos nombrecitos y tontadas varias. De trabajo... no basta ya con lo que tiene que apechugar uno entre semana para poder sentirse medianamente satisfecho de lo que haces como para continuar el sábado con la misma tónica, de ahí que se busque una evasión rápida y que te suponga una recompensa a muy corto plazo, es la tónica habitual. Tampoco he dicho yo que no pretenda esos fines, que conste, aunque, como todo en esta vida, siempre hay matices con los que adornar lo que hacemos, por tanto haciendo un mínimo caso al lema que encabeza este blog preparo entre semana aunque sea por encima lo que va a ser la ruta del sábado.

Toca Mancor porque tengo una ruta pendiente de actualizar desde hace tiempo, se trata de la Ruta 9, una ruta de estas que siempre ha estado en la balanza y aún hoy en día no hay una ventaja clara de los pros sobre los contras. Nunca he tenido ninguna clase de problema con propietarios, es muy ciclable y no tiene pérdida y en cambio no acabo de verle un aliciente exagerado que pueda auparla a los primeros puestos de popularidad entre los aficionados, de eso estoy más que seguro. Y en cambio yo la tengo editada casi desde el inicio, eso quiere decir que la realicé de las primeras y me convenció, el tema era subir a Biniarroi que en esa época era un llogaret abandonado que había visitado de niño y al que nunca había vuelto. No sé porqué nos llevaron allí ya que está a mitad de camino de ninguna parte y desde luego sin nada que ofrecer a una pandilla de chavales que seguro nos lo pasamos mucho mejor en el partido de fútbol que hicimos por la tarde en el pueblo. Pero se ve que algo ví o encontré allí arriba que me hizo conservar esas ganas de volver durante años y al empezar a rodar en bici, con doble motivo.

Mancor era un punto habitual de mis salidas, tanto solo como acompañado, sobre todo hacia Lluc por Massanella, pero el día que salí dispuesto a conocer todo lo que había después de Biniarroi no vino nadie aunque la casualidad hizo que me cruzara con algunos bikeros del pueblo que tenían mi misma intención y subimos juntos. Subimos evidentemente por la carretera hasta el coll des Murtar donde se encuentran la mayoría de viviendas de la zona al poder disponer de terrenos más o menos llanos que poder cultivar pero la ruta no se dirige hacia allí sino que acaba por subir la última rampa hacia la Rota Nova, un enorme campo de cultivo con un pozo en el centro y algunas construcciones agrícolas repartidas a lo largo y es donde encontramos la primera pega seria, una gran barrera que nos barra el paso y difícil de traspasar en la actualidad si se va solo.

La pista empieza a bajar desde el primer momento y en el bosque encontramos la segunda barrera, también cerrada, con dos letreros aparentemente contradictorios, uno te indica que es propiedad privada y por tanto con paso restringido y otro que dice que si pasas cierres la barrera y lleves los perros atados, pues ni una cosa ni otra, la barrera está cerrada y la bici suelta, lo difícil es pasarla ahora que han quitado los troncos que estaban a modo de peldaños. Después de esta barrera empieza el descenso más pronunciado por una pista rota hasta la parte más baja dels Comuns y con un cruce de otra pista que debe provenir de la zona de Can Macip aún no investigada, ya hace tiempo me dijeron que no era bien recibido por allí. Finaliza la pista tras pasar por unos porxos en unos antiguos campos de cultivo y donde había un coche abandonado que ayer no ví y con una barrera de salida de la zona, cerrada con candado por supuesto pero con truco. Hasta este punto es donde tengo claro lo que hice ese día y no creáis que lo tengo más presente las siguientes veces, muy probablemente continuara rodeando el monte por las pistas apareciendo por ses Quarterades Noves o es Rafal.

Pero ayer para llegar allí no salí de Mancor, salí de Lloseta para añadir un poco de enjundia al trayecto en general. Mi primer objetivo es Biniamar pero sin tocar asfalto por lo que me dirijo por el camí de Son Ramón hacia la zona de Aiamans y el cementerio, desde allí subimos por el camí de ses Comes hacia la parte alta del pueblo y es donde me doy cuenta de que la cámara de fotos tiene la batería gastada por lo que no habrá reportaje gráfico ya que las que saco por el teléfono son de muy baja calidad y no vale la pena siquiera intentarlo. Desde Biniamar cambio el recorrido tradicional por la mina por el enlace con la pista de subida al Penyal Gran, difícil y divertido a la vez. Continúo por el camí Llarg hacia Biniatzent donde intento averiguar charlando con unos excursionistas el estado de paso del camino que enlaza con el de la Font Garrover pero no lo conocen así que me dispongo a comprobarlo por mi cuenta y lo que veo cuando llego a la nueva barrera es que se impide el paso para entrar en el sentido de subida, supongo que en Biniatzent d'Alt, primer contratiempo pasar por la rejilla pero como se mantiene bastante alejado de las casas no preveo problemas de paso en ese sentido, y supongo que las marcas de rodadas recientes así me lo confirman.

La siguiente pega es la barrera de salida en la salida al camino de la Font Garrover aunque mejor por allí que siguiendo el trazado original final que te obliga a saltar la rejilla con pinchos un poco más arriba. Estoy cerca de la continuación del camino, el tramo que se dirige a Biniarroi, y lo que hubiera podido ser uno de los tramos más divertidos acabó por ser de los peores, no es que el camino no permita rodar es que necesita una limpieza profunda urgentemente, ha quedado literalmente desaparecido bajo la vegetación y el nulo mantenimiento también. Me comentó luego uno de los nuevos propietarios de Biniarroi con el que platiqué un poco al llegar que pronto se iba a proceder a la restauración del camí vell que sube al llogaret, cosa que le parecía muy bien para promover la actividad social y económica, no solo allí si no en general, y yo pensé (malpensé) que otro camino se añadiría pronto a la lista de proscritos para la causa, y dado que nos movemos a golpe de subvención cuando llegue la próxima para su mantenimiento pueden pasar decenios por tanto no es de extrañar que incluyan a la mtb en el apartado de máquina non grata dado el poco aprecio en general que se siente por este deporte.

La continuación hacia el coll des Murtar y la Rota Nova, así como la bajada por es Comuns aparte de las barreras mencionadas no ofrece otro tipo de pegas, esas pegas de las que hablaba en un principio, aunque son elementos que pueden hacer desechar esta ruta a más de uno, pero lo más extraño es el enlace entre este lugar y la pista del Rafal que se encuentra a no más de cien metros con su correspondiente pared y rejilla, faltaría, el tema es que por este lado tiene un metro de altura y por el otro unos tres metros pero hay un botador bastante elaborado por el que poder bajar. Eso es lo que uno piensa al verlo de lejos y lo contrario al verlo de cerca, le han cortado las patas y solo ha quedado el primer escalón a modo de plataforma, la verdad es que ver a un tío ahí arriba intentando maniobrar una bici tiene que ser bastante cómico, como le han metido rejilla de púas a los lados no veía más opción que tirarla abajo so pena de reventar alguna pieza, me veía completamente incapaz de bajarla hasta que ví la manera de dejarla colgada y descender yo por la pared aunque hay que tener sumo cuidado de por donde para no arrancar alguna piedra y que te caigan encima, la pupa sería de campeonato. Este para mí es el peor paso que nos vamos a encontrar y ahora pienso que lo mejor sería buscar un paso alternativo alejado de esa pared, si es que existe, no es un paso para tiquismiquis, y menos si vas solo.

Superado el contratiempo toca bajar aunque eso no significa necesariamente diversión ya que esa pista tiene un firme recubierto por un polvo finísimo en muchos tramos y que parece tal cual jabón, una pasada de frenada, un golpe de manillar y adiós chaval. Pasamos por algunas construcciones agrícolas para las ovejas y tomo el desvío en un cruce justo cuando vuelve a empezar a subir y es precisamente cuando me surgen ahí algunas dudas ¿he hecho yo esa subida y dónde llega? Estoy casi seguro de que sí y el mismo nombre de la ruta, Volta al puig de Suro, me lo indica pero no guardo recuerdos precisos de esa(s) salida(s) en concreto aunque estoy por afirmar que sí. Eso lo comprobaré tarde o temprano, no lo dudéis.

Ahora viene el plato fuerte del día, la bajada hacia el torrente, dura y muy técnica, al nivel de pocos, lo suficientemente larga como para no pasarla con nota fruto de la casualidad aunque para los que sufrimos bastante más en ese tipo de terrenos tenemos la oportunidad de resarcirnos un poco por el camino que en algunos tramos comparte trazado con el torrente y nos obliga a pedalear con un plus de confianza y eso para los más puristas o los más cascados puede ser especialmente molesto. Se sale a los campos abiertos al sobrepasar la presa yendo a dar al camino principal junto a Can Bajoca. No estuve mucho por allí al descubierto por si pasaba el de los tickets y comí algo un poco más arriba, me esperaba por delante la dura subida hacia ses Rotes sin unos recuerdos muy precisos en cuanto a dureza o distancia, solo me acuerdo que sudé de lo lindo para llegar arriba así que decidí empezar sin todo metido y guardar algún piñón para cuando las cosas se complicaran de verdad, en principio tenía confianza en llegar hasta el cruce sin cambiar aunque tuve algún patinazo de delante en alguna curva que me hizo poner pie a tierra acompañado además de la falta de un potente golpe de pedal para salir del paso, todo hay que decirlo.

Paso por el cruce y es cuando viene lo peor aunque sigo sin cambiar de marcha y es lo que me pregunto al llegar a la barrera, ¿qué me he reservado el piñón para la semana que viene, o qué? mientras busco una sombra donde recuperar el resuello y comer algo. Salgo a terreno más abierto a la vista de las casas y el comellar de sa Garriga por donde subí hace unas jornadas, la vista es estupenda y aunque la opción del ascenso al puig de sa Creu está muy presente decido continuar con el plan previsto y bajar hacia els Horts, más que nada para tener una referencia más precisa de tiempos ya que aunque no he hecho paradas muy largas siempre se van acumulando y llegan a tener su importancia, así que no tardo mucho en iniciar el descenso hacia els Horts por el sendero primero que se va abriendo un poco a medida que vamos bajando y tomar ya la pista que rodea los campos sembrados y por último la pista asfaltada junto a las casas mientras que las dos barreras que encontramos en el descenso están siempre abiertas, sin girar la llave, me refiero.

En la vuelta desde Caimari vamos a tocar un poco más de asfalto hasta Mancor aunque aprovechando algunos caminos secundarios muy poco utilizados y desde el pueblo tengo la opción de subir a la mina o volver por Biniatzent aunque tenga que solapar la traza y pese a todo elijo esta opción, también para probar el recorrido por el torrente, bastante divertido si tienes la maña suficiente. Salgo del pueblo tomando el camino sin asfaltar junto a la iglesia, interesante opción como colofón final antes de llegar a Lloseta rodando los últimos kilómetros por asfalto para finalizar una interesante ruta que pese a ciertos problemas puntuales aún puede mantenerse viva en nuestra carpeta de rutas realizables.


Todo cuenta

Este sábado pasado tenía hora prefijada de vuelta a casa un poco más temprano de lo habitual y no me quise enredar con rutas de las que no me hago cargo ni en exploraciones propias sea cerca o lejos, decidí kilometrear sin ponerme ninguna exigencia. Partí pues sin tener una ruta definida al cien por cien hacia Establiments por aquello de no repetir semana tras semana la salida por Son Anglada y si hubiera empezado a una hora razonable quizás hubiera encontrado a alguien que tuviera la idea de partir desde allí, pero como eran ya más de las diez como mucho los vería en el retorno.

No quería ensuciar mucho la bici y me propuse hacer toda la vuelta por asfalto, primera etapa, Puigpunyent, no sé, me pareció algo lógico y además por una carreterita con algo de sombra. Tirada directa hasta el pueblo donde paré un rato en la entrada escuñidrando con un poco más de atención el miniparque etnológico que hay en la entrada con algunas piezas de tafona restauradas y algunos otros de los que dejé constancia (1).

Había que decidir si tirar a la derecha o a la izquierda y preferí derecha por aquello de que lo tenía menos presente. El cartel que hay justo pasado el desvío de Son Forteza pone 3,2 km y me pareció un poco corto pero es completamente real, se agradece la suave pendiente y la zona sombreada en su parte final, ciclistas cero. No paré arriba pero estuve tentado de meterme por Cas Metge aunque deseché rápidamente esa posibilidad por acortar demasiado mi ruta teórica no preparada pero de lo que no pude resistirme fue de meterme hacia Son Balaguer al ver la barrera abierta. Camino con final incierto descartado para nuestras rutas, y decidí investigar un poco y volver a recordarlo. Está muy arreglado y en ciertos tramos, cementado, pasé por las casas de Son Nadal que parecían cerradas aunque allí me crucé con un vehículo pero entre la conductora y yo solo medió un saludo. Más adelante había otro aparcado en otra zona apartada bastante arreglada, quería ver si podía llegar hasta las casas para comprobar si la zona goza de actividad en la actualidad aunque ésta se inició ya hace algunos años coincidiendo con la restauración de las casas pero como temía no pude pasar de la barrera de entrada e hice allí un breve descanso. En la vuelta me crucé también un camión de alguna empresa forestal que se dirigía al interior sin ningún problema, es más, estoy casi seguro que este camino se puede utilizar ciertos días de la semana solicitando permiso al ayuntamiento, a pie es seguro que no hay pegas para concederlo pero otro gallo canta cuando se trata de rodar en bici, de todas formas no es difícil comprobar ese extremo.

De vuelta a la carretera prosigo el descenso descartando el pase directo por la font des Rafal, la font de Dalt y Son Malferit lo que hubiera dado un toque de cordura a la ruta, optando por proseguir el camino fácil y seguir comiéndome kilómetros de asfalto pasando por el pueblo y continuando hasta la rotonda de la carretera de Valldemossa para tomar enseguida que pude el carril de paseo paralelo, senda que no abandoné hasta bien entrado en Palma cuando me encontré con un compañero de fatigas con una flaca y nada dispuesto a acompañarme por el susodicho carril bici, itinerario con muchas pegas para tan delicadas máquinas, fruto de esa conversación fue mi paseo por las avenidas, un poco urticante para mi gusto, no tenemos un espacio seguro las bicis en ese conglomerado que se desplaza.


(1) No estoy seguro de ello pero casi me podría apostar algo que las piezas que se exiben en ese parque en la entrada del pueblo son los restos que se pudieron salvar del derrumbe intencionado que sufrieron las casas de Son Balaguer tras el cambio de propiedad, la cual solicitó licencia para unas obras de reforma que le fue concedida y que bajo su amparo ejecutó. A posteriori de esas actuaciones se abrieron diligencias y es cuando empezaron a surgir las divergencias políticas respecto a las actuaciones a seguir, por eso quería verlo de primera mano (hubo multa pero de una cantidad tan irrisoria que da vergüenza ajena siquiera recordarlo).


El canterano

Decidido a acabar lo que tenía empezado por la zona de la cantera no hice caso a los cantos de sirena que sonaron el viernes aunque también es verdad que durante la semana las sensaciones que tenía no hacían presagiar que aguantara una salida digamos normal y preferí ir un poco a mi ritmo, sin agobios. Lo que sí es una verdad como una catedral es que me faltaba enlazar varios itinerarios ya que en una salida anterior por la zona me confundí y no llegué al final de la bajada y lo pagué en la vuelta cuando quise acortar y me metí en un marrón, así que...pero empecemos desde el principio y quizás se entienda todo esto un poco mejor.

Desde el momento de levantarme hasta el de partir os lo podéis imaginar, como el de cualquier hijo de vecino que se prepara para ir en bici y no tiene nada preparado. Después queda el atravesar la citi y aprovecho para variar un poco el recorrido de salida y tirar directo a la rotonda del Pryca (algunos aún la conocemos así) y atravesar el polígono de Can Valero para irme directo a la entrada de la cantera por la carretera.

Me deslizo por debajo de la barrera de entrada para empezar a subir por el terraplén hasta la salida superior, no tiene mucho misterio pero sí un pasito intermedio que va por el borde que me causa respeto y por el otro lado hay una zanja llena de piedras que me cortan el ritmo, después solo queda una zona de desprendimientos que con un poco de suerte se puede pasar por la izquierda. En la salida me dio por seguir recto para no comerme el rampón y fue peor el remedio que la enfermedad ya que aunque de bajada se puede hacer de subida ni pensarlo y lo hice hasta arriba, no lo repito ni borracho.

Continué por el camino que se enfila hasta lo alto y baja hasta el cruce, esta vez intentándolo con algo más de convicción la zona técnica mejorando por todo ello un poco los resultados. Llego hasta el siguiente cruce donde está el pilón (tengo que averiguar que hace allí ese mojón en un coll del cual no he conseguido encontrar aún el nombre). Ahora toca irme por la bajada nueva a ver a donde me lleva aunque recordando por donde había subido la semana pasada no era difícil de imaginar. Y efectivamente así es, hay un sendero en primer lugar aunque también se puede tratar de un camino más ancho ya medio perdido, lo cierto es que en un momento dado empalma con con otro mucho más definido y que te conduce abajo en un momento.

La pista es la que pensaba y me toca volver a subir siguiendo el plan inicial, paso por el primer y luego el segundo forn de calç que pese a tener unas paredes enormemente anchas están medio derruidos. La pista limpia acaba frente al segundo y solamente se puede continuar gracias a la labor de limpieza que algunos han acometido, moteros?, runners? bikeros quizás? Lo cierto es que se puede pedalear en todo el recorrido excepto en una rampa pedregosa que no encaja del todo en el conjunto, pero ahí está, y esta vez vi por ahí cerca otras bajadas limpias con bastante inclinación que presupongo que si no se suben no veré su inicio arriba, como así sucedió.

Empalmo con el camino principal y esta vez sí intento pedalear unos metros más que la vez anterior, lo que no me atrae es bajarla por la proximidad de las casas en su parte final aunque si se va atento se puede salir uno por la tangente pero ya digo que no será de las que haga con más frecuencia pudiendo hacerlo por donde he venido. Llego arriba y me dirijo otra vez hacia el coll de Son Marill no porque quiera dirigirme hacia Son Vida sino solamente para comer algo y descansar, nada más. Busco una sombra donde cobijarme mientras doy cuenta de los cacahuetes y galletas, es lo que se llama un berenar de preparación rápida, no es que estén malos pero sosos un rato largo, ni me los acabo.

Vuelvo atrás y me dirijo hacia la mina (aún no he averiguado de qué) y aprovecho para hacer algunas fotos del interior que por ahora no es más que un nido de moscas pero tiene buenas vistas. Estoy otra vez en el coll innombrado y no se me ocurre nada más que bajar hacia la carretera por la bajada corriente. Voy solo y no me confío, es una bajada traicionera, con mucha piedra suelta que te escupe hacia los lados, yo me fuí dos veces, una pude quedar de pie pero la otra me di de cabeza en una rama, pero es que tampoco puedes ir muy lento, es peor, al término medio o a tope sin piedad con una bici que te lleve es lo mejor.

Ya abajo en la carretera me dio pereza acabar tan pronto (aunque solamente fuera una suposición) y enfilé hacia Calvià, ya sabemos que desde el cruce es cuesta arriba pero sin llegar a matar y siempre puedes encontrar a alguno al que tratar de dar alcance, de hecho me pasaron dos que solamente fueron más rápido que yo en el adelantamiento, después los llevé delante hasta coronar, eso sí, en la primera bajada los perdí de vista, después me fui para arriba hacia el coll des Vent y coll de sa Creu y además hice la bajada toda por asfalto sin tocar tierra, raro en mí, creo que solo fue para rellenar la ruta y mejorar un poco las estadísticas, y ahora que lo pienso me parece que al único que ví en mtb fue a otro subiendo también por la carretera, se ve que eso de coger el ritmo engancha.