Uf, con este título uno ya se prepara para esperar una crónica un tanto seria y bastante sosa, por llamarlo de alguna manera, y que casi predispone a darle un margen de confianza de un par de párrafos como máximo como empiece a encontrar muchos nombrecitos y tontadas varias. De trabajo... no basta ya con lo que tiene que apechugar uno entre semana para poder sentirse medianamente satisfecho de lo que haces como para continuar el sábado con la misma tónica, de ahí que se busque una evasión rápida y que te suponga una recompensa a muy corto plazo, es la tónica habitual. Tampoco he dicho yo que no pretenda esos fines, que conste, aunque, como todo en esta vida, siempre hay matices con los que adornar lo que hacemos, por tanto haciendo un mínimo caso al lema que encabeza este blog preparo entre semana aunque sea por encima lo que va a ser la ruta del sábado.
Toca Mancor porque tengo una ruta pendiente de actualizar desde hace tiempo, se trata de la Ruta 9, una ruta de estas que siempre ha estado en la balanza y aún hoy en día no hay una ventaja clara de los pros sobre los contras. Nunca he tenido ninguna clase de problema con propietarios, es muy ciclable y no tiene pérdida y en cambio no acabo de verle un aliciente exagerado que pueda auparla a los primeros puestos de popularidad entre los aficionados, de eso estoy más que seguro. Y en cambio yo la tengo editada casi desde el inicio, eso quiere decir que la realicé de las primeras y me convenció, el tema era subir a Biniarroi que en esa época era un llogaret abandonado que había visitado de niño y al que nunca había vuelto. No sé porqué nos llevaron allí ya que está a mitad de camino de ninguna parte y desde luego sin nada que ofrecer a una pandilla de chavales que seguro nos lo pasamos mucho mejor en el partido de fútbol que hicimos por la tarde en el pueblo. Pero se ve que algo ví o encontré allí arriba que me hizo conservar esas ganas de volver durante años y al empezar a rodar en bici, con doble motivo.
Mancor era un punto habitual de mis salidas, tanto solo como acompañado, sobre todo hacia Lluc por Massanella, pero el día que salí dispuesto a conocer todo lo que había después de Biniarroi no vino nadie aunque la casualidad hizo que me cruzara con algunos bikeros del pueblo que tenían mi misma intención y subimos juntos. Subimos evidentemente por la carretera hasta el coll des Murtar donde se encuentran la mayoría de viviendas de la zona al poder disponer de terrenos más o menos llanos que poder cultivar pero la ruta no se dirige hacia allí sino que acaba por subir la última rampa hacia la Rota Nova, un enorme campo de cultivo con un pozo en el centro y algunas construcciones agrícolas repartidas a lo largo y es donde encontramos la primera pega seria, una gran barrera que nos barra el paso y difícil de traspasar en la actualidad si se va solo.
La pista empieza a bajar desde el primer momento y en el bosque encontramos la segunda barrera, también cerrada, con dos letreros aparentemente contradictorios, uno te indica que es propiedad privada y por tanto con paso restringido y otro que dice que si pasas cierres la barrera y lleves los perros atados, pues ni una cosa ni otra, la barrera está cerrada y la bici suelta, lo difícil es pasarla ahora que han quitado los troncos que estaban a modo de peldaños. Después de esta barrera empieza el descenso más pronunciado por una pista rota hasta la parte más baja dels Comuns y con un cruce de otra pista que debe provenir de la zona de Can Macip aún no investigada, ya hace tiempo me dijeron que no era bien recibido por allí. Finaliza la pista tras pasar por unos porxos en unos antiguos campos de cultivo y donde había un coche abandonado que ayer no ví y con una barrera de salida de la zona, cerrada con candado por supuesto pero con truco. Hasta este punto es donde tengo claro lo que hice ese día y no creáis que lo tengo más presente las siguientes veces, muy probablemente continuara rodeando el monte por las pistas apareciendo por ses Quarterades Noves o es Rafal.
Pero ayer para llegar allí no salí de Mancor, salí de Lloseta para añadir un poco de enjundia al trayecto en general. Mi primer objetivo es Biniamar pero sin tocar asfalto por lo que me dirijo por el camí de Son Ramón hacia la zona de Aiamans y el cementerio, desde allí subimos por el camí de ses Comes hacia la parte alta del pueblo y es donde me doy cuenta de que la cámara de fotos tiene la batería gastada por lo que no habrá reportaje gráfico ya que las que saco por el teléfono son de muy baja calidad y no vale la pena siquiera intentarlo. Desde Biniamar cambio el recorrido tradicional por la mina por el enlace con la pista de subida al Penyal Gran, difícil y divertido a la vez. Continúo por el camí Llarg hacia Biniatzent donde intento averiguar charlando con unos excursionistas el estado de paso del camino que enlaza con el de la Font Garrover pero no lo conocen así que me dispongo a comprobarlo por mi cuenta y lo que veo cuando llego a la nueva barrera es que se impide el paso para entrar en el sentido de subida, supongo que en Biniatzent d'Alt, primer contratiempo pasar por la rejilla pero como se mantiene bastante alejado de las casas no preveo problemas de paso en ese sentido, y supongo que las marcas de rodadas recientes así me lo confirman.
La siguiente pega es la barrera de salida en la salida al camino de la Font Garrover aunque mejor por allí que siguiendo el trazado original final que te obliga a saltar la rejilla con pinchos un poco más arriba. Estoy cerca de la continuación del camino, el tramo que se dirige a Biniarroi, y lo que hubiera podido ser uno de los tramos más divertidos acabó por ser de los peores, no es que el camino no permita rodar es que necesita una limpieza profunda urgentemente, ha quedado literalmente desaparecido bajo la vegetación y el nulo mantenimiento también. Me comentó luego uno de los nuevos propietarios de Biniarroi con el que platiqué un poco al llegar que pronto se iba a proceder a la restauración del camí vell que sube al llogaret, cosa que le parecía muy bien para promover la actividad social y económica, no solo allí si no en general, y yo pensé (malpensé) que otro camino se añadiría pronto a la lista de proscritos para la causa, y dado que nos movemos a golpe de subvención cuando llegue la próxima para su mantenimiento pueden pasar decenios por tanto no es de extrañar que incluyan a la mtb en el apartado de máquina non grata dado el poco aprecio en general que se siente por este deporte.
La continuación hacia el coll des Murtar y la Rota Nova, así como la bajada por es Comuns aparte de las barreras mencionadas no ofrece otro tipo de pegas, esas pegas de las que hablaba en un principio, aunque son elementos que pueden hacer desechar esta ruta a más de uno, pero lo más extraño es el enlace entre este lugar y la pista del Rafal que se encuentra a no más de cien metros con su correspondiente pared y rejilla, faltaría, el tema es que por este lado tiene un metro de altura y por el otro unos tres metros pero hay un botador bastante elaborado por el que poder bajar. Eso es lo que uno piensa al verlo de lejos y lo contrario al verlo de cerca, le han cortado las patas y solo ha quedado el primer escalón a modo de plataforma, la verdad es que ver a un tío ahí arriba intentando maniobrar una bici tiene que ser bastante cómico, como le han metido rejilla de púas a los lados no veía más opción que tirarla abajo so pena de reventar alguna pieza, me veía completamente incapaz de bajarla hasta que ví la manera de dejarla colgada y descender yo por la pared aunque hay que tener sumo cuidado de por donde para no arrancar alguna piedra y que te caigan encima, la pupa sería de campeonato. Este para mí es el peor paso que nos vamos a encontrar y ahora pienso que lo mejor sería buscar un paso alternativo alejado de esa pared, si es que existe, no es un paso para tiquismiquis, y menos si vas solo.
Superado el contratiempo toca bajar aunque eso no significa necesariamente diversión ya que esa pista tiene un firme recubierto por un polvo finísimo en muchos tramos y que parece tal cual jabón, una pasada de frenada, un golpe de manillar y adiós chaval. Pasamos por algunas construcciones agrícolas para las ovejas y tomo el desvío en un cruce justo cuando vuelve a empezar a subir y es precisamente cuando me surgen ahí algunas dudas ¿he hecho yo esa subida y dónde llega? Estoy casi seguro de que sí y el mismo nombre de la ruta, Volta al puig de Suro, me lo indica pero no guardo recuerdos precisos de esa(s) salida(s) en concreto aunque estoy por afirmar que sí. Eso lo comprobaré tarde o temprano, no lo dudéis.
Ahora viene el plato fuerte del día, la bajada hacia el torrente, dura y muy técnica, al nivel de pocos, lo suficientemente larga como para no pasarla con nota fruto de la casualidad aunque para los que sufrimos bastante más en ese tipo de terrenos tenemos la oportunidad de resarcirnos un poco por el camino que en algunos tramos comparte trazado con el torrente y nos obliga a pedalear con un plus de confianza y eso para los más puristas o los más cascados puede ser especialmente molesto. Se sale a los campos abiertos al sobrepasar la presa yendo a dar al camino principal junto a Can Bajoca. No estuve mucho por allí al descubierto por si pasaba el de los tickets y comí algo un poco más arriba, me esperaba por delante la dura subida hacia ses Rotes sin unos recuerdos muy precisos en cuanto a dureza o distancia, solo me acuerdo que sudé de lo lindo para llegar arriba así que decidí empezar sin todo metido y guardar algún piñón para cuando las cosas se complicaran de verdad, en principio tenía confianza en llegar hasta el cruce sin cambiar aunque tuve algún patinazo de delante en alguna curva que me hizo poner pie a tierra acompañado además de la falta de un potente golpe de pedal para salir del paso, todo hay que decirlo.
Paso por el cruce y es cuando viene lo peor aunque sigo sin cambiar de marcha y es lo que me pregunto al llegar a la barrera, ¿qué me he reservado el piñón para la semana que viene, o qué? mientras busco una sombra donde recuperar el resuello y comer algo. Salgo a terreno más abierto a la vista de las casas y el comellar de sa Garriga por donde subí hace unas jornadas, la vista es estupenda y aunque la opción del ascenso al puig de sa Creu está muy presente decido continuar con el plan previsto y bajar hacia els Horts, más que nada para tener una referencia más precisa de tiempos ya que aunque no he hecho paradas muy largas siempre se van acumulando y llegan a tener su importancia, así que no tardo mucho en iniciar el descenso hacia els Horts por el sendero primero que se va abriendo un poco a medida que vamos bajando y tomar ya la pista que rodea los campos sembrados y por último la pista asfaltada junto a las casas mientras que las dos barreras que encontramos en el descenso están siempre abiertas, sin girar la llave, me refiero.
En la vuelta desde Caimari vamos a tocar un poco más de asfalto hasta Mancor aunque aprovechando algunos caminos secundarios muy poco utilizados y desde el pueblo tengo la opción de subir a la mina o volver por Biniatzent aunque tenga que solapar la traza y pese a todo elijo esta opción, también para probar el recorrido por el torrente, bastante divertido si tienes la maña suficiente. Salgo del pueblo tomando el camino sin asfaltar junto a la iglesia, interesante opción como colofón final antes de llegar a Lloseta rodando los últimos kilómetros por asfalto para finalizar una interesante ruta que pese a ciertos problemas puntuales aún puede mantenerse viva en nuestra carpeta de rutas realizables.
Toca Mancor porque tengo una ruta pendiente de actualizar desde hace tiempo, se trata de la Ruta 9, una ruta de estas que siempre ha estado en la balanza y aún hoy en día no hay una ventaja clara de los pros sobre los contras. Nunca he tenido ninguna clase de problema con propietarios, es muy ciclable y no tiene pérdida y en cambio no acabo de verle un aliciente exagerado que pueda auparla a los primeros puestos de popularidad entre los aficionados, de eso estoy más que seguro. Y en cambio yo la tengo editada casi desde el inicio, eso quiere decir que la realicé de las primeras y me convenció, el tema era subir a Biniarroi que en esa época era un llogaret abandonado que había visitado de niño y al que nunca había vuelto. No sé porqué nos llevaron allí ya que está a mitad de camino de ninguna parte y desde luego sin nada que ofrecer a una pandilla de chavales que seguro nos lo pasamos mucho mejor en el partido de fútbol que hicimos por la tarde en el pueblo. Pero se ve que algo ví o encontré allí arriba que me hizo conservar esas ganas de volver durante años y al empezar a rodar en bici, con doble motivo.
Mancor era un punto habitual de mis salidas, tanto solo como acompañado, sobre todo hacia Lluc por Massanella, pero el día que salí dispuesto a conocer todo lo que había después de Biniarroi no vino nadie aunque la casualidad hizo que me cruzara con algunos bikeros del pueblo que tenían mi misma intención y subimos juntos. Subimos evidentemente por la carretera hasta el coll des Murtar donde se encuentran la mayoría de viviendas de la zona al poder disponer de terrenos más o menos llanos que poder cultivar pero la ruta no se dirige hacia allí sino que acaba por subir la última rampa hacia la Rota Nova, un enorme campo de cultivo con un pozo en el centro y algunas construcciones agrícolas repartidas a lo largo y es donde encontramos la primera pega seria, una gran barrera que nos barra el paso y difícil de traspasar en la actualidad si se va solo.
La pista empieza a bajar desde el primer momento y en el bosque encontramos la segunda barrera, también cerrada, con dos letreros aparentemente contradictorios, uno te indica que es propiedad privada y por tanto con paso restringido y otro que dice que si pasas cierres la barrera y lleves los perros atados, pues ni una cosa ni otra, la barrera está cerrada y la bici suelta, lo difícil es pasarla ahora que han quitado los troncos que estaban a modo de peldaños. Después de esta barrera empieza el descenso más pronunciado por una pista rota hasta la parte más baja dels Comuns y con un cruce de otra pista que debe provenir de la zona de Can Macip aún no investigada, ya hace tiempo me dijeron que no era bien recibido por allí. Finaliza la pista tras pasar por unos porxos en unos antiguos campos de cultivo y donde había un coche abandonado que ayer no ví y con una barrera de salida de la zona, cerrada con candado por supuesto pero con truco. Hasta este punto es donde tengo claro lo que hice ese día y no creáis que lo tengo más presente las siguientes veces, muy probablemente continuara rodeando el monte por las pistas apareciendo por ses Quarterades Noves o es Rafal.
Pero ayer para llegar allí no salí de Mancor, salí de Lloseta para añadir un poco de enjundia al trayecto en general. Mi primer objetivo es Biniamar pero sin tocar asfalto por lo que me dirijo por el camí de Son Ramón hacia la zona de Aiamans y el cementerio, desde allí subimos por el camí de ses Comes hacia la parte alta del pueblo y es donde me doy cuenta de que la cámara de fotos tiene la batería gastada por lo que no habrá reportaje gráfico ya que las que saco por el teléfono son de muy baja calidad y no vale la pena siquiera intentarlo. Desde Biniamar cambio el recorrido tradicional por la mina por el enlace con la pista de subida al Penyal Gran, difícil y divertido a la vez. Continúo por el camí Llarg hacia Biniatzent donde intento averiguar charlando con unos excursionistas el estado de paso del camino que enlaza con el de la Font Garrover pero no lo conocen así que me dispongo a comprobarlo por mi cuenta y lo que veo cuando llego a la nueva barrera es que se impide el paso para entrar en el sentido de subida, supongo que en Biniatzent d'Alt, primer contratiempo pasar por la rejilla pero como se mantiene bastante alejado de las casas no preveo problemas de paso en ese sentido, y supongo que las marcas de rodadas recientes así me lo confirman.
La siguiente pega es la barrera de salida en la salida al camino de la Font Garrover aunque mejor por allí que siguiendo el trazado original final que te obliga a saltar la rejilla con pinchos un poco más arriba. Estoy cerca de la continuación del camino, el tramo que se dirige a Biniarroi, y lo que hubiera podido ser uno de los tramos más divertidos acabó por ser de los peores, no es que el camino no permita rodar es que necesita una limpieza profunda urgentemente, ha quedado literalmente desaparecido bajo la vegetación y el nulo mantenimiento también. Me comentó luego uno de los nuevos propietarios de Biniarroi con el que platiqué un poco al llegar que pronto se iba a proceder a la restauración del camí vell que sube al llogaret, cosa que le parecía muy bien para promover la actividad social y económica, no solo allí si no en general, y yo pensé (malpensé) que otro camino se añadiría pronto a la lista de proscritos para la causa, y dado que nos movemos a golpe de subvención cuando llegue la próxima para su mantenimiento pueden pasar decenios por tanto no es de extrañar que incluyan a la mtb en el apartado de máquina non grata dado el poco aprecio en general que se siente por este deporte.
La continuación hacia el coll des Murtar y la Rota Nova, así como la bajada por es Comuns aparte de las barreras mencionadas no ofrece otro tipo de pegas, esas pegas de las que hablaba en un principio, aunque son elementos que pueden hacer desechar esta ruta a más de uno, pero lo más extraño es el enlace entre este lugar y la pista del Rafal que se encuentra a no más de cien metros con su correspondiente pared y rejilla, faltaría, el tema es que por este lado tiene un metro de altura y por el otro unos tres metros pero hay un botador bastante elaborado por el que poder bajar. Eso es lo que uno piensa al verlo de lejos y lo contrario al verlo de cerca, le han cortado las patas y solo ha quedado el primer escalón a modo de plataforma, la verdad es que ver a un tío ahí arriba intentando maniobrar una bici tiene que ser bastante cómico, como le han metido rejilla de púas a los lados no veía más opción que tirarla abajo so pena de reventar alguna pieza, me veía completamente incapaz de bajarla hasta que ví la manera de dejarla colgada y descender yo por la pared aunque hay que tener sumo cuidado de por donde para no arrancar alguna piedra y que te caigan encima, la pupa sería de campeonato. Este para mí es el peor paso que nos vamos a encontrar y ahora pienso que lo mejor sería buscar un paso alternativo alejado de esa pared, si es que existe, no es un paso para tiquismiquis, y menos si vas solo.
Superado el contratiempo toca bajar aunque eso no significa necesariamente diversión ya que esa pista tiene un firme recubierto por un polvo finísimo en muchos tramos y que parece tal cual jabón, una pasada de frenada, un golpe de manillar y adiós chaval. Pasamos por algunas construcciones agrícolas para las ovejas y tomo el desvío en un cruce justo cuando vuelve a empezar a subir y es precisamente cuando me surgen ahí algunas dudas ¿he hecho yo esa subida y dónde llega? Estoy casi seguro de que sí y el mismo nombre de la ruta, Volta al puig de Suro, me lo indica pero no guardo recuerdos precisos de esa(s) salida(s) en concreto aunque estoy por afirmar que sí. Eso lo comprobaré tarde o temprano, no lo dudéis.
Ahora viene el plato fuerte del día, la bajada hacia el torrente, dura y muy técnica, al nivel de pocos, lo suficientemente larga como para no pasarla con nota fruto de la casualidad aunque para los que sufrimos bastante más en ese tipo de terrenos tenemos la oportunidad de resarcirnos un poco por el camino que en algunos tramos comparte trazado con el torrente y nos obliga a pedalear con un plus de confianza y eso para los más puristas o los más cascados puede ser especialmente molesto. Se sale a los campos abiertos al sobrepasar la presa yendo a dar al camino principal junto a Can Bajoca. No estuve mucho por allí al descubierto por si pasaba el de los tickets y comí algo un poco más arriba, me esperaba por delante la dura subida hacia ses Rotes sin unos recuerdos muy precisos en cuanto a dureza o distancia, solo me acuerdo que sudé de lo lindo para llegar arriba así que decidí empezar sin todo metido y guardar algún piñón para cuando las cosas se complicaran de verdad, en principio tenía confianza en llegar hasta el cruce sin cambiar aunque tuve algún patinazo de delante en alguna curva que me hizo poner pie a tierra acompañado además de la falta de un potente golpe de pedal para salir del paso, todo hay que decirlo.
Paso por el cruce y es cuando viene lo peor aunque sigo sin cambiar de marcha y es lo que me pregunto al llegar a la barrera, ¿qué me he reservado el piñón para la semana que viene, o qué? mientras busco una sombra donde recuperar el resuello y comer algo. Salgo a terreno más abierto a la vista de las casas y el comellar de sa Garriga por donde subí hace unas jornadas, la vista es estupenda y aunque la opción del ascenso al puig de sa Creu está muy presente decido continuar con el plan previsto y bajar hacia els Horts, más que nada para tener una referencia más precisa de tiempos ya que aunque no he hecho paradas muy largas siempre se van acumulando y llegan a tener su importancia, así que no tardo mucho en iniciar el descenso hacia els Horts por el sendero primero que se va abriendo un poco a medida que vamos bajando y tomar ya la pista que rodea los campos sembrados y por último la pista asfaltada junto a las casas mientras que las dos barreras que encontramos en el descenso están siempre abiertas, sin girar la llave, me refiero.
En la vuelta desde Caimari vamos a tocar un poco más de asfalto hasta Mancor aunque aprovechando algunos caminos secundarios muy poco utilizados y desde el pueblo tengo la opción de subir a la mina o volver por Biniatzent aunque tenga que solapar la traza y pese a todo elijo esta opción, también para probar el recorrido por el torrente, bastante divertido si tienes la maña suficiente. Salgo del pueblo tomando el camino sin asfaltar junto a la iglesia, interesante opción como colofón final antes de llegar a Lloseta rodando los últimos kilómetros por asfalto para finalizar una interesante ruta que pese a ciertos problemas puntuales aún puede mantenerse viva en nuestra carpeta de rutas realizables.
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