Triángulo de Bonany

Si trazamos varias líneas sobre el mapa uniendo las localidades de Petra, Vilafranca y Sant Joan nos queda casi en el mismo centro de ese triángulo el puig de Bonany, donde se encuentra ubicado el santuario de la Mare de Déu de Bonany, no es el original ya que ha tenido diversas reconstrucciones, alguna de manera total, y todo debido a que la veneración de los petrers sobre todo aunque también de los vecinos de los pueblos limítrofes es muy alta.

Ese punto geográfico señalará el eje sobre el que pivotará virtualmente nuestra ruta de hoy y para ello la peña se reúne en el aparcamiento de na Capitana junto al polideportivo de Petra para rodar bajo la batuta de Dahero que es el único que podría empezar y terminar la ruta sin tener que estar pendiente de las indicaciones de la pantalla y pese a todo ello en alguna ocasión tuvo que echar mano de la chuleta.

Si alguien revisa mi traza verá de inicio un larga línea recta, no es más que la consecuencia de no darle al play a la hora de partir y que me acuerde pasados ya bastantes minutos, ese tramo no es que importe mucho pero es que también me pasó a la hora de bajar desde el santuario y me quedó la trialera sin grabar y no es la primera vez, en la anterior me quedé sin batería arriba.

Empezamos por caminos secundarios en dirección Vilafranca para iniciar un bucle por una zona de pinar, que por algo quedan, son continuos sube baja sin interés agrícola pero surcados por numerosos caminos y senderos que hacen las delicias de ciclistas y caminadores, eso cuando no directamente te obligan a poner pie a tierra y que a menudo los corredores locales han reconvertido las bajadas en circuitos de descenso, parafernalia incluida.

Regresando al mismo punto de entrada al bosque nos dirigimos hacia la cota más alta que comparado con las alturas de la Serra es una tachuela pero que domina toda la zona circundante hasta donde se pierde la vista. Estamos subiendo desde el sur por un camino menos lustroso que el que viene de Petra pero que también tiene doble opción pudiendo completar la más dificultosa. Toca descansar un poco arriba al solecito que se agradece, así el solaz parece más efectivo, y partimos tras la parada a buscar una de las bajadas posibles, esta vez la situada más al norte y que nos dejará cerca de Son Gorgut, nos estamos acercando a Sant Joan de camino hacia el pinar d’en Puig, otro pedazo de bosque incrustado en medio de los campos cultivados con numerosos trazados por recorrer como para pasar allí una buena mañana. Nosotros no tenemos tanto tiempo y realizamos el bucle que nos ha preparado el guía, total, como no conocemos el territorio no nos queda otra opción, la otra sería tirar hacia el noroeste pero vamos cortos de orientación espacial y además sin brújula, toca seguir al que tienes delante, pues.

De salida cruzamos en descubierta hacia otra zona boscosa que recorremos en su totalidad y con más gusto que nunca porque sabemos que es ya la última como tal y al llegar a la carretera de Sant Joan rodamos un rato por ella hasta que nos volvemos a desviar por un camino transversal que nos llevará hasta la carretera que sube al puig y tomando un inesperado desvío por en medio de un campo volvemos a empalmar con lo que yo llamo un camí de bardisses, al estar encajonado entre paredes tupidas de vegetación cual muralla impenetrable, suelen estar en buenas condiciones y son bastante divertidos de rodar aunque a veces también es palpable su falta de mantenimiento y al acceder a camino rodado ya solo nos queda ir acercándonos al pueblo para ir a buscar el merecido refrigerio, creo que esta vez nos lo hemos ganado.


Tunelando

En la temporada invernal, sin la clientela habitual, el tren de Sóller hace una parada técnica y para máquinas pero si me tengo que sincerar no estoy nada seguro de que siempre haya sido así, al contrario, casi aseguraría que no dejaba de efectuar el trayecto si no era por causa mayor, sea como fuere este año sin lugar a dudas ha parado y siempre que pasa eso hay algunos bikeros que quieren aprovechar el momento para rodar por las vías y atravesar los túneles aunque no necesariamente por este orden de importancia. Yo he hecho lo primero, un día me dio la vena de llegar hasta Bunyola y acabé del traqueteo hasta los cataplines, tanto que ni llegué al pueblo, en el apeadero de Caubet dije basta, es muy incómodo, hasta el punto que llega a ser molesto y más, no me dejó buen sabor de boca, pero iba solo y en esta ocasión se ha congregado más gente, así que se presupone que algo cambiará.

Reunidos en buena armonía en el aparcamiento de siempre nos disponemos a empezar la ruta yendo directos hacia las vías desde la carretera para ascender a continuación por el trazado ferroviario hasta el cruce del camí de Castelló, serán unos 5 o 6 túneles más los 5 ponts, creo que lo soportaré. He llevado conmigo un mini foco que tengo por casa que me ha servido solamente para no matarme ya que seguridad no me ha dado ninguna y en cuanto perdía comba con los que iban mejor iluminados más atrás me quedaba, me era mucho más fácil rodar por el interior de la vía que por el exterior aunque con una continua rectificación de trayectoria, la línea recta directamente había desaparecido en la oscuridad.

Duró lo que duró aquello y llegar al camí de Castelló fue una bendición y es que además está asfaltado, buen piso que desaparece al llegar arriba y donde empieza la diversión y además parece que se nota una mayor limpieza en algunos tramos que habían quedado casi obstruidos por la vegetación. Reagrupamiento en varios puntos para ir recorrer los últimos tramos de subida antes de bajar directamente a la carretera desde la capella y continuamos por asfalto hasta el desvío de Muleta donde, a la vista de las casas, hubo una disquisición sobre qué camino tomar, si el directo o el del faro. Alguno se acordaba mejor que yo del recorrido, mis recuerdos eran más bien vagos pero se podrían resumir en que había mucha piedra pero pasable, y contra todo pronóstico se decide ir hasta el refugio y yo encantado.

Efectivamente hay piedras para dar y tomar y no todo es bajada por lo que algunas veces me obliga a parar para levantar el sillín y poder rodar, no ya con comodidad sino simplemente rodar. Como resumen se puede decir que el trayecto es muy entretenido técnicamente hablando.

Parada y fonda en las mesas del refugio para la alimentación pertinente y necesaria y también para la contemplación ya que la zona se presta a ello y hay que aprovechar las ocasiones que se presentan, además el día acompañaba. Rápida bajada hasta el puerto y cruzarlo en casi toda su extensión para ir a tomar la carretera de sa Figuera y comenzar la ascensión hasta el llogaret, hoy no seguiremos más allá porque daremos el rodeo debidamente señalizado y que aún no había tenido ocasión de recorrer, otro tramo a la saca, este circunda en primer lugar las primeras casas para ir a buscar el camí de sa Coma que abandonamos después de pasar por el frontal de ca s’Hereu, cruzar unas marjades y entrar en una zona más boscosa para enlazar con una pista que nos dejará otra vez sobre la carretera que hemos abandonado unos minutos antes faltando solo unos pocos metros para coronar el coll d’en Marqués. Otra paradita para comprobar si podremos subir hasta can Bresques por su acceso motorizado pero no va a poder ser, habrá que empujar por el añejo camino empedrado, y muy empinado, diría yo, yo y todos los demás, añadiría sin ningún rubor, y si acabaran arriba las contrariedades sería de agradecer pero no es así, la continuación hasta enlazar con el camino de carro tampoco es practicable aunque con menos inclinación que el tramo anterior, menos mal.

La continuación ya es otro cantar, un magnífico camino de carro que nos conduce hasta otro no menos imponente pero no único del valle de Sóller, la carretera vella de Bàlitx que en realidad no vamos a catar más que unos pocos metros ya que enseguida la dejamos para continuar hacia Fornalutx por el mismo camino anterior pero de muy diferente tipología hasta llegar al cruce con la carretera de Lluc donde vemos justo enfrente el trayecto asfaltado hasta el pueblo y aunque la mayoría desciende por ese trazado algunos queremos saborear el más antiguo, en la actualidad en forma de dresseres empedradas y escalonadas con el último tramo ya en el mismo pueblo pero aún no hemos acabado con todas guindas, queda la última, la vuelta Sóller por Binibassí con algunos tramos muy rápidos y divertidos.

En resumen, una ruta muy completa con recorridos muy diferentes que requieren unas excelentes dosis de fuerza, equilibrio y técnica para superarlos con éxito aunque sin llegar a extremos pero que te dejan muy satisfecho, a repetir.