Tunelando

En la temporada invernal, sin la clientela habitual, el tren de Sóller hace una parada técnica y para máquinas pero si me tengo que sincerar no estoy nada seguro de que siempre haya sido así, al contrario, casi aseguraría que no dejaba de efectuar el trayecto si no era por causa mayor, sea como fuere este año sin lugar a dudas ha parado y siempre que pasa eso hay algunos bikeros que quieren aprovechar el momento para rodar por las vías y atravesar los túneles aunque no necesariamente por este orden de importancia. Yo he hecho lo primero, un día me dio la vena de llegar hasta Bunyola y acabé del traqueteo hasta los cataplines, tanto que ni llegué al pueblo, en el apeadero de Caubet dije basta, es muy incómodo, hasta el punto que llega a ser molesto y más, no me dejó buen sabor de boca, pero iba solo y en esta ocasión se ha congregado más gente, así que se presupone que algo cambiará.

Reunidos en buena armonía en el aparcamiento de siempre nos disponemos a empezar la ruta yendo directos hacia las vías desde la carretera para ascender a continuación por el trazado ferroviario hasta el cruce del camí de Castelló, serán unos 5 o 6 túneles más los 5 ponts, creo que lo soportaré. He llevado conmigo un mini foco que tengo por casa que me ha servido solamente para no matarme ya que seguridad no me ha dado ninguna y en cuanto perdía comba con los que iban mejor iluminados más atrás me quedaba, me era mucho más fácil rodar por el interior de la vía que por el exterior aunque con una continua rectificación de trayectoria, la línea recta directamente había desaparecido en la oscuridad.

Duró lo que duró aquello y llegar al camí de Castelló fue una bendición y es que además está asfaltado, buen piso que desaparece al llegar arriba y donde empieza la diversión y además parece que se nota una mayor limpieza en algunos tramos que habían quedado casi obstruidos por la vegetación. Reagrupamiento en varios puntos para ir recorrer los últimos tramos de subida antes de bajar directamente a la carretera desde la capella y continuamos por asfalto hasta el desvío de Muleta donde, a la vista de las casas, hubo una disquisición sobre qué camino tomar, si el directo o el del faro. Alguno se acordaba mejor que yo del recorrido, mis recuerdos eran más bien vagos pero se podrían resumir en que había mucha piedra pero pasable, y contra todo pronóstico se decide ir hasta el refugio y yo encantado.

Efectivamente hay piedras para dar y tomar y no todo es bajada por lo que algunas veces me obliga a parar para levantar el sillín y poder rodar, no ya con comodidad sino simplemente rodar. Como resumen se puede decir que el trayecto es muy entretenido técnicamente hablando.

Parada y fonda en las mesas del refugio para la alimentación pertinente y necesaria y también para la contemplación ya que la zona se presta a ello y hay que aprovechar las ocasiones que se presentan, además el día acompañaba. Rápida bajada hasta el puerto y cruzarlo en casi toda su extensión para ir a tomar la carretera de sa Figuera y comenzar la ascensión hasta el llogaret, hoy no seguiremos más allá porque daremos el rodeo debidamente señalizado y que aún no había tenido ocasión de recorrer, otro tramo a la saca, este circunda en primer lugar las primeras casas para ir a buscar el camí de sa Coma que abandonamos después de pasar por el frontal de ca s’Hereu, cruzar unas marjades y entrar en una zona más boscosa para enlazar con una pista que nos dejará otra vez sobre la carretera que hemos abandonado unos minutos antes faltando solo unos pocos metros para coronar el coll d’en Marqués. Otra paradita para comprobar si podremos subir hasta can Bresques por su acceso motorizado pero no va a poder ser, habrá que empujar por el añejo camino empedrado, y muy empinado, diría yo, yo y todos los demás, añadiría sin ningún rubor, y si acabaran arriba las contrariedades sería de agradecer pero no es así, la continuación hasta enlazar con el camino de carro tampoco es practicable aunque con menos inclinación que el tramo anterior, menos mal.

La continuación ya es otro cantar, un magnífico camino de carro que nos conduce hasta otro no menos imponente pero no único del valle de Sóller, la carretera vella de Bàlitx que en realidad no vamos a catar más que unos pocos metros ya que enseguida la dejamos para continuar hacia Fornalutx por el mismo camino anterior pero de muy diferente tipología hasta llegar al cruce con la carretera de Lluc donde vemos justo enfrente el trayecto asfaltado hasta el pueblo y aunque la mayoría desciende por ese trazado algunos queremos saborear el más antiguo, en la actualidad en forma de dresseres empedradas y escalonadas con el último tramo ya en el mismo pueblo pero aún no hemos acabado con todas guindas, queda la última, la vuelta Sóller por Binibassí con algunos tramos muy rápidos y divertidos.

En resumen, una ruta muy completa con recorridos muy diferentes que requieren unas excelentes dosis de fuerza, equilibrio y técnica para superarlos con éxito aunque sin llegar a extremos pero que te dejan muy satisfecho, a repetir.


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