Planera

Toca ir a lo largo y ancho que no a lo alto para aprovechar el tiempo y alargar lo que se pueda dentro de la horquilla horaria de que dispongo, que es bastante pero dada mi media de velocidad no es que pueda presumir de pro, así que me voy a rodar hasta Bunyola y ya veremos. Salgo directo hacia la Indioteria pero en lugar de ir por el polígono tiro hacia Son Gibert y al cruzar el descampado me fijo en que están limpiando el torrente, la verdad es que parece otro y lo mejor es que se puede rodar por el interior y si se puede ¿porqué no probar? Hay una rampa de acceso para la máquina y supongo que más lejos voy a poder salir sin complicaciones, pues allá que voy y la verdad es que no hay ninguna pega, la única un pequeño lodazal frente a un emisario que no adiviné a calcular bien su consistencia y quedé ahí pegado nada más pisarlo, suerte que pude poner el pie fuera y no añadir el calzado a la lista d’enmerdada, aparte de eso sin problemas. Después de pasar el puente del Pont d’Inca salí por una rampa y rodé por un carril bici que no conocía a la vera del torrente hasta que acaba y volví a meterme por el interior hasta el campo de fútbol, me tenía que desviar ya pero aún se podría continuar por el cauce aunque preveo bastante dificultad siendo generoso, ya no hay piso de tierra y se precisa mucha técnica, fuerza y equilibrio para rodar unos metros seguidos, creo que para la mayoría ya no sería aceptable.

Una vez fuera el resto creo que lo conoce todo el mundo, ahora parece que hay consenso en no ir a la carretera e ir bordeando las construcciones para llegar a Son Macià y salir de la civilización, al menos hasta que llegamos al camí de Muntanya donde debemos compartir itinerario con los vehículos mientras llegamos a las urbanizaciones, una de ellas es sa Planera, es la más alejada y atípica porque todo el perímetro está rodeado por una valla y tiene dos entradas muy anchas con unas barreras enormes, una de las cuales está cerrada, ¿y porqué voy por allí? Pues porque la entrada en la finca colindante está cerrada con una barrera y no quiero saltarla, ya fisgué no hace mucho como poder entrar y parecía que se podría atravesar la vegetación que hace las veces de frontera fácilmente, como así ha sido y sin tener que saltar nada, solo buscar el mejor hueco y ya está.

Se supone que estoy dentro de la finca de Son Sales y la voy recorriendo por un camino agrícola que va marcando el borde exterior hasta una esquina y tomo otro que la cruza por el centro hasta una casa rústica, parece una vivienda rústica de payés, ahora deshabitada, tampoco la finca parece que tenga mucha actividad aunque en algún punto se amontonen rollos de paja, quizás cazadores pero tampoco sé si estoy en temporada, lo cierto es que desde esa casa me dirijo otra vez hacia la pared lateral y la recorro hasta el extremo más alejado, el paralelo a la carretera y aunque vislumbro algún paso de salida decido continuar porque hasta este momento no he visto aún las casas principales, y no son pequeñas. Continúo hasta encontrarlas, siguen igual, o seguramente peor porque no se advierte movimiento humano alguno, la barrera de salida está cerrada y me da pereza saltarla por lo que vuelvo por donde he venido, como tampoco he querido salir por otro camino que parece se acerca a otras casas vecinas entonces saldré saltando la pared cercana a la carretera, en realidad voy a dar a una parcela con un porxo que me permite salir sin problemas. ¿Se puede rodar por donde he ido? Diría que sí pero con la debida prudencia y convicción de saber que estamos dentro de una propiedad privada y podemos ser interceptados por cualquiera que por allí encontremos, con total seguridad con mejores argumentos que nosotros para estar allí, por otro lado pedir permiso se me antoja empresa imposible.

Ni tendría porqué haber circulado por la carretera ningún metro ya que casi enfrente tenemos un camino que no tenía claro donde iba a parar, lo deseché pero ya en el segundo no pude aguantar la curiosidad y me metí, enlaza con el anterior como puedo comprobar más adelante y continúo hasta desembocar en la otra carretera de la zona para meterme sin pensarlo por el camino que tengo enfrente calcando casi idéntico lo que he rodado hace pocas fechas, derecha, izquierda hasta encontrar el principal en este caso un vial de una urbanización por el que busco la salida pero desviándome antes por el sendero que me llevará de mejor manera hasta la rotonda a la que accedo sin tener que saltar rejilla alguna, solo un simple tirón a la barrera aún a pesar de tener puesto el candado.

Ahora sí que no me libro de tener que pisar asfalto, el carretero que me pasa no me ayuda en absoluto para recorrer esos metros y en nada lo tengo a centenares de metros de distancia, no hay nada que hacer en ese sentido, como tenía que llegar hasta la plaza podría haber ido por el camino de atrás pero seguí recto y lo hice todo seguido. Me he merecido un pequeño descanso para recuperar fuerzas, unas pocas galletas no más y algo de agua de la mochila que se mantiene aún fresca es el menú, lo suficiente para poder volver, esta vez iré peu plà hacia Raixa y Passatemps en un intento de alargar lo máximo dentro del horario, la que he citado es una gran alternativa a la monotonía de la carretera que solo la dejamos para ocasiones puntuales porque si lo que se trata es de volver a la ciudad por asfalto preferimos sí o sí la carretera vieja de Bunyola, más entretenida aunque quizás más peligrosa.

Es todo lo que dio de sí esta salida entre semana aprovechando algunos días de vacaciones que estamos disfrutando ya que en los siguientes será más complicado por los compromisos, así que ya veremos lo que vamos haciendo.


Retén de guardia

Expresión que significa “repuesto o prevención que se tiene de algo”, en pocas palabras, que te pueden cascar la ruta en un santiamén si hay necesidad por eso es conveniente no alejarse mucho, moverse siempre dentro de un radio que puedas controlar, en toda la semana no había habido avisos pero eso no significa nada, podría darse el caso.

Dado que el intento de bajar por un camino nuevo se frustró y no atinaba dónde me había equivocado decidí acometer la empresa desde otro ángulo, de abajo arriba que al menos sí tenía claro por donde empezar, pero primero hay que llegar allí y decidí hacerlo por la parte más larga en lugar de ir directo por eso la traza va hasta la Vileta, sigue por esa especie de circunvalación fantasma y se mete en el golf de Son Muntaner para ir a buscar el enlace con la carretera que sube al coll de sa Creu, esa opción te quita un kilómetro de asfalto pero si prefieres hacer la carretera completa podemos elegir salir por el torrente frente a la base militar empezando por Son Rapinya.

La subida ya no es lo que era hace unos meses cuando estaba a reventar de ciclistas de toda clase y condición, ahora es raro encontrarte alguno, sea guiri sea paisano, alguno vi pero de mtb ná de ná. Puig des Vent es mi próximo objetivo, es la pista de la carena que lleva a Establiments pero que no voy a recorrer en su totalidad ya que justo al acabar la subida me voy a desviar hacia abajo por un sendero hasta enlazar con una pista que sigue bajando de la que me desviaré otra vez antes de llegar abajo repitiendo parte del itinerario de hace unos días, esta vez sin subir a las torres superiores aunque con varias idas y vueltas marcadas en la traza, la primera es en bajada y está a la vista el final pero no la han limpiado, casi lo contrario, y cuesta pasar entre las ramas tiradas en el suelo así que en aras de mantener al máximo la ciclabilidad y una traza digna volví atrás. Las siguientes ya son del otro lado de la carretera, una es en bajada y la otra en subida pero no se comunican entre sí, solo fui por curiosidad, así que seguí por asfalto hasta el inicio del camino que infructuosamente busqué en sentido contrario con la esperanza (poca) de poder enlazar. El principio es ilusionante porque hasta se puede rodar bien, está limpio y el suelo lo permite, pasamos por un forn de calç y ya poca cosa más se puede hacer, aparte de empinarse más se torna más irregular y tuve que dejar la bici para poder continuar, no sabía mi posición exacta así que subí hasta donde pude más que nada para convencerme de que es un camino (porque sí que parece que hay indicios de que se modificó el terreno en su día para facilitar el paso), el tema es saber a qué distancia estoy de donde llegué en sentido contrario y solo lo sabré a posteriori cuando vea la traza en la pantalla, y gracias porque allí arriba la máquina perdió la posición y no la recuperó hasta bastante después.

Como sabía que varios compañeros habían ido a dar una vuelta por la Fita supuse que regresarían por Son Malferit y decidí ir a rodar por allí por si me los encontraba y volvía con ellos pero cuando me dirigía a Bunyolí sonó el teléfono y tuve que descolgar. Me informaban de una incidencia inaplazable y había que atenderla, escopeteado a casa, sin tiempo de charlas con los colegas a los que encontré ya con su ruta finalizada, y más que tuve que apretar porque antes de llegar me llamaron para otra intervención así que tuve la tarde completita.

Lo del camino no ha acabado del todo, de hecho aún quedan bastantes flecos (de ese camino y de otros) por resolver por la zona, algunos interesantes en curso dirección Puigpunyent pero también en ascenso hacia otros puntos, quizás el próximo finde de cercanías me acerque a husmear un poco, entre medias algo de playita, es el tiempo.


No todo es paja

Sin pretender conquistar alguna cima nueva ni conseguir nuevos PR’s salí el sábado rumbo a la cordillera cercana, lo que vulgarmente conocemos como Na Burguesa aunque si he de ser preciso nombrar la Serra de Son Marill sería lo correcto, es decir, la parte comprendida entre la carretera de Puigpunyent y el coll des Vent. ¿Qué se me ha perdido por allí? Pues nada en especial, me queda por comprobar un itinerario pero lo dejaré para más adelante, hace muy poco que subí y no quiero repetir.

Como presupongo que será algo corto alargo de inicio la llegada y arribo casi hasta el Parc Bit acercándome por el camí de Can Rave, el más utilizado por los bikeros, pero en la curva final en lugar de girar a la derecha giro a la izquierda y sigo rodando hasta desembocar en la carretera de Esporles pasada ya la plaza de Establiments, me toca pues subir. Busco en la bajada un enlace que me lleve hasta la calle del Pou Comú y desde ahí por alguno de los caminos que bajan abajo para enlazar con las carreteras comarcales por las que deberé circular durante un rato, la de Puigpunyent primero y la de Calvià después, es en esa donde voy a estar más atento ya que quiero ver si encuentro un sendero que hice hace tiempo en sentido contrario que me gustó mucho pero era cuando no grababa las salidas y ahora no consigo ubicarlo correctamente, además tengo la dificultad añadida que toda la zona ha sido limpiada a conciencia, me refiero al pasillo de debajo el tendido eléctrico de alta tensión a modo de cortafuego y lo que era un sendero cerrado de vegetación ahora puede estar tranquilamente en campo abierto y ser irreconocible, yo desde luego no lo reconozco y lo que podría ser tiene una pendiente hacia arriba del copón, así que mejor plantearlo en sentido contrario.

Llegué a la carretera muy cerca de donde había salido pero puedo estar equivocado sobre la longitud real de ese tramo, sea como fuere dejo las investigaciones de esos tramos para otro día y sigo por asfalto hasta el coll des Tords, más concretamente hasta el cruce donde paro a comer algo junto a otra pareja de bikeros maduros que también han tenido la misma idea, seguro que fue por la buena sombra de los pinos en aquel lugar.

Ya un poco recuperado del sopor del momento me decido a volver con la misma idea que la que he venido pero esta vez circulando por el margen contrario por el que también pasan varias líneas de alta. Desde donde estoy puedo avanzar sin demasiados problemas entre los arbustos hasta el campo sembrado donde llega una pista de arriba (o parte, según se mire) y desde allí seguirla. Normalmente hay que tomar hacia la izquierda en los cruces ya que los ramales que se dirigen hacia arriba no tienen salida y si se han limpiado es solamente para tener buen acceso a las torres superiores. En la zona más descampada, donde el porxo, estaba el conductor de una de las máquinas junto con su pareja y me contaron lo que estaban haciendo por allí, lo que pude entender ya que no eran españoles.

Yo continué un rato más por asfalto hasta el inicio de la pista que sube arriba y empecé la ascensión. Tenía allí un test de la cubierta trasera y no me convenció, una Maxxis Agressor recientemente cambiada, patiné más de la cuenta en esa polvorienta cuesta. Me paro en la curva de arriba para tomar el segundo tentempié antes de buscar un camino que dicen que hay por ahí y que había intuido en una salida anterior. Ya de principio iba mal porque es errático y perdí tiempo y paciencia en llegar a lo que podría denominarse como camino, y que además seguía hacia arriba por lo que decidí subir en lugar de bajar y ver exactamente donde aparecía, pues unos metros más adelante de donde estaba, ¿y para eso tanto esfuerzo?, en fin, giremos 180 grados y comencemos, ahora de verdad, a divertirnos.

Pues va a ser que no, o sí si por diversión entiendes circular unos metros antes de quedar enganchado en las argelagas y el carritx, las primeras divierten que no veas sobretodo cuando te acarician los tobillos o te afeitan la cara, pero todo sea por el mtb, mtb montado, se entiende, porque cuando tienes que dejar la bici tirada e irte a averiguar por donde huevos pasar la cosa cambia, y sí que cambió, pero a peor, menudo vietnam digno de una colla ociosa del Ibanat, reconozcamos el fracaso y emprendamos vuelta atrás, no es un deshonor no poder pasar, no tengo yo la culpa de que a mis antepasados les diera por convertir un torrente en un camino y que hasta le pusieran nombre, quizás pudieran haber imaginado que cien años después (o vete tú a saber cuándo) se seguiría pasando con una mula pero no con una bici, es más, puede que ni estuvieran inventadas, con eso lo digo todo, solo hay que ver la traza como quedó, por ahí metido la máquina de marcar puntos también dijo basta.

Una vez en la pista acabo la subida y me dirijo hacia el puig des Revells que he de reconocer que tiene muy buenas vistas pero no es eso lo que hoy me ha traído hasta aquí aunque hay que aprovechar sino una bajada de la que no tengo aún traza, es la que no baja directa a la cantera sino la que pasa por arriba y aunque ahí si puedes decidir la dirección yo opté por bajar hacia la zona del valle del silencio. Esa bajada no es muy complicada a excepción de dos tramos descarnados de piedra con muy malas pintas, goma contra canto tiene todas las de perder, es un factor importante pero no todos los que me obligaron a tirar más de la cuenta de frenos aunque una de las dos tiene una escapatoria por la izquierda que parece bastante más asequible.

La propiedad de la finca de Son Quint ha puesto unos carteles en la entrada junto a esa falsa rotonda explicando todos los pormenores que atañen a la finca, recordemos los incidentes que se produjeron a raíz de un corte de caminos con unas vallas y unas barreras junto al cementerio, ahora parece que las aguas bajan mansas pero hubo momentos que eran bastante turbias. Las vallas ya no cortan el camino y junto a las barreras se han instalado pasos peatonales que impiden el paso de vehículos, lo que ha empeorado es la tranquilidad, de silencio nada de nada, la ladera está copada por maquinaria pesada y brigadas de operarios que siguen con la instalación de las nuevas torres de alta tensión y ahora con el añadido de la última torre, la que hace de interfaz con la acometida subterránea que se han visto obligados a instalar gracias a la presión vecinal y que tiene unas dimensiones descomunales, cuando esté instalado todo el cableado va a romper totalmente la estética aunque en realidad ya hay un tendido y convivimos con ello pero no sé si éste va a sustituir al existente o va a suplementarlo, es el precio que hay que pagar por querer tener la luz encendida.

No harto de bici aún decido el domingo salir otro rato aunque con el horario capado, lo habré dicho cientos de veces esto y aún no me acostumbro, lo cierto es que Fibras me había comentado que saldría por la Fita pero con un horario más holgado, bueno pero al menos podríamos hacer la subida de Bunyolí plegats, para los castellano parlantes recalco que significa juntos, no plegados. Aclarado este punto importante puedo seguir con el relato lo que pasa es que contar la subida de Bunyolí puede ser más aburrido que ir al súper aunque al menos allí de tanto en cuando te cambian las cosas de sitio, por contra esa subida está prácticamente igual que hace decenios, casi la única ilusión que me hace es ver si ha caído la piedra central del aujub, aún no pero caerá seguro, para otros será comprobar si en esta última pasada han logrado mejorar su tiempo, bendita app, cuántos disgustos nos da, por otra parte dirás lo que quieras pero nadie deja de ir ni que reviente.

Como vamos bien de horario seguimos a la par hasta Sobremunt esta vez saltando la barrera quitando de esta manera bastante asfalto pero arriba debemos despedirnos, él prosigue su ruta hacia las antenas y yo me voy a Son Malferit obviando el tramo de camí vell para no alargar más de la cuenta rodando sin descanso hasta Palma llegando un poco pasado de horario a meta, menos mal que no tuvo consecuencias graves para la convivencia.


Doble diez

Creo recordar que ese sábado no estaba para muchas florituras y menos yendo solo, las montañas parecía que habían aumentado de tamaño por momentos y algunas hasta se me antojaban casi inaccesibles así que la vista se me fue para el otro lado, y teniendo una larga línea de costa donde explayarme ¿porqué no utilizarla? Y eso hice, salir a marear las bielas y tardar lo que no está escrito en llegar a s’Arenal, pero no iba a quedarme allí ni tampoco darme la vuelta y volver, no, no haría eso y tiré recto hacia Son Verí donde tenemos un área idónea para dar pedales sin parar durante horas sin pasar por el mismo sitio dos veces, la gracia de todo ello es que tampoco sabes hacia donde vas. Rodando por tierra logré llegar hasta la carretera que va al cap Enderrocat, lugar donde se encontraba un antiguo cuartel de artillería con su correspondiente batería de costa que no recuerdo haber visto nunca, ahora mismo todas esas instalaciones forman parte de un complejo hotelero de lujo por lo que ni se intenta llegar al final del camino, lo que voy a hacer es meterme por la finca aneja y bordearla por un camino de carro hasta la pared del fondo, atravesarla y continuar en paralelo a la misma pero ahora en dirección a la costa.

Allí el camino desaparece y vamos circulando por una especie de sendero marcado por el paso de diferentes usuarios, es un itinerario técnico, sin un metro plano, donde te sientes muy cómodo pedaleando aunque sé que a algunos se les atraganta este tipo de terreno pero es el idóneo para el tipo de bici que llevamos y la verdad, circular de esa manera y contemplar la vista despejada a todo lo ancho no tiene desperdicio.

Vamos a atravesar otra pared aunque sin cambiar de escenario, rocas y piedras de todos los tamaños nos esperan a cada paso (no literal) que damos en nuestro avance. Al fondo se ve nuestra meta, una línea vegetal que esconde parcialmente las construcciones de la primera urbanización de esta zona, hay varias y si queremos seguir avanzando debemos cruzarlas aunque siempre hay alguna alternativa más o menos adecuada para considerar al menos la posibilidad de realizar una ruta mtb que nos pueda satisfacer, de hecho ese trabajo ya se hizo y se plasmó en una ruta bastante decente bajo mi punto de vista. Pero hoy no va a ser el día, ni siquiera bajaré hasta la línea de mar y mira que estoy delante de la barrera que da acceso al sendero, uno de tantos que descienden por los acantilados, así que llego delante de la casa que está fuera de los límites de la urbanización, doy media vuelta y emprendo el regreso. Ahora iré un poco más rápido ayudado por la pendiente y hasta me atrevo a dar algún garbeo por las fincas aledañas para salir a no más de un centenar de metros de donde había entrado pero antes he querido buscar una bajada hacia el mar que es un poco diferente del resto, está escalonada casi hasta abajo y seguramente en alguna ocasión he bajado por allí (montado no, seguro) esperando encontrar una oportunidad en los senderos paralelos a la línea de mar por los que poder circular pero me parece que caminé más de la cuenta hasta llegar al balneario, y si no era por allí fue por otro lado pero ir, fui.

En la vuelta sí que me entretuve más en circular fuera del asfalto y ya dentro de Son Verí en dar unos cuantos rodeos bastante largos que aunque no por estar más protegido del sol dentro del bosque hiciera menos calor. En general sí volví con un poco más de brío y energía que la que había demostrado en la ida, había ya calentado lo suficiente se ve.

Para no perder la costumbre de salir los domingos al día siguiente sí pude hacer una ruta corta hasta Esporles, fui por Son Malferit para enlazar directamente con la bajada al pueblo por el camí vell, el primer tramo tiene un empedrado viejo, por ello muy pulido y desgastado por lo que las ruedas no sufren un castigo excesivo pero en el segundo sí, sobre todo en esos tramos de más pendiente y bastante más descarnados donde oí dos clocs en el tren trasero y tuve que aminorar para asegurar la línea de trazada más segura, no me podía arriesgar a más roturas y llevaba todos los números para producirse, la presión no era suficiente para absorber esos duros impactos.

Después de los últimos escalones que enlazan con una de las calles de la Vila Nova y a excepción del camino de tierra que sube a lo alto del coll d’en Portell el resto ya es más que archisabido y como además todo transcurrió con absoluta normalidad pues nada más que añadir, en la próxima nos encontraremos.