El combinado

Después de un día intenso de ciclismo en el que ha habido un poco de todo se impone una recuperación activa al día siguiente y éso hice aunque no lo tenía previsto, por éso no puse despertador, y así y todo me desperté sobre las siete y media y decidí de inmediato salir aunque con el tiempo más que justo. Prácticamente quince minutos para vestirme, desayunar, comprobar que tenía en la mochila todo lo necesario y salir pitando para no llegar mises dites. En principio, cumplí con el horario y salí pero aún perdí unos cuantos minutos de charla con Emilio y compañía cuando me los encontré delante del taller preparándose para salir de marcha con las flacas, en su reloj faltaban tres minutos para las ocho, ya era seguro que llegaba tarde, confiaba que no fuera demasiado tarde.

No sé cuándo llegué pero todo el mundo ya estaba allí, todos uniformados menos Guiem y yo y con una ruta en mente, Son Roca, bueno, todos menos Carlos que se acopló después. Casualidad que hubiera pensado en ese itinerario días antes para hacerlo al revés de lo que solemos hacer habitualmente aunque no era ésa la intención de los concurridos, así que nos fuimos por carretera hacia la entrada asfaltada de la posesión. Hay que aprovechar estos primeros momentos de relax para ponerse al día de chismes y cotilleos que después por ahí en medio es más difícil llevar una conversación.

Y así y todo parecía que iba un poco despistado porque a las primeras de cambio dudé y lo que es peor, hice dudar a los demás aunque éso no supuso más que unos momentos de indecisión ya que dimos con la tecla en unos minutos, lo que pasó es que en un cruce los de delante tiraron por donde no era y no volvieron atrás porque llegaron al camino asfaltado y nosotros optamos por ir tras ellos ya que nuestra opción era mucho más larga, así que en pocos minutos rodábamos todos por asfalto donde volví a catar esas empinadas cuestas que no subía desde hacía mucho tiempo.

Reunidos todos ya muy cerca del final nos preparamos para la bajada por el antiguo camino de carro pareciéndome que estaba más arreglado que de costumbre, y no solo a mí. En la carretera pensaba desertar y volver directo a Palma mientras que los demás se planteaban si seguir la ruta por el Burotell o regresar. Deciden regresar atravesando la sierra mientras Toni y yo volveremos por asfalto para no demorar y así y todo llegué un poco más tarde de lo que había calculado.

Con un poco de retraso pero mucho mejor de lo que había salido, ¿será el oxígeno? ¿será el esfuerzo? ¿será la compañía? ¿será el verde? Todo eso junto debe formar un combinado adictivo que es lo que queremos probar en el máximo de ocasiones posibles. Y que no falte.


S'Arracó

Cuando vi los documentos del catálogo de caminos públicos de Andratx supe que no bastarían ni veinte salidas por la zona para colmar mi curiosidad, por ahora no sé cuántas llevo y tampoco importa mucho, lo cierto es que tampoco soy el único al que le interesa el asunto. Pepefz me ha comentado esta semana que tenía intención de recorrer unos caminos que había vislumbrado desde lo alto del puig d'en Farineta en una salida anterior. Así que prepara la ruta entre semana, me la comenta y a la cual me apunto sin pensármelo aunque no sepa con exactitud el plan pergeñado.

Pot se ofrece a acompañarme hasta el lugar de salida en s'Arracó, lo cual es de agradecer y quiero recalcar aquí, y allí nos presentamos buscando un sitio donde aparcar, al final aparecemos todos cerca de la rotonda, no viene nadie de fuera, solo somos los habituales del grupo.

Partimos en dirección al barri de Son Tió para hacer la subida por asfalto y llegar a la última casa por donde pasamos no hace mucho en busca de otro sendero, pero ahora el objetivo es otro, una bajada que empieza en el mismo sitio y que lleva a la carretera, y que la tenía marcada en un track antiguo de Tomeu que nunca tuve la oportunidad de repetir ni con él ni con nadie. Puede que una rejilla haya hecho variar el inicio pero al menos se puede pasar y éso hicimos aunque la zona está algo deteriorada a raíz de un incendio, y no parece muy antiguo porque quedamos con los brazos y ropa marcados por la carbonilla.

Un poco de asfalto hacia Sant Elm para coger un camino lateral que nos devuelve al pueblo y que según dónde miremos tiene un nombre u otro, lo cierto es que debemos seguirlo hasta el cruce y en este girar hacia el coll des Cairats, es decir, hacia la Trapa y tomar el primer desvío a mano derecha para ir ascendiendo por un bonito camino de carro. Enseguida pasamos cerca de varias casas desde donde nos advierten a gritos de que no hay salida ahí arriba, contestamos que lo sabemos y entre advertencias de que vamos muy mal proseguimos camino saboreando una buena subida hasta el coll des Coloms bajo las escarpadas faldas del puig d'en Farineta.

Una vez arriba nos damos cuenta de que la cosa no va a ser tan fácil como presumíamos pero sin querer darles del todo la razón a los lugareños. Vemos hitos pero camino poco, queremos verlo pero si lo hubo alguna vez ha desaparecido bajo los efectos de algún incendio, la zona parece reforestada con pinos que por ahora no pasan del metro y medio, pero no son solo los pinos los que nos impiden movernos con soltura, una selva de carrizo y argelagas acompañan al pinar, lo que viene a ser en pocas palabras, un vietnam.

Ya desde un primer momento íbamos mal porque tiramos hacia abajo, creo que más que nada por hacer caso a la fuerza de la gravedad ya que en principio debíamos dirigirnos hacia las Rotes de s'Hereu y para ello debíamos conservar la altura sino ganar un poco más si cabe. Pero ya digo que espoleados por la visión de lo que parecía un camino montaña abajo atravesamos aquella selva como pudimos no sin dejar nuestra marca en bastantes matas desde luego y llegamos al torrente y por allí sí apareció un buen camino de carro al que le pillamos gusto después de reparar un pinchazo de Fibras.

Conservando la costumbre de salir de los últimos me doy cuenta de que también voy pinchado y además no llevo bomba con lo que no me queda más que ir caminando hasta que Pepe vuelve a ver qué me pasa. Reparamos y nos presentamos en unos minutos junto al resto. Debo reconocer de que estaba desorientado en esos momentos, estábamos volviendo al pueblo pero no tenía localizado un enlace entre este camino y el que sube a ses Rotes, pero sí lo hay, se trata de un estrecho y divertido sendero cerca de Can Farineta.

Pero no subimos mucho, ya que tomamos el desvío a mano derecha hacia Son Benet por el que tampoco había transitado y bajamos hacia el pueblo por el Camí de Son Joan para coger el desvío de Son Castell. Por éste sí habíamos pasado pero en sentido contrario, ahora íbamos a conocerlo en sentido ascendente, y la verdad es que siendo algo duro no se me hizo largo, enseguida coronamos y proseguimos ruta hasta el enlace con la zona de So na Vidala, que tampoco se me hizo larga, iba a gusto. Cogimos el ramal de ese camino en subida hasta la última casa por la que entramos por la barrera pese a la escandalera que montaban los perros (para otro día sería conveniente encontrar una alternativa un poco más discreta para cruzarla) y seguimos camino por la falda desforestada hasta coronar el coll de so na Vidala y con el cambio de vertiente disfrutar de una buena bajada por el interior del bosque hasta el torrente donde el camino prosigue ahora en subida y en el cual han montado un circuito de descenso aunque más que descenso son saltos y peraltes aunque totalmente ciclable de subida. Me gustó también en este sentido.

Empalmamos con el camino ancho que viene de Andratx y nos dirigirnos hacia el coll de sa Gramola y tomar el camí des Campàs para volver a las Rotes de s'Hereu por las pistorras. Demasiado fáciles de subir, como para añorar el antiguo sendero, pero ya son tiempos pasados, así que subía tranquilo el último, sin preocupaciones, saboreando cada piedra, mientras veía a los compañeros distanciarse poco a poco en la lejanía. Coroné y como ya llevaba las protecciones puestas desde el tránsito por Can Pinxo solamente tuve que bajar un poco el sillín para tirarme camino abajo. Pero por poco tiempo ya que en la primera zona que había cuatro piedras le dí un viaje a la rueda trasera y reventé la cámara, eso me pasa por no esquivarlas, yo puedo pasar pero la bici se ve que no y pasa lo que pasa, y seguía sin llevar bomba y no vi a nadie cerca así que tuve que bajar el atajo con la bici a cuestas confiando en que alguno se diera cuenta de que faltaba y frenara en el ímpetu de la bajada y mirara hacia atrás. Menos mal que me los encontré en la primera sombra que encontraron y pude reparar sin problemas, después nos tiramos para abajo pero separados, yo bajaba con Pepe y él tenía alguna idea final por lo que cuando llegamos al cruce del sendero nos metimos por ahí pero los demás ya habían tomado las de villadiego y para no alargar la espera nosotros volvimos también directos al pueblo pero por el camí de Castellàs reuniéndonos todos en los aparcamientos.

Ha sido una buena ruta (dejaremos de lado pinchazos y reventones) aunque con deberes pendientes que habrá que investigar ya sea en grupo o en solitario, el tema del coll des Coloms deberá quedar claro para bien o para mal para mejorar la ruta por ahí o buscar una alternativa y dejarla mejor que bien. Y que me aclare Pepe lo de la guinda final.


De ruta por las calas

Me tocó salir el domingo y decidí presentarme a la salida de los bous por la zona de Calvià a ver si me llevaba una sorpresa con la ruta que tenían preparada. Tanteé primero el asunto con varios compañeros y Emilio se apuntó trayendo con él a Pina, y así los tres nos presentamos en el aparcamiento del W.P. en Magaluf a la hora en punto pero no parece que haya mucho quorum. El guía Sebas viene, se presenta Guiem muy alegre pero solo hasta que se da cuenta de que se ha dejado la rueda delantera en la calle al cargar la bici aunque tuvo suerte y la encontró donde la había dejado. Se presentan otros tres que también vienen juntos más Joselinx al que convencí el viernes y creo que no me dejo a nadie más. Jose casi estuvo a punto de no salir ya que se da cuenta de que lleva nada menos que tres radios rotos y aún así la llanta parece ir recta y rueda bien y decide probar suerte.

Partimos sin saber donde vamos y recorremos el paseo hasta cerca del golf para entrar en la zona militar por la antigua carretera de acceso para hacer un recorrido que bordea la costa (a veces muy cerca del borde) de punta a punta. El sendero pica casi siempre hacia arriba y es bastante técnico, por lo tanto muy divertido, aunque para el cuñado del trío no se lo pareció tanto, de hecho, tuvo sus más y sus menos con él a raíz de un vuelo rasante que tuvo porque según decía, él es de carretera y siempre le llevan engañado.

Llegamos hasta la antigua torre frente al faro y se nos pasó el rato entre las quejas del cuñado y escoger el mejor itinerario a seguir, según Sebas un cortafuegos que yo no conseguía ubicar mientras que Joselinx decía de ir a coger el sendero que nos llevaría a Portals vells y así, después de cruzar la cala y ver ese cortafuegos, enfilamos por el sendero costero que resultó un tramo muy técnico en subida pero sin llegar a la excesiva complicación, no sé a los demás pero a mí me pareció de lo mejor de la ruta.

Como iba delante no me enteré bien de lo que pasaba por detrás pero en Portals hubo disgregación, alguno acabó la ruta conjunta en ese tramo y no bajamos hasta la cala hasta no habernos reunido los restantes, aunque por sitios diferentes. Así seguimos hasta la playa del Mago, unos por arriba y otros por abajo e igual en la siguiente cala donde algunos deciden continuar por asfalto y no bajar hasta la arena. Continuamos por la urbanización Sol de Mallorca hasta el desvío de Cala Falcó y sin esperar a los demás damos la primera vuelta al circuito de la carrera y aunque iba recordando tramos no logramos encadenar seguido el recorrido de la prueba. Cuando volvimos arriba nos encontramos con los compañeros e iniciamos otra vuelta, al parecer la ruta preparada no iría más lejos y aún era bastante temprano, desde luego muy temprano para lo que viene siendo habitual. De hecho hice la vuelta solo por un despiste con el teléfono y no nos volvimos a ver hasta llegar arriba otra vez y ahora sí optamos por volver a casas.

Uno de los objetivos de esta salida se cumplió, conocer un poco mejor los itinerarios de la zona para preparar una ruta en condiciones pero no da para más este lado de la autopista a no ser que queramos recorrer todos los recovecos sin dejarnos ni un sendero sin pisar, por tanto habrá que dar el salto al otro lado de autopista para enlazar con otros recorridos mucho menos técnicos por supuesto. Habrá que ponerse a ello.


La cantera

Me desperté el domingo aún con la resaca del día anterior y eso hacía que levantarme tan temprano y no tener nada que hacer excepto contemplar las musarañas no fuera un plan demasiado atractivo que digamos, y más cuando te pones a pensar que hay un nutrido grupo de compañeros que se está preparando para reunirse en el punto alfa y comenzar de buen pie un día más, así que yo no voy a ser menos y en pocos minutos estoy desayunado, vestido y con la bici a punto para empezar a rodar, aunque en realidad está como volvió de Sóller, entera al menos.

Llego al punto de reunión habitual y además del personal del Decathlon preparando su diada me encuentro con un nutrido grupo de bikeros, casi todos ataviados con el atuendo de los bous pero no sufro, me encuentro cómodo en ese ambiente. Como es casi habitual también el destino no está claro pero por mi premura de horario (quiero estar de vuelta a las diez en punto) presumo que el mío será muy cercano. El capo propone volver a la cantera pero la peña se encuentra distraída con la cháchara y no le hacen mucho caso, entonces hay que dar ejemplo y le digo que nos vayamos y así, poco a poco, se pone todo el mundo en fila preguntando a dónde vamos.

Me dijo que habían subido por la cantera, por dentro yo no había pasado, solo había subido por un camino lateral pasando por una propiedad en la que además encontramos al dueño y no le hizo gracia, así que no hemos vuelto con asiduidad, por tanto me interesaba conocer esa variante. Dado que aunque inoperativa no está abandonada, conserva toda la maquinaria y además, por resolución judicial, la policía debe velar por su integridad aunque éso no debe afectarnos en nuestras correrías.

Nada más entrar en el recinto tiramos para arriba por la pista-pendiente que va dando la vuelta a la explotación y en pocos minutos estamos arriba enlazando con los caminos que surcan la zona. Por uno de ellos nos dirigimos en bajada hacia la Vileta donde nos separamos antes de llegar al coll de Son Marill, yo bajé por el coche quemado y ellos se dirigieron hacia las ruinas de la antigua posada, no había tiempo para más y efectivamente llevé el horario a rajatabla entrando por la puerta unos minutos antes de las diez. Ni hecho aposta.


17 paellas

Y mira que me había hecho a la idea de salir el domingo y al final ha sido el sábado, pues mejor, porque desde mis primeros tiempos asocio ese día con salida, en domingo como que no; me refiero evidentemente a rutas largas, excursiones, en pocas palabras. He salido temporadas en domingo pero se trataba de salidas más cortas y cercanas, con menos opciones para el disfrute y menos provechosas para lo que ahora me interesa.

Desde el mismo momento que confirmé el día me vino a la cabeza un sitio y no sé porqué, Alfàbia. Había otros planes en el tablero evidentemente, una salida de los M.I.R. por Esporles y aledaños, y otra de Xisco que descarté por el pateo, lo que haría sería rodando. Parte del grupo se apuntó a esa movida y parte no, y alguno más quedó descolgado ya que aún queriendo salir no se pudo acoplar a ninguna de las dos.

Distribuido el personal nos concentramos en un punto de reunión no habitual en Bunyola Pot y yo que hemos venido juntos, Joan y Carlos por otro lado y el quinto en discordia, Joselinx, que decide el viernes unirse a la fiesta. Estamos todos listos y partimos rumbo al coll de Sóller para afrontar la subida de la serra de Alfàbia por asfalto de principio a fin, lo tengo asumido y así será si no encontramos pegas en la barrera, pero una ventana a la esperanza se abre ante mí cuando veo entrar un coche por la barrera del Verger y me lanzo directo a la esencia más noble de ese buen hombre preguntándole sin rodeos “Bon día l'amo, que mos deixau pasar?”. El resto de conversación sobró porque ese hombre ya tenía decidido dejarnos pasar y se lo agradecimos con ganas.

La subida por ese sitio, muy buena, y no sé porqué mucho más fácil de lo que la recordaba y seguro que mucho más que la primera vez que la hice porque si no estoy equivocado se trata de la primera ruta de montaña que me enseñaron. Después la repetí muchas más veces y la continuaba por Alfàbia, s'Arrom, es Cornadors y l'Ofre para acabar bajando por el barranco y volver a Bunyola por el coll, supongo que la opción de volver por el camí de metre ni se me había ocurrido; eran evidentemente otros tiempos, ahora estos caminos están barrados y esta excursión, irrealizable dentro de la normalidad.

Llegamos sin más contratiempo que un tramo de camino barrido por un alud y bloqueado por rocas y árboles destrozados, a la carretera que nos llevará hasta lo alto de la sierra. Diecisiete paellas nos aguardan antes de atravesar el coll des Porc y allí estábamos descansando un poco en el reagrupamiento cuando pasa un vehículo particular con dos individuos que no nos hicieron ni caso, contestar al saludo y poco más, por ahora la suerte está de nuestro lado y continuamos cuesta arriba cuando oímos otro coche que se acerca y éste sí se para pero inmediatamente intuyo por el tono de voz y el semblante que tampoco tiene intención de echarnos aunque sí nos comenta algunos pormenores del paso de ciclistas por la zona y así, después de lo dicho, cada uno sigue su camino.

Paramos un poco cerca de la fuente para reagrupar y esta vez la espera es un poco más larga y Juan, que ha llegado de los últimos, aspira a comerse el bocata ahí mismo pero le convencemos de que espere un poco, mejor no tentar a la suerte y pasemos rápido por las casas antes de que a alguno le dé por hacerse el gallito y nos lea la cartilla del derecho y del revés. Así que bajamos un poco más, retrocedemos hasta las casas y las rodeamos por un lateral bajando el primer tramo de camino hasta quedar fuera de su vista. Juan desiste de comerse el bocata, Joselinx encuentra un sillín extrañamente parecido al suyo y los que llevamos protecciones nos las ponemos mientras que los demás sufren las consecuencias de no llevarlas.

El principio no es claro si no lo conoces, tampoco es fácil, estructuralmente no puede considerarse camino como tal pero es por dónde hay que bajar y muchas veces pierdes la trazada al tener que estar pendiente de por dónde vas, fue además el sitio dónde vi la única caída, supo poner bien las manos y no pasó nada pero vi los pies más altos que las ruedas. A medida que vas bajando vas cogiendo ritmo y se va haciendo, hasta me pareció ver que el camino se había convertido en un camino de carro, ahí sí que había estructura como tal, pero totalmente irreconocible por la vegetación. Supongo que fue por éso que lo perdimos durante un tramo y bajamos un poco a las bravas por una pendiente hasta que volvimos a cruzarnos con él y ya no volvimos a perderlo, es más, el tramo que sigue es un sendero casi plano entre el carrizo muy divertido hasta llegar a una paret de partió donde se salva un desnivel considerable por el interior del bosque de forma espectacular y muy agradecida para un bikero experimentado.

El bosque da paso a los primeros olivares, algunos con el porxo en muy buen estado y otros no tanto pero lo que sí cambia es el camino, ahora es un camino empedrado aunque no en tan buenas condiciones como estamos acostumbrados a encontrarnos en nuestros recorridos por el valle.

Casi al final hay una fuente, allí nos paramos y comprobamos una avería de la que se quejaba Potato desde arriba, que se había quedado sin freno trasero, y no era para menos, el disco parecía una ensaimada y no lograba recordar dónde podría haber sucedido, es más, ahora que lo pienso debió ser en la caída. Se apañó lo que se pudo, lo suficiente para ir tirando y bajamos al pueblo donde nos encontramos de repente en medio del mogollón, en pleno Firó.

Aquí hubo que acortar y volver a Bunyola por carretera y eso ya fue un sálvese quién pueda. En la boca del túnel nos agrupamos Pot, Carlos y yo y así fuimos un rato hasta que Carlos se descolgó para esperar a Joan y cuando Joselinx nos cogió espoleado por la cola y las gominolas me marché con él y ya no paramos hasta la fuente aprovechando para refrescarnos y directos hasta los coches.

En resumen, que fue un magnífico día de ciclismo en buena compañía donde los malos tragos se suavizan por la espectacularidad de los paisajes y ese punto de dificultad que te mantiene en tensión y te compensa en cuanto los superas, o no, porque de todo hubo en esta ruta que discurre, por otro lado, enteramente por terrenos privados y en donde no somos bien recibidos pero que de tanto en cuando debemos tentar a la suerte y aventurarnos.

Mogollón de fotos de Carlos (después extraña que tardáramos tanto en bajar)
https://plus.google.com/photos/105408676525287187353/albums/5742099853629672561


Biniorella

Semana tranquila y entre pitos y flautas llega el viernes y la casa sin barrer, y no era el único, aunque una parte del grupo tenía clara su salida, se iban a Felanitx y alrededores convocados por Chincheta para rodar por esos andurriales. El resto de peña al que no convenció el plan quedó por la zona, cosa que a mí me iba francamente bien, hasta que al final del día me llegó un correo indicándome lugar y hora de encuentro, la hora, las nueve y el lugar, el aparcamiento del super en Peguera, me parece que me suena de algo.

Dije que me acoplaría a la ruta establecida y éso hice, pero no por repetida menos interesante. Nos reunimos solamente seis bikeros con la sana intención de pasarlo bien y no tener una ruta claramente definida no iba a ser óbice para no conseguirlo. Así que después de esperar al extraviado (al menos esta vez iba más cómodamente en coche) partimos a coronar el puig Gros por camino ancho con una buena pendiente que te va poniendo a tono a falta de calentamiento previo. Prácticamente arriba del todo vislumbro la trialera por la que subí yo el primer día que estuve por allí y que no volví a encontrar y le hacemos una marca para la vuelta. Bajamos hasta el coll de ses Escolanes y ahí quería yo continuar sin tardanza mientras otros querían ir hasta el cabo, como varios compañeros aún no habían estado paro de quejarme y hacia allá que nos vamos cogiendo el camino directo sin pasar por la torre y en unos momentos hemos llegado al mismo filo.

Asomo al vacío con penjat incluido y nos volvemos trialeando un poco por el sendero y por la rápida pista después hasta el coll por dónde hemos venido y bajamos por la trialera hasta Camp de Mar. Desde allí seguimos el track punto por punto hasta la rotonda de s'Arracó y desde allí nos dirigimos hacia el puerto y en un momento de locura colectiva decidimos secundar la moción de Pepe de subir al coll des Vent por la urbanización Montport que no es más que una cuesta interminable con unas pendientes más que considerables donde me planteo no acabar reventado y aplico la técnica del zigzag lo que me permite subir más ligero a costa de hacer más metros. Llega un momento en que no sabemos realmente dónde estamos y debemos encontrar la salida recorriendo los viales aunque la encontramos rápido ya que estábamos muy cerca del final.

Lo que pasó después es que decidimos acabar aquí la excursión y no alargar más pese a algunas protestas iniciales de Pepe por lo que nos dirigimos directos a la bajada del descenso, o más bien descensos, porque en algunos tramos hay varias trazadas y aunque pocos las íbamos copando todas hasta llegar a la guinda del pastel.

Ahora toca un poco de relax por el puerto y vuelta a Camp de Mar por el camí de sa Vinya donde supuse que no dejaríamos de husmear algunos senderos que vislumbramos en la ocasión anterior, como así fue. No tienen mucha historia, basta decir que en uno de ellos tuvimos que volver atrás. Nos separamos Pepe y yo en el siguiente tramo e incomprensiblemente pese a ir por el recorrido más largo nos pusimos por delante y no nos volvimos a ver hasta el inicio de la trialera de Camp de Mar.

Llegar a la otra trialera no es muy largo pero está empinado de narices, ahí iba sufriendo, no lo voy a negar, pero me resarcí en el descenso final aunque a todos nos pareció corto, queríamos más, por eso puntué la ruta solamente con tres, ahora bien en el cómputo general se podría calificar como dura y eso sin ser una ruta especialmente larga o con grandes ascensiones.


Una de video



Cortesía jbonus


M.I.R.

Había convocatoria forera el martes por parte de los M.I.R. y me apetecía sumarme a ella aunque fuera repitiendo zona ya que hace dos semanas ya subimos a la Mola de Son Pacs pero mirándolo bien aparte de ese detalle las rutas se solapaban solamente en un tramo muy corto, prácticamente en el tramo de pateo desde el coll de sa Basseta hasta arriba y poco más.

La ruta elegida era la R18, con un acercamiento a Esporles un tanto peculiar por la serra de Son Bauçà y su parcelación en la que hay que fiarse del track ya que a primera vista y en el lugar puede sembrar algunas dudas. Me dijeron que llegué un poco tarde pero aún seguía faltando alguno más, hasta estaba por allí Uti que me prestó los guantes de reserva que llevaba al ver que iba sin. No éramos muchos, diez creo, y aparte del maifren y yo el resto M.I.R. Después de aparecer el último rezagado partimos hacia el rancho Angus y ses Rogetes donde empezamos ya con las cuestas, allí empezamos a calentar motores para los siguientes repechones de Son Bauzà que vienen a continuación pero que antes de darte cuenta ya estás bajando a la carretera muy cerca del coll. Mientras no se resuelvan los contenciosos en la zona de Son Coll nos tocará bajar por la trialera (de cada día menos, por cierto) hasta la gasolinera.

Hoy seremos fieles al track y haremos asfalto (no se pueden mostrar todas las cartas en la misma mano) hasta el coll de sa Basseta. Mientras salimos de Esporles se van formando los grupos, las cuestas van poniendo a cada uno en su sitio y en la barrera de Son Cabaspre parece que se da el sus. Hago toda la subida con Emilio de Biciarreglopalma, a ritmo parejo y sin forzar, y en la barrera nos da tiempo a comer algo antes de que lleguen los últimos.

Toca ahora repetir pateo hasta arriba pero elijo el paso para variar y prácticamente no hay mucha diferencia ya que enlaza enseguida con la variante justo después de la parte más empinada. Ahí recibo una llamada de casa y aunque no entiendo muy bien el mensaje por falta de cobertura intuyo que no serán buenas noticias por lo que decido volver atrás ya que es la forma más rápida de llegar. No me puedo despedir de todos ya que durante la conversación me han pasado todos por lo que debo ir tras ellos para avisarles.

No estoy acostumbrado a dejar las rutas a medias, tendría que comprobar si alguna vez se ha producido ese suceso, creo que no, aunque alguno podrá opinar lo contrario pero me estoy refiriendo a abandonar por causa mayor, sea propia o ajena, no a lo que tuviera decidido de antemano. Tal es el caso, por ejemplo, del domingo anterior cuando también salí con ellos pero ya tenía decidido volver antes por temas de horario mientras ellos completarían una ruta mucho más larga pero alguno, sin saber ese detalle, se extrañó de que faltara a mitad de ruta.

He visto por la crónica y los videos que pudieron continuar sin problemas aunque sin hacer la última parte, es lógico en un grupo variopinto y en una ruta primeriza donde las dudas afloran más de la cuenta y además sin contar con un GPS propiamente dicho sino con un terminal telefónico, más engorroso de utilizar, aunque diversión no faltó.


Un variado

Había decidido a finales de semana salir el sábado rodando desde casa y no tenía plan decidido pero me acordé de una variante que me falta recorrer en uno de los sentidos, el GR de Calvià a Galilea a su paso por Son Font en sentido ascendente, y ya que estamos por allí cerca, volver por la Coma de s'Aigo. Con esos mimbres empecé a elucubrar alguna variante que, o bien me quitara asfalto o bien enganchara con alguna otra inédita por la zona. En un principio éso sería lo que haría cuando recibo un requerimiento de un compañero ya que parece ser que están algo espesos a la hora de preparar la ruta. Parece que quieren ir a hacer la R3 o muy parecida y le cuento mis planes pero ya es tarde, han quedado con otra gente por lo que iremos decidiendo sobre la marcha.

Partimos de Establiments más o menos a la hora convenida, sobre las nueve, un grupo de habituales más Carlos, un madrileño de va y viene que se apunta a la mínima, nocturnas incluidas; también Tolo, muy esporádico en sus apariciones, Jauja, que también estaba el viernes sin saber dónde pegar y le convencí rápido y la mayor sorpresa es encontrarme a Rol y Fran, sectarios hasta la médula que han optado por acompañarnos en este gran día ya que su grupo tiene otros planes y no sale.

Partimos decía hacia Bunyolí mientras voy desgranando algunas opciones a Pepe las cuales consisten básicamente en subir al menos hasta Sobremunt. No les quedó claro por contra al resto porque en la barrera-cadena de arriba se pusieron las protecciones para bajar y los tuve que convencer de que íbamos en sentido contrario, hacia Sobremunt, Ca na Lluïsa, Hort de Sobremunt y finalmente sendero hasta Cas Metge. Hasta aquí más o menos era conocido por todos pero no llegamos a la carretera, tomamos el ramal de camino ancho hacia el Penyal des Grau que desaparece un poco antes de llegar a una pared con un portillo, ya tan solo nos queda atravesarlo pero lo que en los primeros metros se vislumbra entre las rocas en los siguientes se pierde y eso, unido a la dificultad intrínseca del lugar, hace que más veces de las que uno quisiera pongamos pie a tierra. Ese será el modus operandi de casi toda la bajada mientras vamos enlazando rotlos de sitja hasta una rejilla por la que vamos a circular en paralelo aunque el terreno siga siendo algo complicado.

No tardaremos en enlazar con una de las dresseres de la carretera y acabar desembocando en esta no muy lejos del pueblo donde Jauja nos abandona alegando motivos físicos mientras el resto continúa por una de las calles del pueblo enlazando casas de las afueras cada vez más arriba. Una vez delante de la barrera de la última tomamos el sendero que va pegado a la pared para saltarla a los pocos metros y enlazar tras un corto pateo con uno de los viales de Conques. Aún queda subida y en otro de los cruces decidimos comer algo mientras Pot y Torito se acercan a hacer una visita familiar, como no vuelven los dejamos abandonados a su suerte, puede parecer en este momento una frase hecha pero a la postre es lo que sucedió realmente después.

Salimos del asfalto y cogemos pista a buen ritmo llegando al pozo en pocos minutos, esperamos otro poco a ver si llegan y salimos hacia arriba a buscar el paso y pasar las bicis como se pueda. Después de eso ya todo es rodar y rodar pero esta vez no fuimos a buscar el desvío de la barrera sino que tomamos el primero, el que no llegué a encontrar la última vez que estuve por allí, cosa que sí hicimos no sin antes tener que recular unos metros ya que no hay marcas visibles.

Bajada mía en solitario, solamente vi a Juan en el cruce del camino principal y a Albert llegando al final donde nos fuimos agrupando. A la hora de partir Fibras no avanza, ha pinchado, quedamos solo cuatro en la reparación, resolución y salida, nada, que no hay manera, Carlos ha pinchado también, segunda reparación y salida, esta vez sí, pero dura poco, Carlos se para en el desvío del Burotell, lleva colgando del cable el dispositivo de la tija pija el cual logramos dejar en su sitio con dos bridas, mientras los demás han volado y hacemos toda la vuelta por carretera a paso ligero, me hubiera gustado acabar por las trialeras del coll de sa Creu pero se hacía un poco tarde y preferimos acortar.

Sorpresa en los coches cuando veo a Jauja recogiendo los bártulos, resulta que se había ido por su cuenta y en solitario a rodar un poco por Na Burguesa para acabar de redondear el día.

Ruta por mi parte con muy buenas sensaciones, digamos que con estímulos muy positivos y no solamente por lo que respecta a la ruta en sí, muy reparadora y divertida con esas pizquitas de sal y pimienta para sazonar, sino por la compañía y el buen ambiente reinante durante todo el día.