Había decidido a finales de semana salir el sábado rodando desde casa y no tenía plan decidido pero me acordé de una variante que me falta recorrer en uno de los sentidos, el GR de Calvià a Galilea a su paso por Son Font en sentido ascendente, y ya que estamos por allí cerca, volver por la Coma de s'Aigo. Con esos mimbres empecé a elucubrar alguna variante que, o bien me quitara asfalto o bien enganchara con alguna otra inédita por la zona. En un principio éso sería lo que haría cuando recibo un requerimiento de un compañero ya que parece ser que están algo espesos a la hora de preparar la ruta. Parece que quieren ir a hacer la R3 o muy parecida y le cuento mis planes pero ya es tarde, han quedado con otra gente por lo que iremos decidiendo sobre la marcha.
Partimos de Establiments más o menos a la hora convenida, sobre las nueve, un grupo de habituales más Carlos, un madrileño de va y viene que se apunta a la mínima, nocturnas incluidas; también Tolo, muy esporádico en sus apariciones, Jauja, que también estaba el viernes sin saber dónde pegar y le convencí rápido y la mayor sorpresa es encontrarme a Rol y Fran, sectarios hasta la médula que han optado por acompañarnos en este gran día ya que su grupo tiene otros planes y no sale.
Partimos decía hacia Bunyolí mientras voy desgranando algunas opciones a Pepe las cuales consisten básicamente en subir al menos hasta Sobremunt. No les quedó claro por contra al resto porque en la barrera-cadena de arriba se pusieron las protecciones para bajar y los tuve que convencer de que íbamos en sentido contrario, hacia Sobremunt, Ca na Lluïsa, Hort de Sobremunt y finalmente sendero hasta Cas Metge. Hasta aquí más o menos era conocido por todos pero no llegamos a la carretera, tomamos el ramal de camino ancho hacia el Penyal des Grau que desaparece un poco antes de llegar a una pared con un portillo, ya tan solo nos queda atravesarlo pero lo que en los primeros metros se vislumbra entre las rocas en los siguientes se pierde y eso, unido a la dificultad intrínseca del lugar, hace que más veces de las que uno quisiera pongamos pie a tierra. Ese será el modus operandi de casi toda la bajada mientras vamos enlazando rotlos de sitja hasta una rejilla por la que vamos a circular en paralelo aunque el terreno siga siendo algo complicado.
No tardaremos en enlazar con una de las dresseres de la carretera y acabar desembocando en esta no muy lejos del pueblo donde Jauja nos abandona alegando motivos físicos mientras el resto continúa por una de las calles del pueblo enlazando casas de las afueras cada vez más arriba. Una vez delante de la barrera de la última tomamos el sendero que va pegado a la pared para saltarla a los pocos metros y enlazar tras un corto pateo con uno de los viales de Conques. Aún queda subida y en otro de los cruces decidimos comer algo mientras Pot y Torito se acercan a hacer una visita familiar, como no vuelven los dejamos abandonados a su suerte, puede parecer en este momento una frase hecha pero a la postre es lo que sucedió realmente después.
Salimos del asfalto y cogemos pista a buen ritmo llegando al pozo en pocos minutos, esperamos otro poco a ver si llegan y salimos hacia arriba a buscar el paso y pasar las bicis como se pueda. Después de eso ya todo es rodar y rodar pero esta vez no fuimos a buscar el desvío de la barrera sino que tomamos el primero, el que no llegué a encontrar la última vez que estuve por allí, cosa que sí hicimos no sin antes tener que recular unos metros ya que no hay marcas visibles.
Bajada mía en solitario, solamente vi a Juan en el cruce del camino principal y a Albert llegando al final donde nos fuimos agrupando. A la hora de partir Fibras no avanza, ha pinchado, quedamos solo cuatro en la reparación, resolución y salida, nada, que no hay manera, Carlos ha pinchado también, segunda reparación y salida, esta vez sí, pero dura poco, Carlos se para en el desvío del Burotell, lleva colgando del cable el dispositivo de la tija pija el cual logramos dejar en su sitio con dos bridas, mientras los demás han volado y hacemos toda la vuelta por carretera a paso ligero, me hubiera gustado acabar por las trialeras del coll de sa Creu pero se hacía un poco tarde y preferimos acortar.
Sorpresa en los coches cuando veo a Jauja recogiendo los bártulos, resulta que se había ido por su cuenta y en solitario a rodar un poco por Na Burguesa para acabar de redondear el día.
Ruta por mi parte con muy buenas sensaciones, digamos que con estímulos muy positivos y no solamente por lo que respecta a la ruta en sí, muy reparadora y divertida con esas pizquitas de sal y pimienta para sazonar, sino por la compañía y el buen ambiente reinante durante todo el día.
Partimos de Establiments más o menos a la hora convenida, sobre las nueve, un grupo de habituales más Carlos, un madrileño de va y viene que se apunta a la mínima, nocturnas incluidas; también Tolo, muy esporádico en sus apariciones, Jauja, que también estaba el viernes sin saber dónde pegar y le convencí rápido y la mayor sorpresa es encontrarme a Rol y Fran, sectarios hasta la médula que han optado por acompañarnos en este gran día ya que su grupo tiene otros planes y no sale.
Partimos decía hacia Bunyolí mientras voy desgranando algunas opciones a Pepe las cuales consisten básicamente en subir al menos hasta Sobremunt. No les quedó claro por contra al resto porque en la barrera-cadena de arriba se pusieron las protecciones para bajar y los tuve que convencer de que íbamos en sentido contrario, hacia Sobremunt, Ca na Lluïsa, Hort de Sobremunt y finalmente sendero hasta Cas Metge. Hasta aquí más o menos era conocido por todos pero no llegamos a la carretera, tomamos el ramal de camino ancho hacia el Penyal des Grau que desaparece un poco antes de llegar a una pared con un portillo, ya tan solo nos queda atravesarlo pero lo que en los primeros metros se vislumbra entre las rocas en los siguientes se pierde y eso, unido a la dificultad intrínseca del lugar, hace que más veces de las que uno quisiera pongamos pie a tierra. Ese será el modus operandi de casi toda la bajada mientras vamos enlazando rotlos de sitja hasta una rejilla por la que vamos a circular en paralelo aunque el terreno siga siendo algo complicado.
No tardaremos en enlazar con una de las dresseres de la carretera y acabar desembocando en esta no muy lejos del pueblo donde Jauja nos abandona alegando motivos físicos mientras el resto continúa por una de las calles del pueblo enlazando casas de las afueras cada vez más arriba. Una vez delante de la barrera de la última tomamos el sendero que va pegado a la pared para saltarla a los pocos metros y enlazar tras un corto pateo con uno de los viales de Conques. Aún queda subida y en otro de los cruces decidimos comer algo mientras Pot y Torito se acercan a hacer una visita familiar, como no vuelven los dejamos abandonados a su suerte, puede parecer en este momento una frase hecha pero a la postre es lo que sucedió realmente después.
Salimos del asfalto y cogemos pista a buen ritmo llegando al pozo en pocos minutos, esperamos otro poco a ver si llegan y salimos hacia arriba a buscar el paso y pasar las bicis como se pueda. Después de eso ya todo es rodar y rodar pero esta vez no fuimos a buscar el desvío de la barrera sino que tomamos el primero, el que no llegué a encontrar la última vez que estuve por allí, cosa que sí hicimos no sin antes tener que recular unos metros ya que no hay marcas visibles.
Bajada mía en solitario, solamente vi a Juan en el cruce del camino principal y a Albert llegando al final donde nos fuimos agrupando. A la hora de partir Fibras no avanza, ha pinchado, quedamos solo cuatro en la reparación, resolución y salida, nada, que no hay manera, Carlos ha pinchado también, segunda reparación y salida, esta vez sí, pero dura poco, Carlos se para en el desvío del Burotell, lleva colgando del cable el dispositivo de la tija pija el cual logramos dejar en su sitio con dos bridas, mientras los demás han volado y hacemos toda la vuelta por carretera a paso ligero, me hubiera gustado acabar por las trialeras del coll de sa Creu pero se hacía un poco tarde y preferimos acortar.
Sorpresa en los coches cuando veo a Jauja recogiendo los bártulos, resulta que se había ido por su cuenta y en solitario a rodar un poco por Na Burguesa para acabar de redondear el día.
Ruta por mi parte con muy buenas sensaciones, digamos que con estímulos muy positivos y no solamente por lo que respecta a la ruta en sí, muy reparadora y divertida con esas pizquitas de sal y pimienta para sazonar, sino por la compañía y el buen ambiente reinante durante todo el día.